ALFONSO CAMARGO M. como una sola idea) las llamo ideas complejas. Tales son la belleza, la gratitud, un hombre, un ejército, el universo60. Pero en la formación de estas ideas complejas la mente ejerce diversos actos sobre las ideas simples. Así, siempre que combina ideas simples se obtienen las ideas complejas. Cuando junta dos ideas, ya sean simples ya sean complejas, para ponerlas una cerca de la otra, de tal manera que pueda verlas al mismo tiempo sin combinarlas en una, la mente obtiene sus ideas de relaciones. Cuando la mente separa todas las demás ideas que la acompañan en su existencia real, entonces se realiza la abstracción. Así es como la mente hace todas sus ideas generales. A partir del material de la experiencia sensible y reelaborado por la mente obtenemos, según Locke, tres categorías (o las varias formas posibles de nuestras ideas complejas): modos, substancias y relaciones. Modos Llamo modos a esas ideas complejas que, por compuestas que sean, no contengan en sí el supuesto de que subsisten por sí mismas, sino que se las considera como dependencias o afecciones de las substancias (por ejemplo, las ideas significadas en las palabras gratitud, triángulo, asesinato) 61. Los modos (o modificaciones) son ideas compuestas, que no designan algo existente en sí, sino que ha de considerarse como determinaciones o propiedades de una cosa. Hay, en primer lugar, modos simples (simple modes) si constan de elementos parciales de la misma índole. Por ejemplo, si suponemos que tenemos la idea simple de uno, podemos repetir esta idea o combinar tres ideas de la misma especie para formar la idea compleja de tres, que es un modo simple de uno. Los ejemplos que Locke propone aquí son las ideas de espacio, duración, número, infinitud, modos de movimiento y de sonido, de color, sabor y olor. Así, “deslizarse, rodar, caer, arrastrarse, pasear, correr, danzar, saltar, brincar (...), son todas ellas diferentes modificaciones del movimiento”62. Del mismo modo, azul, rojo y verde son modificaciones del color. De la misma manera, Locke considera los números como modos simples de número. Ensayo, II, XII, 2. Ibid. 4. 62 Ensayo, II, XVIII, 2. 60 61 45