NEWSLETTER NOVIEMBRE 2014 EXPERIENCIAS Una familia profesional Perfil de Monique Kafie (MBA 14), marketing y project manager de Lacthosa Cereales “Si tu hijos no son buenos para el negocio, mándales a estudiar” reza un antiguo dicho proveniente de Turquía. Lo solían usar sobre todo los comerciantes preocupados de adiestrar a sus hijos y enseñarles lo antes posible todos los secretos del negocio para que fueran aportando a la economía familiar. En un mundo reducido a un pequeño mercado del Imperio otomano, donde las mercancías llegaban en caravanas, posiblemente no se necesitaba más preparación que la observación y la práctica. Sin embargo, el mundo de los negocios es hoy en día infinitamente más complejo que el de aquellos tiempos y una empresa familiar, para ser competitiva, ha de contar con profesionales lo mejor preparados posible. Y si son de la propia familia, aún mejor, porque teniendo en cuenta el sentido de propiedad, tanto material como emocional, su compromiso con la empresa siempre tiende a ser más elevado que el de los profesionales externos. Es el caso de Monique Kafie. Esta hondureña recién graduada de la universidad empezó a trabajar en la empresa familiar a los 21 años. “No era una opción más, era sí o sí”, confiesa. Empezó en Lacthosa Cereales, una de las empresas que gestiona el holding familiar encabezado por sus tíos y su padre, los tres hijos del fundador. Monique quiso profundizar más en su preparación académica y, entre varios, el programa que ofrecía ESADE fue el que más la llamó la atención. Sin embargo, su padre no lo veía así. Monique es miembro de la tercera generación del holding familiar, cuyos inicios se remontan al año 1940, cuando su abuelo, recién llegado de Palestina, inició el negocio de textiles y de distribución de leche en polvo en Honduras. El padre estaba muy contento con su incorporación y le entusiasmaba verla trabajar en la empresa familiar. Se mostraba satisfecho con el trabajo que había realizado tras la incorporación. Desde su punto de vista todo marchaba bien y no quería verlo “caer”. Por eso le decía: “Si tú te vas, la empresa se va a caer”. Al inicio, el padre no comprendía su deseo de marcharse a España para hacer un MBA justo cuando se empezaban a ver los resultados de su trabajo. “El trabajo es el mejor MBA que hay”, decía. Monique, sin embargo, seguía insistiendo. Le presentó toda la información sobre la escuela, pero al ver que no funcionaba, cambió de argumentos. Le explicó a su padre con todo detalle el recorrido que había hecho desde que se incorporó a la empresa. NEWSLETTER NOVIEMBRE 2014 Apuntó las cosas que no funcionaban previamente y las que funcionaban bien en ese momento. Y, finalmente, expuso el plan sobre cómo iba a dejar las cosas para que funcionaran perfectamente a pesar de su ausencia. En la empresa familiar, donde de forma muy intensa y constante interactúan la razón y el afecto, siempre es aconsejable recordar que antes de levantar la voz es mejor reforzar el argumento. Monique era consciente de que a su padre le preocupaba el bienestar de la empresa, pero finalmente “le convencí de que estaba muy contenta con mi trabajo el tiempo que había estado. Le ayudé a verlo y le hice entender que la empresa iba a funcionar aún mejor teniendo yo la experiencia y el conocimiento de un MBA; y lo entendió”, recuerda Monique. Lo primero que hizo antes de marcharse a España fue dejar muy bien armado el equipo de trabajo, con el fin de que su ausencia se notara lo menos posible. “Con mi incorporación había cambiado también todo el equipo de trabajo. Les enseñé cómo quería que las cosas funcionaran. Mi padre estaba muy de acuerdo y me apoyó.” Su padre es el presidente de la empresa en la que trabaja Monique, “en mi trabajo yo reporto directamente a un gerente y juntos vamos a informar al presidente”, explica la project manager. Monique es miembro de la tercera generación del holding familiar, cuyos inicios se remontan al año 1940, cuando su abuelo, recién llegado de Palestina, inició el negocio de textiles y de distribución de leche en polvo en Honduras. El negocio empezó bien, puesto que permitió que los hijos se formaran en la University of Georgetown. Cuando regresaron empezaron a trabajar con su padre: traían experiencia y nuevas formas de entender el negocio. Hicieron crecer la empresa y diversificar sus actividades, convirtiéndola poco a poco en uno de los mayores grupos empresariales de Centroamérica, con una fuerte presencia en los sectores alimentario, energético e inmobiliario. “Hasta el momento la empresa ha funcionado muy bien y sin conflictos, porque hay un líder que se entiende muy bien con sus hermanos.” La continuidad de una empresa familiar depende del compromiso, que pasa por asimilar la importancia de dejar la empresa a la siguiente generación en las mismas o en mejores condiciones que en las que fue recibida. Entrando en la tercera generación, generalmente la complejidad aumenta. Desde la empresa familiar, de hermanos se pasa al consorcio de primos. La familia nuclear reivindica cada vez más su propia identidad ante la de la gran familia de origen, y el consenso busca sobreponerse a las individualidades. La clave reside en la capacidad de la familia empresaria de encontrar en la siguiente generación a un líder o a un equipo líder que disfrute de la confianza y el apoyo de toda la familia. Actualmente, el líder del holding es el tío de Monique. “Hasta el momento la empresa ha funcionado muy bien y sin conflictos, porque hay un líder con el que se entienden muy bien sus hermanos”, explica Monique, y resalta otra figura muy importante en toda empresa familiar: la abuela. NEWSLETTER NOVIEMBRE 2014 La esposa del fundador era el verdadero CEO de la empresa familiar, entendido como la chief emotional officer. Es la que aglutinaba la numerosa familia y les hacía coincidir a todos en las comidas del domingo. “Que no se te ocurriera faltar”, añade risueña Monique. Son 12 primos por parte de su padre y de su tío, y todos están actualmente trabajando en la empresa familiar. Cada uno tiene su rol en el grupo empresarial y su cargo bien definido, y son conscientes de que el reto principal es cómo organizar a la familia empresaria para el futuro del gobierno de la empresa familiar. Y, según confiesa Monique, toda la familia está de acuerdo en que hay que hacerlo. Una de las cargas que más acompaña a los empresarios familiares de las siguientes generaciones es la tendencia generalizada de que sean vistos como “hijos del dueño”. Por muy preparados y capacitados que estén, el estigma persiste y cuesta mucho deshacerse de él. La mejor forma de hacerlo es con el ejemplo y el trabajo. A pesar de su juventud, Monique ya cuenta con años de experiencia y, cuando habla, lo hace con la convicción y la propiedad de alguien que ve muy claro el camino a seguir. A ello hay que sumar la experiencia del MBA de ESADE que, en sus palabras, le permite pensar más estratégicamente: “Estoy ya pensando en dónde va estar la empresa dentro de cinco años”, afirma. Es consciente de que por delante no tiene un camino fácil y, por ello, entre los principales retos destaca mantener la unión, procurar que no haya conflictos en la familia, definir el liderazgo y, finalmente, hacer que la empresa funcione como una corporación, “como una familia profesional”. Autor: Boris Matijas, FAMILY BUSINESS TRANSFORMATION