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INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA EL ARTÍCULO 17 DEL
CÓDIGO CIVIL FEDERAL
CC. SECRETARIOS DE LA CÁMARA DE SENADORES
DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
PRESENTES:
GUILLERMO TAMBORREL SUÁREZ, MARTHA LETICIA SOSA GOVEA Y SEBASTIÁN
CALDERÓN CENTENO, Senadores de la República de la LXI Legislatura al Congreso de la Unión e integrantes
del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, con fundamento en el Artículo 71, Fracción II, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como los Artículos 8, 164 y 169 del Reglamento del
Senado de la República, sometemos a consideración de esta Soberanía la presente INICIATIVA CON
PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA EL ARTÍCULO 17 DEL CÓDIGO CIVIL
FEDERAL, de conformidad con la siguiente:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Los contratos, no obstante existir, es decir, reunir todos los elementos de existencia, deben además para ser válidos,
estar exentos de vicios de manera que reflejen una voluntad libre y consciente de lo que se manifiesta. Esto es, los
contratos pueden ser deficientes por un vicio que afecte al consentimiento, lo que es conocido por fuentes del
Derecho como vicios del consentimiento. Tales, son el error, el dolo, la violencia y la lesión.
La presente iniciativa refiere al vicio de la lesión. Dicha figura, es entendida en sentido estricto, según el jurista
Ramón Sánchez Medal, como “…la causa de invalidez total o parcial de un contrato conmutativo, establecida en
forma excepcional por el legislador, bien sea por la importancia objetiva del mencionado perjuicio resentido por
el contratante que recibe una prestación de valor muy inferior a la que él proporciona, o bien por la situación
subjetiva de debilidad o de miseria en que contrata dicha parte, o bien por una y otra de esas dos razones.”
En el Derecho Positivo Mexicano, se regula en materia civil la figura de la lesión. Ésta, se contiene en el Código
Civil Federal en su artículo 17 que a la letra indica:
“Artículo 17.- Cuando alguno, explotando la suma ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria de otro;
obtiene un lucro excesivo que sea evidentemente desproporcionado a lo que él por su parte se obliga, el
perjudicado tiene derecho a elegir entre pedir la nulidad del contrato o la reducción equitativa de su obligación,
más el pago de los correspondientes daños y perjuicios.
El derecho concedido en este artículo dura un año.”
Si bien es cierto, la figura de la lesión, se encuentra regulada en el apartado de “Disposiciones Preliminares” del
ordenamiento citado, también es cierto que tal figura debe ser considerada como uno de los vicios del
consentimiento. Es en la esencia una disyuntiva la que se plantea al considerar la figura de la lesión, o salvaguardar
la seguridad y la estabilidad de las transacciones celebradas, o proteger la justica y equidad en aquéllas. La lesión
pues, es un medio para proteger a los desvalidos económica, social y culturalmente.
La regulación del código en la materia señala, que si es el caso en que hubiera un lucro evidentemente
desproporcionado de alguna de las partes de los contratos por los supuestos mencionados en Ley, por principio de
igualdad en aquéllos, se le otorga, en aras de equidad y procuración de equivalencia de las prestaciones recíprocas,
a la parte perjudicada, una acción que la faculta a pedir la nulidad del contrato, o bien, la reducción equitativa de su
obligación, más el pago de los daños y perjuicios que correspondan.
Sin embargo, la ley protege también, la seguridad y estabilidad de los contratos, otorgando un año para que el
perjudicado pueda hacer valer dicha acción.
Importante es decir que para que el ejercicio de la ya mencionada acción proceda, debe acreditarse la relación entre
la explotación de la situación de desventaja y la obtención del lucro desproporcionado.
La lesión por tanto, consta de dos elementos, el objetivo y el subjetivo. Por una parte, debe haber una evidente
desproporción – elemento objetivo – y, por otra, siguiendo nuestro Código al Código Alemán, dicha desproporción
ha de ser resultado de la explotación de la suma ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria – elemento
subjetivo-.
Lo que nos aqueja de manera particular en esta Iniciativa, es el elemento subjetivo del vicio del consentimiento de
la lesión. Si bien, actualmente el Código Civil Federal regula tres supuestos como hipótesis de explotación, es
decir, de la suma ignorancia, de la notoria inexperiencia o de la extrema miseria, es de necesaria consideración un
cuarto supuesto, que si bien se presenta recurrentemente en la realidad, no se considera en ley: el estado de
necesidad.
Para ello, es menester primero tener presente, que la figura de la lesión ha ido evolucionando en la historia jurídica
y segundo, estar conscientes, que aún falta por evolucionar para que tal figura se vaya perfeccionando a servicio de
la protección de las relaciones jurídicas del hombre.
La lesión ha tenido una transformación que proviene desde el Derecho Romano. Ésta, surgió en épocas de
Justiniano y estaba conferida tan sólo al caso exclusivo de la compraventa y únicamente a favor del vendedor. El
Código Civil de 1928 que rige la materia civil actualmente, está inspirado en el Código Suizo de las Obligaciones y
en el Código Civil Alemán. Dichos ordenamientos tienen por cierto dos notas: la lesión se considera un vicio
mixto, es decir consta de un elemento objetivo y uno subjetivo, y dicha figura se extiende a toda clase de contratos.
En la evolución de la figura de la lesión pues, se considera importante reflexionar la pertinencia de la inclusión del
estado de necesidad como supuesto integrante del elemento subjetivo de dicha figura.
El texto actual del Código Civil Federal contiene los tres supuestos del elemento subjetivo de la lesión que ya se
han mencionado con anterioridad, sin mencionar en éstos, el estado de necesidad. Ello resalta pues, debido a que el
estado de necesidad es otro supuesto que su explotación, bien puede producir un lucro desproporcionado por una
de las partes contractuales y la afectación de otra.
En la realidad, puede actualizarse el supuesto en que una persona al celebrar un contrato, encontrándose ésta en
estado de necesidad, por su propia situación, otorga su consentimiento respecto de un contrato cuyas condiciones
traen como consecuencia un lucro evidentemente desproporcionado; consentimiento que se encuentra viciado al no
tener la plena libertad o consciencia para manifestar su voluntad en un contrato. No obstante que dicha situación
puede presentarse de facto, la legislación civil federal mexicana actual no contempla la lesión por hipótesis de la
explotación del estado de necesidad como elemento subjetivo.
El estado de necesidad está regulado en el Derecho Positivo Mexicano en materia Penal como hipótesis de
inculpabilidad, es decir, no obstante se cometa un acto antijurídico, éste no será reprochable si fue cometido a
causa de encontrarse en estado de necesidad. Por tanto, existe inculpabilidad por la no exigibilidad de lo que es la
conducta.
Se entiende por estado de necesidad según el especialista en materia penal, José Arturo González Quintanilla,
como “…una situación en la cual dos o más bienes se encuentran en conflicto que resolverá el particular
afectando necesariamente uno o varios de ellos de igual o menor entidad al preservado.” La causa de la exención
de pena en virtud de la actualización de estado de necesidad radica en que no se actúa por decisión propia, sino
obligado por las circunstancias.
El Código Penal Federal trata el estado de necesidad en su Artículo 15, indicando que:
“Artículo 15.- El delito se excluye cuando:
…
V.- Se obre por la necesidad de salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un peligro real, actual o
inminente, no ocasionado dolosamente por el agente, lesionando otro bien de menor o igual valor que el
salvaguardado, siempre que el peligro no sea evitable por otros medios y el agente no tuviere el deber jurídico de
afrontarlo;
…”
Por lo que corresponde a la actividad jurisprudencial y el pronunciamiento en ésta respecto de la figura de la lesión,
la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha advertido acerca de esta figura y los elementos de la misma. Si bien
en la tesis que se cita se refiere a derechos agrarios, la materia de tales respecto de la acción de nulidad está regida
de manera supletoria por el artículo 17 del Código Civil Federal, lo cual por tanto, hace que la tesis sea objeto de
lectura en esta Exposición de Motivos.
ACCIÓN DE NULIDAD DE CESIÓN ONEROSA DE DERECHOS AGRARIOS. REQUISITOS PARA QUE
OPERE LA LESIÓN CONTRACTUAL.El artículo 17 del Código Civil Federal, de aplicación supletoria a la Ley Agraria, señala que cuando alguno,
explotando la suma ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria de otro, obtiene un lucro excesivo que sea
evidentemente desproporcionado a lo que él por su parte se obliga, el perjudicado tiene derecho a pedir la nulidad
del contrato y, de ser ésta imposible, la reducción equitativa de su obligación. En este sentido, no es lógico
suponer que al celebrarse un contrato oneroso uno de los otorgantes intente dar una prestación valiosa y recibir
por ella una retribución mínima. En el citado artículo 17 se ha previsto que la posibilidad de ese resultado sea
fruto o consecuencia de la situación de desigualdad económica, social o intelectual de las partes y que la mejor
dotada de ellas ha abusado de la otra, lo cual resulta inicuo, injusto e inmoral. Así, el precepto en paráfrasis
caracteriza a la lesión como una desproporción evidente entre el valor de las prestaciones de las partes, la cual
arroja un lucro excesivo a favor de una de ellas, causado por la explotación de la suma ignorancia, notoria
inexperiencia o extrema miseria de la otra. La razón legal de esa disposición reside en la necesidad de proteger
eficazmente a los débiles de los abusos de los mejor capacitados. Entonces, la fórmula legal de que se trata está
condicionada, en cuanto a su existencia, a que haya una evidente desproporción entre las prestaciones que
recíprocamente se conceden los contratantes (uno de ellos obtiene un lucro excesivo, una considerable ganancia),
dato este que es objetivo. Además requiere, en segundo lugar, que esa exagerada ganancia sea producida por la
explotación de la debilidad o desigualdad ajena, esto es, que el perjudicado sea sumamente ignorante,
notoriamente inexperto o extremadamente miserable. Estas cualidades radican en la víctima de la lesión y, por esa
causa, son datos personales, subjetivos. De ahí que no basta que alguien sea despojado por su ignorancia,
inexperiencia o estado de necesidad, sino que es indispensable, por otro lado, que su incultura sea suma, su falta
de experiencia notoria o su miseria extrema. Bajo esas condiciones, el enfoque legal de la lesión la perfila como la
desproporción evidente de prestaciones derivada de la debilidad de una de las partes, criterio que puede
calificarse de objetivo-subjetivo por implicar el desequilibrio ostensible y la causa personal que lo ha producido;
en consecuencia, en ningún caso puede haber lesión sin desproporción de prestaciones y, por lo mismo, el dato
objetivo debe ser constante e ineludible. En congruencia con ello, la lesión, en sí, es una inequivalencia de
prestaciones que, si bien puede provenir de un vicio de la voluntad, no es vicio de la voluntad por sí misma. La
lesión contractual es la consecuencia de la voluntad viciada y no el vicio mismo. Podría tratarse de un vicio o
defecto del contrato, pero sólo de aquel que engendra prestaciones recíprocas, ciertas y que deben guardar un
nivel de equivalencia; esto es, del contrato bilateral, oneroso y conmutativo. Finalmente, para estimar
comprobada la lesión es necesario que ésta se actualice en el momento mismo de la celebración del contrato, en
otras palabras, debe ser contemporánea o coetánea a la verificación de la cesión de derechos, pues sólo así puede
dar pauta a la nulidad relativa del acto jurídico, en tanto que los vicios que afectan la voluntad no impiden que el
acto exista, pero sí provocan su ineficacia; además, la nulidad ha de ser invocada por quien sufrió la lesión y sin
que se haya consumado la prescripción de la acción.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL SEXTO CIRCUITO.
Amparo directo 180/2002.-Federico Palapa Muñoz.-15 de agosto de 2002.-Unanimidad de votos.-Ponente:
Manuel Rojas Fonseca.-Secretario: Jorge Arturo Porras Gutiérrez.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, noviembre de 2002, página 1110,
Tribunales Colegiados de Circuito, tesis VI.3o.A.104 A.
Importante es mencionar que el jurista Ignacio Galindo Garfias, en su escrito “La Lesión en los Contratos: un
Análisis Comparativo”, realiza un análisis jurídico respecto de la figura de la lesión, que entre otras cuestiones,
hace un estudio comparativo entre el Derecho Mexicano y el Derecho de otros países acerca del tratamiento y
regulación que se da a la figura de la lesión.
Según dicho estudio, son diversas las legislaciones a nivel internacional que tratan el tema del “estado de
necesidad” como hipótesis de elemento subjetivo de la lesión. Esto es el caso del código suizo, el código alemán y
el código italiano, los cuales protegen en la lesión, entre otros supuestos, a aquél que ha celebrado un contrato
encontrándose en un estado de necesidad. El código civil argentino, después de reformar su texto, adoptó los
principios en materia de lesión de los códigos suizo y alemán.
En el caso del Derecho Mexicano, el Estado de Quintana Roo, incluye al estado de necesidad como hipótesis del
elemento subjetivo de la figura de la lesión. En el Código Civil para el Estado Libre y Soberano de Quintana Roo
en su artículo 24 se indica que:
Artículo 24.- Son nulos los negocios jurídicos en los que una de las partes, abusando de la extrema ignorancia de
otra, de su notoria inexperiencia o de su aflictivo estado de necesidad, obtiene de ella ventajas o provechos
notoriamente injustos.
Ello, representa un ejemplo claro respecto del avance en términos internos que se ha tenido acerca del tema de la
inclusión del estado de necesidad en la lesión.
Por su parte, en el Código Civil Federal, su artículo 17, en el que se regula la figura de la lesión, no obstante
basarse en el principio de la buena fe contractual y de la equivalencia de las prestaciones y siendo por ello, un
precepto protector del contratante débil al pretender restablecer el equilibrio de las prestaciones, impidiendo con
ello, el abuso por una de las partes contratantes, de lo que es la libertad contractual de la otra en su perjuicio, no
resuelve del todo el problema de la inequidad en los contratos.
La lesión tiene como finalidad, según Ignacio Galindo Garfias “… el restablecimiento del equilibrio de las
prestaciones, en todos aquellos casos en que por medio del contrato una de las partes es víctima de la explotación
del otro contratante.”
Al respecto, el texto actual del artículo 17 del Código Civil Federal muestra que aún falta incluir supuestos que
representan un mayor alcance de protección hacia el contratante explotado, tal como es el caso del estado de
necesidad.
Por esta razón, se hace pertinente y necesaria una reforma al código federal en la materia, para que en la figura de
la lesión se incluya además de los supuestos de explotación que el texto de la Ley actualmente contempla, al estado
de necesidad, de manera que se fortalezca la equivalencia de las prestaciones y el principio de igualdad contractual.
PROYECTO DE DECRETO
Artículo Único.- Se reforma el Artículo 17 del Código Civil Federal, para quedar de la siguiente manera:
Artículo 17.- Cuando alguno, explotando la suma ignorancia, notoria inexperiencia, extrema miseria o estado de
necesidad de otro; obtiene un lucro excesivo que sea evidentemente desproporcionado a lo que él por su parte se
obliga, el perjudicado tiene derecho a elegir entre pedir la nulidad del contrato o la reducción equitativa de su
obligación, más el pago de los correspondientes daños y perjuicios.
El derecho concedido en este artículo dura un año.
TRANSITORIOS
ÚNICO.- El presente Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Salón de Sesiones de la H. Cámara de Senadores, a 13 de septiembre de 2011.
SENADORA MARTHA LETICIA SOSA GOVEA
SENADOR SEBASTIÁN CALDERÓN CENTENO
SENADOR GULLERMO TAMBORREL SUÁREZ.
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