la estructura de las normas jurídicas moratorias en general

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Revista Electrónica
Año 8 / Número 19 / 2015
LA ESTRUCTURA DE LAS NORMAS
JURÍDICAS MORATORIAS EN GENERAL
Gustavo E. Tarazona Ospina
Robson Maia Lins
CET
CENTRO DE ESTUDIOS TRIBUTARIOS
Universidad de San Martín de Porres
Facultad de Derecho
CET
REVISTA PERUANA DE DERECHO TRIBUTARIO,
UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES TAX LAW REVIEW
LA ESTRUCTURA DE LAS NORMAS JURÍDICAS MORATORIAS
EN GENERAL
Robson Maia Lins
1. Estructura de las normas jurídicas: primera aproximación
El título de este ítem, al mencionar: Estructura de las normas jurídicas revela muy
bien la opción lingüística que hicimos para la elaboración de este texto: el plano
sintáctico. Pero es sólo el punto de partida. Enseguida, vendrán los planos
pragmático y semántico, llenando el contenido de las estructuras normativas
propuestas.
Las normas jurídicas moratorias, antes de ser moratorias, son jurídicas, y como tal
tienen la misma estructura que las demás normas del sistema jurídico. Esta
estructura, obtenida por intermedio de un análisis sintáctico del lenguaje
normativo, se compone de una hipótesis y de un consecuente, vinculados entre sí
por la imputación o causalidad jurídica 1 . En términos formales, tendríamos la
siguiente representación:
H→C
Donde,
H = hipótesis;
→ = deber-ser interproposicional; y
1
Debemos anotar la preocupación de Gregorio Robles, O direito como texto, 2005, p. 14, al justificar las necesarias
incursiones por la teoría de la norma jurídica al examinarse cualquier tema de derecho positivo. Dice el autor que “Toda
teoría jurídica envuelve la propuesta de una teoría de las normas, de un modelo de las mismas. No se puede determinar,
apriorísticamente, cuál de ellos es el modelo más conveniente. No existe una regla fija para decidirse la idoneidad de un
modelo y la falta de idoneidad de otro u otros. Además de eso, todo modelo es operacional porque permite ordenar la
materia jurídica. Cuál es el modelo que lo hará mejor es una pregunta pragmática que deberá ser formulada en relación
a cada uno de ellos”.
C = consecuente.
Esta estructura mínima será objeto de un mayor análisis, para el desvelamiento de
los criterios que el derecho positivo impone en la configuración de las normas
jurídicas moratorias.
Este primer examen de la estructura de las normas moratoria muestra sólo su
plano general. Más adelante, cada miembro de la estructura normativa será
examinado, en la búsqueda incesante por los criterios exigidos por el derecho
positivo.
1.1.
La Estructura de las Normas Jurídicas: segunda aproximación
Esta segunda aproximación tiene por objetivo detallar cada miembro de la norma
jurídica moratoria. Sin embargo, una advertencia debe ser realizada: la estructura
normativa presentará sólo los criterios comunes de todas las normas jurídicas
moratorias. Ciertamente, cada una de esas normas, sorprendida en un
determinado momento de la dinámica del sistema normativo, tendrá sus criterios
muy enriquecidos. Pero ese análisis solamente es posible si tomáramos una
específica norma moratoria.
Quedémonos, por el momento, con la estructura general de esas normas.
En el antecedente de las normas jurídicas moratorias en general se tendrá
necesariamente los siguientes criterios:
Material: conducta contraria a lo prescrito en la norma primaria dispositiva o
sancionatoria.
Espacial: lugar de la realización de la conducta contraria al consecuente de la
norma primaria.
Temporal: instante en el que la conducta moratoria fuera realizada.
En el consecuente de esas normas están los siguientes criterios: personal,
cuantitativo y temporal.
El criterio personal es representado por el sujeto activo de la relación jurídica
moratoria, es decir, aquel que detenta la capacidad activa para exigir del sujeto
pasivo el contenido de la prestación. Mientras que el sujeto pasivo será aquel
obligado al cumplimiento de la conducta objeto de la prestación. Generalmente la
sujeción pasiva, cuando, aliado al hecho jurídico moratorio, hubiera en el
antecedente normativo las notas sobre la culpabilidad en sentido amplio, deberá
ser aquel agente que practicó el hecho jurídico moratorio. Ello, como será visto,
en función de la personalidad de las sanciones tributarias que utilizan la culpa
como criterio para hacer surgir la sanción tributaria.
El criterio cuantitativo es compuesto, por vía de regla2, por la base de cálculo y la
alícuota. Cuando el hecho jurídico moratorio que compone el antecedente
normativo se alía al daño la base de cálculo tendrá que, impreteriblemente,
mensurar ese daño. Allí, en la parte en que hubiera sólo el resarcimiento del daño,
la relación jurídica, aunque sea prescrita como “sancionatoria” por las normas
tributarias, en realidad tendrá el timbre de indemnización. Recompondrá el
patrimonio del sujeto activo, que tuvo su patrimonio jurídico disminuido en
consecuencia de la realización del hecho jurídico moratorio.
La alícuota será un porcentaje fijado en ley. Este porcentaje podrá variar de
acuerdo con la culpabilidad del agente, cuando así fuera considerada en el
antecedente normativo. Es exactamente lo que acontece con la multa en la
determinación de oficio, prescrita en el art. 44, II, §1°, de la Ley n° 9.430/96, en
que el evidente objetivo de fraude, diseñado en el antecedente de la referida
sanción, hace que el porcentual de la referida multa salte del 75% (setenta y cinco
por ciento) hacia el 150% (ciento y cincuenta por ciento)3.
Hay, también, por una opción metodológica nuestra, la inclusión de un aspecto
temporal en el consecuente normativo. Se refiere al tiempo del cumplimiento del
contenido de la prestación nacida en consecuencia del hecho jurídico moratorio.
Estos criterios, expuestos de forma simple y objetiva, componen la estructura
mínima para el nacimiento de las relaciones jurídicas tributarias resultantes de los
hechos jurídicos moratorios.
2
Hay aquellas hipótesis de incumplimiento de deberes instrumentales en las que, no habiendo disminución
o
ausencia de tributo, el objeto de la relación jurídica sancionatoria es un valor fijo.
3
“§ 1° El porcentaje de multa del que trata el inciso I del encabezado de este artículo será duplicado en los
casos previstos en los arts. 71, 72 y 73 de la Ley en el 4.502, de 30 de noviembre de 1964, independientemente
de otras penalidades administrativas o criminales pertinentes”.
2. La demora, la Regla Matriz de incidencia tributaria, la incidencia, la
obligación tributaria y el crédito tributario.
La regla matriz de incidencia tributaria, puesta de forma pionera por el Prof. Paulo
de Barros Carvalho, expone los criterios necesarios para la institución del tributo.
La regla matriz de incidencia esboza sólo la estructura mínima del tributo, es decir,
el plano sintáctico de la norma jurídica, que, para cumplir su función de regular las
conductas intersubjetivas, (plano pragmático) requiere que las estructuras sea
llenado con contenido de significación (plano semántico).
La regla matriz, en el altiplano general y abstracto, instituye el tributo, sin embargo,
para que la conducta intersubjetiva prevista sea juridicizada, es imperioso que el
ser humano produzca el lenguaje individualizador y concretizador, lo que
solamente es posible realizado la incidencia.
La regla matriz de incidencia, después de sufrir la incidencia produce la obligación
tributaria y también el crédito tributario. Salimos del mundo general y abstracto e
ingresamos en el individual y concreto.
Sólo hay obligación y crédito tributario después de la incidencia de la regla matriz.
2.1. El criterio temporal en el consecuente de las normas que instituyen
tributo (RMIT) y deberes instrumentales (Regla Matriz de los deberes
instrumentales)
La Teoría General del Derecho producida en Brasil, con el pretexto de estudiar las
categorías tributarias, bajo la batuta del Profesor Titular de las Facultades de
Derecho de la PUC/SP y USP, ha profundizado el análisis estructural del discurso
jurídico, lo que culminó con la concepción de la Regla matriz de incidencia tributaria
(RMIT).
Responsable por la institución del tributo, la RMIT, como toda norma jurídica en
sentido estricto, tendría un antecedente y un consecuente, ligados en sí por un
deber-ser interproposicional. Este deber ser ligará, en una relación de suficiencia
y necesariedad, el hecho descrito en el antecedente normativo al consecuente,
donde estarían las relaciones jurídicas, con sus sujetos activo y pasivo, deber
jurídico, derecho subjetivo y prestación.
Ahora, una advertencia debe ser realizada: la estructura propuesta por el Prof.
Paulo de Barros Carvalho cuando diseñó la Regla Matriz de incidencia tributaria es
mínima. Aquellos criterios son suficientes para la existencia de la relación jurídica
tributaria. Sin embargo, muchos otros criterios pueden ser aglutinados en torno
de los ya conocidos, puesto que, conforme el legislador y el Científico que describe
y sistematiza el producto legislador, muchas otras informaciones son necesarias
para que el tributo nazca, tenga su exigibilidad suspendida y, finalmente, sea
extinto.
Ya dejamos expresado en el inicio de este trabajo que nuestro foco temático sería
la demora en el derecho tributario, bien en sentido amplio, bien en sentido estricto.
Ahora bien, no podemos caminar sin insertar en el consecuente normativo de las
normas tributarias, bien las reglas matrices, bien las que prescriben deberes
instrumentales, un criterio temporal, vale decir, connotación que indiquen el tiempo
de cumplimiento de la obligación. Incluso porque solamente después del
incumplimiento de la obligación por el deudor es que habrá demora en el derecho
tributario.
Por lo tanto, por cuestiones metodológicas, así como por nuestra definición de
norma primaria y secundaria, surge como premisa necesaria la inserción del
criterio temporal en el consecuente de la regla matriz de incidencia tributaria y la
que instituye los deberes instrumentales.
Definitivamente, sin la inserción de un criterio temporal en la Regla Matriz de
Incidencia Tributaria y en las Reglas Matrices que instituyen deberes
instrumentales, no habría como sostener la necesaria ligación entre las normas
primaria, dispositiva y sancionatoria, con las normas secundarias (o procesales).
Este posicionamiento tiene una implicación inmediata: el plazo de pago de los
tributos es materia de reserva exclusiva de ley4.
Así, la regla matriz de incidencia tributaria tendría los siguientes criterios:(i)
Antecedente: Criterio Material (verbo +complemento), criterio espacial y criterio
temporal.
El criterio material estaría diseñado por el verbo aumentado de un complemento,
representando el comportamiento necesario para el nacimiento de la relación
4
El Supremo Tribunal Federal (STF) y el Supremo Tribunal de Justicia (STJ) han decidido que no es materia de reserva de
ley el plazo para el pago de los tributos.
jurídica tributaria. El criterio espacial sería expresado por las marcas que
determinan el lugar donde debe el hecho ocurrir para implicar la relación jurídica
tributaria. Por último, el criterio temporal, que connota las variables de tiempo en
las que el hecho jurídico tributario ocurre.
(ii) Consecuente: criterio cuantitativo (base de cálculo y alícuota), criterio personal
(sujeto activo y sujeto pasivo) y el criterio temporal (tiempo del pago).
Algunas palabras sobre el tiempo del pago deben ser dichas. Primero, podemos
manifestar que no es posible la incidencia de la norma primaria sancionatoria, ni
de la secundaria (o procesal) sin la fijación del tiempo del pago. Así, por la opción
metodológica y por la funcionalidad en la operacionalización de la incidencia de las
normas sancionatorias, insertamos en el consecuente de la Reglas Matrices de
incidencia, además de los criterios cuantitativos y subjetivos, el criterio temporal.
Después, la distinción importantísima entre tiempo del pago (plazo de vencimiento)
y condición suspensiva. Sobre esta distinción adoptamos íntegramente la lección
de Robert Joseph Pothier5 para quien “el plazo diverge de la condición porque la
condición suspende el compromiso que debe formar la convención; el plazo, por
el contrario, no suspende el compromiso, sino sólo aplaza su ejecución”.
Esta distinción es importante, puesto que solamente existen innumerables
hipótesis que pueden acontecer en el curso del nacimiento, suspensión y extinción
de la obligación tributaria (por ej.: consulta tributaria, las causas suspensivas de
la exigibilidad del crédito tributario, denuncia espontánea, y así por delante), que
funcionan bien como condición bien como plazo de vencimiento de la obligación.
De esa forma, con bien afirma Pothier, también en la misma página:
Aquel que prometió bajo condición no es deudor hasta el cumplimiento de la
condición; hay sólo una expectativa de que llegará a serlo, de lo que se deduce
que, si por error pagó antes que la condición se cumpliese, puede repetir lo que
pagó, como cosa no debida, conforme vimos en el artículo anterior.
Esa distinción entre expectativa, en el caso de condición suspensiva, y plazo de
vencimiento de las obligaciones tendrá consecuencias inmediatas en la fijación de
la demora en aquellas hipótesis de suspensión de exigibilidad del crédito tributario,
5
Tratado das obrigações. 2002, p. 193.
cuando él –crédito– aún no está constituido, tal como ocurre cuando la liminar que
permite la exigibilidad del crédito tributario es concedida antes que el crédito sea
constituido. O, cuando sea constituido, la liminar es concedida antes del plazo de
vencimiento. En la primera hipótesis existe inserción de una condición suspensiva;
en la segunda, existe dilación del plazo para el pago del crédito tributario.
2.2. Norma de comportamiento y demora comportamental: enfoque
sobre las Reglas Matrices moratorias.
La distinción entre norma de comportamiento y de estructura, que es acreditada
a Norberto Bobbio6, tiene en el efecto inmediato de la norma introducida el factor
de descrinen. Cuando el fin inmediato es regular conductas (v.g. Regla Matriz de
Incidencia Tributaria) tenemos una norma de comportamiento; cuando, por otra
parte, el fin inmediato es regular la producción de otras normas, tenemos norma
de estructura7.
Esta clasificación considera el efecto inmediato que adviene de la realización del
comando normativo. Se observa que esa distinción nos hace vislumbrar otra
clasificación establecida por John R. Searle 8, al separar las “reglas regulativas” de
las “reglas constitutivas”, utilizando para ello el criterio de existencia de
convenciones sociales previas a aquellas reglas.
Ahora bien, en principio, así como todas las reglas son de comportamiento (en
oposición a las de estructura), también todas las reglas son constitutivas (en
oposición a las regulativas), a menos que se establezca y deje claro un criterio de
distinción.
6
Varias son las críticas a esta clasificación. Guerra Filho, Willis Santiago, Teoria processual da constituição, 2002, p. 140,
enseña que: “decir que las normas jurídicas son reglas de conducta no pasa de un truísmo, pues todas las normas, todas
las prescripciones son destinadas a regular las conductas. Cf. también Paulo de Barros Carvalho, Fundamentos jurídicos da
incidência, 2008, pp. 41-43.
7
Según Clarice von Oertzen de Araujo, 2005, p. 91, no y solamente el efecto inmediato el criterio permite visualizar la
distinción entre la norma de estructura y de comportamiento. Según la Autora “La propia pareja normas de
comportamiento/normas de estructura constituye una referencia a los aspectos material y formal de las fuentes del Derecho:
las normas de estructura determinan fórmulas sintácticas para la producción válida de normas de conducta”.
8
Manfredo Araujo de Oliveira, Reviravolta lingüístico-pragmática na filosofia contemporânea, 1996, p. 180.
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