REB 22(3): 115-116 115 EDITORIAL LAS HABILIDADES INTELECTUALES DEL ESTUDIANTE DE BIOQUÍMICA Uno de los retos más importantes de la enseñanza es el desarrollo de un pensamiento creativo en los estudiantes, que el aprendizaje les sirva para adquirir un criterio propio, de lo contrario sólo se tendrá individuos que son repetidores de la información. El desarrollo de las habilidades intelectuales, como la expresión de las formas de asimilación de un contenido académico, es uno de los problemas más importantes de la enseñanza a todos los niveles, especialmente en la educación superior ya que son los profesionistas los que deberán aplicar la información adquirida, al tener la respuesta más adecuada a los cuestionamientos que la sociedad les haga. La inteligencia ha sido definida por múltiples investigadores, pero en todas las definiciones el componente común es el que explora la capacidad de respuesta, el razonamiento y las alternativas de solución a problemas. Para poder avanzar como estudiante, por una carrera universitaria, se requiere un nivel de desarrollo de la inteligencia en la que el aprendiz actúe sobre proposiciones concretas, con mecanismos de lógica formal en la que puede deducir relaciones y concretar ideas. El conocimiento y las habilidades tienen una estrecha relación, el primero se hará eficaz cuando se domina la habilidad; de nada sirve que un estudiante haya obtenido durante todo su desarrollo escolar excelentes calificaciones debido a su gran capacidad de memorización, si en el ejercicio profesional no tiene la intuición –léase habilidad– para diseñar estrategias que le ayuden a resolver un problema. Siempre se ha dicho que una de las funciones de la Universidad es la de transmitir conocimientos y fomentar el saber; pero a mi juicio, la función más importante tendría que ser la de desarrollar la inteligencia e inducir mecanismos mentales. Dentro de las habilidades más importantes que el estudiante de la carrera de Medicina habrá de desarrollar están las que le permitan tener un pensamiento lógico, ya que la asimilación del contenido que se exprese con el desarrollo de la inteligencia es altamente significativo; el aprendizaje adquirido le permitirá tener habilidad para: describir, definir, determinar, clasificar, analizar, caracterizar, comparar, relacionar, interpretar, explicar y argumentar cualquier situación clínica con la que se encuentre. A la mayoría de los estudiantes de la carrera de Medicina, la asignatura de Bioquímica les resulta difícil y algunos de los aspectos que aumentan la dificultad de su aprendizaje radican en el nivel de abstracción a que se debe llegar para su comprensión y asimilación, además de la poca motivación que tienen al estudiarla, debido a que ellos piensan que esta ciencia es poco aplicable en su práctica profesional, por demás está decir que esta asignatura juega un papel fundamental en la formación de habilidades tanto prácticas como de razonamiento y en el desarrollo del pensamiento creador del estudiante, es una materia que debe contribuir a que en él se lleve a cabo el proceso mental para enfrentarse y resolver adecuadamente situaciones, tanto en relación con las disciplinas en las que la bioquímica es requisito, como en la aplicación de su conocimiento en la práctica médica mediante los procesos de induccióndeducción, análisis-síntesis y abstracciónconcreción. 116 Debido al cambio acelerado de los conocimientos en el mundo actual y a la facilidad de recurrir a las muchas fuentes de información, pienso que, más que insistir en el aprendizaje de una determinada ruta metabólica, sería preferible que los estudiantes aprendieran a aprehender. Cuando el estudiante logra el aprendizaje de la bioquímica, al igual que el de otras materias, es porque en él se han establecido redes mentales que le permiten integrar conocimientos previos, además de que encuentra que esos conocimientos son de utilidad en su formación; pero es insoslayable el papel del profesor, es indispensable que éste tenga conocimientos sólidos en bioquímica, además de los elementos fundamentales de psicología y pedagogía para poderlos comunicar y con ello propiciar que en el estudiante se desencadene el complejo proceso del aprendizaje, el que sólo será ostensible cuando sea capaz de tener respuestas adecuadas debido a las habilidades intelectuales adquiridas. El mejor papel que el profesor puede tener es el de ser conductor del proceso de enseñanza-aprendizaje, donde debe prevalecer la acción de orientación sobre la de información. Por otro lado, el profesor no puede allanar las carencias en las materias como son la química y la biología –que son la base para el aprendizaje de la bioquímica– con las que los estudiantes a veces llegan de las instituciones educativas anteriores, debido a que en ocasiones, el conocimiento tiene poca solidez ya que no se han estimulado las REB 22(3): 115-116 habilidades intelectuales para interpretar, explicar, analizar y comparar a la altura de las necesidades que la bioquímica exige, pero lo que sí puede hacer, es ayudar a que los estudiantes se den cuenta de tales deficiencias mediante actividades que los conduzcan a rescatar aquello que debieran haber aprendido, ayudarles a despertar en ellos el deseo de adquirir ese nuevo aprendizaje y a que vean que el conocimiento exige esfuerzo, estudio, atención, rigor, disciplina y voluntad. En fin, una pieza que puede ser muy importante para que el estudiante decida interesarse por el aprendizaje de la bioquímica, es el nivel de comunicación que tenga con su profesor, basado fundamentalmente en el respeto y la confianza mutua. El respeto del profesor por los estudiantes se expresa cuando: aclara las dudas que ellos planteen, escucha sus opiniones, ofrece ayuda al que va más atrasado, se interesa por las razones que hacen que el estudiante no asista con regularidad a clase, en una palabra les estimula a que aprendan; por otro lado el respeto del estudiante hacia el profesor se apoya en el reconocimiento de sus habilidades intelectuales, del conocimiento que tiene de la bioquímica y materias afines, de su comportamiento, del método de enseñanza, de la calidad humana y del interés que muestre por sus estudiantes. Dra. Yolanda Saldaña Balmori Departamento de Bioquímica, Facultad de Medicina, UNAM