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Cercera y (ofraäías
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Silva, 25.—Madrid (12).— Teléfono 12803
15 DE SEPTIEMBRE DE 1935
«(>
NUM. 9
S 13 M .A.. P. 10
La nota mariana en la Orden de la Merced, por M. Michel Even.—El V. Fr. Alonso de
Arequipa, por Fr. Guillermo Vázquez. —Un niño ejemplar. Antonio Martínez de la Pedraza,
por Fr. Antonio Silva. —.A Santa Trahamunda .de Poyo (poesía en gallego), por Fr. José
S. Crespo.—Página Misional.—San Jerónimo (poesia), Lope de Vega.—Luz eléctrica sin
cables?, por V.—Notas de la Vida Católica, por X. —Por las Rías altas de Galicia, por Fr. G. V.
Radiograma por Vján.—Nyvt.icias.—Necrologia.—Bibliografía.
LA NOTA MARIANA EN LA ORDEN
DE LA MERCED
En un reciente artículo sobre «Ei lugar
que la Santísima Virgen debe ocupar en
nuestra vida cristiana» (1) recordábamos la necesidad que cada uno de nosotros tiene de conocer la doctrina mariana, para cimentar sólidamente la verdadera devoción a Nuestra Señora.
Para ello exponíamos una vez más los
principios fundamentales y tradicionales
de la Iglesia, y añadíamos un breve resumen de la doctrina, que poco a poco se
va haciendo común, del Beato Griñón de
Montfort. Este gran misionero es eco fiel
de la tradición católica, estudiada muy a
fondo. Una de sus fuentes principales es
el opúsculo titulado La santa esclavitud
de la admirable Madre de Dios, por el
santo arcediano de Evreux, Boudon.
Esta idea de la esclavitud mariana no
(1)
LA MERCED
de 195, pg. 97.
—
constituía una novedad en la Iglesia,
pues era popular en España, donde el
P. Bartolomé de los Ríos, agustino, y
otros que ahora veremos, se hicieron
apestóles de esa forma de servidumbre
desde principios del siglo XVI.
Esta doctrina de la esclavitud mariana
es tradicional particularmente en la Orden de la Merced. He aquí lo que acerca
de ello dice el P. Nazario Pérez, S. J., en
su opúsculo: La Esclavitud de Nuestra
Señora según los autores ascéticos y
místicos españoles (1929): Por fin, las
otras Ordenes religiosas y especialmente la de la Merced y la Compañía de Jesús, con sus Congregaciones marianas,
propagaron esta devoción, con algunas
variantes accidentales (p. 19).
La idea de la Esclavitud de Nuestra
Señora, entendida como una donación
completa a María, como un acto de
257 —
abandono entero a la Santísima Virgen,
es muy antigua en España.
Una de las Congregaciones más célebres de Madrid era la de Esclavos de
Nuestra Señora de los Remedios, fundada en el convento de la Merced en
1610 por el P. Juan Villoria, y a cuyo
frente se puso, a su llegada a España, la
princesa Isabel de Francia, hija de Enrique IV, con su esposo el Príncipe de Asturias, luego Felipe IV (1).
Poco menos importante era la Esclavitud de Nuestra Señora de la Merced,
establecida en el convento de Sevilla,
cuyos Estatutos hizo en 1615 el P. Fray
Pedro de la Serna.
Pero a este fondo común de una perfecta devoción a María, el espíritu mariano mercedario puede y debe añadir
alguna cosa especial y personal. Cada
familia religiosa tiene su nota particular
en el concierto universal de alabanzas a
la Santísima Virgen, en la práctica de la
fidelidad a la Reina de todos.
Esta diversidad es lo que constituye
el encanto de la Iglesia. La belleza del
jardín depende de su variedad, dice San
Francisco de Sales. Hay que evitar el
oponer una devoción a otra, una muestra
de amor filial a otra. Tal estrechez de
espíritu nos conduciría a extremos ridículos y absurdos.
Por esto tenemos el derecho y aun el
deber de investigar cuál es el espíritu
particular y la tradición de cada Orden
religiosa. Por lo que toca a la Merced,
parece que la Santísima Virgen espera
de esta Orden (que ella misma fundó)
alguna cosa especial. Veamos en qué
consiste:
En un documento extraordinariamente
curioso, el General, venerable Natal Gaver (en 1445), escribe a su discípulo Fray
(1) Remón, Fr. Alonso: Historia de Nuestra Señora
de los Remedios. Madrid, 1617.
—
Bartolomé Ledo, contestando a ciertas
críticas:
«No hay que extrañarse de las contradicciones que padece la Orden, pues
Cristo y su Iglesia y los santos, han padecido todo eso. Hijo queridísimo: nosotros hacemos todo lo que hacen los
demás religiosos, y además de eso, con
las limosnas de los fieles, libramos a
nuestros prójimos de manos de los enemigos de la fe».
«Y si otros religiosos predican, también nosotros predicamos; y si ellos celebran los divinos oficios, también nosotros los celebramos; y si ellos alaban a
Dios con el canto y la salmodia, eso
mismo hacemos nosotros; y si ellos tienen manos, lengua, pies y cabeza, también nosotros las tenemos; si otros son
letrados, también entre nosotros hay
muchos semejantes; y si a ellos, porque
sirven a Dios y hacen las cosas dichas,
les dan limosnas, también a nosotros; y
si a ellos, porque prestan servicios espirituales al pueblo, éste les provee de lo
temporal, también a nosotros, porque
somos semejantes a ellos y ejercitamos
iguales ministerios; y además de eso,
realizamos aquella santísima obra que
Cristo Nuestro Señor y Salvador llevó
al cabo, siguiendo nosotros sus pisadas),
cY por eso te dije antes que los frailes
de la Orden de la bienaventurada Virgen
de la Merced, conviene que sean letrados y necesitan más de la sabiduría y
del estudio de varias ciencias, pues tienen que tratar con los enemigos de la fe,
y cuando están entre ellos, defender
nuestra fe y disputar con ellos y dar razón de lo que creemos si son preguntados por los malditos sarracenos, como
sucede con muchísima frecuencia».
«Y si ven que algún cristiano quiere
apostatar de la fe entre ellos, es necesario que nuestros frailes sean hombres
258 —
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, de V. L.
Representa esta imagen a Nuestra Madre sentada y presidiendo el coro, como está mandado en las
Constituciones, pues la primera silla es para ella.
—
259 —
capaces de decirles palabras salvadoras sacrificio con dar la vida por sus hermanos.
y apartarles de tal propósito». La Orden de la Merced está llamada, Que la Orden de la Merced haya sido
por tanto, desde su fundación, a hacer lo fundada por la Santísima Virgen, es una
que hacen las demás Ordenes, y así lo tradición que se remonta a su origen y
hizo desde su origen, pero a los tres que no puede seriamente ser discutida.
votos comunes de religión añade el Las discusiones han confirmado el hecho
cuarto de redención, por el cual el rel- de la aparición a San Pedro Nolasco el
gioso de la Orden debe estar pronto, no 1.° de agosto de 1218.
El citado P. Natal Gaver, en su delisólo para ir a redimir cautivos, sino
también a dar su vida para librar el alma cioso opúsculo Espejo de los frailes de
la bienaventurada Madre de Dios María
del cautivo, en peligro de apostasía. He aquí en qué términos, sublimes por de la Misericordia de la redención de
su sencillez, lo exponen las primeras cautivos, refiere con un candor y encanConstituciones de la Orden: «Alegre- to incomparable la aparición de la Santímente los frailes de la Orden estarán sima Virgen:
«Esta Orden santísima y cristianísima
prontos en todo tiempo para dar su
vida como Jesucristo la dió por nos- tuvo su principio en una revelación divina, comunicada por la Santísima Virgen
otros» (1).
Pero si la Orden tiene como fin princi- María, en la forma que sigue:
pal rescatar cautivos cristianos, y esa es «En el año del Señor de 1218, en las
su característica, también es verdad que calendas de agosto, a saber el día pridesde su origen aplicó todos los medios mero del mes, en el ario VII del pontifide acción del ministerio ordinario: así cado del señor Papa Inocencio
«Como el devotísimo varón Pedro de
ejercitó las armas contra los infieles, como orden militar que era, y la hospi- Nolasco, de Mas-Saintes-Puelles, en la
talidad, y el culto divino, y la vida de diócesis de San Papoul, domiciliado en
apostolado, ministerios complementa- Barcelona, se hubiese ofrecido a Dios,
nos, pero sustanciales y esenciales de ejercitándose por largo tiempo en obras
de misericordia, principalmente en la resu institución,
Todo esto se halla confirmado por dención de cautivos, rogando a Dios con
documentos indiscutibles, recientemente mucho fervor le manifestara si su emexhumados, que ha sido preciso buscar presa le era grata y merecedora de vida
y publicar para responder a determina- eterna, Dios quiso confortarle e instruirdas polémicas, que esta documentación le de su voluntad, por medio de la Madre
de Nuestro Señor Jesucristo».
ha enterrado.
De ella resulta que la Orden es serne- «Y son de notar las palabras que la
jante a las demás en su vida religiosa Santísima Virgen dijo al santo varón
esencial, a la que añade dos notas ma- cuando le apareció: Dios Padre, Hijo y
nanas: una como fundada por la Santí- Espíritu Santo, llevado de su gran misesima Virgen y otra personal, que nace ricordia y del amor que tiene al género
del ministerio de la redención, y es: humano, quiso fundar y establecer una
un llamamiento a la caridad heroica, Orden que se llamara de Santa María de
llegando al extremo de abnegación y la Merced, de la redención de cautivos,
a fin de que los frailes en ella profesos,
(1) Constituciones promulgadas en 1272. El original
en la fe de Jesucristo y siguiendo su
lemosina.
en lengua catalana o
—
260 —
ejemplo, así como El visitó el limbo y pues Nuestro Señor dijo que nadie la
sacó a los que allí estaban detenidos, así tiene mayor que el que da la vida por sus
ellos visiten a los cristianos cautivos en amigos. ¡Con razón se admiraba Pedro
poder de los infieles, dándose a sí mis- Nolasco de ser él, pobre criatura, llamamos en precio, para que en el día del do a tan árdua misión!
juicio merezcan oir la palabra: Venid, La esclavitud material ha desaparecido
benditos de mi padre, a recibir el reino felizmente, pero la caridad heroica, insque os está preparado desde el principio pirada y exigida por la Santísima Virdel mundo».
gen, encuentra ahora, como antaño,
«Pero el Santo, como varón prudente, campo vastísimo donde ejercitarse.
respondió: ¿Quién eres tú que me acon- ¡Cuántas miserias físicas y morales que
sejas una obra de tan excelsa caridad, remediar, cuántas lágrimas que enjugar,
acepta a Dios y meritoria para mí, indig- cuántas apostasías que prevenir y evino siervo tuyo?»
tar!
«Síguese la respuesta que la Madre de Una nueva esclavitud brutal, la del
Dios, María, dió al santo varón: —Yo materialismo y comunismo, amenaza al
soy María». pueblo cristiano. Las almas, por el olvi«Y el santo varón exclamó: —Oh Vir- do del Evangelio, caen en esa nueva
gen María, madre de gracia, madre de cautividad horrenda, que ha de ser commisericordia, ¿quién me creerá?» batida con absoluta abnegación por los
«Y entonces la Virgen dijo al santo hijos de la Merced, religiosos y seglares.
varón: —No temas nada, pues la volun- Sin duda, el sacrificarse por los demás
tad de Dios es que esa Orden se funde continuamente, exige una mortificación
en mi honor, aunque será objeto de gran- activa, práctica y agotadora. Pero justades contradicciones». mente la unión íntima con María y las
«Y dicho esto, la Madre de Dios des- gracias que Ella nos procura, facilitan
apareció».
ese esfuerzo. ¿Qué no haremos para
No hemos podido resistir a la tenta- rescatar esas almas pagadas con la sanción de traducir casi textualmente la re- gre de su Hijo benditísimo?
lación del santo General Gaver. Su libro El llamamiento de la Virgen a su Ores como las Florecitas de esta fa- den y a cuantos viven del espíritu de
milia religiosa. Es lamentable que los ésta, no puede ser realizado sino por
mercedarios hayan tardado tanto en pu- almas verdaderamente generosas.
blicar recuerdos tan encantadores; sólo Nadie debe retroceder ante ese llamala pereza nacional, el exceso de trabajo y miento y sus consecuencias, sino que
la pobreza de la Orden, explican esta falta. «alegremente los hermanos de esta OrEsa relación fija el origen mariano de den estarán prontos en todo tiempo a
la Orden que, como fundada por la San- dar la vida, si es necesario, como Jesutísima Virgen, vive enteramente dedicada cristo diö la suya por nosotros».
a Ella.
MICHEL EVEN
Pero además el rnercedario, como caMisionero
apostólico, Terciario
ballero de María, le debe un servicio es-
de la Merced.
pecial, que exige la más alta caridad, Paris.
4
— 261
Santoral Mercedario
El Venerable Fr. Alonso de Arequipa
t
en 1569
En ese convento había tomado el háNuestro gran cronista Fr. Gabriel Téllez dedica unas páginas a este ' Vene- bito nuestro humilde lego y allí se santirable fraile lego, que entre las ignoran- ficó en múltiples actividades, aunque la
rancias sabias de su profesión humilde, principal era la de sacristán, pues era
quizá el único lego de la casa.
supo aventajarse a las estimaciones preMientras limpiaba las cruces e imágesumidas de los más letrados; llamóse
nes se entretenía en fervorosos afectos,
este siervo de Dios Fray Alonso, y de
manera se desapropió de todo lo terreno que manifestaba con besos a los pies
del Salvador y de los santos. Barría
que aun no quiso quedarse con el sobrenombre y apellido; a lo menos no nos lo también la pobre residencia, y los ratos
dejaron escrito los que apuntaron, harto que hallaba libres los dedicaba a la oracortamente, las hazañas de su espiritual ción, viéndosele con frecuencia arrobado e insensible a todo lo exterior, hasta
milicia» (1).
En efecto, las informaciones que se el punto de que ni pinchándolo con alfihicieron a raíz de su muerte no le llaman leres lo hacían volver en sí.
Era hombre bastante culto y, dada la
sino Fray Alonso, pues con sólo ese
nombre era conocido y venerado por los penuria de sacerdotes para la conversión de los indios, propusieron los suvecinos de Arequipa, ciudad ya entonces importante en el Perú, aunque no se periores a Fr. Alonso que se ordenara
había especializado en levantar y derri- (tentación grave para muchos hermanos
bar presidentes, como en nuestros legos), pero él la rechazó siempre enérgicamente diciendo: para lego entré en
días.
este convento, lego soy y lego espero
Nuestro convento se fundó a la llegada de los españoles, y los religiosos morir.
Desempeñaba también el oficio de cofueron levantando con grande esfuerzo
cinero
y, mientras trabajaba, tenía por
una hermosa iglesia con su órgano,
costumbre
tararear algún canto en hoantes que tuvieran casa donde vivir con
nor
de
la
Santísima
Virgen, que sirviera
alguna comodidad. Eran siete frailes en
de
excitante
a
su
fervor
y de recreo a
1570 con su Comendador Fr. Miguel
sus
fatigados
músculos.
Moreno, y vivían con gran pobreza
En los ratos libres sacaba una cruz
y edificación de los fieles e indios,
del
pecho y se postraba ante ella, medisegún la información que entonces se
tando
con lágrimas la pasión del Señor.
hizo (2),
Así lo comprobaron muchos curiosos
observándole por los agujeros de la
(1) Historia General de la Merced, II, 25.
cocina.
(2) Barriga, Víctor M.: Los Mercedarios en e/ Perú,
En la huerta había construido un orapägina 177. Roma, 1933.
—
262 —
torio, con la imagen del Señor, que el
cronista Vargas entendió ser en el paso
del Eccehomo, pero que probablemente
era en el de la sentencia, tan venerado
hasta nuestros días en una capilla de la
iglesia (1).
En aquel retiro solía Fr. Alonso tomar
fuertes disciplinas, meditando en los
azotes del Señor y en la vergüenza que
dulces coloquios con María pasaba noches enteras.
Su cama era una sencilla tarima, en
que muchas veces ni se acostaba siquiera, contentándose con reposar sentado
en ella y arrimado el tronco a la pared.
Dominaba la sensualidad con admirable
abstinencia de comida y bebida, sin probar el vino.
Cuadro del Señor de la Sentencia, venerado
en la Merced de Arequipa.
4111n•n•11
pasó por nosotros, desnudo ante aquel
pueblo soez, llorando nuestro lego amargamente los pecados de los hombres y
azotándose sin cesar hasta que rendido
caía en tierra desnudo.
Alguna vez le encontraron en esa situación los demás religiosos, que lo llevaron a la enfermería.
Había colocado también en la capilla
una imagen de la Santísima Virgen, para
cuya lámpara le daban aceite sus devotos, aunque era muy caro en el Perú; en
(1) Vargas, Fr. Bernardo: Chronica Ord. de Mercede, I, 434. Palermo, 1618.
Comenzó a extenderse la fama de su
virtud, por lo que salían los vecinos de
ambos sexos a saludarle y besarle la
mano y aun los pies, cuando pasaba por
la calle, con gran confusión y vergüenza
del siervo de Dios.
Sucedió una vez que pasando Fray
Alonso, cierta vecina envió un hijo suyo
pequeño a besarle la mano, con tan mala
fortuna que el niño fué atropellado y se
lo devolvieron medio muerto a su madre,
que cayó desmayada al verle.
Vuelta luego en sí, tomó al niño en
brazos, pidiendo a gritos a Fr. Alonso
que lo sanase. Turbóse el siervo de Dios
— 263 —
y contestó que llamaran a un sacerdote
que lo bendijera, pues el era un pobre
lego, idiota. Sin embargo, ante las lágrimas de la madre, dijo a los circunstantes que pidiesen todos a Dios la salud
del niño, y poniéndose él también en
oración quedó arrobado por un rato;
cuando volvió en sí, vieron todos que
el niño despertaba también como de un
letargo, y se levantaba sano y bueno.
Fr. Alonso lo atribuyó todo a las lágrimas de la madre y a las oraciones de
los presentes. Con esto los españoles
se animaron a más servir a Dios y los
indios recién convertidos se confirmaron
en la fe.
Cuentanse otros varios milagros de
Fray Alonso, obrados con la señal de la
Cruz, que fueron confirmados en la información autentica hecha después de su
muerte.
Estando en buena salud, corno los religiosos le dijesen: si vuestra merced no
se disciplinase tanto, llegaría a la vejez,
él les contestó que de todos modos moriría muy pronto. No lo creyeron, pues
le veían sano y bastante fuerte, pero en
efecto, cayó enfermo poco después y
llegó a punto de muerte; con lo que todos
entendieron había tenido revelación de
ello, aumentando la veneración en que le
tenían.
Fue tal ¿1 concurso para ver su cadáver, que estuvo expuesto veinte horas,
sin poderío sepultar y exhalando un suave olor.
Noticioso de ello el Ordinario prohibió
a nuestros frailes que lo enterraran sin
que él lo hubiera examinado; y en efecto,
se trasladó el Vicario a nuestra iglesia
con algunos canónigos y otras personas
eclesiásticas.
Mandó cerrar las puertas y conducir el
cadáver a una capilla y lavarlo, para
comprobar si cesaba el olor, pero éste
se difundió más y más por toda la iglesia, por lo cual el Vicario exclamó: Esto
es obra del Señor y es admirable a nuestros ojos.
El mismo Vicario tomó la iniciativa de
la información que se hizo de la vida,
virtudes y milagros atribuidos a Fray
Alonso, de la que inserta un extracto el
citado P. Vargas, en su Crónica impresa en 1618.
La provincia del Cuzco, la más rica
de la Orden, fue quizá la que menos hizo
por la glorificación de sus hijos. El ilustre visitador P. Víctor M. Barriga, hijo
de Arequipa, ha comenzado a subsanar
esa falta y sin duda renovará la memoria
de Fr. Alonso.
Aumento de velocidad en los
trenes
La caja o la faja
La línea férrea de Berlín a Hamburgo
es una de las más antiguas, data del
1846. La velocidad por hora ha ido creciendo en esta forma: 37'7 kilómetros en
1851; 43'9 en 1860; 45'80 en 1870; 57'3 en
1880; 63'9 en 1890; 78'7 en 1900; 88'7 en
1914; 96'1 en 1932, y 124'7 en 1935. Hace
ochenta años, el recorrido Berlín-Hamburgo, llevaba ocho horas y inedia, hoy
lo hace en solas dos horas y dieciocho
WEIS
minutos.
—
FR. GUILLERMO VÁZQUEZ
Frase de Prim a los amotinados barceloneses que al ver que trataba de reprimir una rebelión popular, se decían:
Este lo que busca es la faja (de general).
Y Prim, lanzándose contra ellos en brioso caballo, les contestó: La caja o la
faja; es decir, o la caja como muerto, o
la faja de general corno vencedor. Ganó
entonces la faja, más tarde en la calle del
Turco, en Madrid, le dieron la caja.
264 —
NIN -
E UENM
I
Antonio Martínez de la Pedroza
L3
8 agosto 1920-23 febrero 1929
Ciertamente, en ningún tiempo fué tan
necesario poner a la vista y consideración
de todas las almas, la biografía de niños
angelicales, como en la época presente en
que con tanta furia se intenta separar a
los niños de las pisadas de Jesús, únicas
que los pueden conducir a la felicidad
eterna. Esto y el deseo de dar a conocer
una de las más bellas flores de inocencia
de la España contemporánea, me han movido a pergeñar estas líneas para LA MERCED.
Nació Antonio el día 8 de agosto de
1920, en Santander. Sus padres, Florentino Martínez Mingo y Marina de la Pedraza Herrera.
Su inteligencia se desarrolló con suma
rapidez, en tal forma, que a los dos años,
al visitarle el médico, en una enfermedad
que padeció, oyeron decir a dicho doctor:
—No he visto nada igual; es un niño de
una inteligencia muy superior a su edad.
Por este tiempo, dijo un día a su madre, con su media lengua, señalando a las
flores:
—¿Quién ha hecho esto, mamá?
—Dios, hijo mío, que ha hecho todas
las cosas; a tí te ha dado padres, los vestidos...
El niño se llenaba de gratitud a papá
Dios, diciendo:
— Cuánto me quiere, mamina; yo le
quiero también muchísimo a El! No se lo
puedo decir, porque no le veo.
Su madre le dijo que Dios lo ve todo y
sabía lo que él le quería. Entonces advertía el placer que con esto sentía Antoriito,
de lo cual se aprovechó tan cristiana señora para darle el siguiente aviso:
—Ya te digo, hijo mío, que Dios lo ve
todo y así también ve cuando tú te pones
de genio y no le guardas en el bolsillo.
Tan bien tomó este aviso el niño, que
cuando se ponía de genio (como él decía),
llevaba su manita al bolsillo, indicando
que lo metía allí.
En esta edad (dos arios) hubo que darle
aceite de ricino; como se resistiese el niño
a tomarlo, le dijo su madre:
—Ya que quieres tanto a papá Dios,
debes tomarlo por El.
Y al instante dijo:
—Sí, mamina; por papá Dios.
Y lo tomó.
Como Je había dado el Señor una madre
fervorosa, ésta fué formando el alma de
Antoriito con ejemplos de la Historia Sagrada, de la Vida de Jesucristo y del
catecismo. La historia de José le gustaba
que se la repitiesen muchas veces. Para
que se vea la impresión que en él producían estos ejemplos, un día que su madre
acariciaba a un niño del pueblo, en su
presencia, le dijo:
—Mamá, no hagas muchas caricias a
Paco delante de mí, porque tengo miedo
que me pase lo que a Caín: que le coja
envidia.
Su amor a Dios y odio al pecado
Tenía tres arios cuando, fijándose en el
crucifijo que había en la habitación de
sus padres, preguntó:
—Mamá, ¿por qué está muerto papá
Dios?
Ella le habló de la Pasión del Señor, y el
niño lloró amargamente. En otra ocasión,
contándole su madre la pasión y muerte
de Jesús-, el niño, con los ojos llenos de
lágrimas, la interrumpió preguntando:
—Pero ya no sufre Jesús, ¿verdad, mamina?
—Sí, hijo mío, sufre cuando no le aman
los hombres y le ofenden.
—Pues yo le quiero muchísimo, muchísimo; más que a tí, y ya ves cuánto te
quiero; no quiero que Jesús esté triste por
mí. ¿Cómo se le disgusta?
— 265 —
—Se le disgusta y ofende con el pecado
mortal.
—¿Y qué es eso, mamá?
—Hijo mío, ya lo sabrás cuando aprendas el Catecismo; por ahora, te basta saber que Ics niños como tú no hacen pecados mortales.
—Pero, ¿y si los hago de mayor?
Qué horror, • mamá; mejor me quiero
morir!
—Mira, no te preocupes ahora por eso:
lo que haces es decir todos los días: «Virgen del Pilar, antes morir que pecar». Y
después de las tres Avemarías que rezas,
añadir: «María, mi buena Madre, líbrame
del pecado mortal».
Su devoción a la Eucaristía y a la
Santísima Virgen
A la edad de cinco años expresó a su
madre el deseo de hacer la primera Comunión, y como ella le decía que era muy
pequeño, que hasta los siete años no podía
ser, Antoriito dijo:
—IQué pena no poder tener a Jesús en
mi corazón, con las ganas que yo tengo!
Cuando veía ir a comulgar a sus padres
y abuela les decía:
— Qué contentos iréis a recibir a Jesús!
Y al regreso los besaba con entusiasmo,
exclamando:
— Qué felices sois, que habéis tenido a
Jesús en el corazón! ¿Cuándo lo tendré
yo? Aún falta mucho tiempo para los siete
años. ¿Por qué no se puede comulgar a
los cinco, si ya sé el Catecismo?
Un mes antes de su primera Comunión
se encontraba con sus padres y abuela en
el balneario de Sobrón, y a :todas las personas que había en el hotel les participaba
el gran acontecimiento de su próxima
Comunión, invitando a unos para que le
acompañasen ese día y prometiendo a
todos que pedirla a Jesús por ellos.
Llegó por fin el día deseado. Los padres
quisieron que su hijito recibiera a Jesús
en la capilla de su casa solariega de Lieneres (pintoresca aldea, a nueve kilómetros
de Santander, muy cerca del mar).
A las ocho celebró el Santo Sacrificio el
P. Yáñez, S. J., el cual hizo la preparación próxima de Antoiiito y de todos los
que con él se acercaron a la Sagrada
Mesa.
Luego que consiguió la felicidad de comulgar por primera vez, todos sus entusiasmos se convirtieron en procurar hacerlo a diario. Esto, sin embargo, no lo
permitieron sus padres, porque la salud
del niño inspiraba seria inquietud.
Aunque estuviera profundamente dormido, bastaba preguntarle al lado de su
cama, con voz natural, que si quería ir a
recibir a Jesús, para que despertara diciendo:
—Sí; espera un poco, que en seguida
voy.
En efecto, se vestía rápidamente, sin
dar la menor serial de pereza.
Semejante al de la Eucaristía era su
amor a la Santísima Virgen, su «Madre
del Cielo» (como él la llamaba). Muchas
veces, cuando abrazaba y besaba a su
madre con la efusión grandísima que
siempre lo hizo, decía:
—Te quiero mucho ¡muchísimo! mamina mía, más que a nada en el mundo; pero
más que a tí quiero a mi Madre del Cielo.
Desde que hizo la primera Comunión,
a los siete arios, no quiso acostarse ninguna noche sin rezar el Rosario; y si alguna vez veían sus padres que el niño
tenía sueño y le decían que se acostara
sin rezarle, contestaba:
—Eso, de ninguna manera; porque yo
seré lo que sea, pero soy muy devoto de
la Virgen.
Todos los días, unas veces acompañado
de su buen padre y otras de la señora de
compañía, iba a visitar la imagen de la
Virgen de los Dolores que se venera en la
iglesia de San Francisco, y decía muchas
veces a sus familiares:
—Yo no tengo miedo a ir al infierno;
me salvaré porque soy muy devoto de la
Virgen.
Estaba enfermo Antoñito (y esto fuó
pocos días antes de su muerte), y para no
descuidar la asistencia de su hijo, su madre se ocupaba en alguna labor, dentro
de la habitación, aunque un poco distante
de la cama del niño. Sin duda, éste creía
estar solo y dijo con voz velada:
—Mad re, madre.
Al oirle-contestó:
—¿Qué quieres, hijo mío?
—A ntoriito, como extrañado de haber
sido oído, repuso:
—No te llamaba a tí, hablaba con mi
Madre del cielo.
— 266 —
Espíritu de mortificación
y vencimiento
llorando, y, extrañada, le preguntó qué
le pasaba.
Antoñito respondió:
No se crea que este niño lo halló todo
—Mamá, lloro porque tengo envidia y
hecho para ser bueno; esto es lo más ad- no la quisiera tener.
mirable en él: que teniendo un genio
—No digas tonterías, Tofiín—le confuerte y rebelde supo dominarlo.
testó su madre—qué has de tener enviVeamos un ejemplo que confirma clara- dia! Yo no te la he notado.
mente nuestra afirmación.
—Sí, mamá; es que por fuera no se
Cierto día que la sirvienta acompañó me conoce, pero la tengo en el corazón.
a Antoriito de paseo, regresó con el niño Cuando voy a las casas de otros niños y
mucho antes de la hora acostumbrada, y les veo juguetes más bonitos que los míos,
traía a éste de la mano, llorando amarga- me pongo un poco triste y me gustaría
mente. Preguntada la sirvienta por qué que si yo no los tengo, ellos tampoco los
lloraba el niño, contestó que jugando An- tuvieran.
toffito con otros niños, disputó con uno
Su madre le hizo algunas reflexiones,
de ellos, el cual no sólo le pegó, sino que que devolvieron la paz al niño, el cual
le amenazó con romperle la cabeza. Por dijo:
defenderse, Antoriito cogió una piedra, y
—Se lo voy a pedir a Jesús todos los
cuando se disponía, según él, a defender- días que me quite la envidia y El me la
se, la sirvienta le cogió de la mano y le quitará.
trajo a casa. Excitadísimo el niño, decía:
Poco tiempo después, mirando con su
—¿Por qué me pegó él si yo no le madre el Catecismo con láminas en el
había hecho nada?
que había aprendido la doctrina, al llegar
Sus padres, al verle tan excitado, te- a los pecados capitales, dijo, señalando a
miendo que se enfermara, quisieron tran- la envidia:
quilizarle, por el , momento, asintiendo
—Mamá, te advierto que la envidia se
con que al día siguiente se defendería me ha quitado completamente; no tengo
Antoriito.
ni una pizca. Si vieras qué contento estoy
El niño se calmó al oir a sus padres; porque Periquín tiene una bicicleta; me
pero, llorando con gran desconsuelo y alegro de que sea más rico que yo; no me
dirigiéndose a su madre, dijo:
importa que a otros les dé Dios más; a mí
—¡Pero, mamá, si no puedo hacerme ha dado muchísimo.
lo! ¿No ves que entonces disgustaré a
Jesús? Ya sabes lo que dice el Catecismo: Su celo por la salvación de las almas
« que nos perdone Dios nuestros pecados,
así como nosotros perdonamos a los que
Tenía Antoffito grandes deseos de que
nos han agraviado y hecho mal».
los de Liencres se instruyesen en la docSu madre, colmando de besos a Anto- trink cristiana, y para ello suplicó a su
riito, le manifestó que procediendo así se
madre que reuniera a los niños todos los
vería recompensado con la paz y consue- domingos en la capilla de la casa, y le
lo que da el perdonar a los que nos hacen decía:
mal.
—Tú, mamina, y Anená os encargáis
—Sí, mamá; yo le perdono, aunque de los mayores, y yo me entenderé con
me cueste mucho; pero así se pondrá Jesús los chiquitines.
contento, porque lo hago por El.
Al oir el niño en cierta ocasión que
Lo propio que con los deseos de ven- un religioso de la Orden de San Francisganza, sucedía a Antoffito con otros de- co pedía a su madre que se suscribiera a
fectos; solamente lograba dominarlos a las Misiones Franciscanas, dijo inmediafuerza de oración y constantes peleas. Es tamente que él daría lo que fuese necesamuy curioso lo que trabajó para extirpar rio, porque deseaba, ante todo, la salvala envidia.
ción de las almas. Y al efecto entregó al
Una tarde que se entretenía en hojear religioso cinco pesetas, importe de la suslas láminas de un libro, mientras su cripción.
abuela y madre hacían labor, al mirar
Una vez que el Padre se hubo maresta última al niño, observó que estaba chado, manifestó Toilin a su mamá el
— 267 —
gusto con que le hubiera dado más di- gravedad, pero lo ocultaba, y sólo a la
Sierva de María que le asistía y a una
nero.
—Por lo menos, mamá—dijo—déjame sirvienta de la casa, les dijo varias veces:
—Me muero; pero no me importa moque cuando vuelva el Padre le dé para rir porque voy al cielo.
comprar un chinito.
Y en otra ocasión repitió: «Me voy
Luego habló a. su madre de lo que suponía salvar un alma de tal modo, que con Jesús».
la dejó admirada, pues parecía imposible La víspera de su muerte pidió a su
que un niño tan pequeño pudiese decir madre que le comprara una Sagrada Fatales cosas. Adivinando la intención de milia para colocarla en su mesa de noche.
—Mamina, cómpramela, aunque sea de
su hijo dijo a éste que él no debía pensar
en ser misionero, puesto que en todos los cero noventa y cinco; quiero tener a Jesús, María y José.
estados se puede servir a Dios.
—Sí, hijo mío; te la compraré de algún
—¿Qué sería de tu pobre madre sin
valor
para que la conserves toda tu vida.
tí? —dijo al niño.
Veamos lo que originó en el niño esta
Antoilín se abrazó a su madre, al mis- petición.
mo tiempo que, emocionado, le decía: Dos días antes de morir Antoriito, en
—Ay, mamila, antes que tuyo soy de ocasión que estaba la abuela al lado de la
Dios, porque tú no has muerto por mí.
cama del niño, le dijo éste:
La víspera de su muerte dijo: —Ay, abuela!, me vienen ganas de
—Quiero salvar muchas almas. blasfemar, y yo no quiero; no lo digo, no
lo digo, que no, que no—decía Antoñito
Su tránsito al cielo
excitadísimo, hasta que, por fin, sonnenExtraordinariamente había avanzado do a su abuela, añadió: —Ya se pasa,
este niño en el camino de la santidad; abuelita, ya estoy más tranquilín.
vivía muy unido a Dios y quiso Este Al día siguiente, víspera de su muerte,
unirle para siempre a Sí, «antes que la se volvió a repetir esta escena, enconmalicia, como nos dice en el Libro de la trändose entonces la madre con Antoriito,
Sabiduría, cambiara su entendimiento, o el cual, volviéndose hacia ella y dirigiénla ficción engañara su alma... Fué breve dole miradas de angustia, le decía:
su vida; pero valió por muchos arios, —Mamá, qué horror, me parece que
porque su alma fué agradable a Dios por voy a blasfemar, y no, no quiero, Jesú.s,
lo cual se adelantó a sacarle de en medio que no lo quiero decir, ayúdame; sufro
muchísimo, mamila.
de la iniquidad»,
Parecía que presentía su muerte y que Algunos momentos se quedaba en siquería ir previniendo a su madre, pues 'elido y parecía que rezaba. A veces mopocos días antes de enfermar le dijo An- vía los brazos como rechazando a alguien;
esta lucha horrible duró un buen rato.
toñito:
—¡Ay!, mamá; ¡cómo estás con el ni- Viéndole su madre ya más tranquilo, le
fío!, siempre pensando en él. ¿Y si se te preguntó:
—Ya se pasó, ¿verdad?
• muere?
Antoriito dijo que sí, manifestando a su
—No digas eso—le respondió—porque tú no has de morir antes que tu madre'. madre cuánto había sufrido y añadiendo:
—Cómprame-una Sagrada Familia.
—¿Y si Dios lo quiere, mamá, qué va- A
los pocos momentos sufrió el niño un
mos a hacer?
—Pero es que Dios no lo permitirá, grave colapso. Salió de él felizmente;
porque yo le pido todos los días que te pero, preocupado y seguro de su muerte,
conserve para mi consuelo, que no tengo trataba de consolar a todo trance a su
más que a tí que me cuide cuando sea madre:
—Mamá, si yo me muero, ¿vas a llorar
vieja.
—No te apures, mamá, ya te mandará mucho?
—No me digas esas cosas, hijo mío.
Dios más.
Y, sin terminar ésta de hablar, añadió
Durante la enfermedad, le oyó dos
noches su abuela que decía: «Me muero». el niño:
—No, no llores, que me voy al Cielo,
Cono cía perfectamente Antofíito su
— 268 —
porque esto que estoy sufriendo me sirve
de Purgatorio.
En otra ocasión dijo Antofíito:
—Dios me lo dió, Dios me lo quitó;
bendito sea su nombre.
Al escuchar su madre estas palabras le
Preguntó:
—¿Qué dices, Antofíito? ¿Qué es lo que
Dios te dió y te ha quitado?
La salud, mamá.
Y demostrando su conformidad, dijo:
— Estoy muy contento, porque sufro
tu ue ho.
En efecto, el niño sufría grandes dolores al tomar el alimento, porque su enfermedad estaba en la garganta, y pedía el
crucifijo para estrecharle con su manita,
esforzándose de este modo a padecer.
Al visitarle su confesor y decirle Antoriito lo que sufría, le recomendó que ofreciese por el Papa todos sus dolores, ya
que en aquel ario celebraba Su Santidad
las bodas de oro de Sacerdote. Antoñito
decía poco después a su madre:
—Mamá, le estoy mandando mucho al
Papa; no sabes cuánto le mando.
El día 22 de febrero de 1929 se agravó
la enfermedad que sufría Antoriito, hasta
el punto de que se juzgó indicado administrarle los Sacramentos. Su confesor, el
R. P. Yáñez, oyó en confesión al enfermito en la noche del 22, disponiendo y
haciendo saber al niño que recibiría el
Santo Viático a la mañana siguiente.
Muy de mañana el niño, lleno de alegría, dirigía frecuentes miradas a la puerta, preguntando:
—¿Cuándo viene? ¿No llega el Padre
Yáñez?
A las siete y media de la mañana recibió
el Santo Viático, quedando tranquilo unos
minutos; pasados éstos, la Sierva de María se hizo cargo de que el enfermo se
agravaba considerablemente. Llamado el
médico que vivía en la vecindad, confir
mó lo desesperado del caso, y en conformidad y con ánimo sereno, repitió Antoriito:
—Me voy a morir, me muero.
Se despidió de su abuela y padre,
dándoles un beso y llamando con voz
potente a su madre, que en aquellos momentos estaba fuera de la habitación.
Acudió precipitadamente a dar el último
beso y abrazo a su hijo, que expiró en
seguida (ocho de la mañana, 23 febrero
1929).
Murió Antoilito en sábado, cuando se
celebraban tres misas pidiendo su salud y
en la misma hora en que todos los vecinos
de Lieneres cumplían la oferta de asistir
a una misa y cantar una salve en la capilla de la casa, suplicando a la Virgen del
Pilar devolviera la salud a Aritoriito, a
quien tanto amaban.
Su padre demostró, en medio de su
grande amargura, gran resignación con
la voluntad de Dios, como lo demostraban estas palabras que le oyeron unos
días después:
—Yo ofrecí mi .hijo a mi Madre la
Virgen de los Dolores. Me lo llevó. Bendita sea, aunque mi corazón este traspasado de dolor.
Cuán oportunamente podríamos traer
aquí aquellos versos de Selgas, de «La
cuna vacía»:
Bajaron los ángeles,
besaron su rostro,
y cantando a su oído, dijeron:
«N'Ante con nosotros».
Vió el niño a los ángeles,
de su cuna en torno,
y agitando los brazos, les dijo:
«Me voy con vosotros».
Batieron los ángeles
sus alas de oro,
suspendieron al niño en sus brazos,
y se fueron todos.
De la aurora pálida
la luz fugitiva,
alumbró a la mañana siguiente
la cuna vacía.
Lo que sucedió después de volar el
ángel a la gloria
El Padre Claudio García Herrero, S. J.,
en el capítulo último de su preciosa obrita
«Un ángel de ocho arios», de la cual he
entresacado este pequeño extracto, dice
las siguientes palabras, que yo hago también mías:
«No quiero prevenir, ni mucho menos,
el juicio de la Iglesia, ni siquiera quiero
calificar los hechos de milagrosos o de
sobrenaturales, ni aun de extraordinarios, aunque en sí parezcan serlo; tan
sólo pretendo referir hechos históricos,
completamente ciertos y asegurados con
el aval de certificados facultativos y de
testigos conocedores de los sucesos.»
Después de hacer esta salvedad, refie-
— 269 —
trabajan con todo interés por dar a conocer este niño extraordinario. Hace algu-
re algunos hechos y gracias obtenidas
por medio del niño, verdaderamente sorprendentes.
Más tarde yo mismo me enteré de una
curación obtenida, según parece, por la
intercesión de Antofíito. Por otra parte,
el entusiasmo con que son acogidos en
todas partes, lo mismo en España que en
América, las oraciones dirigidas al Niño,
que circulan con licencia eclesiástica,
para uso privado, parece indicar que Antoriito está gozando de Dios en el cielo.
Varios padres jesuitas y benedictinos
nos años, Monseñor Amleto Tondini tradujo al italiano la biografía del Padre
Herrero y le regaló un ejemplar al Santo
Padre.
¡Quiera el Señor, si es para su gloria,
y nuestra Santísima Madre, a quien tanto
amaba, que le veamos pronto en los altares!
FR. ANTONIO MARIA SILVA
El
Ferrol, 26 julio 1935.
Escenas misioneras
Respuesta a un cultivador de té.—
erg
Lee
lo mostraban mis deslucidos hábitos y
mis raídos y gastados zapatos; venía de
úna excursión misional. No pudo contener su admiración mi buen inglés y haciendo aspavientos calificó de imprudencia el andar de una parte a otra con
calores tan fuertes. «Pero—añadió—vosoiros los misioneros católicos sois siem-
ð 'Poyo
pero non poden roubarche
a tel que Ile tes a Cristo.
Os pazos dos re/ses mouros
non tefien pra ti fe/lizos,
nin cubizas seus tesouros
e fes/as e rebulicios,
nin queres outr-a coroa
qu'a a de ser virxen de Cristo.
Por iso lonxe dos eidos
onde tiñas o teu niño,
erguias chorosa ós ceos
as fontes dos teus ollfflos;
e Dios qu'ouse sempre os rogos
dos probes e dos cautivos
fai que vulvas cara a terra
pol-o ceo estrekcido:
o mesrno qu'as anduriñas,
as dos ledos rechouchlos...
¡Prega ti agora, Trahamunda,
por teus hirmans e veciños,
pra que vulvan os seas eidos,
pra que pousen nos seus niños!
FR. JOSE S. CRESPO
Poyo junio 1935.
—
Nos la da hecha L'Osservatore Romano» del 3 de agosto de este año.
Caída luminosa de una tarde. Sobre cubierta de un vaporcito que jadeante re-
S4 Jada (Graharnutzda
¡Santa Trahamunda de Poyo,
monxifía de San Martillo,
a da palma milagreira,
que contan as nais os Hilos!
Teu berce foi esta terra
i-o Castro ve teu vecilio,
e pousaches os teus ollos
nestes outeiros sombrizos,
nestes vales, nestes agros,
nestas fon/es, nestes nos...
Os camfflfflos qu'ea ando
sintiron os teus pecfflos
cando pastaba! o gando,
eando las o mufflo,
cando baixabas a igrexa
nas festas e nos domingos,
cando viñas â ribeira
1-andabas ós birbirichos...
Quixécheste facer monxa
pra mellor servir a Cristo:
coitelos do seu amor
tfflanche o peito ferido.
Lévante mouros da terra,
róubanche país e veciños,
PAGINA MISIONAL
270 —
EL SANATORIO «LAGO» DE LA TABLADA, provincia de Madrid, servido por nuestras
Hermanas las Mercedarias de la Caridad.
montaba la impetuosa corriente del río
Brammaputra, unos ingleses cultivadores de té perezosamente estaban echados
en unas mecedoras gozando de la brisa
de la montaña y de la frescura del río.
Subí también a cubierta para respirar y
distraer mi espíritu abatido. Lino de ellos
nie reconoció y levantándose vino a saludarme con un apretón de manos y a
preguntarme de dónde venía. Bien claro
pre los mismos.., sacrificáis la vida por
estos indígenas cuya conversión no vale
la pena... Padre, ¿para qué sirven las
Misiones?»
No le respondí palabra. Demasiadas
cosas se me ofrecían que decirle, pero
de seguro no las comprendería. Transido
de dolor y ahogada la voz en la garganta
me volví al camarote. Aquella noche no
pude conciliar el sueño. En mis oídos
— 271 —
sonaban las sarcásticas palabras de mi
inglés: «Padre, ¿para qué sirven las Misiones?» ¿Es, pues, inútil mi trabajo?,
me preguntaba. Si los indígenas han de
continuar lo mismo, ¿para qué fatigarme?, ¿para qué sudar?
Primer cuadro. En aquellos momentos
se presentó a mi imaginación lo que tantas veces había visto con mis propios
ojos. He aquí un poblado pagano en su
más profunda abyección. Sus cabañas
más parecen apriscos y cochiqueras que
viviendas humanas. Me acerco. Unos
chiquillos, en cueros, juegan revolcán-
mi viaje. A la entrada del bosque una
hoguera y alrededor de ella danzando un
grupo de hombres. Se trataba de una
sepultura pagana. Todavía llego a tiempo para ver contraerse y retorcerse el
cadáver en medio de las crepitantes llamas... Los parientes y amigos del muerto estaban todos borrachos.
¡Así nacen! ¡Así viven! ¡Así mueren!
Este es el paganismo de esta tribu indígena que mi cultivador de té, a lo que
parece, prefiere al cristianismo.
Otro cuadro. Han transcurrido algunos meses que el misionero sembró
En el Sanatorio
«Lago» de la Tablada. De izquierda a
derecha:D. Eloy Concesa, Capellán del
Sanatorio; Dr. D julio Blanco, Director,.
señora de Torres Grima; Excrno: Sr. Obispo del Piauhy; Don
Antonio Alvarez, Médico residente; Doña
Pilar Gómez de Alvarez; Sor Antonia;
M. María del Socorro,
Superiora; Párroco
del Guadarrama, y
D. Benjamín Gutiérrez.
dose en el lodo del camino. Me ven y
huyen despavoridos. Más adelante unos
que parecen seres humanos están tendidos por los suelos a la sombra de gigantescos bambúes. Están bebiendo «lawpani», un brebaje alcohólico. Hay también mujeres. Todos están borrachos y
hablan un lenguaje horroroso. El espectáculo es repugnante y avivo el paso...
En medio de la aldea se levanta una
cabaña mayor; es el templo de las falsas
y embusteras deidades. El «sokha», brujo que las sirve, tiene el pelaje de las
aves de rapiña: nariz corva, boca desdentada, semblante siniestro, me mira
con sus ojos de lechuza y masculla una
maldición. A la verdad que me asustaba
el pensamiento de que me manifestase
sus imposturas... ¿Cuántos crímenes
tendrá sobre su conciencia? Continúo
abundantemente la «buena semilla», y
hay frutos maduros de la divina gracia.
Las cabañas no son las de antes. Los
niños no juegan en el lodo de los caminos. Miradlos con sus trajecitos de fiesta, salen a recibir al Padre. En sus ojos
brilla una nueva alegría, de sus corazones brota el perfume de la vida cristiana.
La cabaña de los falsos dioses y el
brujo desaparecieron. En su lugar una
simpática capilla coronada con la cruz.
Los niños en el jardincito contiguo cogen
flores para adornar el altar, mientras los
neófitos y catecúmenos entonan cánticos
y plegarias... Empieza la misa...
Después el misionero da una vuelta
por la aldea. En todas las cabañas le
reciben como a enviado de Dios. Para
todos tiene palabras de consuelo y aliento, para todos una bendición.
— 272 —
Recordando la primera visita a la aldea
las lágrimas corren por mis mejillas,
lágrimas de alegría y agradecimiento a
Dios, que también en los tiempos de hoy
hace maravillas. Lo que antes era un
árido desierto es hoy un florido oasis de
Cristo. Donde reinaban las tinieblas y
las sombras de muerte, brilla ahora la
luz y la vida verdaderas. Los hijos de la
floresta llegaron al honor de ser hijos de
Dios.
Para esto sirven las Misiones Católicas.
Buscadores de perlas y diamantes
En la misma embarcación unos misioneros y unos aventureros buscadores de
perlas y diamantes. Se dirigían a las
famosas minas de Golgonda y del Malabar, febricientos con la sed de oro. ¿Encontrarían las ansiadas riquezas? Una
vez encontradas, ¿apagarían su sed de
oro? Esta los atormentaba matando toda
paz y gusto en su corazón.
Los jóvenes misioneros, en cambio,
cantaban. Más allá del horizonte contemplaban un país inmenso y una muchedumbre incontable de almas que los
esperaban como a sus salvadores. También ellos eran buscadores de perlas y de
diamantes, de la «perla» de inestimable
valor escondida en el corazón de todo
hombre que viene a este mundo, de una
perla que tiene cambiantes de rosa como
teñida con la sangre de Dios.
Id por todo el mundo, predicad el
Evangelio a toda criatura, había dicho
Jesús, e iban, en la flor de sus años, con
la sonrisa en los labios a llevar a tantos
pobres el mensaje de paz y de redención.
Una vida de aislamiento, de sacrificio,
tal vez de martirio, les esperaba. ¡Qué
importa! Pasaré los mares, salvaré un
alma y después moriré, exclaman los
apóstoles de la China.
Dadme almas, lleváos lo demás, dijo
San Juan Bosco a sus misioneros.
Para esto sirven las Misiones.
Obras de redención
Padre, sin vos a estas horas mi tribu
habría ya desaparecido, me decía cierto
día un catequista Inundar. Para el que
conoce la situación social de estas pobres tribus aborígenes de la India, para
los que han presenciado las vejaciones de
que son objeto de parte de prestamistas
y propietarios, para los que han visto
desaparecer poblados enteros víctimas
de epidemias y desórdenes morales, la
afirmación de mi catequista es la confirmación de lo que las Misiones católicas
van haciendo entre los «backraces», tribus primitivas de este inmenso imperio.
Los misioneros han hecho por la India
bastante más que el Gobierno inglés.
Así lo confesó uno de sus virreyes. Palabras que tienen su prueba plena en los
millones de escuelas, hospitales, hospicios, laboratorios que se levantaron a la
sombra de la Cruz, y también en la
atmósfera cristiana que va invadiendo el pueblo indio, y tantas esperanzas hace concebir de un glorioso porvenir.
Un día me decía un señor hindúe: Padre, no alcanzo a comprender cómo los
misioneros católicos lo abandonáis todo
y venís a llevar una vida de trabajos y
sacrificios en tierra extranjera. El no
podía comprenderlo ni yo tampoco explicárselo con palabras. Le mostré el Crucifijo... Bajó la cabeza y dijo: Sí... ahora
lo comprendo; vosotros amais; nosotros, en cambio...
Esto es lo que el Misionero llevó a la
India, la Cruz, símbolo del sacrificio y
poema de amor.
— 273 —
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VULGARIZACIÓN
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FRAGMENTOS
DE «EL CARDENAL
DE BELÉN»,
DE LOPE DE VEGA
Por esta senda que sigo
mundo olvidado de tí,
bien puedo decir por mí
que traigo mi bien conmigo.
Basta vuestra compañía,
libros, en tal soledad,
para estudiar la verdad
que a tanta verdad me guía..
Si un filósofo sin fe
la hacienda en el mar echó, .
ner mucho que deje yo
eso que mi hacienda frie? •
Si otro se sacó los ojos
porque a la especulación
de las cosas que altas son
la daba la vista enojos,
¿qué mucho que yo me prive
de aquestas vistas livianas
de las doncellas romanas...?
Hoy quiero estudiar en Vos
sin ojos y sin hacienda,
para que nada me ofenda,
¡oh ciencia infinita, Dios!
Por aquesta soledad
os voy buscando, bien mío,
y que os he de hallar confío
por silencio y humildad.
Cristo mío, oid mi canto,
pues os canto con el canto
que en soledad aprendí.
En dos puntos, sol y mi,
se encierra el canto, mi Dios,
el sol que canto, sois Vos,
yo soy el mi, y el compás
este canto, que es quien más
nos ha juntado a los dos.
¡Ay, si pudiera hacer yo
con canto tan enamorado
una solfa en mi costadoj
como la lanza os pintó,
pues que de regla os sirvió
para las gotas sangrientas,
—
274 —
puntos para mis afrentas,
donde, semínima vuelto
el sol en eclipse envuelto,
desbarató la armonía
del mundo, pues aquel día
temió que estaba resuelto!
Cantad, canto, en este pecho
con un eterno dolor
deste piadoso Señor,
¡misericordias que ha hecho!
Quede cantando deshecho,
y ayúdenle los sentidos,
a cinco voces heridos,
o a tres mis potencias tres
que el alma quien canta es
y son de Dios los oídos.
Despertad, Cristo bendito,
al canto de quien os canta;
despertad de la cruz santa,
cama que os dió mi delito.
Ya con el canto os imito,
pue:s donde os amo me doy.
Todos los días recibimos en casa conciertos, discursos, noticias y majaderías
trasmitidas por la radio, o sea por las
ondas hertzianas; ¿será posible trasmitir
del mismo modo la luz? Ello representa ría un enorme progreso y nos ahorraría
muchos trabajos y gastos.
Unas conferencias recientes dadas en
Madrid por el ilustre P. Pérez del Pulgar,
dan actualidad a las notas que yo tenia
de dos largos artículos pub l icados en
Eludes (1).
Hoy disfrutamos de luz eléctrica, pero
no trasmitida por las ondas, sino por
cables. La electricidad, al recorrer un
delicado hilo metálico, lo pone incandescente, y su blancura produce una
cantidad más o menos grande de luz,
¿No sería posible que las ondas eléctricas iluminaran directamente la atmósfera? Esto exige que sepamos previamente
si la electricidad se identifica o no con
las vibraciones luminosas.
En el afán de simplificación, que es
innato a nuestra inteligencia, la idea de
identificar la electricidad con la luz tentó
ya a los físicos al mediar el siglo pasado. Comenzaron por medir la velocidad
de la electricidad y de la luz, y esas medidas realizadas por procedimientos
absolutamente diversos, dieron para las
dos clases de fenómenos un valor aproximado de 300.000 kilómetros por segundo.
Faraday observó también en 1846, al
polarizar un haz de rayos luminosos
cerca de una bobina de inducción, que el
Plano de polarización cambiaba de dirección bajo la influencia de la electricidad.
No era malo el paso dado, pero quedaba
aún mucho camino que allanar, pues en
Primer lugar la mayor parte de los cuerPos conductores de electricidad son opacos o refractarios a la luz, mientras que
los transparentes son malos condüctores: así el vidrio, los gases, la mica.
El físico escocés Maxwuell, propuso
(1) 20 de abril y 5 de mayo de
1934.
—
una teoría que podía resolver la dificultad: en una botella de Leyden la quietud
de la electricidad sería sólo aparente; en
realidad, la electricidad saltaría entre las
dos armaduras a través del vidrio. Una
primera descarga produciría un campo
magnético; éste, a su vez, sería el origen
de una nueva corriente del mismo sentido que la primera...
De este modo no habría tampoco diferencia sustancial entre la electrostática y
la electrodinámica o electricidad inducida. Del mismo modo la onda electromagnética, progresando en el espacio,
seria alternativamente eléctrica y magnética, con vibraciones perpendiculares a
la línea de propagación, lo mismo que en
la luz.
Maxwuell trató luego de averiguar la
velocidad con que deberían propagarse
esas ondas y halló una fórmula algebräica, que es la relación entre las unidades
electromagnéticas y electrostáticas, y en
último término la velocidad misma de
la luz.
Ante ese resultado no dudó en afirmar
la identidad de ambas energías o clases
de fenómenos. La diferencia consiste
únicamente en que las vibraciones luminosas o capaces de impresionar nuestra
retina, son rnucho más rápidas que las
hertzianas que nos traen los discursos y
conciertos.
Su teoría encontró, sin embargo, muchos contradictores, y Maxwuell falleció
en 1879 sin ver el triunfo de sus ideas,
que Hertz y otros físicos fueron comprobando experimentalmente. Así se demostró que las ondas hertzianas, utilizadas
por la radio, poseen todas las propiedades de la luz, aunque invisibles, y se
prestan a todos los fenómenos clásicos
de la Optica. A fines del siglo XIX los
físicos Righi y Bose, por medio de ondas
hertzianas muy cortas, llegaron a obtener efectos de difracción, refracción y
reflexión.
Si la luz se identifica con la electricidad, ¿cómo se realiza la iluminación de
275 —
los cuerpos? Este debe ser también un
fenómeno eléctrico. La supuesta inercia
o quietud de los átomos, es otra fábula
desterrada ya de la ciencia. Los cuerpos
se componen de elementos positivos y
negativos, unidos entre sí por la fuerza
eléctrica. Toda molécula se compone de
átomos que gravitan alrededor de un núcleo, formando un minúsculo sistema
planetario. Los núcleos contienen a su
vez varios electrones, que se mueven
alrededor de un protón.
Las órbitas y los períodos de evolución, pequeños hasta lo inverosímil, son
del mismo orden de magnitud que la amplitud de las fuerzas eléctrica y magnética que vienen a formarlas.
¿Cabe pensar que estos dos mundos
pequeños puestos en conflicto no reaccionen el uno sobre el otro? Y si esta
acción mutua es real ¿no deberá traducirse por una presión de irradiación
ejercida por el rayo solar sobre la placa
donde tropieza?
Maxwuell y un físico italiano, Bartoli,
llegaron a determinar simultáneamente
en 1876, el valor de esa presión. Elevémonos en espíritu sobre la atmósfera terrestre y presentemos al sol una placa
metálica de un metro cuadrado. Esta
placa recibirá del sol una presión equivalente al peso de un miligramo.
Lebedeff construyó en 1899 el molinete
suspendido en el vacío, que gira al herir
el sol sus aspas negras, como observan
admirados hasta los niños en algunos
escaparates, donde el pequeño artefacto
sirve de atractivo. La experiencia comprobó enteramente las previsiones de
Maxwuell y Bartoii.
La telefonía son hilos, o radio, y la
luz son, por consiguiente, en el fondo la
misma cosa, salvo la diferencia de rapidez de las ondulaciones, ¿por qué las
estaciones emisoras de radio no han de
poder enviar un día la luz a los espacios?
Todo dependerá de que se consigan
ondas un millón de veces más cortas que
las explotadas en la actualidad por los
aparatos emisores. Con ellas se podrá
dejar el espacio como en las buenas noches de luna, ya que no como en pleno
día.
Y ponemos esta limitación porque el
miligramo de presión recibido por la
placa de un metro expuesta al sol, supone para toda la tierra una presión de cien
mil toneladas, fuerza que coopera con la
centrífuga a mantenernos alejados del
enorme horno que nos calienta, y podría
abrasarnos si nos acercásemos un poco
más.
¡Y esa presión es sólo media millonésima de la energía que el Astro-Rey lanza continuamente al espacio en todas
direcciones! ¿Cómo obtener nosotros
algo que a eso se parezca?
Preciso es recordar, además, que las
ondas hertzianas sólo abren paso a la
electricidad que está en el receptor,
pues la que viene por el aire sería incapaz de moverlo. Algo parecido sucede
también con el teléfono y el telégrafo.
Más que la posible aplicación al alumbrado, las teorías expuestas nos abren
camino para conocer la naturaleza íntima de la electricidad y de la luz. La teoría de la emisión gana terreno de nuevo
sobre la de las ondulaciones, y al menos será preciso introducir en ésta el
elemento quanta, como otro día veremos.
V.
— 276 —
Notas de la Vida Católica
El Venerable Justino de Jacobis,
Obispo de Nilopolis, Apóstol y primer Vicario Apostólico de Abisinia.—
El 28 del pasado julio, el Santo Padre declaró heroicas sus virtudes.
Nació en San Fele, Diócesis de Muro,
en Lucania, Italia, el 9 de octubre de
1800. Qué tal madre tuvo se echa de ver
en que enserió a su hijo, aun pequeñuelo,
a hacer diariamente media hora de meditación, le imbuyó una tierna devoción a
la Eucaristía, Pasión del Señor, a la Santísima Virgen y a las almas del Purgatorio, y le inscribió como cooperador en la
Pía Obra de la Propagación de la Fe. En
1809 recibe la primera comunión. A los
dieciocho arios entró en la Congregación
de la Misión de San Vicente de Paul.
Dotado y, como hoy se dice, superdotado
para las misiones, se ejercitó en ellas en
su país con magníficos resultados. El Cardenal Franzoni le invitó en 1838 a reanudar las Misiones en Abisinia interrumpidas dos siglos había y en mayo del ario
Siguiente, con el título de Vicario Apostólico, partió para Abisinia con muy pocos
compañeros. «De Abisinia, dice el Papa,
no se sabía otra cosa entonces que era un
país grande, difícil y misterioso», capaz de
amilanar aun a ánimos generosos, pero
que exaltó el heroico de nuestro Venerable. Convirtió a unos 12.000, formó un
grupo escogido de sacerdotes. Mereció
del que le consagró Obispo, que después
fué Cardenal Massaia, este elogio: «Fundador de la Misión etiópica, incansable
apóstol del Africa Oriental, su maestro,
Pues, con la palabra y el ejemplo le enserió cómo debe portarse un misionero:
Angel de la Iglesia Etiópica; maestro de
—r01
misioneros; típico modelo de la fortaleza
y abnegación necesarias para promover
las misiones». (I mei trentacinque anni.
vol. V. cap. XII, 95). «A la verdad, Dios
le había concedido no pocos dones de naturaleza: inteligencia vivaz, palabra persuasiva, ánimo impávido unido a una admirable suavidad de costumbres, destreza, incomparable para los negocios...
Pero la virtud de su Apostolado y la eficacisima predicación de la verdad, fué
sobre todo el ejemplo de su vida santa...
Amaba con amor entrariabilísimo el pueblo que se le había confiado, y para ganárselo mejor se adaptó en todo a la manera de vivir de los indígenas, cautivándolos con su benignidad, paciencia, suavidad de conducta.
Era el 31 de julio de 1860, lugar el valle
de Alghedien, desierto, tierra abrasada
por el sol africano lejos de su bella Italia,
acabado por las fatigas apostólicas, echado en tierra, por almohada una piedra,
recibidos los Sacramentos, oído el rumor
de la venida del Esposo gloriosamente
transfigurado su rostro, después de breves palabras en su lengua materna: «Viene el Señor», murió en sus brazos. Católicos y herejes, mahometanos y judíos, lloran su muerte.
«Aquí nos encontramos, comentaba el
Papa a los que habían asistido a la lectura
solemne del decreto, para honrar a este
gran italiano, a este gran abisinio de
adopción, cuando entre Italia y Abisinia
se nubla el cielo, cuya realidad y significado, y mejor dicho, misterio, porque
misterio es todavía, nadie ignora». Hacerse abisinio en todo, menos en lo malo,
fué su expreso propósito cuando se en-
— 277 —
cargó de evangelizar aquella gente y lo
logró con tal perfección que, a su compatriota el Cardenal Massaia, le costó trabajo distinguirlo entre abisinios. Comprensión y penetración, son los dotes del talento; adaptabilidad, no cómica, sino cordial y por lo mismo profunda, a la condición de los que tratamos, es la prueba de
un buen carácter, es uno de los frutos del,
Espíritu Santo, la Benignidad, que ríe
con los que ríen, y llora con los que lloran, y se hace todo para todos para ga
narlos a todos. Tenemos un ejemplo grandísimo insuperable en «El Verbo se hizo
carne y habitó entre nosotros», «en todo
y por todo semejante a nosotros, menos
en el pecado». Hay personas buenas, pero
de bondad estancada que no corre por la
benignidad para el prójimo, haciéndoles
bien y sufriendo sus flaquezas.
Los caminos de Dios en la conversión de las almas.—Son muchos e imprevistos a la prudencia humana. Los motivos determinantes, variadísimos; claro
que el conjunto es reducible a lo que se
llama «preámbulos de la fe».
El médico alemán Eduardo Sohaeffer,
debió el principio de su conversión al trato
con capellanes castrenses franceses. Su
conversión al Catolicismo fuó un fatigoso
combate contra los inveterados prejuicios
protestantes. Hace suyas las palabras de
Catalina Emmerik de que los paganos entran en la basílica de San Pedro por las
puertas y los protestantes saltan por los
muros.
La holandesa Francisca van Leer, hebrea, después de una vida aventurera de
comunismo y cárcel, entró en la Iglesia
Católica atraída por la Eucaristía.
D. Enrique Matorrás, secretario general de la juventud comunista española,
volvió a la Iglesia porque sólo en la Iglesia Católica se encuentra la única fuente
de la justicia social.
Einar Berrum, grado máximo en la
Masonería, se convirtió al Catolicismo por
la riqueza de su liturgia y por la lógica de
sus enseñanzas dentro de la fe.
Takizaki, japonés, residente en Seattle,
en los Estados Unidos, se hizo católico,
por la «perfecta armonía del alma», aushin rit sumei, supremo ideal de los intelectuales japoneses y de los griegos, que es
el término de las inquietudes del corazón
de San Agustín, «donec quiescamus in
Te».
El profesor ruso Ivan Puzyna se hizo
católico por la crisis de la Iglesia del Estado de Rusia y por los fenómenos inexplicables de Teresa Neuman, y sobre todo
por la intercesión de Santa Teresita del
Niño Jesús.
El P. Jesuita, Profesor de la Gregoriana, L. M. Balasubrahmaniam, nacido en
en el Induismo, para llegar a ser católico
tuvo que hacer un larguísimo recorrido
intelectual a través de todos los grados y
matices del racionalismo. Compara su
conversión a una fatigosa, pero consoladora subida a los Alpes.
El juicio que le merece a un esquimal nuestra civilización material.—
Churchil es la única ciudad del Vicariato
Apostólico de la Bahía de Hudson a donde ha llegado la civilización, hasta tiene
tren con coches-camas una vez a la semana.
Un tal Kubluk, esquimal, que había
venido a pasar la Semana Santa y la fiesta de la Pascua a esta ciudad, contó de
este modo al P. Misionero sus impresiones sobre los blancos que trafican en
aquella ciudad: «Estos blancos son muy
inteligentes; saben hacer casas tan altas
que uno se marea al subir a ellas; hacen
andar sobre ruedas otras casas no tan
altas, pero más largas, donde se encuentra de todo: camas, cocina, comedor,
despensa, etc.; saben hacer unas grandes
— 278 —
palas (las máquinas cavadoras y las dragadoras), que lo mismo cavan en la tierra
que en el fondo de los ríos...; saben hacer
un fuego que no se ve y que lo llevan por
hilos de una parte a otra... y hasta lo meten en botellas (pilas eléctricas), para
alumbrarse, y cuando ya no lo necesitan
lo vuelven a la estufa (el dinamo)...; mas
con todo, y a pesar todo, aún no saben
rezar, ni siquiera en Semana Santa y
Pascua... En iglulik sabemos más y somos más felices que en estos países civilizados...
La Iglesia católica y Alemania. • E1
20 de julio de 1933 se concluyó entre la
Santa Sede y el Estado alemán un concordato. En un artículo primero quedó
establecida «la libertad de profesión y
ejercicio de la Religión Católica. Por el
artículo 32, párrafo 2, del Protocolo final,
se compromete el Estado a no poner limitación de ningún género en la enseñanza
Y predicación pública, como es su deber,
de la doctrina y máximas de la Iglesia,
no sólo las dogmáticas, sino también las
morales». Pues bien: la Iglesia sufre actualmente en Alemania la limitación del
ejercicio de su culto en las manifestaciones públicas, los ataques groseros e impios del ministro de Instrucción y Cultura (?!) señor Roserberg, la laicización de
todos los actos públicos que serán exclusivamente nacionalsocialistas, o sea racistas, la violación del derecho natural divino
y eclesiástico por la ley de esterilización.
Naturalmente, por lo que tienen esencial
O circunstancialmente de moral o inmoral los negocios económicos, políticos y
s ociales, interesan grande inclusive y excl usivamente a la Iglesia.
«En lo que a esto (a la moral) se refiere,
t anto el orden social cuanto el orden
e conómico, están sometidos y sujetos a
n uestro supremo juicio, pues Dios nos
C onfió el depósito de la verdad y el graví-
simo encargo de publicar toda la ley moral e interpretarla y aun urgirla oportuna e importunamente». (Pío XI, en Qua-
dragesimo anno).
La Prensa Católica en el Japón.—
Es uno de los países más dado a la lectura. Sus bibliotecas son muchas y muy
frecuentadas. En los autobuses, tranvías,
ferrocarriles, el entretenimiento favorito
del japonés es la lectura; el libro es el compañero inseparable de viaje. El libro es barato. El ario pasado se publicaron más de
24.000 sobre todo género de materias, o
sea casi el doble que en los Estados Unidos. En este campo mucho tienen que
hacer las Misiones Católicas, pero lo van
haciendo. Existen bien organizados centros editores de los que salen obras de
cultura religiosa y profana, opúsculos,
revistas, diarios y hojas de propaganda.
La más notable publicación es el semanario «Nihon Catholic Shimbun», leído en
todos los medios japoneses.
Los Dominicos de la Prefectura Apostólica de Shikoku publican una estimable
revista mensual de cultura general religiosa y civil. Los mismos religiosos de la
diócesis de Hakodate hace ya algunos
años tienen una_ editorial de la cual salieron obras de teología, liturgia, apologética, sociología y ascética. En enero de
este ario empezaron a publicar una revista ilustrada, la primera en su género del
Japón. Pronto sacarán una revista científica.
Provisión de Iglesias.—Su Santidad
trasladó del obispado de Málaga al de Palencia al Excmo. Sr. D. Manuel González
y García; y para Málaga nombró al Lectoral de Sevilla D. Balbino Santos Olivera.
Una parroquia en Lofoten, extremidad norte de Europa en Noruega.—Se
- 279 —
bendijo e inauguró en este mes de agosto.
Pertenece a la Prefectura Apostólica de
Noruega Septentrional. Está situada en
el 69° de latitud, donde no aparece el sol
sobre el horizonte dos meses al ario, de
verdes prados, límpidos lagos, espesos
bosques, montañas rocosas que parecen
precipitarse al mar, de aspecto de acero
sus glaciares perpetuos. Sus cambiantes
de color es una verdadera sinfonía que ni
podemos imaginar; perpetuo atardecer las
noches de verano; los días y noches de
invierno alumbradas por un cielo luminoso que parece arder en llamas, pero frías.
La actualidad y el porvenir de la
Religión Católica en el Brasil.— En
esta sección del mes pasado dimos una
impresión optimista del porvenir de la
Iglesia en el Brasil. Nuevos hechos la
confirman. El 30 de julio pasado se promulgó la nueva Constitución del estado
de Geraes. Juraron esta Constitución los
ciudadanos con la mano extendida sobre
los Evangelios con estas palabras: Juro
guardar y defender la Constitución en el
nombre de Dios todopoderoso. La Religión es el fundamento insustituible, hoy
y siempre, de toda vida civil. «En esta
Constitución el estudio de la Religión es
considerado como parte integrante de la
enseñanza pública». El nombramiento de
profesores de Religión se hará contando
con la autoridad eclesiástica. No son menos significativas que estos hechos las
siguientes palabras del actual presidente
del Brasil, Getulio Vargas, a un redactor
del periódico el Diario da Noite: «Con
el mismo espíritu con que aplaudí y sancioné la aprobación de disposiciones que
robustecen la autoridad familiar y el concepto de la educación religiosa, fundamento de nuestra nacionalidad y eslabones fortísimos de la unidad de nuestra
raza y de nuestra patria, continuaré defendiéndolas contra el exotismo subver-
sivo de filosofantes aventureros, no sólo
como jefe del Estado, sino también por
deber de conciencia contra estos errores».
Cómo se vive en el paraíso soviético. —El precio de las cosas son el índice
de su abundancia o escasez. Había en
«un pueblo de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme», un practicante
que todas nuestras desventuras atribuía
al pícaro del dinero y con suprimirlo del
comercio humano, sin más, todos felices.
Quédese así esto, sin meternos en filosofías como recuerdo mío y de algunos que
tal vez me lean, de uno de tantos brutos
con que tropezamos en la vida y que por
equivocación andan con dos pies. Volvamos a Rusia. «Los nuevos precios aprobados por la autoridad son verdaderamente
fantásticos. Una libra de carne cuesta
de seis a siete rublos (uno nonada, así
como 12 pesetas oro); la de manteca, 12
rublos (24 pesetas del mismo precioso
metal oro); la libra de tomates, dos rublos
con cincuenta céntimos de rublo (cinco
pesetas). Una de dos, o el oro anda por
los suelos o los víveres andan por más
allá de las nubes, como parece. Pero parece que el oro y los víveres andan por
las mismas alturas de las estrellas telescópicas.
Mejora de la Economía mundial.—
Anotábamos en esta sección del mes de
julio que la Economía había mejorado en
1934 y que parecía mejora progresiva. El
Boletín mensual de la G-uaranty Trust
Company confirma aquel juicio, puesto
que en lo que va de este año la producción industrial ha aumentado por ciento:
Italia el 25, Chile el 16, el Japón, Dinamarca, Finlandia, Suiza, Hungría y Canadá, del 11 al 13, Alemania, Inglaterra
y los Estados Unidos, el 6. Aunque el
aumento de producción no equivale siempre a mejoría económica que comprende
- 280 —
todo el complejo producción- consumo,
como se ha observado en años anteriores,
con todo en este caso parece indicar un
m ejoramiento total alentador de que saldremos del actual marasmo. Triunfo según la nota ya comentada de Ginebra, de
la Economía dirigida.
Atinente a lo mismo: el Brasil sufre una
re tención de venta de su café, que es la
base de su economía, y con el peligro de
no poder pagar el cupón de su Deuda ext erior. ¿Será creíble? «El Faro de Vigo»
dice que las ocho décimas de la riqueza
está en manos de gallegos, y pide al G0-
¡Oh, qué mila g ro tan espailol!
bierno español intervenga con el del ilrasil, para evitar una depreciación tan
grande de la moneda brasileña. Si en el
Brasil tenemos tantos intereses los españoles es justo que el Gobierno de España
concierte un acuerdo comercial que resulte ventajoso para los españoles.
Nuevo Obispo de Pamplona. —Su
Santidad ha nombrado Obispo de Pamplona al Sal esiano R. P. Marcelino Olaechea y Loizaga, actual Rector del Colegio
de la Ronda de Atocha, Madrid.
X.
doce en el reloj del pueblo, punto matemático en qde suspendieron la faena de
los rosarios y despidió al obrero hasta
la tarde en que a la hora de entrar al fra bajo reanudarían sus rezos.
¿Volvió el obrero? Ni por pensamiento ni a cobrar al fin de la semana las
cuatro horas que a él le parecieron eternas de rezo. Tal aborrecimiento cobró a
la faena de rezar y al ama rezadora.
Exclamación de un inglés, según cuenta la historia, al oir la relación del milagro de San Isidro, que mientras el Santo
oraba los ángeles araban.
Pero se equivocó el inglés de medio
a medio en la apreciación de la psicología española, pues son muchos mis
c ompatriotas que p referirán cavar a estar
r ezando. Y vaya un caso.
En los tiempos no lejanos, y pueda
A- Pensamiento %1
que vuelvan, de los «asentados», trab ajadores que se asignaban a los laEn todas partes se encuentran persob radores, tuviesen o no en qué emplearnas que sólo pueden ser comparadas
los, le señalaron a una señora andalu- con los globos; cuanto más ligeros son,
za labradora de sólo nombre, también
un « asentado». Era inútil que la señora más suben. Sin capacidad intelectual ni
r epresentase al «asentador», que para condiciones privilegiadas de corazón, se
elevan por encima de los mejores y de
nada necesitaba al tal obrero, porque de los caracteres más sólidos y completos.
lo que se trataba ante todo era de que En el seno de la confianza suelen revelos obreros cobrasen al fin de la semalar su habilidad en el vivir diciendo: «No
n a, y eso bien podían hacerlo sin haber te pongas mal con nadie; haz buena cara
t rabajado. Se pagaba, pues, en los asent ados, no precisamente el trabajo, sino a todos. Con tus principios no lograrás
otra cosa que perjudicarte a tí mismo.
la voluntad de trabajar, manifestada en
Según sople el viento, coloca la vela;
e starse durante las horas de la jornada
arrímate donde veas ganancia, y que tu
al mandar de los amos.
norma sea: «¡Fuera escrúpulos!»
Como nada tenía que mandarle la bueClaro está que cuando uno de estos
na andaluza a su « asentado» en las faevolatineros cae al suelo, las acres burlas
nas del campo, le mandó entrar en una
h abitación de la planta baja, fresca y a que resuenan por doquiera demuestran
lo mucho que en secreto eran despreciaMedia luz, con el botijo de manifiesto dos. Entonces se repiten la palabras de
Para que cuando lo necesitase o le vinie- Esquilo: «Ha perdido su fortuna habis e en gana, mojara la palabra, y sin más
tual, se ha estrellado contra la roca de
e mpezó el rezo del rosario, y concluido la justicia y nadie le co
mpadece, nadie le
Uno y otro, y así hasta que sonaron las echa de menos».
WEIS
— 281 —
c=c==nril
Por las rías altas de Galicia
Hice mis estudios al lado de la encantadora ría de Pontevedra. Los días de
asueto subía con mis compañeros a los
montes vecinos, cuyas laderas semejan
verdaderos jardines, con una variedad
maravillosa de tonos y al fondo el azul
celeste de las aguas. Los paisajes fantásticos de algunos cuadros realzados con
oro no dan más que una pálida idea de
tanta belleza.
Desde lo alto del Castro¡T e se admiran
a la vez las rías de Pontevedra y Arosa
y la entrada de la de Vigo, que dejan
impresión imborrable de las llamadas rías
bajas de Galicia, situadas sobre el Atlántico.
Arios adelante tuve ocasión de conocer
las Mariiias con las ensenadas de Betanzos, Puentedeume y Ferrol, que me parecieron bien, sin hacerme olvidar los paisajes de Pontevedra, que ocupaban en mi
afecto el lugar primero.
Después de residir varios arios en Ferrol no había visto aún las otras rías del
Norte, hasta el 2 de mayo último, en que
los profesores de primera enseñanza de
nuestro Colegio me ofrecieron un asiento
en el autocar que llevaba a sus alumnos
en excursión.
Mi sorpresa fué grande al descubrir la
ría de Cedeira, villa visitada frecuentemente por los Mercedarios, gracias a la
buena amistad de su Párroco D. Antonio
Castro, colaborador un tiempo de LA
MERCED.
Sin detenernos seguimos monte arriba
hacia el santuario de San Andrés de Teijklo, popularísimo en toda Galicia y Asturias y visitado anualmente por unos veinte
mil romeros. Un axioma popular afirma
que «a San Andrés de Teijido el que no
va muerto, va vivo». ¡Es a donde puede
llegar la fuerza tiránica del consonante!
La iglesia está, a orillas del mar, cerca
del cabo Ortegal, y para llegar a ella hubimos de doblar la sierra a pie. El santuario es moderno. Sólo una portada plateresca recuerda mejores tiempos para el
Arte. Bueno es también el busto del Santo, que guarda su reliquia y con el que
nos retratamos, gracias a la amabilidad
del Rector señor Miragaya.
Satisfecha nuestra devoción y curios i
-daconhbervistSaAdée
Lonxe, del que tanto habíamos oído hablar en la infancia, emprendimos el regreso, pasando un mal rato hasta vernos
en la cima del acantilado. Al cabo de tres
horas estábamos en el autocar.
Contentos volvimos a Cedeira para tomar la carretera de Santa Marta. Antes
de llegar a esta villa tropezamos con el
ferrocarril de Ferrol a Gijón, cuyas
obras están ya muy adelantadas. El viadueto de Mera, de cemento imitando
ladrillo, ofrece hermoso aspecto. Toda 12
línea ha de ser muy costosa, pues las tri ll .
cheras, túneles y viaductos se suceder
casi sin interrupción.
La ría de Ortigueira nos embelesó 2
todos: es grande, compuesta de gran nti.
mero de ensenadas e islotes de maravillo.
sa vegetación, en que el azul del mar ).
el verde terrestre forman un cuadro divi.
no. Es poco profunda y por tanto incapaz
de barcos grandes, pero su belleza le
basta. Puede competir con la más hernio
sa de las rías bajas.
En la villa tenían los Dominicos un re
guiar convento, cuya iglesia es hoy parro
— 282 —
(Mía y el resto del edificio Ayuntamiento.
Los Mercedarios recordamos al P. Felipe
de Meneses, allí enterrado en 1572, mientras hacía la visita de nuestros conventos.
Nuestros niños completaron en Ortigueira sus provisiones, que con gran apetito consumieron en un islote, no lejos de
la villa.
Cuando se cansaron de jugar, cantar y
alborotar subimos de nuevo al auto, cont inuando hasta la ría del Barquero, que
p ertenece ya a la provincia de Lugo. Es
hermosa también, pero más pequeña que
la de Ortigueira.
En ella vacía sus vagonetas un tren
aéreo que desde los montes conduce el
mineral de hierro. Por fortuna esa mina
continúa trabajando y los niños contemplaron a su gusto el movimiento.
Satisfechos y con deseo de ver cosas
nuevas continuamos a Vivero, cuya bahía,
aunque de trazado sencillo, ofrece también hermoso aspecto. Nos sorprendió a
la entrada de la villa una importante
puerta plateresca con sus cubos y troneras que envidiarían muchas ciudades.
Subimos a la iglesia parroquial, románica, de hermosas proporciones, aunque
necesitada de restauración. Después de
visitar a Jesús Sacramentado, tiramos
algunas placas en el pórtico y recorrimos
otras iglesias, cruzando ante la estatua
de Nicomedes Pastor Díaz, ilustre escritor vivariense.
Muchos de esos edificios recuerdan al
famoso mariscal Pedro Pardo de Cela, que
sostuvo un largo cerco contra las fuerzas
de los Reyes Católicos, empeñados en
abatir la anarquía. Sonaban en mis oídos
los gritos de los sitiadores que desde fuera repetían: ¡Ah, Pedro Pardo, Pedro
Pardo; habéis de entregar Vivero al Rey!
Y, en efecto, no sólo hubo de rendirse,
sino que su cabeza rodaba más tarde en
la plaza de Mondoñedo con la de su hijo
Pedro de Miranda.
Yo visité un momento a la familia de
Cora y Lira, que tiene dos hijas Merceda,rias, y dediqué un recuerdo al ilustre caballero D. Jesús Cora, general del Cuerpo
Jurídico, grande amigo de los Mercedarios, como su hijo el simpático escritor
del mismo nombre.
Eran las seis y media cuando reanudamos la marcha hacia el interior subiendo
por la ladera de un valle precioso, siguiendo el curso del río Landrove.
Cuando estábamos en lo alto del monte
comenzó a llover, pero esto nos contrarió
poco, pues anochecía y no podíamos dilatar el regreso a Ferro], adonde llegamos
felizmente a las ocho y media.
A la puerta de nuestra iglesia esperaban los padres de los niños, que se enteraron alborozados de nuestra excursión y
todos juntos rezamos una salve a Nuestra
Santísima Madre en acción de gracias.
FR. G. V.
— 283 —
==]
«Dos cantores o acólitos, o a falta de
éstos el diácono y subdiácono, o bien el
mismo celebrante, si no hay otro que lo
haga, cantan de rodillas el Panem de
coelo, con aleluya en tiempo pascual, en
la octava del Corpus y aun en la procesión del domingo siguiente a la octava».
(Solans-Vendrell, edición 12. a , tomo II,
núm. 549).
El P. Gregorio Martínez de Antoñana,
buena autoridad litúrgica, fundado como
los anteriores en el decreto 3.983, dice
que lo cantan de rodillas dos cantores o
clérigos, o en su defecto el diácono y
subdiácono. (Tomo II, núm. 565).
En consecuencia a la segunda pregunta, si el organista no puede cantar el
mencionado versículo, cántenlo los mi
nistros, si los hay, o en su falta los monaguillos, que no son de peor condición
que los cantores, o el sacristán, «y si no
hay otro que lo haga», el mismo celebrante.
A la tercera pregunta, las mujeres
nunca pueden cantarlo, porque sólo deben cantar en la iglesia «formando parte
del pueblo o representándolo » y el cantar este versículo es de clérigos o de
quienes los sustituyan, cantores, sacristanes o monaguillos. Se exceptúan las
religiosas que viven en comunidad, sus
alumnas, las cuales en sus coros pueden, y así lo hacen, cantar dos de ellas
el Panem de coelo.
El sacerdote que dé la absolución
general desde el altar, después de rezar
las preces de rodillas en la última gra-
da, ¿a qué lado se debe colocar para
dar la absolución?
Al lado de la epístola y vuelto al pueblo (Ceremonial de la orden, lib. XI, número 110). Esta es también la prescri p
in cornil-ciónparlbed ,
epistolae.
¿Se ganan las indulgencias del Rosario rezando el de difuntos con sus
oraciones, pero sin decir los misterios?
Conviene, pero parece que no es necesario, anunciar los misterios al principio de cada decena para facilitar la meditación de ellos.
Pero está prohibido, so pena de ganar las indulgencias, «añadir, quitar o
interpolar algo (Canon 934). Así las
letanías en que se reza un solo Kirie
eleison, o no se responde a cada una de
las invocaciones con el Ora pro nobis,
pierden las indulgencias. Y es privilegio
que se puedan ganar las indulgencias
del Rosario, añadiendo algunas palabras
al Ave María, donde hoy esa costumbre.
Tan delgado se hila.
Contestando, pues, a la pregunta, me
parece que las oraciones que se añaden
a cada una de las decenas en el Rosario
de difuntos, como verdaderas «añadiduras e interpolaciones » , quitan al Rosario
el carácter de tal, y por lo mismo no se
ganan sus indulgencias.
Ni parece legítima la razón de que
pudiendo separarse el rezo de las decenas del Rosario, esas oraciones no son
más que separaciones e interrupciones;
porque no sólo interrumpen, sino que
también modifican la contextura del Rosario, y por lo tanto caen de lleno en el
mencionado canon, cuyas palabras son
terminantes: «las indulgencias cesan por
cualquiera adición, sustracción o interpolación».
Este es mi parecer, salvo meliori.
- 284 —
7=`'
NOTICIAS
RADIOGRAMAS
¿Quién debe cantar el PANEM DE
COELO en la reserva, el celebrante o los
cantores?
¿Y si no hay cantores, sino sólo el
organista cantando la gente?
¿Y si el coro es de mujeres solamente?
lijÁN
JUNQUERA DE AMBÍA
Huésped insigne.—Tres dias de gloria
Para Junquera, en que tuvo el honor de hosp edar al Excmo. y Rvdmo. P. Fr. Inocencio
L ópez Santamaria, Prelado del Piauhy.
El dia 26 de agosto, a la hora en 9ue estaba
an unciada, llegó, esperado en el atrio de la
e x Colegiata por el P. Comendador con capa
P l uvial, la Comunidad, el Sr. Alcalde, los
S res. Juez municipal, Presidente de la Junta
l ocal de Primera Enseñanza, Inspector de
S anidad, jefe militar, jefes politicos, etcétera,
e tcétera. Con la Comunidad estaba el Padre
Gumersindo Placer, nuestro huésped de estos
dias. Con las autoridades y pueblo el aristóc rata orensano D. Luis P. Colemán y otros
d istinguidos veraneantes.
Su Excelencia dirigió unas palabras de sal udo y felicitación y seguidamente se trasladó a la residencia, en donde fué
'Mentado por las autoridades y señores del
Pueblo, con los cuales conversó una hora.
Dia 27. A las siete, Misa de Comunión de
l a V. O. T. de la Merced, por Su Excelencia.
A las diez, administró la Santa Confirmación a los niños y niñas, asistido por la insigne dama D. » Otilia Pérez de Colemän y su
hijo Luisito, como padrinos, y por los señores
P árrocos del contorno.
A las cinco de la tarde, recibimos al Excel entisimo Sr. Obispo diocesano D. Florencio
C ervirio. que vino a pagar al Excelentisimo
P. López Santamaria, su visita. Acompañaban a nuestro Prelado el Ilmo. Sr. Provisor
D. Diego Bug,allo y el Mayordomo de Palacio
I lmo. Sr. Lage. Esperaban a Su Excelencia
el Excmo. Prelado del Piauhy y las autorid ades y pueblo. El Excmo. Sr. Cervirio dirigió un saludo emocionado a sus ovejas de esta
villa , animándolos a seguir siendo fieles a su
R eligión. S. E. el Sr. Obispo diocesano, marc hó muy complacido del recibimiento y de la
f e de Junquera de Ambia.
—
A las ocho celebramos la gran velada conmemorativa del VII Centenario de la Confirmación de la Merced, que se dignó presidir
el Excmo. Sr. Obispo de Piahuy, conforme al
siguiente programa:
Palabras de presentación, Rvdo. Padre
Carlos Silva Castro.
Adhesión al acto, Sr. Alcalde D José Pérez
Cid.
«Os teus ollos», balada gallega, por el orfeón, dirigido por D. Antonio Puga.
«La Orden Mercedaria y España», señor
D. José Guede.
«Los Mercedarios y la Medicina», doctor
D. José Ferreiro, Inspector de Sanidad.
«Junquera de Ambia y la Merced», Reverendo P. Fr. Gumersindo Placer.
«L'Ampurdan», composición catalana, de
E. Morera, orfeón.
«La Merced, Orden de Héroes», Sr. D. Antonio Amado, Presidente del Consejo local de
Primera Enseñanza.
«Las Santas de la Merced», D. « Luisa Dacosta, Maestra Nacional.
«Merced a los cautivos», poesia leida por
Carlitos Ferreira
«La fecundidad de la Iglesia y la Orden de
la Merced», Licenciado D. Delfin Martínez,
Presbítero.
«San Campio», por el orfeón, letra del Arzobispo Lago, música de Torres Creo.
Por fin nos dirigió una hermosa alocución
el Excmo. P. López Santamaría, felicitando
a todos los colaboradores por su arte y amor
a la Merced, a las autoridades por su adhesión, al público (400 asistentes, que es la capacidad del Salón de Actos del Catecismo)
por su asistencia y cultura. Manifestó espe.
cialmente su satisfacción, haciendo allí la
promesa de haber de volver por Junquera de
Ambia si tiene la dicha de volver a España.
Terminamos el acto cantando el «Himno
de la Merced».
El dia 28 ha sido para él de relativo des-
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canso. A las ocho, a continuación del Rosario, nos tuvo una conferencia misional, que
el gran público oyó con gran silencio y gusto
inmenso.
El 29 partió. A despedirle acudió otra vez
toda la población con sus autoridades. Dios
vaya con el por las lejanas tierras de Brasil.
Del Instituto de las Hermanas Merceda.rias de la Caridad
MADRID
En el Sanatorio "Lago„ de La Tablada.
El dia 3 del pasado agosto tuvimos la gran
satisfacción de saludar de nuevo y ofrecer
nuestros respetos al Ilmo. Sr. Obispo titular
de Trebenna y Prelado del Buen Jesús de
Gurgueia (Brasil), Rvdo. P. Fr. Inocencio L.
Santamaría, quien, como en su reciente visita había prometido, vino a administrar el Sacramento de la Confirmación a los ya numerosos pobladores de Tablada.
El afecto, consideración y cariño que aqui
se le tiene se hicieron bien patentes cuando,
al descender del coche que le conducia, en
compañia c;e1 Rvdo. P. Provincial de la Orden, Fr. Alberto Barros, a la puerta del Sanatorio, estalló una nutrida salva de vítores
y aplausos que, partiendo de todas las galerías de las enfermas que esperaban su llegada, se hicieron interminables hasta penetrar
el ilustre Prelado en el vestíbulo del establecimiento, donde fué cumplimentado por su
alto personal, saludándole y besando su anillo pastoral el eminente Dr. D. Julio Blanco,
Director del Sanatorio; médicos residentes
Dres. Alvarez y Zapatero, Capellán, Comunidad, Párrocos de Los Molinos y Guadarrama, personal administrativo de la casa y demás empleados.
El señor Obispo, ante tan entusiasta a
la par què sincero recibimiento, se hallaba
visiblemente emocionado, y después de dar
las gracias a todos y conversar afablemente
unos momentos con las indicadas personalidades, acompañado del señor Director—padrino de la ceremonia—de la Comunidad,
Párrocos y de las madrinas de la Confirmación—doña Pilar Gómez Pallete de Alvarez
y doña Maria Suárez de Torres Grima—se
dirigió a la capilla, que estaba primorosa'
mente adornada, como en los dias de gran
gala, donde habla de conferirse la confirmación.
Dirigió a los niños sentida plática llena
de evangélica unción y en tono familiar, en
la que expuso la significación de este Sacramento, la gracia que en él se recibía para
defender heroicamente la fe que se les infundió en el Bautismo, y juntamente con esa
gracia divina, los dones y. carismas del Espí
-rituSano,sfydemábnico
espirituales para poder cumplir fielmente
los deberes de cristianos, aun en las persecuciones más recias. Recibieron la Confirmación cincuenta y cinco niños de Tablada y
y veinticinco enfermas del Sanatorio.
Terminado el solemne acto y rodeado de
todas las Religiosas, les dirigió palabras de
consuelo, aliento y fortaleza para proseguil
la ardua y meritisima labor del cuidado de
los enfermos a que están consagradas, t &
niendo frases de justo elogio por el celo y
competencia con . que vienen prestando su
asistencia, en pro de todo cuanto significa
salvación material y moral de los enfermos
Fué despedido luego por todo el personal
con las mismas pruebas de afecto y cariño
que a su llegada, dejando entre nosotros
recuerdo imperecedero de su visita.
Que el Señor le acompañe en el regreso a
su muy amada Diócesis.
una sentida plática. Las nuevas novi--ias recibieron los nombres de Sor Maria de
LOS
agbeulee sna.y Sor Maria de Jesús. Nuestra
Ons A
o rn
El dia 6 del corriente tuvimos también una
g'r atisima visita; llegó de Madrid a ésta el
E xcmo. y Rvdmo. P. Inocencio López, ObisPo de Piauhy (Brasil), acompañado de Fray
Pb edro N. Al divisarle lanzarnos a vuelo nuestr as sonoras campanas, para demostrar de
al gún modo la inmensa alegria que su venida
nos hacia sentir. Toda la Comunidad que esPeraba en la iglesia, besó reverente el anillo.
Al arrodillarse en el reclinatorio, el Coro del
No viciado
ivc eiaedeocantó
s.
un precióso «Benedictus» a
tres
El siguiente dia celebró la Misa de Comun idad. El altar apareció profusamente iluminado y artísticamente adornado. El Coro interpretó motetes que gustaron mucho.
El templo se hallaba atestado de fieles que
re cibieron el Pan de los Angeles de manos
del ilustre Prelado. Fué ayudado por el señor
'V icario D. Cipriano Echaniz, el Capellán don
A ndrés y el Hermano Pedro N., Mercedario.
T uvimos con ese motivo el gusto de saludar
también al Rvdo. P. Clemente Vázquez, SuePoei io
). r del Reformatorio de la capital guipuzc oana. A las tres del mismo día 7 se despide
de esta Comunidad.
De paso para Bérriz visitó nuestra casa
Sanátorio de Eibar (Guipúz-
ZUMARRAGA (Noviciado
Que Ntra. Sma. Madre bendiga todas sus
e mpresas, guíe sus pasos y llegue con feliciad al término de su viaje, de corazón le
eseamos.
A Verín.--E1 30 del corriente parten, Dios
inediante, las Hermanas destinadas a la nueV a fundación de, Vería (Orense).
De esta provincia salen: Superiora, Rever enda M. Jacinta Uribesalgo, Sor Amalia
G uinda y Sor Jesusa Zubia, acompañadas de
la Rvda. M. Maria Aspe, C. General.
De Andalucía, Sor Maria Lourdes Gurrea,
S or Alejandra Cerralbo y Sor Felisa Lafuente,, acompadas de la R. M. Encarnación Maezt a . Se van a hacer cargo de un hermoso Cole gio. Nuestra Sma. Madre recompense al
It. P. Ricardo Delgado Capeäns el interés
q ue siempre nos demuestra.
El dia 1. 0 de agosto tuvimos el honor de
abrazar a nuestra amada Madre general, que,
acompañada de su digna secretaria, vino a
pasar unos días entre nosotras. A su llegada al
templo, preciosamente adornado, se cantó el
«Te Deum», que resultó muy solemne. E
domingo la obsequiamos con una velada
literario-musical.
El 2 de agosto, fiesta de la Descensión de
Nuestra Santísima Madre, tuvimos misa can
tada por el coro del Noviciado. El mismo dia
a las tres y media de la tarde, fueron reyes
tidas con el blanco hábito de la Merced las
postulantes Angela Vich Aragonés y Ramona
Portela del Río. La ceremonia estuvo a cargo
del señor capellán don Andrés O., que les
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PAQUETA (Brasil)
Preventorio D. Amelia.—Celebramos el
dia del S. C. de Jesús con la máxima satisfacción de ver acercarse por primera vez al banquete Eucarístico 25 niños y 8 niñas, de
las cuales una recibió la víspera las aguas
bautismales, huérfana de madre rusa e hija
de padre portugués.
María, antes del bautismo Salomitas, comulga todos los días, pidiendo a Dios que
ablande el corazón de su padre y tengan sus
hermanitos la misma dicha que ella, la de ser
cristianos.
Con mucha solemnidad y acompañada de
nuestra R. M. Provincial y varias hermanitas
de Niteroi que con las niñas internas pasaron
el dia aquí, celebró sus bodas de plata de
profesión Sor Inés, a quien los niños allí acogidos la consideran como a su propia madre.
También hicieron los votos perpetuos Sor
Marcela y Sor Manuela. —La Corresponsal.
Viaje del Ilmo. P. Inocencio López.—
El cariño y la gratitud obligaban al Ilustrísimo Sr. Obispo de Trebenna a visitar los centros misionales que se interesan por su prelatura del Piauhy, aunque no le fué posible atender todas las peticiones por la premura de tiempo.
Salió de Madrid a mediados de agosto, dirigiéndose a Bilbao, donde asistió a varias
funciones misionales, lo mismo que en Guernica, Marquina, Bérriz, etc., prodigando en
todas partes aliento y optimismo.
Pasó luego a Galicia, deteniéndose en los
conventos de Sarria, Junquera de Ambia
(donde le dedicaron una espléndida velada
literaria) y Verin, donde pensaba tomar
aguas, lo que apenas pudo hacer. En muchos
pueblos, lo mismo que en Madrid, hubo de
administrar el Sacramento de la Confirmación a numerosos niños, con permiso y a
ruego de los respectivos Prelados.
El de Orense, Ilmo. Sr. Cerviño, tuvo la
amabilidad extraordinaria de acompañarle
al convento de Poyo, donde el P. Inocencio
había de ordenar a algunos jóvenes mercedarlos y descansar los últimos días antes de
embarcar en Vigo el 7 del corriente. Le
acompaña en esta última parte del viaje
nuestro P. Provincial.
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Va con el Sr. Obispo el Hermano Fr. Nolasco Ayarza, para quien no es nuevo el continente americano. ¡A ambos felicísimo viaje
y mil bendiciones del cielo en su labor apostólica!
LORCA
El 31 de agosto hizo su profesión en este
convento de Mercedarias la señorita Gregoria Robles (ahora Sor Felicidad de Jesús),
después de los Ejercicios que dió a toda la
Comunidad el P. Guillermo Vázquez. Pertenece la novicia a una distinguida familia
leonesa que el ario pasado lloró su separación
y ahora fué a buscar consuelo a recientes
lutos domésticos, hallándolo abundante en la
confianza en Dios, que nos reunirá a todos en
el cielo.
NECROLOGÍA
En Herencia, a las cuatro de la tarde del
17 de agosto, falleció la señora D. a Dolores
Cobos Aragonés, habiendo recibido todos los
Sacramentos, la indulgencia plenaria de Terciaria de la Merced y la Bendición Papal.
Con todo conocimiento, que conservó hasta
el último momento, se preparó a bien morir,
contestando con todo fervor a la recomend a
-cióndelam.
A sus hijos, el presbítero don Antonio
y señorita Mercedes, nuestro sentido p é
-same.
Nuestros lectores nos harán una caridad
encomendando a Dios esta señora, muY
amante y devota de la Merced.
BIBLIOGRAFÍA
CATECISMO DEL ESTADO RELIGIOSO para uso de los novicios conforme
al Código de Derecho Canónico, por el
P. L. Fanfani, O. P. Traducción del Padre
Cándido Fernández, de la misma Orden.
Un tomo de 19 X 12 centímetros, co" 154
páginas. Pesetas 3,50, encuadernado. Editorial Litúrgica Española, S. A. Cortes, 581,
Barcelona.
La finalidad de esta nueva obra del ilustre
P. Fanfani, es presentar a los novicios y novicias un guía que, de modo claro y
compendioso, los prepare convenientemente
para la profesión, según ordena el Código en
su canon 565.
Cierto que no faltan libros sobre la materia, pero salvas raras excepciones, la mayor
parte, más bien que señalar las principales
disposiciones disciplinares de la Iglesia, se
canonista
proponen exclusivamente tratar asuntos de
ascética y mística. Labor sin duda utilísima/
pero a todas luces insuficiente, si ha de llegar'
se a la meta señalada por el Código: que los
novicios adquieran ideas claras y precisas
acerca de lo que es y debe ser la vida religiosa.
Este catecismo aspira a llenar el vacío y
estarnos convencidos de que lo cumple plenamente. Es más, estamos seguros ' de que servirá admirablemente para que los novicios
puedan prepararse al examen que suele
hacerse antes de la profesión, y también
para que sirva de acicate y estimulo para
enfervorizarlos y alentarlos en el noble empeño a que se han consagrado. ¡Ojalá que los
superiores y maestros de novicios lo repartan
como pan bendito entre sus súbditos! Quizás/
asi, podría evitarse el decaimiento y la falta
de celo por la observancia regular que a
veces se nota en ciertos individuos.
CON LAS DEBIDAS LICENCIAS
EDITORIAL CATÓLICA TOLEDANA, JUAN LABRADOR,
- 288 -
6, TELÉFONO 211
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