La desalinización en España

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La desalinización en España
Tras la Guerra Civil española, la economía del país necesitaba desesperadamente
una reactivación. El gobierno vislumbró la oportunidad de impulsar la actividad
económica dirigiendo el turismo hacia las Islas Canarias, un archipiélago bañado
por el sol, pero que carecía de fuentes naturales de agua dulce, en particular las islas
más orientales. Para poner los fundamentos del crecimiento económico, el gobierno
decidió construir allí la primera planta desalinizadora de Europa, que utilizaría la
misma tecnología que las de Oriente Medio, el método de vaporización. En unos
pocos años, no obstante, hubo un giro de opinión y comenzó a utilizarse la
tecnología, novedosa por entonces, de la ósmosis inversa para las plantas de nueva
construcción.
La evolución reciente de los acontecimientos ha favorecido esta tendencia a la
desalinización en España. El último gobierno había elaborado un plan para trasvasar
agua del caudaloso río Ebro, situado al norte del país, una región rica en agua, hacia
las regiones más secas de la costa meridional, situadas más de 480 kilómetros al sur.
Basándose en el incremento previsto de agua, los promotores inmobiliarios habían
desarrollado vastos complejos turísticos y residenciales, muchos de ellos alrededor
de docenas de nuevos campos de golf, en la costa suroriental, entre Alicante y
Almería, por valor de miles de millones de dólares. No obstante, las protestas de
agricultores y ecologistas, en el sentido de que el trasvase tendría un profundo
efecto medioambiental en el Ebro y su delta, sobre las tierras agrícolas del norte y a
lo largo de los cientos de kilómetros del acueducto, llevaron al nuevo gobierno a
posponer en 2004 la ejecución del plan.
En su lugar, se trazó uno nuevo en virtud del cual se atendería el suministro de agua
por el que clama el sur sin necesidad de traerla del norte. A tal fin, el nuevo
proyecto prevé la construcción de 20 nuevas plantas desalinizadoras a lo largo de la
costa mediterránea, allí donde las necesidades sean mayores, centrándose en la
región más meridional. De este modo, las plantas de desalinización previstas
suplirían el 50% de las necesidades de agua, al tiempo que se reutilizarán aguas
previamente tratadas, se incrementará la eficiencia en la irrigación y se adoptarán
otras medidas para suministrar el resto.
"El nuevo gobierno estimó que este plan sería mucho más seguro, ya que
garantizaría el suministro de agua con independencia de que lloviese o no, al
margen de la variabilidad del clima", señala Klynhout. "En 2005 hubo una sequía y
cupieron dudas de que el caudal del río Ebro hubiese bastado para suministrar agua
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en caso de haberse construido el acueducto previsto".
La licitación de las seis primeras plantas estaba prevista para la primavera de 2006,
y todas ellas deberían estar terminadas a finales de 2008. Cuando estas plantas estén
operativas, más que duplicarán la capacidad desalinizadora actual del país
Empresas españolas
El anuncio de los planes para construir estas nuevas plantas desalinizadoras en
España ha llevado a las empresas del sector a un periodo de auge. La mayoría de
ellas están también especializadas en otras formas de tratamiento de aguas, como la
depuración de aguas residuales o la potabilización de agua. Pero lo que realmente
avalora a muchas de estas compañías, lo que las ha llevado a convertirse en
importantes competidores en el mercado internacional, ha sido su experiencia en
desalinización.
"Llevamos 30 años trabajando en todas estas instalaciones desalinizadoras",
manifiesta José Antonio Medina, presidente de la International Desalination
Association (IDA) y presidente de la Asociación Española de Desalación y
Reutilización (AEDYR). "Esto confiere a las empresas españolas la experiencia
necesaria tanto en la construcción como en la gestión de este tipo de plantas. En
estos momentos, España cuenta con el mayor número de empresas del mundo con
este nivel de tecnología y de experiencia en procesos de desalinización".
Entre dichas compañías se cuentan Pridesa, Inima, Befesa, Cadagua, Sadyt, Infilco,
Aqualia, Cobra, Grupo Seta e IsoluxCorsan Corvian. Degremont, una multinacional
francesa, tiene una unidad de desalinización muy potente que está integrada casi
exclusivamente por personal español.
Casi todas estas empresas desarrollaron sus primeras actividades en el sector del
agua en la costa canaria. En la cartera de proyectos que estas empresas presentan
para demostrar su capacidad y experiencia muchas destacan algunas de las plantas
innovadoras construidas en las Islas Canarias. Una planta fue la primera de Europa,
otra la planta pionera de ósmosis inversa a gran escala en Europa, otra la primera de
Europa en emplear la nueva membrana desalinizadora, y otra la primera en utilizar
nuevos sistemas de recuperación de energía para reducir drásticamente la factura
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energética.
"Una de las primeras plantas resultó muy difícil de gestionar", indica Medina.
"Trabajé en esa planta desde sus comienzos. Ha sido como la universidad de la
ósmosis inversa para todos nosotros".
Hay momentos en los que las empresas compiten entre ellas para adjudicarse
nuevas plantas, ya se liciten fases individuales, como el diseño, o bien la
construcción y gestión íntegras de la planta.
A veces las empresas se agrupan en diferentes consorcios. El gobierno español,
como medida para fomentar la variedad de empresas en el sector, dividió el
proyecto de desarrollo de la planta pionera de Carboneras. Se aceptaron pliegos
separados para diseño e ingeniería, construcción y gestión de la planta. Al final,
Inima se ocupó de la ingeniería y el diseño. Un consorcio formado por Degremont,
Befesa y OHL, la sociedad matriz de Inima, se responsabilizó de la construcción.
En la actualidad, Inima ha asumido la gestión de la planta.
Según los representantes de las empresas, esta experiencia en diferentes aspectos de
promoción y gestión de una planta de desalinización, y en una amplia variedad de
plantas, es la clave de su competitividad. "Cada planta es diferente", manifiesta
Ignacio Zúñiga, gestor de desarrollo internacional de negocio de Cadagua. "Existen
condiciones diferentes en cada mar u océano. Y factores como la captación del agua
o el nivel de polución del área afectan al pretratamiento del agua y al diseño de la
planta".
Los representantes de cada empresa, al competir entre sí en el mercado, señalan las
fortalezas específicas de cada cual. La mayoría están respaldadas por grandes
grupos del sector de la construcción o por otras compañías multinacionales
financieramente solventes, que proporcionan los recursos y la estabilidad necesarios
para invertir en este sector. Todas ellas tienen años de experiencia operativa en
España.
Los directivos de Befesa, que forma parte del Grupo Abengoa, señalan que un
factor clave en esta ventaja ha sido su disposición a probar oportunidades en
mercados más recientes y financieramente más arriesgados de todo el mundo.
Befesa fue una de las primeras empresas españolas en operar en Argelia y en la
actualidad construye la primera planta desalinizadora de la India.
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La desalinización en España
Las empresas españolas, líderes mundiales en este mercado
"Esta es nuestra filosofía: si comenzamos a trabajar en un país, es porque contamos
con una estrategia de trabajo en concreto para ese país", señala Guillermo Bravo,
consejero delegado de Befesa. "En estos momentos tenemos tres plantas en Argelia y
queremos desarrollar el mercado de la India".
Befesa también investiga la posibilidad de reutilizar para otros fines las membranas de
desalinización tras su sustitución, reduciendo de esta forma el coste total de la
instalación.
Inima, con docenas de plantas desalinizadoras en España y en todo el mundo, destaca
sus décadas experiencia, el respaldo financiero que presta la compañía constructora
internacional OHL y su capacidad para trabajar en todos los aspectos del tratamiento
de aguas.
Las empresas españolas no sólo están construyendo nuevas plantas, sino que en
Estados Unidos una empresa española también ha reparado una planta ya construida.
La planta de desalación de agua marina de la Bahía de Tampa (Florida), la mayor
planta desalinizadora estadounidense, iniciada originalmente en 1999, ha estado
plagada de problemas desde el principio, debido en parte a los desafíos que implicaban
la construcción y gestión de la planta y el pretratamiento del agua de mar. Pridesa, una
empresa española integrada actualmente en RWE Thames Water, ganó el contrato, en
colaboración con su socio American Water, para hacerse cargo de la planta.
José María Ortega, director comercial internacional de Pridesa, admite que rediseñar la
planta existente representa un reto mucho mayor que construirla desde cero. "Lo
vemos como una excelente oportunidad de establecer un buen precedente en
desalinización de agua marina en el mercado estadounidense", señaló Ortega, "y, al
mismo tiempo, de convertirnos en el principal referente en ese mercado".
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Empresas auxiliares
Las membranas utilizadas en la mayoría de las plantas de desalinización españolas
representan el núcleo del proceso. Las fabrican principalmente empresas
estadounidenses y japonesas, aunque algunas instituciones españolas han comenzado a
investigar de cara a emprender su producción. Las empresas españolas, con todo, han
desarrollado los componentes que cubren muchas de las necesidades de estas plantas a
gran escala en todo el mundo. La Asociación Española de Desalación y Reutilización
cuenta con casi 60 miembros, todos ellos partícipes en algunos aspectos de la
desalinización, desde fabricar filtros y válvulas hasta las grandes compañías que
construyen las plantas.
A lo largo de la costa norte de España la tierra es verde y feraz, en marcado contraste
visual con las cuarteadas áreas del sur. Las ciudades y pueblos que rodean Bilbao
constituyen el polo industrial de mayor densidad de España, con numerosas
fundiciones metalúrgicas y plantas fabriles.
Aunque este área puede satisfacer sus necesidades de agua sin recurrir a la
desalinización, varias de sus empresas se han especializado en técnicas
desalinizadoras. La desalinización de agua marina presenta retos de ingeniería
específicos, entre ellos la elevada corrosividad del agua y las elevadísimas presiones
necesarias para forzar su paso a través de la membrana.
Una de las empresas del norte de España, MTS Valves, fabrica válvulas de alta presión
para toda clase de requerimientos mecánicos. Al crecer la industria desalinizadora,
comenzó a diseñar las válvulas necesarias, especializándose en las fabricadas con
aleaciones no corrosivas de acero inoxidable denominadas dúplex y superdúplex, muy
caras y difíciles de moldear. El hecho de que existan dos fundiciones en la región de
Bilbao que trabajan con este metal se ha revelado un revulsivo para las empresas
locales.
Según José Ignacio de la Fuente, director de fábrica de MTS Valves, "llevamos en este
mercado más de 30 años. Somos líderes de Europa en este mercado, suministrando
válvulas a plantas de todo el mundo, a Israel, Singapur, Australia, los Emiratos Árabes
Unidos y Argelia. Estamos en condiciones de garantizar un producto de primera clase
en colaboración con nuestros proveedores". De la Fuente señala que MTS Valves
continúa investigando formas de optimizar el rendimiento de las válvulas,
contribuyendo a reducir el coste total de producción de agua.
Indar Máquinas Hidráulicas también ha sido capaz de aprovechar la disponibilidad
local de aleaciones dúplex y superdúplex para crear motores sumergibles y bombas
hidráulicas de alta presión que impulsen el agua salobre captada de pozos del acuífero
marino o desde tanques de entrada. Indar nació como un negocio familiar, que en 1940
comenzó a fabricar pequeños motores para empresas de la zona, y que más tarde se
especializó en motores y bombas sumergibles al introducirse la desalinización en
España en la década de 1960.
A medida que el mercado se desarrolló, Indar continuó fabricando bombas para otras
plantas de tratamiento de aguas mientras mimaba su nicho de desalinización,
trabajando precisamente con dichas aleaciones. Yendo más allá, Indar ha creado un
nicho aún más especializado al centrarse en bombas y motores de mayor caudal, aptas
para las nuevas plantas de desalinización de mayor tamaño. La investigación reciente
ha llevado a la empresa a desarrollar una moto-bomba que ahorra energía suficiente
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como para recuperar el coste de la nueva bomba en tan sólo un año.
"Diseñamos sistemas para mantenernos competitivos, para reducir el consumo de
energía todo lo posible", señala Marcos García, director comercial de Indar.
En desalinización, un factor crucial es el pretratamiento del agua, su purificación lo
más exhaustiva posible antes de que ésta alcance las membranas de ósmosis inversa,
que constituyen la etapa más importante, cara y delicada del proceso. Cuanto más
limpia llegue el agua, más durarán las membranas y mayor será también su eficacia.
Fluytec, una empresa emplazada en el área metropolitana de Bilbao, ha creado un
sistema de filtros para el segundo nivel de tratamiento de una planta desalinizadora.
Sus filtros, con forma de largos cartuchos bobinados, están encastrados en un
contenedor cilíndrico. Para innovar y distinguirse en este mercado, Fluytec ha
desarrollado un método de construir los cuerpos de filtro a partir de poliéster reforzado
con fibra de vidrio (PRFV) no corrosivo que, a diferencia del PVC, puede resistir el
agua a altas presiones con diámetros mucho mayores. En el caso de las plantas de
mayores dimensiones, los filtros de PRFV deben disponerse en capas manualmente,
una tarea que pocas empresas son capaces de realizar.
Además, Fluytec ha diseñado un nuevo sistema para sustituir los filtros en grandes
instalaciones, mecanizando el proceso de limpieza y sustitución de los filtros. "En el
pasado la limpieza y sustitución se hacían a mano. Con el nuevo sistema de filtros
autolimpiantes, los filtros sólo estarán ociosos durante un breve lapso de tiempo",
señala Jorge Merlo, director comercial mundial de Fluytec.
Docenas de empresas españolas han adquirido experiencia técnica operando en
mercados de nicho dentro de la industria desalinizadora, y hoy comercializan sus
productos en España y en todo el mundo.
Extracto del artículo publicado en la Revista Technology Review.
http://www.technologyreview.com/microsites/spain/desalination.aspx
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