DIRECCIÓN DE REVISIÓN Y DOCTRINA 1.- DEPENDENCIA: 2.- TIPO DE DOCTRINA: 3.- TEMA: DERECHO PENAL SUSTANTIVO DEROGATORIA DEL DELITO DE CIRCULACIÓN DE MONEDAS FALSIFICADAS O ALTERADAS 4.- MÁXIMA A PARTIR DE OCTUBRE 2001 TODO AQUEL QUE DETENTARA, DISTRIBUYERA O CIRCULARA DINERO ALTERADO O FALSIFICADO, NO COMETÍA UNA CONDUCTA PENALMENTE RELEVANTE PUES EL LEGISLADOR HABÍA DISPUESTO LA DESPENALIZACIÓN ABSOLUTA DEL DELITO DE CIRCULACIÓN DE MONEDAS FALSIFICADAS O ALTERADAS. 5.- CONTENIDO 5.1.- NÚMERO DE ESCRITO 5.2.- FECHA: DRD-0047603 30/07/2012 5.3.- RESUMEN (…) Luego de más de 60 años de vigencia del Código Penal de 1926 (con su reforma de 1964), en fecha 4 de diciembre de 1992, el extinto Congreso de la República promulgaba la Ley del Banco Central de Venezuela (Gaceta Oficial N° 35.106). El artículo 101 de la referida ley fue redactado en los siguientes términos: “Artículo 101. Será castigado con presidio de cuatro (4) a ocho (8) años: 1) Quienquiera que haya falsificado moneda nacional o extranjera. 2) Quien, de alguna manera, haya alterado la moneda para aumentar o aparentar mayor valor. 3) Quienquiera que, sin haber participado en la falsificación o en la alteración de la moneda a que se refieren los numerales anteriores, pero en concierto con quienes las hubieren efectuado o con otras personas interpuestas, detenten las monedas así falsificadas o alteradas, las distribuyan o de cualquier modo las pongan en circulación. 4) Quien utilice o posea equipos y materiales destinados a la elaboración de monedas de curso legal, con la finalidad de obtener para su beneficio o de un tercero, monedas idénticas a las producidas legítimamente por la autoridad competente”. (Negrillas nuestras) Era claro que el artículo 101 de la Ley del Banco Central de Venezuela de 1992 tipificaba el delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas en los mismos términos del Código Penal de 1926. Para no dejar espacio a dudas sobre los efectos derogatorios que colegía la Ley del Banco Central de Venezuela de 1992, su artículo 120 advertía “que se derogaban todas las normas de otras leyes que contraviniesen sus disposiciones”. Bajo dicho fenómeno de sucesión de leyes era evidente que el delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas debía ser atribuido ya en función de lo dispuesto en el artículo 101 de la Ley del Banco Central de Venezuela de 1992 y no sobre la base de lo prescrito en el Código Penal. El tipo penal de Circulación de monedas falsificadas o alteradas del Código Penal había sido derogado y, por tanto, sólo la Ley del Banco Central de Venezuela de 1992 regulaba su punición. Posteriormente, en fecha 03 de octubre de 2001, aparece publicada una reforma de la Ley del Banco Central de Venezuela (Gaceta Oficial N° 37.296). Para sorpresa de muchos, el texto de la Ley de 2001 eliminaba por completo el tipo penal de Circulación de monedas falsificadas o alteradas, es decir, despenalizaba la conducta y suprimía su carácter típico. En la nueva Ley ya no existía un capítulo dedicado a las sanciones penales y se borró cualquier consideración típica que dedujera el carácter ilícito de la “Circulación de monedas falsificadas o alteradas”. La propia Ley de 2001 contenía además una elocuente disposición derogatoria que puntualizaba lo siguiente: “Disposición Derogatoria. Queda derogada la Ley del Banco Central de Venezuela del 4 de diciembre de 1992, publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 35.106, así como todas las normas contrarias a la presente Ley”. Visto así, la Ley de 2001 no sólo descartaba la relevancia típica del delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas sino que derogaba íntegramente el texto de la Ley del Banco Central de Venezuela de 1992. En el entendido de que únicamente la Ley de 1992 tipificaba el delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas7, y considerando que la Ley del Banco Central de Venezuela de 2001 no sólo derogaba íntegramente el texto anterior sino que tampoco incluía una referencia típica con respecto al delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas, debía concluirse entonces que a partir de octubre 2001 todo aquel que detentara, distribuyera o circulara dinero alterado o falsificado, no cometía una conducta penalmente relevante pues el legislador había dispuesto la despenalización absoluta del delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas. (…) En función de todo lo expuesto con anterioridad, este Despacho suscribe las siguientes consideraciones: 1. La fórmula típica del artículo 300 del vigente Código Penal fue derogada por el artículo 101 de la Ley del Banco Central de Venezuela promulgada en fecha 4 de diciembre de 1992 (Gaceta Oficial N° 35.106). 2. La Ley del Banco Central de Venezuela de 1992 fue derogada por la Ley del Banco Central de Venezuela de fecha 03 de octubre de 2001 (Gaceta Oficial N° 37.296). La Ley de 2001 despenalizó el delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas (el derogado artículo 101 de la Ley de 1992) y suprimió su relevancia típica del nuevo texto. 3. Ninguna de las reformas sucesivas de la Ley del Banco Central de Venezuela (entiéndase: 2002, 2005, 2009 y 2010) tipificó nuevamente el delito Circulación de monedas falsificadas o alteradas. 4. Actualmente, todo aquel que detente, distribuya o circule dinero alterado o falsificado no comete delito alguno. Dicha conducta es absolutamente atípica y no encuentra refugio en dispositivo penal alguno. 5. No obstante, es preciso advertir que en materia de falsificación de monedas, debe tenerse presente la fórmula típica del artículo 16 numeral 10, de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada. Asimismo, los Fiscales no deben obviar la imputación de cualquier otro precepto penal en el cual 7 Decimos que únicamente la Ley del Banco Central de Venezuela de 1992 tipificaba el delito de Circulación de monedas falsificadas o alteradas pues, a raíz de su promulgación, la referencia típica de la conducta en el Código Penal había sido derogada. pudiesen estar incursos los agentes investigados, como por ejemplo, el delito de legitimación de capitales.