•5^9 Kcidad cupiese á un hombre, que habia escrito tan sólidamente contra las heregías, y que habia establecido en su Libro intitulado; Las prescripciones contra los Hereges, principios para refutar invenciblemente todos los errores de Montano? ¡Terrible exemplo de los e x cesos, en que puede caer el mas despejado entendimiento, quando en castigo de su sobervia le abandona Dios á sus propias luces! Prueba convincente de que es necesario sujetarse con humildad á la autoridad de la Iglesia. Esta heregía fué condenada por la Iglesia de Francia, como consta de aquella célebre epístola ó carta misiva, que enviaron las Iglesias de Viena y de León á las del Asia y Frigia sobre los mártires de aquellas: (g) y del mismp modo la refutaron otros varios Autores. (h)S'?t!rri^"m Taciano y sus discípulos llamados Encratitas, condenaban el Matrimonio. Decian que no era permitido comer la carne de los animales, ni beber vino. A causa de-estos-errores fueron llamados Encratitas, palabra griega , que quiere decir continentes. E l horror que tenian al v i n o , hacia que no ofreciesen sino agua en el Santo Sacrificio de la Misa. Negaban que Adán se hubiese salvado, ( i ) Fueron refutados por S. Clemente de Alexandría, S. Irenéo, Orígenes, San Epifanio y Ciros muchos. Continua el Diálogo quinto entre el Eclesiástico y su Labrador. Ecles. Es verdad que nuestro Redentor Jesús rel^rendid al Apóstol San Pedro quando hirió á Malcoí (g) (h) tiades, Bistor. (i) ^-pisc. Euseb. Ecclesiast. Histor. lib. 3. cap. 3. Apolinaris Hierapolitanus Episcopus, Apolonius, MilSerapion, et alii, ut referí idem Eusebias in Eccles. lib 4. cap. 27. ..; .¿ .um S. Irencjs, Eusebius, S. Epiíaíaias,'S. Philartr. s, Aueust. et Theodoret.