220-43152 Asunto: Acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto. Me refiero a su comunicación radicada en esta entidad con el número 84412, por medio de la cual formula una serie de inquietudes relacionadas con la emisión de acciones con dividendo preferencial y su derecho a voto que se concretan en determinar: si puede una sociedad de economía mixta emitirlas cuando sus estados financieros recientes no han arrojado utilidades que repartir y cuando incluso no tiene proyectadas utilidades operacionales y netas? Es posible que una sociedad comercial que se encuentra en causal de disolución por efectos de la reducción de su patrimonio frente al capital social emita acciones con dividendo preferencial sin derecho voto como medida dirigida a enervar la disolución de la sociedad? De conformidad con el concepto de la Superintendencia de Sociedades la única normatividad aplicable para la emisión de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto es la contenida en la Ley 222 de 1995. Existen normas que limiten esta posibilidad jurídica para las sociedades diferentes a las contenidas en esta ley? Sobre el particular, me permito manifestarle en relación con los dos primeros interrogantes, que la respuesta es afirmativa, por cuanto de la normatividad legal contenida en los artículos 61 y siguientes de la Ley 222 de 1995, que regula lo concerniente a la emisión de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto, se establece lo siguiente: a.- Las acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto, pueden ser emitidas por todo tipo de sociedades por acciones, entre las que se entienden incluidas las de economía mixta, cuando así lo decida la asamblea general de accionistas. b.- Si bien entre los derechos que conceden las mencionadas acciones a su titular, está el de percibir un dividendo mínimo preferencial, es claro que a éste hay lugar en la medida en que la sociedad al corte de los estados financieros debidamente aprobados por el máximo órgano social presente utilidades, con base en las cuales los titulares de las mismas podrán exigir su pago. En el evento de no arrojar utilidades o no tenerse proyectadas las mismas, el ejercicio de dicho derecho queda supeditado a la existencia futura de utilidades, sin que ello implique su desconocimiento. Valga anotar que de conformidad con el artículo 64 ibidem, de detectarse que se han ocultado beneficios que conlleven a que se disminuyan las utilidades que hagan imposible cancelar el dividendo mínimo, la superintendencia respectiva de oficio o por solicitud de tenedores de dichas acciones que representen por lo menos el 10% de ellas, podrá determinar que los titulares de las acciones que nos ocupan, participen con voz y voto en la reuniones del máximo órgano social, hasta tanto se subsanen las anormalidades presentadas. Con relación al tercer interrogante, es claro que para enervar la causal de disolución por perdidas en que se encuentre una sociedad, puede optarse por la emisión de un número determinado de acciones, independientemente de la calidad de las mismas, bien sea acciones ordinarias, privilegiadas o con dividendo preferencial y sin derecho a voto, como mecanismo tendiente a la obtención de nuevos recursos por parte de sus accionistas o de terceros, en orden a superar la causal de disolución en que se encuentra incursa la sociedad. En tal caso, es preciso tener en cuenta que conforme lo consagrado en el artículo 220 del Código de Comercio, la causal de disolución por perdidas, puede enervarse dentro de los seis meses contados a partir de la fecha en la cual el máximo órgano social tenga conocimiento de dicha situación, tomando las medidas que sean pertinentes, para lograr el restablecimiento del patrimonio. Respecto al cuarto interrogante, basta señalar que la única regulación aplicable en materia de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto, es la contenida en la Ley 222 de 1995, amén del artículo 66 de la mencionada ley, que estableció la facultad para que el gobierno nacional reglamente todo lo concerniente con las citadas acciones. Por tanto, no existe en la actualidad norma legal alguna que limite a un determinado tipo de sociedades por acciones la emisión de las mencionadas acciones.