Visión en la Educación

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Informática Educativa
UNIANDES - LIDIE
Vol. 12, No. 1, 1999
pp.3-5
VISION EN LA EDUCACION
Seymour PAPERT
Recientemente, me invitaron a presentar ante los gobernadores de los cincuenta estados de los Estados Unidos, temas de tecnología en educación, y así lo hice en colaboración con un experimentado líder político – Gaston Caperton, quien ha servido dos
mandatos como Gobernador de West Virginia. Abrimos nuestro documento con esta
fuerte declaración:
•
El acercamiento al siglo veintiuno ha traído un coro de pronunciamientos sobre cómo “La
sociedad de la Información” a la vez requiere y hace posibles nuevas formas de educación.
•
Estamos totalmente de acuerdo con esto. Pero no estamos de acuerdo en que la tardanza en
traducir estas declaraciones en realidades puede ser atribuida, como con frecuencia lo es, a la
carencia de dinero, tecnología y normas. Obviamente hay necesidad de mejorar en todas
estas áreas. Pero la carencia primaria es algo muy diferente – una insuficiencia de visiones
realistas, audaces, coherentes y aún inspiradoras, de cómo será la educación de aquí a diez o
veinte años.
Ofrecimos algunas visiones de cómo podría cambiar el aprendizaje en un mundo en el
cual los niños tienen acceso libre a los computadores – no acceso a un “laboratorio
informático” por varias horas a la semana, sino un acceso comparable a la forma como
hoy suponemos que todo mundo debería tener acceso a papel y lápiz.
La primera pregunta que quisiera hacer aquí es si crear tales visiones resulta relevante
sólo a los denominados “países desarrollados”. Defenderé mi punto de vista personal de
que tales visiones son muy relevantes a las discusiones de paradigmas en Colombia.
Pero aun cuando anuncio mi intención de defender este punto, no lo enfoco dogmáticamente. Este es uno de los temas sobre los cuales espero que me hagan sudar.
Permítanme iniciar aquí, dándoles pistas sobre algunos de los temas principales sobre
los cuales espero ser cuestionado:
1. FALACIAS.
Cuando he argumentado que Estados Unidos es capaz de proveer una computadora a
cada niño, uso números que son específicos a ese país. Obviamente, necesitamos hacer
un análisis económico diferente al hablar de Colombia, pero el punto clave en mi argumento es que el análisis “oficial” aún en los Estados Unidos está basado en un conjunto de falacias, y aun si los números fueran diferentes en relación con países menos
poderosos, las falacias continuarían siendo las mismas. Estas falacias incluyen:
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Informática Educativa, 12 (1), 1998
Suponer que la educación debería seguir las prácticas comerciales en la escogencia de
computadores. Según mi punto, computadores que cuesten menos, duren más, y sean
mantenidos fácilmente, harían un mejor trabajo que el perseguir la última moda en
software y hardware. Creo que sólo esta falacia infla el costo por un factor de diez. Aun
la veo reflejada en discusiones de organismos nacionales e internacionales alrededor del
mundo. La veo determinar políticas para la compra de computadores por muchas
agencias (incluyendo algunas en Colombia).
Detrás de esta falacia de “persiga la locura comercial”, yace una falacia educacional más
profunda. Si usted tiene una visión de lo que cree que será el aprendizaje en un mundo
digital, puede basar su elección de tecnología en un análisis racional de los propósitos y
necesidades educacionales. Pero sostengo que el 99% de las decisiones acerca de
tecnología educacional NO son basadas en análisis alguno de cuán diferente sería el
sistema de aprendizaje y lo que este requeriría. Esto conduce a tomar decisiones seguras
como “mejor compremos computadores que pueden hacer de todo”.
Las consideraciones políticas conducen a basar el análisis en lo que puede ser hecho
para obtener resultados rápidamente. Por supuesto, necesitamos enfocar de inmediato
los problemas urgentes. Pero nuestro razonamiento también debería tomar en consideración el hecho de que tomará tiempo (tal vez diez años es un buen estimado) para
que un cambio real de paradigma eche raíces universalmente. Si tomamos esto en
cuenta, basaríamos nuestro pensamiento y diseño de proyectos pilotos sobre un estimado de qué costos de tecnología (y qué clases de tecnología) habrá de aquí a diez años.
Discutiré que, en diez años (si no es que mucho antes) la economía de la tecnología
educacional en Colombia será tan favorable como lo es hoy en los Estados Unidos.
Una de las mayores falacias es la de que el gran cambio se hace imposible por la ignorancia y flojera de los maestros. Hemos visto una y otra vez que muchos maestros
están ávidos por la clase de cambio que les provea respeto y la oportunidad para el
trabajo creativo.
2. ESTRATEGIAS
Aun cuando tenemos que dedicar la mayor parte de nuestro tiempo y recursos a resolver
inmediatamente asuntos urgentes, démonos un diezmo (10%) para tratar con el futuro.
Por ejemplo, qué tal dedicarle una semana cada trimestre – tal vez empezando esta
misma – para pensar seriamente acerca de ¿cómo creemos que será la educación, o
cómo debiera ser, a diez años?... o ¿cómo en un mundo ideal en el cual el costo de la
tecnología no fuese un factor?.
.Otro ejemplo: diseñemos e implantemos algunos “proyectos sobre el aprendizaje del
futuro” en los cuales intentemos nuestro mejor esfuerzo para emular lo que sería posible
algún día.
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VISION de la educación
Démosle una mirada incisiva a la política y la sociología del currículo nacional. Hagámonos preguntas como: .¿Realmente ¿necesitarán saber los ciudadanos del futuro cómo
dividir fracciones?. (Y la misma pregunta para todo lo demás del currículo).
.Doce años de escuela, ¿es lo ideal?. Como las viejas cifras de ¿cuánto toma cruzar el
océano?. .¿Que clase de proceso podría conducir a cambiar los compromisos nacionales
con las antiguas normas de la educación?
3. LA VISION COMO PROPOSITO EDUCATIVO.
Los párrafos precedentes se refieren a traer más visión hacia la cultura de los educadores y los tomadores de decisiones, quienes no están acostumbrados a pensar acerca
de un real gran cambio en la educación. Pero el documento que escribí con Gaston
Caperton enfatiza otra forma en la cual a la visión debe dársele un papel aún mayor en
la educación. La educación debería tener como uno de sus principales objetivos el
asegurarse de que la gente joven sale al mundo con una visión positiva de sí mismos…
y del mundo.
Con seguridad éste es un objetivo más importante que !saberse las tablas de multiplicar!
Sin embargo, desde mi punto de vista no tenemos que sacrificar conocimiento específico
para desarrollar la autoestima y lo demás. Por el contrario, realmente es central en todo
mi trabajo que una clase diferente y más rica de conocimiento, que es hecha posible por
las nuevas tecnologías, les dará a los jóvenes una visión más fuerte de sí mismos como
agentes intelectuales que pueden salir confiados al mundo sabiendo que pueden
aprender lo que necesiten saber y que pueden llevar a cabo los proyectos difíciles que les
traerán una vida satisfactoria personal y socialmente.
Boston, Media Lab - MIT, Mayo de 1995
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