HOMEOPATÍA DE DR. JAVIER CONDE RODRÍGUEZ 24 de marzo de 2011 LOS PRINCIPIOS EN QUE SE BASA LA HOMEOPATÍA. 7.- EL DINAMISMO O LA FUERZA VITAL. SEPTIMO PRINCIPIO Razón filosófica de la enfermedad y el enfermo.- GALENO (Médico Alópata) distinguió la enfermedad de la afección. "La afección es una viciación directa de la naturaleza humana", y recomendaba distinguirla de los síntomas que son su manifestación exterior, los cuales constituyen la enfermedad. En toda perturbación vital, "la afección es el lado subjetivo y la enfermedad el lado objetivo. LA AFECCIÓN es una especie de YO INTERIOR y la ENFERMEDAD el YO EXTERIOR". "La afección pues, es la causa radical de la enfermedad, causa perfectamente desconocida para nosotros y, como tal, se encuentra en el abismo de los misterios, solo a Dios le está reservado este conocimiento". Esta distinción Galénica, ¿es falsa o es cierta?, Como quiera que sea, la Homeopatía la admite porque esta de acuerdo con las ideas dinámicas, porque para la Homeopatía, la enfermedad es la manifestación del desequilibrio de la FUERZA VITAL. Concebimos a la FUERZA VITAL como la energía referida a cada una de las entidades individuales, a cada uno de los órganos en particular, a cada una de las células, así como a la participación de cada uno de los elementos vitales en la energía universal; aquella que permite todo movimiento y todo cambio a cada uno de los elementos que constituyen un todo. Dice Hahnemann en el parágrafo 10; “El organismo material, desprovisto de la fuerza vital, es incapaz de sentir, de funcionar, de defenderse; le son posibles todas las sensaciones y ejecuta todas las funciones de la vida únicamente por obra de algo viviente, inmaterial (el principio vital) que anima al organismo material tanto en la salud cuanto en la enfermedad”. Y en el parágrafo 11; “Cuando una persona cae enferma, es solamente esta fuerza vital, espiritual, autónoma (automática, autocrática) activa en todo su organismo, la que ha sido perturbada previamente por la influencia dinámica ejercida sobre ella por un agente morbífico hostil a la vida... Y solo se hace conocer por la manifestación de la enfermedad en las sensaciones y en las funciones de esas partes del organismo expuestas a los sentidos del observador y del Médico, o sea por Síntomas mórbidos, y de ningún otro modo puede conocérsele”. Ateniéndose a estas consideraciones y sujetándose a su credo filosófico, la Homeopatía estudia al Hombre en sus tres componentes: la parte somática (orgánica), la parte mental (espiritual) que nos hace tener pensamientos, sentimientos y voluntad; y la vida (fuerza vital) que es la que une a la parte somática con la parte espiritual, y es la 1 gabe.comuf.com HOMEOPATÍA DE DR. JAVIER CONDE RODRÍGUEZ 24 de marzo de 2011 que se trastorna en todos los padecimientos y da la amplia gama de susceptibilidades hacia el medio ambiente (enfermedades). Continúa Hahnemann en el parágrafo 13; “En consecuencia la enfermedad (que no está encuadrada en los dominios de la práctica quirúrgica) considerada, según los Alópatas, como algo separado del todo viviente, del organismo y de la fuerza vital que lo anima y que estaría oculta en lo interior - por más sutil que fuera su índole - es una absurdidad que sólo pudo ser imaginada por mentalidades de extracción materialista y que durante miles de años ha impartido al sistema prevaleciente de medicina todas esas orientaciones perniciosas que han hecho de él un arte verdaderamente perjudicial (no curativo)”. Siendo la fuerza vital algo dinámico, ¿cómo creemos poder curar con medicamentos que no vibran en la frecuencia de la fuerza vital en desequilibrio?, ¿Cómo pensamos restablecer la salud comunicándonos con la fuerza vital en un idioma que ni siquiera conoce?. Es como si tratáramos de comunicarnos profundamente con un ser supremo con gestos y ademanes grotescos. La Fuerza Vital, es el rector de todas las funciones de la organización humana, sustenta la salud, hace la enfermedad cuando así le convenga y desata el proceso de curación, es la Naturaleza misma, es la VIS MEDICATRIX NATURA, forma parte intrínseca del fenómeno de la vida y cuando por circunstancias morbígenas va tomando una dirección equivocada hacia la destrucción, lo único que necesita es un poco de ayuda, pero en el mismo sentido de su esfuerzo o intento curativo, para de esa manera rectificar. Somos energía, lo que nos impele es energía, lo que nos hace humanos es energía Divina, por ende, la fuerza vital es energía. En el idioma del dinamismo y de la energía debemos dirigirnos a ella para tratar de restablecer el equilibrio. De aquí que nuestro lugar como Médicos, sea el de ayudante del Dinamismo o Fuerza Vital. Prácticamente, si la enfermedad es la manifestación, la personificación de la afección, el enfermo debe ser, y lo es, la manifestación, la personificación de la enfermedad. La Homeopatía no trata las enfermedades, solo trata a los enfermos, las enfermedades representan esencialidades morbosas. Los enfermos representan los estados, las especies morbosas. El enfermo es la enfermedad hecha Hombre, la enfermedad hecha Individuo. Así pues, el enfermo es sinónimo de INDIVIDUALIZACIÓN. Por eso los verdaderos Homeópatas, consideramos y tenemos en cuenta siempre las INDIVIDUALIDADES MORBOSAS, esto es, individuos enfermos, individuos que tienen una MANIFESTACIÓN MORBOSA ACTUAL, TRANSITORIA, CIRCUNSTANCIAL, los síntomas que caracterizan las especies morbosas: ¡HE AQUÍ AL ENFERMO!. 2 gabe.comuf.com