352 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD E S P A Ñ O L A parte opuesta, el ejemplar presenta un cristal dodecaédrico de Pirita, de un centímetro de diámetro, que experimenta la limonitización, manchando de hidrato férrico una-parte del Aragonito (1). Años después de mi salida de Caravaca, reconocí la existencia de rocas eruptivas en la Sierra de Burete, en la margen del Quipar, en el llamado Valle del Paraíso y otros lugares, y di cuenta a nuestra Sociedad de estas investigaciones en diversas notas, entre ellas El yacimiento de Magnetita de Cehegín (Actas, Julio 1903), en la que se habla del cabezo de Gil de Ras y el Aragonito que encierra su roca eruptiva; Las Ofitas diabúsicas de Burete (Murcia), (Actas de Abril de 1906), en la que también se menciona Gil de Ras y Cuesta Negra, reconocidas las de este último yacimiento por el S R . F E R N Á N D E Z N A V A R R O , que me indicó ser una Ofita dia- básica de elementos muy alterados. De estos mismos parajes debe proceder una roca, notable por el tamaño de 'sus elementos. Los cristales de Plágioclasa son muy grandes y los de Piroxeno forman largos prismas de tres o cuatro (1) Esté curioso ejemplar no creo proceda de Gil de Ras, y me fué entregado, para su reconocimiento, por el SR. EQEA PORTILLO, vecino de Cehegín, entusiasta buscador de minas, que no encontró los minerales que buscaba y sí fósiles, rocas y minerales varios, que me fué entregando sin revelarme la procedencia. Me resisto a creer que sea este ejemplar del citado cabezo de Gil de Ras, porque lo he recorrido muchas veces y jamás he encontrado en él asociaciones semejantes. Creo que en los alrededores de Cehegín existe alguna roca eruptiva que contiene estos minerales; en el mismo caso se encuentran los bellísimos cristales de Melanito, algunos tan gruesos como nueces pequeñas, en una roca alterada,y terrosa. He buscado durante mucho tiempo- estos yacimientos, y he encargado al guía José MUÑOZ CASTILLO, que tan buenos servicios me ha prestado siempre, sin que hasta la fecha nos haya sido posible encontrar nada. Estas investigaciones no han sido perdidas, porque, gracias a ellas, hemos recogido fósiles de la mayor belleza, unos; de especies indeterminadas por su rareza, otros, sin que haya visto formas parecidas en ningún Museo. El SR. EGEA había acumulado una enorme colección de rocas, minerales y fósiles. Ausente yo de Caravaca desde Junio de 1886, aún continuó sus investigaciones, sin dar importancia al riquísimo yacimiento de minerales de hierro, que hubiera hecho su fortuna, pero él sólo buscaba minerales de más precio. Próximo a su muerte, y comprendiendo que nadie sabría estimar su esfuerzo, en el que había invertido grandes sumas, fué transportando, tan sigilosamente como los había recogido, todos aquellos ejemplares a lugar ignorado, perdiéndose completamente con su muerte cuantos datos interesantes poseía. Sólo una mínima parte de sus colecciones me fué enviada por él, reservando siempre las procedencias, como recuerdo y compensación a los servicios que le presté en los años de 1884 a 8 6 ,