Juicio No - Corte Nacional de Justicia

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Recurso de Casación No. 935-2010
RECURSO DE CASACIÓN No. 935-2010
JUEZ PONENTE: Dr. Álvaro Ojeda Hidalgo
CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.Quito, 19 de septiembre de 2012, las 10h35.VISTOS: En virtud de que la Jueza y Jueces Nacionales, abajo firmantes, hemos sido designados
por el Consejo de la Judicatura de Transición, mediante Resolución No. 4-2012 de 25 de enero del
2012; y, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia, mediante Resolución No. 1-2012 de 30 de enero
del 2012, nos designó para integrar esta Sala Especializada; y, conforme la correspondiente acta de
sorteo electrónico que consta en el expediente de casación de 21 de marzo de 2012, somos el
Tribunal competente y avocamos conocimiento de la presente causa, conforme los artículos 183 y
190 del Código Orgánico de la Función Judicial y artículo 1 de la Ley de Casación.- En la
tramitación de esta causa se han observado todas las solemnidades inherentes, por lo que se
declara la validez procesal. Y estando la presente causa en estado de resolver, para hacerlo, se
considera: PRIMERO.-Viene a conocimiento de este tribunal el recurso de hecho interpuesto por
César Antonio Córdoba Loyolaen contra de la sentencia dictada el 2 de junio de 2010, 14h00,por
la Segunda Sala de lo Civil y Mercantilde la Corte Provincial de Justicia del Guayas, por la
cual:“rechazando los recursos de apelación interpuestos, confirma el fallo venido en grado con la
reforma consignada en el considerando Octavo precedente., dentro del Juicio Ejecutivo propuesto
por Guinecorp S.A. en contra de Sonia del Pilar Macas Salazar; Mariela del Cisne Macas Salazar y
César Antonio Córdova Loyola.- SEGUNDO.- Medianteauto de 7 de abril de 2011, la Sala de lo
Civil, Mercantil y Familia de la Corte Nacional de Justicia acepta el recurso de hecho interpuesto
por elrecurrente y admite a trámite el recurso de casación, que se fundamenta en la causal tercera
del artículo 3 de la Ley de Casación.-TERCERO.-3.1.-Este Tribunal de Casación considera
necesario clarificar respecto de la procedencia del recurso de casación, en relación a este caso en
particular por tratarse de un juicio ejecutivo.- En armonía con el Art. 2 de la Ley de Casación, este
recurso extraordinario y supremo “Procede contra las sentencias y autos que pongan fin a los
procesos de conocimiento, dictados por las cortes provinciales, por los tribunales distritales de lo
fiscal y de lo contencioso administrativo”. Para la finalidad que persigue esta resolución, es
necesario precisar qué comprende, cuál es el contenido de los procesos de conocimiento.- 3.2.
Hernando Devis Echandía, dentro de la clasificación de los procesos por su función, identifica al
“proceso declarativo genérico o de conocimiento y proceso de ejecución”; respecto de los
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primeros, de condena, declarativo puro y de declaración constitutiva, señala como su finalidad la
declaración de derechos o de responsabilidad, o de la constitución de una relación jurídica y en los
que se incluyen a los declarativos y a los dispositivos. “En todos ellos el juez regula un conflicto
singular de intereses, y determina quién tiene el derecho, es decir, el juez es quien ius dicit. Son
procesos de juzgamiento o conocimiento o declarativos genéricos”. (Teoría General del Proceso,
Tercera edición revisada y corregida, Ed. Universidad, Buenos Aires, 2002, p. 165). Respecto
del proceso de ejecución, en cuanto trata de una pretensión cuya existencia aparece clara y
determinada en el título que se aduce pero que está insatisfecha, “porque el obligado no ha
cumplido su obligación correlativa, estamos en presencia del proceso ejecutivo”. (Op. cit., p.
165). – 3.2.- La diferencia entre el proceso genérico o de conocimiento y el de ejecución, Devis
Echandía señala que “… resulta de la antítesis entre la razón y la fuerza: aquélla es el
instrumento del proceso de conocimiento o declarativo genérico y ésta el del proceso ejecutivo.
Claro está, nos referimos a la fuerza que, por la vía coercitiva, aplica el juez para entregar unos
bienes o rematarlos para con su producto satisfacer el derecho del ejecutante … En el proceso de
juzgamiento o de conocimiento se consigue la declaración del interés protegido, a pesar del
incumplimiento del sujeto obligado. En el proceso ejecutivo ya no estamos ante dos partes que
recíprocamente se disputan la razón, ‘sino ante una parte que quiere tener una cosa y otra que no
quiere darla, en tanto que el órgano del proceso se la quita a ésta para dársela a aquélla’”.
(Ibídem).Dentro de esta clasificación, por las funciones del proceso, el citado autor incluye al
proceso cautelar, el mismo que cumple función distinta de los dos anteriores, en cuanto
“…
previene los daños que el litigio pueda acarrear o que puedan derivarse de una situación anormal
… Se divide en conservativo e innovativo, según que tenga por objeto impedir que se modifique la
situación existente, o, por el contrario, producir un cambio de ella, en forma provisional”. (Id., p.
166).- Eduardo J. Couture, refiriéndose a las acciones (procesos) de conocimiento, expresa que
por ellos “se procura tan sólo la declaración o determinación del derecho”; que las acciones
(procesos) de ejecución, “procuran la efectividad de un derecho ya reconocido en una sentencia o
en un título ejecutivo, con las medidas de coacción consiguientes”; y, respecto de las acciones
(procesos) cautelares, expresa que en ellos “se procura, en vía meramente preventiva y mediante
un conocimiento preliminar, el aseguramiento de los bienes o de las situaciones de hecho que
serán motivo de un proceso ulterior”. (Fundamentos Del Derecho Procesal Civil. Editorial I B
de f. 4ta. Edición. Montevideo-Buenos Aires. 2002. p. 67). Como se observa, la doctrina actual
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ubica por su finalidad a los procesos de conocimiento, de ejecución y cautelares. 3.4.- En la
legislación procesal nacional no se encuentra precepto expreso respecto a lo que debe entenderse
por procesos de conocimiento y a los que se refiere el inciso primero del artículo 2 de la Ley de
Casación. Conforme el artículo 18, regla 1, inciso segundo del Código Civil, para interpretar la
norma, se debe “recurrir a su intención o espíritu claramente manifestados en ella misma, o en la
historia fidedigna de su establecimiento”, en cuanto se procure encontrar, a través de una
operación lógico - jurídica, la intención de la Ley, a través del elemento histórico que prevé la
citada regla. El precepto del Art. 2, inciso primero, de la Ley de Casación, se origina en el veto
parcial presentado el 13 de marzo de 1995 por el entonces Presidente de la República del Ecuador,
Arq. Sixto Durán Ballén, a la Ley Reformatoria a la Ley de Casación remitida por el Congreso
Nacional, del que consta: “El veto parcial se basa en los siguientes razonamientos: 1. Art. 2 de la
reforma: a) Las únicas sentencias y autos susceptibles de casación son aquellas que resuelvan
puntos de derecho y respecto de los cuales no existe la posibilidad procesal de volverlos a
discutir. En definitiva, tal cosa ocurre solamente en los procesos de conocimiento, es decir,
dentro de nuestro sistema procesal civil, los que se sustancian por las vías ordinaria y verbal
sumaria. Actualmente se abusa del recurso en una forma muy preocupante, especialmente en
los juicios ejecutivos, que son aquellos en que se da cumplimiento ‘a lo dispuesto por el acto
anterior que opera como título de ejecución norma’, es decir, en los que el recurso de casación
se ha convertido en un mecanismo para postergar indebidamente el cumplimiento de las
obligaciones. Por lo tanto, es necesario limitar el recurso en ese sentido. Por ello se sugiere
principalmente aumentar en el artículo 2 de la reforma después de la palabra ‘procesos’, la
frase ‘de conocimiento” (las negritas no constan del texto original). El Plenario de las
Comisiones Legislativas se allanó al veto parcial y aceptó ese criterio, es decir que la categoría
procesos de conocimiento son los que se sustancian por las vías ordinaria y verbal sumaria, es
decir aquellos de lato y abreviado conocimiento, en su orden. 3.5. Como límites de la cosa
juzgada se encuentran la irreversibilidad de la sentencia en cuanto no cabe renovar el mismo
debate en lo futuro y, su inmutabilidad o inmodificabilidad en cuanto deber de abstención de los
órganos del poder público, entre ellos los jurisdiccionales.- Estos límites de la cosa juzgada hacen
necesario distinguir todos aquellos casos en los cuales la decisión pone fin al juicio pendiente pero
no obsta a un nuevo debate entre las mismas partes, en razón de un cambio de circunstancias,
partiendo de la distinción entre cosa juzgada formal y sustancial.
En efecto, determinadas
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decisiones judiciales tienen, aún agotada la vía de los recursos, eficacia meramente transitoria, “Se
cumplen y son obligatorias tan solo con relación al proceso en que se han dictado y al estado de
cosas que se tuvo en cuenta en el momento de decidir, pero no obstan a que, en un procedimiento
posterior, mudado el estado de cosas que se tuvo presente al decidir, la cosa juzgada pueda
modificarse. A esta forma particular se le llama, en doctrina, cosa juzgada formal … En el juicio
ejecutivo o en el juicio posesorio, llega un momento en que la decisión no admite más recurso,
quedando así cerrada toda forma de revisión en la vía ejecutiva o sumaria. Pero es principio
general en el derecho de nuestros países, que el agotamiento de los recursos en la vía ejecutiva o
sumaria no obsta a la promoción de un juicio ordinario posterior tendiente a modificar los efectos
de la cosa juzgada”. (Eduardo J. Couture, op. cit., p. 339). Puntualizamos que en estos eventos
el concepto de cosa juzgada solo adquiere una de sus otras características, esto es la
inimpugnabilidad, pero que carece de otra, es decir de su inmutabilidad. Existe, por lo tanto, cosa
juzgada sustancial “ … cuando a la condición de inimpugnable en el mismo proceso, se une la
inmutabilidad de la sentencia aún en otro juicio posterior … La plena eficacia de la cosa juzgada
sólo se obtiene cuando se ha operado la extinción de todas las posibilidades procesales de
revisión de la sentencia; tanto en el juicio en que fue dictada como en cualquier otro juicio
posterior”. (Eduardo J. Couture, ibídem, p. 341).- En los juicios ejecutivos se pronuncia
sentencia de condena que, si bien da término al proceso, no pone fin al litigio ni surte efectos
irrevocables, porque el deudor vencido puede intentar la vía ordinaria, con arreglo a lo dispuesto
por el artículo 448 del Código de Procedimiento Civil.-CUARTO.- 4.1.- Es importante
puntualizar respecto de la trascendencia de la fijación de la pretensión dentro de la demanda,
puesto que ésta al señalar y circunscribir la materia que se discute, el objeto del juicio, limita, por
ese mismo elemento, la competencia del juez, esto es, las facultades que tiene para decidir la
causa. La primera obligación del juzgador para aceptar al trámite una demanda es examinarla si es
clara y reúne los requisitos determinados según el artículo 67 del antes citado Código. El auto de
admisión, que tiene carácter de definitivo, por medio del cual el juez admite la demanda, se refiere
entre otros a los siguientes aspectos procesales: señala la materia que ha de ser objeto del juicio y
que servirá de base para la traba de la litis; por tanto, tendrá a la demanda como el elemento sobre
el cual versará su decisión o sentencia; admite como procedente el trámite del juicio según la
solicitud del actor. “Como consecuencia de estas operaciones jurídicas, el juez prevendrá en el
conocimiento de la causa y convocará al demandado para que concurra al juicio; y esta
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convocatoria, una vez notificada, vincula inexorablemente a las partes con el proceso” (Dr.
Armando Cruz Bahamonde. Estudio Crítico del Código de Procedimiento Civil. Tomo I. Editorial
Arquidiosesana Justicia y Paz. Guayaquil – Ecuador, 1988. p. 355). Lo que nos lleva a concluir
que todo juicio es un proceso lógico en el que no puede trastocarse sus elementos y fases y que la
compatibilidad o la incompatibilidad de las acciones se establece por el análisis de la pretensión,
que es lo que determina la naturaleza estructural cuyo cumplimiento se exige.-4.2.-“La demanda
se propondrá acompañada del título que reúna las condiciones de ejecutivo”, prevé el artículo
419 del Código de Procedimiento Civil, por lo que en la providencia inicial, auto de pago, no
sujeto a apelación, el juez debe examinar si el título aparejado a la demanda cumple con los
requisitos que puntualiza el artículo 415 ibidem, por lo que como consecuencia lógica el artículo
421 idem dispone: “Si el juez considerare ejecutivo el título así como la obligación
correspondiente, ordenará que el deudor la cumpla o proponga excepciones en el término de tres
días”. La necesaria consecuencia es el evento que señala el artículo 481 del mismo cuaderno
procesal: “Si el juez creyere que el título con que se ha aparejado la demanda no presta mérito
ejecutivo, se limitará a negar la acción ejecutiva”. En el caso ecuatoriano se considera
que“…Nuestras ejecuciones o juicios ejecutivos considerados técnicamente, son procesos
híbridos, con una primera parte evidentemente declarativa, asimilable al proceso de
conocimiento, y otra parte, ésta sí propia de los procesos de ejecución a la que llamamos vía de
apremio que comienza con una providencia denominada mandamiento de ejecución y termina con
el embargo y remate de bienes…” (Dr. Alfonso Troya Cevallos. Elementos de Derecho Procesal
Civil. Tomo I. PUDELECO EDITORES S.A. Tercera Edición. Quito, 2002, p. 240). El autor en
cita, discurre sobre esta materia: “En la primera parte de nuestro juicio ejecutivo se encuentra la
posibilidad de que se forme un contradictorio tan complejo como puede ocurrir en cualquier
proceso de conocimiento, inclusive el proceso ordinario, que es el prototipo de estos procesos.
Porque en realidad, a la pretensión fundada en título ejecutivo cabe oponer toda clase de
excepciones así dilatorias como perentorias, hasta cabe la reconvención…” (op. cit. p. 240). En
esta misma línea de pensamiento el Dr. Santiago Andrade Ubidia comenta: “En nuestra patria, sin
embargo, ni el Código de Procedimiento Civil en la sección correspondiente al juicio ejecutivo, ni
las leyes relativas a los títulos valor, tasan las excepciones; únicamente lo hace, en la fase de
ejecución del fallo, el Art. 499 (489) del Código Adjetivo Civil” (Los Títulos Valor en el Derecho
Ecuatoriano. Ediciones Legales. Primera Edición. Quito, 2002.p, 102.-En consecuencia es
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necesario ratificar lo que la doctrina y la jurisprudencia interpreta y aplica, respecto a que no cabe
el recurso de casación en los juicios ejecutivos.- Por todo lo anterior, este Tribunal,
ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR,
Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Y LEYES DE LA REPÚBLICA, no casa la
sentenciadictada el 2 de junio de 2010, 14h00, por la Sala Civil y Mercantil de la Corte Provincial
de Justicia del Guayas, dada la improcedencia del recurso de casación en los términos que se dejan
expuestos. Notifíquese, devuélvase y publíquese.- f) Drs. Álvaro Ojeda Hidalgo, Paulina Aguirre
Suárez y Wilson Andino
Reinoso, JUECES NACIONALES y Dra. Lucía Toledo Puebla
SECRETARIA RELATORA que certifica.- ES FIEL COPIA DE SU ORIGINAL.- Quito, 19 de
septiembre de 2012.
Dra. Lucía Toledo Puebla
SECRETARIA RELATORA
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