Discurso de investidura Felipe González

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TEXTO 13. DISCURSO DE INVESTIDURA DE FELIPE GONZÁLEZ EN 1982
El texto que abordamos es de naturaleza política e institucional. Se trata de una fuente
secundaria, publicada por el periódico ABC, que recoge el discurso de investidura pronunciado, el 30 de
noviembre de 1982 en el Congreso de los Diputados, por el presidente Felipe González. Está dirigido a la
nación española y en él se exponen algunas líneas de actuación del nuevo gobierno.
Felipe González Márquez fue secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
desde 1974 a 1997 y tercer presidente del Gobierno (1982-1996) desde la reinstauración de la
democracia en España. Fue elegido diputado por última vez en 2000, año en el que concurrió a las
elecciones en la lista del PSOE.
En el primer párrafo señala de forma contundente que el gobierno garantizará el proceso
democrático haciendo cumplir la Constitución de 1978, marco legal del pueblo español. La Constitución
de 1978 significa la consolidación del proceso de transición democrática y el punto de partida de una
nueva etapa histórica, colocada bajo el signo del pluralismo político y de la aceptación de la realidad
plural de España. Cierra el paréntesis del franquismo enlazando con el texto constitucional previo, el de
1931.
Más adelante, advierte que ni el terror ni la violencia, en clara referencia a los grupos
terroristas de ETA y el GRAPO, ni los involucionistas, o lo que es lo mismo algunos sectores del Ejército y
grupos de extrema derecha, frenarán el proceso democrático refrendado por todo el pueblo español.
Asimismo, hace alusión al 28 de octubre, fecha en la que se celebraron las elecciones generales
que le dieron el triunfo por amplísima mayoría, y que muchos historiadores toman como fecha final del
periodo de transición que vivía España desde la muerte del Franco.
En el siguiente párrafo afirma que “trabajaremos con tesón…” para realizar los cambios
necesarios en las estructuras productivas y, salvar así, los desajustes (“obstáculos”) que impiden la
“plena integración en las Comunidades Europeas”. Además del interés económico, Felipe González
también era consciente de la importancia que suponía para la consolidación de la democracia ingresar
en la CEE.
Por último, en el tercer párrafo expone la necesidad de examinar los términos en que se ha llevado a
cabo la relación, en materia defensiva y de cooperación, con los EEUU hasta ahora. En este punto, hace
alusión al régimen franquista y a las relaciones, dentro del contexto de la Guerra Fría, que inició España
con los EEUU tras el aislamiento al que fue sometido por el apoyo militar e ideológico al bando alemán
durante la Segunda Guerra Mundial. Así, en este contexto, Estados Unidos se volvió a interesar por
España debido a su posición estratégica. De tal manera que, el 26 de septiembre de 1953, España firmó
con Estados Unidos un acuerdo que sería el punto de partida de la relación entre ambos países. El
tratado incluía, entre otros aspectos, las condiciones del establecimiento de bases aéreas en nuestro
país como defensa contra los ataques comunistas soviéticos. En 1959 el presidente Eisenhower visitaba
España para afianzar esas relaciones. Tras la muerte de Franco en 1975, los dos países firmaron un
tratado de Amistad y Cooperación, debido a la instauración del nuevo régimen democrático en España.
Por último, expresa la voluntad de revisar la decisión del anterior gobierno con respecto a la
incorporación en la OTAN. Recordemos que el gobierno de UCD había pedido su incorporación en la
OTAN en 1981 y que fue duramente criticado por el PSOE y PCE. Ahora, en su discurso Felipe González
afirma que mantendrá sus promesas electorales, es decir, mantener el ambiguo lema "de entrada no".
A partir de la dimisión de Adolfo Suárez llegó a la presidencia del gobierno Leopoldo Calvo
Sotelo (UCD), cuyo mandato comenzó el 24 de febrero de 1981 y terminó tras la victoria socialista en
octubre de 1982. Calvo Sotelo era consciente de que su gobierno estaba condenado a ser transitorio y
breve, pues su partido estaba en descomposición, por lo que procedió a convocar elecciones generales
para el 28 de octubre de 1982, elecciones en las que el PSOE obtuvo 202 diputados. Esta cifra sigue
siendo, en la actualidad, el mayor número de escaños conseguidos por un partido político en unas
elecciones generales en España.
Una vez en el poder, tal y como señaló en su discurso de investidura Felipe González, el
gobierno socialista se centró especialmente en consolidar el régimen democrático y desarrollar el
Estado de las Autonomías; culminar el proceso de integración de España en Europa; crear un Estado de
bienestar similar al de otros países europeos y contrarrestar los efectos de la crisis económica de los
años setenta.
Centrándonos en la política exterior, los acontecimientos más importantes fueron la
integración en la CEE y la polémica suscitada sobre la posición de España en la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN). El ingreso en la primera permitiría vincular la economía española a una zona
altamente desarrollada y con un mercado de 300 millones de consumidores. El ingreso en la segunda
(OTAN) vincularía a nuestro país a la defensa occidental. En ambos casos, la integración en dichos
organismos fue observado como una forma de estabilizar y consolidar el sistema democrático
instaurado en España.
Con respecto a la CEE, tras el final de la Dictadura, y una vez celebradas las elecciones de junio
de 1977, se inició la negociación para la adhesión de España al Mercado común. Estas negociaciones se
prolongaron durante siete años, plazo en el que España debió adecuar su economía a los parámetros
comunitarios. Estas negociaciones no estuvieron exentas de dificultades, especialmente con los países
mediterráneos (Francia, Grecia e Italia) interesados en salvaguardar sus intereses agrícolas frente a la
posible competencia de las producciones españolas. En junio de 1985 se firmaron los tratados de
adhesión de España y Portugal, incorporándose ambos países la Comunidad Europea el 1 de enero de
1986.
La adhesión favoreció la recuperación económica iniciada en 1985. Entre esta fecha y 1992, la
economía española creció de forma ininterrumpida con tasas superiores a la media comunitaria.
En lo que concierne a la OTAN, durante la transición, las fuerzas políticas de la derecha (UCD,
AP, PNV y CIU) apostaban por la incorporación a la OTAN, como parte del proceso de integración de
España en las instituciones occidentales. Los partidos de izquierda (PSOE y PCE) la rechazaban pues
veían en la OTAN un agente del imperialismo norteamericano y una amenaza para España, en tanto que
nuestro país se convertía en un objetivo militar para el Pacto de Varsovia. En octubre de 1981 la Cortes
aprobaron la solicitud de ingreso en la OTAN que se hizo efectivo en mayo de 1982. Pero, cuando el
PSOE llegó al poder en octubre de 1982, la inicial posición contraria de González y el PSOE, fue variando
en la medida que los líderes europeos le hicieron ver que el proceso de integración de España en la
Comunidad Europea podía verse facilitado si España se comprometía con la defensa occidental.
Finalmente el referéndum prometido se celebró el 12 de marzo de 1986, con la victoria del Sí a la
continuidad de España en la OTAN pero con tres condiciones: no integración en la estructura militar de
la OTAN, no utilización de suelo español para traslado o depósito de armamento nuclear y cierre de las
bases norteamericanas.
Para concluir decir que con la victoria arrolladora del PSOE en estas elecciones accedía al
Gobierno un partido vinculado al movimiento obrero y a la izquierda histórica, que había sido combatida
y apartada del poder tras la Guerra Civil, lo que suponía la culminación del proceso democrático iniciado
en 1975 y la derrota definitiva del franquismo.
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