Reporte de casos Revista Chilena de Neurocirugía 35 : 2010 Tumor epidermoide del cuarto ventriculo Reporte de un caso y revisión de la literatura Santos-Franco Jorge A*, Vallejo-Moncada Cristóbal**, Saavedra-Andrade Rafael***, Rangel Morales Carlos****, Sandoval-Balanzario Miguel A***** *Neurocirujano y Terapista Endovascular Neurológico. Servicio de Neurocirugía, Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, Instituto Mexicano del Seguro Social, México. Profesor de la Especialidad de Neurocirugía, Universidad Nacional Autónoma de México. Centro Neurológico, Centro Médico ABC, Methodist International Network, México DF. **Residente del 4to año del Servicio de Neurocirugía, Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, Instituto Mexicano del Seguro Social, México. ***Neurocirujano. Servicio de Neurocirugía, Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, Instituto Mexicano del Seguro Social, México. ****Neurocirujano. Servicio de Neurocirugía, Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, Instituto Mexicano del Seguro Social, México. Profesor Adjunto de la Especialidad de Neurocirugía, Universidad Nacional Autónoma de México. *****Jefe del Servicio de Neurocirugía, Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, Instituto Mexicano del Seguro Social, México. Profesor titular de la Especialidad de Neurocirugía, Universidad Nacional Autónoma de México. Rev. Chil. Neurocirugía 35: 105-104, 2010 Resumen Los tumores epidermoides representan alrededor del 1% de todos los tumores intracraneales sindo el ángulo pontocerebeloso el sitio más frecuente de localización. La lesiones del IVto ventrículo son raras. Presentamos el caso de una paciente de 22 años que desarolló hidrocefalia condicionada por un tumor epidermoide del IVto ventrículo. Palabras clave: Tumor epidermoide, quiste epidermoide, cuarto ventrículo. Abstract Epidermoid tumors account for 1% of intracranial neoplasms. They are usually found at the cerebello-pontine angle and location in the fourth ventricle is rare. We report the case of a 22-year-old woman with an epidermoid tumor of the fourth ventricle revealed by hydrocephalus. Key words: Epidermoid tumor, epidermoid cyst, forth ventricle. Introduccion Los quistes epidermoides son tumores benignos infrecuentes, representan alrededor del 1% de todas las neoplasis intracraneales.1 La mayoría son de origen embrionario generados por el crecimiento de inclusiones ectodérmicas durante el cierre del tubo neural. Algunos quistes pueden ser de origen traumático. Su pared o cápsula esta constitutida por epitelio escamoso estratificado y su contenido no es otra cosa que la queratina y cristales de colesterol producto de la descamación del epitelio. Se ubica en la superficia basal del encéfalo y tiende a expandirse lentamente a través del espacio subaracnoideo permaneciendo silente durante muchos años.2,3,4 Dentro de sus características más importantes está su localización alejada de estructuras de la línea media, siendo el ángulo pontocerebeloso (APC) la región más afectada. Su localización en el IVto ventrículo es rara. Suele ser de crecimiento muy lento y por eso toma la forma del espacio subaracnoideo que ocupa y cuando se vuelve voluminoso tiende a envolver y desplazar las estructuras vecinas, sin embargo es muy orientador el hecho de que a pesar de alcanzar un gran volúmen el efecto de masa no es proporcional.5 105 Revista Chilena de Neurocirugía 35 : 2010 Caso clínico Femenino de 22 años que inicio su padecimiento con cefalea holocraneana intensa asociada con nausea y vómito de tres meses de evolución. La exploración física reveló papiledema y dismetría bilateral. La tomografía de cráneo mostró hidrocefalia con incremento irregular del diámetro del IV ventrículo (figura 1, A). Fue intervenida quirúrgicamente para la colocación de un sistema de derivación ventriculoperitoneal debido al incremento de la cefalea. La resonancia magnética (RM) mostró un tumor en el IV ventrículo de contornos irregulares y dimensiones de 35x46x48mm, de similar intensidad que el LCR en las secuencias T1 y T2 (figura 1, B-E), sin embargo con aspecto ligeramente heterogéneo en la parte central y dorsal. En las secuencia ponderadas de densidad de protones (DP) el tumor fue ligeramente más hiperintenso que el LCR (figura 1, F). No hubo realce a la inyección de gadolíneo. Se intervino en pocisión sedente mediante craneotomia suboccipital media. Se halló una lesión encapsulada de aspecto perlado (figura 2). Se logró la resección total de la lesión la cual presentaba un contenido a manera de grumos de color perlado contenido en una cápsula parcialmente adherida al a piso del IV ventrículo, sobretodo a nivel del colículo facial izquierda. La evolución postoperatoria inmediata fue buena sin embargo la paciente despertó con paresia del 6to y 7mo nervios craneales izquierdos. La histopatología confirmó la presencia característica de epitelio plano estratificado además de queratina y cristales de colesterol. A los tres meses la paciente se encuetra ya sin ningún déficit y la RM muestra ausencia de la lesión (figura 3). 106 A B D C E F Figura 1: Imágenes preoperatorias. Se observa una lesión que ocupa y distiende de forma irregular al IVto aventrículo, hipodensa en la TC (A) e hipointensa en secuencias ponderadas en T1 (B-D) con pequeñas zonas heterogéneas. En secuencias ponderadas en T2 (E) y densidad de protones (F) se presenta hiperintenso. A B D C E Figura 2: Imágenes transoperatorias adquiridas bajo visión de microscopio quirúrgico. A: Se observa el tumor “perlado” que protruye a través del obex y desplaza en sentido dorsal a la úvula y lateral a las amígdalas. B: Un vez incidida la cápsula se observa el contenido rico en queratina. C: Imagen que detalla la cápsula durante la exéresis. D: Una vez retirada la cápsula, se logró apreciar el piso del IVto ventrículo con su estructuras (el surco medio señalado mediante flechas delgadas) y al acueducto de Silvio (flecha hueca). E: Afortunadamente en este caso se logró un buen despegamiento de la cápsula, sin embargo esta se encontraba fuertemente adherida sobre el colículo facial, donde fue necesario el uso de material hemostático (flecha gruesa). Las flechas delgadas señalan el surco medio del piso del IVto ventrículo. Reporte de casos Revista Chilena de Neurocirugía 35 : 2010 len ser más intensos que el LCR.5,17,19,20 En secuencias FLAIR el tumor se hace muy evidente.19 El IVto ventriculo atrapado y el quiste racemoso de cisticerco son los diagnósticos diferciales más frecuentes.2,5,19,20 Figura 3: RM postoperatoria. Las imágenes en secuencia ponderada en T1 (A-C) y en FLAIR (D) evidencian la exéresis completa. Discusión Los quistes epidermoides son considerados como tumores de inclusión ya que se sospecha que se originan en restos de epitelio atrapado durante el cierre del tubo neural entre las 3ra y 5ta semanas gestacionales. Suelen observarse en adultos entre la segúnda y la cuarta décadas de la vida, mientras que su diagnóstico durante la infancia es extremadamente raro.6 La localización más habitual es el APC siendo el tercer tumor en orden de frecuencia de dicha región,2 seguido por la región paraselar. Su localización en la línea media es infrecuente 7,8 siendo el IVto ventrículo una situación muy rara, por eso son pocos los casos y escasas las series reportadas que en total sumaon alrededor de una centena de casos.6,7,9-18 Talachi et al reportan la ocurrencia de 5 pacientes (18%) en una serie de 28 casos de quistes epidermoides de la fosa posterior reclutados en un periodo de 20 años.2 Tancredi et al, reportan la ocurrencia de 9 casos durante un periodo de 25 años, que representó el 9% de todos los casos de quiste epidermoide atendidos en dicho periodo,7 mientras que Nassar et al reportan solamente 4 casos durante un periodo de 35 años constituyendo 16.7% de todos los epidermoides.11 En la TC se observa iso o hipodenso, las clacificaciones son raras y generalmente no realzan con el contraste.2 La RM es el estudio de elección, donde el tumor se comporta iso o hipointenso en T1 e hiperintenso en T2, que le da la apariencia de un quiste, sin embargo en las imágenes ponderadas en DP sue- El tratamiento consiste en la exéresis quirurgica. Existe cierta discrepancia entre algunos autores respecto si la resección debe ser total o subtotal. Por un lado la exéresis total de la cápsula puede condicionar algún déficit provocado por la lesión del piso del IVto ventrículo 2,7 y por otro lado la exéresis subtotal resulta en recidiva que en algunos casos puede resultar en diversos grados de incapacidad.11 El parámetro más importante a determinar es el grado de adherencia de la cápsula tumoral hacia con las estrucuras encefálicas, más específicamente al piso del IV ventrículo.6,7,9-18 En nuestro caso, al no encontrarse muy adeherida nos permitió su resección completa, la parte más firme se encontró a nivel de la eminencia teres, de allí que la paciente resultara con paresia del 6to y 7mo nervios craneales, que afortunadamente mejoraron en a los tres meses. De la serie presentada por Tancredi et al llama la atención que la resección subtotal fue el común denominador en 7 pacientes (77.8% de los casos), sin embargo de estos solamente 3 pacientes presentaron síntomas de recurrencia en un periodo comprendido entre 10 y 14 años.7 Esto nos indica que la resección parcial de un epidermoide del IVto ventrículo puede no ser una mala estrategia, más aún si consideramos dos aspectos: que es un tumor benigno y el grado de adherencia de la cápsula tumoral. Se ha mencionado también que una resección parcial puede ser un factor de riesgo elevado para el desarrollo de meningitis aséptica, sin embargo con el uso de esteroides trans y postoperatorios reduce ampliamente este riesgo.2,12,14,21,22 El seguimiento postquirúrgico de estos tumores, cual fuera su localización, debe incluir periodos largos, ¿cuántos tiempo?... es aún una pregunta sin respuesta clara ya que son infrecuentes, de lento crecimiento y los residuales pe- 107 Revista Chilena de Neurocirugía 35 : 2010 queños se pueden confundir fácilmente con el LCR en TC y RM. En lo que respecta a tumores epidermoides de diversa localización intracraneal hay reportes de seguimiento que alcanzan hasta más de 20 años.23 Conclusiones Los tumores epidermoides del IVto ventrículo son lesiones benignas raras. La RM en secuencia ponderada en DP y FLAIR es el estudio diagnóstico más específico, sin embargo puede confundirse con otras patologías intraventriculares, sobre todo con neurocisticercosis. El tratamiento quirúrgico se indica para la exéresis y el tratamiento de la hidrocefalia. La resección puede ser total o subtotal, dependiendo del grado de adherencia de la cápsula con el piso del IV ventrículo, ya que su lesión puede acompañarse de grados variables de morbimortalidad. El seguimiento postquirurgico debe ser prolongado. Recibido: 13.06.10 Aceptado: 30.06.10 Referencias 1. Sabin HI, Bordi LT, Symon L. Epidermoid cysts and cholesterol granulomas centered on the posterior fossa. Twenty years of diagnosis and management. Neurosurgery 1987;21:798-805. 2. Talacchi A, Sala F, Alessandrini F, Turazzi S, Bricolo A. Assessment and Surgical Management of Posterior Fossa Epidermoid Tumors: Report of 28 Cases. Neurosurgery 1998;42:242-251 3. Alvord EC Jr. Growth rates of epidermoid tumors. Ann Neurol 1977;2:367-370. 4. Bartal A, Razon N, Avram J, Rochkind S, Doron A. Infratentorial epidermoids. Acta Neurochir (Wien) 1988;42:142-146. 5. Benito-Cristobal C, Escalona-Zapata J. 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