La Diferencia de Raza y la Ley Cósmicasuper! - AMORC

Anuncio
La diferencia de raza y la Ley Cósmica
Por L. Baynard Whitney, F.R.C.
Revista El Rosacruz A.M.O.R.C.
El origen de las razas se pierde en el pasado. Cierta literatura sagrada indica que antes
de que la Tierra existiera, en alguna parte del reino cósmico había varias razas,
incluyendo la Dorada, la Roja, la Verde, la Azul. Entonces, aunque el hombre asumió la
forma humana como una especie en el planeta Tierra, las diferencias raciales fueron
perpetuadas en un drama que ha venido desenvolviéndose a través de las edades.
Las razas han desarrollado sus propias tradiciones y costumbres, y sus propios
dirigentes en todos los ramos del esfuerzo humano, produciendo cada una, igualmente,
sus santos y sus avatares. A través de los diversos ciclos del progreso humano, todas han
escalado a la cima del poder en diferentes períodos.
Uno de los conceptos fundamentales del misticismo es el de que la humanidad está
evolucionando hacia la Consciencia Cósmica y que todos están destinados a alcanzar la
divina majestad que brinda el ser consciente de la divinidad.
La comprensión, cada vez mayor a través del mundo, de la mutua dependencia que
existe entre los hombres y las naciones, clama por la aplicación práctica de la
hermandad humana y por el esfuerzo hacia el establecimiento de un mundo mejor que
éste, aquí y ahora.
Indudablemente, el hombre encarna en una raza y luego en otra para ganar mayor
experiencia; para adquirir un más profundo conocimiento de sí mismo y de los demás;
aún hasta para llegar a ser capaz de sentir la compasión divina. El sendero hacia la
perfección es escabroso y el hombre es propenso a las flaquezas humanas. Víctima de la
ignorancia, el hombre es cegado por el orgullo, la arrogancia y la incredulidad. Olvida
que en alguna encarnación previa puede él haber pertenecido a esa misma raza de la
que ahora abusa, o a la que denigra y desprecia, y que en un futuro, quizá vuelva a
encontrarse él formando parte de esa misma raza.
Aun cuando levemente percibida al presente, va llegándose gradualmente a la
comprensión de que es erróneo cósmicamente, así como una ofensa contra la sociedad,
el negarle a cualquiera sus derechos básicos, civiles o humanos. El negarle a alguien sus
prerrogativas fundamentales por razón de raza o color, es privarle de todo su derecho a
la búsqueda y conquista de la felicidad y a contribuir al progreso del mundo.
El logro de un mundo perfecto está aún remoto; no obstante, la comprensión de la
necesidad que existe del mejoramiento de todas las razas, así como del sentido de la
responsabilidad del hombre hacía los demás hombres, va adquiriendo finalmente el
reconocimiento general.
En los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo, el sueño de los Padres de la Patria,
de igualdad de oportunidad para todos en una sociedad basada en valores sociales
fundamentales, se refleja en las decisiones de su Corte Suprema relativas a la
segregación.
No obstante, la discriminación racial continúa existiendo, particularmente en el campo
profesional y el de la industria. Pero a pesar de ello, puede decirse que como la
democracia declara y manifiesta el espíritu de la mayoría, las normas y la legislación
contra la discriminación racial son indicativas de un creciente despertar social.
Lo mismo puede decirse de otros países. Un ejemplo palpable de esto es el
establecimiento del Mercado Común en Europa, evidenciando el hecho de que habrán de
obtenerse beneficios prácticos mediante la cooperación de naciones y razas.
La inquietud que hoy existe en el mundo es síntoma de una conciencia en desarrollo. La
organización de las Naciones Unidas puede ser la precursora de un Mundo Unido. Las
diferencias de raza, nacionalidad, creencias, tradiciones serán modificadas por la necesidad de trabajar unidos. Los diversos pueblos comprenden un todo y éste llegará a ser
armonioso cuando cada individuo (no importa su raza, credo o color) sea reconocido
como una parte integral de ese todo.
Descargar