El Secreto todavía ocultado – una certeza moral

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Presentación oficial en Roma de El Secreto todavía ocultado
Introducción por el Dr. Alessandro Fuligni: Desde la publicación de la visión del
Tercer Secreto en 2000, hemos sido testigos de una gran cantidad de polémicas y controversias.
Muchos se han interrogado: ¿“Es sólo eso? ¿Esperamos 80 años para conocer este Secreto y es
sólo esto”? Después se publicaron algunos libros sobre este asunto, habiendo sido El Cuarto
Secreto de Fátima, del Dr. Antonio Socci, la primera obra a recibir una gran atención por parte
de los media italianos. A este libro, el Cardenal Bertone respondió personalmente con otro libro
de su autoría.
Es en esta etapa de la controversia sobre el Tercer Secreto que entra la obra de
Christopher Ferrara, famoso abogado americano (que tenemos con nosotros esta noche).
Ha estudiado el asunto durante ocho años, desde la publicación del texto en 2000. Su libro
analiza de un modo lógico las conclusiones del Cardenal Bertone y presenta su caso contra ellas,
examinando las afirmaciones contenidas en el libro del Cardenal; así como las que el Cardenal
hace en la entrevista al vivo (de casi 2 horas) en Porta a Porta, uno de los programas más
populares de la TV Nacional [italiana] de 31 de mayo de 2007; y aun la presentación oficial del
libro desde la Universidad Urbaniana aquí en Roma, en septiembre de 2007, evento para el cual
– entre otras cosas – fue impedida la entrada a Socci, porque él se preparaba para hacer al
Cardenal las mismas preguntas que le vamos a hacer hoy.
Permítanme, pues, que presente el Dr. Christopher Ferrara, que presentará su libro El
Secreto todavía ocultado
El Secreto todavía ocultado – una certeza moral
por Christopher A. Ferrara
¡Buenas noches!
En América
Muchos italianos tal vez no se den cuenta que la verdadera libertad de expresión
es, en efecto, poquísima en América, debido a algo llamado “lo políticamente correcto”.
Cuando Alexis de Tocqueville hizo su famosa visita a América en la década de 1830,
concluyó:
“No sé de ningún país donde haya tan poca independencia de
pensamiento y verdadera libertad de discusión como en América… En
América, la mayoría levanta barreras formidables en torno a la libertad de
opinión; dentro de estas barreras, un autor escribe lo que le agrada, pero
ay de él si las ultrapasa… Está expuesto a continuos insultos y
persecuciones… Toda especie de compensación, hasta de la celebridad, le
es rechazada. Antes de hacer públicas sus opiniones, él pensaba que tenía
simpatizantes; ahora le parece que ya no tiene nadie… sus colegas
volverán las espaldas a él como de un ser impuro; y aun aquellos que
creen en [su] inocencia [lo] abandonarán, para que no le vuelvan las
espaldas, a su vez…”
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Supongo que hoy existe más o menos en todas las repúblicas democráticas el
problema del “políticamente correcto”.
Pero en la Iglesia…
Pero en la Iglesia católica, que es la comunidad universal de los que creen en
Cristo, no debe existir tal problema. Pero miren lo que escribió Antonio Socci, al hablar
de aquello a que él llama el Cuarto Secreto de Fátima:
El Evangelio habla con toda claridad. Jesús dijo: “La Verdad os
libertará”. El no dijo: ‘cuidado, porque a veces la verdad puede traerles
problemas’. El dijo: “La verdad os libertará”. Este pasaje del Evangelio
indica la libertad más hermosa de los hijos de Dios. La Iglesia no es algún
tipo de secta u organización mafiosa que exige de nosotros la ley de
silencio. La Iglesia es, sí, la casa de los hijos de Dios. Es la casa de la
libertad y de la verdad.
Yo estoy de acuerdo con el Dr. Socci.
Fue en el espíritu de la libertad y de la verdad que yo escribí El Secreto todavía
ocultado. Yo lo escribí porque, como Marco Tosati dijo en su libro sobre este asunto,
“Muchas preguntas quedan sin contestación. Muchas respuestas evasivas, tanto así, para
levantar en las mentes de muchos, tanto creyentes como no-creyentes, la sospecha de
que, por ahora, estamos confrontados con el Cuarto Secreto de Fátima”.
Y, una vez más, estoy de acuerdo.
Más que una hipótesis…
Esta sospecha, como dice Tosati, es más que una hipótesis. Yo diría, tal como
Socci, que estamos hablando de una certeza moral. En mi libro El Secreto todavía
ocultado, yo demuestro que la única conclusión posible a retirar de la evidencia es que
existe aquello que Socci llama un texto “bien ocultado”, en el cual la Bienaventurada
Virgen María habla acerca de la visión publicada por el Vaticano en 2000 – visión que
el Vaticano dice ser el Tercer Secreto en su totalidad – texto ese en el cual la Virgen
explica cómo un Papa llega a ser ejecutado por una banda de soldados en las cercanías
de una ciudad medio arruinada.
Estoy de acuerdo con Socci en cómo este texto, con toda la probabilidad, refiere
tanto a una gran crisis interna en la Iglesia como una gran calamidad que amenaza caer
sobre la humanidad – y por eso la ciudad arruinada y el Papa ejecutado, seguido por la
ejecución de muchos obispos, sacerdotes y laicos, como vemos en la visión publicada.
El misterio del Cuarto Secreto de Fátima – que, en la realidad, es constituido por
las palabras de la Virgen María que faltan, y que hacen parte del Tercer Secreto – es
como un rompecabezas que se va uniendo pieza a pieza. Cuando el rompecabezas está
completo, se puede ver que las piezas forman una imagen completa, y que sólo esa
imagen se puede formar con aquellas piezas.
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No hay aquí tiempo hoy para unir totalmente ese rompecabezas para
mostrárselo. Eso es lo que hago en mi libro. Permítanme que les llame hoy la atención a
aquello que llamaré las cuatro esquinas del rompecabezas, lo que les permitirá ver
aquella imagen que debe aparecer cuando todas las piezas hubiesen sido colocadas:
La primera esquina del rompecabezas: consiste en la famosa frase que Sor
Lucía escribió en su Cuarta Memoria sobre el Mensaje de Fátima. Es la Memoria más
completa de todas sus memorias, y que contiene aquellas palabras que los estudiosos de
Fátima son unánimes en concordar que marcan el comienzo del Tercer Secreto: “En
Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe etc”. El “etc.” fue añadido por Sor
Lucía para indicar que, en el Mensaje de Fátima, la Virgen continuaba, hablando de una
crisis del dogma en muchos lugares de otra manera que en Portugal – una crisis tan
grave que Lucía no sería capaz (durante más de dos meses) de conseguir pasarla a papel.
En el año 2000, sin embargo, el Vaticano, y específicamente el Cardenal Bertone,
ignoró la Cuarta Memoria y ignoró la afirmación sobre Portugal, reduciéndola a una
nota de pie de página, como si fuese una mera anotación de Lucía, cuando era
claramente una cita directa de las palabras exactas de la Madre de Dios. Hasta el día de
hoy, ni Bertone ni nadie más del Vaticano explicó la razón de esta curiosa evasión de
las palabras de la Santísima Virgen.
La segunda esquina del rompecabezas: En el folleto oficial del Vaticano a
respecto de la publicación de la visión en 2000, la visión es descrita como siendo
“difícil de descifrar”. Pero cuando, durante las dos primeras partes del Gran Secreto de
Fátima, Nuestra Señora mostró a los tres pastorcitos una visión del infierno, Ella les
explicó, aun sabiendo ellos que era el infierno: “Habéis visto el infierno, a donde van las
almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la
devoción a mi Inmaculado Corazón”.
¿Parece probable a Ustedes que la Virgen, Que hasta explicó a los pastorcitos
algo tan obvio como el infierno, dejase atrás una visión “difícil de descifrar” de un Papa
siendo ejecutado en las cercanías de una ciudad en ruinas, y no tuviese absolutamente
nada que decir sobre tal visión a los niños y al mundo?
¿Parece probable a Ustedes que la Madre de Dios la dejase para que un Cardenal
del Vaticano, 83 años más tarde, providenciase una “interpretación” de la visión, según
la cual el Papa que vemos ser muerto no es muerto, pero es realmente Juan Pablo II que
fue sólo herido y que vivió 25 años más (durante los cuales recuperó tan bien que
estuvo en buena forma física, capaz de nadar y de esquiar mucho más allá de la
capacidad de la mayoría de los hombres de su edad)?
En la conferencia de prensa de 2000, cuando la visión fue publicada, el entonces
Cardenal Ratzinger dijo que esta “interpretación” no vinculaba nadie y, así, teníamos
todo derecho de rechazarla como increíble. En verdad, falta algo: una verdadera
explicación sobre aquello que la visión realmente significa. Y eso sólo podrá venir de la
Santísima Virgen en persona. Pero nosotros aún no hemos visto este texto.
La tercera esquina del rompecabezas: El testimonio del Secretario personal
del Juan XXIII, el Arzobispo Loris Capovilla, a quien Solideo Paolini, joven
investigador de Fátima que está con nosotros esta noche, preguntó directamente si hay
dos textos diferentes sobre el Tercer Secreto de Fátima, señala que la narración oficial
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da una fecha para la lectura de un texto del Tercer Secreto por Pablo VI (en marzo de
1965), mientras las anotaciones personales de Monseñor Capovilla muestran que mucho
más temprano hubo la lectura de un texto, en junio de 1963, días después de la elección
del Papa Pablo VI.
Y la respuesta del Arzobispo a esta pregunta, sobre si hay dos textos diferentes
del Tercer Secreto, fue: “Per l’appunto”. ¡Exactamente! El Arzobispo nunca se retractó
de este testimonio, y el Cardenal Bertone nunca se explicó sobre esto.
La cuarta esquina del rompecabezas: El Arzobispo Capovilla reveló al Paolini
que el texto que Pablo VI había leído en 1963 – no 1965, como afirma la narración
oficial – fue colocado en un sobre o legajo en el cual Capovilla escribió su nombre, los
nombres de todos aquellos a quien el texto incluso fue dado a conocer por Papa Juan
XXIII y las palabras mismas del Papa Juan XXIII sobre su decisión, o no-decisión, con
respecto al texto: “No me pronuncio”.
Este sobre, que fue guardado en el cajón del escritorio llamado Barbarigo que se
encuentra en el cuarto de dormir del Papa, nunca se ha mostrado. Sin embargo, en el
mismo show televisivo organizado y producido por Cardenal Bertone en septiembre de
2007, el Arzobispo Capovilla confirmó ante el mundo entero la existencia de este otro
sobre. ¿Por qué no se presentó?
Una vez puestas en sus lugares estas cuatro esquinas del rompecabezas, sólo
puede haber una sola imagen resultante: En verdad hay un texto del Tercer Secreto de
Fátima que falta, y que el Vaticano tiene que mostrar. El Arzobispo Capovilla confirmó
la existencia de este texto que falta. Socci está de acuerdo en cómo hay un texto que
falta, y el mismo sucede con Tosati. Yo también afirmo que hay un texto que falta del
Tercer Secreto. El Padre Nicholas Gruner así lo dice – y así lo ha dicho desde el año
2000. Y cada vez más católicos por todo el mundo así lo dicen. La verdad nos libertará.
Como me dirijo a Ustedes esta noche, puedo decir que me siento orgulloso que
soy un americano de descendencia italiana. Y me siento orgulloso porque, de mi punto
de vista, el mayor país del mundo es Italia – que dio al mundo San Benedicto y San
Tomás – y la mayor ciudad del mundo es Roma, el corazón de la Iglesia católica.
Pero como me dirijo a Ustedes en esta sala de la calle que tiene el nombre de
Cícero – tal vez la mayor figura literaria de la Roma pagana – me recuerdo también que
toda la gran tradición del pensamiento occidental, desde los griegos de Atenas a los
filósofos paganos de Roma, a los santos y doctores de la Santa Iglesia católica, está de
acuerdo con el respecto por la verdad, y con el derecho humano de procurar y defender
la verdad, no importa que los poderes establecidos se puedan ofender con ella.
Es por este motivo que yo he venido a Roma, para hablarles sobre el Tercer
Secreto de Fátima y la parte que le falta: un aviso del Cielo que no puede ser más
importante para la Iglesia y para el mundo, en este momento cada vez más peligroso de
la historia humana.
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