En Wisconsin, decenas de miles por los derechos

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En Wisconsin, decenas de miles por los derechos sindicales
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Estados Unidos
En Wisconsin, decenas de
miles por los derechos
sindicales
- solo en la web -
Fecha de publicación en línea: Domingo 6 de marzo de 2011
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En Wisconsin, decenas de miles por los derechos sindicales
Madison, capital del estado de Wisconsin conoce esto días las mayores manifestaciones desde la guerra de
Vietnam. Es el proyecto de ley planteado por el gobernador republicano de Wisconsin, M. Walker, el que suscita
esta movilización. Prevé aumentar la parte pagada por los salarios de los seguros de jubilación y de enfermedad y la
supresión del derecho a la negociación colectiva, amenazando así la existencia de los sindicatos en el sector
público. Las de Madison son también las mayores manifestaciones obreras de base en Estados Unidos desde los
años 1930.
Desde el día siguiente a la presentación del proyecto de ley, el 14 de febrero, decenas de miles de manifestantes se
han manifestado y han cantado ante la plaza del Capitolio, la sede neoclásica del Senado y de la Cámara de
Diputados que centenares de manifestantes ocupaban. Wisconsin comienza a constituirse en un ejemplo. En
estados como Indiana u Ohio, comienzan a aparecer las mismas luchas. Y Wisconsin se ha convertido en el
epicentro de un movimiento de resistencia en defensa de los derechos obreros.
Los derechos de los obreros en cuestión
La ley abolirá toda negociación entre los sindicatos y el estado salvo para los salarios, que no podrán en ningún
caso, salvo recurso a un referéndum, superar la tasa de inflación. Además, todos los sindicatos que organizan a los
empleados del estado deberán ser reelegidos cada año por una mayoría de los asalariados. Las cotizaciones que
son actualmente percibidas directamente de las nóminas serán en adelante facultativas. La ley apunta directamente
a los 300.000 asalariados de la función pública -enseñantes y demás funcionarios- así como a obreros del sector
privado, principalmente en la construcción, que tienen contratos con el estado. Solo los sindicatos de los bomberos y
de los policías -que han apoyado a Walker- no están sometidos a estas reglas.
La ley da también al gobernador el derecho a reducir por decreto los fondos consagrados a los programas de salud
para los más desfavorecidos.
Las negociaciones colectivas en el visor
Fue en 1935, en un contexto marcado por un paro elevado- 25% oficialmente- y de movilizaciones de masas
cuando la NLRA, la ley Wagner, estableció el sistema tripartito entre sindicatos, empleadores y estado para el sector
privado así como el derecho a la negociación colectiva. En 1959 Wisconsin fue el primer estado en conceder esos
derechos a los asalariados del sector público. Sin embargo, la entrada en vigor de la nueva ley daría un golpe
histórico al movimiento sindical en los Estados Unidos. La supresión del derecho a la negociación colectiva y la
rarefacción de la presencia sindical harían retroceder al movimiento obrero unos 80 años.
El gobernador Walker insiste mucho en explicar que la ley no tiene otro objetivo que arreglar el déficit del estado. Es
cierto que, como la mayor parte de los estados, Wisconsin ha visto sus ingresos reducidos por la crisis económica y
los regalos fiscales hechos a los ricos. Pero los verdaderos objetivos de la ley se hacen evidentes en cuanto que
Walker y los parlamentarios republicanos rechazan toda negociación e incluso un debate en el senado, incluso
después de que la dirección sindical y la delegación parlamentaria demócrata hubieran aceptado públicamente los
aspectos de la ley que se refieren a las jubilaciones y la salud.
Todo el mundo comprende pues lo que verdaderamente está en juego. La adopción de la ley significaría la muerte
de los sindicatos en el sector público -el 43% de los sindicados contra el 8% en el sector privado- y abriría la puerta
a una ofensiva generalizada contra la práctica de las negociaciones colectivas y los sindicatos. En una conversación
telefónica, registrada clandestinamente, entre Walker y un impostor como David Koch, un multimillonario de
derechas y gran financiero de las campañas políticas de los candidatos republicanos, entre ellos Walker, el
gobernador ha declarado que su objetivo se parecía al de Ronald Reagan que provocó un pulso con el sindicato de
los controladores aéreos PATCO en 1981, y que desencadenó a su vez un ataque general contra los sindicatos en
el sector privado.
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La burocracia sindical comprende también lo que está en juego
La dirección nacional de la confederación AFL-CIO, los sindicatos del sector público, el SEIU, el AFSCME y
sindicatos de enseñantes han llegado a Madison para establecer sus cuarteles generales en los hoteles alrededor
del Capitolio. Jimmy Hoffa, jefe del sindicato de los camioneros, uno de los mayores del país, vino el miércoles 23 a
pronunciar un discurso de solidaridad. El jefe del sindicato internacional de siderúrgicos ha ido también
personalmente a Madison. Sin estar afectados por el proyecto de ley, los bomberos y los policías se manifiestan en
solidaridad con los demás sindicatos del sector público.
Lo que está en juego políticamente
Walker y los republicanos no están motivados solo por su odio ideológico a los sindicatos, o su deseo de satisfacer
a sus protectores ricos y conservadores: los sindicatos son también la columna vertebral electoral del partido
demócrata. En las elecciones de noviembre de 2010, el 26% de los votantes en Wisconsin -estado en el que la tasa
de sindicación es del orden del 16%- eran miembros de un sindicato. El 63% de ellos ha votado por los demócratas
contra el 37% por Walker. Los sindicatos aportan pues votos y sumas de dinero importantes a los demócratas. Su
debilitamiento -o su desaparición- sería muy ventajoso para los republicanos. En un editorial publicado en el Wall
Street Journal el 24 de febrero, Karl Rove, gran estratega republicano, analiza muy claramente el papel de los
sindicatos en la estrategia de Obama -y de rebote, de los republicanos- para las elecciones presidenciales de 2012.
Senadores fugados.
Gracias a la mayoría republicana, la ley habría sido ciertamente votada el día siguiente a su presentación si catorce
senadores demócratas no hubieran boicoteado la sesión del Parlamento. Su ausencia priva al Senado del quorum
requerido para poder votar. Para evitar ser detenidos por los alguaciles y llevados por al fuerza a Madison, los
catorce han huido y se refugian en el estado vecino de Illinois. Walker ha respondiendo amenazando con despedir
miles de profesores si la ley no es votada.
Desde el comienzo el número de manifestantes ha aumentado de forma contínua. La primera semana, ha pasado
de 15.000 a 40.000. El 19 de febrero, 70.000 se manifestaron contra la ley mientras que la manifestación de apoyo a
Walker organizada por el Tea Party no movilizaba más que a 2.000 personas. Y el 26 de febrero, 100.000 personas
invadieron Madison mientras que miles se manifestaron en los demás estados.
Manifestaciones, no huelgas
Las manifestaciones no están acompañadas por huelgas porque las huelgas están prohibidas en el sector público.
La ley antisindical Taft-Hartly prohíbe las huelgas de solidaridad. Para contrarrestar esta prohibición, la mayor parte
de los profesores de las escuelas públicas de Milwaukee, la principal ciudad del estado, se han cogido la baja
durante tres días seguidos, obligando a centenares de escuelas a cerrar sus puertas.
Un ambiente extraordinario
El ambiente en Madison es extraordinario. Las muchedumbres están entusiasmadas y determinadas. Los carteles
pro-sindicales y anti-Walker están en todas partes. Miles de estudiantes de esta ciudad universitaria manifiestan su
apoyo a la lucha. Solidarios de otros estados y de otros países, entre ellos Egipto, han pagado para que sean
entregadas pizzas a los manifestantes.
Es llamativo el contraste entre las manifestaciones espontáneas de masas y el papel de las direcciones sindicales.
Son ellas las que asumen el papel de portavoces y de representación mediática del movimiento. Pero, no dejan que
se celebren asambleas generales que deberían definir las opciones de los manifestantes. Por ello el canto This is
what democracy is (Esto es la democracia), cantado al principio como respuesta a Walker, capta el sentimiento
democrático del movimiento, expresa su sentido.
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Cualquiera que sea su resultado, la batalla de Madison ha politizado y radicalizado a un gran número de
asalariados sindicados y no sindicados en todo el estado y el país. En las elecciones de noviembre de 2010, el 37%
de los sindicados en Wisconsin votaron por Walker. Es cierto que muchos de ellos romperán definitivamente con el
partido republicano. En un primer momento, los demócratas se beneficiarán de ello, antes de revelarse como los
falsos amigos de los asalariados que son en realidad.
A seguir.
27/02/2011
Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR
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