CAPÍTULO 9 .- LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. EL PROCESO ROMANO Y SU PROYECCIÓN EN EL DERECHO MODERNO (2ª PARTE). 1.- Recursos complementarios de la jurisdicción del Pretor El Pretor podía realizar una serie de actos fundados en su imperium, que venían a complementar los actos propios de la jurisdicción. En ellos el magistrado actúa por sí mismo, sin ulterior remisión al juez. Estos actos del Pretor son: Estipulaciones pretorias: contratos verbales que ordena realizar en su presencia a dos personas o partes interesadas. Missiones in possessionem: son los actos por los cuales autoriza a una persona para que tome posesión de los bienes de otra, en su totalidad o en bienes singulares. Interdictos: son órdenes que pueden estar dirigidas a prohibir ciertos actos o hechos de carácter violento, o por el contrario, a ordenar la realización de algún acto. El actor debe solicitar al Pretor el interdicto, y éste realiza a continuación un breve examen de los hechos que dan lugar a la solicitud., y si así lo estima, emite un decreto que contiene la orden de prohibir u ordenar la actuación solicitada. Si no se acata se abriría un proceso ex interdicto para llevar a cabo su ejecución. Restitutiones in integrum: que consisten en resoluciones del magistrado, en virtud de las cuales declaraba no conocer los efectos de un hecho o acto jurídico. 2.- El proceso cognitorio oficial como precedente del proceso civil actual. La terminología del procedimiento propio del Orden de los Juicios Privados y, de forma especial, las diferentes características que presenta el nuevo proceso cognitorio, iniciado de modo extraordinario -extra ordinem- en el S. I, están en la base de la regulación actual del proceso civil, conforme a la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000. Entre éstas nuevas características cabe mencionar la transformación del antiguo juez o árbitro privado en un juez funcionario –por la dependencia jerárquica del juez a la figura del Emperadorque tramitará todo el proceso -desapareciendo la anterior bipartición del mismo-. La acción va a ser la forma de solicitar protección jurídica a la Justicia oficial que finaliza con una sentencia susceptible de ser ya apelada ante un juez superior. Como puede observarse estos rasgos están en consonancia con la regulación procesal civil actual. Veamos las principales notas del nuevo proceso sobre su tramitación, sentencia y posible apelación. 3.- La tramitación del proceso cognitorio. El demandante inicia el proceso únicamente con el escrito de demanda acompañado de las pruebas de las que intenta valerse, del cual se da traslado a la parte contraria para su conocimiento. Compareciendo ambas partes ante el magistrado actor y demandado realizan sus contrapuestas alegaciones –narratio y contradictio- respectivamente-, que da a lugar al momento procesal donde las partes fijan definitivamente el objeto del litigio –litis contestatio- que presenta menor relevancia que en el Orden de los Juicios Privados, pero sirve para quedar acreditado el estado de pendencia del proceso. Posteriormente se celebra la fase de pruebas donde la de carácter documental prevalece sobre la testifical, y en la que aparecen determinadas presunciones –dispensas de prueba- como medio de prueba por imperativo legal. 4.- La sentencia. Todo ello conduce a la sentencia, donde a diferencia de procedimientos anteriores, puede no consistir en una pena pecuniaria y el propio actor puede resultar condenado. Aparece la posibilidad de condenar en costas procesales. 5.- La apelación. La sentencia podía impugnarse o apelarse ante el magistrado de rango superior, en ese caso la ejecución quedaba en suspenso, en caso contrario devenía firme. En caso de apelación el Juez funcionario superior examinaba toda la causa nuevamente y podía el apelante ser castigado nuevamente incluso de forma mas grave que en la primera sentencia. 6.- El proceso en las provincias. Leyes de diversos lugares de la antigua Hispania, nos han dado noticias de que en provincias, en la época imperial el proceso aparece como una mezcla de reglas del orden de los juicios privados, del proceso cognitorio, e incluso de la regulación administrativa, existiendo asimismo algunas sanciones propias del derecho criminal.