QUÉ ES RAZA Arthur Posnansky Obra suministrada por la Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia Instituto <Tihuanacu> de Antropología, Etnografía y Prehistoria QUE ES RAZA ARTHUR POSNANSKY. La Paz – Bolivia 1943 Instituto <Tihuanacu> de Antropología, Etnografía y Prehistoria Editorial trabajo INDICE 1. Que es raza 2. Khollas y Aruwakes 3. Una pareja “Chipaya” en La Paz QUE ES RAZA Por el Prof. Ing. Arturo Posnansky, Miembro del Real Instituto de Antropología de Gran Bretaña e Irlanda. Para su distinguido maestro Prof. Doctor Hans Virchow. ARTHUR POSNANSKY. Si se pretendiera escribir, detalladamente una tesis para explicar el concepto raza, menester sería llenar muchos y gruesos volúmenes. Luego, el objeto del presente artículo es solo el de resumir, sintetizando los resultados obtenidos en las investigaciones modernas realizadas en torno) a la noción “raza”. El concepto raza es difícil de definir con exactitud científica. La Antropología moderna distingue a las razas especialmente de acuerdo a los índices craneanos. Conforme al actual estado de la ciencia, cuanto hoy sabemos, o mejor dicho presumimos, es que primitivamente hubo únicamente dos prototipos de razas, es decir dos razas primigenias de las cuales se han formado las variantes que hoy conocemos. (1) Una de aquellas razas primigenias era, por sus características, dolicocéfala, braquiprosopa, platirrhina, de caracteres más primitivos o teromorfos. La otra raza, cuyas características serían la braquicefalia, la leptoprosopia y la leptorrhinia, evidencia todas las señales de una raza evolucionada en alto grado ya que su morfología básica se mantiene en las razas más evolucionadas de la especie humana contemporánea. Hoy son muy raras las “razas puras” o ejemplares de ellas, pues abundan las mestizaciones entre las dos ya citadas “razas primigenias” que, en el (1) No se toma en cuenta que el presente trabajo las llamadas razas negras a las cuales se dedicará en otro tomo, un capítulo especial. transcurso del tiempo, han evolucionado en mayor o menor grado o han adquirido características especiales conforme a las influencias del ambiente y a las latitudes en que habitan desde hace mucho tiempo. De ahí que, según la Antropología moderna, “raza” sería un grupo humano que tuviese una sería de iguales “índices”. Como ejemplo y tratando particularmente de las dos principales “razas andinas”, tendríamos dos grupos. Uno de estos, en gran mayoría, estaría compuesto por elementos que fuesen dolicocéfalos (cabeza alargada hacia el occipital), braquiprosopos (cara ancha), platirrhinos (nariz ancha), leptoestafilinos (paladar angosto), fenozigomáticos (juanetes sobresalientes), mesoconchos (ojo mongoloide o de forma almendrada en órbita baja), prognatos (mandíbula superior muy avanzada vista de perfil), etc., etc. El otro grupo estaría formada por elementos humanos que tuviesen las siguientes características: braquicefalia (cabeza alta, achatada atrás), leptoprosopia (cara alargada), leptorrhinia (nariz fina y alargada), braquiestafílinia (paladar ancho), ortognato (mandíbula poco sobresaliente con dentadura aproximadamente vertical), hipsiconcho (ojo de forma foliolar o europeo, como también se llama al ojo en órbita alta). (2) De manera que, si se da el caso de que un grupo humano presente las características de uno de los dos tipos cuyos índices craneanos han sido anteriormente especificados y que, además, tenga en la piel, en los ojos o en los cabellos cierta pigmentación predominante en la mayoría de sus elementos componentes, solo entonces podrá hablarse con toda propiedad de “raza”. Pero muy raros, excepto en la región andina,—la parte más antigua del continente americano—, son los conjuntos humanos que, conforme a la moderna Antropología, podríamos calificar de “raza”. Casi todas las así llamadas razas actuales, lo repito, se hallan mestizadas desde hace miles de años y este hecho ha sido reconocido por eminentes antropólogos, como Félix von Luschan, Hans Virchow, el padre de éste, Rudolph Virchow, Ranke, Schwalbe, Friedenthal y muchos otros en Alemania; Boul, en Francia; Schlaginhaufen, en Suiza; y Franz Boas, Hrdlizka y tantos otros más en ÉE. UU. Al tratar de la clasificación de razas tomamos en cuenta por el momento únicamente el cráneo y no el cuerpo, ya que es la parte anatómica que sufre menos transformaciones (excepto con la mestización, o deformación artificial y accidental). En cuento al desarrollo del cuerpo se refiere, está sometido a muchos coeficientes externos como son medios de vida social durante largas épocas, nutrición, oficios, deporte, etc. etc. 2 Además, debe decirse, se formaron subrazas o, mejor dicho, grupos antropológicos, no solo por mestización sino también por factores especiales, como los climáticos, sociales, de alimentación y otros propios del ambiente y acerca de los cuales no es posible exponer mayores detalles en el presente artículo esquemático. Por consiguiente y excepción hecha de ciertas tribus aborígenes de la América Meridional, en el mundo hay ahora muy pocos representantes de las llamadas “razas puras”. Afortunadamente, aquí en Sud América, especialmente en la sección andina, la parte más antigua del continente desde el punto de vista geológico hallamos aún, grupos raciales casi puros entre los genuinos Aruwakes, los Puquinas, los Urus, los Chipayas y los Khollas, estos últimos llamados así por los antropólogos bolivianos y que habitan en las grandes comunidades indígenas de la sección cordillerana. Mucho más confusa que en las Américas es la cuestión de razas en Europa y en Asia, dos continentes a los que la ciencia moderna ha considerado, muy justamente, como a uno solo, llamándolo “Eurasia”. Debido a frecuentes y múltiples migraciones operadas en el transcurso de miles de años, se han mezclado en Eurasia muchas razas que podrían haberse considerado como “puras”. De ahí que hoy día, solo el experto antropólogo y con ayuda de todo el complicado instrumental antropométrico, puede distinguir tipos raciales medianamente puros y sus correspondientes mestizaciones con tal o cual raza. Luego, tanto en Eurasia como en las Américas se ha formado a causa de las continuas migraciones un “human meltingpot”, como señalan los yanquis, o sea un crisol en que se han fundido diversos pueblos. Al respecto, el Barón Félix von Luschan —el príncipe de los antropólogos de, Alemania—decía en su magna obra “Pueblos, Razas y Lenguas” lo siguiente: “Un grupo humano con características somáticas iguales tuvo primitivamente una sola lengua. En el correr de los tiempos, mediante migraciones y mutaciones de los pueblos, debido ya sea a influencias pacíficas o guerreras, por medio del comercio y de las comunicaciones, han cambiado en su totalidad las condiciones que antiguamente nos hacían distinguir las razas en muchas partes. Así es como en muy pocos lugares del mundo se podría hablar hoy de razas puras. Por tanto, la palabra raza ya ha perdido en la ciencia moderna una gran parte de su! valor intrínseco”. En cuanto respecta al continente africano, con el instrumental del antropólogo podría igualmente distinguirse, entre los negros, ciertos grupos es decir variantes que, con bastante propiedad, podrían ser calificados como razas negras y negroides, (3) Volviendo al concepto racial en Europa, especialmente en la Alemania hitleriana que ha hollado y atropellado las ciencias junto con todos los demás valores de la cultura, el calificativo raza ha sido empleado únicamente como arma política, como una cuestión de bandera o espada esgrimida contra un grupo que no constituye una raza sino una congregación religiosa mosaica,; uu grupo espiritualmente evolucionado, que desde hace miles de años vive en comunidad mía vida moral, con costumbres sanas dentro de la familia, que es trabajador y de alto empuje económico, que ha podido realizar grandes empresas en todos partes del mundo y que dispone en todas esas partes de grandes, riquezas. Ese grupo, o mejor dicho esa congregación religiosa, no llega a ser una raza, sino que se compone, antropológicamente hablando, de una multitud de elementos raciales provenientes tanto del Asia anterior, como del Irán (los llamados Arios o “Razas Arias” es una invención de Max Müller) y de todos los grupos raciales de Europa y Asia. No se puede luego, hablar, por ej. de israelitas de una raza, sino de un conjunto humano que profesa la religión mosaica y que es integrado por un conglomerado de pueblos que por la convivencia e imitación automática de l;a gesticulación y contracción de los músculos faciales, se parecen entre ellos aparentemente, lo que sirve a los profanos para decir, usando la palabra alemana “Rassenmerkmale”, que aquellos son “signos raciales”. Sabido es que en el transcurso de aproximadamente 1,900 años desde J. C., millones de esos elementos “per fas et per nefas” se han convertido al cristianismo y otras religiones y, sabido también es que con el “agua de la fe” no se cambia la raza. Y es así cómo hoy día,, profesan las religiones católica, protestante, ortodoxa—anatólica, etc., millones de individuos de la llamada “raza judía”, que son ahora considerados por los nuevos apóstoles de la actual Alemania como “Arios puros”... La confesión no hace la raza. Entre los judíos hay proporcionalmente tantos rubios, morenos y trigueños como en los grupos de 3 No se toma en cuenta en el presente trabajo las llamadas razas negras a las cuales se dedicará en otro tomo, un capítulo especial. otras confesiones; y la nariz alargada y curvada, o “nariz del Asia anterior”, o “nariz de raza dinámica” como también se ha venido llamando últimamente en Alemania, se halla tanto entre judíos como entre los nombrados “arios”. Por esto, repetimos, el bautismo no cambia la forma de la nariz, que es uno de los principales y más persistentes signos raciales, ni tampoco los cromosomas del organismo, puesto que ellos son partes pertenecientes a los núcleos celulares que a su vez son portadores de la herencia, “per secula seculorum”. Por las consideraciones .anteriores ningún hombre de cultura en Europa, Asia o América, puede jurar que no tiene cierto porcentaje de sangre semita en las venas. En cuanto a la palabra “semita”, no es este un calificativo que convenga con propiedad a los individuos de confesión israelita. Semitas son, conforme a la Antropología, a la Geografía histórica y al relato bíblico, los descendientes de Sem, los cuales no constituyen una raza sino un grupo de individuos que hablaban una lengua proveniente de la gran rama lingüística semítica, lengua que hablan aún diversas agrupaciones humanas de origen asírico, babilónico, fenicio, púnico (Cartago), arábico, samaritano y centenares más de elementos de las llamadas razas y sub-razas semitas. Entre estos semitas hay también pueblos de lengua aria (“ario” es una lenguamadre y no una raza), e indo-germánica (indo-céltica). En conclusión, no se puede pues—propiamente—hablar de una “raza semita”, sino de “idiomas semitas” y, en el caso; actual de Bolivia, de inmigrantes cuyos individuos profesan la confesión mosaica o hebrea. Ellos forman una comunidad religiosa y de intereses, que durante una larga convivencia han constituido no una raza, sino un grupo social de ética determinada. Empero, en; el estudio de la Antropología Andina no nos interesa mayormente la llamada “raza semita”, ni la conveniencia o inconveniencia de su estadía en Bolivia y su consiguiente mestización con el elemento nacional, sino desde el punto de vista descriptivo, somático y psíquico que hace de los semitas el profesor alemán Dr. Hans F. R. Günther, tomado como ejemplo por ser uno de los modernos antropólogos de su país que recién ahora, por supuesto, comulga con el régimen antropológico del Tercer Reich. Ese profesor es el Sumo Pontífice de los antropólogos de la Alemania actual y quien, con Kynast y otros de sus “cardenales”, dan la pauta antropológica-política en lo tocante a razas en el Reich. Por supuesto, en su “Antropología del Pueblo Alemán” (1938), el doctor Günther exhibe la cuestión desde el punto de vista de “pro domo sua”, afirmando la existencia de una supuesta “raza aria”, en tanto que en su obra anterior “Antropología de Europa”, escrita con cierta sinceridad en 1929, o sea cuando aún no comulgaba con el régimen “ariano” de la nueva Alemania, aún distinguía la intromisión de sangre de razas del “Asia anterior”, intromisión o mestización que él mismo califica “vorderasiatischer Einschlag”. Como en aquella época no estaba de moda hablar de una mestización con sangre semita, en especial cuando se trataba de gente sobresaliente en Alemania tuvo la habilidad de referirse solamente a un “Einschlag” de razas del Asia Anterior y no a un “Einschlag” de sangre semita. Debido a que aquí, en la sección andina, tenemos no, un “Einschlag” de aquel tipo que el nombrado antropólogo llama del “Asia Anterior”, sino tipos, recalcamos tipos- que en todo son idénticos a aquellos asiáticos, tuvimos — que mencionar, nolens volens, a Günther. Por supuesto, no pretendemos afirmar que hubo ni el más mínimo parentesco entre las razas del Asia anterior y los grupos humanos que habitan en ciertas partes de nuestra cordillera y a quienes, como ya lo he dicho, los antropólogos altoperuanos llaman “Khollas”. Estos “chollas” son en su conformación craneana (índices cefálicos) idénticos a los “asiáticos anteriores”, y forma sin embargo, y sin duda alguna, un pueblo autóctono de los Andes. Ahora bien, en cuanto se refiere a la decadencia o ascensión somática y psíquica de los pueblos del Orbe, diremos que para ello influyen poderosa y exclusivamente factores tales como la alimentación, el clima, los ejercicios corporales, la higiene, la instrucción adecuada, los ejemplos familiares, etc. De ahí que ascienden, en el nivel cultural, somático y psíquico, los pueblos cuyos individuos—acaso por geográficas—gocen de buena alimentación, realicen ejercicios físicos, sean higiénicos, etc. En cambio, descienden en el mismo nivel los pueblos desnutridos, diremos insuficientemente alimentados, con malas viviendas y cuyos individuos hayan realizado, desde la infancia, poco ejercicio corporal y, por consiguiente “hayan bebido poco agua”(4). Y, en el fondo, ocurre al organismo humano lo mismo que a las plantas, que se desarrollan favorablemente cuando hallan un suelo fértil, y quedan raquíticas cuando encuentran un suelo pobre en materias nutritivas. De ahí en cuanto se refiere a lo somático, no hay razas superiores ni inferiores. Solamente en el intelecto,—sobre el cual casi no influyen los factores externos—, hay razas 4 Está comprobado que en niños que en la infancia toman poca agua no hay un regular funcionamiento de la glándula tiroides la que como se sabe, regula el crecimiento del cuerpo humano. superiores e inferiores. Y acerca de esto luego nos referiremos. Como ejemplo en lo concerniente a la estatura, mencionaremos o compararemos al oriundo de los valles cochabambinos y al de la zona altiplánica: Es sugerente que el niño de las regiones primeramente nombradas, en razón de los grandes recursos agrícolas y por el clima benigno de su tierra, tiene posibilidades de mejor alimentación, y de efectuar con más frecuencia ejercicios corporales al aire libre que el de las zonas altiplánicas (La Paz, Oruro, Potosí) en las que las circunstancias adversas de clima y de alimentación, se manifiestan como factores adversos a su normal crecimiento, acusa índices vitales de mayor exponente que los últimos. Claro es que hoy día las madres de familia y los maestros, unas instintivamente y otros por estudios, han comprendido que la decadencia somática tiene las causas ya citadas, proviniendo de ahí, de ese conocimiento, que los niños de las regiones altiplánicas de Bolivia, de los departamentos ya nombrados, hayan progresado extraordinariamente desde el punto de vista somático. Se desprende de esas mismas razones el hecho de que los niños altiplánicos sean hoy, en comparación al ayer cercano, más altos, más fuertes, más robustos, más resistentes contra las enfermedades de la infancia y demuestren ya pocas señales de desnutrición y consiguiente raquitismo. El moderno niño paceño,—al igual que el orureño o potosino—es gracias a la educación física y a la paidología, muy superior al de hace treinta años, tanto en lo somático como en lo psíquico. Refiriéndose al intelecto, no se puede poner en duda que hay razas SUPERIORES E INFERIORES, pues nadie se atrevería hoy a afirmar lo contrario. Y conviene señalar al respecto que, conforme a la mestización adecuada o inadecuada, mejoran o decaen las razas. El fenómeno que evidencia realmente la existencia de razas superiores e inferiores, tiene su plena comprobación, como en ninguna otra parte del mundo, en nuestro Altiplano. Si se visita las escuelas rurales indigenales y se separa en las aulas,—como yo lo hice—, a los niños de tipo kholla (braquicéfalos leptorrhinos) de los del tipo Aruwak (dolicocéfalo, mesorrhino y platirrhino) y se examina separadamente a cada uno de esos tipos, aisladamente, investigando por ejemplo su reacción al explicar la utilidad de un objeto o la causa y efecto de un hecho, las respuestas que de unos y otros se obtengan, convencerán— con toda evidencia—que hay intelectualmente, razas superiores e inferiores entre los que llamamos “indios”; pues, los del tipo “cholla” piensan y obran concretamente, mientras que los del tipo “aruwak”, lo hacen en forma abstracta. La dolicocefalia juega un papel radical en la capacidad o incapacidad del indio andino (y también en representantes de cualquier raza). Aseveración ésta, en cuyo apoyo, podríamos formular la siguiente pregunta: “Quien sería capaz de mostrarnos un mamífero braquicéfalo (con excepción del gorila cuyo índice cefálico es de 89.8) o un antropoide que tenga un cráneo braquicéfalo. Ya es un hecho incontrovertible e incuestionable que un signo de evolución, de raza superior, es la “braquicefalia”, acompañada por una nariz evolucionada, o sea la leptorrhina. Por supuesto, no hay reglas sin excepciones. En la mestización entre esas dos razas (khollas y aruwakes) que afirmo son “Urrassen” (razas primigenias), se heredan signos raciales de la una o de la otra. Es decir, en la mestización hállanse por ejemplo “braquicéfalos mesorrhinos”, “dolicocéfalos leptorrhinos” o “mesaticéfalos” (mestización entre dolicos y braquis), con nariz larga; o nariz corta. Natural es que con la mestización de aquellas dos razas primigenias se hayan formado nuevos tipos raciales, como mediante la aleación de dos metales se forma uno nuevo. Tomemos como ejemplo el noble bronce, que no es más que una mezcla, del blando estaño con el rudo cobre y que supera en mucho las bondades de sus componentes originarios. La misma naturaleza humana, en la selección natural, busca la mestización. Un hombre narigón busca instintivamente a la mujer de nariz respinga y vice-versa. El hombre rubio, a la mujer morena y vice-versa. El braquicéfalo a la dolicocéfala. En regiones donde no hay posibilidad de proceder a esa selección natural y donde durante larguísimos períodos se unen hombres braquicéfalos con mujeres braquicéfalos se producen casos corrientes de hiper-braquicefalia. Acontece igual con los dolicocéfalos, cuya unión, en el transcurso de largos períodos, genera numerosos casos de hiper-dolicocefalia. Sucede también lo mismo en regiones donde predominan los tipos leptorrhinos y en donde no habiendo mezcla con tipos mesorrhinos o platirrhinos, es frecuente la formación de tipos bastante evolucionados con narices de un largo pasmoso. Entre los mismos semitas—calificándolos así desde el punto de vista dogmático religioso—, y cuando no existe ya el “tabú” de las prescripciones ortodoxas, el hombre busca hoy a la mujer de diferente credo religioso y viceversa. Es, decir que se produce una mestización ya no solamente material, sino mental, psíquica y religiosa, mediante la cual el esposo o la esposa se incluían hacia el credo que presume más evolucionado o más sublime, conforme a la cultura o a la sugestionabilidad de cada cónyuge. Y aquí tal vez conviene tocar un punto somatológico muy interesante. Si, por ejemplo, dos esposos conviven durante un largo tiempo, se produce un fenómeno que hasta el más profano en antropología o fisonomística puede observar y que revela una notable semejanza facial de ambos cónyuges. No es precisamente que se parezcan en las facciones sino que, por la convivencia que tienen durante largo tiempo, reflejan recíprocamente el juego de los músculos faciales y se transmiten automáticamente la gesticulación antes peculiar de cada uno de ellos. Y así es que ambos, efectivamente, se parecen en algo. Esto, que acontece entre los matrimonios, ocurre también en las razas. Por ejemplo: en un grupo de “tipos eslavos” hay algunos cuyas facciones serían del tipo de “Asia anterior” y que por supuesto se adaptan a los rasgos típicos de la mayoría de los componentes del grupo, a éstos, y para no contradecirse, el antropólogo alemán Günther clasifica como eslavos con “vorderasiatischen Einschiag” (con intromisión de sangre del Asia Anterior). Otro ejemplo: un boliviano de tez clara que viaje a Europa y que durante muchos años resida en cualquier pueblo alemán de determinada particularidad racial y luego de haber aprendido a hablar perfectamente y sin acento extranjero el idioma alemán, no podrá ser considerado a primera vista por ningún alemán nativo, como forastero, pues, aparte de haber aprendido el dialecto propio de la región, habrá asimilado automática e involuntariamente el especial y típico movimiento de los músculos faciales, la gesticulación y la manera de andar de los nacidos en la región donde él reside. De lo anteriormente expuesto, se desprende que no es tarea fácil distinguir a las razas y a sus mestizaciones. El único medio para distinguirlas es, y será, la medición con cálculos de índices craneanos y la comparación de grupos con grupos, según los métodos que indico más adelante. Por supuesto, donde mejor pueden practicarse esos estudios es en el cráneo, usando instrumentos modernos como el “Cubuscraneóforo” (Fig. 1) para craneometría y cráneo fotogrametría; instrumento mediante el cual es posible efectuar, matemáticamente, hasta las más complicadas “medidas de proyección” sobre el metro grama y se puede hacer los más delicados estudios hasta determinar mestizaciones en mayor o menor grado, de tales o cuales razas. Fig. 1 “Cubuscraneóforo” de Posnansky para craneometría y cráneo fotogrametría con el se hace los trabajos antropológicos de precisión en el Instituto “Tihuanacu” de Antropología, Etnografía y Prehistoria. Fig. 2 Máquina fotogramétrica de 3.55 metros de fuelle y objetivo Hypar 1:33 de 2,000 milímetros de foco (C.P. Goerz Berlín) que trabaja en combinación con el Cubuscraneóforo y con la se obtienen cinco normas de Craneofotometrogramas de cada cráneo sin distorsión óptica, en mitad de tamaño natural. En él se toman todas las medidas posibles y hasta las de “proyección” del cráneo humano. (en los puntos cardinales del cráneo hállanse agujas para señalar los puntos precisos para estudios fotocraneotrigonométricos). Fig. 3 Vista de frente y de perfil de un genuino tipo “Aruwake” (Uro de Iru-hitu, Río Desaguadero) Nótese la expresión “embotada” de este rostro y la mandíbula sin carácter. Muy pocos especialistas hay en el mundo que, al tratar de Antropología, dejen a un lado el credo político y se ocupen de esta clase de estudios, con propósitos netamente científicos, para los cuales se requiere gran preparación y en los cuales, lo repito, no basta medir el cráneo sino también y preferentemente la nariz que, sin duda, es la parte principal de la cara, tanto en el individuo vivo como en el cráneo de los muertos, para la adecuada distinción racial. Con mis maestros, Prof. Dr. Félix von Luschan y Prot. Dr. Hans Virchow, hemos practicado amplios y profundos estudios al respecto y quizá en el siguiente numero de esta revista he de referirme in extenso a este asunto tan fascinante como complicado. No me queda más que recalcar que ni el idioma, ni el credo religioso, ni la latitud geográfica ni otros centenares de factores contribuyen a formar una “raza”, pero sí,—afirmo—, que hay verdaderas razas y sus correspondientes mestizaciones y aseguro también que hay RAZAS SUPERIORES Y RAZAS INFERIORES. Este hecho debe ser tomado muy en cuenta, especialmente en Bolivia. Cuando se trata de educar, es decir de familiarizar, de encuadrar al indio con nuestra cultura y hacer de él un hombre útil para el listado y la Patria. A propósito de razas superiores e inferiores, es oportuno citar uno de los más fehacientes ejemplos que ha visto el mundo y que se refiere a una cuestión de palpitante actualidad. La mezcolanza racial que hay en la nación alemana, hoy en guerra, es conocida no solo por los antropólogos que no comulgan con la antropología impuesta por la política del III Reich, sino hasta por el más profano en la materia. No existe allá, como lo pretende afirmar la moderna política alemana, una sola raza “aria” que por supuesto no ha existido nunca, no existe, ni existirá, sino una aleación racial de muchos elementos homogéneos y heterogéneos, entre los cuales hállanse grupos raciales superiores e inferiores, grupos a los que los nuevos antropólogos del actual régimen de Alemania llaman nórdicos, eslavos, dináricos, del “Asia Anterior”, dálicos, sudéticos, mediterráneos, alpinos, bálticos y tantas otras designaciones que en gran parte , son más imaginarias, que científicas, pero que han sido ideadas por aquellos antropólogos en apoyo de su punto de vista político. Esa mezcolanza racial, que existe desde hace muchos siglos, ha dado origen a un grupo humano con caracteres raciales que, en parte, son indudablemente superiores y acerca de los cuales me referí anteriormente dando el ejemplo de las aleaciones metálicas. Así, debido a esas mezclas, se produjo innegablemente en Alemania un nuevo elemento antropológico con caracteres de gran empuje, energía y superior inteligencia. Los rusos, hoy contrincantes de los alemanes, son lo contrario de éstos, en lo racial. Forman en su mayoría una raza homogénea, constituida especialmente por grandes grupos de eslavos con intromisión mongólica, raza que es inferior, sin la menor duda. Los signos raciales de los rusos son tan típicos que cualquiera, aún sin conocimientos antropológicos, puede distinguirlos. (Fig. 2). Tienen la nariz corta, ancha, chata y algunas veces respingada; la distancia interlacrimal es considerable: son fenozigomáticos, la bóveda palatina es alargada; también la distancia entre la espina nasal y el labio superior es amplia, lo mismo que la medida proyectada desde el “nasión” al vértice es enormemente inferior a la medida proyectada desde el nasión hasta el “gnation”. Dicho de grosso modo, tienen la cara chata y ancha, muy parecida a la de los elementos de tipo Aruwak de la América del Sur, elementos que como lo he demostrado en muchos otros artículos, forman una RAZA RETARDADA, una raza de manada que, si carece de un buen “Fuehrer”, es fácil de dispersar y de vencer. Los recientes acontecimientos han demostrado la absoluta verdad de lo que acabo de apuntar. Rusia es un país que dispone de recursos en cifras astronómicas y que posee material humano en número muchísimo mayor que sus contrincantes. Caso igual ocurre en el Lejano Oriente, donde los japoneses, raza superior, actúan en mucho menor número frente a los chinos, que son una raza retardada. Rusia hallábase preparada con gran anticipación para una guerra contra el mundo entero. Acumuló recursos en formidable escala, el concurso de técnicos extranjeros para reorganizar sus industrias y para extraer las fantásticas riquezas de su suelo. Se preparó desde que entró al sistema comunista para una guerra, no solo material, sino ideológicamente. Y sin embargo de todos esos preparativos, su derrota hubiese sido segura, si no recibe la oportuna ayuda de su mejor aliado: el terrible invierno, que ya anteriormente, el 19 de octubre de 1812, derrotó al gran Napoleón Bonaparte. A pesar de luchar en un terreno cuya topografía es favorable para la defensa, el formidable ejército ruso es arreado como una manada de corderos. (Últimamente ha reaccionado cual un enfermo mediante la inyección de un estimulante, con la eficaz ayuda de sus aliados ingleses y americanos). Por supuesto, Rusia aún tiene un enorme “Hinterland” con grandes recursos, redes de modernos ferrocarriles y carreteras, colosales fábricas de armamentos, industrias de toda clase, minas en plena explotación y en fin, abundantes materias primas que otras naciones tienen que importar. En época de paz se ha aprovisionado del extranjero de todo cuanto le hacía falta, pues dispone de incalculables riquezas, ya que por su sistema político el Estado es e1 más grande capitalista e industrial. Si estas ventajas se hallan de su parte, tienen, en cambio, y aparte del factor raza, la desventaja de haber permitido que durante el período de su casi-alianza con Alemania, los observadores de este país estudiasen cuidadosa y prolijamente todos los puntos vulnerables del coloso ruso. Observemos la fotografía del gran Fuehrer ruso, el mariscal Timoshenko, jefe supremo de la guerra. Es el típico eslavo-mongoloide, el tipo de Gengis-Khan. Pero la táctica de los “gengis-khanes” de nada vale contra la estrategia y la táctica modernas, manejadas por pueblos superiores. Con su moderno armamento, sus poderosos recursos económicos, la gran superioridad numérica de su ejército, la nueva ideología anti-capitalista que fortifica el sentimiento patriótico de las masas, la formidable preparación de veinte años y la favorable topografía de su suelo, los rusos no han podido evitar las grandes derrotas inflingidas por un elemento racial, superior. Y este hecho entraña mía gran enseñanza para el mundo entero. Por supuesto, las probabilidades de triunfo en una guerra moderna y mecanizada, no dependen únicamente de la cuestión de raza, puesto que el factor individuo y el valor personal ya no tienen la importancia de antaño, sino que dependen de otros muchos coeficientes,—diremos claramente—, del cinismo, la ninguna escrupulosidad, la codicia, la inmoralidad de no respetar compromisos solemnes. la falacia, la hipocresía, el terror sin piedad en las tierras no afectadas por la guerra o ya sometidas por la acción de las armas, el espionaje mediante la corrupción de ciudadanos de la nación contraría y a costa de ingentes cantidades de dinero, y otros recursos. Después de esta guerra el mundo meditará sobre si estos sistemas, que retrotraen a la Humanidad al barbarismo primitivo, seguirán perfeccionándose o... si ella tomara otro rumbo adecuado al hombre evolucionado, que detesta aquellos procedimientos, que no desea ser esclavo de nadie y que ama la libertad. Convendrá estudiar si para arreglar los diferendos internacionales es imprescindible masacrar a pueblos mediante el empleo de máquinas de destrucción y arrasar obras de cultura milenaria o, si al fin, será posible encontrar soluciones y recursos que no sean los de la fuerza bruta. Por todas las consideraciones anteriormente expuestas en diferentes aspectos, necesario es dar mayor importancia a la Antropología y especialmente al estudio de la capacidad de las razas y a su mestización, para obtener elementos raciales superiores y de mayor eficiencia, de más moral y de mayor utilidad para el conjunto humano; pues, muchas veces en esto consiste la felicidad, el éxito y la grandeza de una nación. El pueblo norteamericano, ha principiado, con éxito, hace mucho tiempo, esta mestización, con lo que obtuvo indudablemente un nuevo elemento racial de gran eficiencia. Las nuevas exposiciones que el antropólogo Günther—que se asimiló al nazismo después de haber escrito su Antropología de Europa—hace en su nueva obra escrita en 1938, no se sustentan en la ciencia de la Antropología, sino que constituyen la defensa del dogma “ariano” de la nueva Alemania y se hallan, por lo tanto, exentas de buena fe. Por ejemplo, lo que llama raza dinárica, no es más que tí predominio de antiquísimos elementos procedentes del “Asia Anterior”, hecho que admitió en sus anteriores obras, pero que en la última, escrita bajo la férula y sugestión del nuevo dogma, ha descartado, como también ha desterrado la noción “vorderasiatisch” o con “vorderasiatischen Einschlag” (intromisión antropológica de elementos del “Asia Anterior”). Esto demuestra, en un sabio, falta de consistencia de carácter y carencia de una base sólida en su ideología. Un hecho, por ejemplo, del que nadie, que yo sepa, se ha ocupado hasta ahora, es que en ias tumbas paleolíticas y neolíticas de Suecia, en las “Einmannsgraeber” (sepulturas donde se halla un solo esqueleto) y en las “Vielmannsgraeber” (5) (sepulturas de varios esqueletos), se evidencian detalles sugestivos. En las sepulturas de un solo esqueleto, se encuentra únicamente tipos braquicéfalos (seguramente del tipo de “Asia Anterior”) y a su lado artefactos de mayor arte y mayor perfección. En las otras sepulturas, cíonde hállanse juntos varios esqueletos, se constata que éstos son de raza dolicocéfala y que las dádivas sepulcrales consisten en artefactos y armas de hechura rústica. (Véanse colecciones en el, Instituto “Tihuanacu” de Antropología, en La Paz, Bolivia). Este hecho proyecta una luz sugerente en lo que aquel antropólogo alemán de nueva factura y nueva ideología llama la “Oberschicht” (estrato superior), pueblo aristócrata, evolucionado, pueblo de Fuehrers, pueblo mandón que, 5 Véanse: J. K. Forssander. Die. schwedische Bootaxtkultur kontinentaleuropaischen Vorausse tzungen. Borelius. Lund:1933. und ihre según el mismo Günther, está diseminado en escaso número entre el pueblo corriente tanto en Alemania como en la región nórdica de Europa. Sin la menor duda, suponen que se trata de un tipo braquicéfalo o mesaticéfalo por mestización, tipo que en aquellos países “vale y produce” y que no es confundible con el pueblo de manada o pueblo herramienta, ejecutor. .. la masa que en una guerra es carne de cañón y a la cual no se permite pensar, pues solo debe obedecer estrictamente y sacrificarse por la noción “Patria”, siendo conducida por una clase superior, a la que Günther llama “Oberschicht”. Para finalizar, diré que los experimentos serológicos, destinados a distinguir las razas, el parentesco que haya entre ellas y sus mestizaciones,— así como otros supuestos estudios y determinaciones fantásticas—, no constituyen por el momento, más que iniciaciones en una ciencia que se halla en pañales y, por lo tanto, no pueden ser consideradas seriamente en los estudios raciales. Quizá más tarde se llegue a progresar en esta materia, que en Alemania califican de “Afinidad de grupos sanguíneos” (Blutgruppen). El presente estudio es meramente una introducción al problema racial y en un número posterior de esta Revista lo abordaré con mayor profundidad. KHOLLAS Y ARUWAKES En la III Asamblea Panamericana de Geografía e Historia Uno de los temas que más cálidamente se ha discutido en la Asamblea Panamericana de Historia y Geografía que tuvo lugar en Lima, el año pasado fue el del predominio de Khollas sobre los Aruwakes en las antiguas culturas del Gran Perú, hoy Perú y Bolivia. Es sabido en el mundo científico que hace años publiqué la conclusión de que en la América meridional y en gran parte de la septentrional, existieron originariamente solo dos razas principales (Urrassen). (6) La una lo constituía un pueblo conductor, superior en capacidad mental, y dinamismo, un pueblo luchador, organizador y de grandes cualidades de moralidad. (7), como también de un enorme adelanto especialmente en la ciencia agrícola, astronómica y arquitectónica: en resumen, un pueblo de “führers”, pero en número relativamente pequeño y cuyas condiciones fisionómicas y de carácter, los asemejan bastante a ciertos pueblos del “Asia anterior'”. Fueron ellos denominados, en la región andina, los “Khollas”, de cuyo seno salieron primero los "Willkas" y mas tarde los “Inkas” (8), como también coetáneos o posteriores a estos, los grupos de mandones que edificaron las grandes “Huscas” en la costa del Pacífico (Perú). Eran, los individuos pertenecientes a esta RAZA—recalcamos el término raza—, los autores de las importantes culturas de la costa del Pacífico. Estos que siempre existieron en escaso número, se extendieron por el Sud, hacia la Argentina y Chile y por el norte, hacia el Perú, Ecuador, Colombia hasta Centroamérica, México y aún más al norte. En los enterramientos más remotos hallánse los restos óseos de estos tipos junto a las mejores obras de arte y de cerámica finísima. (Véase también los entierros de Paracas en el Perú). 6 Ur-rassen: término técnico germánico que significa “raza fundamental” o “raza primigenia”. 7 Véase: Posnansky.—“Antropología y Sociología”. La Paz 1939 (Editorial Instituto Tihuanacu de Antropología) 1938. 8 Willka o Inka significa prácticamente lo mismo; el uno en lengua aymará y el otro en keshua, ambos tienen como raíz filológica “ika”. La otra raza que provisoriamente hemos venido en llamar ARUWAK, debido a que una gran porción de éstos hablaban en época de la conquista y aun siguen hoy hablando, dialectos “aruwakes”, tienen características también especiales e inconfundibles, cuyo prototipo antropológico fue hallado por Lund en unas vetustísimas capas en las cavernas de un sitio llamado Lagoa Santa en el Brasil. (Véase más adelante el artículo: “Una pareja Chipaya".) La masa común de los que hoy llamamos “indios”, son precisamente de ese tipo. Constituyen un pueblo mentalmente retardado, que en lo somático se asemeja a los pueblos mongoloides del Norte de Asia; dóciles para ser conducidos, constituyen un verdadero pueblo “de manada”, que indudablemente era la masa sirviente de los Khollas, tal cual hoy es la masa indígena servidora de iberoamericanos. Por supuesto que existen tipos intermediarios entre ambas razas como productos de mestizaciones milenarias, PERO POR SUERTE EXISTEN TAMBIÉN, ESPECIALMENTE EN LA RE GION ANDINA DEL ACTUAL PERÚ Y BOLIVIA, TIPOS DE RAZAS EN ESTADO RELATIVAMENTE PURO! Algunos de aquellos que hemos señalado antropológicamente como Aruwakes, aun hablan dialectos Aruwakes (Fig. 1). Ambos tipos raciales, Khollas y Aruwakes, permiten al investigador antropólogo, determinar no sólo su tipología como raza, sino la superioridad o inferioridad respectiva como pueblos. A este respecto, ni vale la pena de tocar las teorías que se están archivando ya definitivamente, acerca del origen asiático, o australiano, o melanésico o de otros puntos del globo, de los pueblos americanos; opiniones descabelladas, que se basan en fundamentos frágiles e insostenibles en la práctica, como demostró el suscrito en una conferencia pronunciada en la Universidad de San Marcos de Lima en el año 1939, intitulándola “América, tierra de origen del Hombre Americano”. En la Asamblea Panamericana de Lima, el catedrático de aquella Universidad, doctor Roberto Mac Leán, trató de discutir este asunto con teorías excavadas en los arcaicos dictámenes de antaño, que con la investigación moderna en el terreno, carecen ya en lo absoluto de base científica. En las discusiones que éste tema suscitó y a las que se hizo referencia al comienzo, jugaba un papel no escaso de mérito en algunos de los que intervinieron en ellas, algo así como una especie de nacionalismo, principalmente en aquellas personas no adentradas aún en las modernas disciplinas de la Antropología Física y Técnica Antropométrica, mediante la cual por medios instrumentales perfeccionados como el “Cubuscraneóforo” para Craneometría racional y Cráneo fotogrametría (Fig. 1), se llega a evidenciar la existencia no solo de tipos pertenecientes a razas puras, sino también de las razas mestizadas. Algunos de aquellos debatientes, confundían en su mente—del mismo modo que Imbelloni en la Argentina—, la noción de raza con la noción de lengua. Es (por ello que han figurádose que los Khollas son los “aymarás”, mientras que los Aruwakes constituirían los “keshuas”, siendo así que no existe una RAZA AYMARA ni una RAZA KESHUA, sino simplemente pueblos que hablaban o hablan la lengua aymará y pueblos que hablaban o hablan los diferentes dialectos keshuas. Tanto entre los de habla keshua como entre los de habla aymará existen Khollas y Aruwakes. LA RAZA NO SE DISTINGUE POR LA LENGUA QUE HABLABAN O QUE AUN HABLAN, sino que se distingue por las características antropológicas que se llegan a determinar matemáticamente mediante “índices standards” que a su vez se obtienen por medio de la moderna técnica antropométrica a base de instrumentales perfeccionados (9) y de observaciones concienzudas con las que no solamente se determinan índices, sino también que se aprovechan estas para determinar en glandes series, grupos que están en la misma "esfera de variación" de índices (Variationsbreite), noción ésta que puede ser explicada mejor, poniendo como ejemplo el índice cefálico y dentro de éste la dolicocefalia, pongamos el caso. Son dolicocéfalos, según los dictados de nuestra actual ciencia antropométrica, aquellos cráneos cuyo índice cefálico varía entre 70,0 y 74,9 (10). Por consiguiente, todos los cráneos que se hallan entre las cifras citadas, están en una “Variationsbreite” o sea en una misma” esfera de variación” de la dolicocefalia. Así hallamos en la región interandina dos tipos principales de razas que felizmente, aun no se han mestizado por completo; es decir, cuyos individuos se hallan con respecto a la mayoría de sus índices principales, en una misma “Variationsbreite”. Me refiero a los Khollas y Aruwakes. Ahora para precisar detalles de un modo científico, debe explicarse algo acerca de los índices, cosa que para los antropólogos es muy común, pero para los que no están familiarizados con la técnica antropométrica moderna, es necesario 79 Conozco personas que gozan de fama como Antropólogos,—y de esos hay muchos que no quiero señalar con el dedo—, que no tienen idea de la técnica antropométrica tan indispensable para distinguir las razas y sus mestizaciones. Como no entienden o no han aprendido esta ciencia (que, por otra parte no se aprende en libros) la desprecian y hacen creer a sus discípulos que ella es una ciencia “caduca”. 10 Hay también entre los dolicocéfalos: Dolicocéfalos extremos con 55,0—59,9. Ultradolicocéfalos con 60,0—64,9; Hiperdolicocéfalos con 65,0—69,9; pertenecen a cráneos deformados artificial o accidentalmente. hacerlos conocer a fin de que se comprenda mejor los posteriores comentarios. (índice es una proporción que tiene como base el W 100). Son cráneos dolicocéfalos, repito, aquellos cuyo índice de largo y de ancho se hallan en la “variationsbreite” comprendida entre 70,0 y 74,9. Son mesaticéfalos, los que tienen índices entre 75,0 y 79,9. Braquicéfalos son aquellos con índices entre 80,0—84,9 (11). En lo que se refiere a las otras proporciones del cráneo o mejor dicho de la faz del cráneo, tenemos en uso, por no complicar la craneometría práctica y de utilidad inmediata, que debe distinguirse RAZAS PRINCIPALES únicamente las proporciones del alto y ancho de la cara más el ancho y alto de la nariz 11 También hay tipos extremos entre los braquicéfalos, éstos son lo mismo las más de¡ las veces deformados, sea artificialmente en la infancia o accidentalmente por llevar pesos sobre la cabeza o por otros motivos que no es oportuno tocar en este ligero artículo Estos extremos cuando tienen índices de 85,0-89,9 son hiperbraquicéfalos, y con índices de 90,0—94,9 son ultrabraquicéfalos y hay hasta con índices de 95,0— 99,9 que se ha venido en llamar “braquicéfalos extremos”. Investigadores que realizan estudios más especializados, pueden determinar por supuesto índices, aun del largo y ancho de la cara superior, largo y ancho del foramen mágnum, además los índices frontales, el índice estefanional, de ángulos, volumina, planos y muchos otros más, que para citarlos todos que escribir todo un tratado de craneometría. Los consignados en esta nota, son necesarios para determinaciones de mestización entre dos razas que son estudios especiales que se hacen desde bastantes años en e] laboratorio del Instituto “Tihuanacu” de Antropología, Etnografía y Prehistoria en La Paz, Miraflores Calle Pinilla No 554— 556. En lo que se refiere a mediciones me adhiero y uso principalmente la excelente técnica de mi maestro Prof. doctor Félix von Luschan y con ella a la técnica adaptada en Monaco y Francfort; y en la orientación del cráneo la Horizontale de Francfort. En cuanto a la nariz,—uno de los principales estudios en la determinación de razas—. he adoptado la técnica de mi maestro el Prof. doctor Hans Virchow. En todo lo demás o sea en trabajos delicados de laboratorio, uso la técnica propia del Cubuscraneóforo para Craneometría y Cráneo fotogrametría que construye para mediciones precisas de ángulos y medidas de proyección que se halla combinado con el aparato de cráneo fotogrametría que tiene un objetivo de 2,000 milímetros de foco y su respectiva cámara larga que permite obtener fotografías sin distorsión óptica, en mitad de tamaño natural en cinco normas, en las que puede medirse igual y quizás mejor que con oí mismo cráneo foro. (Véase Fig. 1). (también en ciertos casos la prominencia del esqueleto nasal), más el aiío y ancho de las alveolas orbitarias (órbita) más el largo y ancho del Paladar. A todo eso se suma aun los estudios gnáticos (prognatismo y ortognatismo que son dados en la mayoría de los casos por el índice palatino) y la fenozygomatia y ciertas medidas de proyección (12) como por ejemplo: el diámetro postbasional del cráneo. De lo expuesto, resulta que si un grupo humano presenta una serie de índices cráneo lógicos semejantes, es decir que están en una “Variationsbreite”, puede ser clasificado como una RAZA o grupo racial Por suerte, por gran suerte, en la región interandina se encuentran aún, clanes (comunidades indígenas) que en lo que se refiere a su conformación craneana, están en la misma “Variationsbreite” de una raza. Así tenemos de un lado a los Khollas, el pueblo de los Andes que, en muchas de las grandes comunidades de las repúblicas del Perú y Bolivia, viven casi sin mestización alguna y permiten al investigador determinar con precisión un “standard de medidas”; y a su vez otro distinto, los Chipayas, Urus, Puquinas, Changos y muchos otros pueblos, de los cuales en ciertos grupos aun se habla su antiguo idioma el Aruwak. Entre estos dos grupos raciales, se ha podido determinar por suerte—vuelvo a repetir—, verdaderos “arquetipos” (Ur-rassen), cuyos standards craneanos a su vez, permiten distinguir dos grupos humanos: uno distinto en absoluto—del punto de vista tipológico— del otro. Por supuesto que una parte de estas dos verdaderas razas, con el correr del tiempo se han mestizado recíprocamente a pesar de una especie de “tabú” que existía entre ellos, especialmente entre los “Chollas” de Collana, hasta principios de este siglo. Cualquiera que conozca las leyes de la herencia de Joseph Mendel (Mendeischen Gesetze), sabrá perfectamente que después de producirse la mestización, se presentan más tarde nuevamente “arquetipos” que ostentan la tipología de sus antepasados remotos. La mestización verdadera entre Khollas y Aruwakes, se llevó a cabo ya, mucho antes de la Conquista. Por ejemplo, los llamados Inkas, fueron individuos de estirpe Kholla, como lo han demostrado con toda evidencia los cráneos hallados. 12 Las medidas de proyección se determinan mejor aun que con el instrumental, sobre el fotómetro grama. Cuidaban tanto su tabú de raza, que se tenía un gran celo en practicar la endogamia a un extremo tal, que el Inca regente—como lo refiere el folklore—, podía casarse únicamente con su propia hermana. Con seguridad que este tabú referente a conservar la pureza de la casta privilegiada, se remonta a una remota antigüedad. Lo observaron sin la menor duda, antes del Inkario, en la época que por su especial característica arquitectónica he venido en llamarla “Cuzqueña”, y aún mucho antes de ésta, en la época de Tihuanacu, la primitiva metrópoli de los Khollas. Luego de hechas las anteriores explicaciones preliminares, voy a dar cuenta de los índices cráneo lógicos de las dos razas, en el verdadero sentido de la palabra, que denomino Khollas y Aruwakes. Los unos pueblos de las cordilleras y los otros, habitantes de los llanos, cerca al mar, a los lagos y ríos, donde existe abundancia de pesca y caza y la vida material era por ende menos dura que en la región cordillerana. Estos dos arquetipos (Utypen) tienen las siguientes características: TIPOLOGÍA DE KHOLLAS Y ARUWAKES (a) Características Khollas Braquicéfalos Leptoprosopo Leptorrhino Braquiestafilino Hipsiconcho índices 80.0/84.9 Mas que 90,1 Hasta 47,0 85,1 y más [Ortognato] 85,1 y más Características Aruwakes Dolicocéfalo Índices Camaeoprosopo 70,0/74,9 Mesorrhino hasta Menos que 90,0 Platirrhino Desde 47,1 hasta Leptoestafilino 58,0 Mesoconcho hasta Hasta 80,0 prognato Camaeoconcho 80,0 hasta 85,0 Características especiales Pequeño diámetro postbasional. Fuerte pominencia del esqueleto nasal Fuerte prominencia nasión-frontomalare Gran diámetro postbasional Fenozigomatía (a) En lo que se refiere a “índices”, se tomo como base las convenciones de Francfort y de Monaco y en !o que toca a la orientación del erando se aplicó la “Horizontale de Francfort”. Hay un fenómeno que cualquier antropólogo conoce; donde se practica la endogamia estricta durante muchísimos siglos, se producen tipos extremos o en otras palabras refiriéndome a los índices y tomando por ejemplo el “índice cefálico” en grupos braquicéfalos, se producen hiperbraquicéfalos, y en grupos dolicocéfalos, se producen hiperdolicocéfalos. Asimismo en la mestización de braquicéfalos con dolicocéfalos sino “mendelean” a uno u otro lado, se producen mesaticéfalos. (Véase más adelante “Una pareja Chipaya on La Paz; del mismo autor); por ejemplo entre leptorrhinos y platirrhinos, se producen mesorrhinos, o entre bipsconchos y camaeconchos, se producen mesoconchos y entre braquiestafilinos y leptoestafilinos se producen Enesoestafilinos y así por el estilo. Es como se han producido las razas mestizadas, o mejor dicho, los tipos borrados, que únicamente deben la diferencia de sus índices a un mescolanza carnal quizás milenaria entre “archetipos raciales”. Voy aún más lejos, naturalmente refiriéndome por el momento únicamente a las Américas. En la América primitiva hubieron, vuelvo a repetir, sólo dos archetipos y son aquellos que provisionalmente los denomino Khollas y Aruwakes (tipo de Lagoa santa), los que conforme a la región en que habitan en el Continente, tienen nombres propios. Entre la indiada andina del Perú y Bolivia, donde, como ya tengo referido, desde antes de la conquista en muchas regiones se ha borrado el “tabú” entre grupos raciales, se produjo la principal mestización en las múltiples fiestas en las que antes, como ahora, se bebía hasta llegar a un estado de inconsciencia en el que se mezclaban carnalmente en promiscuidad y se formaron con el correr del tiempo nuevos tipos raciales, de donde ha resultado esta mestización que los yankees han denominado con la sugestiva insustituible palabra de “meltingpot” (crisol de fundición). En la parte de Sudamérica donde mejor puede observarse este fenómeno de mestización entre Khollas y Aruwakes es en las sepulturas de las culturas prehispánicas de la costa del Pacífico, tanto en los cráneos que se han hallado en los antiguos estratos, así como también en los llamados “huacoretratos” (excelentes cerámicas antropomorfas) encontrados en las mismas capas o estratos en que se hallaban los cráneos de ellos. En el valle de Chincama, donde la familia Rafael Larco Herrera ha podido reunir la colección mas completa de artefactos de la cultura material del hombre de la costa del Pacífico, se puede observar en los “huacoretratos” todas las fases de la Fig. 4 Mujer Chipaya (Carangas, tipo genuino de “Aruwake”) mostrando su tocado especial con 36 trenzas sostenidas por “topos” especiales. Muestra igualmente, su vestimenta típica (urdu). Fig. 5 Tipo Aruwake Chipaya con tipo Kholla a su lado Carangas – Bolivia. Fig. 6 Tipo Kholla de Río Debajo La Paz Fig. 7 Tipo Kholla de Collana, Dep. de de La Paz Fig. 8 Tipo Kholla visto de frente y de perfil (indígena de la Isla Pariti, Lago Titicaca). Es notoria la frente alta, la expresión viva e inteligente de este rostro. mestización, desde el tipo aristocrático más puro del “Cholla”, hasta la cara embotada y chata del “Aruwak”. Para entrar en detalles acerca de ésta, la más famosa colección que conozco, a la que se halla anexa un verdadero instituto de Arqueología, sería necesario escribir muchas páginas y lo postergaremos; solo deseo dejar constancia de la admirable organización debida a Rafael Largo Hoy le, quien ha construido allí un verdadero hogar para estudios del hombre americano. Pero no únicamente en el cráneo difieren Khollas y Aruwaks y consiguientemente los mestizados, sino también en el carácter. El Kholla es un mandón nato que obra en concreto y con una lógica elevada; es él al que los germánicos llamarían un “Leistungstyp”, un hombre que produce y hace producir; el Kholla es moral, organizador por excelencia y bien instruido supera al inmigrante europeo; es valiente en la guerra y sin la menor duda, un tipo evolucionado en alto grado; no es aficionado a los estupefacientes como la coca, ni a las bebidas alcohólicas y tanto en los signos somáticos como en el carácter, repito, se parece a los pueblos del Asia anterior. En cuanto al Aruwak, de cuyo tipo se compone la gran mayoría de la indiada de Sudamérica, son gente mentalmente retardada, que piensa en abstracto y obran sin lógica. A este tipo pertenecen, en gran parte los así llamados “indios” de la selva y de las regiones transandina y cisandina, los costeños como los Changos y sus afines de más al norte; y en la sección interandina, los Puquinas, Urus, Chipayas y multitud de pueblos de los cuales la mayoría han perdido su nombre originario y se han keshuizado o aymarizado; es decir que han tomado la, lengua de sus dominadores los Khollas. Por consiguiente querer hablar de “raza keshua” o “raza aymará” es, repito, algo impropio, puesto que no hay diferencias raciales entre Khollas que hablan el keshua y Khollas que hablan el aymará; y hay, por otra parte Aruwaks en la región andina que desde hacen miles de años hablan, unos el aymara y otros el keshua. El estudio de estas lenguas demuestra, por otro lado, que la últimamente nombrada es una sublimación diremos mejor, una cristalización del vetusto aymara ya culturizado, y, ha incorporado, por muchas causas numerosos términos aruwaks. Igual cosa pasó en la lengua alemana y si nos fuera dado escuchar el alemán de hacen dos mil años y comparar con el que se habla actualmente, encontraríamos mayores diferencias que existentes entre el aymará y el keshua. Por supuesto que en el alemán se han introducido,—cual en el keshua voces Aruwaks—, una infinidad de términos latinos, o sea todo cuanto tiene conexión con una más alto grado cultural que antes no existía entre los indoceltas. En los “Anales del Instituto de Etnografía Americana” de la Universidad de Cuyo (1940) bien puede a preciarse la evolución de un idioma, si se compara el alemán de hoy con el q' se hablaba a fines del siglo XVII en el interesante trabajo publicado por S. Canals Frau donde se ve cuatro láminas con 16 páginas de la obra del Padre Antonio Sepp, natural del Tirol. Si en el corto espacio de 245 años se ha transformado tanto el idioma, es de suponer que en un espacio tan grande que existe en que se hablaba e] primitivo idioma de los Khollas ha podido producirse una evolución tan con Riderable, un refinamiento tan sublime, como entre crudo aymará y el suave y melodioso Keshua, que a su vez comenzó desde la llegada de los iberos, a tomar prestadas las palabras del idioma de los conquistadores que faltabanle para hacerlo más fluido; así como les ha retribuido palabras que les faltaba a ellos. Por supuesto que en la zona de mayor cultura Kholla, que sin duda constituía Tihuanacu y que representa el Khollasuu y el Uma-suu, (13) se ha conservado, cual una isla lingüística, este vetusto idioma. Y como de aquella región, conforme a la tradición unánime recogida por todos los cronistas, salieron los Incas, se hablaba entonces el aymará, no es de extrañar que se haya conservado hasta ahora este idioma sin contaminación aruwak y sin evolución posterior, puesto que la cultura tihuanaquense, emigró, diremos, por el desmejoramiento de las condiciones climatéricas y otros factores en los cuales por el momento no podemos profundizar. También es comprensible que la secreta lengua que entre si usaban los Incas, sabida igualmente conforme a la tradición anotada por los cronistas, era el antiguo idioma Kholla, el aymará. Una nota hasta cierto punto rara en la Asamblea Panamericana de Lima, constituyó el hecho de que luego de la conferencia del suscrito intitulada "Un límite geográfico entre Khollas y Aruwakes notorio en el altiplano de Bolivia", el sabio peruano doctor Julio C. Tello, tomó la palabra y aunque no cabía ninguna discusión técnica especial sobre la materia tratada, dijo lo que puede leerse a continuación, extractado del acta respectiva de sesión: “El doctor Tello se opuso a la teoría del doctor Posnansky sobre el valor cultural de los Aruwakes, desarrollando ampliamente ideas sobre este punto. Dijo el profesor peruano que podemos considerar a los Aruwakes como los verdaderos progenitores de las más antiguas culturas peruanas, y que sus 13 Uma-suu—véase P. Ludovico Bertonio. Vocabulario Aymará-español año 1612. (Julipueblo. Provincia de Chucuito). estudios, principalmente el lingüístico, le permitían afirman que Chimus y Puquinas, son pueblos emparentados con los Aruwakes. Asimismo, manifestó que fue ésta raza la que logró la domesticación de los animales y el cultivo de plantas silvestres que después han sido vitales para la subsistencia de nuestros pueblos” (14). Contestando a los anteriores conceptos por el doctor Posnansky dijo: que las famosas Pucaras habían servido de defensa contra las grandes mases invasoras Aruwakes de poca capacidad craneana y condiciones inferiores de carácter, cosa que comprobó por estudios de cráneos hallados en aquellas regiones; además, es evidente que las cerámicas finas y objetos de arte se hallan únicamente al lado de esqueletos de tipo Kholla. El Prof. Posnansky aclara sobre la pizarra los signos tipológicos en los cráneos de Khollas y Aruwakes. Esto lo lleva a la conclusión, ya dentro de otro campo, que los Gobiernos del Perú y Bolivia, debían iniciar estudios preliminares sobre las características de estos dos pueblos aun vivientes, para según sus resultados, orientar la educación indigenal. Por supuesto que este era un descarrilamiento de aquel sabio y noble Kholla de Huarochiri, que sólo puede comprenderse como algo que se diría: "espíritu de contradicción", puesto que el respetable doctor Tello, sabe más que nadie que los Aruwakes, Changos, Unís, Chipayas, Chimus, Puquinas, y salvajes emigrados del Este, no han podido nunca hacer por sí mismos, las notables obras como las de Tihuanacu, Cuzco, Macchupicchu y otras famosas de la sierra del Perú y la costa del Pacífico, sino bajo la inteligente dirección y férrea disciplina de los Khollas, que dominaban desde las Pucaras al pueblo servidor Aruwak, cuyos típicos cráneos, con los signos antropológicos arriba mencionados, se hallan en los entierros donde existe orfebrería finísima, cerámica de perfección sorprendente, objetos de gran arte de su cultura material, los hermosos Huacoretratos de los difuntos Khollas y no cerámica simplemente utilitaria, objetos rudos que en los enterratorios en los que se han encontrado junto a los esqueletos de la raza de manada que denunciaban su categoría obrera, de masa del pueblo trabajador y de poco entendimiento. Indudablemente esta “alida” de nuestro buen amigo Tello, es lamentable en un hombre de la jerarquía de él y del buen nombre merecidamente adquirido, y 14 Véase: Posnansky.—Obra citada en nota 2 y el “Pasado prehistórico de Gran Perú” (1940). sin la menor duda que recapacitando estará a esta hora íntimamente convencido que esto de que los Aruwakes sean los autores de las obras notables del Gran Perú, era un descarrilamiento lamentable, atribuible únicamente al calor de la discusión, visto que la mayoría de los sabios allende el Titicaca, aun presumen que Keshuss son Aruwakes y Khollas los Aymarás, siendo así cómo en este artículo y en una multitud de otros trabajos de divulgación científica así como en publicaciones de libros se comprobó, que el idioma no constituye la raza y que entre los que hablan keshua hay Khollas y Aruwakes, lo mismo que entre los de habla Aymará hay Aruwakes y Khollas, (15). Ahora, en cuanto al motivo de las migraciones de la gran cultura andina hacia el Oeste, es perfectamente comprensible por el cambio del cíngulo climatérico en la región interandina por causas geológicas, por lo cual la lucha por la existencia de aquel pueblo esencialmente agrícola, se había tornado desesperante. Es así que se fue en busca de mejores tierras con clima benigno, donde la lucha por el sostén era menos violenta y a este respecto, tenemos la hermosa tradición folklórica que cuenta que el Dios Sol mandó a Manko Khapac y a su mujer en busca de mejores tierras a los valles fértiles en que se hundiría su bastón de oro en blando terreno humosídico. (16). Por supuesto que el clima del litoral ha cambiado igualmente en forma radical desde aquella época en que la gran cultura costanera llegó a su pináculo, y cuyas manifestaciones como en un libro abierto puede admirarse en el Instituto Arquelógico de Chiclín, formado por la familia Larco Herrera y en las hermosas colecciones expuestas brillantemente en el Museo de Antropología de Magdalena Vieja por el doctor Tello, procedentes de los enterramientos de Parracas, cuyos objetos son netamente de cultura andina, como lo es tihuanacoide casi toda la cerámica de la costa encontrada en los estratos más arcaicos. Si uno vuela en avión sobre la costa del Pacífico en, cuyos terrenos sé halla la fantástica cantidad de objetos exponentes de una cultura material muy alta, recién se comprende esta acumulación de objetos en los estratos costaneros y también el hecho de que la cultura no solo Fe extendía al margen de los grandes ríos, sino que toda la costa del Pacífico era un gran jardín con extensos campos agrícolas donde en ¡a actualidad se hallan los espantosos 15 A este respecto hallará el lector mayores detalles en mi trabajo “El Pasado Prehistórico del Gran Perú”, que salió a luz el año pasado, 1940. 16 Véase: Posnansky: “Guía de Tihuanacu” y “Boletín de la Sociedad Geográfica de La Paz No 56”. “'Quiénes eran los Incas”. desiertos. Allí se “a vol d'iseau” claramente en las extensas regiones de la costa, que existen entre los lechos secos de grandes ríos que desembocaban al océano Pacífico, que habían corrientes de otros ríos, con un enjambre de afluentes que en otra hora no solo llevaban en sus caudalosas corrientes, considerable cantidad de agua, sino que eran regiones de abundantes lluvias. Aun se nota desde el avión, en muchos de los sitios de aquel desierto que todavía no están cubiertos por las dunas de arena, cual un tablero de ajedrez, los antiguos cercos agrícolas que dividían las sayañas, (pertenencias agrícolas), y que cualquier plano de terreno era utilizado y aprovechado. Cuáles serían las causas para que se efectuara el cambio climatérico? Cualquiera que haya estudiado la climatología andina y costeña lo sabe y no creo necesario entrar en detalles. Es así que no es ningún enigma que se hallen patentes manifestaciones de culturas doquiera a lo largo de la costa del Pacífico, en las que ahora hállanse terribles dunas y desiertos de enormes extensiones, siendo la agricultura en la actualidad, practicada únicamente en aquellos valles donde hay planicies que aun son surtidas por la escasa cantidad de agua que brota en los Andes. Así pongo punto final a este asunto, prometiendo entrar en materia con mayor detención en otra oportunidad próxima, y termino repitiendo lo que expresé en una conferencia pronunciada con motivo del cincuentenario de la Sociedad Geográfica de La Paz: El famoso saludo atribuido al Inka de “Ama sua, ama llulla, ama khella”, (no seas ladrón, no seas mentiroso, ni seas flojo), tuvo razón, sobrada razón de ser. Y en los grandiosos monumentos del Perú y Bolivia hace algo más de un siglo aún el Gran Perú, se vé que con la estricta observancia de este lema, condensado en un saludo, se han podido crear los monumentos más maravillosos y, los artefactos hoy insuperables en nuestra moderna cultura, como son los del hombre americano, y que demuestran cuánto puede producir el esfuerzo bien dirigido de un pueblo constituido por Khollas y Aruwakes; aquellos el pueblo mandón y conductor de suprema inteligencia y dinamismo; y éstos, el pueblo de masa, trabajador, obediente y bien conducido. Y al finalizar, me permito aun consignar este juicio: La decadencia del Imperio Kholla, cuyo remate constituía lo que llamamos ahora el “Inkario”, principió al borrarse el “tabú” con la mestización de la evolucionada raza Kholla con la inferior desnervada y decadente del Aruwak. (17). 17 Como la denominación de "Aruwak" tiene para muchos un sonido extraño, trascribo en seguida lo que dice mi apreciado amigo el insigne etnólogo Prof. Dr. Max Schmidt, en su "Volkerkunde", (Etnología) (Berlín 1924) en lo que se refiere a la distribución de los pueblos Aruwak. COMENTARIO REFERENTE A LA DENOMINACIÓN DE ARUWAK (a). “Las tribus de la familia lingüista Aruwak son consideradas como aquellas que tienen la mayor propagación y número en las selvas tropicales”. “En época de la conquista, poblaban las tribus Aruwakes la costa Este de las Guayanas y del Brasil hasta el Delta del Amazonas, donde los Aruanes se han extinguido recientemente en la Isla Marajó. Las tribus de la costa han sido llamadas “Aruak” o “Arrawak” y de estas recién ha sido transpuesto este nombre sobre toda la familia lingüística. También eran tribus Aruwakes las que hallaron los primeros descubridores sobre las grandes Antillas. De su lengua, el TAINO, han pasado diversos vocablos importantes a las lenguas europeas, como TABAKO, HAMAKA, KANUA (canoa) MAHIZ (maíz). De las pequeñas Antillas, donde llamaron “ALLOUAGUES”, los Aruwakes han sido empujados por tribus Caribes. El territorio Aruwak costeño, colinda a su lado Oeste, especialmente con tribus Caribes, en medio de las cuales se hallan engastadas unas pocas tribus Aruwak como los Wapichanas”. Empero en el territorio de las vertientes del Orinoco, como también en el Amazonas Central, hallamos más compactas las tribus Aruwakes como son las de los Maipurés y Baniwás en el territorio orinocota la de los Tarianás sobre el Uaupés, y la de los casi extinguidos MANAO en la embocadura del Río Negro en el Amazonas. Como habitantes del Nor-Oeste son de considerar los “Goajiros” sobre la península del mismo nombre en Venezuela los que en la actualidad son vaqueros debido a la influencia europea. Desde el Amazonas Céntral, sigue una faja ancha por el “Juruá y Purús río arriba como también hacia el sudoeste hasta la cordillera. En esta región las más importantes tribus sobre el Río Purús son las de los Paumarí, Ypuriná, y Yamamadí y sobre el Jurúa los de Arauna. En cuanto a los que habitan sobre el territorio peruano se cuentan los Anti (denominados también Campa o Machi ganga) (b) y los ahora insignificantes Piro. De allí se extiende nuevamente una faja de tribus Aruwak que pasa por Mojos (c) en Bolivia y los Paressis en la zona de las vertientes del Cabazal, Yaurú y Yuruena hasta los tribus Aruwakes del territorio de las nacientes del Xingú, como los Mehinacu y Yaulapití, faja que llega en su bifurcación meridional (Guana y Tereno hasta el Chaco Boreal”. (a)—He creído necesario traducir y trascribir la nota que antecede, del notable etnólogo y viajero M. Schmidt, en vista de que los estudiosos del Altiplano, y del Perú no están aún familiarizados con el conocimiento de los Aruwak y tienen ideas aún rutinarias respecto al valor extraordinario que tiene este formidable elemento antropológico en estado de “secundarios primitivos”, para la investigación de los pueblos y culturas ANDINAS. (b)—Véase P. Pío Aza: La Lengua Machiguenga. (c) Véase las cerámicas tipo Tihuanacu halladas por Erland Nordenskioeld en Mojos. Prof. Ing. Arthur POSNANSKY. La Paz (Bolivia), septiembre de 1941. Abuelo de la Chipaya Delfina Quispe. El es Kholla de Isluga que se caso con mujer Chipaya (veáse el texto) es Braquicéfalo Una joven Chipaya de Carangas, Delfina Quispe, Mesaticéfalo Un joven de Chipaya de Carangas, Delfín Loza de medio lado. Dolicéfalo UNA PAREJA “CHIPAYA” EN LA PAZ Por el Prof. Ing. ARTHUR POSNANSKY. Hace poco tiempo hemos tenido el placer de recibir en el Instituto "Tihuanacu" de Antropología, Etnografía y Prehistoria a una joven pareja chipaya que fué traída a La Paz por la Brigada Cultural y; por el maestro de Escuela del pueblo de Chipaya. La pareja había sido invitada a visitar la más grande urbe boliviana para que conozca y se informe de las costumbres y de la civilización de una ciudad moderna, a fin de que retornando a su poblado, de cuenta a los suyos, sobre estas costumbres y sobre el trato que da el blanco al aborígena, quien en su vida retractada y de aislamiento considera, siempre, al primero, como a un enemigo de su raza. El Jefe de la mencionada Brigada, señor Alberto Laguna Meave y el preceptor don Isaac Alarcón, condujeron al gabinete de estudios del suscrito, a la merituada pareja para someterla a un somero estudio antropométrico. Es de hacer notar que ya, en el año de 1914, el que estas líneas escribe había efectuado un viaje especial y fatigoso por la falta de caminos de acceso, hacia las lejanas y apartadas regiones donde viven los chipayas, con el objeto de efectuar estudios antropológicos y sociológicos de esta agrupación humana que tiene los caracteres de un núcleo racial en franco proceso de desaparición. Es así que al inquirir por los datos genealógicos de los mozos indígenas visitantes, constató que ya había conocido —en la época a que se refiere—, a uno de los abuelos de Delfina Quispe, dato que como es sabido, en Antropología, tiene gran importancia. DELFÍN LOZA, el representante masculino de la pareja, no lleva el apelativo originario de su familia troncal, sino uno español. Tiene una edad calculada entre 12 y 14 años y es un ejemplar típico de su raza (Aruwak), como no se podría encontrar mejor. DELFINA QUISPE, la joven Chipaya que nos visitó, tiene una edad calculada entre 15 y 16 años, y conserva, como se vé su apellido netamente “cholla”. Como se expresó anteriormente, ya se había estudiado, hacen 28 años, y en su propio medio, a su abuelo, un viejo kholla de Isluga nombrado Vicente Kjespi (18), quien, casado con una chipaya, había tenido en ella varios hijos, uno de los cuales era el padre de Delfina. La madre de ésta era también chipaya. Por lo tanto el ejemplar estudiado, es decir Delfina Quispe es, antropológicamente hablando, una “cuarterona”. Esta mestización desde el punto de vista antropológico, evidente por el historial genealógico, se constata también, por las mensuraciones craneanas, y se revela en el evolucionado aspecto de sus rasgos fisionómicos, como en el modo de conducirse, tal como veremos más adelante. El pueblo de los chipayas está repartido en tres ayllus, lo que, dicho sea de paso, es una cosa sumamente rara en las regiones habitadas por los que aun lla mamos "indios". Corrientemente hallamos en las “Markas” (poblaciones indígenas de Bolivia y del Perú), la partición en solo dos ayllos: Aransaya y Manasaya. No podemos entrar en este corto estudio en pormenores y por eso indicaremos a aquellos que tienen mayor interés en el asunto de “Ayllos”, el Capítulo III: “La división en regiones y parcialidades con motivo de separación antropológica y lingüística”. “El Suu (Suyo), la Marka, la Saya, el Ayllo y la Sayaña”, en Posnansky, ANTROPOLOGÍA Y SOCIOLOGÍA DE LAS RAZAS INTERANDINAS. En la población de Chipaya—repito—, hallamos, además de los dos Ayllos, clásicos, un tercer Ayllu, el estudio de cuyos habitantes no nos fue dado aún efectuar. Supongo que este tercer Ayllo debe haber sido originariamente de Khollas y en épocas inmemoriales amos de los Aruwakes integrantes de los otros dos ayllos: Aransaya y Manasaya, que en el idioma chipaya se denominan Tuanta y Tajata, respectivamente. En otros trabajos ya publicados por el autor de estas líneas, se ha probado que la tribu chipaya es de raza auténticamente aruwak, tanto en el aspecto antropológico como en el lingüístico, y por lo tanto muy emparentada con los pobladores del alto Desaguadero. (Urus). El ligero examen cráneo métrico a que hemos hecho referencia, arroja los siguientes datos: 18 Su índice cefálico es de 81.6 y su retrato vemos en la figura 5 a. en la obra del autor: “Antropología y Sociología de las Razas Interandinas” (Véase igualmente el cuadro antropométrico en el Capítulo “Chipaya”. Delfín Loza (tipo puro) Aylla Manasaya Delfina Quispe (mestizada cotí Kholla) Ayllu Aransaya Características Edad 12 a 14 años 15 a 16 años Diám. Trans. Max. 139 143 Diám. Front-occip. 199 181 Altura auric-vert. 137 121 Diam interlagrimal 34 32 Ancho nasal 32 31 Altura nasal 43 41 Prominencia nasal 18 21 Altura fe. Total 108 110 Diám bizigomático 133 131 Indice cefálico 69 (Hiperdolicocéfalo) 79 (Mesaticéfala) Hemos creído, siempre, y así lo seguimos sosteniendo, que las simples mediciones antropométricas son estériles si de ellas no se llega a conclusiones de importancia. En ese sentido, las mediciones que hemos practicado sobre estos dos ejemplares humanos, arrojan datos sumamente elocuentes para llegar a las siguientes conclusiones: Delfín Loza chipaya puro es “Hiperdolicocéfalo”; Delfina Quispe, que tiene evidente mezcla de kholla, es “Mesaticéfala” y “mendelea”—conforme con la ascendencia de su abuelo—, hacia sus antepasados khollas. \ No solo en las medidas e índices antropométricos, hay diferencias flagrantes entre estos sujetos de razas no afines, sino también en el soma y el carácter. Delfín, con su cara chata; “de gato” (Fig. 1 y 2) es el arquetipo del Aruwak, en la inmovibilidad de sus músculos faciales ¿amas expresa emociones o variaciones anímicas; tiene un rostro que no cambia de expresión. Seguramente son necesarias muy profundas impresiones espirituales para variar esta fisonomía inmóvil. Al contrario, Delfina Quispe es una adolescente vivaz, inquieta y de reacciones inmediatas a los diferentes estímulos que sobre su psiquis obran. La musculatura facial de este tipo aruwak ya mestizado con kholla se mueve con suma facilidad expresando claramente las emociones y los sentimientos que embargan a la examinada. Es muy posible que a Delfín no le hayan interesado mayormente las cosas que ha visto en la ciudad y la relación que ha tenido con algunos habitantes de ella y al retorno a su pueblo no hará mención mayor. Delfina habrá sentido profundamente impresionada su personalidad con la observación que ha hecho de las características citadinas; sus calles, sus plazas, sus edificios, sus habitantes, los halagos de que ha sido objeto, etc., y al retornar a su poblado hará mención de todo ello, rodeándole, tal vez, de un nimbo fantasioso. Como todos los de su tribu, que aún no tienen mezcla con Kholla o con el blanco Delfín es mentalmente, bastante retardado. Piensa y obra en abstracto, es decir, todo lo contrario de su compañera Delfina que, interrogada, contesta con lógica y correctamente, (es vivaracha); cuando se le charla de un asunto que le interesa, sus ojos se iluminan, la mecánica de su cara acciona y la rápida comprensión se marca en el ágil juego de sus músculos faciales, diremos, en su mímica. Su nariz es la típica de los Khollas: aguileña, su cara es más alargada y sus zigomas menos sobresalientes que los de su compañero. Por su condición femenina, por supuesto el volumen craneano es inferior al de éste. Por igual motivo, la nariz es más corta; pero en la prominencia le lleva a Delfín en tres puntos. Esta mestización entre las dos razas aborígenes del Altiplano interandino, de la cual tenemos un ejemplo patente en Delfina Quispe, es sumamente sugestiva y comprueba nuevamente el cambio de cualidades mentales y físicas que se produce mediante ella. La Paz, junio 1942. ARTHUR POSNANSKY.