¿CUÁL ES EL PAPEL DE UNA MADRE CRISTIANA? Por Esperanza Santana Usualmente se escucha a las madres decirles a los hijos: “¡¡Es la única vez que te lo digo!!” Dios nos enseña: “Y estas palabras que yo te mando hoy,…se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes" Deuteronomio 6:7. ¿Qué dice la Biblia acerca de ser una madre cristiana y sus responsabilidades? Ser madre, es un papel muy importante que el Señor elige otorgar a muchas mujeres. Se dice que las madres deben amar a sus hijos. En Tito 2:4-5 leemos: “… que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.” En Isaías 49:15a la Biblia dice, “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?” ¿Cuándo comienza la maternidad? Los hijos son un regalo del Señor (Salmo 127:3-5). En Tito 2:4, aparece la palabra griega “phileoteknos”. Esta palabra representa una clase especial de amor: “amor materno.” La idea que se desprende de esta palabra es la de “preferir” a nuestros hijos, “cuidar” de ellos, “alimentarlos”, “abrazarlos con amor”, “cubrir sus necesidades”, “entablar una tierna relación” con cada uno como si fuera el único salido de la mano de Dios. Se nos manda en la Escritura ver el “amor materno” como nuestra responsabilidad. En la Palabra de Dios se les ordena tanto a las madres como a los padres, llevar a cabo varias cosas en las vidas de sus hijos: *Estando disponibles – mañana, tarde y noche (Deuteronomio 6:6-7). Involucrándose - interactuando, acordando, pensando y procesando la vida juntos (Efesios 6:4). Enseñándoles – con las Escrituras, el punto de vista bíblico del mundo (Salmo 78:5-6, Deuteronomio 4:10; Efesios 6:4). Entrenándoles – ayudando al niño a desarrollar sus habilidades y descubrir su potencial (Proverbios 22:6). Disciplinándoles – Enseñándoles en el temor de Dios, señalándoles sus límites en forma consistente, amorosa y firme (Efesios 6:4; Hebreos 12:5-11; Proverbios 13:24, 19:18, 22:15, 23:13-14, 29:15-17). Nutriéndoles – Proveyendo un ambiente de constante soporte verbal, libertad de fallar, aceptación, afecto y amor incondicional (Tito 2:4; 2 Timoteo 1:7; Efesios 4:29-32, 5:1-2; Gálatas 5:22; 1 Pedro 3:8-9). Moldeándolos con integridad – Viviendo lo que enseñes, siendo un modelo mediante el cual un niño pueda aprender, “captando” la esencia de una vida piadosa (Deuteronomio 4:9, 15, 23; Proverbios 10:9, 11:3; Salmo 37:18, 37). La Biblia nunca ordena que todas las mujeres deban ser madres. Sin embargo, dice que aquellas que son bendecidas siendo madres deben tomar seriamente esa responsabilidad. Las madres deben tener un papel único y de importancia crucial en las vidas de sus hijos. La maternidad no es un trabajo o tarea desagradable. Al igual que una madre lleva a su bebé durante el embarazo, y alimenta y cuida del niño durante su infancia, así también las madres juegan un constante papel en las vidas de sus niños, adolescentes y jóvenes adultos, y aún cuando llegan a la edad madura. Mientras que el papel de la maternidad debe cambiar y desarrollarse – el amor, el cuidado, la educación y el ánimo que da una madre, nunca deben terminar. Lo opuesto: una mujer que no cuida de su casa, y sus consecuencias: ¿Padres insensatos? Proverbios 19 habla acerca de los pros y contras de lo que una madre hace a favor, o en contra, de los hijos. 1 Mejor es el pobre que camina en integridad, Que el de perversos labios y fatuo. 2 El alma sin ciencia no es buena, Y aquel que se apresura con los pies, peca. 3 La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón. 4 Las riquezas traen muchos amigos; Mas el pobre es apartado de su amigo. 5 El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras no escapará. 6 Muchos buscan el favor del generoso, Y cada uno es amigo del hombre que da. 7 Todos los hermanos del pobre le aborrecen !Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará la palabra, y no la hallará. 8 El que posee entendimiento ama su alma; El que guarda la inteligencia hallará el bien. 9 El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras perecerá. 10 No conviene al necio el deleite; ¡Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes! 11 La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa. 12 Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, Y su favor como el rocío sobre la hierba. 13 Dolor es para su padre el hijo necio, Y gotera continúa las contiendas de la mujer. 14 La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente. 15 La pereza hace caer en profundo sueño, Y el alma negligente padecerá hambre. 16 El que guarda el mandamiento guarda su alma; Mas el que menosprecia sus caminos morirá. 17 A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. 18 Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo. 19 El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias, añadirá nuevos males. 20 Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez. 21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá. 22 Contentamiento es a los hombres hacer misericordia; Pero mejor es el pobre que el mentiroso. 23 El temor de Jehová es para vida, Y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal. 24 El perezoso mete su mano en el plato, Y ni aun a su boca la llevará. 25 Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia. 26 El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, Es hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio. 27 Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas Que te hacen divagar de las razones de sabiduría. 28 El testigo perverso se burlará del juicio, Y la boca de los impíos encubrirá la iniquidad. 29 Preparados están juicios para los escarnecedores, Y azotes para las espaldas de los necios. Vemos ejemplos del hombre que busca riquezas, del que habla mentiras; del ocioso que vive en necedad; habla del iracundo, del haragán, etc. En el v. 16 dice que los que son diligentes en guardar el mandamiento en todo, haciendo de él la norma de su conducta, guardan su alma, es decir, preservan su vida. Si guardamos la palabra de Dios, la palabra de Dios nos guardará. En cambio, el que no pone diligencia en ir por el camino recto, sino que menosprecia los caminos por los que debería andar, morirá prematuramente. Imaginemos el ser parte de esto llevando a nuestros hijos hacia el mal. V. 18: Tan pronto como aparece un principio de corrupción en los hijos, hay que aplicar el correctivo antes de que se convierta en hábito. Si la corrección se aplica de la mejor manera, sin ira y con la sabiduría que Dios da, todo irá marchando bien. Si el hijo no entiende con el consejo, aplíquese la disciplina con la vara pero sin excederse, enfatizando a su hijo que Dios manda a los padres enseñar la obediencia, y si no la hay, entonces hay que corregir por amor. Los niños deben entender que así como Dios nos ama y nos disciplina si no entendemos, así debe hacerlo un padre con sus hijos. La segunda parte del versículo significa: “no le causes la muerte por tu negligencia en corregirle". Muchos padres piensan lo contrario y por ende, no les corrigen a tiempo. Así es que podemos notar las consecuencias que podemos acarrear al ser madres o padres irresponsables. La Biblia habla repetidamente acerca de la instrucción del padre y la madre. Si no lo hacemos, acarrearemos, tanto para nosotros como para ellos, muchas consecuencias. Como hijos de Dios tenemos una gran responsabilidad al ser padres; necesitamos conducirlos por un buen camino siendo un ejemplo vivo de piedad dentro del hogar. Este material fue tomado del Boletín dominical de la Iglesia Bíblica Unidos en Cristo (IBUC) en Monterrey, NL, Méjico. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.