S iempre busco lo mejor y el ciclismo de montaña no es la excepción. Bajo este parámetro me dediqué a navegar en Internet para encontrar el mejor lugar del mundo para mis próximas vacaciones. Encontré una infinidad de opciones; decidí probar en Canadá, país que es ya sinónimo de buen ciclismo, sus veredas casi interminables son una leyenda de la que casi cualquier ciclista que se considere serio ha oído hablar. Leí de su infraestructura ciclo montañesa, sus tradiciones, la belleza de sus ciudades que se añaden a la experiencia de rodar y cada vez me convencía más. Me gusta planear las cosas para que resulten lo más cercano al 100% de efectividad. La respuesta que recibí al contactar con sitios y guías canadienses prácticamente lo aseguraba. Además, es una zona que ha estado muy cerca del nacimiento y la evolución del ciclismo de montaña, siguiendo las líneas claras del campo traviesa, el enduro y el downhill, llevando cada una a un nivel de excelencia que en muchos países sólo se puede soñar. La sola idea de rodar allá acelera mi pulso. Invité a mi amigo Beto, quien además de ciclista es fotógrafo. De las bicis no nos preocupamos, ya que encontré un sitio que nos rentaba la bici que queríamos entre una gran variedad de modelos, por supuesto Made in Canada, así que no tendremos que empacar ni cargar nada más que el equipo básico, las cámaras, alguna ropa y muchas ganas de rodar en el paraíso prometido. Pronto estamos ya en territorio canadiense y nos dirigimos al parque Ski Bromont, muy cerca de la ciudad de Montreal, que por sí misma es todo un espectáculo, pero a lo que venimos: a buscar el mejor del mountain bike del planeta. Ski Bromont (www.skibromont. com/en) es un parque que tiene más de 21 descensos de diferentes niveles de dificultad, bien marcados, señalizados y en condiciones perfectas para encontrar adrenalina en cantidades industriales. Al llegar nos impactó el paisaje de otoño con los bosques de árboles multicolores, cosa que no es común en México. Montañas que parecen interminables nos rodean y no podemos esperar. Son apenas las 10 de la mañana y queremos aprovechar cada minuto del día. Previamente escogimos el paquete downhilero que incluye una bici Rocky Mountain Flatline Park con 200 mm de recorrido, casco full face, espinilleras y rodilleras por tan solo 167.00 dólares canadienses (CAD) por un día. El servicio es cordial y de una precisión impresionante, aquí puedes preguntar y pedir lo que quieras de información del equipo, de los recorridos y prácticamente de todo lo que quieras saber de la región. 4 Montañas de ensueño: downhill y campo traviesa en Canadá Por Francisco Riba Fotos: Beto Adame 5 Ahora vamos a una de las más populares: La Ligne Verte de 3.5 km y de nivel intermedio, muy frecuentada por sus paisajes y por su trazo. Seguimos con Boomerang que tiene una mega rampa en un puente que puede catapultarte a considerable altura. ¡Sin problema, las Rocky Mountain se desayunan estos saltos! y los peraltes finales son súper divertidos. 6 Acostumbrado a subir a la cima en camioneta, el teleférico es una maravilla que nos da la oportunidad de mirar los recorridos y las montañas, pero sobre todo los bosques que en esta temporada se pintan de colores que parecen un cuadro que raya en lo surrealista. El paisaje con los árboles que van del verde claro pasando por el amarillo a naranja y rojo oscuro, a veces nos parece que fueron pintados a mano. Esta vista agrega mucha intensidad emocional a la rodada. Es indivisible la experiencia del ciclismo de montaña y la belleza de la misma montaña, del terreno, del trazo, de sus árboles, así que el resultado final de nuestra rodada promete ser todo un suceso empezando por estos bosques multicolores, por la subida en los teleféricos (lifts) y por el aspecto hi-tech de las bicis, sin dejar de mencionar el servicio que hasta ahora nos han brindado. El precio del teleférico es de 39 CAD por todo el día. Nuestro guía personal nos lleva paso a paso para entrar de lleno al tema. Empezamos la primera bajada a las 10 de la mañana. Pronto estamos más que sorprendidos gratamente por la bajada tan completa y divertida. Completa por todos los saltos, rampas y sobre todo los peraltes en las curvas –los hay de todos tamaños y todos los grados de inclinación. Nos vamos acostumbrando a rodar cada vez más rápido en las curvas con la bici ya en posición casi horizontal, saltando cada vez más alto en las rampas, confiados en que no habrá malas sorpresas. Las bicis brillan por su comportamiento. Rocky Mountain nació y creció en las montañas canadienses, y sabe lo que se necesita para soportar el manejo rudo. Terminamos La Trasverse y conectamos con Zig Zag bajando más de 500 m de desnivel en el proceso. El nivel de estas primeras rutas es avanzado. Ahora vamos a una de las más populares: La Ligne Verte de 3.5 km y de nivel intermedio, muy frecuentada por sus paisajes y por su trazo. Seguimos con Boomerang que tiene una mega rampa en un puente que puede catapultarte a considerable altura. ¡Sin problema, las Rocky Mountain se desayunan estos saltos! y los peraltes finales son súper divertidos. Cada vez que subimos en el teleférico disfrutamos de la vista de los bosques y montañas, es algo de lo que tampoco nos cansamos. Ya entrada la mañana se agregan los gritos de gusto de los ciclistas que pasan bajo nosotros. Es increíble la sensación de estar al 100% en nuestro ambiente. Terminamos el día con Le Couleé y New York, cada una con características propias lo que completaba el catálogo de terrenos para rodar aquel día. Anduvimos por las rutas de categoría avanzada y aún nos faltaron las de nivel experto que están marcadas en negro o Doble Diamante. Fuimos por algo de comer, escogiendo entre muchas deliciosas opciones en el área especializada junto a la villa. Algunos de los bares y/o restaurantes que recomiendo son: Le Brouemont, Macintosh, Linthip y L’Etrier, todos de lo mejor. Ya entrada la tarde, cansados, decidimos relajarnos en el Balneá Spa especializado en masajes y prácticas de meditación. A decir de nuestro guía, este tratamiento es de lo mejor para los deportistas que requieren un 100% de concentración. Después de una sesión de Shiatsu estábamos como nuevos, pero el día aún no acababa y ya era hora de cenar. Llegamos a Le Macintosh Pub, muy cerca del hotel donde nos hospeda- 7 Restan muchos lugares más para visitar tanto en la bici de montaña cómo en bici urbana; baste decir que Montreal es la segunda ciudad de habla francesa más grande del mundo, con una cultura ciclista muy avanzada, y sus parques para ciclismo cumplen con la leyenda en que se han convertido. mos. Al día siguiente rodaríamos en un lugar diferente al parque de downhill, un sitio totalmente de campo traviesa en veredas muy extensas. Dormimos muy relajados y satisfechos de la experiencia pero ansiosos de seguir rodando. Quien es ciclista dedicado sabrá lo que se siente esperar una jornada desconocida. A una hora de camino de Bromont llegamos a Parc de La Gorge de Coaticook, un parque que tiene como eje central una cañada de 50 m de profundidad enclavada entre montañas no muy altas y densamente arboladas, con un río transparente corriendo al fondo y a todo lo largo del parque. La entrada cuesta 10 dólares canadienses y es probable que no completes el día a menos que traigas piernas en muy buena condición. Este parque tiene unos 70 km de veredas divididas en recorridos marcados para principiantes, intermedios y expertos por su longitud y destreza requerida. Aquí también puedes escalar en roca y hielo (en temporada), andar a caballo y rodar por su ciclopista, además de acampar y caminar por senderos, así que puedes llevar a la familia. 8 Ahora nuestras bicis eran unas Rocky Mountain Thunderbolt 27.5”, más adecuadas a este terreno que sube y baja constantemente pero sin los saltos típicos de los descensos downhileros. Iniciamos con una subida sostenida que nos da la oportunidad de ver los cambios de vegetación, de los bosques de pinos a los bosques de colores que otra vez llenan nuestros ojos de postales maravillosas. Uno de los pasajes característicos de este lugar es entre campos de helechos de unos 50-60 cm de altura. Las veredas describen toda clase de curvas muy cerradas antes de entrar de nuevo al bosque. El paso en troncos huecos a modo de pequeños puentes requieren concentración total, aunque las consecuencias de caer no parecen para nada graves, es más un ejercicio de equilibrio. Las veredas son el sueño de todo ciclista por las numerosas curvas en todos los colores y sabores que se pueda imaginar, tanto de subida como de bajada. El ambiente es sombreado, el piso lleno de hojarasca y las vistas invitan a quedarse, pero ya es media tarde y por hoy fue más que suficiente, ¡nos vamos a comer! Llegamos a la Microbrasserie Coaticook, una cervecería local que produce la Morello Cherry Beer, deliciosa y, a decir de sus fabricantes, “con un delicioso aroma a cereza fresca y almendras”. De regreso en Montreal nos hospedamos en el Le Place d’Armes Hotel & Suites, ubicado en el antiguo Montreal. La Basílica de Notre Dame está al cruzar la calle y es una visita que no te debes perder, independientemente de qué tan cansado estés. Abundan las cafeterías, las galerías de arte y las tiendas, y las calles esconden interesantes rincones cómo el Boulevard Saint Laurent. La iluminación de los edificios al caer la noche es majestuosa y resaltan su belleza, simplemente impactante. Para acabar el día cenamos en el restaurante Le Filet que se especializa en comida del mar. Si pudiéramos quedarnos, lo haríamos sin pensarlo. Restan muchos lugares más para visitar tanto en la bici de montaña cómo en bici urbana; baste decir que Montreal es la segunda ciudad de habla francesa más grande del mundo, con una cultura ciclista muy avanzada, y sus parques para ciclismo cumplen con la leyenda en que se han convertido. Si quieres puedes planear tu visita rentando bicis, contratando guías, reservando hospedaje que va desde acampada a hoteles de 5 estrellas, de tal modo que tendrás un evento prácticamente sin fallas. La gente de Montreal es alegre y gusta divertirse en cualquier temporada, sentirás el apoyo en todo momento tanto en tus recorridos en la ciudad como en el campo. Si quieres visitar Montreal como primer destino, el cual recomiendo, visiten http://www.tourisme-montreal.org Para deleitarse tanto en enduro como downhill, Ski Bromont es la opción. En su página www.skibromont.com/ en encontrarás diferentes paquetes, algunos se adaptan a tu nivel de manejo y condición física. La liga para Coaticook es http://www. gorgedecoaticook.qc.ca, y recuerda llevar piernas de repuesto porque ¡no te la vas a acabar! 9