Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. REVIEW Retrasos e interrupciones: la dificultad para irradiar en el tiempo ideal Carmen González San Segundo, Felipe A. Calvo Manuel y Juan Antonio Santos Miranda Departamento de Oncología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España. Administrar la dosis prescrita en el tiempo programado, sin retrasos en el inicio ni interrupciones en su ejecución, es un objetivo fundamental en los tratamientos con radioterapia (RT). En algunas localizaciones tumorales, se ha objetivado su influencia pronóstica en el control local y en la evolución de los pacientes. El presente estudio analiza las causas de los retrasos en el inicio de la RT así como, una vez iniciado el tratamiento, los principales motivos que prolongan la irradiación. En la revisión de la literatura realizada, los cánceres de cabeza y cuello, cérvix, mama y pulmón, parecen ser los más "perjudicados" por las interrupciones o demoras en la administración de la dosis total programada. En el caso del retraso en el inicio, se mencionan como las principales causas de demora: las listas de espera, la falta de recursos y la complejidad de los tratamientos actuales de RT. El inicio tan precoz como sea posible, en los tratamientos radicales y paliativos, y el intervalo de 6-8 semanas, en los tratamientos complementarios, son las recomendaciones recogidas en la mayoría de los estudios. Las interrupciones durante el tratamiento incluyen las paradas técnicas previstas para el mantenimiento programado de las unidades, que suponen el 60%, así como las producidas por toxicidad y averías. La influencia de las mismas, según el momento y la localización tumoral, así como los mecanismos para compensar la prolongación del tiempo total de tratamiento, completan la revisión bibliográfica llevada a cabo en este trabajo. Palabras clave: retraso, interrupción, tiempo total de tratamiento, radioterapia. González San Segundo C, Calvo Manuel FA, Santos Miranda JA. Retrasos e interrupciones: la dificultad para irradiar en el tiempo ideal. Clin Transl Oncol. 2005;7(2):47-54. Correspondence: Carmen González San Segundo. Servicio de Oncología Radioterápica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. C/ Doctor Esquerdo 46. 28007 Madrid. E-mail: [email protected] Received 27 August 2004; Accepted 28 October 2004. 19 Delays and treatment interruptions: difficulties in administering radiotherapy in an ideal time-period Prescribed total radiation dose should be administered within in a specific time-frame and delays in commencing treatment and/or unplanned interruptions in radiation delivery are unacceptable because, in certain cancer sites, treatment-time prolongation can have a deleterious effect on local tumour control, and on patient outcomes. The present review evaluated the causes of initial treatment delays as well as interruptions in the scheduled radiotherapy. The literature search highlighted a significant concern in avoiding treatmenttime prolongation in head and neck, cervix, breast and lung cancer. Among the causes involved in delay in radiotherapy commencement factors such as waiting lists, lack of material and human resources, and an increase complexity in planning, simulation and verification are highlighted. Most authors recommend radiotherapy commencement as soon as possible in radical (exclusive irradiation with active tumour present) and palliative situations with a maximum delay of no more than 6 to 8 weeks in the case of adjuvant radiotherapy (post-resection) programs. Interruptions during the course of treatment include: planned unit maintenance and servicing, acute patient toxicity or unexpected malfunction of linear accelerators; this last feature has the most deleterious effect on patients as well as radiotherapy practitioners. Interruptions that impact on the programmed time-course for radiotherapy needs to be compensated-for so as assure the biological equivalence in treatment efficacy with respect to cancer site and stage. Key words: delay, interruption, total time treatment, radiotherapy. INTRODUCCIÓN Entre los objetivos perseguidos con los tratamientos de radioterapia (RT), el cumplimiento de la dosis Clin Transl Oncol. 2005;7(2):47-54 47 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GONZÁLEZ SAN SEGUNDO C, CALVO MANUEL FA Y SANTOS MIRANDA JA. RETRASOS E INTERRUPCIONES: LA DIFICULTAD PARA IRRADIAR EN EL TIEMPO IDEAL prescrita en el tiempo fijado se valora, como de especial importancia, para alcanzar el éxito terapéutico1,2. Sin embargo, la cuantificación de su influencia en los resultados de los ensayos clínicos ha sido poco estudiada. Son clásicos los estudios que analizan este parámetro en los cánceres de cabeza y cuello3-8, cérvix9-12 o mama13-15, pero la prolongación del tiempo total de tratamiento (TTT) o el retraso en su inicio han sido poco valorados en otras localizaciones tumorales. El retraso en el inicio de la RT (el delay anglosajón), la interrupción del tratamiento, programada o no una vez iniciada la RT, y la prolongación del TTT son tres parámetros distintos, que rara vez se han analizado por separado a la hora de establecer su influencia en el control de la enfermedad. La dificultad para definir el "tiempo ideal", en el inicio de la RT y en el número de días/semanas de tratamiento, es un obstáculo significativo a la hora de publicar los resultados16. Además, la distinta indicación de la RT (adyuvante, radical o paliativa) obliga a valorar la influencia de los retrasos, por separado, en cada grupo de pacientes. Por último, el comportamiento biológico del tumor y la relación temporal con otras terapias (quimioterapia [QT] y cirugía) condicionan que las interrupciones durante la irradiación no tengan la misma consideración según el momento en que se producen17. El presente artículo pretende analizar la cuestión desde dos prismas diferentes: 1) Los datos publicados en la literatura sobre los resultados de la RT según el TTT y/o el retraso en su inicio. 2) El análisis de las principales causas de estos retrasos, valorando su influencia, su posibilidad de predicción y corrección, así como los criterios de manejo para compensar las interrupciones del tratamiento programado. RETRASO EN EL INICIO DE LA RADIOTERAPIA Según el Tercer Libro Blanco de la Oncología en España18 y los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)19, alrededor del 60% de los pacientes oncológicos recibirán RT en algún momento de su enfermedad. De ellos, el 15% serán curados con esta modalidad de tratamiento, empleada como tratamiento exclusivo. En los últimos años, las indicaciones y, sobre todo, la complejidad de las técnicas radioterápicas han experimentado un desarrollo considerable. Bajo los auspicios de la Asociación Española de Radioterapia y Oncología (AERO), se publicaba en el año 2003 la situación de los recursos de la Oncología Radioterápica en España20, que evidenciaba lo que unos años antes publicaba el Tercer Libro Blanco de la Oncología: la preocupante obsolescencia de los medios instrumentales y la escasez de recursos humanos en nuestro país18. 48 Aunque el incremento del número de unidades de megavoltaje es evidente, su distribución en las distintas Comunidades Autónomas18,20 no es homogénea y, por lo tanto, según sea su lugar de residencia, la disponibilidad y la accesibilidad a los tratamientos de RT no son las mismas para todos los pacientes. Además, existe la limitación bien conocida de la vida útil de las unidades, que en muchos casos se ha sobrepasado, con el consiguiente riesgo añadido de averías, instrumental obsoleto, etc.20-22. Como conclusión, la AERO reclamaba la necesidad de ampliar en 42 unidades la dotación de los servicios de Oncología Radioterápica si se querían ajustar a las necesidades poblacionales20. Existen, sin embargo, otros factores que también influyen en el retraso del inicio de la RT, además del déficit instrumental en nuestro país. Entre ellos, destacamos tres: La realización de tratamientos previos de cirugía y/o quimioterapia En algunos casos, su morbilidad asociada o duración real retrasa el inicio de la RT hasta la finalización de los mismos o la resolución de las complicaciones producidas. En el caso de los tratamientos adyuvantes a la cirugía parece que, salvo en el caso del cáncer de mama13,15,25-28 y de cabeza y cuello3,5,29,30, no existen criterios unánimes ni con un nivel de evidencia suficiente, sobre cuál debe ser el tiempo óptimo de espera entre la intervención y el inicio de la RT. Las 6 semanas de intervalo entre la cirugía y la RT, en el cáncer de cabeza y cuello, y las 8 semanas tras la cirugía conservadora en el cáncer de mama13-15,24-28 son las únicas cifras validadas por estudios con suficiente entidad clínica. En ambos casos, un tiempo superior en el comienzo de la RT se traduce en un empeoramiento de las cifras de control local, pero sin una traducción clínica significativa en la supervivencia global13,14. La ausencia de justificación ética para realizar ensayos clínicos que comparen la influencia en los resultados según el momento en que se inicia la RT, condiciona la validez de las conclusiones publicadas en otras localizaciones tumorales31. Además, el hecho de que esta variable no se especifique a priori puede limitar el valor de los resultados obtenidos en estudios comparativos. Es decir, la ventaja observada en la mayoría de los estudios de radioquimioterapia frente a la RT exclusiva no se suele analizar a partir del momento en que se "introduce" la irradiación, por lo que la influencia de este parámetro en ensayos clínicos aleatorizados puede resultar de difícil interpretación. El cáncer de pulmón no microcítico32,33, los sarcomas de partes blandas34,35, los astrocitomas de alto grado36,37 y el cáncer de próstata38,39, entre otros, tam- Clin Transl Oncol. 2005;7(2):47-54 20 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GONZÁLEZ SAN SEGUNDO C, CALVO MANUEL FA Y SANTOS MIRANDA JA. RETRASOS E INTERRUPCIONES: LA DIFICULTAD PARA IRRADIAR EN EL TIEMPO IDEAL bién han sido analizados sin poderse demostrar que el inicio precoz del tratamiento haya tenido una influencia significativa en el control local o en la supervivencia. Mención aparte merece el cáncer microcítico de pulmón, donde los estudios que comparan la introducción temprana de la RT frente a la RT tardía, en esquemas de radioquimioterapia (RQT), aconsejan la primera opción con un beneficio en el número de respuestas completas y, marginalmente, en la supervivencia global40-42. Con estos datos, la publicación de recomendaciones concretas sobre el mejor momento para el inicio de la RT no puede basarse en un nivel alto de evidencia científica. La mayoría de las normas de control de calidad, elaboradas con la puesta en marcha del Real Decreto de 199743, no recogen esta variable. Sin embargo, consideramos que existen tres puntos que deben guiar una práctica clínica de calidad: 1) El inicio rápido del tratamiento con RT cuando ésta sea la única modalidad de tratamiento y/o cuando se aplique para el control sintomático. En estos casos, el menor tiempo posible de retraso es obligado. 2) En los tratamientos complementarios, no demorar la RT más allá de 6-8 semanas desde el tratamiento oncológico precedente o inmediatamente después de la resolución de la morbilidad previa (por ejemplo, en los casos de RT adyuvante a la prostatectomía, se recomienda esperar a la resolución de la incontinencia urinaria44,45). 3) No recomendar en cualquier caso un tratamiento de menor eficacia, independientemente de su toxicidad, para contrarrestar el posible efecto deletéreo del retraso de la RT. La utilización de tratamientos neoadyuvantes sin eficacia probada, cáncer de cabeza y cuello46 y cáncer de cérvix47 en el caso de la QT, o de resecciones mutilantes en el caso de la cirugía en ausencia de indicación, corresponden a ejemplos de práctica clínica cuestionable. La mejoría técnica y la complejidad de los tratamientos actuales En un tratamiento con intención radical, la metodología del proceso radioterápico incluye48: historia clínica y exploración del paciente; definición de la indicación del tratamiento, con la consiguiente información al paciente y su familia; simulación con la realización de los sistemas de inmovilización adecuados; realización de tomografía axial computarizada (TAC) de simulación; delimitación de los volúmenes en el planificador; dosimetría física: 2D, tridimensional (3D) o formas sofisticadas de planificación inversa; dosimetría clínica, con la aceptación de la mejor planificación según las recomendaciones de la International Commission on Radiation Units and Measurements (ICRU); elaboración de los bloques conformados en aquellas unidades sin colima21 ción multiláminas (el 75% en nuestro país)18,20,21; prescripción en la ficha de tratamiento; puesta en tratamiento en la unidad y verificación de los parámetros de irradiación, y comprobaciones periódicas clinicotécnicas. Se ha estimado que un tratamiento radical 3D de un cáncer de pulmón o de próstata "consume" aproximadamente 9 horas de tiempo, incluyendo las revisiones periódicas durante el tratamiento20,21. Un oncólogo radioterapeuta en un hospital de tercer nivel ve aproximadamente 20-25 pacientes nuevos al mes. Esta cifra supone 1 paciente nuevo al día. Si consideramos los datos anteriores y si todas las fases del tratamiento radioterápico pudieran realizarse en un día, cada paciente "radical" consumiría toda la jornada laboral del médico, limitando el tiempo para otras actividades de la práctica asistencial como las consultas de revisión, hospitalización, implantes de braquiterapia, guardias, docencia e investigación. En 2003, Coles et al49 concluían que, desde 1996 a 2001 si bien el TTT había descendido desde 49 días a 39, el retraso en el inicio se había prolongado de 14 a 35 días (p = 0,007). Estas cifras se asemejan a las publicadas por la AERO (25±14 días)20. Sin duda, la complejidad de los tratamientos actuales de RT dificulta el inicio precoz, independientemente de la lista de espera de cada centro. La calidad y la precisión se "pagan", sin duda, con tiempo y dedicación. Por ello, la mejora de las condiciones de trabajo de los profesionales de Oncología Radioterápica, con la incorporación de un mayor número de consolas para la planificación dosimétrica y/o la adquisición de simuladores-TAC, facilitaría y acortaría la elaboración de los tratamientos. Las listas de espera Desgraciadamente en España, el inicio de la RT está condicionado en muchos casos por la falta de recursos. Demoras mayores de un mes constituyen la práctica habitual en muchos centros18,20,21. Nuestra sociedad debe demandar a las autoridades sanitarias los recursos imprescindibles para realizar una adecuada cobertura sanitaria. En la actualidad la AERO, en colaboración con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), realiza una campaña de divulgación para la población general sobre la utilidad de la RT en el proceso oncológico. Esperamos que, en un futuro próximo, sean éstas las noticias que leamos en los medios y no, desgraciadamente, las reclamaciones de los pacientes por la demora en la asistencia. Explicar a las autoridades sanitarias que no sólo es importante la demora quirúrgica y que de nada sirve un adecuado diagnóstico precoz en Oncología si no ofertamos un tratamiento de calidad a tiempo, deben ser los principios básicos que deben transmitir nuestros representantes ante la Administración. Clin Transl Oncol. 2005;7(2):47-54 49 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GONZÁLEZ SAN SEGUNDO C, CALVO MANUEL FA Y SANTOS MIRANDA JA. RETRASOS E INTERRUPCIONES: LA DIFICULTAD PARA IRRADIAR EN EL TIEMPO IDEAL INTERRUPCIONES/PROLONGACIÓN DEL TIEMPO TOTAL DE TRATAMIENTO Son muchas las causas de las interrupciones de un tratamiento de RT y muchos los trabajos que han estudiado su influencia en el TTT y, por extensión, en el control local y en la supervivencia global. En general, estas causas pueden agruparse en17,50: 1) Previsibles: revisiones programadas de las unidades, esquemas programados de split-course, bien en sobreimpresión con RT externa o con braquiterapia, vacaciones, fiestas laborales, etc. 2) Imprevisibles: la toxicidad radioinducida, las averías de las unidades o las decisiones personales de los pacientes. A pesar de su importancia y trascendencia, son escasos los trabajos que reflejan en la literatura su incidencia real1,2,16,17,50. Sin embargo, las siguientes cifras no pueden aceptarse con indiferencia: el 30% de los tratamientos con intención radical se interrumpen; sólo el 23% de los pacientes terminan el tratamiento en el denominado tiempo ideal; en el 25% de los casos, las interrupciones se prolongan más allá de 10 días, y el 70% de las interrupciones no se compensan de ninguna manera. En el año 2003, Khalil et al51 definían el tiempo ideal de tratamiento como "el mínimo tiempo requerido para administrar la dosis prescrita". Con esta definición y considerando que en su experiencia en cáncer de cabeza y cuello el 56% de las interrupciones se compensaban, sólo el 44% de los pacientes terminaban la RT en el tiempo ideal. Aunque luego resumiremos la influencia de las interrupciones en los principales tipos de tumores, tanto en lo referente a control local como a supervivencia global, se considera que, en general, por día perdido no previsto, la disminución del control local oscila entre el 0,3% y el 1,6%11. Ante esta estimación, parece obligado asegurar la compensación de las interrupciones imprevisibles y evitar las paradas previsibles. Los datos publicados por el Royal College of Radiologists en el año 200252 estiman que, aproximadamente, el 61% de las paradas ocurre por las revisiones programadas de las unidades. Esta cifra se ha duplicado respecto al 31% en el año 1997. El 19% de los retrasos se debieron a averías de las unidades, el 14% a toxicidad de los tratamientos y un 6% a causas relacionadas con la voluntad del paciente. Aunque desconocemos si estas cifras son extrapolables a nuestro país, Macia et al53 afirmaban recientemente que las vacaciones y el mantenimiento de las máquinas son las principales causas de interrupciones, con sólo un 13% para las averías no programadas. La Sociedad Española de Física Médica (SEFM) publicó en 1984 y 1987 las recomendaciones para las medidas preventivas del mantenimiento de las unidades55,56. Estas recomendaciones mínimas se recogen en todos los programas de control de calidad, elaborados a partir de la entrada en vigor del Real Decreto de 199843, y son medidas de cumplimiento recomendado (tabla 1). La mayoría de los aceleradores lineales tiene un mantenimiento preventivo que obliga a una parada semanal cada 3-4 meses. En muchos centros españoles, esta parada no puede ser asumida por otras unidades del mismo servicio porque ya se encuentran en el máximo de su operatividad o, sencillamente, porque no hay otra unidad disponible. Hasta la fecha, no se han publicado las consecuencias que estas revisiones programadas tienen para los pacientes y para la vida útil de las unidades. Si bien es indiscutible la necesidad de un control técnico y dosimétrico de los aceleradores lineales, para evitar averías o accidentes, la periodicidad de las mismas y su duración deben ser revisadas para ajustarse al mí- TABLA 1. Controles dosimétricos recomendados en un acelerador lineal multienergético Periodicidad Diario Semanal Mensual Cuatrimestral 50 Controles Seguridades y condiciones de funcionamiento Coincidencia entre características funcionales y sus indicadores: indicadores de la geometría del haz en el isocentro Realización de las irradiaciones previas al tratamiento Características dosimétricas del haz: energía, sistema monitor, uniformidad del campo de radiación Características dosimétricas del haz medidas de forma más precisa y en condiciones críticas: energía, sistema monitor, uniformidad del campo de radiación (modo fotones) Características dosimétricas del haz en modo electrones, en todas las energías de uso terapéutico Revisión de las características funcionales y sus indicadores Control de la linealidad, repetibilidad y dependencia con la orientación del brazo del sistema monitor Mantenimientos preventivos de la casa comercial Dependencia de la tasa de dosis absorbida con el tamaño del campo Distribución espacial de la dosis absorbida mediante analizador de campos con maniquí de agua Índice de uniformidad, tamaño del campo, penumbra del campo de radiación Características geométricas del haz Características mecánicas de la unidad Características mecánicas de la mesa de tratamiento Coincidencia entre las características funcionales y sus indicadores Clin Transl Oncol. 2005;7(2):47-54 22 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GONZÁLEZ SAN SEGUNDO C, CALVO MANUEL FA Y SANTOS MIRANDA JA. RETRASOS E INTERRUPCIONES: LA DIFICULTAD PARA IRRADIAR EN EL TIEMPO IDEAL nimo tiempo necesario en función de criterios de eficiencia, perfectamente validados. Basar la práctica clínica en parámetros no validados significa someter a los pacientes a interrupciones no basadas en conocimientos científicos, ni en pruebas de eficacia y seguridad. Con casi 20 años de experiencia, parece obligado analizar la contribución, en términos de beneficio para la población, del mantenimiento técnico de los aceleradores y, si es necesario, optimizar o no su aplicación. Las averías de las unidades suponen aproximadamente el 14% de las interrupciones52,53. Su duración y repercusión clínica tampoco han sido analizadas. Se desconoce si el mantenimiento preventivo ha disminuido su frecuencia y su gravedad. Aunque su prevención no es factible, sí lo es la rapidez en su resolución. Por ello, es imprescindible que los contratos de mantenimiento con la industria tecnológica radioterápica y sus proveedores ajusten, al mínimo imprescindible, el tiempo de demora de la reparación. Afortunadamente, se ha objetivado un descenso en las interrupciones por toxicidad desde un 30%-40% a un 9%-14% en las series clínicas analizadas y publicadas52,53,56. Este descenso es explicable por la importante mejoría en el tratamiento de soporte de los pacientes sometidos a RT y la alta precisión con la que se administran actualmente los tratamientos. En la otra cara de la moneda está la toxicidad acumulable de los tratamientos de RQT que, sin embargo, han demostrado en muchas localizaciones (cáncer de cabeza y cuello, cáncer de pulmón, cáncer de esófago, cáncer de ano, etc.) su influencia positiva en la supervivencia. Respecto a las vacaciones del personal y a las fiestas programadas, su influencia en el tiempo total de tratamiento sigue un curso descendente52,53. Disminuir el rendimiento de una unidad durante las vacaciones del personal, por la falta de previsión/provisión de suplencias, es un hecho inadmisible en los servicios asistenciales. Los responsables de los mismos son los encargados de garantizar una actividad estable. Los retrasos por festividades, por su conocimiento anticipado, deben ser compensados siempre que la demora pueda tener repercusión en el control de la enfermedad. La tabla 2 resume una panorámica bibliográfica sobre la influencia de las interrupciones y la prolongación del tiempo total de tratamiento, según la localización tumoral. Sin duda, la mayor experiencia publicada se presenta en cáncer de cabeza y cuello. Aunque con resultados en ocasiones contradictorios57, en general, se ha comunicado un empeoramiento en el control local y en la supervivencia global cuando el tratamiento se prolonga más allá de 45 días4,6,58,59 o si se interrumpe por toxicidad. Incluso el número de días de interrupción se confirma como factor pronóstico independiente del tamaño tumoral y de la afectación ganglionar, con un empeoramiento del 3% en el control locorregional por día perdido de tratamiento58. La mejora de los tratamientos de soporte56 y el aumento de la dosis por fracción60, cuando las paradas ocurren en las primeras semanas, han ayudado a contrarrestar el efecto deletéreo de las interrupciones51. En el cáncer de cérvix son muchos los estudios que recomiendan completar el TTT, incluidas las aplicaciones de braquiterapia, en menos de 8 semanas9-12. El intervalo o split entre la RT externa y la braquiterapia empeora el control pélvico y la supervivencia global entre un 0,4% y un 0,7% según el estadio11. Por ello, en los tratamientos con alta tasa de dosis, la Sociedad Americana de Braquiterapia (ABS) aconseja una aplicación semanal durante la RT externa con el fin de acortar el TTT a las 8 semanas recomendadas61. En el cáncer de pulmón, Jeremic et al concluyeron que los pacientes tratados con RT radical que finalizan el tratamiento sin interrupciones obtienen mejor supervivencia global (p=0,000), supervivencia libre de recurrencia (p=0,000) y supervivencia causa específica (p=0,000) que los pacientes con mayor TTT62. Estas cifras fueron reproducidas por Chen et al63 en TABLA 2. Influencia de las interrupciones en el control local y en la supervivencia global, según las localizaciones tumorales Localización Cabeza y cuello Mama Tratamiento conservador Mastectomía Pulmón No microcítico Microcítico Cérvix Recto Próstata Vejiga Sarcomas Gliomas 23 Control local Supervivencia Referencias ++++ ++ 4-8,29,30,51,57-59 ++ +/- + +/- 14,23-28 ++ +++ +++ ¿? +/+/+ + + ++ ++ ¿? +/+/+/+/- 32,33,40-42,62-64 Clin Transl Oncol. 2005;7(2):47-54 9,10-12,49,61 38 65 34,35,54,67 36,37,66 51 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GONZÁLEZ SAN SEGUNDO C, CALVO MANUEL FA Y SANTOS MIRANDA JA. RETRASOS E INTERRUPCIONES: LA DIFICULTAD PARA IRRADIAR EN EL TIEMPO IDEAL aquellos pacientes con TTT < 45 días en cáncer no microcítico y por Vidatic et al64 en pacientes con cáncer microcítico de pulmón, con esquemas de radioquimioterapia, donde se observó una diferencia significativa en la supervivencia global a 5 años entre aquellos pacientes que sufrieron interrupciones (4,2%) y los que finalizaron el tratamiento en el tiempo ideal (8,3%). La influencia de la prolongación del tratamiento también se ha evaluado en cáncer de vejiga65, cáncer de mama tras mastectomía14, gliomas33,66 y sarcomas34,67, sin que se hayan obtenido resultados equiparables a los anteriores. A pesar de ello, y de forma unánime, parece de sentido común evitar en la medida de lo posible interrupciones durante un tratamiento curativo así como priorizar en el inicio y el cumplimiento del tratamiento en pacientes tratados con intención radical68, en aquellos casos en los que las paradas y las listas de espera sean inevitables. MECANISMOS DE COMPENSACIÓN DE LA PROLONGACIÓN DEL TRATAMIENTO Son muchos los mecanismos que se han utilizado para compensar las interrupciones o evitar la prolongación del TTT. La mayoría, basados en consideraciones radiobiológicas, buscan aumentar el número de fracciones al día o a la semana, la dosis por fracción o la dosis total4,8,52,60,61. No es motivo de este trabajo exponer las consideraciones radiobiológicas que contrarrestan el efecto del delay o de la prolongación del tratamiento. Explicar la evolución del cálculo del decay, desde las tablas del Nominal Standard Dose (NSD), modelo lineal cuadrático69, hasta el cálculo de la probabilidad de control tumoral (TCP) y de la probabilidad de complicaciones en los tejidos normales (NTCP), excede el objetivo de este análisis. Afortunadamente, cada vez son más frecuentes las publicaciones que animan al cálculo del TCP y del NTCP en cada centro y que expresan el descenso en la posibilidad del control tumoral a partir de los tiempos de espera sin tratamiento49,70. Sin embargo, en nuestro país se calcula que el 70% de las paradas no se compensan de manera alguna53. Si la mayor parte de las interrupciones son previsibles (revisiones técnicas, fines de semana o incluso la aparición de toxicidad aguda), parece razonable pensar que la corrección inicial de la dosis y el fraccionamiento utilizados sea la actuación más recomendable17,52. Aumentar la dosis por fracción, hiperfraccionar, tratar los fines de semana, realizar la sobreimpresión como una parte de cada fracción desde el inicio del tratamiento o hacer coincidir el descanso por toxicidad con la parada de la unidad52,71-73, son soluciones al alcance de la mayoría de los centros. La optimización de los recursos, analizando las prioridades de cada centro, según la indicación del trata- 52 miento y la disponibilidad de las unidades, debe ser un objetivo obligado en cada programa de control de calidad20. Protocolizar los mecanismos de compensación de las paradas en función de la indicación del tratamiento, localización tumoral, duración de la parada, momento de la interrupción y esquema de tratamiento (RQT, sobreimpresión, braquiterapia) parece la forma más razonable de mejorar los resultados y de hablar un lenguaje común. En este sentido la radiobiología tumoral se convierte en una realidad decisiva en su vertiente de aplicación clínica74. En el año 1999, la OMS advertía de la necesidad de invertir en RT porque afirmaba "es el tratamiento oncológico con mejor relación coste/eficacia"19. Esta afirmación, basada en estudios previos sobre gestión y calidad de la especialidad, debe ser conocida por nuestras autoridades sanitarias para que solucionen las carencias instrumentales y humanas de las que todavía adolece la práctica asistencial. La alta precisión actual en Radioterapia Clínica, la calidad humana y técnica en su aplicación y la evidencia de resultados terapéuticos valiosos75 no pueden verse empañados por listas de espera inaceptables, en pacientes con cáncer, o por demoras y retrasos difíciles de justificar en nuestro medio. A pesar de todo ello, el análisis de su influencia y la búsqueda de soluciones debería empezar en los profesionales que nos dedicamos a la Oncología Radioterápica y a la Radiofísica Hospitalaria. Transmitir esta preocupación ante la dificultad de realizar los tratamientos en el tiempo ideal supone una llamada de atención para las Autoridades Sanitarias, pero también un reto para optimizar las prescripciones, compensar las paradas y mejorar, en lo posible, nuestros resultados. La lacra asistencial que suponen los retrasos y las interrupciones para los resultados terapéuticos obliga a un compromiso de mejora por parte de todos los profesionales implicados en los procedimientos radioterápicos. Bibliografía 1. Wyatt RM, Beddoe AH, Dale RG. The effects of delays in radiotherapy treatment on tumour control. Phys Med Biol. 2003;48:139-55. 2. Fowler J, Lindstrom MJ. Loss of local control with prolongation in radiotherapy. Int J Radiat Oncol Biol Phys. 1992;23:457-67. 3. Schiff PB, Harrison LB, Strong EW, et al. Impact of the time interval between surgery and postoperative radiation therapy on locoregional control in advanced head and neck cancer. J Surg Oncol. 1990;43:203-8. 4. 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