LOS COSTOS ECONÓMICOS EN EL CÁLCULO DE TARIFAS DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS: UNA APLICACIÓN AL CASO DE LA REDEFINICIÓN DE LAS TARIFAS BASE DE LA RAC José María Rodríguez Departamento de Economía y Finanzas Facultad de Ciencias Económicas (UNC) Resumen La determinación de las tarifas de los servicios públicos de infraestructura es un proceso que comprende el cálculo de los costos económicos de la provisión, donde la solución óptima es la de costo marginal. Sin embargo, las indivisibilidades tecnológicas cumplen un papel relevante a partir del cual surge el concepto de costo medio incremental, que es una aproximación a la tarifa óptima, y tiene la ventaja de considerar el costo como una consecuencia de hechos económicos que se realizan en diferentes momentos del tiempo. No obstante, una tarifa determinada en función del costo medio incremental podrá ser insuficiente para cubrir la totalidad de los costos económicos, dada la condición de monopolio natural que caracteriza la provisión de los servicios de infraestructura. Estos aspectos, que involucra un conflicto de objetivos regulatorios, en este caso entre eficiencia asignativa y sostenibilidad, y la metodología de cálculo de costos estuvieron presentes en la redefinición de las tarifas base de la Red de Accesos de la Ciudad de Córdoba, que habrían de regir a partir del 2009. Palabras claves: Costo incremental; Tarifas; Servicios Públicos. Clasificación JEL: L51; L91; R48. [email protected] I. Introducción La prestación de los servicios públicos de infraestructura está sujeta a un conjunto de características tecnológicas que, en general, determinan la provisión del servicio bajo condiciones de monopolio natural. Esta estructura de mercado indica que, desde el punto de vista de la eficiencia asignativa, hay lugar sólo para un proveedor, donde el Estado, por un lado, garantiza la exclusividad en la prestación del servicio, y, por otro, establece un esquema de regulación a los efectos de corregir la falla de mercado que representa el libre funcionamiento de un monopolio. En esta tarea, el regulador tiene la función de hacer que los servicios se presten bajo condiciones eficiencia, sostenibilidad y equidad. La eficiencia asignativa requiere que el precio refleje el costo marginal de producción, en tanto que para alcanzar la sostenibilidad económica el precio debe ser, como mínimo, igual al costo medio total2. Pero dada la situación de monopolio, donde en general el costo marginal está por debajo del costo medio, la fijación del precio igual al costo marginal compromete la sostenibilidad económica de la firma, presentándose así un conflicto entre objetivos, en este caso entre eficiencia asignativa y sostenibilidad. Ante este dilema, se han formulado propuestas que intentan obtener lo mejor de ambas soluciones: las ventajas de asignación de recursos mediante la fijación del precio al costo marginal, por un lado, y el logro de viabilidad económica, por el otro. Hay, de hecho, muchas variantes sobre el tema, aunque la más ampliamente difundida desde el punto de vista de la práctica regulatoria es establecer una tarifa en dos partes, donde el usuario afronta por el consumo un cargo igual al costo marginal, y la cobertura de los costos hundidos y otros gastos no relacionados con el consumo se realiza mediante la aplicación de un cargo fijo. Este esquema tarifario se presenta como óptimo (Train, 1991), siempre y cuando el monto del cargo fijo no excluya a algunos consumidores, situación donde se presentaría un conflicto con el objetivo de equidad. Desde el punto de vista de la implementación práctica, no obstante, se requieren algunas consideraciones adicionales. Una consiste en la necesidad de contar con una definición más amplia del concepto de costos, dado que habitualmente la teoría económica los supone como hechos económicos únicos y con perfecta divisibilidad del capital. Sin embargo, las indivisibilidades tecnológicas y el factor tiempo cumplen un papel relevante, debido a que el costo debe ser visto como la consecuencia de hechos económicos que se realizan en diferentes momentos del tiempo. Una de las soluciones, aunque imperfecta, con el problema de la indivisibilidad de capital, consiste en definir el costo marginal de una manera más amplia. Para ello, surge el concepto de coste medio de la producción incremental, que se obtiene mediante el cociente entre el valor presente descontado de los costos futuros asociados a los aumentos esperados en la provisión del servicio y la cantidad, también descontada, del incremento de producción. Esta metodología, a su vez, tiene la ventaja de considerar de manera explícita el factor tiempo en el cálculo del costo. El precio determinado en función del costo medio incremental, si bien e garantiza la sostenibilidad de las expansiones, no reconoce los costos asociados al nivel de producción actual, comprometiendo de esta manera la viabilidad económica de la prestación global del servicio, pudiendo esta situación tener consecuencias adversas desde el punto de vista asignativo. En primer lugar, si las pérdidas contables son absorbidas mediante la implementación de un esquema de transferencias de ingresos, pueden introducirse distorsiones en las decisiones del consumidor o del productor que resulten tan graves como las que genera la desviación de los precios al costo incremental. En segundo lugar, la autonomía de organización empresaria resultante de la viabilidad económica del negocio a 2 A estas condiciones, Turvey (1964) las define como “análisis marginal” y “análisis global”, respectivamente. menudo tiende a garantizar de la mejor manera la eficiencia productiva de la empresa en cuestión (Warford, 1997). Ante la problemática hasta aquí planteada, el presente trabajo pretende reflejar la metodología de cálculo de los costos económicos más ampliamente utilizada en la práctica de la regulación de los servicios públicos de infraestructura, su aplicación en los procesos de fijación de las tarifas, y como las diferentes definiciones de costo son asociadas a los objetivos de la regulación económica. Para ello, en el punto II se analizan las características tecnológicas de la prestación de un servicio público; en el punto III se plantean los objetivos que debe propender la acción regulatoria; en el punto IV describe la metodología de cálculo tarifario y cómo cada uno de los conceptos de costo se relaciona con las condiciones de eficiencia asignativa y sostenibilidad. En el punto V, estos aspectos serán aplicados al proceso de redefinición de las tarifas base en la Red de Acceso a Córdoba (RAC), implementada a fin del año 2008, donde reflejando las pautas contractuales, establecidas en el contrato de concesión vigente en ese momento, se fijaron los nuevos niveles tarifarios que habrían de regir a partir del 2009. En el punto VI se plantean las conclusiones. II. Características tecnológicas de los servicios de infraestructura Los servicios de infraestructura son utilizados en forma masiva tanto por consumidores finales como por las empresas, que usualmente se constituyen en usuarios cautivos con demanda inelástica. La masividad en el consumo surge a partir de la forma de organización que han adoptado las sociedades modernas, en tanto que la inelasticidad de la demanda se asocia a la falta de sustitutos próximos. Por otra parte, la prestación de los servicios públicos de infraestructura tiene rasgos tecnológicos característicos, como la alta participación de los costos fijos, larga vida de los activos, irreversibilidad e indivisibilidad de las inversiones, aspectos que limitan la competencia efectiva en el mercado. Los altos costos fijos están determinados por los costos de capital, ya que la provisión de este tipo de servicios requiere elevados niveles de inversión en relación con el volumen de ventas, que unido a la existencia de economías alcance en la provisión física de los servicios, economías de escala en la planificación y gerenciamiento de la red y externalidades de redes, determinan costos medios permanentemente decrecientes en el tramo relevante de la demanda, aspectos que le confieren al mercado rasgos de monopolio natural3. Ante esto, la solución de costo mínimo es la de un único proveedor, ya que el ingreso de otra firma al mercado haría que ambas produzcan a un costo unitario superior. Bajo esta situación, sólo hay lugar para una firma, y es eficiente que así sea, para evitar la duplicación de costos, donde el Estado garantiza la exclusividad de la producción a una empresa, quedando de esta manera limitada las condiciones de competencia. Por su parte, la larga vida de los activos impone una barrera a la salida del mercado, factor que también atenta contra uno de los supuestos de la competencia perfecta, como es la libre movilidad de los recursos. Este supuesto indica que los productores tendrán un incentivo a ingresar al mismo cuando la rentabilidad sea superior al costo del capital y dejarán el mercado cuando encuentren una opción más rentable para los recursos. Esto último supone la posibilidad de retirarse del mercado sin costos, pero si gran parte de los activos no se encuentran depreciados, abandonar el mercado implicará perder una parte del capital invertido, aspecto que atenta contra las condiciones para la competencia. La irreversibilidad de las inversiones en infraestructura surge a partir del requerimiento de tecnologías específicas, que junto con la larga vida útil de los activos involucrados, determinan la existencia de costos hundidos. Así, un activo no depreciado, es decir un activo con capacidad técnica para proveer un servicio, no podría destinarse a otra actividad que no 3 Estrictamente, la definición de monopolio natural requiere que las funciones de costos sean sub-aditivas. Esto implica que pueda presentarse el caso de monopolio natural a un nivel de producción donde existan rendimientos decrecientes a escala. Para más detalles, ver Viscusi, K., Vernon, J. y Harrington, J., (1998). 1 fuera aquella para la cual se diseñó y realizó. Como ejemplo, las redes de distribución de agua potable de una ciudad sólo podrán ser utilizadas para brindar el servicio de agua potable en esa localidad, ya que trasladar esta red a otra ciudad podría resultar más costoso que construir, en esta última, una con materiales nuevos. Por otro lado, la presencia de indivisibilidad del capital en la prestación de los servicios públicos de infraestructura implica que la capacidad productiva debe ser instalada para cubrir la demanda futura de una cantidad considerable de años, haciendo que inicialmente una alta proporción de la capacidad instalada permanezca inactiva. De esta manera, los costos de construcción iniciales pueden llegar a representar una alta proporción del costo total corriente de producción. Bajo estas circunstancias, la fijación estricta del precio al costo marginal, podrá implicar significativas fluctuaciones en los niveles de precios, creando de esta manera un problema de señales para las decisiones de los consumidores. Si bien algunas de estas características tecnológicas pueden estar presentes en otras industrias, como por ejemplo la industria del acero, que posee activos con escasos usos alternativos, en los sectores de los servicios de infraestructura estas características se presentan de manera simultánea, limitando la posibilidad que coexistan diferentes firmas en el mercado, restringiendo las condiciones para la competencia. Además, y junto con estas características tecnológicas, las distintas formas de infraestructura suelen tener asociadas la existencia de mercados incompletos4, información asimétrica, bienes públicos, externalidades y fallas distributivas, que hacen del Estado un partícipe fundamental en el proceso de provisión de los servicios asociados. Sin embargo, la participación del Estado orientada a mejorar la eficiencia, corrigiendo las fallas del mercado, está sujeta a las “fallas del Estado”, donde los problemas de incentivos y de control determinan la falta de un consenso universal o unívoco para fundamentar la participación estatal o privada en la provisión de la infraestructura. Así, la experiencia internacional de las últimas décadas, con pocas excepciones en el mundo anglosajón, mostró que el rol del Estado en los sectores de infraestructura ha estado sujeto a cambios significativos, influidos por una diversidad de factores (Guash y Spiller, 1999). No obstante, existe un amplio consenso que un rol indelegable del Estado es la de regular las actividades de infraestructura, que involucra como una de las tareas centrales la fijación, monitoreo y aplicación de las tarifas de los servicios. Si bien el control sobre los precios que las empresas pueden aplicar es el más visible y controversial de la actividad del regulador, y que usualmente reciben la mayor atención pública, la regulación económica incluye controles, no menos importantes, sobre la estructura tarifaria, niveles de calidad del servicio, condiciones de accesos a las redes, condiciones de entrada y salida para los participantes, y obligaciones de inversión, entre otros aspectos particulares. Estas tareas deben estar orientadas a alcanzar una combinación equilibrada de los objetivos regulatorios. III. Objetivos de la regulación de los servicios públicos La regulación de un servicio público tiene como objetivo central maximizar el interés general, y para ello se definen cuatro objetivos específicos: eficiencia productiva, eficiencia asignativa, sostenibilidad y equidad. Estos objetivos quedan habitualmente expresados en la mayoría de los marcos regulatorios generales y sectoriales (leyes, decreto, reglamentos, resoluciones, etc.). La teoría económica, por su parte, centra la atención en las condiciones de eficiencia de los mercados y los incentivos que movilizan los recursos, aunque el aporte es limitado en cuestiones de equidad. Por eficiencia productiva se entiende el proceso de minimización de costos totales, cuyo planteo es equivalente al de maximización de beneficios perseguidos por los 4 Se trata de mercados que no se extienden infinitamente en el futuro, que no cubren todos los riesgos o no existen para todos los bienes y servicios. 2 productores. En el primer caso, dado el nivel de producción, se determina la combinación de recursos productivos que minimiza el costo total; en el segundo, dado el costo total y la combinación óptima de los recursos, de determina el nivel de producción que maximiza los beneficios totales. Este proceso de minimización de costos, o de maximización de beneficios, es independiente de la estructura de mercado, ya que la diferencia entre un productor que opera en un mercado competitivo y un monopolista es que la decisión individual del nivel de producción del empresario sujeto a la competencia no tendrá incidencia sobre el precio del mercado, en tanto que el monopolista, cuando determina el óptimo de producción, fija el precio del producto, al enfrentar la totalidad de la demanda. Por su parte, la eficiencia asignativa requiere que el precio sea igual al costo marginal. Esta condición es óptima ya que permite maximizar el bienestar, compuesto por el excedente neto de los consumidores y el de los productores, y es el nivel de producción donde la última unidad consumida se valora al costo que a la sociedad le genera producirla. En un ámbito competitivo, lo mejor que puede hacer cada productor en forma individual es determinar el nivel de producción donde el costo marginal iguale al precio de mercado. En el caso del monopolio, el productor, al igual que en un mercado competitivo, puede modificar las cantidades, pero el monopolista fijará un nivel de producción donde el precio es superior al costo marginal. Esto determina que una estructura de mercado monopólica no genera incentivos para alcanzar por sí sola la eficiencia asignativa, siendo la acción regulatoria del Estado quien tiene la misión de establecer las condiciones para que la empresa alcance el nivel de producción socialmente óptimo. En este caso la tarea del regulador consiste en “emula” las condiciones de competencia, cuando esta no es posible de ser alcanzada por las condiciones propias del mercado. De esta manera, y con el fin de alcanzar la eficiencia asignativa, el regulador fija un nivel de precio igual al costo marginal. La condición de sostenibilidad puede ser financiera y económica. La sostenibilidad financiera está asociada a la disponibilidad de fondos en tiempo y forma para la normal operación del negocio. Por su parte, la sostenibilidad económica está relacionada con el nivel de rentabilidad de los activos invertidos, e implica que los ingresos permitan cubrir los costos económicos de brindar el servicio5. Desde el punto de vista prospectivo, implica que el valor presente de la corriente futura de ingresos sea igual al valor presente de la corriente futura de costos. Esta condición determina que la tasa de rentabilidad esperada sobre los activos que permanecen invertidos sea igual al costo de oportunidad del capital. La diferenciación entre sostenibilidad financiera y sostenibilidad económica es importante, y a menudo no es considerada en el análisis regulatorio, particularmente cuando se está realizando una evaluación a largo plazo y existen en algún momento del tiempo niveles de inversiones significativas. Esta situación puede determinar que el nivel tarifario fijado por el regulador le permita a la firma obtener una rentabilidad esperada sobre los activos igual al costo del capital, pero el proyecto se torne inviable desde el punto de vista financiero, al requerir en algún momento de la vida de la empresa un nivel de fondos que comprometan el acceso de la empresa al mercado de crédito6. Así, la prestación del servicio puede ser rentable desde el punto económico, pero inviable desde el punto de vista financiero. Por este motivo los organismos reguladores deben establecer una compatibilidad entre la viabilidad financiera y la sostenibilidad económica de los servicios. Por su parte, la equidad es asociada con evitar la discriminación indebida y con los efectos distributivos relacionados a la capacidad de pago de los usuarios. Evitar la 5 Es habitual que en la determinación de las tarifas de los servicios públicos sólo se consideren los costos privados. De aquí que estos costos se los defina como cuasi-económicos, al no consideran los efectos externos. 6 Si se estuviese en presencia de mercado de capitales perfectos, la sostenibilidad económica sería condición suficiente para acceder al financiamiento, pero particularmente en los países emergentes la disponibilidad de financiamiento se presenta como una restricción activa. 3 discriminación indebida implica que todo usuario debe pagar el mismo precio por recibir el mismo servicio. IV. Metodología para el cálculo de las tarifas A continuación, y a los efectos de analizar las condiciones de eficiencia y sostenibilidad en la prestación de un servicio público, se utiliza el enfoque del flujo de caja descontado para asociar los niveles de tarifas con los costos de la provisión. Para ello, el valor presente neto (VPN) para un nivel de producción Q0 queda determinado por la siguiente ecuación: ( P * Qt0 ) Ct0 VPN I t (1 r ) t 1 n 0 0 (1) donde I0 representa la inversión inicial necesaria para producir Q0 unidades de producto, P la tarifa, C0 el costo de operativo y r el costo de oportunidad del capital7. La condición de equilibrio económico requiere que el VPN de la corriente futura de fondos sea igual a cero, a partir de la cual se puede obtener la tarifa (Pe0) que genera el nivel de ingresos requeridos para equilibrar la ecuación, Ct0 I t e0 t 1 (1 r ) P n Qt0 t t 1 (1 r ) n 0 0 (2) En el lado derecho de la ecuación, el numerador representa el costo total y el denominador el nivel de producción, ambos expresados en valor presente; el cociente de estos dos términos es el costo medio de producción, cuya igualdad con la tarifa representa la condición de sostenibilidad económica. Ahora, se supondrá un aumento en el volumen demandado, de Q0 a Q1, que requiere un aumento en la capacidad de producción. Bajo esta nueva condición de demanda, Pe1 es la nueva tarifa que garantiza la sostenibilidad del negocio, Ct1 I I t e1 t 1 (1 r ) P n Qt1 t t 1 (1 r ) n 0 0 1 0 (3) siendo I 1 la inversión necesaria para expandir la capacidad de producción de Q0 a Q1. Al igual que para el nivel de producción Q0, la tarifa de equilibrio, Pe1, se iguala al costo medio de producción, siendo este expresado por el lado derecho de la ecuación. Comparando los niveles tarifario obtenidos para Q0 y Q1, se tendrá que Pe0>Pe1 si se verifica la existencia de rendimientos crecientes a escala. Esto implica que el incremento en el costo de capital y en los costos operativos es más que compensado por el aumento en el nivel de producción. 7 El supra índice representa el nivel de producción a que se asocia el valor de cada variable, en tanto que el subíndice representa el momento del tiempo en que la variable se realiza. 4 Las tarifas obtenidas mediante las fórmulas anteriores, tanto para el nivel de producción Q0 como para Q1, son utilizadas cuando el resto de los objetivo regulatorios están subordinados al cumplimiento de la sostenibilidad económica en la prestación del servicio. Sin embargo, para reflejar la condición de eficiencia asignativa, es necesario fijar una tarifa que refleje el costo marginal en la prestación del servicio. Para ello, una de las soluciones consiste en calcular el coste medio de la producción incremental (CMI), que se obtiene dividiendo el valor presente descontado de los costos futuros asociados a los aumentos esperados en la provisión del servicio por la cantidad, también descontada, del incremento de producción. De esta manera, el CMI queda expresado de la siguiente manera, 1 0 n CMI 1 Ct Ct t t 1 (1 r ) n Qt1 Qt0 t t 1 (1 r ) I 01 (4) Si bien en la práctica cualquier versión del costo marginal es una aproximación, en última instancia, a un promedio de los costos en el rango de producción requerida, el enfoque del CMI, en vista de las dificultades inherentes a cualquier metodología, se presenta como la mejor aproximación a la política óptima de precios que se puede lograr en el campo de suministro de un servicio público. Por otro lado, la tarifa en función del CMI garantiza la sostenibilidad de las expansiones, pero no de la inversión inicial (I0). Es decir no se está reconociendo el costo del capital asociado a la capacidad instalada necesaria para producir Q0 unidades, y su costo de operación y mantenimiento asociado (C0). Adviértase, que la práctica de tarificar al CMI es una expresión más aproximada al concepto de eficiencia asignativa (análisis marginal) que aquella basada en el costo medio (análisis global), ya que el costo incremental refleja más fielmente el costo de oportunidad de los recursos, al considerar el costo de los incrementos (o reducciones) de la producción, sin considerar el costo incurrido para obtener el nivel de producción actual. Para evitar este conflicto entre eficiencia asignativa y sostenibilidad, la alternativa es una tarifa en dos partes, con un cargo variable igual al costo marginal y un cargo fijo que permita cubrir el costo fijo, siendo este esquema universalmente aplicado en la tarificación de los servicios públicos. En base a esto, y utilizando el análisis de costos hasta aquí formulado, el cargo variable debería ser fijado en función del CMI, tal como lo expresa la ecuación (4), en tanto que el cargo fijo8 se obtendría de la siguiente manera, Ct0 t t 1 (1 r ) n Ut t t 1 (1 r ) n CF e 1 I 01 (5) siendo Ut la cantidad de usuarios. De esta ecuación se deduce que el costo fijo medio está compuesto por los costos de capital y operativos para el nivel de producción Q0. Esta forma de tarificar es eficiente desde el punto de vista asignativo, ya que el precio unitario es igual al costo incremental, y es sostenible económicamente, dado que el valor presente de la corriente futura de ingresos es igual al valor presente de la corriente de costos totales. No obstante, se puede poner en riesgo la condición de equidad, ya que el cargo de acceso puede ser tan alto que exceda la capacidad de pago de los usuarios de menores ingresos, 8 Conocido en la literatura como “cargo de acceso”. 5 comprometiendo así la accesibilidad del servicio. Aquí se presenta otro conflicto entre objetivos, en este caso entre la sostenibilidad y le equidad. V. Cálculo de tarifas: Una aplicación al caso de la RAC9 La Red de Accesos a la ciudad de Córdoba, fue otorgada en Concesión mediante la Licitación Pública Nacional e Internacional realizada por la Provincia de Córdoba en Mayo de 1997, concluyendo con la firma del contrato de concesión en septiembre de 1997. El plazo establecido para la misma fue de 25 años y ocho meses. El contrato preveía que, en el plazo de los 2 primeros años, se debía recuperar el sistema vial y ejecutar obras nuevas para acompañar las necesidades futuras. La inversión en obras comprometida por la Concesionaria ascendía a 383 millones de pesos, de los cuales algo más de 151 millones de pesos correspondían a la construcción de obras de la primera etapa (2 años) y aproximadamente 232 millones a la segunda etapa de trabajos. Mapa de rutas de acceso a la ciudad de Córdoba La concesión comprendía, para los nueve accesos más importantes a la ciudad de Córdoba y la Av. De Circunvalación, la elaboración de proyectos ejecutivos y la ejecución de las obras de construcción, remodelación, mejoras, reparación y ampliación, el mantenimiento, reparación y conservación durante el plazo de la concesión y la administración y operación de la RAC. Sin embargo, las cambiantes condiciones del entorno macroeconómico ocurridas Argentina desde el inicio del contrato, y fundamentalmente a partir del año 2001, condujeron a la falta de inversiones en la red y a un creciente desgaste de las relaciones ConcedenteConcesionario, que desembocaron en el año 2008 en una situación de profundo deterioro de la red vial y bajos niveles de servicio, muy por debajo de los requeridos según especificaciones técnicas. Características del régimen regulatorio empleado en el Contrato de Concesión El Contrato de Concesión de la RAC definía como marco regulatorio al “reglamento administrativo regulatorio de las prestaciones, la fiscalización y control, la protección al usuario y a los bienes del Estado”, y estaba referido al Decreto Nº 1590/97 sancionado por el Poder Ejecutivo de la Provincia de Córdoba el 10 de Septiembre de 1997. Allí se establecía que “El Concesionario deberá tomar las medidas necesarias para que los servicios sean prestados en condiciones que garanticen su continuidad, calidad y seguridad 9 Basado en el estudio “Red de Accesos a Córdoba (RAC): Estudio Técnico Económico de la Concesión”. Informe Final. Instituto de Investigación de Servicios Públicos e Infraestructura, Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Universidad Nacional de Córdoba), 28 de noviembre de 2008. 6 para una eficiente prestación a los usuarios y protección del medio ambiente”, siendo ésta la única referencia al concepto de eficiencia en la normativa. Por otro lado, el contrato de concesión definía a la ecuación económica financiera como “…la proyección año por año de todos y cada uno de los ingresos y egresos previstos para todo el plazo de la Concesión…”. También estaba definido el equilibrio de la ecuación económica financiera como “…la invariabilidad de la Tasa Interna de Retorno (TIR), determinada en la ecuación económico financiera…”. De esta manera, se pudo deducir que la sostenibilidad económica de la concesión era el objetivo regulatorio relevante, limitando de esta forma posibles trade-off con los restantes objetivos, y que se estaba en presencia de un régimen regulatorio de tasa de retorno, conteniendo implícito este enfoque una visión retrospectiva del proceso de revisión tarifaria. En el caso de que los ingresos por peaje obtenidos resulten diferentes a los previstos en la ecuación económico financiera presentada por el Concesionario al efectuar su oferta, se preveían los siguientes mecanismos de ajustes: Si la TIR obtenida > TIR garantizada realización de obras no previstas o la disminución del valor de la tarifa básica. Si la TIR obtenida < TIR garantizada suspensión de obras previstas y/o el incremento de la tarifa básica o bien podrá optar por retrotraer el sistema tarifario al establecido en contrato de concesión original hasta mantener dicho equilibrio. No obstante, y con el fin de establecer las nuevas condiciones económico financieras que iban a regir, a partir del 2009 y hasta la finalización de la concesión, se utilizó un enfoque prospectivo, donde la condición de equilibrio quedaba determinada por la siguiente ecuación, n K0 t 1 ( P * Qt ) I t Ct Tt t (1 r ) (6) donde K0 representa la base de capital de la concesión al inicio, P la tarifa base, Qt los niveles de tránsito10, It las inversiones periódicas, Ct los costos operativos11, Tt los cargos impositivos, r la tasa de descuento y n el números de períodos que restaban para finalizar la Modelizaci ón podría econ ómico-financiera de la concesión concesión. Gráficamente esquematizarse de la siguiente manera: Etapa 1 – 10,7 años hoy Estudio para la redefinición de las tarifas Etapa 2 – 14,9 años Ingresos = f (tránsito, estructura tarifaria) May/2023 Sep/97 Inversiones no amortizadas Inversiones Mantenimiento Conservación de rutina Explotación Servicios al usuario Impuestos y otros Tasa de descuento Costos Inversiones Plazo de la concesión – 25 años, 8 meses 10 11 Expresados en Tránsito Diario Medio Anual (TDMA). Compuestos por los costos de rehabilitación, administración, explotación y mantenimiento. 7 A partir de la estimación y proyección de cada una de estas variables, se formularon cuatro escenarios para el período restante de la Concesión (2009-may/2023) considerando combinaciones alternativas del plan de inversión requerido y niveles de tarifas base12. Cada uno de estos escenarios tiene en común la base tarifaria (capital invertido aún no recuperado), la proyección de demanda, el nivel de costos operativos y la tasa de descuento13. El Escenario I consistió en plantear la situación proyectada de la concesión considerando las tarifas vigentes y las inversiones determinadas por las obras definidas como “urgentes” para alcanzar la normal prestación del servicio. El resultado de esta evaluación mostró la magnitud del desequilibrio económico, que alcanzó un valor estimado de $547.509.752, si el servicio continuaba operando bajo las condiciones tarifarias vigentes al momento del estudio. COSTOS ESCENARIO I Base de capital Inversiones Costos Operativos Impuestos INGRESOS REQUERIDOS INGRESOS SIN REAJUSTE TDMA TARIFA BASE TARIFA BASE (sin reajuste) Déficit Valor presente $ 416.592.000 $ 173.522.943 $ 407.612.797 $ 21.531.743 $ 1.019.259.484 $ 471.749.731 $ $ -$ 416.335.823 2,45 $ 1,13 $ 547.509.752 -$ Valor anual equivalente $ 59.185.983 $ 24.652.720 $ 57.910.291 $ 3.059.054 $ 144.808.048 $ 67.022.342 Costo Unitario $ 1,001 $ 0,417 $ 0,979 $ 0,052 59.149.587 2,45 1,13 77.785.706 Tal como expresa este cuadro, la sumatoria del valor presente de todos los componentes de costos para el período proyectado, que en condiciones de equilibrio económico estaría expresando el nivel de ingresos requeridos, era de $1.019.259.484; a partir de éste y considerando una demanda proyectada de 416.335.82314, se obtiene una tarifa base de equilibrio económico de $2,45 por usuario. Sin embargo, considerando la tarifa vigente a ese momento ($1.13), los ingresos proyectados hubiesen sido de $471.749.731, arrojando el desequilibrio mencionado. El Escenario II consistió en determinar el ajuste requerido en las tarifas base para alcanzar el equilibrio económico de la concesión bajo las mismas condiciones planteadas en el escenario I. Supone inversiones en rehabilitación y otras inversiones urgentes, mantenimiento de rutina y gastos de operación, previendo un ajuste tarifario a partir del 2009. Este escenario muestra una tarifa base de $2,59, que es la que equilibra la situación económica financiera de la concesión con inversiones en el corto plazo (el resto de las inversiones se suponían ser realizadas con fondos externos a los generados por el peaje). 12 Las variables fueron tratadas integralmente mediante un modelo económico financiero, diseñado para tal fin. 13 También denominada “costo del capital”. La estimación realizada para esta variable arrojó una tasa de 11,39% en términos reales (24,53% expresada en términos nominales). 14 Expresada en TDMA y descontada a la tasa de costo del capital. 8 COSTOS ESCENARIO II Base de capital Inversiones Costos Operativos Impuestos INGRESOS REQUERIDOS TDMA TARIFA BASE Valor anual equivalente $ 59.185.983 $ 24.652.720 $ 57.910.291 $ 11.571.352 $ 153.320.346 Valor presente $ 416.592.000 $ 173.522.943 $ 407.612.797 $ 81.447.201 $ 1.079.174.942 $ 416.335.823 2,59 $ Costo Unitario $ 1,001 $ 0,417 $ 0,979 $ 0,196 59.149.587 2,59 En el Escenario III el plan de inversiones considerado incluyó la totalidad de las obras previstas para el período de concesión restante. En base a esto, se determinó el nivel requerido de tarifas base para alcanzar el equilibrio económico en la prestación del servicio. A este escenario se lo puede interpretar como el que arroja la tarifa que cubre la totalidad de los costos económicos de la provisión del servicio, independientemente de quién realice los desembolsos necesarios (Empresa Concesionaria, Estado Provincial, Estado Nacional, etc.) para la ejecución en forma integral del plan de inversión previsto15. COSTOS ESCENARIO III Base de capital Inversiones Costos Operativos Impuestos INGRESOS REQUERIDOS TDMA TARIFA BASE Valor anual equivalente $ 59.185.983 $ 102.964.524 $ 57.910.291 $ 42.810.293 $ 262.871.092 Valor presente $ 416.592.000 $ 724.735.740 $ 407.612.797 $ 301.328.535 $ 1.850.269.073 $ 416.335.823 4,44 $ Costo Unitario $ 1,001 $ 1,741 $ 0,979 $ 0,724 59.149.587 4,44 El Escenario IV se formuló bajo el supuesto de que el concesionario llevara a cabo los desembolsos que demanda la ejecución de las inversiones “urgentes” (2009 - 2010 - 2011) y el 20% del plan de inversión previsto para los años 2010-2023. En base a esto, se determinó el nivel tarifario que equilibra la concesión del servicio. COSTOS ESCENARIO IV Base de capital Inversiones Costos Operativos Impuestos INGRESOS REQUERIDOS TDMA TARIFA BASE 15 Valor anual equivalente $ 59.185.983 $ 40.315.081 $ 57.910.291 $ 16.502.685 $ 173.914.040 Valor presente $ 416.592.000 $ 283.765.503 $ 407.612.797 $ 116.157.345 $ 1.224.127.645 $ 416.335.823 2,94 $ Costo Unitario $ 1,001 $ 0,682 $ 0,979 $ 0,279 59.149.587 2,94 Esta interpretación supone que todos tienen la misma tasa costo de capital. 9 Si bien la tarifa base expresa el ingreso medio requerido por el concesionario en cada alternativa evaluada, es necesario destacar que la tarifa final para cada tipo de usuario dependía de la categoría tarifaria16 y si se trataba de una ruta comercial o una ruta turística, tal como estaban clasificadas según el uso principal. Considerando esta clasificación, las tarifas calculadas para cada escenario son presentadas en el siguiente cuadro. 2008 2009 2010 2011 2012 2013-23 ESCENARIO I Rutas comerciales $ 1,80 $ 1,80 $ 1,80 $ 1,80 $ 1,80 $ 1,80 Rutas turísticas $ 1,00 $ 1,00 $ 1,00 $ 1,00 $ 1,00 $ 1,00 ESCENARIO II Rutas comerciales $ 1,80 $ 3,00 $ 4,00 $ 4,60 $ 4,60 $ 4,60 Rutas turísticas $ 1,00 $ 1,50 $ 1,90 $ 2,05 $ 2,05 $ 2,05 ESCENARIO III Rutas comerciales $ 1,80 $ 3,00 $ 5,00 $ 7,80 $ 7,80 $ 7,80 Rutas turísticas $ 1,00 $ 1,50 $ 2,40 $ 3,28 $ 3,28 $ 3,28 ESCENARIO IV Rutas comerciales $ 1,80 $ 3,00 $ 4,00 $ 5,20 $ 5,20 $ 5,20 1,50 $ 1,90 $ 2,31 Rutas turísticas $ 1,00 $ Todas estar tarifas están expresadas a moneda constante de diciembre de 2008. $ 2,31 $ 2,31 VI. Conclusiones La provisión de los servicios públicos de infraestructura se caracteriza por tener altos costos fijos, activos con larga vida útil, irreversibilidad de las inversiones e indivisibilidad del capital. Estos aspectos son determinados por las condiciones tecnológicas, y señalan que en general es tipo de servicios son provistos bajo una situación de monopolio natural. De esta manera, el Estado tiene un rol indelegable, y que es el de regular el mercado con la finalidad de emular las condiciones de competencia, que técnicamente no es factible de alcanzar. Para esta acción de regulación el Estado dispone de un conjunto de instrumentos que permiten lograr los objetivos de eficiencia, sostenibilidad y equidad. Ante esto, la teoría económica realiza un aporte fundamental en la definición de las condiciones que requiere el logro de estos objetivos regulatorios, permitiendo además analizar la relación y posibles conflictos que se presentan entre estos. No obstante, el aporte de la teoría económica para determinar la solución regulatoria óptima, es decir la mejor combinación de eficiencia, sostenibilidad y equidad, es muy limitado, ya que depende de la ponderación que se le otorgue a cada uno, valoración que surge del sistema político y no del análisis económico. Esto implica que, debido al conflicto que se presenta entre objetivos, alcanzar uno de estos puede implicar la necesidad de tener que resignar un cierto margen en el logro de otro/s. Por otro lado, una vez que el regulador selecciona la combinación deseada y factible de objetivos, debe determinar la combinación de instrumentos para alcanzarlos, entendiendo por tales aquellas variables que están bajo su órbita de decisión. Uno de los instrumentos relevantes de la regulación de un servicio público es el nivel tarifario, que desde el punto de vista de la eficiencia asignativa requiere que se iguale al costo marginal, aunque desde el punto de la sostenibilidad la tarifa debe igualarse al costo medio total, presentándose aquí 16 Ver anexo I. 10 uno de los conflictos con que debe lidiar todo regulador, como es el de eficiencia y sostenibilidad. Además de estas dificultades, en la práctica regulatoria también es necesario resolver algunas cuestiones metodológicas, particularmente la asociada a la determinación de los costos económicos. Para esto, una de los enfoques más ampliamente utilizados es calcular los costos de la prestación de los servicios mediante el enfoque del flujo de caja descontado, que permite considerar a los costos como hechos económicos que ocurren en diferentes momentos del tiempo. De esta manera, y unido a las indivisibilidades tecnológicas, que hacen que las expansiones se realicen mediante aumentos de capacidad significativos, surge el concepto de costo medio incremental, que se asocia al concepto de eficiencia asignativa. Por lo tanto, y si bien en la práctica cualquier versión del costo marginal es una aproximación, en última instancia, a un promedio de costos en el rango de producción requerida, el enfoque del costo medio incremental, en vista de las dificultades inherentes a cualquier metodología, parece ser la mejor aproximación posible a la política óptima de precios que se puede lograr en el campo de suministro de un servicio público. No obstante, la determinación de un nivel tarifario basado en el costo medio incremental sólo cubre los costos económicos asociados a las expansiones. Así, los costos operativos y de capital asociados al nivel de producción actual se tratan como costos fijos, y son considerados costos hundidos. De esta manera, para alcanzar la sostenibilidad económica, condición necesaria para atraer capital a la industria, la tarifa debe cubrir el costo medio total; esto implica que el valor presente de la corriente futura de ingresos sea, como mínimo, igual al valor presente de la corriente futura de costos totales, siendo estos los costos operativos y de capital para el nivel de producción total de cada período. Esta condición es la que estaba reflejada en el contrato de concesión de la Red de Acceso a la ciudad de Córdoba (RAC), el cual expresaba que el objetivo de sostenibilidad económica en la prestación del servicio era considerado relevante para la determinación de las tarifas de peaje. Ante esto, con el fin de determinar los nuevos niveles tarifarios que habrían de regir a partir del 2009, se formularon diferentes escenarios proyectados de demanda, y, a partir de allí, se estimaron los niveles de inversiones y costos operativos respectivos. Estas proyecciones, junto con la estimación del capital inicial no depreciado y del costo de oportunidad del capital, permitieron determinar el nivel de ingresos requeridos para la provisión del servicio. De esta manera, y mediante la utilización de un modelo económico financiero, se obtuvieron los niveles tarifarios, clasificados por tipo de ruta (comercial y turística) y categoría de usuario, asociado a cada escenario formulado. 11 BIBLIOGRAFIA Baldwin, R., y Cave, M., (1999). Understanding Regulation: Theory, Strategy, and Practice. Oxford University Press, Oxford. Estache, A., Rodriguez Pardina, M., Rodríguez, J. M., Sember, G., (2003). “An Introduction to Financial and Economic Modeling for Utility Regulators”. Policy Research Working Papers 3001, World Bank Institute, Washington D.C.. Green, R. y Rodríguez Pardina, M., (1999). Resetting Price Controls for Privatized Utilities: A Manual for Regulators. EDI Development Studies, World Bank, Washington D.C.. Guash, L. y Spiller, P., (1999). Managing the Regulatory Process: Design, Concepts, Issues, and the Latin America and Caribbean Story, World Bank Group, Washington, D.C.. Khan, A. (1970). The Economics of Regulation: Principles and Institutions. John Wiley & Sons, INC., New York. Mann, P., (1993). “Water-Utility Regulation: Rates and Cost Recovery”, Policy Study No. 155, Reason Foundation, Los Angeles. Newbery, D. M. y Santos, G., (1999). “Road Taxes, Road User Charges and Earmarking“. Fiscal Studies, Volume 20, Issue 2, pp. 103–132. Newbery, D., (2001). Privatization, Restructuring, and Regulation of Network Utilities. Cambridge, MA: MIT Press. Salinger, M. A., (1998). “Regulating Prices to Equal Forward-Looking Costs: Cost-Based Prices or Price-Based Costs?”, Journal of Regulatory Economics 14, pp. 149-163. Train, K. E., (1991). Optimal Regulation: The Economic Theory of Natural Monopoly, Cambridge, Massachusetts: The MIT Press. Turvey, R., (1964). “Marginal Cost Pricing in Practice”. Economica, New Series, Vol. 31, No. 124. pp. 426-432. _________ (1969). “Marginal Cost”, The Economic Journal, Vol. 79, No. 314. pp. 282-299. _________ (2000). “What are Marginal Costs and How to Estimate Them?”. Technical Paper No. 13. Centre for the Study of Regulated Industries. The University of Bath. Viscusi, K., Vernon, J. y Harrington, J., (1998). Economics of Regulation an Antitrust. Second edition, MIP Press, Cambridge, Massachusetts. Warford, J. J., (1997). “Marginal Opportunity Cost Pricing for Municipal Water Supply”. Special Paper, Ed. International Development Research Center, Canada. William P. R., (2011). ”On the Relationship Between Historic Cost, Forward Looking Cost and Long Run Marginal Cost”, Review of Network Economics, Berkeley Electronic Press, vol. 10(2), pages 2. 12 ANEXO I: Categorías tarifarias Categoría 1.- Motocicletas ............................................................................Tarifa Básica x 0,5 Categoría 2.- Vehículos de hasta 2 ejes, de una altura igual o menor a 2,10 y sin rueda doble ...................... Tarifa Básica x 1 Categoría 3.- Vehículos de hasta 2 ejes, de una altura superior a 2,10 m. o con rueda doble ......................... Tarifa Básica x 2 Categoría 4.- Vehículos de más de 2 ejes y hasta 4 ejes, de una altura igual o menor a 2,10 m. y sin rueda doble ................................................................ Tarifa Básica x 2 Categoría 5.- Vehículos de más de 2 ejes y hasta 4 ejes, de una altura superior a 2,10 m. o con rueda doble .......................................................................... Tarifa Básica x 3 Categoría 6.- Vehículos de más de 4 ejes y hasta 6 ejes .................. Tarifa Básica x 4 Categoría 7.- Vehículos de más de 6 ejes ......................................... Tarifa Básica x 5 13