cipalm."' la ultima en que le daba cuenta, como en 1 6 de Junio de 1 8 0 1 hizo el R e y una reforma entera en este Real Establecim.'° Botánico, retirando con sus sueldos a los empleados y nombrándome á mi Gefe y único Profesor. E s increíble quanto hemos trabajado y o y mis dos alumnos para entonar este Establecim. 10 tal era su abandono. Lo encontré pobre en plantas y esas mal determinadas: sin escuela, y la he formado conforme al sistema sexual reducido á 1 5 clases, como lo he publicado en mi curso del año pasado: sin gusto ni aficionados; y he conseguido electrizar la nación, viendo un concurso de mas de 200 personas, entre las quales un buen num.° de una aplicación increíble. Me lisongeo sacar discípulos aprovechados, promover la ciencia y hacer que el buen gusto y solida instrucción se esparza por las Provincias. »Para enriquecer nuestro Jardín le he de merecer á V m . me envíe semillas que lo podra hacer baxo el siguiente sobrescrito aunque sean fuertes los paquetes: 1 «A los Señores Directores de Correos. = Para el R. Jardín » Botánico. »-Madrid.» »En mi primer discurso de abertura di la historia de nuestra Botánica y el mejor personage de ella fue el S . o r Don Josef Ce- lestino Mutis. Elogié su mérito, di alguna idea de sus trabajos y útiles descubrim. los mas nunca qual corresponde al distinguido mérito de mi héroe. Nuestro Z e a , su mas ardiente apasionado me dio datos para dar algunas pinceladas. Este joven defendió á V m . contra estos Zoilos, enemigos de los estudiosos, y publicó una excelente disertación sobre las Quinas. Ortega y compañía intentó deprimir los merecidos elogios: pero Aliber en Francia y y o aqui reduximos al silencio á sus mordazes émulos. T a l vez la envidia, y la intriga habrán hecho llegar ahi noticias supuestas, ó para desacreditar el afecto y respeto de Z e a , ó para inquietar la tranquilidad de su animo de V . m Desprecíelas V m . todas y viva seguro que su reputación en Europa está acrisolada, y que todos desean ver sus excelentes producciones para