reportaje Wine and Food, a Fortunate Alliance Hace algunos años escuché de labios de Don Miguel A. Torres, quien además de ser mi persona favorita es director general de Casa Torres, empresa vitivinícola dedicada a la elaboración y comercialización de grandes vinos españoles, que “una comida sin vino es como un día sin sol”. Él mismo afirma que si el consumidor logra ser un experto gastrónomo, puede elevar esta necesidad fisiológica de comer y beber a la categoría de arte. Dora Julieta González, Sommelier Some years ago, I heard Don Miguel A. Torres, who, besides being my favorite person, is the director general of Casa Torres, a winery that produces and markets the best Spanish wines, say: “a meal without wine is like a day without sunshine”. He asserts that if consumers are able to be expert gastronomists, they can elevate the physiological need to eat and drink to a form of art. S uch assertion may, perhaps, overwhelm more than one. Nonetheless, experience has taught me that any sensitive person can become initiated in the fascinating world of wines. It’s just a matter of decision and dedication. There are several rules of social etiquette that regulate serving and drinking different wines with different dishes: white wines with white meats, seafood, and soft cheeses; and red wines with red meats, game, and ripe cheeses. Fortunately, these precepts are no longer valid, thus allowing consumers to select whatever they like best. At the time of selecting a wine for a perfect “bond” —the union of two different elements, wine and food, which together enhance each other in harmony— besides color, we must consider the wine’s personality, that is, its greater or lesser a c i d i t y, Vino y comida, una alianza afortunada Dora Julieta González, Sommelier P robablemente, tal aseveración abruma a más de alguno, sin embargo, la experiencia me ha enseñado que cualquier persona con sensibilidad puede iniciarse en el fascinante mundo de los vinos; sólo es cuestión de decisión y dedicación. Existen varias normas dentro del protocolo social que reglamentan el servicio y consumo de los distintos vinos con diferentes platos: vinos blancos para acompañar carnes blancas, pescados, mariscos y quesos tiernos; y tintos, para acompañar carnes rojas, caza y quesos maduros. Estos cánones, afortunadamente, han quedado en desuso permitiendo al propio consumidor la elección a su propio gusto. Más allá del color, debemos tomar en cuenta la personalidad del vino, es decir, su menor o mayor acidez, sus aromas, su graduación alcohólica y sobre todo, la textura de su cuerpo al momento de elegir un vino para hacer un correcto maridaje, entendiéndose este término como la unión de dos elementos (vino y comida) diferentes entre sí pero que juntos se realzan armónicamente. Debemos establecer una íntima relación con nuestros sentidos además de tener presentes unas cuantas reglas, lo demás es acumulación de experiencia. La regla de oro para el maridaje Los vinos ligeros acompañan los platos ligeros y los vinos complejos para platos de mayor elaboración. Escoger el vino adecuado para acompañar cada platillo es adentrarnos en un mundo creativo que nos permite dar rienda suelta a nuestros sentidos. 34 bouquet, alcoholic content, and most of all, the texture of its body. We must establish an intimate relationship with our senses, besides keeping in mind a few rules. The rest is accumulating experiences. The Golden Rule to Establish this Bond Light wines go with light foods and complex wines, go with more elaborate foods. Selecting the appropriate wine for each dish is penetrating a creative world that enables us to give free rein to our senses. Serving Wine When serving wines, select white wines prior to red wines; dry ones, prior to sweet ones; wines with less body are served prior to those with more body; those of lesser quality, prior to fine wines; sparkling wines, such as Cava and Champagne, can be served throughout the entire meal. It is recommended to avoid the following foods as much as possible: white vinegar, artichokes, asparagus, watercress, garlic and chocolate, as well as olives, capers, and anchovies and all those foods with a very high salt concentration, since these exacerbate tannins contained in wines, making then taste bitter. In the case of fish and seafood, a good “bond” can be raw fish or seafood marinated in lime juice, accompanied by a fresh and aromatic white wine, such as a Sauvignon Blanc, Riesling or Gewürztraminer; a fish fillet with almonds in a butter sauce, goes great with white wines with more body, such as a good Chenin Blanc, Chardonnay, Albariño or a young red wine, such as a Merlot, Syrah or Pinot Noir. Of course, in both cases, sparkling wines, such as Champagne or Cava, would be the best, provided they are within our budget. Selecting the appropriate wine for each dish is penetrating a creative world that enables us to give free rein to our senses and our inventiveness. You no longer need to be an expert. You just simply have to be daring! Servicio de los vinos En cuanto al servicio de los vinos, elegir blancos antes que tintos; secos antes que dulces; jóvenes antes que con crianza o añejos; de menos cuerpo antes que los de mayor cuerpo; de menor calidad antes que los más finos; los vinos espumosos, como el cava y el champagne, pueden ser servidos de principio a fin. En la medida de lo posible es recomendable evitar los siguientes alimentos: vinagre de alcohol, alcachofas, espárragos, berros, ajo y chocolate. Estos alimentos exacerban los taninos del vino y lo vuelven amargo, así como aceitunas, alcaparras y anchoas y todos aquellos cuya concentración de sal es muy alta. En el caso de los pescados y mariscos, un buen maridaje puede ser el cebiche de pescado y mariscos acompañados con algún vino blanco fresco y aromático como aquellos elaborados con las variedades sauvignon, blanc, riesling o gewürztraminer; un filete de pescado almendrado, a la mantequilla, podrían ser custodiados con vinos blancos de mayor cuerpo como un buen chenin blanc, chardonnay, albariño o, por un tinto joven a base de merlot, syrah o pinot noir. Desde luego que para ambos casos un vino espumoso, como un champagne o un cava, sería lo mejor si se encuentra dentro de nuestro presupuesto. Escoger el vino adecuado para acompañar cada platillo es adentrarnos en un mundo creativo que nos permite dar rienda suelta a nuestros sentidos y nuestra capacidad de ingenio. Ya no es necesario ser un experto, simplemente atrévase. 35