Desalinización, una alternativa que debemos considerar La reciente emergencia hídrica que afectó a nuestro país deja en evidencia la importancia de contar con sistemas que permitan la obtención de agua, tanto para la agricultura, la industria, como también para el consumo humano, en donde la desalinización resulta un actor relevante considerando los últimos acontecimientos y la actual situación hídrica. Una buena alternativa para aumentar el potencial hídrico de nuestro país esta en nuestro gran océano, en donde Chile gracias a su extensa costa, podría permitir su aprovechamiento instalando plantas desalinizadoras, tal como lo han hecho numerosos países, obteniendo muy buenos resultados. Sabido es que la demanda por agua irá en aumento, tendencia que se viene reflejando a nivel mundial, por lo que Chile debe estar preparado para lograr sobrellevar de mejor forma las consecuencias de esta escasez. De hecho, hasta hace unos meses atrás, el país vivió una de sus peores situaciones de emergencia hídrica, aunque según el análisis de las autoridades, los índices de sequía no fueron mayores a los presentados en años anteriores, en donde ya se cumplen tres años consecutivos teniendo esta problemática. Experiencia internacional El tema de la desalinización no es nuevo en el mundo. La destilación, el método básico para hacerlo, se practica desde hace 2.000 años, particularmente por los antiguos marinos. El hombre primitivo hizo otro tanto, pero si procedía a la evaporación del agua era para obtener sal. Hoy en día, el mejor ejemplo lo constituyen los países petroleros del Golfo Pérsico, donde hasta hace 40 años se tenía que importar agua dulce por barco a un costo exorbitante. A partir de entonces se han ido construyendo grandes destilerías de agua, alimentadas por gas natural y petróleo. Otras experiencias exitosas recaen en Rusia, Estados Unidos, Australia, España y algunos países africanos como Túnez, país que está rodeado en un 40% por el desierto del Sahara, pero cuenta con 1300 kilómetros de costa, lo que los llevó a implementar plantas desalinizadoras que actualmente generan el 5 % del total de agua que posee el país. El proceso se realiza a través del método de la osmosis inversa, método en el cual se logra revertir el proceso natural de la osmosis mediante la aplicación de una alta presión al lado de la membrana con mayor concentración de sales e impurezas. Con esto se logra que el agua pase al otro lado de la membrana logrando así una mayor cantidad de agua pura. Desalinización en Chile En nuestro país, el protagonismo en el tema desalinización se lo lleva el sector minero, el cual se ha visto en la necesidad de analizar alternativas ante la escasez del recurso sobre todo en la zona del Norte Grande del país, pese a que este sector productivo es uno de los que mejor optimizan el agua, según datos de la Dirección General de Aguas, superando a la agricultura y el sector forestal. Un ejemplo lo representa Minera Escondida, la cual comenzó a operar su primera planta en 2006, generando sobre 500 litros de agua desalinizada por segundo. El éxito de la iniciativa los llevó a tener en carpeta una nueva planta, la cual se encuentra a la espera de las aprobaciones correspondientes. Otro buen ejemplo es lo que pretende concretar la mina Esperanza, de Antofagasta Minerals, la cual pretende ser el primer proyecto minero que funcione 100 % con agua desalinizada, lo que marcaría un precedente en la industria. A esto se suma la puesta en marcha de una planta desalinizadora del Grupo CAP a través de la empresa española Acciona Agua, con capacidad inicial de 72 millones de litros al día, invirtiendo más de 63 millones de dólares. La planta proveerá del agua necesaria para el funcionamiento de la explotación minera de hierro en Cerro Negro Norte, lo cual asegura el desarrollo industrial de la zona. El agua sobrante se empleará para satisfacer otras necesidades tanto a nivel industrial, como de consumo humano. En total, la producción de agua será de 54.000 m3 al día, de los que 17.000 serán para la mina principal de la zona y los 34.000 restantes se repartirán entre otras explotaciones mineras y los agricultores y ganaderos de la zona. En la línea de la generación de agua potable, Aguas Antofagasta es quien lleva la batuta principalmente por contar con planta en Tal Tal, Antofagasta y la puesta en marcha de una nueva planta que tendrá una capacidad de trabajo cercana a los 1000 l/s, con lo cual se estima alcanzar el 100% de abastecimiento de agua potable gracias a esta tecnología para el 2014. Se trata de una inversión de 120 millones de dólares, en donde la tecnología a emplear será de osmosis inversa, método que es el más utilizado y que se transforma en la tendencia mundial a la hora de implementar estas plantas. A fines del mes de marzo, en medio de la sequía que afectó a importantes zonas del país, el Ministro de Obras Públicas Laurence Golborne anunció durante una visita a Copiapó, que dicha zona contará con una nueva planta desalinizadora de aguas, en el marco de una serie de medidas de corto, mediano y largo plazo, con el objeto de paliar los efectos de la crisis hídrica en aquella región. Según el Ministro, de esta forma Copiapó dejaría de depender de las napas subterráneas, que hoy pueden tener un grado de sobreexplotación, y así el suministro de agua potable provendría de una fuente distinta, como es la tecnología de desalinización de agua. Añadió que hoy en día existen seis proyectos distintos de desalación que están en sus diversos trámites de elaboración, en donde bien se podría utilizar o personalizar alguno de ellos, lo que garantizaría que la ciudad de Copiapó va a tener nuevas fuentes de agua de aquí al año 2017. A la luz de estos antecedentes, no caben dudas que la desalinización es una alternativa más que viable tanto para la agricultura, la industria, como para el consumo humano, debido a la escasez hídrica que presentan varias regiones del país y la posibilidad de aprovechar nuestra larga costa, lugar hasta donde cae cerca del 80 % de las aguas lluvia y de la cordillera, lo que deja en evidencia que en materia de infraestructura estamos más que atrasados, lo que indica que la desalinización es una iniciativa más que ha llegado para quedarse.