REPTILES. 137 tronco corto y excesivamente grueso en su región

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REPTILES.
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tronco corto y excesivamente grueso en su región abdominal. Entonces también tienen un pico
córneo, propio para cortar las hojas de las plantas acuáticas de que se alimentan exclusivamente,
y en razón de este régimen vegetal su intestino, que está enroscado sobre sí mismo, es de una
extensión considerable. Lentamente y según las especies es como el modo de respiración de
acuático se hace aéreo; primero aparecen y crecen las patas anteriores y las posteriores después,
la cola se acorta y concluye por desaparecer completamente, las mandíbulas córneas caen y
la boca se hiende al través, en fin el canal intestinal se reduce á la dimensión de un tubo
digestivo de carnívoro, porque estos Batracianos una vez llegados á su estado perfecto no se
alimentan mas que de substancias animales. Las branquias de los Batracianos, regularmente en
número de tres pares, están situadas á derecha é izquierda por detrás de la cabeza y sostenidas
por arcos cartilaginosos fijos en el hueso hioides; el agua de que necesitan estar bañadas, cuando
son interiores, llega por la boca y sale de las cavidades que las contienen por orificios de los lados
del cuello, lo mismo que sucede en los peces; cuando son exteriores y que han adquirido su
máximun de desarrollo se parecen ya á especies de borlitas, ya á penachos flotantes divididos en
muchas ramas, y éstas en varios ramillos. Los pulmones tienen una configuración y una extructura algo diferentes, según se observa en las especies de cuerpo corlo y sin cola ó en las que
reúnen á una prolongación caudal formas mas ó menos prolongadas; en las primeras son dos
órganos gruesos y cortos compuestos de celdillas vejigosas redondeadas ó polígonas y muí
transparentes, mientras que en las segundas se parecen á sacos cilindricos cuyas paredes ofrecen
interiormente una apariencia esponjosa.
Como los Batracianos están privados de costillas ó solo poseen rudimientos de ellas, la
respiración se verifica por el juego de los músculos de la gargante que suben y bajan alternativamente estando cerrada la boca; el primer movimiento llama el aire á la boca por las narices,
y el segundo combinado con el cerramiento de éstas por las válvulas que tienen, le obliga á
penetrar en los pulmones. La expiración se verifica al contrario por medio de los músculos
abdominales, que contrayéndose comprimen los pulmones y arrojan de esta manera el fluido, impropio ya para la respiración. Pocos Batracianos ofrecen dientes en las dos mandíbulas á la vez ;
muchos tienen guarnecido el paladar, y hai cierto número que no los tienen en ninguna parte de
la boca. La lengua falta en algunas especies ; la forma y tamaño de este órgano son excesivamente
variables. Ningún Batriciano tiene agujero auditorio externo; tan pronto la membrana del
tímpano es visible, tan pronto el grueso de la piel que pasa por encima no permite que se
vea. Los ojos están generalmente guarnecidos de tres párpados, dos carnosos y uno interno
transparente; en muchos géneros, como las Cecilias, los Proteos, etc., la cubierta cutánea no
está hendida por delante del globo ocular, que en este caso es excesivamente pequeño. Todos -los
Batracianos, á excepción de las Cecilias y Lepidosirenas, tienen el cuerpo sin escamas, y ninguno
posee verdaderas uñas. Tampoco existe señal de órganos genitales en los machos. Los huevos,
cuya cascara es membranosa, son regularmente fecundados en el agua después de haber sido
puestos, lo mismo que los de los peces; solo algunas especies son ovovivíparas.
Los Batracianos, conforme ha podido verse por la exposición rápida que acabamos de hacer
de su organización general, difieren mucho de los Chelonianos, Sorianos y Ofidianos. Por eso
hoi dia la mayor parle de los naturalistas han convenido en considerarlos como constituyendo
no solo un orden entre los reptiles, sino también una clase aparte intermedia entre éstos y
los peces.
Reconocidos como tales los Batracianos según que pierden sus branquias en época mas ó menos
avanzada de la vida, ó bien que conserven estos órganos ó trazas de ellos durante su existencia,
se dividen naturalmente en dos, ó en CADUCIBUANQUIOS y PERENIBUANQUIOS. Estos forman dos
familias llamadas Lepidosirenidas y Proteidas. Aquellos mas numerosos en especies se han
repartido, según la existencia ó no existencia de la cola ó falta absoluta de miembros, en tres
subórdenes con los nombres de ANOUROS, URODELES y PEROMELES. El último solo comprende la
familia de los Ceciloides y el segundo las de los Salamándridas y los Anfiumidas; pero el
primero contiene cuatro: los Ranifo'rmes, cuya lengua es distinta, la mandíbula superior dentada
y la extremidad de los dedos puntiaguda ; los Hylaaformes, que difieren de los precedentes por la
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