CAPITULO 9 PELIGROS Y LIMITES DE LA TECNICA. 9.0. Introducción. El proyecto, más o menos concienciado, de ser Dios permanecerá en fase o estado ideal para la humanidad hasta tanto no sea real (éxito), no pasando hasta entonces de ser pura tendencia-intención. Por otra parte, tal como la concibe GB, la materialización de dicha idea-intención está expuesta a múltiples peligros y obstáculos que pueden hacer fracasar tal pretensión; una pretensión, por otro lado, a la que, además de la incertidumbre propia de toda novedad que lo sea realmente debe añadírsele la que le viene de la singular gravedad de su contenido: ser Dios. Por eso, a lo largo de su vida-obra, GB advierte sobre los escollos que se alzan ante la pretensión y tarea sobrenaturales de ser Dios o, en sus términos: hombre como tema y tarea de infinito. La finalidad de tal llamada de atención es concienciar dichos peligros a fin de evitarlos, de modo que el proyecto fundamental no peligre. Esto significa que, incluso en los momentos de su pensamiento en que parece más cauteloso en su valoración de la técnica (década de los cincuenta), GB jamás renuncia al proyecto básico de ser Dios, ni a su concepción y valoración de la técnica como medio para conseguirlo. Y no puede hacerlo a consecuencia de su concepción del hombre como transfinito transfinitante y de la técnica como auténtica metafísica o instrumento de transustanciación (carácter sacramental). En definitiva: según GB, el hombre no puede poner límites donde no los hay, y hombre y técnica no los tienen, luego no queda más remedio que hacer de esta necesidad onto-antropológica, virtud. Por eso, el tono de cautela, especialmente notable en el período citado, no puede ser entendido sino como estrategia defensiva del proyecto básico emergente de un alma que vibra en tono transustanciador, por lo que en ningún momento debe entenderse como una renuncia a posiciones anteriores. Tal es nuestra tesis en este punto, resumible en dos palabras: cautela y esperanza; cautela ante los peligros pero con esperanza por la ausencia de límites. La estrategia bacquiana consiste en hacer que el anhelo de ser Dios se eleve a "empresa" (acción, proyecto, designio... planificados, artificiales) pero sin frenesí racionalista, calculador; manteniendo la incertidumbre constitutiva de toda "aventura", y esta tarea lo es, pues nada está definitivamente dicho sobre la posibilidad o no de ser Dios (cuestión abierta), y la razón nada puede demostrar ni a favor ni encontra del éxito de tal pretensión; tampoco debe caerse en la tentación de considerar que el hombre ya es Dios (vanidad). Ambos aspectos son peligros esenciales para el proyecto que interesa a GB. Desde esta perspectiva, ser Dios es una cuestión de necesidad vital; el esforzarse en intentarlo, mérito y honor humanos; gracia o sorpresa el conseguirlo. El fracaso, en cambio, será la prueba real, y no ya teórica, de que Dios existe y, por tanto, que nuestra pretensión era inconsumable, por lo cual GB propone el reconocimiento y acatamiento de Dios, pidiendo su perdón. Tal actitud resulta sumamente consecuente con su pensamiento, si se considera que la pretensión de ser Dios en persona no es pecado radical y gravísimo, sino tragedia ontológica de quien vive endemoniado y, puesto que no hay mala fe, tampoco habrá inconveniente alguno en someterse a Dios y amarle como merece. De estas cuestiones se trata a continuación, y con ellas se cierra nuestro estudio, pero no los problemas que aborda, pues tales cuestiones quedan como mirada escrutadora de un horizonte teñido de incertidumbre; de la incertidumbre que genera la tensión entre el futuro (universo natural) y el porvenir (tecnocosmos). Un último apunte. A los peligros y límites a tratar añádase el analizado en el capítulo anterior: el capitalismo como plan antropológico que resulta pecado transteológico contra la transfinitud humana y la técnica como expresión suprema de la misma. 9.1. Peligros de la técnica. 9.1.1. La ambigüedad de la transustanciación real (física). La manipulación del átomo impacta fuertemente en nuestro autor, siendo numerosos los escritos en que aparecen referencias al tono sentimental de inquietud, incertidumbre y sobresalto que ello le causa1. Esto resulta especialmente significativo si se considera la función que los sentimientos poseen en el sistema filosófico de GB. Pero también a la luz de esta idea: "la física actual intentaría hacer o re-hacer y re-crear el mundo a "nuestra imagen y semejanza", según nuestro proyecto y por medio de nuestros instrumentos: ciclotrón, betatrón, cosmotrón, etc." (DFGB, 700). Sin duda, se trata de una intención del agrado de nuestro autor, mas, a la vez, portadora de un aspecto preocupante, pues, históricamente, la primera aplicación técnica de la posibilidad transmutatoria resultó criminal: "Equivalencia de energía y masa (bomba atómica)" (E, 20); "la invención física moderna se concreta en la bomba atómica, la cual bien pudiera interpretarse como un precipitado concreto de algo hecho de modo distinto, previo y teórico" (DFGB, 699). Con todo, tal peligro no desanima a nuestro autor, que ve en la transustanciación real de verdad verificada en la bomba atómica el advenimiento de una posibilidad impresionante para la existencia humana: la de generar un Caos a voluntad, lo cual, como se verá, es condición previa para que pueda cumplirse su plan de convertir al hombre en Dios. Pero el éxito de tal empresa no está asegurado. Por el contrario, está seriamente amenazado por un conjunto de factores que pueden resumirse en uno: la "caída" de la transfinitud humana en la finitud. Procedamos ordenadamente. Comencemos por notar el efecto meta-físico (transustanciador) que GB considera en la bomba atómica: "Al principio creó Dios los Cielos y la Tierra. )De qué? De nada. La técnica, por su plan propio, por sus secretas o confesadas intenciones, pretende colocarse como Dios, en un estado tal de realidad que todo haya de hacerse: hacer luz, hacer cielos y tierra. Pero esto, una vez más, no es lo peor. Aunque conseguirlo, no consta sin más que sea lo óptimo. Lo peor nos acecha por otro lado. Puede ser posible que, por la técnica, reduzcamos el universo natural a simple realidad física, anterior a esas naturales especificaciones en luz y materia. La bomba atómica -en el fondo, fondo ontológico, y tolerad este término de mi profesión-, no es sino una reversión de lo físico a la nada de toda especificación; vuelta al caos, en que ni siquiera caben esas especies tan cuidadosamente catalogadas en el museo de la escala periódica de los elementos. Nada tiene, pues, de sorprendente de que con unas bombas atómicas se acabe la Naturaleza. Jamás, hasta nuestros tiempos, había conseguido el hombre producir el Caos, sin caer, con todo, en la Nada. Del Caos ciertamente, se puede hacer todo. Pero, y esta es mi pregunta y mi temor: )una vez que hayamos reducido todo a Caos, cuando llegue el momento en que podamos, en principio, hacer de Caos todo lo que queramos, será posible la reversión a Naturaleza? )No quedará irremediablemente reducido y condenado el universo a Fábrica? (CNTC, 6-7) Y un poco después: "Los viejos, sabios por viejos, nos hablaban de la Madre Naturaleza. Madre, como ser natural, de que todo lo natural, en cuanto natural procede. Y el crimen de matricidio se catalogaba entre los peores, -el pésimo. Habían ya descubierto los hombres, para su desgracia, cómo cometerlo, cómo matar a sus madres. Sólo en nuestros tiempos, y a partir de Renacimiento, hemos descubierto el modo de cometer el matricidio de la Madre Naturaleza: la técnica " (o.c. 7-9). La primera impresión que se recibe al leer estos textos es que el tono de la conferencia a que pertenecen está muy lejano de aquél que inspiraba el prólogo a la tragedia, en versión de Esquilo, del Prometeo encadenado (1946), en que se alababa sin reparos al dios que robó la técnica para el hombre; impresión que parece reforzada por la consideración de la "luz atómica" como "diablura, inventada gracias a la técnica, regalo de Prometeo" (DARP, 3). Pero se trata, únicamente, de una primera impresión. La técnica para GB, lo sabemos ya, se hace contra la naturaleza: rebajándola a "material" para inventos. En este sentido el matricidio sería una condición necesaria, aunque insuficiente en sí, para la humanización, por técnica, del universo natural que el hombre no ha creado y del que surgen (madre) él y todo lo natural que le circunda. El matricidio, pues, no sería motivo de preocupación para nuestro autor; por el contrario: matar la naturaleza ha de ser paso previo y condición sine qua non para re-crearla o renacerla a otro nivel: el artificial. )Qué es entonces, propiamente, lo que preocupa a nuestro autor del matricidio, si no es el crimen mismo? Por otra parte, )qué, sino una "diablura", cabe esperar de un "endemoniado", de un "transfinito transfinitante" por condenación vital que, en lugar de renegar de su estado, intenta sacar partido de él al advertir la potencia dialéctica encerrada en toda auténtica negación? Oigamos al autor: "Pero, y esta es mi pregunta y mi temor: )una vez que hayamos reducido todo a Caos, cuando llegue el momento en que podamos, en principio, hacer de Caos todo lo que queramos, será posible la reversión a Naturaleza? )No quedará irremediablemente reducido y condenado el universo a Fábrica?" (CNTC, 7); "Si tuvieran razón Einstein, Eddington, Weyl, Kaluza... con sus teorías del campo unitario, y se hallara la manera de ponerlas a trabajar con eficiencia, como a la ecuación einsteiniana entre luz y materia, dispondríamos de una fuerza capaz de hacer toda clase de efectos. Se acabaría el mundo natural, en que luz y materia, electricidad, gravitación, magnetismo están bien divididos, cada uno con forma propia; podríamos crearnos un universo en que desaparecieran todas esas diferencias" (o.c. 14). Nótese que la preocupación proviene de la posibilidad que le surge al hombre de hacerse Creador: momento en que aparece ante sí el abismo de una libertad radical que reclama de su "gana", o dosis de radioactividad o potencia creadora propísima de su peculiar tipo de ser, un compromiso vital en que deberá ensayar una decisión sin precedentes en la historia. Tal decisión, como se dijo en otro lugar, es de tipo metafísico, pues le comprometerá de por vida, pero de vida sobre-natural (ser Dios, realmente), de modo que, en adelante, su existencia resultará quehacer aventurado y emprendedor en el que le va su ser y el de toda la realidad, pues ahora la libertad le reclama como causa y principio de razón suficiente de un nuevo mundo. Por ello, no es casual que en otro lugar, explicando a Heidegger, GB diga: "Y la insistencia nos pierde, como la existencia, el ser a campo raso, es tan sólo el peligro (Gefahr, Cf. Holzwege, p. 258). Y (Qué peligro! Heidegger, en la obra citada, nos va a dar la clave ontológica del peligro esencial de la técnica, del "ataque a la física atómica", a la naturaleza del átomo (p. 267)" (Ex, 272)2. La clave para comprender la postura de GB durante la década de los años cincuenta radica en notar que no se trata tanto de un giro radical de su pensamiento, como de enfatizar algo que ya estaba presente en él con anterioridad, pero que ante la amenaza atómica considera oportuno y urgente recordar. Por otra parte, se trata de una actitud que tampoco abandonará en años posteriores, teñidos por un optimismo tecno-científico desbordante. Brevemente, y como se irá demostrando: se trata de no caer en la "insistencia" (lo finito, los entes) teniendo presente para ello la "existencia" (el Ser, la Posibilidad); pero, a la vez, mantener al Ser tensionado hacia el ente (insistencia), de modo que el "En-ser" funja como remedio o "salud" del ente y lo eleve sobre el estado de "caída ontológica". Si el enser es para Heidegger estado de caída del ente, para GB será, por contra, el modo de salvarlo o sanarlo: el enser como salud del ente3. Nada, pues, de heideggerianas purificaciones del ser por modalización, que no sería sino una distensión funesta para un tipo de realidad que lo es por la tensión dialéctica que mantiene en su seno entre ser-noser, como quedó expuesto en su momento. Todo ello es una prueba más de que la salvación del ente caído, o ascensión por transcendencia, pasa en GB por el "enser" (lo admanual, artificial o técnico), pues sólo en la tensión dialéctica ser-noser está el ente siendo real, de modo que únicamente manteniendo tal tensión óntica entre insistencia (caída, Da, finitud, cosa...) y existencia (Sein, campo de posibilidades, infinitud...) podrá salvársele realmente. Salvación, sanación o purificación, pues, dialéctica de carácter transcendente-metafísico o, brevemente, transustanciadora, frente a la transcendental (modalizaciones) propuesta por Heidegger, que no ve en la técnica sino un estado de caída, por cotidianidad, del Ser del ente, y, por tanto, algo a evitar y superar. Frente a lo admanual como lastre, GB propondrá el estado de enser como único modo de transformar ascensional y realmente un universo tejido de tendencias contrapuestas (dialéctico). Desde esta perspectiva que actúa a manera de fondo omnipresente en el pensamiento del GB o "basso ostinato", debe valorarse su preocupación por lo atómico. Veámoslo. En 1955 dice GB: ")Y la Naturaleza? Nadie parece tener escrúpulos o preocupación de saquearla para lo que nos acuda. No dejamos títere con cabeza, mineral en su lugar, madera en el suyo, agua en su cauce, animales en su ambiente. Eso de la madre naturaleza no pasa de ser metáfora vieja, y mala. La naturaleza es cantera, almacén, depósito de materiales al servicio del hombre y de sus proyectos. No siempre se ha tenido de la naturaleza, de la ciencia y de la técnica este concepto, irresponsable e irreverente" (CNTC, 2). No deja de chocar tal afirmación si se recuerda la exaltación que de lo artificial y de la técnica venía haciendo nuestro autor y que, por constitución, son, según él, contra la naturaleza. )A qué se debe, pues, este posicionamiento en favor de lo natural, y que habrá de serlo, por lo dicho, necesaria y proporcionalmente inverso a la técnica y lo artificial? Oigamos de nuevo al autor: "Y uno de los fines que en esta conferencia me propongo es mostraros no tan sólo que en ciertas épocas no ha sido así, sino los motivos por qué no fue, y las razones temerosas por las que tal vez nos convenga volver, en cierto límite, a un respeto por la Madre Naturaleza, y al convencimiento de que Ciencia y Técnica caen del cielo; del cielo de los genios, que son una gracia, un don imprevisible, fácilmente perdible para la humanidad, continuamente en vilo y en un brete. Ciencia y técnica son Gracias. Nada asegurado por ninguna clase de leyes ni físicas ni biológicas, menos aún económicas" (ibid.). Nótese la precisión del autor cuando, hablando de "volver" al respeto por lo natural, matiza: "en cierto límite". Adviértase, también, el tipo de "cielo" al que se refiere. Nada, pues, de defensa absoluta, sin cuartel, de lo natural. Para corroborarlo véase lo que afirma en otra ocasión: "La inmensa mayoría, o sea el término medio (Durchschnitt) de los hombres, vive en tal mundo, riquísimo en ciencia y en técnica, con espíritu de ricos o por actual posesión, o con ganas y añoranza de ella. Y aun los que protestan lo hacen a medias, pues casi ninguno opta por irse a vivir con los esquimales y a pensar con su concepción del universo"(AHM, 19)4. La idea de fondo que permite entender estas afirmaciones, como se demostrará, pertenece al substrato básico del pensamiento de GB, de modo que la novedad no radica en su presencia sino en el énfasis. En rigor, pues, no hay renuncia a posiciones básicas anteriores, lo cual resultaría imposible en virtud, como se dijo, de la concepción omnipresente a largo de la vida-obra de GB del hombre como transfinito transfinitante o "demonio erótico" (IVF, I, 47). Se trata, por contra, de una estrategia para salvaguardar el ser del ente; lo Creatividad o Ser (Posibilidad) del universo físico y de la vida, en especial de la humana. 9.1.2. El determinismo (insistencia) como atentado contra el poder creador (Ser). 9.1.2.1. Técnica, naturaleza y energía atómica. Lo natural, en lo que tiene en estado de ser, se caracteriza, según GB, por: a) Su espontaneidad : "Un ser natural, naturalmente existente -como un árbol, agua corriente, el agua que respiramos-, es porque sí, de sí, para sí, en sí. (...) y no de otro realmente distinto, y presente y agente aparte. De ahí la dificultad de admitir un Autor de la Naturaleza, que, por de pronto, no se ve ni puede ver por parte alguna. Espontaneidad. Ocultamiento de causas. (...) Los seres naturales son porque sí" (CNTC, 3). b) Su simplicidad: "Un ser natural es, además, un prodigio de simplificación. Y nos simplifica la vida. (...) Si toda el agua que nos hace falta para los mil usos cotidianos tuviera la industria que fabricarla, la carga que sobre ella impondríamos sería insoportable y antieconómica. Por suerte la naturaleza nos la da hecha, y sencillamente hecha, sin tinglados ni fábricas ni laboratorios ni complicaciones industriales o capitalistas. Y no es que la naturaleza haya montado laboratorios en que hacer agua; no le hace falta planta alguna en que hacerla. Parece cual si hubiera simplificado los procedimientos" (o.c. 3); "la Naturaleza comienza, y es su secreto, por obrar y ser en forma de ecuación con coeficientes globales, resultado" (o.c. 4). Ahora bien, decir "simplicidad" parece presuponer una complejidad inicial de la que partiera la naturaleza, pero tal no sucede, y de pensarlo, advierte GB, "Nos equivocaríamos" (ibid.). En realidad, al hablar de "simplificación" lo hacemos en relación a nuestra posterior complicación de lo natural por lo artificial5. En realidad, "La Naturaleza nos da Todos, sin haber comenzado por sintetizar partes" (o.c. 5), y por esta razón, se pregunta GB: "Y lo que la Naturaleza nos da, -como en natural estado-, en Todo, )no pedirá un tipo de soluciones que en nada se parezcan a las numéricas, matemáticas, cuantitativas?..." (ibid.). En definitiva, "Lo Natural es por que sí y en estado de Todo. Holismo y acausalidad. Por que sí: pariente muy próximo de Probabilidad. Por que sí, guiño que nos hace la Naturaleza hacia teorías cuánticas y estadísticas" (o.c. 6). En cambio, lo artificial y la técnica poseen un aspecto dialéctico que es el contrario (su contrario) del natural. Este aspecto antagonista de lo artificial no constituye la totalidad de su ser, pues, como sabemos ya por lo dicho en el capítulo segundo del presente estudio, en GB tanto lo natural como lo artificial son dialécticos en cuanto entes, pero exigiéndoseles las condiciones de modo inverso a cada uno de ellos, resultando así opuesto esenciales. Esto explica la constante y radical afirmación de nuestro autor según la cual lo artificial es contra lo natural y sólo crece a su costa, y viceversa, de modo de vencer la tendencia artificializadora es el hombre quien vence, pero si vence la natural, lo es el universo físico (entropía). Pues bien, volviendo a lo que ahora nos ocupa, dice GB: "la técnica intenta deshacer tales Todos en los que cree son sus partes previas" (o.c. 5); "Nosotros nos creemos en la obligación de descomponerlo en sumas, en restas, en factores... (...) Nos complicamos la vida y la mente; cuando sencillamente, lo dado es un bloque" (o.c. 4); "Creemos haber puesto una pica en Flandes (...) cuando inmensos y complicados laboratorios nos reproducen la urea, o nos fabrican sintéticamente cualquiera, o algunos, productos naturales" (o.c. 3) . Desde esta perspectiva, la técnica perfecta es la muerte de la simplicidad de lo Natural: "una técnica perfecta, capaz de fabricar todo lo que ahora la naturaleza nos da de sí, por que sí, en Todos. Todo hecho ya. Para una técnica perfecta, nada puede hallarse ni dejarse en estado natural. La técnica perfecta eliminaría, por definición y por eficiencia, toda la Naturaleza. Para ello, como elemental y primera condición, sería preciso disponer de lo físico en un estado previo a materia en radiación, que comienza por dársenos en estado natural, naturalmente separadas, en bloque, en todos característicos" (o.c. 6). La transustanciación atómica permite, justamente, obtener y disponer de un estado físico real como el exigido, de modo que ya es real la posibilidad de iniciar el inquietante camino hacia una técnica perfecta, y de ahí que GB diga: "Caos, como material; máquinas como causas eficientes; planes y proyectos como causas formales; designios cual causas finales )no harán imposible una Naturaleza, en que todo se produce sin máquinas, porque sí y de sí, sin planes y proyectos, sin fines preconcebidos, sin designios secretos, a la buena de Dios?" (o.c. 7). El hecho de disponer de un Caos que haga posible re-crear el ser natural en artificial, si antes no termina todo en un caos del que nada puede ser hecho6, abre también la posibilidad de que el proceso de artificialización se lleve a cabo de tal modo que acabe con la espontaneidad creadora del universo, en consecuencia, con la vida misma definida como surtidor original de novedades. Esto explica que nuestro autor afirme que no es lo grave que lo natural pierda sus formas y funciones naturales (al fin y al cabo es lo que debe suceder si el proceso artificializador debe tener éxito), sino que "Lo peor pudiera ser que, al cambiarnos todo lo natural por sus productos técnicos, por máquinas, ya no pudiera surgir ningún pulmón natural. Que hiciéramos imposible la Naturaleza. )Cómo nos consta que tal acontecimiento, que haría historia, fastos, gestas... no sea posible, y bien de temer?" (o.c. 7). La satisfacción ante la posibilidad de generar un Caos del que servirse cual "barro ontológico" (IFAM, 109) para una acción creadora por parte del hombre, conlleva aparejada, por tanto, la preocupación por la desaparición de la condición de posibilidad para la existencia de un Creador: la Posibilidad, Libertad o Creatividad básica del universo y, en consecuencia, de la que posee la Vida en todas sus formas; a fortiori, de la humana con su superior poder de transcendencia. En definitiva, la destrucción de la libertad y de la transcendencia. Por tanto, si bien GB, como se vio, afirmaba que "La técnica, por su plan propio, por sus secretas o confesas intenciones, pretende colocarse como Dios, en un estado tal de realidad que todo haya de hacerse: hacer luz, hacer cielos y tierra", el riesgo asumido, en cambio, por fracasar el proyecto es proporcional a la posible ganancia (ser Dios), y es acabar con el poder creador de la vida y, por tanto, con la posibilidad de ser Creadores (Dios), aun en la escasa medida en que lo estemos siendo en ese estado triplemente híbrido de nuestro ser actual7, en el cual, como se dijo, "nos acechan, atacan, y más de una vez nos vencen tentaciones nunca históricamente vistas o sidas, de las que ni siquiera sabemos si saldremos con vida, con realidad, o, de salir, cómo será tal salida o solución". Se impone, entonces, la cautela; una cautela proporcional, como se verá más adelante, al riesgo abierto por semejantes posibilidades fundadas en la transustanciación atómica. Mas cautela, a su vez, de un tipo que no comprometa el proceso de humanizacióndivinización, al cual jamás renuncia GB. Cautela, pues, como estrategia para no poner en peligro la esperanza fundamental. Pero antes de notar lo referente a la cautela, ha de advertirse de qué modo lo "perfecto" es concebido por GB como peligroso para la vida. Deben indagarse primero las características del arma matricida antes de decidir si hay razones y/o motivos para la preocupación del autor. 9.1.2.2. La ambigüedad del regalo de Prometeo. Si en la década de los cuarenta GB ensalza a Prometeo por activa y por pasiva, en cambio, el título de un artículo publicado en 1953, "Dos ambiguos regalos de Prometeo", resume bien el tono de cautela que anima ahora a nuestro autor ante esos regalos que son ciencia y técnica, y así dirá: "Dios le pague la buena voluntad, decimos formulariamente a quien creyéndonos hacer un bien, con toda su buena voluntad resulta haciéndonos un mal" (DARP, 3). El núcleo de la cuestión radica en una pregunta y en el modo de responderla: "Visión y previsión científica, técnica; )será en realidad de verdad un regalo, un don, un bien? Sin duda, responden la ciencia y los científicos" (ibid.). Además de los científicos, los filósofos también se embarcaron, desde los griegos (en especial desde Aristóteles), en la aventura de encontrar y dar logos a todo (Dios, alma , vida...), y se sintieron "ricos" en racionalidad, llegando a "gozarse morosamente en tales conocimientos" (AHM, 18), sin advertir el abuso en el uso de la racionalidad. Dos aspecto deben destacarse en lo dicho por GB. Primero, el puesto de manifiesto cuando con espíritu tennysoniano dice: "lo que nos interesa, no puede ser científicamente previsto; lo que la ciencia prevé, maldita la falta que nos hace, -en miles y miles de casos" (DARP, 3). Tras semejante afirmación actúa el rechazo a una ciencia entregada a sí misma y sin acción sobre el mundo; de un saber por saber desierto de realizaciones que redunden en el bien común: "Con la ciencia podemos prever lo que no nos interesa; y lo que nos interesaría más prever, no podemos preverlo con la ciencia. (...) Saber para prever; prever para proveer (...); y al decírnoslo Comte (...) nos mentaba el fin último de la ciencia: el bien común, -se lo mentaba a nuestro natural egoísmo capitalista-, o nos recordaba a todos, filósofos y científicos, que previsión sin provisión, o provisiones, cae bajo el anatema de Tennyson: inutilidades demostradas" (ibid.). Segundo, que a esta falta de dimensión social y práctica se añada, lo que es peor, que todo su afán previsor no sólo no provea, sino que atente directamente contra la vida como creación de novedades pues, como recuerda GB, "nuestra muerte, como nuestra vida, no es un futuro, vulgar como un futuro de eclipse; es un porvenir, nos advierte Bergson, que no es posible antes de ser real" (o.c. 2); "la vida, que lo sea, no es determinista; y la superior es, en rigor libre" (o.c. 3); "No es posible, no es previsible hasta que es real. Ni su realidad es avanzable, anticipable, ni su previsión lo es. (...) La vida no puede anticiparse ni un segundo" (o.c. 4). A lo imprevisible de la vida denomina GB, orteguianamente, "nuestro intracuerpo, nuestra intravida" (ibid.), que es opuesto al significado como sentido desvitalizado, del cual dice: "El extracuerpo nuestro y de la historia, todo ello cae dentro de lo natural, de la camisa de culebra, seca y hueca, que la vida deja despectivamente en su camino, a lo largo del tiempo"; este "pellejo de la vida", sí es previsible, y es el dominio en que se desenvuelve la ciencia, y de ahí que afirme que "Todo intento de profecía o es un matematicismo o mecanicismo velado, y que se ignora a sí mismo-, o no nos proporciona más que el extracuerpo y la extravida" (ibid.)8. Pues bien, en virtud de la imprevisibilidad de la vida, y de la muerte, de sus intracuerpos, hay lugar para la "esperanza" en contra del afán determinista de la razón filosófica, científica o técnica, pues la esperanza consiste en esperar lo inesperado, tal como sentencia el fragmento heraclíteo, cuyo significado no se entiende ya de forma oscura, "sino muy claramente; porque prever lo determinado ya, no es gran mérito. Sabemos que lo físico cojea de ese pie, del determinado, o tiende a cojear de él" (o.c. 3). Y así dirá: "La esperanza es de lo inesperado (...) la esperanza es virtud sobrenatural; nos espera lo inesperado e inesperable naturalmente. Y por eso lo incalculable, lo improfetizable" (o.c. 4); " Los ojos de la esperanza están abiertos hacia el porvenir, no hacia el futuro. La esperanza es virtud sobrenatural: sobre-matemática, sobre-física, sobre-astronomía, sobre-estadística" (o.c. 4). Por tanto, la razón, que es creación de la vida, parece luchar contra su progenitora en un inadvertido intento de suicidio consistiendo en ello, justamente, la ambigüedad del regalo del dios Prometeo: que ciencia y técnica, siendo creaciones de la vida, parezcan empeñadas en matarla; matricidio de la Naturaleza, es decir, de la vida o naturaleza en tanto que surtidor de novedades; del intracuerpo de la vida o, si se nos permite, de la intranaturaleza. La conclusión bacquiana, es como sigue: "nos regaló [Prometeo] con la ciencia del futuro, con la previsión a largo plazo, tan largo como queramos, del futuro físico; y creyó hacernos gran regalo cegando el órgano del porvenir, de la previsión vital, que es la esperanza" (o.c. 3); "Prometeo se pasó de listo, y de bueno (...). Tal vez Prometeo, por dios y no por filántropo, quiso consolarnos de la ignorancia de nuestro porvenir, con la ciencia del futuro. Se le fue un poco la mano, por aprendiz de Dios; y (...) nos tentó a suplir con la técnica, con la ciencia, los ojos de la esperanza" (o.c. 4). La "esperanza" de que habla GB no es un acto magnificente de la voluntad que luego se estrella con los hechos; la gana de mantenerse espectante está respaldada, según GB, por una buena razón científica, de modo que una vez más parece hacerse bueno en nuestro autor el agustianiano credo ut intelligan, y así dirá: "Entre el determinismo de la física clásica y el indeterminismo estadístico de la moderna, se interpone sólo un pelo: la constante de Planck (...). Poco falta para que el mundo físico sea determinista"(ibid.). Unase a lo anterior otra razón, esta vez filosófica: "Entre el porvenir y el presente media un abismo: la vida, que es un estar siendo en presente y en presencia de sí" (ibid.), y puesto que "La esperanza es de lo inesperado; por eso la muerte y la vida son, en cada acto, algo inesperado, nuevo original, imprevisible no profetizable. La vida de los individuos, la vida de los pueblos, la vida de la historia" (ibid.). Por tanto, puesto que sólo el poder creador del universo físico (constante de Planck) y el de la vida evitan que el indeterminismo domine plenamente, tal como pretende la entropía, se entiende el temor de GB a ciertas creaciones de la razón y de la técnica actuales que parecen aliarse con la tendencia descendente del universo físico para acabar con la trayectoria trans-as-cendente de la vida y con la posibilidad misma, en consecuencia, de que el hombre llegue a ser Dios. Tal sería, desde la perspectiva bacquiana, el profundo peligro implicado en la amenaza atómica: producir un Caos que sea desaprovechado por una razón hipertrofiada; desbocada y sin frenos (frenesí). Acabar con el poder creador del universo y de la vida, por una u otra causa, es matar lo que de Madre (creatividad) tiene la Naturaleza. En eso consiste el matricidio, y no tanto en artificializar lo que de Naturaleza (determinismo) haya en ella. Pero hay otro peligro, conexo y complementario del anterior, involucrado por el proceso tecno-científico. En rigor, es el mismo aunque a un nivel de concreción diferente. Se trata del peligro de singularización de la vida en estado "personal" o transcendente (transfinita y transfinitante) por antonomasia, que de vencer acabaría con el anhelo de ser Dios en "Persona", el cual pasaría definitivamente a formar parte de los sueños del hombre. Notemos en detalle lo propio de tal amenaza para el tipo vital "persona". 9.1.2.3. La "Máquina". Hay un aspecto inherente a toda máquina que resulta básico para comprender el peligro que, según GB, amenaza a la vida humana, en especial de tipo "persona", que acabe instalándose y habitando en un mundo con aspecto de fábrica. La máquina, paradigma artefactual de eficacia (perfección), resulta especialmente peligrosa cuando es artefacto isomorfo con una vida intelectual superior cuya suprema potencia de espiritualidad (la ciencia) lo es, a su vez, del tipo de vida con plan categorial-vital personal. Por ello, decidir, conscientemente o no, tomar la máquina como modelo al que someter lo natural para su artificialización, y hacer con ello un mundo para que habite en él la vida resulta, paradójicamente, un grave peligro para ésta, pues todo toma aspecto de "Fábrica", es decir, de mundo perfectamente organizado donde no hay lugar para la espontaneidad creadora. Tal es, básicamente delineado, el peligro del que se va a tratar a continuación. El término "perfección" referido a máquina, nos remite al funcionamiento conjuntual (Todo de tipo Total) de los componentes (piezas) de un concreto artificial, es decir, a la eficacia de su montaje. A su vez, del montaje de máquinas surge lo que GB denomina "Fábrica" o Total de piezas en que cada una de ellas es ya una máquina y, en consecuencia, cada una hace (eficiencia) con total eficacia (perfección) su función. En este sentido, GB dirá que una máquina es, en principio, un artefacto montado según el plan de reducir al mínimo la entropía o, lo que es lo mismo: plan de sacar el máximo rendimiento de un proceso natural, caracterizado por su tendencia a neutralidad9. El problema surge cuando la vida (Todo de tipo auténtico: holismo) pretende hacer para sí, y habitar, un "mundo" organizado según tal modelo de Todo de tipo Total, deviniendo en tal caso ella misma mecanizada, es decir, y como resulta claro en la lógica del pensamiento de nuestro autor, muerta. Según ésto, montada en "fábrica" la vida se mata esencialmente y, por tanto, sin posibilidad de resurrección, ya que toma como modelo de ser el aspecto destructor del ser que posee su contrario esencial, de manera que se produce un colapso del dinamismo dialéctico que acaba en reventón o destrozamiento entitativo, y no en explosión montable, es decir, controlable y aprovechable. Según GB, con el término "máquina", el griego designó un auxilio para la naturaleza humana, incapaz de desarrollar ciertas faenas; una forma de compensación, tal como se sigue de su etimología. De ahí que "máquina, mecánica y mecanicismo", dice GB, procedan del vocablo griego "mechané", que básicamente significaba "cualquier tipo de artimaña, artefacto o maña que sirviera para salirse de un apuro, natural o no"; "artefactos que ha inventado el hombre para solventar un problema que le plantea la Naturaleza, pero que la naturaleza misma no le ha dado resuelto" (FCF, 172). No extraña, pues, que afirme: "máquinas como causas eficientes" (CNTC, 7). De hecho, como ya se dijo oportunamente en otro capítulo, "máquina" para GB era el artefacto en que quedaban desvinculadas las cuatro causas, de modo que su papel de causa eficiente era realizado en "otro plano": el artificial, y ello de forma antonomástica10. Según lo anterior, "máquina" es el artefacto por excelencia; el producto más logrado de la acción técnica. Se comprende, entonces, que la técnica sea considerada por GB como la responsable directa de la transformación de lo natural en "Fábrica" y, por tanto, de sus peligros, en especial cuando la forma de su estructura tiene carácter de fórmula, es decir, está constituida por matemáticas, ya que éstas imponen su contextura determinista al artefacto, eliminando así toda espontaneidad en su funcionamiento haciéndolo "perfecto" y "previsible". En efecto, lo anterior conduce a la consideración de que el término "máquina" posee también en GB significado o carácter de "estructura general", justamente aquella de la que "Fábrica" no es sino su sentido o aspecto vital exterior11, siendo tal estructura o "contextura" lo que da a "Fábrica" su peligrosidad en virtud del carácter de perfección que le imprime12: "hombres-cosa, a servicio de máquinas perfectas: sociedad perfecta, cosas perfectas, orden perfecto, estado perfecto, propaganda perfecta, organización perfecta... Temblemos por nuestro ser y personas cuando algo que nos atañe le convenga eso de perfecto" (o.c. 10). Desde esta perspectiva, "máquina" y "técnica perfecta" dicen "determinismo" o "mecanicismo": transformación del porvenir, la novedad y la creación en previsión y futuro. De nuevo, pues, regalo envenenado. Veámos, entonces, qué hay en la "estructura general de Máquina" a fin de advertir mejor la causa de la prevención de GB hacia ella, a pesar de su artificialidad. Dice GB: "el mecanicismo es una teoría formalista en Física que supone que el tipo de máquina se puede aplicar a todo: a electricidad, a los gases, el movimiento de la tierra, estructura del Universo, astronómico o sea el modelo de máquina. El plan de formalismo es posible precisamente porque Newton encuentra una formulación matemática del Universo, y la matemática es en principio, igual para todos los seres" (FCF, 28-29). "Máquina" y "matemática", pues, a la par, y al fondo el creciente formalismo: mecanicismo como "forma concreta o especie de formalismo" (o.c. 29). En la medida en que las matemáticas formen parte de la estructura de un artefacto, o éste se monte según estructura matemática, ésta transmitirá su entramado contextural al concreto artificial. Es un hecho que al artificializar (estructurar) lo natural mediante forma matemática (fórmulas), la idea o finalidad común que dirige más o menos secretamente la construcción de todo artefacto, por simple que sea, es decir, la eficacia o funcionamiento perfecto, resulta potenciada. Repárese, teniendo en cuenta lo dicho, en el aumento de eficacia que se producirá cuando la estructura matemática según la cual se monta el artefacto tenga ella misma carácter de tecnema. Se entiende, pues, que GB afirme: "La ciencia matemática nuestra nos permite transformar el universo; hacer de él lo que queramos, sin ningún respeto a las causas naturales, inventando otras nuevas; nuestra técnica no se limita a ser una continuación, más o menos espontánea e inmediata, de nuestras manos, piernas y ojos. Es una inmensa maquinaria que trabaja en serie, con inmensa complejidad de aparatos; en que los hombres particulares más bien parecen apéndice insignificante que no creadores de semejante universo" (AFC, 15-16). Pues bien, "determinismo" es término que presenta, en ciencia, al menos dos aspectos: 1) si para la física cuántica o moderna "lo matemático es múltiple", en cambio "La conexión científica total de un Universo de Física Matemática es determinista", es decir: la física matemática clásica supone que no hay más que una matemática, de modo que si lo real es regido por lo matemático, lo será por un único tipo de matemática; 2) "es determinista porque cree que toda ley física y que todo lo físico puede ser perfectamente demostrado" (FCF, 29-30). Tal es la concepción que se impone en física desde Galileo, siendo su significado profundo el siguiente: "la conexión necesaria entre las fórmulas matemáticas y sus consecuencias es a su vez física", aunque desde Laplace el determismo matemático afectará, además, al tiempo y su direccionalidad, adquiriendo el determinismo aspecto de "previsibilidad"13. En cuanto al mecanicismo, éste nos pone en relación con lo físico, a la vez que aparece como una teoría generalizada del modo de ser de algunas realidades estudiadas por la Mecánica, dejando ver la conexión entre mecánica y mecanismo (máquina, mecané)14. En este sentido, Mecánica es "una ciencia particular"15. En definitiva: "el término mecanicismo está emparentado con máquina y con mecánica; pero es además una teoría, no es una parte de la Física, sino una teoría; según la cual (...) todo fenómeno habrá de interpretarse mediante los conceptos básicos y propios de la mecánica; todo, inclusive lo que no aparezca directamente ser masa y movimiento" (FCF, 173). Además, los "conceptos básicos de la mecánica"16 muestran qué cuestiones están implicadas por dicha ciencia, frente al mecanicismo como teoría, de modo que ellos permiten completar el cuadro de ideas que rondan el pensamiento de GB al utilizar los términos "mecanicismo" y "máquina", pues dice: "Concepto de mecanicismo: Mecanicismo es una teoría que pretende extender el concepto de máquina y de mecánica a todos los fenómenos del Universo" (FCF, 173). Si esto es así, entonces se extrapola también a la vida en cuanto fenómeno surgido del universo y esto es, justamente, lo que GB se niega a admitir como paradigma rector de la acción artificializadora de tipo técnico: que el modelo mecanicista se imponga a la vida por medio de la técnica. Así, pues, cuando el determinismo matemático se utiliza para dar cuenta de los procesos mecánicos, lo mecánico y lo matemático juntos dan origen al mecanicismo determinista que no es otra cosa que la "estructura general de Máquina", a la que tanto teme GB cuando se la identifica con "artificial" y "artefacto" y se la trata de convertir en modelo de funcionamiento y montaje de todo lo real, incluido aquello que estando ya artificializado no por ello ha de perder necesariamente su carácter de viviente. De otro modo: el modelo que sirve para explicar el funcionamiento del "extracuerpo" de la vida no sirve para explicar los procesos de su "intracuerpo". La postura bacquiana en este punto resulta claramente, en virtud de lo dicho en el primer capítulo del presente trabajo, síntesis de las tradiciones ingenieril y de las humanidades de la filosofía de la técnica y, por tanto, una aportación de gran interés al tema. Pero prosigamos con la cuestión que nos venía ocupando a fin de poder valorar mejor esta aportación bacquiana. A pesar de lo dicho, el tipo de mecanicismo comentado no es aún el propio de la máquina, porque una máquina es un invento humano y posee una causalidad final (teleología) que el mecanicismo determinista ciego de la física descarta, y por eso dice GB: "Cuando se habla en física de determinismo, se entiende determinismo matemático; no determinismo teológico o finalista ni de determinismo causal o de causa eficiente. (...). Significa, pues, determinismo lo siguiente: "el tipo de necesidad que hay en lo matemático es exactamente el tipo de necesidad que hay en lo físico" (o.c. 170). En consecuencia, si "En la filosofía anterior el tipo de necesidad física era inferior al del de la matemática; por tanto, lo podía cambiar, por un milagro Dios, -y aún la vida. Conforme se acentúa en lo físico semejante determinismo de tipo matemático ni la vida, ni Dios ni nadie podrá cambiar ninguna ley física del Universo" (ibid.). Y esto es, justamente, lo que, como hemos advertido, teme realmente GB: que el determinismo se imponga a la vida bajo diversas formas: teorías científicas afectadas por el frenesí racionalista; hombres perfectamente racionales ebrios de técnica perfecta montada en máquinas perfectas (aviones, sociedades, religiones...), etc. Todo un drama vital, como quedó dicho en otro lugar, para un hombre vibrando en tono sentimental de transustanciación: drama entre la razón y la esperanza (libertad, gana). Afortunadamente, según GB, en los tiempos actuales hay datos que siembran esperanza ante la imposición creciente del determinismo: el principio de indeterminación de Heisenberg, que hace que la previsibilidad laplaciana deje de regir en lo microfísico; leyes matemáticas de estructura no determinista (probabilidades)... Todo ello abre la posibilidad de una auténtica causalidad que, como se trató en su momento, implica necesariamente novedad e inflexibilidad. Si por una parte la técnica moderna debe su eficacia a la matemática17, el exceso puede acarrear la perdición de la vida (de quien, a decir de GB, la racionalidad y la técnica derivan como don o Gracia) a causa de la imposición de la causalidad determinista física frente a la causalidad humana, que es el dominio considerado por GB como propio y estricto de la auténtica causalidad, tal como se demostró en el capítulo segundo de nuestro estudio. Lo anterior explica que el temor y desprecio de GB por la "máquina" en cuanto estructura o contextura paradigmática por la que deba regirse la vida y sus creaciones (en especial la vida humana individual y social en estado "personal", y la técnica en cuanto arma de salvación de la vida y del ente), sea directamente proporcional a la estima que siente por ellas, lo cual queda patente ya desde sus primeras obras (vitalismo hitoricista). Por esta razón es relativamente frecuente encontrar en sus escritos textos donde la defensa de la vida y de la técnica contrasta con el rechazo de la máquina18. La máquina como contextura prefijada e irrompible, determinista, de piezas y funciones, aparece ya en 1944, al comparar la estructura de la geometría euclídea con una máquina: "Y la compararía con una máquina, cuyas piezas tienen cada una de por sí su contextura y forma propia, sus funciones peculiares y su puesto en el todo y que está accionada por una fuerza uniforme, extraña a la máquina misma, (...) que pone toda la máquina en movimiento, sin intervenir en la constitución y estructura peculiar de los mecanismos" (EG, XXXIX). Por otra parte, en el segundo volumen de Invitación a filosofar, aparece una primera explicación de corte vital del fenómeno "máquina", al ponerla en conexión con la forma de división moderna, frente a la griega: "El método divisorio, en manos de los modernos, es la pura y simple división. En vez de conservar a la forma primitiva y total sus preeminencias, ordenando la división y sus productos a re-verla bajo el nuevo aspecto de su génesis, corta sin miramientos hasta donde puede y construye con los trozos obtenidos un "sistema", un "entramado"" (IVF, II, 52). Incluso la técnica moderna, en cuanto moderna, parece encontrar en ello el fondo explicativo de su modo de ser: "El empleo de la división entre los griegos y los modernos se guía por valoraciones opuestas de la forma inmediata y dada de lo real. Desmenuzad, pulverizad las cosas; (...), los materiales que queden, precisamente por su dureza, tosquedad y hosca solidez se prestarán a "construir" nuevas cosas, más firmes, estables y manejables que las primitivas. Manos contra ojos; máquinas contra naturaleza; técnica contra eidética" (o.c. 52-53). Lo afirmado no deja de resultar paradójico, toda vez que el formalismo, elemento clave para el desarrollo de la técnica por su componente constructivista, parece disgustar a nuestro autor: "Ante lo real, en su inmediatez, el científico moderno se pone también sin más, en plan de dividir para buscar los elementos del objeto considerado. Y no acabo de entender este horror e infravaloración instintiva de lo inmediato en su inmediatez, o, si se quiere, del "sentido", del "eidos" de las cosas. Pero en fin, este punto es algo más que un punto, es el vértice de un cono de cuestiones tal que, en su periferia, las abarca todas" (o.c. 51-52). La perplejidad desaparece si se recuerda lo dicho en otro capítulo acerca de la importancia que GB concede a la división en cuanto acción potenciadora de la eficacia de lo artificial, pero el peligro que conlleva si se convierte en tendencia frenética que se autopotencia sin límite: per-división. Todo ello demuestra que el temor ante el aspecto maquinal que pueda adoptar la técnica está presente con anterioridad a la década de los cincuenta, pero que es en estos años cuando, ante las posibilidades abiertas por la transustaciación atómica, parece más probable un mal paso en la empresa del hombre actual y, en consecuencia, su fracaso, de modo que GB considera no sólo oportuno, sino necesario y urgente hacer una llamada de atención sobre el ser para evitar su olvido. Por todo lo visto, se comprende que GB diga: "La técnica y la ciencia modernas son, en su fondo, una aventura humana. Nos jugamos el todo por el todo, Terminar o de esclavos de la Máquina y de la Fábrica, o dominar por máquina y por fábrica todo el universo. El peligro, lo que nos jugamos es la personalidad. Nos la jugamos a perder o ganar. No solamente a perder" (CNTC, 15). Y concluye: "¿Qué es lo que ganaríamos caso de ganar todo el mundo, por Máquina y por Fábrica, y con todo no haber perdido nuestra alma? ¿Podemos jugar a ganar el Mundo y no perder nuestra alma? Tal vez el Evangelio, en bien conocida sentencia, nos dice que no es posible. A Leonardo de Vinci no le llegó, en firme, en sus tiempos el momento de jugarse el todo por el todo. Sus máquinas no pasaban de juguetes mecánicos; su ciencia, de juguete ideológico. Pero cuando en nuestros tiempos, una formulita como la de Einstein. E = m c2 lleva de apéndice un ciclotrón, un betatrón, un bevatrón, unas bombas atómicas, y a la reversión de la materia natural a estado de Caos, tal vez nos apremie ya la decisión de jugarnos el todo por el todo. Máquina contra Personalidad. Fábrica contra Mundo natural" (ibid.) Se entiende ahora, por tanto, que en ocasiones GB hable de "nuestros malhadados tiempos" (PP, X), consecuencia, en el fondo, del "frenesí de las tendencias" (CNTC, 14) iniciado en el Renacimiento y antes, en rigor, con la actitud y trato que con lo natural tuvo el tipo vital individuo imperfecto (romano clásico), como se vio en en capítulo tercero. De otro modo: un "internado" que lo sea de tipo "fábrica" se vuelve contra el hombre, devorándolo, lo cual es forma inferior de habitar, es decir, manera paradójicamente destructiva de protegerse por técnica la intimidad vital de la vida superior; técnica como "arma de salvación" de la vida (sindéresis) que vuelve su filo o cañón contra aquello que defiende: muerte de la vida por suicidio o, cuando menos, por accidente, del que no está exento, al fin y al cabo, toda aventura, y de ahí la necesidad que observa GB de mantener una actitud cautelosa, como se verá, que evite tanto la euforia perniciosa (complejo de superioridad ontológico) como el desánimo derrotista (complejo de inferioridad metafísico). Por otra parte, si se tiene en cuenta que la estructura de lo admanual encuentra su sentido en la estructura transcendente de "Mundo", tal como se vio oportunamente, hacer un mundo de enseres que resulte "Fábrica" será un atentado contra la constitución transcendental de "Mundo": una forma inferiorísima de "Internado"; tanto, que no resulta habitable al no reunir las condiciones de habitabilidad exigidas por la dignidad de la transcendencia de que hace gala la vida humana. Todo ello es, desde la perspectiva bacquiana, consecuencia de no haber sabido hacer uso el hombre de su privilegio metafísico, de modo que, queriendo ser Dios y creyéndoselo ser antes de tiempo, sólo consigue difuminar su diferencia específica al aproximarse al estado de animalidad (descenso) comportándose cual máquina, es decir, que la razón, en lugar de elevarlo a un estado de especial dignidad sobre el universo físico, acaba, por su frenesí, convirtiendo al hombre en un nuevo animal-máquina, más mecánico que el hombre de La Mettrie y más odioso, por peligroso, que los animales-máquina cartesianos. Cabe, entonces preguntar: ¿de qué le sirve al ser humano aprovechar el poder que posee para salirse de encerronas naturales (cárceles genéticas, físicas, sensoriales...) si lo utiliza para caer en otras que por serlo de oro (mecanicismo artificial) no lo son menos? Más técnicamente: )de qué le sirve al ser humano su transfinitud transfinitante, como plantea GB, si hace dejación de semejante condición al rebajar la transcendencia de lo artefactual (factum de la técnica y de lo artefactual) convirtiéndolo en un conjunto de cachivaches técnicos que, bajo atractivos aspectos, sólo interesan por su potencial económico, es decir, por su capacidad para ser comprados y vendidos en un mercado de vanidades insulsas que, bien alimentadas y mejor disimuladas logran hacer del hombre un ser cotidiano que, sin rostro, forma parte de una inmensa y crecientemente acelerada masa (medianía mediocre) cuyo destino vital sea fabricar y consumir felizmente? Se trataría, en definitiva, de que accediesemos a preferir la seguridad a la libertad; de entregar la transcendencia a cambio de comodidad y vanidad, y todo ello jaleado y adobado, para hacerlo digerible, por una completa parafernalia de medios propagandísticos y publicitarios cuya misión, confesa o no, es contar, cantando (y ya se sabe... la música amansa a la fieras) que no sucede tal cosa, y persuadirnos así, por los medios más sofisticados que imaginar caben, a sentir y pensar que somos libres. Esto es lo que GB denuncia, en el fondo, con la expresión "mundo artificioso" y "Fábrica": mundo de rango inferior en que cae el artificial cuando lo económico se adueña de él. Tratemos, pues, de estas y otras cuestiones plegándonos a la letra del autor que nos ocupa, tras este desahogo momentáneo. 9.1.2.4. La "Fábrica". "Fábrica", como se ha venido diciendo en repetidas ocasiones, es el aspecto que, según GB, va presentando, y cada vez más, actualmente Mundo; el que adquiere cuando transformamos todo en un internado a base de enseres para habitar en universo. No es aspecto que siempre haya estado ahí, sino resultado del sentimiento de familiaridad y avenencia consiguiente con lo admanual enseriado. Su carácter histórico queda manifiesto en las diversas fases que en la historia de los inventos encuentra GB atendiendo al tipo de piezas y el modo de montarlas19: la primera, que abarca "desde el comienzo de nuestra civilización" hasta el Renacimiento, caracterizada por que sus artefactos "no pasaban de partes sueltas", las cuales "Se soldaban a veces" (remos, palancas... que daban trirremes...); la renacentista, en que "se inventan nuevas partes, y se sueldan más en uno: polea circular, transmisores de velocidad variable, puentes giratorios (...)"; y la moderna, con su consiguiente peligro: "A la Fábrica moderna se llegará por sus pasos contados y medidos, aunque no concienzudamente dados. Al soldarse miles y miles de artefactos en Fábrica surge el león. Garra en un Todo. Y comienza la posibilidad de que se nos coma la fiera; de que nos trague la Fábrica"20. De otro modo: el montaje de artefactos en Fábrica está guiado por plan científico, evitando la mera juntura de piezas sueltas, de modo que la eficacia aumenta y, por tanto, el grado de peligrosidad. Es en el época moderna cuando parece haber mayor peligro, correspondiendo a la técnica la responsabilidad inicial de la situación generada: "tal vez no hayamos caído en cuenta de la [peligrosidad] muchísimo mayor [que la del león], y más disimulada, de la Fábrica. Y de la técnica que es la que la ha hecho posible y real" (CNTC, 9). Es importante notar que esta peligrosidad concierne no sólo a artefactos materiales, sino también a los de naturaleza teórica o no inmediatamente materiales, tales como formas de organización social, publicidad, propaganda, religión, ciencia..., que son, dice GB, "otros tantos productos técnicos, verdaderas fábricas de productos en serie, que nos vuelven materia prima, en bruto y aun brutos, hombrea-cosa a servicio de máquinas perfectas" (o.c. 10). Por ello, advierte: "Nos equivocaríamos lamentablemente si creyéramos que la invasión de lo artificial, de la estructura general de Máquina, y de su síntesis en Fábrica queda reducida y confinada a lo material. Las ciencias modernas, la estructura de la sociedad, del derecho, de la vida, del pensamiento... todo va adquiriendo contextura de máquina y aspecto de fábrica. Y nosotros; cara, actos, comportamientos, ser, de uno de tantos" (o.c. 13). La "estructura general de Máquina, y su síntesis en Fábrica" (o.c. 13), es decir, la transformación de universo en mundo que sea "fábrica", incluye constitutivamente la operación y finalidad que persigue toda fábrica: producir en serie, haciendo de cada producto uno de tantos, lo mismo que lo son las piezas que componen su maquinaria. El problema surge cuando lo enseriado resulta ser la vida y sus creaciones, incluida la vida humana, que dejarían de serlo al perder su carácter de novedades. El término "perfecto" posee, pues, otro aspecto complementario al del funcionamiento maquinal de un artefacto, anteriormente analizado: el de enseriación. Cada vez más, los productos o creaciones técnicas van siendo isomorfos con esa forma empresarial o industrial (que no emprendedora e industriosa) de tratar la vida que elimina la creatividad y la sorpresa en pos de la inercia productiva, es decir, del mecanicismo determinista aplicado a la producción: la enseriación: "No funcionaría ninguna de las industrias actuales si no hubiera un suficiente número de individuos de los mismos gustos, más o menos de la misma talla, o altura, de iguales aficiones a ciertos colores... porque, en tal caso, la producción en serie y al por mayor no sería económicamente posible" (AFC, 85) "El submarino de Leonardo es un juguete; los nuestros son en serio. En serio y en serie. Y cosas hechas en serie no funcionan sino cuando los que van a utilizarlas son unode-tantos. La categoría de en serie, prez de la industria moderna, -prez o condenación-, terminará con que los hombres no sólo nos reproduzcamos en serie, sino pensemos en serie, queramos en serie, marchemos en serie. Como hormigas. )Dónde surgirán los primeros hormigueros, por obra y desgracia de la Fábrica y de la Técnica?" (CNTC, 11)21. Por todo ello, pide GB: "que nos dejen algo de nuestras vidas religiosa, social... sin legislación, a la espontaneidad individual, a la conciencia personal, aunque el Código sea menos perfecto, y sobren unos cuantos legisladores, y se sientan, los que quedaren, un poco capitidiminuídos, un poco menos cabeza, para los demás; y el poder ejecutivo se note algún tanto impotente, y fastidiado en su funcionamiento, frente a la gana y libertad de los individuos" (AHM, 21). Contrasta, pues, el tipo de ser o caos (cualquierismo) generado por la industria moderna con el presente en el fondo del Universo físico y la vida (Creatividad). Dos tipos de caos. 9.1.2.5. El olvido y la caída. Según GB, cuando los inventos se vuelven cotidianos, surge el peligro de no advertir lo que de don, gracia o novedad, encierran la técnica y cualquier otra invención de la vida, lo cual equivale a olvidar su carácter creador o de Ser ("surtidor de novedades"), así como el del hombre y, por tanto, su condición de sujeto "trágico" o tensionado, en constante "esfuerzo" (temple esforzado), por elevarse sobre lo finito: hombre como transfinito transfinitante. Por ello, dirá GB: "La ciencia y la técnica no son productos naturales que nazcan como los árboles y que se asimilen como la fruta. Pero a ratos tengo la impresión de que creemos en otra cosa más inverosímil: que ciencia y técnica son cosas caídas del cielo (...), nos vienen hechos y derechos de distantes regiones, por el procedimiento mágico de desembolsar unos billetes los que los tengan-. Los aparatos caen del cielo. No nos queda más que usarlos, y cuando se estropeen cambiarlos por el último modelo, caído también del cielo, hecho y derecho. La ciencia nos viene del Cielo; volando en las hojas de los libros, (...). Si por el título del libro o la marca de fábrica sabemos que alguien compuso el libro o fabricó el artefacto, tal saber no suele alcanzar a darnos conciencia del grado en que es preciso un autor, un genio, para que esos productos de tan fácil adquisición en el mercado o en las librerías surjan y se mantengan en vida, en uso" (CNTC, 1-2). El uso de ciencia y artefactos sin otro criterio que la "fe del carbonero", sin saber nada del esfuerzo humano que hay detrás, resulta desastroso para la vida humana, que va viendo cómo se atrofian progresivamente sus órganos correspondientes (cerebro, pies...)22. Parece clara la relación del tema con la "ingratitud" orteguiana, mas una ingratitud que en GB se reorienta hacia el hombre como ser transcedente en que la vida ensaya sus mejores galas y trucos de seducción para asistir a la fiesta de la Intimidad. Por otra parte, hay un evidente trasfondo heideggeriano (cotidianidad) en todo ello, y de ahí que nuestro autor, respecto de la elevación de universo a mundo admanual, afirme: "primero el hombre se encuentra con su circunstancia, el mundo le es dado, le es propuesto como hecho. Pero luego sucede que ese hombre inventa un mundo, un otro mundo según su proyecto previo y dentro del cual se refunda íntegro el mundo, acomodándolo todo a este "nuevo mundo" que no estaba sobre la tierra, sino que es obra del hombre: propiedad suya, en el más profundo sentido de las dos palabras. En seguida viene un tercer momento: cuando este "otro mundo" inventado por el hombre desciende ("caída" en Heidegger) -en un plano sociológico- de la pequeñísima minoría inventora hasta llegar a convertirse en mundo doméstico, en el mundo del hombre "común y corriente". De modo que este hombre medio, que no ha realizado ningún esfuerzo en el invento de ese "otro mundo", lo recibe como algo ya hecho, que está en la circunstancia social." (DFGB, 698). Pues bien, y en esto radica el riesgo: "sucede que la humanidad puede estancarse en el "mundo cuotidiano" y contentarse con las cosas que ya están ahí, sin tratar de inventarse algo que no está ahí, con el propósito de realizar ese proyecto de creación. Es cuando el Universo queda como suspendido en una figura de mundo inventada de tiempo atrás que ahora ya no es ningún invento, por la fácil razón de que es algo que está dado, ahí, en la circunstancia, sin que nadie haga ningún esfuerzo" (ibid.). En definitiva: "todo les parece caído del cielo, sin historia, cosas de ayer mismo, y se les hace tan natural el que vuelen por el cielo aves como aviones" (ET, 110). Por eso GB propone, como se dijo en su momento, una urgente "humanización histórica" del universo23. Por otra parte, la fabricación en serie de inventos, seguida de un uso masivo de los mismos por un don nadie, acaba con lo novedoso de los inventos, con su carácter de creación, cayendo en la cotidianidad o cualquierismo mediocre: "El número de hombres ha hecho imposible que la ciencia sea propia de un particular, que sea realmente miembro viviente de ella; y el número de hombres la ha rebajado al nivel de ser ciencia hecha para uno de tantos, que se recibe como recibimos un producto hecho, y empleamos como una máquina, maquinalmente también"; "El momento en que la ciencia se pone al alcance de todo el mundo: de millones, y centenares de millones, no creamos que la ciencia, en cuanto organismo viviente, se ponga realmente a disposición de tal número; lo que en realidad se les da es un conjunto de técnicas, de recetas, de formularios, de tablas, tratables, en principio, por máquinas -o por un cualquiera, para uno-de-tantos" (AFC, 90)24. La vida en cambio se caracteriza por ser surtidor de novedades; variedad frente a repetición. La repetición es la muerte de la vida. Frente a este carácter creador de la vida, la naturaleza presenta otra faceta contrapuesta, pues si bien genera nuevas especies vivientes, destruye la variedad diluyéndola en el cualquierismo de sus producciones: especies compuestas de innumerables individuos, pues es característico de la naturaleza la reproducción, la reedición. En cambio, por parte de la técnica, existe, como en la vida, una creación de novedades. Por eso si la técnica actual, la procedente de la revolución industrial, tiende a la repetición, es por contagio de "la incontinencia aritmética de la naturaleza", pecando por ello de naturalismo25. Y peca, porque tal naturalización, según GB, no es una "tendencia" intrínseca de la técnica, sino una "tentación", y de ahí que proponga como remedio algo que ahora tan sólo apuntamos, a tratar con mayor detalle luego: aguantar "durante un momento, durante un presente histórico, tales ganas numéricas" (ET, 147) o, en fórmula de su etapa más explícitamente cautelosa: "espíritu" y "voto" de pobreza. Detrás de todo ello, pues, está la ley de los grandes números infiltrándose por lo que de físico haya aún en el dominio humano y logrando, en la medida en que se imponga, la victoria de la tendencia descendente del universo sobre la creatividad de la vida y de la base del universo. La idea, pues, se remonta a tiempos atrás. Así, dirá: ""el número de objetos que haya en un orden no es detalle neutral, indiferente, inoperante"; no lo es respecto de la especie humana, como no lo es en el orden físico. Por igual motivo: es decir, por ley matemática, hay que tener muy buen cuidado de que ciertas ideas, programas de vida interior, bien acariciados y queridos, si queremos vivirlos plenamente, con autenticidad, no se difundan demasiado; hay que cuidarse del número, en favor de la autenticidad. No por envidia, celos, esoterismo; sino por una razón mucho más básica y potente: por una ley matemática y natural a la vez, del cálculo de probabilidades" (AFC, 97-98); "Notemos el peligro real: cuando el número de hombres crece, y comienza a entrar en funciones esa ley tremenda de la estadística que se llama ley de los grandes números, surge una mayoría de medianos" (o.c. 88)26. De otro modo: cosificar o cuantificar la vida, hacerla número, es decir, "elevar la categoría del número por sobre la de cualidad; anegar el alma en cuerpos" (ET, 145). Sin embargo, si bien "Hay cosas que no pueden evadirse de ser objetos, de tener que dejarse ver, oír, pensar, desear; son necesariamente objeto", es decir, son "cosas expósito", hay otras en cambio "más señoras de sí, y dueñas de lo que son, aun de su existir; y se hacen libremente, voluntariamente, objeto (...) . Tal la conciencia, tal Dios", que se "revelan" o aparecen "por gracia", es decir, "si ellas quieren" (GFVM, 10). A estas realidades, así como a sus creaciones, la cosificación les es ónticamente fatal, por lo que se pregunta GB: ")Y no estaremos en nuestros malhadados días, de preferencia querida y planificada por cosas que se dejan objetivar sin resistencia, afanados desmesurada e inconscientemente por hacer objetivas -contables, medibles, propaganderiles, cotizables en política, éxitos, fama, ostentación... nuestras interioridades, -religiosas, familiares, sentimentales..., no estaremos, digo, alzando la mano derecha/ hasta ocultar la mirada?; y por eso )quedará la nada hecha?, la nada de la persona?" (GFVM, 12). Adviértase que la ley de los grandes números actúa igualmente cuando los seres humanos se reproducen o juntan, aumentando así el numero de individuos del grupo; pero las cosas artificiales se reproducen en serie, fabril y febrilmente. Doble dominio del número: en lo natural y en lo artificial. Doble ataque a la vida, pues, por parte del número cosificante: desde lo natural y desde lo artificial enseriado. Complicada situación para la vida. Ante ella, GB propone buscar "una posible solución, propia de nuestra época, solución que no tapone ni el planteamiento de nuevos problemas ni otras soluciones futuras, mejores que las nuestras" (AFC, 82). Sobre este particular se verá más adelante; ahora sólo interesa mostrar los peligros. 9.1.3. El peligro político. En todo lo que se lleva dicho existe también un peligro político claro: "Por una especie de participación discreta de la omnipotencia divina cambiamos, por técnica material, luz en materia y materia en luz, verdadera y auténtica transustanciación. Pero )en quién reside tal poder, y cuál es el grado de benevolencia , y aun de inteligencia a cuyo servicio se ponga tal poder?" (AFC, 63). En definitiva: "No olvidemos (...) que ciencia y técnica modernas son arma de dos filos (...) "llave de uso ambiguo" (...). "Si un gran técnico en energía atómica, dueño y señor de los secretos secretísimos de su teoría y práctica, no siente en su conciencia este nuevo y jamás sentido imperativo: "Nobleza de Señor del Universo", y no se siente obligado -más que cualquier reyecito, presidente, papa en sus delimitados dominios terrestres-, por nuevos valores, por nuevas normas, la consecuencia será, y no remota, que los hombres descendamos a una esclavitud nunca vista ni sentida, más degradante y más inevitable que la griega, romana y medieval en ciencia, en arte, en política, en religión, en filosofía.(...); )qué esclavitud será comparable con la que nos caerá en suerte o en desgracia frente a un Señor y Dueño de la Energía atómica, a quien semejante nobleza, casi divina, no obligue, o no se obligue él, por nuevos valores, por nuevas normas?" (AFC, 81)27. El político, junto con los otros peligros expuestos, coincide en ser una forma de desactivación de la bomba o espoleta metafísica que es la transfinitud humana (especialmente, en su estado actual). Para GB, la desaparición de la vida, humana o no; el estancamiento en la cotidianidad sin posibilidad de proseguir el ascenso de la Personalidad hacia Dios o Intimidad Absoluta; la ignorancia de las dosis de creatividad contenidas en el universo y la vida, así como de lo que de esfuerzo hay en la invención de lo artificial o el caer en un tipo esclavitud nunca antes vista, son casos de caída de la transfinitud humana que resulta gravemente lesionada, y en esto radica, como se verá, el peligro que para GB puede encerrar la técnica para la vida, pero no en la eliminación del estado natural (estabilizado) de lo real. Todos ellos, además, son peligros cuya causa no se encuentra directamente en la técnica; no pertenecen a su esencia, sino que ésta resulta, por así decirlo, contagiada de males externos que, eso sí, por su eficacia, amplifica y agrava. 9.1.4. Técnica, actitudes y responsabilidad. 9.1.4.1 Frenesí técnico y deber. Al tratar del concepto primero de ser, se vio cómo para Heidegger la interpretación admanual del universo, o del ser como enser, era la propia y exclusiva del hombre moderno pero no de otras épocas anteriores, en que estaba ausente. GB coincidía básicamente con el autor alemán en la caracterización de la estructura de lo admanual pero no sucedía lo mismo ni con su valoración ni en la consideración del enser como "dato", sino como "hecho", de modo que la interpretación instrumental, si bien es la predominante en la actualidad también estaba presente en otras épocas, aunque no en primer plano. La interpretación instrumental del ser es algo que para GB define al hombre frente a otros seres, de modo que no puede faltarle nunca. Otra cosa son las actitudes y la valoración que de la técnica haga el hombre y el grado de presencia y lugar que lo artificial ocupe en su mundo-vida. Atendiendo a lo anterior, dirá GB: "Desde el Renacimiento hasta nuestros días todos nacemos, por una especie de predestinación ante praevisa merita aut pecatta, en un mundo ordenado por ciencia y técnica" (AHM, 19), de ahí que hagamos una interpretación admanual del ser, siendo el de ser instrumental o enser nuestro concepto primero (histórico o epocal) de ser. Pues bien, esta situación de "hecho" es tal que GB afirmará: "desde el Renacimiento, y gran parte por culpa y ejemplo suyos, el hombre occidental tiene que y debe ser rico en ciencia y técnica" (ibid.); "La cantidad y calidad de ciencia y técnica asciende ya a tal monto que el hombre occidental no tan sólo es rico de hecho, de facto, sino que hasta la contextura misma del universo se halla impregnada de ciencia y técnica. Una concepción del universo impone una cierta necesidad (un tener que) y un determinado deber sobre los que respiran, espiritual y aun materialmente, tal ambiente" (ibid.). Y concluye: "Tenemos que servirnos y debemos ser ricos en ciencia y técnica, por virtud e imposición ineludibles del tipo de concepción del universo y del hombre en que hemos caído" (o.c. 23). Tal forma de estar en el mundo no es considerada por GB negativamente, contra Heidegger, sino adecuada al tipo de transcendencia humana distanciadora del animal: "Y podemos preguntarnos si todo hombre no tiene que, y no debe trabajar y transformar técnicamente el mundo físico, el político, si no quiere quedarse en simple animal, indefenso frente al universo, y casi como una cosa entre tantas" (o.c. 17); "Si el hombre es animal racional, tal vez tenga que y deba mostrar, realmente, al mundo que es capaz de hacer cosas que la naturaleza ni hace ni puede hacer, y capaz de hacer sentir realmente al mundo su superioridad, por la técnica" (o.c. 18). Por otra parte, si toda cosmovisión comporta una cierta necesidad y un deber, ambos aspectos, sin embargo, no se identifican en absoluto pues "tener que" es situación impuesta sin remisión, aunque sea accidentalmente, mientras que "deber" hace referencia a una "necesidad moral" frente al "tener que" o "necesidad física", la cual presenta aspecto de fuerza mayor: "Ser de hecho, de facto" (AHM, 17). Pues bien, el problema consiste en que una vez descubierta la racionalidad y, por tanto, su necesidad y hasta deber, sufrió, sin embargo, del natural "frenesí" de toda tendencia28: "al griego clásico le entraron ganas y aun la conciencia de deber ser científico, por lo pronto, y se le abrió el apetito de dominar urgentemente por la técnica al mundo, la humanización real de lo físico" (o.c. 17); "Digamos pues, que el griego clásico notó que tenía que (necesidad física) y debía (necesidad moral) ser rico en ciencia (...) y en técnica; y comenzó efectivamente, siéndolo y haciéndolo con espíritu de riqueza, con ansia de cumplimiento, de éxito, de goce" (ibid.). Como consecuencia, el griego "Se dio sin más requilorios y averiguaciones a la ciencia-, y venga lo que viniere" (o.c. 18). Por ello, en vista del desarrollo científico alejandrino, dice GB: "hubiera convenido un Sócrates que se preguntara: somos cada vez más ricos en ciencia )pero debemos y tenemos que serlo y hacernos, así, sin límite, y con ese frenesí que da el serlo con espíritu de riqueza, con desaforado amor al saber por saber?" (ibid.). Se trata de una dinámica que viene de los griegos, pero que otras tradiciones, como vg. la hebrea, no poseen, lo cual no las libera de sus peculiares frenesís, en este caso el de tener que y deber ser rico en liturgia29. La necesidad y deber que el griego clásico descubre encuentra eco en el Renacimiento, del que el hombre actual hereda el tema, pero "lo peor es que cree, sin hacerse nadie cuestión de ello, que tiene y debe serlo (necesidad conjugada con virtud) con espíritu de riqueza, regodeándose y gloriándose de ello" (o.c. 19-20); "frenesí de la técnica en todos los órdenes" (o.c. 20). 9.1.4.2. Técnica, complejo de superioridad y cautela. Según GB, el éxito o eficacia creciente de ciencia y técnica para dominar lo real es la causa de un peculiar sentimiento metafísico que ha degenerado en complejo: "el sentimiento de que estamos en un universo, transformado por nosotros activa y realmente en mundo -por la técnica, por la ciencia-, nos ha creado el complejo de superioridad, inverso al anterior, y no menos perjudicial, exagerados, el uno que el otro" (AFC, 66)30; "desde el Renacimiento nos va entrando el opuesto complejo: el de superioridad, de megalomanía, de Seréis como Dioses -casi de sois ya dioses-" (AFC, 82); y de ahí que lo califique de soberbia: "La delectación morosa en la ciencia y en la técnica engendra una peculiar soberbia y sentimiento de seguridad" (AHM, 21). Y En otro escrito: "La vida mental, aun la científica, y sobre todo la filosófica padece enfermedad inversa: complejos de superioridad, megalomanías" (E, 18). Esta actitud de soberbia es matizada posteriormente por GB, que reserva para ella el término "vanidad", entendiendo por tal una soberbia sin mesura: "La soberbia, sin este fundamento continuo de humildad o de tirón de hechos o de datos, no es sentida como soberbia, sino como vanidad, cual globo suelto, y a merced del viento, sin consistencia, sin conciencia de su misma supremacía o transcendencia" (ECOFS, 90). El tema no es nuevo pues ya en 1947 denomina "veleidad" a la no concienciación de la componente de finitud, siendo ese el significado de la expresión "no hay para tanto", tan querida de nuestro autor31. Pero se hace preciso ahondar más en la fuente del problema, a fin de notar mejor las implicaciones del tema para la técnica. La vanidad es, según GB, una actitud resultante de los sentimientos de seguridad y avenencia ante una situación, de modo que no sólo se está bien en ella, sino que se posee conciencia de seguridad: seguridad en segunda potencia o conquistada. Pero esta seguridad se desboca por un olvido de las condiciones reales externas al sujeto o "ineidad". En resumen, creer ser dioses cuando aún no es así. La soberbia, en cambio, será considerada por GB como sentimiento de superioridad que no llega a complejo32, pues tal sentimiento de superioridad es legitimo al serlo de quien, luchando esforzadamente contra los límites o la adversidad, vence y se siente transcendente por haber superado dialécticamente a su contrario (tono de tragedia), y ello como condición de posibilidad de transfinitación33. Como se ve, el tema es recurrente: la "veleidad", ahora bajo otra denominación, a fin de salvar la corriente ascensional impelida por la transfinitud. De nuevo: estrategia para no poner en peligro el objetivo final; nada de renunciar al mismo. La fuente original de todo lo anterior radica, según GB, en los sentimientos de inquietud y sobresalto que surgen en la intimidad humana al notarse agredida, mal avenida, tratada sin respeto ni consideración para su transcendencia por un universo físico al que le es completamente indiferente; tal estado sentimental "es la tónica fundamental que acompaña a todo lo que la ineidad haga en el mundo. Semejante estado engendra la confusión, la perplejidad, el no saber a qué atenerse" (o.c. 55). Cuando eso sucede, el hombre reacciona desde su transcendencia en un intento por superar tal situación: "Cavilar, actos del caviloso o precavido, manifestación del estado de cavilación y de precaución que en nuestro estar en el mundo ha tomado y toma, pretende conjurar, reducir a un mínimo las posibilidades de los entes: lo imprevisto, lo incalculable, los imponderables..., es decir: encierra el proyecto sentido de trocar todo lo más posible los entes en objetos. Y recalco que mundo toma a veces, está avezado a tomar, el matiz sentimental de "a campo raso"" (o.c. 50). Según GB, toda existencia humana, o estar-en-el-mundo, se siente amenazada, pero en cada época vital inventa un modo diferente de hacer frente a la situación, es decir, de "cavilar", así, al principio recurre a Dios y al destino34, mas al notar la "ineidad" que Dios no era suficiente seguridad se siente desprotegida, a campo abierto, e inventa "un nuevo tipo de enfrentarse con las cosas -una física matemática-, una nueva astronomía, una nueva política..." (o.c. 52). Esta es la forma propia de cavilar desde el Renacimiento: "mientras que otras, como la inaugurada y no terminada aún del Renacimiento, intentan dar la batalla en tal campo raso mismo, transformando inventivamente los objetos en abjetos" (o.c. 53); "Y es característica de las épocas en que la ineidad nota estremecida que el mundo en que esta es campo raso, el que invente el modo de convertir objetos en abjetos (Entstand), en adelantarse a lo que las cosas sean, mediante proyectos, reduciendo así en lo posible el margen de suerte, azar. Tal va sucediendo sobre todo desde el Renacimiento, desde el momento en que la ineidad notó que el mundo cristiano era campo raso, expuesto a la realidad brutal de los entes dejados a sí mismos, constituídos únicamente en objetos" (o.c. 52). Ahora bien, la cavilosidad puede degenerar en "locura": ""toda precaución es poca", decimos; y la cavilosidad puede crecer hasta la locura, hasta perder la cabeza" (o.c. 51). Nuestra época tiene su peculiar locura o frenesí: "nuestra locura por la ciencia y por la técnica" (AHM, 22); "frenesí de la técnica en todos los órdenes" (AHM, 20). En un intento por contrarrestar el mal, la ineidad inventa la "cautela" como forma de prevenirse contra semejante locura o frenesí: "La cautela surge precisamente en la ineidad, o la inventa la ineidad, porque la realidad del ente no es íntegra ni necesariamente reductible y amansable en categorías, en objetos de uso, instrumentos, bienes, etc... (...)" (ECOFS, 51). Ahora bien, que tal cautela no es renuncia, sino estrategia que evite quedar al hombre a merced del universo, mas de modo, y es de lo que se trata, que el afán de seguridad no resulte desmedido, queda patente cuando seguidamente afirma GB: "Pero puestas todas las precauciones, tomadas todas las cautelas o prevenciones -todas las humanamente posibles, es decir: con conciencia conmovida de que es imposible tomarlas todas absolutamente frente al ente-, la ineidad queda preparada, predispuesta, preservada, hasta cierto punto, asegurada contra riesgos evitables; queda deslindado el campo entre los previsibles y la suerte, que hay que dejar correr (dejar correr algo a su suerte), lo irremediable, lo imprevisible... (...). Pero, una vez preparado y prevenido, puede uno adelantarse ya a los acontecimientos, salirles al paso, ganarlos por la mano (...); de cautela a incautarse, de incauto a cauto y a incautador" (ECOFS, 51-52). La cautela posee un componente de "admiración" (el respeto al misterio, dirá en otras ocasiones); sentimiento que la ineidad inventa como forma de asumir o digerir lo incontrolable de la existencia, es decir, aquello de universo que no es incardinable en mundo; sin embargo, lo admirable o milagroso del misterio sólo es posible sentirlo como tal desde mundo, no desde universo35. Pero lo admirable es diferente de lo asombroso, pues el primero surge por la sorpresa ante lo inesperado o súbito y lo hace con matiz de amenaza (caso vg., de la raíz cuadrada de dos para el griego); lo asombroso, en cambio, se descubre como tal ante una invención, por tanto ante algo que surge de la ineidad misma, no advenido externamente, y de ahí que no le acompañe el sentimiento de amenaza (caso por ejemplo de la operación paso al límite)36. Por otra parte, si lo admirable y asombroso no provocan transformaciones en mundo, si lo consiguen lo pasmoso y sorprendente37. Pasmo es sentimiento de sorpresa ante la irrupción en mundo, pero interior38. En cualquier caso, desde esta perspectiva, ciencia y técnica funcionan como invento de la ineidad para asegurarse y tranquilizarse: "Cuando uno se ha adelantado efectivamente a los acontecimientos y salido de tales encuentros felizmente -por ejemplo cuando Galileo salió felizmente de sus intentos de estudiar la gravitación, adelántandose por un plan (Entwurf, cf. Kant, Kritik d.r. Vern. Pról. a la 20 edic.) al acontecimiento de la caída, observada hasta entonces...-, se llega a estar en el mundo, a pesar de la conciencia sentida de estar a campo raso, con el estado sentido de experimentado, ducho (dux), mañoso, expedito, y con una seguridad, sosiego, tranquilidad de segunda potencia, bien diferente de las naturales al estar en mundo no sentido como campo raso" (ECOFS, 52-53). Pues bien, el frenesí o desbocamiento surge cuando la ineidad, mediante técnica y ciencia, gana en seguridad pero pierde la conciencia de estar a campo raso. Como resultado, el hombre cree ser ya Dios olvidando que hay en el ente una parte incontrolable por la racionalidad científico-técnica. Por tanto, la "prisa" por ser Dios típica, según se vio que decía GB, de todos los místicos que hasta ahora han sido (divina impaciencia), es ahora patrimonio de la tecno-ciencia. Es claro que tras lo afirmado por GB se encierra lo siguiente: creerse el hombre ser Dios antes de tiempo (de serlo realmente) sólo es posible como consecuencia del olvido del ser, es decir, de la existencia de inagotables posibilidades y, por tanto, de límites a transfinitar hasta hacerlas reales; por tanto, la vanidad tecno-científica pone en peligro, por olvido, la condición transfinita de lo real y, en particular, la transfinita y transfinitante del hombre. Resultado: la locura, en este caso creerse ser Dios sin serlo. La vanidad tecnoracionalista, pues, resulta ser la raíz actual de los principales males o pecados transteológicos contra la transfinitud vital y humana39. Descubierta la causa del problema, hora es de tratar de la "propuesta" (AHM, 17) bacquiana de solución; remedio que resume así: "Resumo pues mi tesis, es decir: mi posición y proposición: El hombre moderno, del viejo y del nuevo mundo, tiene que ser y deber ser, en virtud del tipo de concepción del universo en que le ha tocado vivir, científico y técnico; tiene que, y debe, aceptar tal riqueza; mas usarla y disfrutarla no sólo con espíritu de pobreza, sino con voto de pobreza, renunciando lo más que pueda a la técnica, no por ilícita ni por ineficaz, sino por el frenesí ilimitado que terminaría con una especie de suicidio colectivo sin precedentes, y sin garantías de resurrección, ni cultural ni biológica. Y sería suicidio colectivo sin precedentes, pues acabaría con el estrato de la naturaleza misma sobre el que vivimos, y sobre el que tendrían que vivir nuestros normales sucesores, ya que implica la aniquilación del género "cuerpo", base para plantas, animales y hombres" (AHM, 22). Explicitemos dicha tesis, en lo que aún no ha sido tratado. Frente a la "delectación morosa en la ciencia y en la técnica", GB aconseja, evidenciando en ello una nueva secularización de un tema cristiano, espíritu de pobreza: "El espíritu de pobreza frente a ciencia y técnica incluye, como componente fundamental, el gustarlas sin llegar a regodearse; deleitarse en ellas, más sin delectación morosa" (AHM, 21). Ahora bien, en la actualidad "La cosa no es tan fácil" (ibid.), pues por no haber mantenido antes dicha actitud ahora "ya no basta con serlo con espíritu de pobreza; debemos reforzarlo con voto de pobreza, social e individual, es decir, con la máxima y menos dispensable de las maneras de obligarse" (AHM, 20)40; "(Ignorar el propio poder, aceptar que otros lo ignoren, y pasen por alto! Parte integral del programa de voto de pobreza de espíritu frente a ciencia y técnica" (o.c. 22); "debemos ser ricos en ciencia con espíritu de pobreza; y debemos ser ricos en técnica, con voto solemne de pobreza" (o.c. 23). La propuesta anterior, dado su tono crítico para con la ciencia y la técnica, resulta punto de máxima delicadeza, pues si se sostiene, como venimos haciendo y demostrando nosotros en este trabajo, que para GB ciencia y técnica son creaciones de la vida de las cuales ésta se sirve para potenciar su poder, frente a la tendencia descendente del universo, con vistas imponerse bajo forma de Dios, esa crítica deberá presentar matices importantes que la eviten entrar en flagrante contradicción con la idea de transfinitud expuesta en el capítulo séptimo del presente estudio, afectando tal cosa, en consecuencia, al tipo de conexión descubierta en él entre transfinitud y técnica; conexión esencial que se resolvía en lo que dimos en denominar tecno-mística. Pero si se sostiene que no hay contradicción, entonces es necesario admitir una de estas dos posibilidades: o que GB renuncia, o al menos modifica sustancialmente, el elemento más característico de su pensamiento: la transfinitud, lo cual no sólo afectaría a su concepción de la técnica, sino que sería síntoma de un giro radical en su proyecto filosófico (o incluso su cambio); o que la propuesta de GB posee aspectos que, debidamente analizados, han de permitir su incardinación coherente en el proyecto original. Puesto que sostenemos que hay continuidad y progreso incesantes en su proyecto filosófico, el cual mantiene como pieza clave la transfinitud tal como ha sido expuesta hasta aquí, y, en consecuencia, no cambia sustancialmente su valoración de la técnica ni la conexión de ésta con la transfinitud, no nos queda otro camino que demostrar que tal crítica es contextualizable debidamente, por lo que deberemos proceder a la búsqueda de los aspectos aludidos. De conseguirlo, quedará eliminada la otra alternativa, solucionándose el dilema a favor de la tesis sostenida en el presente estudio, saliendo así reforzada por la superación de esta dificultad. Por tanto, No será la renuncia a ciencia y técnica una castración de la transfinitud habida cuenta de que, como se vio, la técnica y la ciencia son las expresiones superiores de la vida y de su imposición a las cosas? El propio autor reconoce la delicadeza de la situación generada por esta propuesta si desea mantener intacto su proyecto fundamental, pero también la necesidad de dicha propuesta, cuando dice: "Mucho me temo que, respecto de la Ciencia y de la Técnica, tal y tanto como se hallan en nuestra concepción de Universo, hayamos de recurrir a ese tratamiento y actitud, un tanto ambiguo, y no nada fáciles" (o.c. 15). Por eso "La resistencia que notemos a renunciar a ciertas técnicas y tácticas (...) revelará el grado de virulencia de nuestra locura por la ciencia y por la técnica" (o.c. 21). Todo ello deja bien a las claras la valoración positiva de la posesión de ciencia y técnica como riquezas conquistadas legítimamente por la transfinitud humana en su intento de Intimidad, y de ahí que diga: "No se trata de condenar ni la ciencia ni la técnica, ni de discutir su licitud; es lícito producir autos y códigos" (ibid.), pero, a la vez, reclama: "que nos dejen algo de nuestras vidas religiosa, social... sin legislación, a la espontaneidad individual, a la conciencia personal (...) a la gana y libertad de los individuos (ibid.). Y no sólo no debemos condenarlas, sino que no podemos, en virtud de la estructura misma de la vida, que está imposibilitada para volver sobre sus pasos debiendo avanzar siempre hacia delante conservando siempre algo y abandonando otro tanto. En este sentido debe entenderse lo que dice GB cuando afirma: "Claro que el voto de pobreza no obliga a morirse de hambre; no se nos pide renunciar a toda ciencia y técnica, (...) no se trata de revertir al estado primitivo, allá al siglo VI antes de Cristo. No podemos hacerlo, por razón análoga a la que nos impide retrotraernos al estado de célula indiferenciada. Somos, en todos los órdenes, vertebrados superiores, con irreversibilidad de desarrollo" (o.c. 22). La mejor manera de no poder ser otra vez una cosa es, suele decir GB, haberla sido. El posible remedio viene, pues, nótese bien, del dominio moral, no del técnico ni del científico: "Espíritu de pobreza y voto de pobreza en el uso y disfrute de la ciencia y de la técnica no son remedios ni técnicos ni científicos; sino morales. Algo así como la "resistencia pasiva" de Gandhi, ahora frente a ciencia y técnica" (o.c. 22). Actitud que no desaparece en décadas posteriores: "si nos aguantamos un momento, la tentación pierde sus fuerzas. La fuerza de la tentación está en su urgencia. La naturaleza es la tentación de la técnica. (...) Si nos aguantamos durante un momentos, durante un presente histórico, tales ganas numéricas -en religión, industria, comercio, política, en genética-, las tentaciones, el falso prestigio de los grandes números (...) se desvanecerá o desvirtuará" (ET, 147). Propuesta moral de solución, acorde al tono de la preocupación, también moral: "Los hombres no somos, evidentemente, omnipotentes; pero somos, en verdad ya, potentados ontológicos. (...) No es posible que el hombre descubra que es fermentario de posibilidades, material de portentosos e inagotables recursos; no puede llegar a descubrir y caer en cuenta de que se compone de ser y ente, sin que se le plantee, con nunca visto sentimiento de responsabilidad, si esta nuestra omnipotencia -en matemáticas, física, lógica, técnica...deberá estar sometida a una bondad, imitación ya mas cercana de la divina. La cuestión de la estructura del hombre, como ente y como ser, nos ha conducido nada menos que a la energía atómica y a un replanteamiento de nuestras responsabilidades: a una nueva moral. Del tema de ser, al tema del deber" (AFC, 63). En efecto, al descubrirse el hombre como nuevo creador y dueño de nuevo mundo, una nueva exigencia y responsabilidad sin precedentes se le imponen, pues ya no puede esperar que los valores le sean dados, y así dirá: "tenemos y debemos inventar, crear valores nuestros, normas nuestras -normas y valores de señores. (...) "la nobleza obliga""(AFC, 80)41. Todo ello, pues, indica que GB no renuncia a la condición transfinita del hombre, sino que, muy al contrario, se trata de una precaución con valor estratégico: concienciar los límites para notar, justamente, que el hombre es transfinito, no infinito, lo cual es tanto como saberse y sentirse seres "potentados", es decir, ni omnipotentes, ni irremediablemente condenados, caídos, o finitos. Para que haya auténtica libertad, debe haber límites. Ellos son la raíz de la libertad entendida al modo bacquiano. La humildad, según GB, no equivale a simplicidad, que es esta última un sentimiento de confianza infantil o en primera potencia42, es decir, simplismo que desemboca en el complejo contrario al de superioridad: el "complejo de inferioridad metafísica", de siervo o creatura, es decir: "el sufrido por el hombre, cuando se creía ser cosa definida y confinada a un universo que él no había hecho ni podía transformar en mundo o casa suya" (AFC, 66); "Que el hombre es un ser definido significa que es un ser confinado a una parte del universo, respecto de la cual y dentro de la cual no hace nada; todo lo recibe, y, entre lo recibido, está el complejo de inferioridad ontológica" (AFC, 81). Tal complejo, del que se ha tratado ya en la crítica de GB a la ontología y, en general, a todo naturalismo, religioso o no, es también fatal para la transfinitud, aunque por el motivo opuesto43. Por la humildad la soberbia no degenera en vanidad; a su vez, la soberbia evita que la humildad decaiga hasta resultar complejo de inferioridad. Con ello se consigue que la existencia humana no oscile ciclotímicamente entre dos extremos: "mal lo pasaríamos oscilando del uno al otro; entre el temor de Dios y el temor a la bomba atómica. Entre Cristo y Oppenheimer, entre el infierno o una nube radiactiva" (AFC, 82), lo cual es nefasto para la transfinitud entendida como tensión óntico-metafísica. La transfinitud no es oscilación o sucesión de bandazos incontrolados, sino tensión perpetua que debe evitar la "oscilación característica de nuestra época. Ciclotimia ontológica; temple dual existencial" (AFC, 66). Para afianzar aún más nuestra tesis de la cautela como estrategia de la vida superior, a su servicio, y nunca como renuncia a la transfinitud durante la década de los cincuenta, dos textos resultan fundamentales. En 1950 aparece "El plan de filosofar medieval y el plan moderno de filosofar", artículo en el que destaca la idea del filosofar moderno como apropiación del plan de vida personal de Cristo. El legado cristiano al pensamiento occidental se concreta, según GB, en varios aspectos, aunque sólo una filosofía española sea capaz de dar sentido adecuado a esta herencia consiguiendo sacarle mayores posibilidades filosóficas, tal como tuvimos ocasión de comprobar oportunamente. En este momento interesa únicamente notar la continuidad del espíritu prometeico en el pensamiento de GB o, mejor aún, su conservación-superación por el crístico en este punto. Según GB, la sentencia "Yo soy el camino, la verdad y la vida", encuentra en el griego su precedente histórico-vital: el griego conectó camino, verdad y vida, aunque lo interpretaron de forma impersonal: el camino es el método, que lleva a la verdad, cuya fuente, como la de la vida, es el Absoluto; el Sinsupuestos o Ser44. En el antiguo Testamento Dios dice "Yo soy", lo cual resulta inconcebible para la mentalidad helena, pues el Absoluto se personaliza (Yo). Cristo riza el rizo cuando en el Nuevo Testamento aparece diciendo: "Yo soy la verdad, el camino y la vida", pues Cristo es para el cristiano la encarnación de Dios, de modo que es el mismo Dios el que se anuncia por su medio. Con ello el cristianismo deja en occidente unas ganas irresistibles de ser Dios al mostrar cómo uno de sus miembros lo consigue hipostáticamente. Pues bien, la filosofía moderna recoge el plan-programa latente en la sentencia de Cristo de modo que también tenga por plan el "yo soy el camino la verdad y la vida", pero de tal modo que el yo sea el yo individual; la verdad, como verdades humanas que poder reelaborar; la vida como conciencia a solas o vida sentida. La vida sobrenatural vendrá, pues, no por hipóstasis, sino por elevación del yo empírico a transcendental, mediante diversos métodos (abstracción, abstención, duda...). Con ello GB considera que el programa de la filosofía moderna es llegar a conseguir que cada individuo diga de sí lo que Cristo dijo, apropiándose así de su plan, y ello con independencia de si quien emprende semejante tarea resulta ser un yo colectivo, social o individual. En definitiva: intentar toda suerte de ascensiones hacia Dios y realizar el programa de Cristo, mas al modo racionalista (transcendental) y no por transustanciación "real-de-verdad" (transcendente o meta-física). Tales intentos no están garantizados en su resultado, de modo que se puede ganar o perder, por lo que habrá que estar dispuesto a aceptar el resultado: o que seamos Dios, en cuyo caso no hará falta pedir perdón, pues ya lo seremos y él no existirá por lo que no habrá nadie a quien pedírselo; o que no se consiga, resultando entonces fracaso nuestro y honra para Dios, debiendo acatarle con humildad pidiendo perdón45. Y en el pensamiento de GB la situación no puede ser diferente, pues, como ya se explicó suficientemente, se trata de una tragedia o condena vital: la de ser endemoniado o transfinito, y no pecado de vanidad. Por tanto, humildad, espíritu de pobreza, cautela, no pueden entenderse en la filosofía de GB de manera que afecten negativamente a la transfinitud, por lo que podemos concluir que el autor no renuncia ni un ápice a sus posturas iniciales ante la transfinitud ni, en consecuencia, ante la técnica. Por el contrario: en la técnica ve nuestro autor una forma secularizada de transustanciación, de sacramento eucarístico o medio instrumental por el que quizá pueda conseguirse la divinización del hombre. La cautela lo será, pues, ante los peligros que la técnica y la ciencia exacervadas por vanidad de la razón conlleven y que, en el fondo, se condensan en esto: aniquilación del ser, es decir, de la vida y de la base del universo en cuanto surtidor la una, y depósito el otro, de novedades o creaciones. La técnica, en sí, por tanto, no es el problema pues, como se va a ver, GB considera que aquélla no posee límites de por sí a consecuencia de no tenerlos la transfinitud, que es lo que de transcendente tiene el ser humano. Por esta razón GB no puede, en tanto mantenga su concepción de la transfinitud humana, renunciar al poder de la técnica y a su carácter instrumental (sacramental) transustanciador (eucarístico) y, por tanto, dialéctico real-de-verdad (tecno-místico). El peligro proviene de cuestiones externas, aunque no ajenas, a la técnica: el aumento del número, las actitudes humanas... Por eso, en la medida en que sea posible corregir o neutralizar estos problemas, la técnica y la ciencia permitirán, desde la perspectiva bacquiana, transformar universo en mundo, en lugar habitable para la transcendencia humana, y de ahí su consideración como tesoros irrenunciables. En efecto, "Mundo -dice GB- es, pues, en todos los órdenes universo reformado a imagen y semejanza, planes y dominio señorial del hombre" (AFC, 73). Ahora bien, tal como se vio, la elevación de universo a mundo no presentaba carácter unitario: hay una elevación "de universo de los sentido a mundo de los sentidos"; otra "de universo humano a mundo humano", también la hay "de universo del tiempo a mundo temporal", de modo que el universo se hace habitable por Historia, memoria y cálculo. El hombre rasga el velo del universo (irrupción metafísica), escindiéndolo en dos dominios que tratará de suturar, y la técnica aparece ante GB como el instrumento vital (sindéresis) más adecuado para reparar la unidad o identidad perdida, mas por superación dialéctica, histórica46. Pues bien, si recordamos, habitar con Historia era para GB poner las cosas a servicio humano, hacerlas entrar en la historia, de modo que los inventos hacían historia. Habitar temporalmente consistía en convertir el futuro en porvenir, abrir las cosas a posibilidades y, en este sentido, la elevación a mundo permite al hombre dejar de ser creatura, de ahí el interés de GB ya en AFC por distinguir explícitamente entre "servir para" y "estar hecho para", de modo que sólo de las cosas hechas por y para el hombre puede éste sentirse dueño (llamarlas suyas), mientras que de las que se sirve sin haberlas hechos sólo se nota depositario provisional, usufructuario. Si esta distinción pasa desapercibida al hombre, éste no concienciará su papel transformador ni el carácter de efecto que tiene mundo, de modo que todo resultará siervo, él incluido, a servicio de otro Señor, que sí lo hizo y se lo dio en usufructo47. Tal concepción hace que la ciencia se limite a ser mera contemplación del ser, y la técnica se tenga por regalo divino a servicio de los órganos naturales del hombre, tal como sucedía en tiempos de los griegos a causa de su plan categorial-vital48. La técnica moderna, en cambio, es otra cosa, pues por ella lo natural es rehecho según planes, y designios humanos, elevándose así el hombre de siervo a señor, de modo que de ella dice GB: "es, esencialmente, desconcertante y prodigioso instrumento, y documento fehaciente cual ninguno, para convertir universo en mundo" (AFC, 78)49, y es que a la eficacia que le viene de la matemática actual, se le añade la disponibilidad de nuevas fuentes de energía, en especial la atómica, que abre el camino hacia lo infinito, afirmando por tal razón GB que "La técnica moderna no tiene límites; ni en espacio, ni en tiempo, ni hacia lo pasado, ni hacia lo futuro; no se limita a la tierra; pronto vamos a poder viajar por el universo. Nos hemos desbocado técnicamente hacia la infinidad" (o.c. 22); "nuestra técnica puede crecer indefinidamente. (...), no hay límite para el hombre. Vamos apuntando hacia infinidad" (o.c. 18); "La palabra "imposible" no es palabra de la ciencia y técnica modernas. Todo es, en principio, posible" (o.c. 80). En este sentido, GB plantea la posibilidad de un cambio de cuerpo, tal como se verá en breve. La posibilidad óptima de la técnica para GB, como ya se ha venido diciendo reiteradamente, consiste en ser Dios, por lo que resulta lógico preguntarse, como hace nuestro autor: "Dónde terminará semejante transformación del universo en mundo; y del hombre, de siervo y criado, en dueño y señor?" (AFC, 79). Queda, pues, demostrado que GB no renuncia ni a técnica ni a ciencia ni, por tanto, a mundo como creación que es crecientemente resultado de un hombre Señor o Creador, términos que aún no parece diferenciar en AFC, aunque sí lo haga entre "servir para" y "hecho para servir para". En cualquier caso, como se ha ido indicando, se trata de ideas que estarán presentes en décadas posteriores nada sospechosas de continencia tecno-científica, por lo que afirmamos que el tono de cautela mantenido por GB durante los años cincuenta es tan sólo consecuencia de una urgencia epocal por resaltar temáticamente la estrategia que evite poner en peligro el proyecto fundamental del transfinito humano: transustanciarse en Dios (Infinito), y ello por transformación tecno-científica dialéctica de lo natural, de modo que todo el proceso sea real por contar con los medios "eucarísticos" apropiados, y no puro intento idealista ineficaz y, en consecuencia, fallido. Algo así como un misticismo materialista, si tal cosa fuera posible. En los años posteriores, como ya ha quedado indicado a lo largo de este estudio en varias ocasiones, y es fácil de comprobar por los textos reproducidos pertenecientes a obras de los años sesenta y setenta, GB no dedica tantas consideraciones al tema de la cautela, sino a su elogio más ferviente. Esto no significa que la cautela haya desaparecido como elemento del proyecto filosófico bacquiano, sino que está menos resaltada, y no podría ser de otro modo dado el importantísimo papel que, como se ha demostrado, desempeña como estrategia transfinitadora. Así, pues, si ni en la etapa más cautelosa, GB renuncia a su concepción fundamental de la técnica y su conexión con la transfinitud, menos lo hará aún en los momentos de elogio, lo cual no significa que los peligros expuestos ya no le interesen o los considere inexistentes, pudiendo por ello bajar la guardia. 9.2. Límites de la técnica. Se acaba de ver cómo en texto de los años cincuenta, década marcada en lo que respecta a la técnica por serlo de cautela puesta en resalte con solución de "renuncia", GB afirma que la técnica no conoce la palabra "imposible", es decir, no conoce límites; y es afirmación que hace no sólo constatando lo que hay sino, además, y es lo principal ahora, con avenencia o beneplácito sentimental de que eso sea así. Es claro, por tanto, que para nuestro autor la técnica, en sí, no encierra peligro alguno, siendo todo mal exógeno a la misma, de ahí que no resulte extraño que años más tarde, ya en la etapa marxista, reitere: "La técnica, )peligrosa?, )para quién? No para el ser, o para la realidad, que "el ser es ser y no puede no ser" (...). En física, o realidad física, manda el principio de conservación" (ET, 140). GB considera que a la técnica los límites le vienen: a) de la estructura misma del universo, que se ha dado a sí mismo unos límites en los que descansar: "la naturaleza ha puesto límites en las cosas (...): límites ontológicamente infranqueables" (ET, 127); "límites intrínsecos, de los que ni pasa ni tiende a franquear; en ellos se establece y reposa" (ibid.); b) de la actitud del hombre ante lo natural: "Lo natural, lo esencial, es inmutable, eterno... porque hemos comenzado por definir lo natural y esencial como inmutable y eterno" (o.c. 128)50. Sin embargo, "Es la técnica la que no reconoce límites naturales, y menos aún fronteras políticas, sociales, económicas, religiosas... No las reconoce ni respeta -ni de palabra ni de obra, ni de éxito." (o.c. 127), pues "La técnica es, por intención y programa, superación de tales límites" (o.c. 128). Así, "La técnica, a diferencia de la sencilla artesanía, no reconoce límites en nada; ni entre especies, con diferencia esencial natural; ni entre géneros, naturalmente diversos; ni entre categorías, naturalmente dispares" (ET, 126). Ahora bien, como resulta ya claro a estas alturas de nuestro estudio, decir "técnica" es decir "trasfinitud", lo cual significa, en rigor, que es la transfinitud de la vida, en especial la humana (transfinitud transfinitante), la que no reconoce nada como límite esencial, tal como se explicó en el capítulo séptimo. Por esta razón, si la naturaleza, según GB, se ha dado a sí misma ciertos límites que ella no osa traspasar: las constantes físicas (vg. la velocidad de la luz en el vacío), esto no debe ser motivo de renuncia a transfinitar dichos límites sino, justamente, de puesta a prueba de la transfinitud: "Saber donde hay una frontera o tope resulta, para el hombre actual, ocasión no de saltarlo de frente, sino de hallarle la vuelta", pues "Si no se pone el hombre a tantear todo..., no daremos con lo inesperado - e inesperable, según las leyes naturales: con lo nuevo" (ET, 129). Así, "El hombre en cuanto actual se caracteriza por la empresa -desaforada, aventurada y peligrosade poner a parir toda la realidad: física, moral, religiosa, matemática, económica..., con tanteos, experimentos, subversiones..." (o.c. 130). En definitiva: para el hombre actual "Todo lo hecho es campo de probabilidades" (ET, 132). Esta concepción del hombre actual, que GB presenta en este escrito perteneciente a la década de los sesenta, resulta acorde, evidentemente, con la del hombre como transfinito transfinitante sentada en la de los cuarenta, pues, si se recuerda lo dicho acerca de este aspecto en su momento, se deducirá meridianemante que el hombre actual es, justamente, el tipo humano más respetuoso o a tono, surgido hasta le fecha, con el tipo de transfinitud definidora de la vida en cuanto humana o transfinitud transfinitante. Pero no hará falta recurrir a la memoria ni a escritos del autor tan lejanos en el tiempo: nótese lo que dice GB en referencia a ese hombre actual: "Por ser el hombre "el explosivo de sí", es "conscientemente explosivo", o se sabe ser explosivo; lo que aumenta su peligrosidad, y su responsabilidad -no tanto la peligrosidad "jurídica" y la responsabilidad "moral", cuanto la ontológica" (ET, 133). La prueba de lo afirmado no puede ser más rotunda. En consecuencia, la postura de GB respecto de los límites de la técnica es secuela de su concepción del hombre como transfinito transfinitante y de la conexión y lugar esencial de la técnica con ella (cf. capítulo séptimo). En virtud de lo dicho, se comprende la forma argumental siguiente: "(a) la técnica (...) es la apertura misma de la realidad a novedades"; "(b) la técnica es apertura a novedades, retrospectivamente coherentes en estela -con racionalidad retrospectiva, sin racionalidad prospectiva. La técnica es historia; o es el ser, la realidad, en estado histórico"; "(c) La técnica por ser apertura a novedades, coherentes retrospectivamente, o en estela, no puede toparse con fronteras, límites, definiciones, esencias, propios o intrínsecos que la taponen el porvenir"; "la técnica no tiene, por constitución, límites; no intentemos ponérselos, que sería como poner puertas al campo ridícula e inoperante pretensión" (ET, 138-139). 9.2.1. Límites y fronteras humanas: cuerpo y técnica. Dado el significado "actual" que el término "cuerpo" posee en GB, hablar de límites y fronteras del hombre es hacerlo, en sentido estricto, de su "cuerpo". Veámoslo y notemos, a la par, cómo implica este tema a la técnica. Recordemos algo ya advertido con anterioridad, y escrito por GB en 1940: "Y si contraponemos alma y cuerpo, por delimitarse ambos mutuamente, el hombre no es ni tiene alma y cuerpo, es transespiritual y transcorporal" (IVF, I, 13); "El hombre no pierde con el contacto místico su estructura transfinita; al menos no la pierde por ciertos tipos de contacto transitorio, cual se verifican en este mundo" (IVF, I, 119). Pues bien, un lugar privilegiado para demostrar lo que afirmando acerca de la cautela como estrategia, y nunca como renuncia, en el proyecto filosófico de GB es el de la relación que establece entre "cuerpo" (que es uno más de los límites actuales de la transfinitud humana, si el concepto es tomado en su acepción habitual, o el único, si se toma en sentido transcendental) y "filosofía atómica", la cual implica de lleno a la técnica, aspecto por el cual se regresa al tema que abría este capítulo: la inquietud ante las consecuencias y posibilidades abiertas por la realización real-de-verdad, mediante ciencia y técnica, de la prefiguración litúrgica del milagro eucarístico de la transustanciación. El término "cuerpo" indica en GB un tipo de realidad peculiar definida por su función limitante, de tal modo que nuestro autor da a este vocablo un sentido transcendental. Partamos de este punto para llegar a lo que interesa directamente a nuestro tema. Dice GB: "cuerpo no es de suyo un componente material, sino todos aquellos entes, sean los que fueren, -pudieran ser eidos en sí, si esto tuviera sentido; pudieran ser otros vivientes y esto es más verosímil-, con la condición de que la conciencia (superior) los anule de modo que no presenten nada aparencial, que nada de ellos se trueque en aparencial, en lo otro, en objeto. Se da, pues, la doble anulación: óntica y fenoménica. Definición transcendental de cuerpo. Lo que, en principio, haría posible (formalmente, abstractamente) que la conciencia pudiese estar siendo en cuerpo de aire, de gases nobles, de paquete de ondas (fantasma)" (EPFSC, 832). En lo anterior, hay al menos dos cuestiones conexas que deben ser notadas: que el cuerpo es necesario para sentirnos reales; que no es preciso para ello, sin embargo, el tipo de cuerpo que poseemos en el estado actual de vivientes, de modo que puede cambiarse. En cuanto a la primera cuestión, se trata de la concepción "actual" de cuerpo51: "Qué es lo que se nos da y es propiamente el cuerpo según la concepción actual? El cuerpo se nos ha dado para que nos sintamos reales: ni más ni menos que para eso. El cuerpo es el sentimiento de nuestra realidad" (AFC, 117); "este cuerpo es "nuestro" cuerpo en la medida en que es la condición que hace posible que el alma se sienta real, como el aire es la condición que hace posible que el ave pueda realmente volar, y sienta que realmente vuela y no sueña que vuela" (o.c. 119). El cuerpo, pues, es "el" obstáculo necesario, el único y genérico, que ha de tener en todo momento el ser humano para ser y sentirse transfinito. Otra cosa es qué tipo de cuerpo esté en cada caso haciendo de límite "actual" o último (transitoriamente) para un transfinito, pues al ser la definición transcendental de cuerpo acorde con el concepto de transfinitud, puede decirse que, si bien es necesario tener un cuerpo para notarse real, no lo será tener tal o cual, y que la necesidad absoluta de cuerpo que tenga el hombre lo será en tanto que transfinitos, pero no si se hace Infinito. Este será el motivo profundo por el que GB, desde la transfinitud humana, planteará la posibilidad de superar el límite "cuerpo", absolutamente hablando52. Si se restringe la atención al cuerpo como límite biológico, el problema radica en lo mucho que el cuerpo biológico tiene de ente (cosificado) y poco de ser (cambiante) de modo que funciona como una encerrona biológica de la transfinitud a la que arrastra hacia la finitud (caída) en dicho nivel. Desde esta perspectiva, la técnica material funge, para GB, como elemento de salvación (sindéresis) o repotenciación de la transfinitud en peligro. Vayamos por partes. La "encerrona biológica" (AFC, 43) consiste en la entificación o cosificación de la transfinitud por lo biológico, que es mayor, según GB, que la sufrida por la vida mental con el suyo (ideas), de modo que el hombre es un invertebrado espiritual (naturaleza amiboide de la vida superior), tal como lo demuestra el cambio de planes categorial-vitales, de verdad y de ciencias a lo largo de la historia, frente a la mayor cosificación o vertebración de su cuerpo biológico, que no ha sufrido tan espectaculares cambios en el mismo período de tiempo, razón por la cual el hombre lo ha considerado secularmente como límite infranqueable o frontera definitiva, acobardándose en consecuencia ante la mera posibilidad de emprender planificada, artificialmente, a modo de empresa, cambios corporales, en lo cual demuestra sentir mayor respeto por su cuerpo que por su alma.53 El cuerpo humano se sostiene sobre un "bloque", el constituido por universo, que le da realidad, quedando así vinculado por su medio física y realmente a la estructura del cosmos, pues se compone de los mismos elementos y es afectado por las mismas leyes que rigen en él54. A esto se refiere GB cuando utiliza la expresión "sumergido en Universo" (AFC, 138). Por tanto el cuerpo humano es "En-ser" o realidad campal, acampada y expuesta o expósita. Cuerpo como nudo relacional o recorte en el Ser. Si por técnica fuera posible cambiar de cuerpo, es decir, transfinitar la "encerrona biológica" ello sería la prueba de que el que ahora tiene el ser humano no le es esencial, contra lo que parece, por lo que la mejor cura para el mal (caída) de ser animales sería cambiar de cuerpo, de ahí que GB diga: ")Será posible, y la pregunta adquiere sentido actual, que la técnica de nuestro siglo o de los siguientes nos cambie el tipo de cuerpo, que el hombre deje de ser vertebrado mamífero, y nos haga un cuerpo viviente de otra manera y tipo?" (AFC, 43). Tal posibilidad se fundamenta en lo conseguido por la transustanciación atómica: "Si la técnica moderna ha conseguido ya cosas que para los antiguos serían más graves que cambiar el tipo taxonómico de cuerpo del hombre, podemos preguntarnos, y tal vez desearnos (...) que la técnica llegue a cambiarnos el tipo de cuerpo. (...) )Podrá la técnica llegar alguna vez a cambiar el tipo de cuerpo del hombre, como ha conseguido cambiar la luz en materia y materia en luz? Este cambio ha comenzado en forma de bomba atómica" (AFC, 43-44). Así, pues, "La técnica moderna no tiene, en principio, límites. La técnica puede, en principio acometer la empresa de transformar -y puede que no esté lejos el día de obtenerlo-, el cuerpo del hombre" (AFC, 44). Esta ausencia de límites afecta también a lo genético: "(...) ante la actualidad, deslumbrante en radiaciones y hecatómbica en poder, de la teoría atómica moderna, y ante la actualidad, sobrecogedora en más vitales promesas, de la genética de nuestros días" (DNC, XXXVI)55. Pues bien, lo anterior es exactamente lo mismo que afirmará años más tarde: "La técnica actual ha perturbado la "genética" de los cuerpos que llamamos inanimados; y ahí está, en bombas y reactores atómicos, el resultado, (...). Y la técnica está perturbando la genética de plantas, animales y microorganismos. (...) Así es como la ciencia a servicio de la técnica actual está haciéndose (...) creadora o productora de vida. Y por el mismo general procedimiento advendrá que el hombre llegue a hacerse genéticamente diverso de los animales, dejando de ser en este punto notablemente diferente de algunos y levemente diferente de otros. Llegados a este punto, la técnica no reconoce límites" (ET, 137). Pues bien, lo anterior iba encaminado a lo siguiente, y con ello volvemos al mismo tema con que abríamos el capítulo: "El cambio de tipo del cuerpo del hombre sería, en principio, algo así como bomba fisiológica; un acontecimiento transcendental, del que no tenemos idea concreta, aunque sea, en el fondo, la continuación de este prodigio, naturalísimo ya para nosotros, que es la transformación de materia en luz. (...). Tal transformación daría realmente lugar a una filosofía, a una concepción del Universo, propia de la era atómica. Que no es era atómica, o nueva, porque hayamos convertido materia en luz y luz en materia (...). Nada misterioso, algo simplemente material y numérico. Más si la técnica consiguiera transformar el cuerpo del hombre, entonces sí que vendría una época, absolutamente imprevisible, desconcertante, nueva" (AFC, 44-45). En tal época atómica, el cuerpo estaría a la altura de la vida mental en estado actual: "la técnica (...) habrá conseguido lo que nuestro hibridismo de naturaleza corporal y alma supernatural no han alcanzado aún: dejar de parecernos a los monos, por haber inventado la manera de hacernos diversos de ellos, a costa de lo muy semejantes, sólo diferentes, que naturalmente somos" (ET, 137). Sobre el tipo de cuerpo que podría sobrevenirle al hombre por tal filosofía atómica, lo posible y lo probable parecen converger, en opinión de GB,en uno de tipo lumínico o cuerpo fantasmal, de modo que por esta concepción se dan cita en su pensamiento al menos dos concepciones tradicionales del cuerpo: la griega y la de la teología católica, y una científica: la de la fisica atómica. Veámoslo. Según los griegos el hombre tenía dos cuerpos, uno sensible y otro fantasmal o de luz débil. Con la muerte, ambos cuerpos se separaban y el alma iba con el cuerpo fantasmal; así mismo, durante el sueño, el cuerpo de luz (cuerpo astral) podía viajar por el universo mientras el sensible permanecía inmóvil en el sitio56. Por otra parte, hoy se sabe que entre los átomos del cuerpo hay distancias o huecos; se sabe igualmente que entre esos huecos, en ellos, hay energías en estado campal, y por ello se pregunta nuestro autor si el alma informará los átomos o también los espacios entre energías, es decir, uno o los dos tipos de realidad (materia y/o luz)57. Pues bien, en virtud de lo anterior dice GB: ")Al informar nuestra alma un cuerpo hecho de luz y materia, de átomos y paquetes de ondas, no tendremos por la parte de nuestro cuerpo radiatorio, ondulatorio, campal, una cierta naturaleza espiritual?" (AFC, 121)58. Con ello, GB introduce en el tema la tradición cristiana, pues de ella toma el termino "espiritual" y como tal lo usa: "Sólo a partir de Santo Tomás (...) se impone en la Iglesia la opinión, levantada pontificialmente a dogma, de que los espíritus angélicos son espíritus puros, sin ninguna clase de materia" (AFC, 121). Esta tradición, al igual que la griega, habla de cuerpos luminosos o "vida fantasmal", pero con matices diferentes, pues, en el catolicismo, el cuerpo lumínico o "glorioso" surge como consecuencia de una transustanciación del material al morir, conservando, además, la individualidad de la conciencia conquistada durante la vida59, lo cual es un detalle importante en una filosofía de la conciencia en cuanto intimidad, como es la de GB60. En todo ello debe advertirse que lo planteado por GB, a pesar de que el origen de la posibilidad parece estar en la transustanciación atómica propiciada por la ciencia y la técnica actuales, no es tanto que el cuerpo humano material se transmute en cuerpo lumínico, como el hecho de que ya en este mundo posea un doble cuerpo (o un cuerpo en dos estados). Según ésto, la técnica no haría sino aprovechar dicha situación de facto potenciándola a fin de transustanciar la naturaleza corporal actual del hombre, excesivamente cosificada o entificada, y así dirá GB: "Y eso, tal vez sea la muerte: constituirse el cuerpo propísimo de la vida, haciendo sobrante, caedizo y escoria al cuerpo macroscópico, propio de la vida corriente" (IFAM, 204-205). Y desde ahí, en referencia a las creencias tradicionales de cuerpos lumínicos, resulta que "Todo eso no es sino prefiguración, cual la de alfombra mágica, de lo que poco a poco, con bien ganados éxitos, nos comienza a enseñar la ciencia, mas bien como hipótesis de trabajo que cual dogma fijo, taponador de progreso" (o.c. 205). De otro modo: la vida ya está haciendo estas cosas en su "hondón", comenzando a surgir una ciencia y técnica isomorfas con ella. La filosofía, en tal caso, resultará atómica, en tanto que reflexión (trato explícito) sobre dicho trato implícito. Como consecuencia, se podrá volver a potenciar el proceso, esta vez de forma artificial, es decir, planificadamente, cual empresa. Por último, una condición resulta indispensable para que cualquier realidad, la que fuere, se convierta auténticamente en "cuerpo": que sea doblemente anulada por la conciencia61. Con ello, la conciencia se hace manifiesta como condición de posibilidad de todo lo dicho. Pero no se olvide que todo ello tiene su razón de ser en el dominio de lo transfinito, debiendo desaparecer para ser el hombre Infinito, de ahí que GB anhele, dramática y vehementemente, perder su cuerpo material actual, e incluso todo cuerpo posible, en esa especie de profesión de fe o credo invertido con que finaliza el primer capítulo del primer volumen de Invitación a filosofar62. Por otra parte, sin llegar a tales extremos, el cuerpo y alma del hombre actual ya han cambiado, según GB, pues su entendimiento es matemático y sus sentidos se sirven de instrumentos o, como se dijo en otro lugar, sentido científicos, de modo que sabe y conoce cosas muy diferentes que los hombres anteriores, vg., con el nuevo entendimiento "piensa" que la materia es luz y viceversa, y con un cosmotrón, un Geiger, una pila atómica, "ve" que la materia es luz o la luz es materia, por lo que dirá: "Si todo esto no se puede calificar como un haber cambiado el hombre, por sus inventiva, de cuerpo y alma, con cambio supraespecífico y supragenérico no sabría a qué llamar "cambio sustancial", o a qué aplicar, con real y no sólo creído sentido, la palabra "transustanciación""; y seguidamente: "Tal cambio, o transustanciación, del hombre natural es de temer, o de esperar, llegue a afectar a lo que de estado natural le queda aún al hombre en el cuerpo y alma" (ET, 66-67). Desde esta esperanza, GB critica la cobardía ontológica del hombre ante el reto de cambiar su cuerpo, y contentarse con usar instrumentos sin integrarlos en su cuerpo biológico, y así dirá: "Telescopio o microscopio para los ojos; mas nada de que los ojos sean microscopio o telescopio, o prisma, o interferómetro; nada de intentar, atentar o aventurarse a que los ojos sean ojos científicos" (ET, 136). En definitiva, se trata, según GB, "de una aventura del ser mismo, íntegro, del hombre; de la gran jugada: echar a dados, a probabilidad, el serse o no serse natural, ser o no ser vertebrado, mamífero, primate; jugarse el ser distinto específicamente de los animales brutos -distinción que ya de antemano a todo se halla hecha- a ver si resulta diverso en especie y género de todos ellos" (ET, 136). 9.3. Conclusiones. La conclusión, después de todo lo dicho, y ya repetidamente expuesta, es que en GB la cautela y la audacia esperanzada, van de la mano como elementos irrenunciables de su proyecto filosófico. A lo largo de los años, GB insiste constantemente sobre los peligros y límites de la técnica, pero desde una peculiar perspectiva, pues no se trata de peligros ni límites que tengan su origen en la técnica, sino de los que ésta se contagia y, en virtud de su eficacia constitutiva, transmite amplificados y agravados. Los peligros denunciados por GB son siempre los mismos: determinismo matematicista y mecanicismo (máquina), enseriación (fábrica) y activación de la ley de los grandes números, y todos proceden de dos causas diferentes: la tendencia de lo natural a repetición y el frenesí racionalista de una intimidad que, incómoda ante lo incontrolable del universo en lugar de asumirlo pretende hacerlo desaparecer mediante cálculo. La peligrosidad de todo ello reside en que supone un ataque frontal al poder creador de la Vida. Este aspecto crítico jamás será abandonado por el autor, pero en la década de los años cincuenta resulta especialmente evidenciado, mas de tal modo que una comprensión superficial de los escritos de GB puede llevar a engaño respecto de su auténtica intencionalidad y, en consecuencia, a interpretar incorrectamente todo su pensamiento. El énfasis de GB en los peligros durante esta época tiene una causa histórica o epocal: el poder manifestado por la ciencia y la técnica para liberar la energía de la materia, haciendo real-de-verdad la transustanciación. Ante este hecho, GB considera urgente llamar la atención sobre el peligro que supone que una ciencia y técnica tan poderosas (transustanciadoras) y que un proceso tan esperanzador para la tranfinitud humana como el transustanciador se contagien de los peligros citados resultando éstos potenciados en la medida de tal poder, pues aumenta la posibilidad de acabar con el Ser, es decir, con el poder creador tanto del universo (poder inferior) como de la Vida (poder superior). El temor, pues, acompaña a la esperanza. La solución propuesta por GB pasa por una acción moral, no por una de tipo técnico: la renuncia voluntaria a ciencia y técnica. Esta propuesta es delicada hecha por un autor que tiene la transfinitud como fundamento de su proyecto filosófico. Por eso, el hecho de que se observe una mayor cautela ante la técnica no significa cambio radical ni renuncias a posiciones básicas en tal proyecto, que ahora, eso sí, se ve urgido a incorporar, por la situación histórica, una cierta "renuncia" como estrategia para mejor alcanzar el límite del transfinito humano: Dios. En rigor, y aunque en ocasiones su autor parezca expresar lo contrario, no se trata de una renuncia real ni a la ciencia ni a la técnica, lo cual sería incompatible con los postulados fundamentales e inalterados de su teoría filosófica y de su concepción y valoración de la técnica, sino al naturalismo que supone la repetición (ley de los grandes números) y al frenesí racionalista que se infiltran en ellas haciéndolas caedizas. Mientras estas tendencias no queden refrenadas, habrá que controlar la técnica y ciencia por ellas contaminadas, lo cual no supone renunciar totalmente a la racionalidad científica ni a la técnica de ella surgida, que GB valora como imprescindibles para potenciar el poder de la transfinitud humana. Por esta razón, GB deberá mantener una postura de precaución y sostener, simultáneamente, que la técnica no tiene, ni deben ponérsele, límites, lo cual parece contradictorio. Debido a que la técnica funciona en el sistema de GB como aliada de la transfinitud humana, si ésta no tiene límites, aquélla tampoco, pues la técnica es creación de la transfinitud para ayudarse a sí misma en su faena vital de salir de su condenación, ya que hasta su misma transfinitud le resulta insoportable al anhelar el Infinito. Por lo mismo, los peligros que amenazan a la transfinitud son también los que acechan a la técnica, y viceversa, y siempre lo son de carácter exógeno. La técnica, en cuanto tal y en principio, no alberga, según GB, peligro alguno para la vida humana, sino que siempre es su aliada en la lucha contra lo natural (determinismo) en cualquier dominio; únicamente cuando es afectada por males externos a su ser (aumento del número, frenesí racionalista o vanidad), y dada su potencia dialéctica, hace las veces de amplificador de tales males o peligros para la transfinitud. Se entiende, pues, que la ausencia de límites sea, según GB, consustancial a la técnica en virtud de su conexión esencial con la transfinitud transfinitante que es el hombre y de la teoría de la polimorfía óntica o del ser-que-está. En consecuencia, y a la vez que propone cautela en el trato con la técnica, GB puede defender la no imposición de límites para ella, pues no los tiene por esencia. Resultan llamativas y altamente significativas de la postura bacquiana al respecto sus consideraciones sobre la necesidad de transfinitar, absolutamente si puede ser, la necesidad de tener materia funcionando como límite o "cuerpo" y, por tanto, el cuerpo biológico. Así, pues, según GB todo es posible y está permitido mientras la meta consista en ser "Dios en Persona", lo cual, como se vio, exige un tipo de ética peculiar a tono con el reto y que, al menos en principio, tome forma de ética popular y de "voto de pobreza". Luego, en rigor, no todo está permitido, actuando como criterio moral el Hombre como Supersujeto, mas nunca entendido, según GB, al modo del superhombre nietzschiano. En definitiva, si todo está permitido contra el aspecto determinista de lo natural, no lo está contra la Vida, o aspecto creador de lo natural (Madre), que es la realidad radical o Absoluto superior (el inferior sería la materia física en cuanto radiactividad) que en la filosofía de GB actúa siempre como instancia última a la que la técnica, y todo lo demás, debe someterse, y desde la que se establece lo que está permitido y lo que no; lo que es peligroso y lo que no. La vida humana es vida superior por su poder para encauzar y controlar, insertando dirección, vectorialidad (aspecto rector o cibernético), en el poder creador de la Vida mediante ciencia con formalismo matemático y técnica científica, de modo que la dialéctica natural quede potenciada por otra de carácter artificial (tecno-científico) que cual torbellino artefactual impulse todo lo real, realmente, hacia "Dios en Persona". Por ello, si la Vida demanda respeto, la humana es merecedora de doble respeto: en cuanto vida o creatividad y en cuanto humana o transfinitud transfinitante. Notas 1 Así, vg., dirá: "Sobre la formulita E=mc2 se levantará la magnificente y desafiante columna de una explosión atómica, que no sabemos aún si, a semejanza de los hebreos en el Antiguo Testamento, nos va a llevar por el desierto a la Tierra Prometida, o dejar desierta la Tierra" (E, 19); "Las religiones, en nuestros días, se agarran a sus dogmas como a tabla de salvación: los políticos, a sus consignas, como a boyas flotantes; los filósofos a sus ideas, cual a salvavidas: Todos, en trance y con gesticulaciones de náufragos. Y )a qué tendremos que asirnos desesperadamente cuando algún aprendiz de brujo en materia de átomo nos desate tal tempestad de reacciones en cadena que nos vayamos todos al diablo, de la noche a la mañana?" (Ex, 12). Este tono de preocupación remite al conseguir montar adecuadamente la potencia explosiva del átomo en esos "motores" que son las centrales atómicas, y usarse para fines civiles (Cf vg., LPQ, 47; PPPMM, 137). 2 En la edición de 1955 (Cf p. 39) pone "clave", mientras que en la de Ex, dice "clase". Se trata de una conferencia de 1951, editada por vez primera en 1952. 3 Si Heidegger interpreta lo Santo como lo que sana, también es posible relacionar la salud (salus) con la Sal, cuyo simbolismo y función purificadora de la "lepra" de los cuerpos es un tópico en el arte hermético. 4 Esta misma actitud crítica contra quienes dicen amar lo natural pero no están dispuestos a renunciar a las comodidades proporcionadas por el progreso científico-técnico aparece también en ET (Cf p. 106). 5 Cf CNCT, 3-4. 6 Distingue GB entre dos tipos de caos y dos de orden, uno acorde con el proyecto de ser dioses, pues sirve como material para ser transformado por el trabajo social (fraterno) y construir Sociedad; el otro, destrozo del que ya nada puede salir (Cf "Dos tipos de caos (desorden) y dos tipos de orden", 1972). 7 Híbridos de hombre primitivo, primero y primario. Un coctel antropológico, sin duda, explosivo (Cf ET, 80). 8 Advierte GB que lo dicho vale de la vida y de la muerte, pues ésta también tiene su intra y extracuerpo, imprevisible el primero, previsible el segundo (Cf DARP, 4). Para más detalles sobre esta cuestión Cf VMI. 9 Cf M, 188-189. 10 Cf P, 20-21; 24-25. 11 "Nos equivocaríamos lamentablemente si creyéramos que la invasión de lo artificial, de la estructura general de Máquina, y de su síntesis en Fábrica (...)" (CNTC, 13). Por el aspecto de "síntesis" implicado en "fábrica", esta manifiesta su carácter de Todo o Mundo, es decir, de universo repartido y coajustado entre ser y ente por el sentido: el de "fábrica" (Cf M; ILF). 12 El término "perfecto" revela mejor su sentido si se le sustituye por el de "perfacto" o potenciación por artificialización persiguiendo únicamente la optimización en el funcionamiento de la propiedad aislada. Esta tendencia funcionalista se desboca (frenesí) y hace que la técnica embriagada de sí misma no se someta al analogado central que es el hombre, la vida humana. Tal sucede, como se vio en el capitulo anterior, con la "perdivisión" del trabajo. 13 Cf FCF, 166-168. 14 "Concepto de mecanismo: fenómenos que se reducen a una relación de masa con la cinemática o con los movimientos; por tanto masa y movimiento como categorías básicas de la mecánica" (FCF, 173) 15 Para detalles, Cf FCF, 173. 16 Tales conceptos son: masa, reducible a punto-masa; colocación exacta en espacio y tiempo; conceptos derivados: velocidad, cantidad de movimiento o de momento; fuerza, esfuerzo y tensión (Cf FCF, 174-178). 17 Cf AFC, 15 y 18. En ET la defensa de la matemática es inequívoca, pues dice que todos nuestros enseres, en tanto que actuales, están escritos en matemáticas, al igual que lo natural, y de ahí su eficacia. Por eso, quien no sepa matemáticas se sentirá alienado, extraño, en un mundo de enseres artificiales y de ciencias que hablan en matemáticas de lo natural. La solución pasa por una "empresa pedagógica": aprender matemáticas (humanización intelectual del universo), no por denostar o renunciar a la técnica (Cf o.c. 113-116) 18 Así, vg., dirá que hacer algo mecánicamente es hacerlo sin amor, y tal como algunos filósofos hacen filosofía resultan ellos y la filosofía "máquinas filosóficas, y sus libros, mecanismos" (Cf ITF, 15); que el amor es contrario a la "trama férrea del determinismo" de los "inventos mecánicos que, una vez pasada aquella ráfaga de luz mental por la que fueron descubiertos, caen al orden de lo físico y quedan sujetos a la trama férrea del determinismo y hasta pueden ser mecánicamente reproducidos y hechos en serie por monótonos técnicos", pues el amor "es, en cada instante, invento; y de poder morirse, se muriera a manos de la inercia, de la rutina" (B, XXIX); que la máquina, una vez montada funciona inercialmente (sin novedades) (Cf IVF, I, 136); que siente angustia ante la posibilidad de ser aplastado "por cualquier bruto que disponga de suficiente fuerza bruta mecanizada, mecánicamente organizada, servida por hombres-máquina, al servicio de cualquier estúpida máquina de ideas" (Cf PP, X-XI); que un hombre surgido "por coordinación de las partes obtenidas por la simple división (...) Sería un hombre-máquina. Y a tal tipo de explicación y comprensión de lo que el hombre es se ha tendido y tiende aún en nuestros días" (IVF, II, 52); que existen posibilidades reales de uniformizar toda variedad vital, y que tal posibilidad "se halla entre las posibilidades "mecánicas", de técnica societaria, de nuestros tiempos, más que de otros" (FFFF, 79); que la vida, frente a la máquina, es libertad, creadora (Cf NGFC, 42). 19 No parece difícil adivinar tras este criterio histórico utilizado por GB en esta ocasión el de reducción óntica y categorial que presidía el cambio de tipos vitales. Se trataría de una secuela del principio de isomorfía entre tipos de vida y de artefactos. 20 Cf lo dicho en CNTC, 9. Llama la atención el hecho de que nuestro autor resalte la faceta negativa del proceso formalizador o de reducción categorial y óntica de las ciencias y los artefactos; desde los griegos hasta la actualidad (Cf o.c. 10-14). Aspecto este, sin embargo, positivamente enfatizado ya en las obras de la década de los cuarenta y, como se dijo, causa de la eficacia de la técnica actual. Recuérdese, sin embargo, el cuidado que pone GB, en cualquier dominio de que se trate, por evitar el frenesí inherente de toda tendencia. Cautela, pues, no renuncia. 21 La imagen de las hormigas aparece también en AFC, 17. La metáfora se la sugiere el escrito de J. Huxley, The Ants (Cf CNTC, 10). 22 Cf CNTC, 10-11. La misma idea aparece en MM, 197. 23 Cf ET, 106-113. 24 Contrasta esta afirmación con la exaltación de Einstein como genio a servicio del Pueblo, al poner sus teorías en manos de otros (republicanismo intelectual), para que se sirvan de ellas. No hay contradicción, sin embargo: el inventor ha de poner en manos del Pueblo sus inventos teóricos o materiales, pues, como se vio, son productos objetivos que, por ley ontológica de creación, nacen colectivos. El Pueblo o Sociedad, por su parte, debe inventar modos de hacer algo con ellos (nuevos usos) sin quedarse "mirándolos" o simplemente estancado en un uso repetitivo. Sólo así puede evitarse que los inventos y los inventores "caigan", y el mundo construido quede "estabilizado" y en estado "inercial". En cualquier caso, inventor del artefacto, e inventor de nuevos usos del artefacto, son dos grados de "inventor", superior el primero, inferior el segundo, como se dijo en su momento. 25 Cf ET, 143-147. 26 Considera GB que sería un sabio envidiable quien conociera el límite, a fin de evitar la degeneración (Cf AFC, 88-89). 27 Cf también AFC, 83-95. 28 "Frenesí" es tendencia intrínseca (natural) a una cosa cuando no se le pone límite y se la deja correr naturalmente hasta agotarse: "Bergson hablaba en cierta ocasión del frenesí de las tendencias. Y advertía que hasta que una tendencia no ha agotado íntegramente su potencia, sus ímpetus, o hasta que no se ha estrellado contra un obstáculo, no vuelve atrás" (CNTC, 14). 29 Cf AHM, 17-19. Para la ontología griega frente a la teología hebrea Cf ET, 8690. 30 Igualmente peligroso resulta el "complejo de inferioridad metafísica" o de "creatura", del que ya se ha dicho suficientemente a lo largo de este estudio, el resultado se concreta en el hombre como realidad oscilante entre los dos polos: "Ciclotimia ontológica; temple dual existencial" (Cf AFC, 66 y 82; E, 18). 31 Cf ILF, 121. 32 Por eso en AFC dice: "Dejémonos llevar, por unos momentos, de la euforia, del sentimiento de superioridad, procurando que no se convierta en complejo" (o.c. 80). 33 Cf ECOFS, 88-94. 34 Cf ECOFS, 52-53. 35 Cf ECOFS, 56-57. 36 Cf ECOFS, 58-59. 37 Cf ECOFS, 64. 38 Cf ECOFS, 59-60. 39 Se trata de una nueva secularización de temas religiosos (Cf AHM, 15). 40 Considera GB a San Francisco de Asís como el último que protestó contra el frenesí de un mundo dominado científica y técnicamente, y en su habitual línea secularizadora, imagina lo que hubiera dicho un Savonarola: necesidad de ser ricos en ciencia y técnica por necesidad de la época, pero con espíritu de pobreza, pues, de otro modo, el frenesí obligaría a los descendientes de esos hombres a reforzar el espíritu con el voto de pobreza (Cf AHM, 20). 41 El transfondo nietzschiano es claro: la muerte de Dios a manos de hombre y la transformación de éste de Dios. Es explícito en AFC, 22-25. 42 Cf ECOFS, 89. 43 En alguna ocasión, GB utiliza la expresión "espíritu de pobreza" para referirse al complejo de inferioridad ontológica (Cf ISF, 74). También se observa cambio de significado en la expresión "voto de pobreza" respecto de su utilización en ISF (Cf pp. 5051). 44 Cf PFMPMF. 45 Cf todo ello en PFMPMF. Se trata, exactamente, del mismo conjunto de ideas que aparece cinco años antes, en el prólogo a ILF, y cinco años más tarde, en AFC (Cf pp. 22-25). 46 Esta Identidad cósmica nueva no será ya como la ontológica primitiva: "el hombre es hombre", sino de tipo dialéctico, conseguida por historia: "el hombre es humanamente hombre" y, correlativamente, el mundo es mundo humanizado (Cf ET, 76 y 113). También ACC, 96-99. de nuevo, mismidad, no identidad. 47 Cf todo ello en AFC, 75-79. Lo mismo en ET, 86-88. 48 Cf AFC, 14-15. Lo mismo en ET: "hombre primero" y "técnica natural". 49 Cf más extensamente AFC, 76-79. Se trata de la misma idea de fondo que desarrollará con mayor sistematicidad en décadas posteriores. 50 Recuérdese lo que en 1948 decía a este respecto en DCOF al hablar de "límites infranqueables". 51 "Actual" en GB significa lo último que surge en un dominio, vg., en el filosófico (Cf LISE, 8). Es una concepción acorde al carácter dialéctico de su pensamiento y de su concepción de lo real. 52 Sobre qué realidades funcionan como límite o "cuerpo" en el estado "actual" de la transfinitud humana Cf IVF, I, 13, 21-25; F, LXXIII-LXXXVII. 53 Cf AFC, 48-55; ET, 134-136. 54 Cf AFC, 119, 124-125. 55 El escrito esta fechado en Caracas, el 19 de enero de 1957. 56 Cf AFC, 120. 57 Cf AFC, 120-121. 58 Este mismo planteamiento aparece en IFAM, 203-204. 59 Cf BM, 119; AFC, 45. 60 Para más detalles sobre todo esto Cf BM cap. II, donde GB expone la curiosa teoría de su amigo Emilio Herrera quien, sobre base físico-matemática, concluye la posibilidad de una existencia tras la muerte. Según GB, con esta teoría se abre campo explicativo para los fenómenos paranormales (Cf o.c. 120). Sobre esto mismo insiste en AFC, 121, y en "Nuestro cuerpo (su pasado, presente y porvenir)", publicado en 1957, y también como capítulo sexto de AFC, con alguna que otra corrección de estilo y un pequeño añadido final de gran interés: ")Y la vida eterna, la inmortal, el otro mundo, no bajarán, desde este punto de vista y planteamiento concreto, del nivel de megalomanías metafísicas -la metafísica sólo es posible, decía Kant, como megalomanía de la Razón-, al nivel de "experiencia posible", proclive a real, y, pronto o tarde, real?" (o.c. 121). Más allá va aún cuando plantea la posibilidad, mediante dispositivos técnicos adecuados, de comunicación con fantasmas: ")No habría en realidad de verdad un mundo de fantasmas, de "idos" a mundo de luz, de vivientes en luz y de luz, para descubrir el cual mundo, y ponernos en comunicación regular con él , no haría falta más que un nuevo Maxwell-Hertz, con un Geiger más sutil, ingenioso y atrevido?" (ibid.). Lo mismo dirá en IFAM, donde utiliza el término "hombres nucleares" (Cf o.c. 207-208). También MM, 197-198. 61 Cf CC, 15. 62 Cf IVF, I, 27-29. CAPITULO 10 ULTIMAS REFLEXIONES DE GB SOBRE LA TECNICA. 10.0. Introducción. En el presente capítulo se sistematiza la reflexión bacquiana sobre la técnica en las obras publicadas a partir de 19801, mostrando que éstas constituyen la culminación del pensamiento bacquiano sobre la técnica, pues en ellas el autor pone en juego en poco más de una década las claves elaboradas durante su vida intelectual con la intención de transfinitar su propia reflexión una vez más; en esta ocasión, llenándolas de un sentido "a altura de la ciencia y técnica actuales", es decir, tecno-científico o "actual"2. 10.1. Lo artificial como irrupción del Universo a través del hombre: radioantropología. Considera GB que la antropología filosófica, para ser "actual", debe asumir los avances tecno-científicos y servirse de ellos para explorar la condición humana en todas sus manifestaciones3. Desde esta perspectiva, nuestro autor interpreta los inventos humanos en cualquier orden como emisiones radiactivas propias de su forma de estar siendo viviente: sus chispazos peculiares de libertad creadora. Esta concepción, que como ya sabemos no es nueva en nuestro autor, recibe ahora el nombre de "antropología radiactiva" o "radioantropología"4, que a menudo ilustra con una sentencia de Marsilio Ficino, atribuida a Zaratustra: "(Oh Hombre! eres artefacto de naturaleza atrevidísima"5, la cual GB "modula" (interpreta) así: "Primera. La naturaleza humana, en un acto de atrevimiento superlativo, se dio a sí misma la forma y funciones de artefacto. Inventó la técnica y sus aparatos e instrumentos. Atrevimiento, casi suicidio. Que lo técnico es, progresivamente, asesino de lo natural. (...). Segunda. La naturaleza universal -La Naturaleza: la Mayúscula- en un acto de atrevimiento superlativo -)intento y atentado de supremo suicidio?- inventó -para sí, para Ella misma- un artefacto especial y especializado para atreverse a y ensayar el ser supernaturalmente: serse artificialmente. Tal artefacto especial y especializado para tal intento y atentado óntico y ontológico es el Hombre. Por él, y a costa de su naturaleza, irrumpió la Naturaleza que, en lo más profundo, es Artificial, Artefacto. Tercera. La Naturaleza, la Natura naturans, se nace en especie, género, familia... reinos definidos y definitivos, pertinazmente repetidos según generación de igual por igual. Fijeza de especies. (...) Nada de "atrevimiento" ni filogenéticos ni ontogenéticos. "La Naturaleza ya no ama ni prefiere ocultarse"; )lo percibió y lo dijo, indirectamente, Heráclito? Al cabo de unos dos mil años, )estará prefiriendo la Naturaleza descubrir lo que en lo profundo era; lo nuevo, antinatural, preter y supernatural que profundamente era? )E inventó para declararlo un "altavoz"? (...). Desde el Renacimiento, y eso es el Renacimiento, el hombre es "altavoz" del universo" (TELFM, 99-101). Pues bien, se haya dado a sí mismo el hombre tal función, o se la haya dado la naturaleza, el resultado es el mismo: hombre en funciones de "altavoz" del universo y, a partir de nuestro siglo o en cuanto "actual", "espoleta" que lo hace reventar creadora y controladamente en nuevas realidades artificiales más potentes y atrevidas6. La potencia explosiva o liberadora definidora de la transfinitud humana encuentra su origen remoto en la base física del universo, y el próximo en la Vida: "La Vida, el Vivir, es surtidor: provee de agua, la lanza hacia arriba, en chorro. La Vida es algo así cual surtidor de novedades: provee al hombre de novedades, y a la vez las lanza hacia arriba, hacia lo transcendente" (SVV, 31); "La vida, decía Schrödinger, es la negación real, positiva, de la entropía. Es saber aprovechar, es el aprovechamiento mismo de, las excepciones, por más o por menos, que entran en todo cálculo de probabilidades; y, por tanto, en la base masivo-energética del universo en que consta -teórica, técnica y experimentalmente- que rigen las estadísticas probabilísticas de Bose-Einstein, FermiDirac..." (FM, 526).7 Por su parte, los inventos técnicos proceden de la vida humana, de su estructura y necesidades, como de fondo propio: "Un invento -v.gr. el teléfono, el automóvil, el televisor...- tiene por fondo propio, necesario, la vida natural: vista, y lo que ella ve; oído, y lo que el oye; piernas, y lo que ellas recorren de ordinario en espacio y tiempo. Y no es fondo propio de sorpresa el que, jugando a dados, salga el esquema de teléfono, o el as de oros... O parecidamente: que ante la admiración de televisor surja el seis de un dado" (SVV, 35). GB considera que la capacidad inventora del hombre es el origen de su libertad y que ésta, a su vez, tiene grados, perteneciendo el superior a la que emerge de la invención técnica y, en consecuencia, el tipo de hombre que la cultive, pues dice: "LIBERTAD es, pues la forma superior, eminente, superlativa de Vida, respecto de esos "estados" inferiores de ella que son franquía y gana. En virtud del tirón continuo, de la atracción persistente -necesarios tirón y atracción- de la base de leyes necesarias, la mayoría de los humanos -extensible dosificadamante tal afirmación a todo tipo de vivientes- viven la libertad en estado de gana", mas "El auténticamente LIBRE lo es por la predominancia de "originalidad", perceptibles subordinadamente espontaneidad y novedad. "Originalidad", es decir, inventiva de algo jamás visto, imaginado, pensado, dicho, hecho... en religión, arte, ciencia, técnica, moral, economía, letras, música, trato, sociedad... No se puede decir con corrección ni verbal ni mental que se es LIBRE para inventar. (...). El invento en cuanto tal no preexiste a su realización. Su realización, su acto de presencia, es una sorpresa para su único inventor. No es posible antes de ser real; o la realidad precede a su posibilidad. (...). Ser, sentirse ser LIBRE se lo es y se lo siente después de haberse sorprendido por haber hecho algo original, haberlo hecho espontáneamente (no empujado por causas necesarias y suficientes) y haberlo hecho con el tono de novedad (no de novelería, repetición, imitación). El LIBRE es el primer sorprendido de serlo, de encontrarse siéndolo. (...). Los LIBRES son, pues, una minoría, respecto de la mayoría integrada de ganosos y desganados, y de autónomos o francos. Pero todos éstos mantienen la nota de originalidad" (PMNA, 126-127). Se entiende, por tanto, que GB afirme: "lo artificial es irrupción de algo en lo natural, divino o no; y es lo artificial (y los artefactos) algo raro en calidad e infrecuente en número" (FM, 589). Y de lo artificial técnico: "ha irrumpido, ha roto el decurso natural. Es, pues, sobrenatural. (...). La sentencia dice: "la naturaleza ama (philei, le gusta) ocultarse (krýptesthai)". Mas si descubre sus secretos la técnica, si el hombre transnaturalizándose, los descubre, la naturaleza ya no los ocultará. Se somete a tal tratamiento artificial en los instrumentos" (DMT, 110-111)8. Todo invento es, a su vez, fuente de esos otros chispazos radioantropológicos que según GB son los sentimientos: "No hay algo así como pura, mera, "sorpresa". Es sorprendente un "invento" (concreto), que a su vez no es mero "invento", sino "ocurrencia", "súbito" de un sujeto, acto de espontaneidad. A su vez, no hay mera, pura, "espontaneidad", sino espontáneamente se sintió el sujeto "admirado" (componente de novedad) por lo "imprevisto" (novedad) de un "invento" (componente de originalidad); "pasmado" ante un invento, ante tal novedad (componente de transcendentalidad). En general: no hay novedad que no esté conexa con originalidad y que no se la sienta como "espontaneidad"" (SVV, 36)9. La concepción bacquiana del hombre como realidad dialéctica integrada de azar y necesidad, o "radioantropología", imposibilita que cualquier ocurrencia, pensamiento, creación técnica o de otra índole, por sorprendente y sugerente que resulte, acabe con Ocurrencia, Pensamiento o Creatividad10. Otra secuela de la tensión dialéctica entre necesidad y azar en el hombre es el hecho de que entre el núcleo de lo real, o "qué" mostrado por las fórmulas, y el trato admanual con lo real no existe conexión necesaria, pues de las fórmulas no se deduce el aspecto de "pragma" de nada: "H2O declara que el fondo de Agua; lo que ella tiene que tener para ser Agua, es "H2O", garantizado por las leyes físico-matemáticas del Universo. Tal es su esencia. Mas que agua resulte realmente bebible para boca, aplacadora de sed, incompresible en el puño, espejo para ojos, lavandera, navegable... es indeducible de H2O, aun poniendo por premisa todas las leyes físicomatemáticas; y precisamente al ponerlas se nota, resalta, tal indeducibilidad. (...). Realmente el agua es bebible, aunque no lo sea necesariamente, por esencia... Esta rara, mas real conexión, en una realidad, entre núcleo necesario y calidad de usos y tratos -reales- delata que lo necesario, puede ser, es, insuficiente, para determinar su calidad" (VMI, 99); "Independientemente de lo que una cosa tenga de usable, de cómoda, de servicial (de práctica, pragma), una cosa tiene, posee tanto y tal de ser, de ente (de ón), cuanto y cual tuviere de inmutable, necesario, eterno, idéntico: de ella: de propiedad inalienable, privada (ousía)" (INTRAFI, 40). Pero la radiactividad humana, su capacidad inventora, debidamente montada (artificializada, por tanto) posibilita, y es labor de la técnica, el advenimiento de un nuevo ser (estado) de la realidad: "el hombre, en estado natural, emite a ratos, actos, oficios... esa inmensa, casi infinita, riqueza de recursos vivenciales y radioantropológicos (...). Todo ello desaprovechado, por siglos y milenios. Pero el hombre técnico, a la altura de la ciencia y técnica actuales, ha inventado, más modestamente dicho, intenta aprovechar esa cantidad y calidad de recursos para metas y empresas jamás imaginables por el hombre dejado a su naturaleza. Los transfinitadores humanos son la potencia motora de una explosión que se verifica en el hombre mismo; y los refrenadores humanos son los instrumentos que ensillan, dominan, la potencia -en principio desaforada, tendiente al infinito- de los transfinitadores. (...). Sentirse transfinitador y refrenador de sí mismo. Y por ello, de una Humanidad nueva, espontánea, original y transcendental" (SVV, 52). Por todo lo dicho, y como se verá con mayor detenimiento más adelante, resulta comprensible que GB interprete la técnica como irrupción novedosa del fondo del Universo y de la Vida, del azar y de la necesidad constitutivos de ambos; como cosmofanía o, mejor, "epífanía" de "lo divino" del Universo a través del hombre, de manera que éste resulte "médium" suyo11. Tal epifanía y mediumnidad tecnocientíficas significan que el Universo no sólo se "tenga" sino que se "posea", es decir, adquiera estado artificial, sin fusión ni confusión (estado natural), pues "Lo artificial posee justamente esa virtud: desfundir y desconfundir realmente tales fusiones y confusiones reales y presentar real y eficientemente una propiedad y sólo una" (FM, 463)12. En este sentido dirá, y es el sentido de la técnica, que "En última instancia lo que el hombre supernatural -científico-técnico instrumentalmentehace en favor del universo real de verdad, a costa del solamente real, es en favor del hombre sobrenatural, así que en favor de sí mismo, a costa también de sí mismo en lo que tiene de natural; en favor de que llegue a poseerlo. A serlo óntica y ontológicamente. El hombre supernatural pretende, intenta y atenta llegar a ser poseedor del universo, dejando de ser lo que es de buenas a primeras: tenedor, altavoz, del mundo, de la realidad en estado natural" (FM, 477). Pero a pesar de su grado de sobrenaturalidad, los hombres actuales son "híbridos aún de natural y sobrenatural: de naturaleza y arte" (FM, 697), mas con creciente "potencia obedencial sobre lo natural"13, de ahí que GB contemple el advenimiento de un tipo de hombre superior al actual y a todos los anteriores: un "sujeto nuclear" que funja como sujeto técnico u hombre en funciones de manantial y sumidero de todo y para el que todo haya sido inventado cual causa final, sin quedar residuo: todo transustanciado por él, para él y en él14. Volviendo sobre la citada hibridez del hombre actual, nótese la siguiente puntualización de GB: "Aun el hombre más primitivo -sometido casi íntegramente (en un 0,80) a la filogenia: en anatomía y en fisiología- tienen una dosis de singular (vgr. 0,05), por aparatos inventados -físicos y mentales-, prolongación de los órganos naturales; y una dosis imperdible, aunque nula a ratos, de persona -por su dosis de espontaneidad; menor en cuanto a originalidad y novedad, por repetir actos de la especie. E inversamente: el hombre más actual -más a la altura de ciencia y técnica- tiene una dosis imperdible de particular, por sometido aún a filogenia en tantos y tantos actos, ratos y obras físicos, fisiológicos y mentales dictados, sin evasión posible, total, por las necesidades naturales -de comer, beber, sexear... mas su dosis de persona es la más alta (vgr. o,40), pues su poder de creatividad se manifiesta más en los componentes de originalidad y novedad, y menos en el de espontaneidad" (QD, 397). Para comprender lo dicho por nuestro autor, debe advertirse que durante la etapa que nos ocupa GB mantiene básicamente la "tipología humana" (QD, 376), tan característica en su pensamiento de "individuo", "particular", "singular" y "persona"15. En este momento nos interesa únicamente advertir a qué estado humano corresponde cada uno: "Tanto particular como individuo pueden ser denominados y considerados como estados naturales (de hombre). (...). Los dos estados siguientes, los de singular y persona, no son estados naturales; así que son incomparables con los dos anteriores. Llamemos estado "preternatural" al de singular; y estado "sobrenatural", al de persona" (QD, 384).16 Lo anterior equivale a afirmar que el hombre hecho "persona" es producto de sí mismo, luego "artefacto", pues dice GB: "Lo de sobrenatural se restringe al acto de producción; y aun así quien lo pone o quienes lo presencian y sienten, lo son y sienten a lo más por tal acto y durante él. (...) lo único sobrenatural, de que consta (1) que no puede surgir de lo natural, aun con todas sus potencias no explotadas, y (2) que deja testimonio entitativo (en obras) de su sobrenaturalidad, (3) que deja técnica, métodos, procedimientos eficaces de repetición, reparación de las obras; (4) que no permite monopolios (de personas o derechos de autor o patentes), es lo artificial. (...) las cuatro condiciones definidoras de lo artificial (...) son las mismas que definen lo positivo, nuevo, original de "sobrenatural". Son pues, milagros -realidades milagrosas que repiten garantizadamente las obras milagrosastelevisor... geometría de Gauss... obras musicales. Son todas ellas supernaturales no sólo "negativamente" por no naturales, sino positivamente" (QD, 385-386). Sobre todo ello se volverá más tarde. 10.2. Lo artificial y la técnica. Si todo lo artificial posee carácter de creación (efecto-creatura), lo artificial técnico lo es, como se vio oportunamente, en grado superior, especialmente a partir del Renacimiento pues, desde entonces, dirá GB: "hacer algo "según número, peso y medida" quedará de norma. La ciencia y la técnica nos invitan a presenciar la creación, el surgimiento mismo, de un mundo que ellas han hecho y están haciendo "según número, peso y medida". Y resulta que es el mundo en que nosotros "nos somos, nos movemos y nos vivimos". El filósofo no tendría perdón de nadie si no cayera en cuenta de que está presenciando la creación del mundo; y que ciencia y técnica lo invitan -desde hace siglos, insistentemente desde el Renacimiento- a presenciar la creación del mundo actual en que el filósofo actual "se es, se mueve y se vive"" (TELFD, 66).17 El renacimiento del mundo es isomorfo con el del hombre: "Hombre natural, nacido según generación natural, filogenética: anatómica y fisiológica, lo fueron los neandertalenses, los cromagnones... Parménides, Platón, Aristóteles... Teeteto, Euclides, Arquímedes... Agustín de Hipona, Tomás de Aquino... y aún queda una buena dosis de hombre natural en tantos y tantos posteriores al Renacimiento quienes no se han enterado de que han venido al mundo Galileo, Newton, Leibniz, Gauss, Riemann, Cántor, Russell, Einstein, Godel, Fermi... Han venido al mundo y han creado mundos nuevos, o un Renacimiento del Mundo mismo. Mundo algebraico, analítico, infinitesimal... física matemática, lógica simbólica, álgebra de la lógica... telescopios, microscopios, telstar, televisor, teléfono, telégrafo, radar, sonar, sondas cósmicas, avión, motores, calculadores, algoritmos, máquina Turing... Renacidos tales hombres, y renacido el mundo, se notaron encerrados por la naturaleza: la propia del hombre primitivo, natural" (TI, 15-16). La clave por la que el técnico actual consigue "enartificializar la base del universo" (PPPGN, II, 169), haciendo que lo natural renazca en forma de "universo tecno-científico" (PMNA, 130) o "Mundo", reside en un "truco" peculiar, definidor, de la acción artificializadora técnica18. Tal "truco", que no, "trampa", consiste en anular, sin aniquilar, las leyes naturales las cuales, dice GB con significativa expresión, el hombre técnico "se salta a la torera, quiero decir a la técnica" (TELFLM, 138)19, de ahí que afirme: "Técnica y técnico -artesano, artífice, artefactos, Artefacto- están, pues, vinculados con un tipo nuevo de "principio, origen, primacía" -de, "arca"- que reduce lo natural a condición necesaria, mas no suficiente de principio, origen, causa. Oculta, pues, anula y anonada lo natural -sin aniquilarlo, manteniéndolo más bien de base- fondo: de sujeto, de subjectum o súb-dito para las metas, moldes, motores y masas que el Tecn-arca se proponga y los técnicos y ergatas (operarios) ejecuten y usen" (PPPGN, II, 553). Transformación creciente, pues, mediante truco técnico, del universo en Tecnocosmos y del hombre natural en "Tecnita" y "Tecnarca"20. Pues bien, según el "realismo integral e integérrimo" profesado por GB, todo lo real lo es por su tanto comprobable, al menos en principio, de masa o energía21. Por lo tanto, para que el mundo artificial creado por la técnica (en especial por la "actual") sea real deberá echar sus fundamentos sobre la base materio-energética del universo. Advertir esto, dirá GB, "es tomar en serio, en real, con realismo integral e integérrimo, la física y técnica actuales" (QD, 105). Ahora bien, si dicha base es condición necesaria para que la técnica y lo artificial-artefactual sean reales, no es suficiente por sí sola, pues también es necesaria la inventiva mental humana, de modo que lo artificial, en cuanto "efecto", participa de la doble naturaleza del hombre en tanto que ser dialéctico de azar o inventiva (vida mental creadora de ideas, planes...) y necesidad o naturaleza (base física)22. Esto explica que en ocasiones GB afirme que en lo artificial ciertas "materias" quedan "enracionalizadas"23. Por esa doble constitución apuntada, el hombre es creador y causa a la vez y, derivadamente, Gran Señor, es decir: "super-yecto" (QD, 212); correlativamente, sus creaturas artificiales resultarán creaciones (novedades), efectos y, por secuela, siervos, tal como se vio en su momento24. Por otra parte, si se considera que el tipo de invención o artificialidad más inmediata u originalmente humana según GB es la generada por la vida mental o superior, y que luego sus creaciones o "sueños", mediante la técnica, se plasman en artefactos materiales o no, se comprende que éstos sean denominados también por el autor "inventos", aunque derivada o analógicamente. En cualquier caso, mental o material, lo artificial, y por extensión lo tecno-artefactual, es o consiste en un atentado exitoso o "matricidio" contra lo natural25. Tal matricidio aumenta su gravedad a partir del Renacimiento, y resulta superior aún desde el siglo XIX. La consumación de dicho "matricidio" sitúa al hombre en ventaja frente al universo en proporción directa a su virulencia: "Al entendimiento acudió -por ocurrencia genial extra y contra específica de sí mismo, antinatural respecto de sí mismo en cuanto natural- hacer experimentos, tanteos, con cosas o fenómenos naturales; hablar de ellos con lenguaje inventado -artificial: el de matemáticas inventadas, antinaturales también-; sacar consecuencias no solamente abstractas o formales sino "experimentales"; y, a pesar de tal matricidio de la madre Naturaleza, propia y ajena, lo natural artificializado actuaba de manera antinatural y eficiente y para finalidades antinaturales. Telegrafía inalámbrica, radio, televisores, radar, microscopios electrónicos, dínamos, luz eléctrica... son, entre miles y miles, inventos antinaturales de un entendimiento y manos actuando antinaturalmente: contra la propia naturaleza, definida, del hombre: el natural que fue desde -50.000 a + 1800" (INTRAFI, 89-90)26. Por otra parte, sí, como se verá oportunamente, ya las fórmulas físico-matemáticas poseen eficiencia propia al hacer posible que las funciones puedan ser aisladas del compuesto natural en que acontecen sin por ello destruirse27, tal poder queda potenciado por la acción artificializadora técnica mediante la cual quedan "inscritas" en lo natural transformándolo así en "material", pues dice GB: "el estado artificial se presta a un uso técnico; el de la eficiencia especializada y, por especializada, más potente y segura que el uso corriente de lo natural" (TELFLM, 44). Así, utilizando "fórmulas y técnica adjunta" el hombre puede dominar lo natural con menor esfuerzo, como sucede en el caso de las células fotoelécticas ajustadas con mecanismos de accionamiento automático resultando, más que hombre racional, "tecnólogo y tecnócrata"28. Por otro lado, si la falta de conexión necesaria entre el trato admanual y la esencia de lo real hacía posible los "atentados" contra lo natural, las fórmulas posibilitan, además, su recuperación mediante fabricación en caso de necesidad29. Así, pues, por ciencia y técnica con eficiencia físico-matemática30 el hombre humaniza "realmente" lo real (crea un mundo real-de-verdad por y para él) y, correlativamente, se humaniza a sí mismo haciéndose "realmente" Creador y Señor. En este sentido, y desde el transfondo del "realismo integral e integérrimo", GB considera que son los físicos y los matemáticos, no los filósofos, los auténticos metafísicos de este siglo31. Pero dicho lo anterior, hay que advertir que para GB lo artificial y la técnica no son tan sólo invenciones contra o anti, sino, sobre todo, "trans" lo natural, de modo que por ellas el hombre se libera de lo natural en forma y modo trans-finitador y no, simplemente, des-definidor. En este sentido, dirá: "Es el hombre en cuanto inventor, contra el hombre natural (que aún lo está en actos sueltos, a ratos, siendo) quien se ha resentido, después de haber notado la encerrona que la naturaleza le impone desde nacimiento. Y se ha salido, evadido de ella, no rompiéndola, horadando la muralla, sino por una dimensión que no es lo natural. La de lo artificial. El hombre no es, esencialmente, finito y, por tanto, definible y delimitable. El hombre es transfinito (...)" (TI, 25-26). En conexión con lo anterior, y sobre la razón antropológica profunda de la sobrenaturalidad de la técnica, especialmente de la actual, cabe señalar lo siguiente: "Lo artificial está más allá, trans, de todo lo natural -pasado, presente, futuro. Con un trans que no es de estilo natural, esencial, cual tierra, continente que esté trans-atlántico; más allá del mar Atlántico, al que se llega por transporte, por translación. Todo ello queda esencialmente dentro de lo Natural. Por muchas fases que la evolución natural -darwiniana o no- recorra desde las formas más elementales de peces hasta, digamos, la del delfín, nunca, jamás, llagará a hacer submarinos. El submarino está más allá, trans, con un allá inaccesible a toda especie de pez natural -pasado, presente, futuro. Lo artificial está más allá, trans, de todo lo natural. Lo transciende. Es un trans-finito. Sean cuantas fueren las fases del hombre -desde el Pithecánthropos al Homo sapiens, que nos creemos ser y haberlo llegado a ser por evolución darwiniana o no- jamás, nunca jamás nacerán estatua de la Venus de Milo o un robot de la última factura. "Mas es de importancia decisiva advertir que entre cada serie ascendente de cosas naturales y lo transcendente, cada una se da una conexión propia, original, no natural, cual la percibimos sin mayores sutilezas entre pez y submarino, entre ave y avión, en Venus y su estatua; entre hombre y robot. Robot no es el transfinito de pez; ni /-1 es el transfinito de hombre. Aceptemos, pues, la frase: "lo artificial es trans-finito respecto de lo natural" definido cual pez, ave, hombre... naturales" (VMI, 136-137). Formulado brevemente, y como ya se ha dicho: "la fuerza que impele a transfinitud es la radioantropología" (TI, 86). Tal "salida" o transfinitación tiende, además, a lo que GB denomina universalización real del hombre: "El hombre se ha evadido de la tierra, del mar, del aire y salido al Universo" (TI, 72)32. Tal victoria la ha conseguido actualmente inventando artefactos enchufados "en el material masivo-energético del fondo del universo, que hacen realmente posible nuevas empresas: viajes a la luna, sondas cósmicas, motores nucleares, isótopos radiactivos medicinales, para así demostrar su dominio del universo (...) comenzando por dominar la tierra" (QD, 534), de ahí que afirme con seguridad que el hombre actual "Es, respecto de ella, el único transfinitador"; "el transfinitador de la tierra" y, con probabilidad, "uno de los transfinitadores del universo"33. Como consecuencia, y condensando todo lo anterior, diremos que lo artificial técnico es concebido por GB como un nuevo estado del ser definido por una estructura que resalta y contrasta frente a la de lo natural: "Lo artificial (lo formal) no sólo destruye y tiene precisamente que destruir lo natural -la llamada esencia o naturaleza-, sino aportar algo nuevo en materia, forma, actividad, fines. Digamos, sin mayor explicación por el momento: algo nuevo en masa, motor, meta, molde. Masa (sustituto nuevo de materia o de causa material), molde (sustituto de causa formal o forma), meta (sustituto de fin o causa final), motor (sustituto de causa eficiente)" (FM, 191)34. Por otra parte, cada tipo de hombre surge en función del grado de contraste y resalte de lo artificial con-contra lo natural: "Los grados de artesano, artífice, tecnócrata y tecnólogo definen las fases del proceso histórico del paso de hombre natural a hombre singular, a través del particular e individuo" (QD, 388). Así, a lo dicho anteriormente sobre la "tipología humana", ha de añadirse lo que se dirá a continuación. Afirma GB que "Lo artificial: televisor... geometría de Gauss... Novena Sinfonía de Beethoven... es in-natural por no nacer, por no haber nacido, aun después de miles y miles de años de "generación" natural: de dejado lo natural a sí mismo y a sus leyes; es antinatural, pues va contra los límites naturales de lo natural: franja finita de ver, oír, pesar, manejar...; es extra-natural, pues los datos de un artefacto suelen servir y se los hace servir para algo diverso (...); es preter-natural, pues pretiere o ignora lo natural: los datos que ofrecen sus inmediatos aparenciales, el estado de sus posiciones, velocidades: de todo lo que es "pasto" -objeto formal que y objeto formal por el que y objeto material de sentidos y potencias naturales" (QD, 387). Pues bien, en función de lo anterior, dice: ""Singular" es un hombre, o es el estado de hombre, que ha inventado realidades artificiales en todos los órdenes: realidades antinaturales, extranaturales, preternaturales: innaturales. (...) al hombre artificial -artesano, artífice, técnico- le es accidental el ser "animal racional": animal vertebrado, mamífero, primate, binocular, biaural, bímano, bípedo... A veces le estorba; otras, le sirve todo eso; a veces condescendiendo. Así, lo que la pantalla del televisor presenta a los ojos naturales y mente ojeante natural, mas lo en ella ojeado no es lo que sirve al físico clásico (Newton) o actual (Bohr, Born, Fermi, Dirac...). (...). Puédese por tanto, definir al "singular" con "singular" es, está siendo, un hombre a quien le es indiferente, accidental (su) cuerpo y alma naturales, sus funciones y órganos, desde marchar a hablar. Componente negativo y negador, aunque real" (QD, 386-388). Pero si lo anterior es el componente "negativo y negador", del "positivo" dice: ""singular" es un hombre que se sirve de instrumentos inventados ya, acoplados, enchufados en la base del universo -en electrones, protones, iones, campos electromagnético...- e instruidos ya para que hagan ellos las funciones que el singular se proponga: dejar de ser causa eficiente con sus miembros naturales; dejar de tener que servirse de la forma y funciones naturales suyas; dejar de ser causa final sus necesidades naturales, a satisfacer por medios naturales; emplear, pues, motores en lugar de sus brazos, manos, pies; que trabajen las máquinas, desde arado... a computadora; conseguir los fines naturales por medios artificiales; que las máquinas satisfagan necesidades inventadas: bebidas nuevas, comidas nuevas.. materiales nuevos... hasta plásticos... Y todo ello seipsirregulado (feedback) por termostatos, reguladores centrífugos, flotadores, de presión, de temperatura, densidad, velocidad" (QD, 388). En la enumeración anterior, GB muestra la "Tendencia progresiva de pasar de ser agente y paciente natural a Gobernador (v2). Cibernética. Sentados, no en silla de madera o banco rústico sino arrellenados ante tablero de señales y disponiendo con un dedo de fábricas enteras de productos nuevos, o vuelo de avión...", por lo que concluye: "Singular es, pues, un hombre que tiende a ser gobernador de un mundo nuevo de artefactos, inventados por él -y por tanto él usuario de ellos-; instruidos ya para que le sirvan a una señal suya, y enchufados en la base del universo para que su condición de servicio le rinda al máximo en eficiencia y seguridad" (QD, 388). Respecto de "persona", dice: ""persona" es el estado de un hombre que des-define y des-finita su cuerpo y su alma, no sólo lo de particular e individuo, sino lo de singular. Componente negativo, negador, real. Persona es realidad transfinitante de todo y seipsitransfinitadora en todo. Componente positivo. Persona es un hombre -o estado de un hombre- que o en que la creatividad -originalidad, novedad, espontaneidad- de la fase y trance de actos sueltos, se transforma en inventos de estructura fija, de actuación garantizada y de efectos permanentes" (QD, 389). Frente a "particular" e "individuo", que toman su cuerpo y alma por esenciales, y al "singular", que los toma por accidentales (indiferencia), trasladando así la importancia al dominio de lo artificial (artefactos sensibles o no), mas sin poder superar lo natural a pesar de desearlo dado que sus inventos no tienen alcance universal, "persona" es el hombre en estado de inventor de artefactos que superan realmente lo natural (sea lo que fuere), atentando contra ello des-definiéndolo y des-finitándolo con éxito, resultando sus instrumentos sentidos científicos35. Así, dirá: "Plan desdefinidor propio de persona definidor y facedor de ella- contra definiciones y finitudes definidas por potestades e individuos religiosos, morales, sociales; y aun a pesar de la delimitación de recursos matemáticos, físicos e instrumentales- del singular" (QD, 392). Por todo ello, se entiende que la tecno-ciencia y lo artificial estructurado según ella, en virtud de su peculiar poder transfinitador de lo natural, sea calificado por GB como "milagro comprobable": "milagros técnicos" (PPPGN, II, 648), mas, en rigor, son "maravilla", que es categoría superior a la de "milagro": "Los "milagros" quedan transcendidos en "maravillas" de la ciencia tecnifacta y de la técnica cientifacta. Ciencia tecnifacta y técnica cientifacta son el revulsivo, el subversivo (Auf-hebung), el transustanciativo (Auf-hebung) del estado natural (esencial) de todo; y resulta verdad, verdad real, lo de Heráclito: "este mundo, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni ninguno de los hombres, sino que fue desde siempre, es y será Fuego siemprevivo, que se enciende medidamente y medidamente se apaga" (fragm. 30)" (QD, 405). Tampoco extrañará, y sobre ello se ha tratado oportunamente en este estudio, que GB pretenda restringir el término "artificial" al de lo artificial tecno-científico, si es que lo artificial debe tener sentido "actual", reservando para otros tipos históricamente anteriores el de "artificioso": ""Artificioso" o "formalista" no designará, contra su sentido y uso corriente, una degeneración de "artificial" o "formal". Degeneración por pedantería, escrupulosidad, manierismo, novelería, detallismo... En este sentido, "artificioso", "formalista", sigue, suele seguir a artificial; artilugio, a artificio. Aquí se invierte la valoración histórica: artificioso precede o puede preceder a artificial; formalista a formal. Artilugio, a artificio. Y, con cierta coincidencia histórico-valoral, precede artesano a artífice. Artificial... incluye instrumentos (aparatos, instructos, enseres) de contextura, manejo y efectos estabilizados, consagrados, por técnica científicamente fundada y dirigida" (FM, 183). 10.3. Invento y hallazgo. El término "invento" en GB designa de forma genérica una miscelánea de realidades, tanto mentales o espirituales como materiales o físicas,36 que ordena según su grado de creatividad en "nivel ascendente": truco, ocurrencia, invento; y "descendente": receta, figura y cálculo37. Sin embargo, dicho término posee un significado estricto que resalta por su comparación con el de "hallazgo". Sobre tal distinción, detalladamente analizada en un capítulo anterior, insiste GB explícita y frecuentemente durante la etapa final de su pensamiento, lo que indica la importancia que la concede. Así, dirá: "Hallazgo es, pues, descubrimiento de que lo natural no sólo sirve para la especie propia, sino para la humana y sus naturales necesidades: comer, beber, vestirse, marchar..." (TELFD, 52), en cambio "son inventos; algo nuevo, original, resaltante frente a hallazgos y a lo natural" (TELFD, 52). En rigor, sólo los inventos merecen el epíteto "artificial": "El término (...) de "artificial" casi no es aplicable a hallazgos: fruta, bastón, remo, cabalgadura, harina... Predominio de lo natural, a pesar del nuevo servicio: el humano. Reservemos, pues, el término "artificial" para designar el carácter de los inventos" (TELFD, 53). Por tanto, "Se notará sin más finuras -extemporáneas- que los hallazgos están, a pesar del componente de novedad y originalidad, muy cerca, y grandemente dependientes, de lo natural: de las cosas y del hombre natural" (TELFD, 52), de modo que ""Artificial" es, pues, calificativo meliorativo, de orden superior, nuevo, a "hallazgo" y, por ello, superior a natural -depuesto, rebajado a simple material" (TELFD, 54). En general, mientras que un invento es algo "hecho para servir para", el hallazgo tan sólo "sirve para"38, por lo que GB dirá que, en rigor, con lo natural uno "se halla", pero con lo artificial "se encuentra"39. Otra condición: "Los inventos -en sentido riguroso de la palabra- no sólo requieren inventor que invente su montaje (plano, plan, proyecto) sino inventar, que se invente, el uso. Los usuarios de un artefacto tienen que aprender a usarlo; y tal aprendizaje es él mismo un invento" (TELFD, 54). Lo anterior implica, como se verá al hablar de "Sociedad", distinguir entre inventores de primera categoría y de segunda y, por eso, con derechos diferentes. En efecto, si "de la originalidad, novedad, supraespecificidad del yo provienen los "inventos" -lo artificial" (TELFE, 51), entonces, a mayor dosis de "yo" superior artificialidad de los inventos, y de ahí que diga de los inventos "grandiosos"40 que "son efectos, concreciones, creaturas de actos de "yo" -geniales en actos sueltos, a ratos", mientras que "Los demás los usan como uno-de-tantos, cual un cualquiera: por ser solamente individuos de la misma especie, con las necesidades de la especie" (TELFE, 52). Por último, para que un invento resulte propiamente "artificial" debe funcionar, es decir, tener éxito o ser eficiente, distinguiéndose así de un invento "artificioso": "Lo propiamente artificial se distingue, y lo distinguimos aquí, de "artificioso" porque lo artificial es eficiente en su orden: auto que marcha, computadora que calcula, (...) Rey que gobierna, (...). Lo artificioso no es eficiente: Reina de carnaval; Emperador de Trapo-bana; Papa, de personaje de drama; (...) todos los juguetes o lo convertido en juguete" (TELFD, 53). En definitiva: "Con lo acabado de decir se pretende otorgar a "artificial" -mejor, restituirle- su carácter de invento real: de original manera de ser y obrar, a costa de lo natural, y potenciando sus naturales, definidos y limitados poderes" (TELFD, 53)41. 10.4. Taxonomía de lo artificial. Durante la época del pensamiento de GB que nos ocupa, la profundización en la distinción entre invento y hallazgo lleva a nuestro autor a establecer un "instrumentario"42 compuesto de cinco categorías básicas de "sirvientes": "utensilio", "trebejo", "aparato", "instrumento" y "enseres"43. a- Utensilio: "Por "utensilio" se entiende aquí cualquier cosa natural -hombre inclusive: sus manos, sus pies, ojos...- de que se sirva el hombre para sus finalidades naturales (subvenir a sus necesidades, conveniencias), empleando lo que él no ha producido, sino preexiste antes, durante, después de su uso -cual la naturaleza. La única novedad se reduce a inventar "uso" -agua para beber, lavarse...; sol, para calentarse, alumbrar...; fuego para calentarse, calentar, secarse...; hombres, para hacer de padre, madre, hermanos...; tronco, para leña...; frutos, para fruta...; animales salvajes, para comida... Se descubre el hombre a sí mismo haciendo de recolector, cazador, padre... Le es sorpresa -emplee o no tal palabra- descubrir que ciertas cosas, animales... le sirven, sin ser productor de ellas. Sorpresa agradable; a veces desagradable -quemarse, ahogarse, indigestarse..." (INTRAFI, 123-125).44 b- Trebejo: ""Trebejo" se definirá por cosa transformada para subvenir a las necesidades, conveniencias, apetencias naturales, cuando la naturaleza no llega a poder satisfacerlas" (INTRAFI, 125). Sobre este particular, debe señalarse que "las necesidades o conveniencias naturales dan el límite del arte y artefactos. (...). Lo natural perfecto pone siempre límites a la expansión y funciones del arte. Apetencias, conveniencias, necesidades "naturales". Nada de inventarse nuevas, lujo, exacerbarlas" (INTRAFI, 125-126)45. c- Aparato: ""Aparato" se denominará todo artefacto que 3.1) potencie los sentidos o facultades naturales del hombre o de las cosas; 3.2) mas para que tal artefacto obre hará falta el que el hombre (natural) lo maneje -actúe de causa eficiente continua" (INTRAFI, 126). Y advierte: "Y aun aparatos entran, más o menos reajustados, en los tipos modernos de instrumentos y enseres (...). Pero siempre los criterio 3.1, 2) determinarán lo que éstos tienen de aparatos" (INTRAFI, 127)46. Según esto, los aparatos fungen como "Especie de cuerpo suplementario, dotado de órganos en "circuito externo"" (INTRAFI, 126), así vg. "los ojos naturales -ayudados de esos otros ojos científicos que son telescopios...-" (VMI, 106)47. En los "aparatos" predomina aún lo natural, tanto en su función como por la carencia de formalismo matemático estructurante en su montaje, lo cual les resta poder transfinitador: "A las cosas en que la dosis de "hallazgo" predomine sobre la de "invento" llamamos "aparatos". Son, pues, "aparatos", vgr., vaso, vela, remo..." (TELFE, 50); "los "aparatos" o enseres de cocina, de taller que, por no estar matematizados, solamente descubren propiedades de lo natural y las aprovechan para las necesidades y conveniencias naturales del hombre natural" (QD, 254).48 En cambio, en PPPGN, dice: "Aparato es un enser que ha tenido que ser previa y expresamente hecho -inventado- para que pueda servir para un fin o tarea prefijada. El servir para... es secuela de haber sido hecho para..." (PPPGN, I, 17).49 - Instrumento: inspirándose para su significado en P. Jordan50, dice GB: "Entendamos por "instrumento" el artefacto que, a los caracteres de trebejo y aparato añada lo de "instruido" por el hombre para que él realice automáticamente, cual motor (auto, de por sí), lo que el hombre tiene o tendría que hacer cual causa eficiente y directiva continua, sin cuya intervención constante los utensilios, trebejos y aparatos no actúan; son pasivos" (INTRAFI, 127), por lo que afirma: "Los instrumentos liberan al hombre -o el hombre los ha inventado para librarse- de ser causa eficiente, motor físico -para hacerse a sí mismo distinto del buey, mulo, caballo..., además de ser naturalmente distinto de ellos. (...). Ellos "trabajan"; el hombre no es, al usarlos, "trabajador" -causa eficiente, de intervención constante necesaria: de esclavo de tales inventos suyos. Le queda aún la esclavitud de tener que ser causa final, directiva, de ellos; serlo de sus propios inventos. No es trabajador; mas es aún "programador" de trabajo" (ibid.); "Son inventos "automotores", seipsedinámicos, avión, auto, computadora, televisor... la intervención activa del hombre se reduce a un mínimo, cada vez a menos. Son (están) estos artefactos "instruidos" -son "instrumentos"" (TELFE, 49)51. Esa instrucción posee forma matemática, de ahí su superioridad frente a los "aparatos": "los instrumentos que, matematizados, dominarán el universo y sus bases mismas. (...). Los "instrumentos" -termómetro barómetro, reloj, telescopio, televisor, teléfono, telégrafo, telestar... avión, sonda cósmica, centrifugadora, calculadoras...- todos ellos, enmatematizados. Con matemática inscrita, intrínseca, hacen realmente -no imaginativa o desideralmente o novelísticamente, a lo "Mil y una noches"- posible, realizable y realizado dominar la realidad, desde su base misma. Ser Señores de ella" (QD, 254)52. - Enseres: "se entenderá por "enseres", artefactos que liberen al hombre -o el hombre los haya inventado para librarse- de tener que ser causa final directiva inmediata y constante de instrumentos, aparatos, trebejos" (INTRAFI, 127-128)53. Por lo dicho, afirma GB que "A los enseres podría denominárselos artefactos "cibernéticos"" (INTRAFI 128), de manera que tales artefactos permiten concebir al hombre que los inventa y se sirve de ellos como "ciberneta" o realidad con actividad puramente mental, sin trabajo físico, dedicada a crear nuevos proyectos, planes, ideas... Hombre en tendencia a Espíritu Absoluto: "La seipsirregulación (de un aparato, instrumento...) hace de él medio potenciado en su carácter de medio para el fin que es el Hombre. Este ha traspasado real, originalmente, su condición de causa final que tiene aún que vigilar, ajustar los medios" (INTRAFI, 128)54. Todos los tipos de artefactos apuntados entran en la categoría de "sirvientes", pues "Sirven al hombre. Le son útiles. (...). Explícitamente: la cosa (a) sirve para el Hombre (H) para una necesidad (n) de él. Él es la causa final de (a), y (a) es medio para obtener tal fin. R [a; H, h, (n)]" (FM, 106). En FM, los "sirvientes" son ordenados por GB en "dos grandes clases: (1) Naturifactos y (2) artefactos" (ibid.). Tal clasificación provoca un desplazamiento en el significado de la categoría "artefacto" y, dentro de ésta, en las de "aparato", "instrumento" y "enseres". Veámoslo. De los naturifactos dice: "En general: útiles, utensilios, trebejos, son, por constitución, predominantemente naturales, en cuanto a materia, forma, designio o diseño. Utiles, utensilios, trebejos, están conexos con estratos superficiales del universo; superficiales en cuanto a materia, forma, eficiencia y finalidades. (...). Son naturifactos los útiles, utensilios, trebejos. Predominan en ellos la materia natural, la forma natural, las eficiencias naturales, los fines y los medios naturales. Es decir: predominan las cuatro causas naturales. E inversamente: las cosas, tengan la apariencia que tuvieren, si en ellas predominan las cuatro causas naturales, son naturifactas" (FM, 106-107). En esta obra, GB sí distingue entre "útil" y "utensilio", a la vez que los pone en relación con "trebejo", resultando tal precisión sumamente valiosa para fijar la taxonomía de lo artificial. Así, dirá: "Vgr. el agua (natural) es un útil; es útil, para ciertas necesidades naturales del hombre vgr. beber-; mas no es un útil para la finalidad de nadar; una vasija neolítica es un utensilio, pues sirve para guardar el agua (natural) y poder servirse del agua (de tal útil) cuando el hombre lo necesite. Trebejos son, respecto del agua, asas, tapadera, cuchara para beberla... proporcionalmente se diría respecto de sol, luz natural, fuego, frutos, animales... En todos ellos, la materia de que están hechos es la natural: con la que nacen o se engendran; en el caso de útiles, lo nuevo es el uso que les inventa el hombre; uso que no altera la naturaleza del agua, de calor solar, luz solar, frutos... La función de utensilios que a los útiles se da altera en grado inofensivo la forma y propiedades del agua...; la adición de trebejos, la forma de utensilio, el uso del útil contribuyen a hacer de todos ellos medios para una finalidad. Mas no alteran ni sus fines naturales ni sus naturales eficiencias -fuera del acto de servirse de ellos, cual sirvientes, el hombre. Aun hoy en día, agua, aire, sol, luz, fuego, frutos... sirven al hombre, como útiles, en utensilios y trebejos de su vida cotidiana. Sólo la forma externa de utensilios y trebejos se ha cambiado. Mas siempre predomina la de útiles para las necesidades básicas que, por naturales, predominan, a la hora de la verdad, en el hombre" (FM, 107)55. En cuanto a los "artefactos", dice: "Son aquellos sirvientes que sirven al hombre respecto de necesidades inventadas por él" (FM, 108); "Aparatos, instrumentos y enseres son, por constitución o plan, artefactos, artificiales en cuanto a material, molde, meta y motores. Por libertar al hombre de tener que ser y hacer de causa eficiente, motora de utensilios, trebejos y aparatos, y por liberarlo de estar siendo causa final, es decir: de servir fines naturales y vigilar los medios para que se realice el fin natural, el hombre está siendo ya, se ha elevado ya a Creador y Gobernador (v2) de un Mundo hecho por él para él" (FM, 106); "Artefactos son, pues, realidades constituidas por metas, motores, moldes y material nuevos, innascibles" (FM, 109)56. En esta obra, el carácter cibernético de los enseres se traslada a los instrumentos o "instructos", pasando aquéllos a ser término con el que poner de relieve la interacción y amplitud de acción de ciertos artefactos con la base física del universo57. Como consecuencia, la categoría "aparato" resulta modificada pasando a ocupar el lugar del instrumento: "Los aparatos están montados para relevar al hombre de ser y actuar de causa eficiente, de motor, de utensilios y trebejos. Los instrumentos relevan al hombre de ser y hacer de causa final: de preocuparse de los medios, reajustándolos ellos a las metas que él se haya inventado. Así, con feedback o retrorreajuste automático. Los enseres son artefactos de amplitud cósmica, y de enchufe en la base energético-masiva del universo" (FM, 106); "Los útiles, utensilios, trebejos físicos, matemáticos y lógicos no liberan al hombre de tener que gastar energía vital en ellos; al revés, la consumen. Designemos con la palabra "instructos" los artefactos que liberen al hombre de tener que hacer de causa final de útiles, utensilios, trebejos, y aun de aparatos. Todos los componentes de los mecanismos con feedback -con retroajuste, con regulación automática- sirven para que el instructo mismo adapte su funcionamiento ajustando medios a la meta que el hombre ha inventado y se le ha propuesto. (...). Los instrumentos son artefactos instruidos por el hombre para que le suplan en sus faenas naturales de causa eficiente y final de los naturifactos. Por fin, enseres; son artefactos de amplitud de acción cósmica. Telescopios, radiotelescopios, sondas cósmicas... descubren -según el montaje que el hombre les ha inventado, inscrito e instrinsecado- las profundidades del universo: masivas y energéticas. Y ellos dan los datos; sólo le queda al hombre la interpretación en teorías e hipótesis. No tiene que gastar energía ocular en observaciones con ojos, útiles y trebejos astronómicos naturales" (FM, 109110).58 El "enchufe"59 de instrumentos y enseres al fondo del universo hace también de criterio de distinción entre artefactos: "Los instrumentos y enseres que la mente ha inventado para vivirse científicamente -con universalidad espacial y temporal- están enchufados directamente en los elementos básicos del universo, en los electrones sobre todo, y en toda clase de fotones adscritos a diversos campos: electromagnético y gravitatorio. Pues bien, el fondo del cuerpo de la mente está también enchufado en ese mismo nivel ínfimo y básico. Recordemos la distinción entre tipos de sirvientes. Los utensilios, trebejos y aparatos no están enchufados en la base del universo porque el cuerpo de viviente natural tampoco lo está directa e inmediatamente" (TI, 47). La razón para ello radica en el superior grado de sobrenaturalidad con el que, por tal tipo de conexión, sirven instrumentos y enseres al cuerpo y alma humanos: "los aparatos actuales -cámara Millikan, contador Geiger... ciclotrón, syncrociclotrón, CERN... granulaciones especiales... televisores, teléfonos, radares, sonares, calculadoras...- están en contacto inmediato con la base del Universo, que está siendo la base de cada uno de nosotros: electrones, protones, neutrones... y sus campos. Tales aparatos han transcendido, transfinitado todo umbral natural del cuerpo, y por tanto, del alma natural, transcendencia alcanzada gradualmente: rayos violeta ! rayos ultravioleta ! rayos X ! rayos gamma ! rayos cósmicos ! (?); rayos rojos ! infrarrojos ! ... FM ! AM ! (?). Tales son las comunicaciones subterráneas -profundas- de cuerpo y alma con la base, común, del Universo, por las que antemuro, muro y ciudadela quedan rebajadas a superficial cerradura y encierro" (VMI, 144)60. Tomando como fundamento lo anterior, GB inquiere sobre la posibilidad de ciertos artefactos peculiares: ")Será realmente posible -por invento de instrumentos y de enseres mentales que le hablen al yo en tal lenguaje- ir haciendo conscientes míos, paso a paso, esos datos archivados en la base de nuestra realidad: órganos, macromoléculas, átomos, nucleones... campos gravitatorio, electromagnético, nucleónico, y fotones, gravitones de ellos?" (INTRAFI, 86). Tras lo dicho se encierra la diferencia entre "tener" y "poseer", resultando posible para el hombre, por los artefactos, "poseer" lo que antes sólo se "tenía" (vg. protones...) de modo que resulta factible su empleo a voluntad, es decir: su dominio técnico con plan de creador61. En virtud de la diferencia apuntada, GB propone: "Llamemos pues, cuerpo a la realidad física percibida, vivida, por la mente, consciente, natural. Y denominemos soma a la realidad física ocultada, simplificada por la mente natural, por el alma; y vivida así por ella, sin conciencia natural de tal simplificación de la realidad de verdad ella misma" (TI, 48). Y justamente por esta circunstancia, propiciada por la existencia de instrumentos y enseres, el hombre en su totalidad se vive escindidamente entre dos dominios: el de lo real en sí (micro) y el de la apariencias (macro): "La mente natural -alma, vida...- se vive macoscópicamente y vive todo en el mismo tono de simplificación global y burda mas la mente supernatural, ella misma en cuanto inventora y usuaria de instrumentos y enseres, vive la base del universo, que es la misma suya, microscópicamente. Nuestra vida está, pues, se vive, escindidamente; cuerpo en doble escisión macro y micro; órganos en doble escisión: sensorios con utensilios, trebejos y aparatos, y sentidos artificiales, con instrumentos y enseres. Y los conceptos, definiciones, axiomas, teorías... de la mente están también escindidos: conceptos, definiciones... -globales, simplificados, simplismos; y conceptos científico-técnicos, servidos de instrumentos y enseres" (TI, 48-49). Por otra parte, y para finalizar este apartado, diremos que durante esta etapa GB aún emplea el término "tecnema" como sinónimo de artefacto62. 10.5. Historia "actual" de los artefactos. Hasta el Renacimiento, el prestigio-eficacia de lo artificial-técnico, frente al de lo natural, era prácticamente nulo, invirtiéndose progresiva y aceleradamente tal valoración desde entonces63. Desde esta perspectiva, la obra De Magia a Técnica, resulta básica pues el objetivo de GB en ella es ordenar "los inventos que han conducido desde la fase mágica a la fase científico-técnica" durante los últimos mil años mas, como advierte el propio autor, "sin pretensiones de historiador de ciencia y de técnica durante ese período" (DMT, 11). No le interesa, pues, a nuestro autor elaborar una enciclopedia de inventos, sino analizar la estructura y eficacia de los artefactos actuales y mostrar su condición de precipitado histórico, de secuenciación o vertebración de ocurrencias de la vida humana debidamente montadas a lo largo de siglos, y no cual simple "llovizna" de invenciones unidas sin más. Se trata, por tanto, de la historia de la estructura de los inventos actuales, de "qué" y "cómo" han llegado a ser lo que son64, atendiendo para ello a la evolución de la vida intelectual con la que son isomorfos. Se trata, por tanto, de la historia de lo artefactual en clave vital-y-científico-técnica o "actual". Tal historia constituye, según GB, el paso de la magia a la técnica y es, en rigor, una antropología: "es muestra del paso de genio a Hombre. Ocaso de la magia y surgimiento de la antropología, de una antropología a la altura de ciencia y técnica actuales" (DMT, 161). Presenta cinco fases: mágica, matemático-física general, especial y técnica, y la sociológica65, formando todas ellas "una secuencia históricamente constituida, pasos que ha dado la humanidad" en su "acercamiento al mundo de aparatos técnicos" (DMT, 107). - El "primer paso" (DMT, 107), lo constituye el tránsito de la fase mágica (primera) a la de fórmulas matemático-físicas generales (segunda). Mientras que en la fase mágica "Toda fórmula mágica es de estructura gramatical absolutamente rígida" (DMT, 96), y "Por lo de mágica está más allá de toda ley física" (DMT, 52), luego cualquier invento basado en ella, vg. alfombra mágica, no tendrá ni eficiencia ni eficacia real, física, alguna, en cambio, "Las ecuaciones físico-matemáticas generales (...) (fase B)- acercan un primer grado al final que es un avión. Y descartan toda clase de alfombras mágicas" (DMT, 58). Otro caso: puertas de apertura automática frente a "Sésamo ábrete": "Que las fórmulas matemático-físicas generales sean de estilo trans-mágico, que se abren y cierran por constitución de su estructura matemática misma y que sean eficientes porque se hallan intrínsecas, inscritas, en todo el universo -y, por tanto, en aparatos de funcionamiento automático, ese de abre-cierra- señala el primer paso, inevitable, de acercamiento al mundo de aparatos técnicos, en especial al de puertas automáticas" (DMT, 107). - El segundo paso (fase tercera) es "la consideración de las fórmulas matemático físicas especiales" (DMT, 107). Así, vg., en el caso de avión, "las ecuaciones físico-matemáticas especiales (fase C) indican las condiciones para que algo así cual avión pueda volar en nuestra atmósfera, en aire, y aun en la estratosfera. En este segundo grado o nivel de acercamiento a avión real, en que poder volar nosotros los hombres, entran nociones o características como poder ascensional, fuerza de ascensión y asunción (lift) de una realidad, inmersa en campo magnético, eléctrico y gravitacional" (DMT, 58); "La fase matemático-física especial (C) señala el conjunto de fórmulas según las cuales hay que construir, y según las cuales han de guiar en cada momento el avión, los pilotos: piloto y copiloto" (DMT, 62). Ahora bien, las condiciones o fases B y C, si bien necesarias, no son suficientes para la existencia del artefacto en cuestión: "Si no hubiera realmente tal campo universal, ni sondas cósmicas ni aviones podrían mantenerse en y volar por el Cielo. Pero, aun con él, y con las sutilísimas secuelas matemáticas y físicas generales, no se puede deducir que existan aviones, aunque sí se puede deducir qué trayectoria, velocidad, aceleración... podrían llevar. En total, con todo ello, no hemos salido del dominio hipotético. Sí hay aviones. Los hay. Es el gran hecho y la gran azaña y aventura humanas" (DMT, 58). - Fase matemático-físico técnica: aquella en la que se intrinsecan realmente las leyes matemáticas especiales y generales en materiales, y se pone a prueba su funcionamiento, es decir, si tal intrinsecamiento es seguido de su control y, por tanto, el artefacto funciona según lo previsto. Es la fase práctico-experimental. Así, en el caso del avión: "los instrumentos típicos, inventados para guiar y asegurar la marcha y la vida de piloto y pasajeros de avión. (...). Para elevarse a una altura sobre tierra, mar... tal y tanta que no se estrelle el avión contra ellas, dispone el piloto de dos clases de altímetros, corriente el uno y con radar el otro (...). Para conocer en cada momento la dirección en que se mueve o en que quiere hacer que se mueva el avión, tiene a mano un giroscopio (...); y para aterrizar, el aparato visible en la figura 6. Pero para mayor y máxima seguridad, a un modelo de avión a escala reducida, algo así cual maqueta, se lo ha sometido a pruebas en un aparato especial: en un túnel aerodinámico" (DMT, 65). La complementariedad de la fase puramente teórica con la técnica o ingenieril resulta evidente: "Nadie subiría a avión, y por supuesto no existirían aviones, si las fórmulas matemáticas generales y las especiales (B, C) no estuvieran intrínsecas, inscritas, en el avión y en sus instrumentos" (DMT, 65). Por esa intrinsecación los artefactos quedan "enchufados" al fondo del universo resultando eficientes-y-eficaces66 y, correlativamente, la ciencia resulta "ciencia-técnica, ciencia tecnifacta y técnica cientifizada" (FM, 536). Respecto de las fórmulas, dada la importancia que, como se mostró en su momento, el proceso de formalización tiene en el pensamiento bacquiano sobre la técnica, es preciso reparar en las diferencias reseñadas por el autor, entre fórmulas científicas y mágicas: Las mágicas poseen estructura gramatical rígida, mientras que las científicas constan de variables, constantes determinadas, indeterminadas y todo ello unido por funciones, estando abiertas a innumerables casos y cerrándose con un resultado fijo67; las fórmulas mágicas no están impresas en la realidad a la que se refieren, en cambio las físico-matemáticas lo están en material adecuado68. Las mágicas son fórmulas secretas, propiedad privada, sin valor social, mientras que las científicas generan sociedad, son de uso público y hasta se recogen en manuales de instrucciones69. Tal diferencia, además, ha surgido por historia, no de la nada: "fórmula mágica verbal y fórmula matemática (...) forman una secuencia históricamente constituida, pasos que ha dado la humanidad" (DMT, 106-107). Todo ello es lo que significa, y está implicado, cuando quien pronuncia una fórmula "ha montado, inventado, el aparato con proyecto asegurado por leyes, no verbales, sino reales", de modo que no ha obrado por magia, por eficacia de unas palabras, sino como vulgar artífice o técnico" (DMT, 105). Las "fórmulas no son "hablables"; son "decibles"" (TELFA, 27), pues ellas dicen lo que son las cosas con "lenguaje" (artificial), sin recurrir a la "lengua" (natural)70, "Por eso el matemático prefiere escribirlas; evita el pronunciarlas" (TELFA, 27). En definitiva: "Por las fórmulas, por tal lenguaje, el hombre se ha evadido de la anatomía y fisiología del cuerpo natural filogenético en que nace, perdura y al que revierten la lengua y el lenguaje naturales" (TELFA, 47), y así, mientras que "Por las proposiciones habladas, lenguadas, el hombre actúa, sin duda de "altavoz" del universo macroscópico", por las fórmulas en cambio "El hombre es "altavoz" de lo profundo: base y fondo, del universo; y, por ser el hombre, parte de él, parte intrínseca, resulta ser el Hombre "altavoz" de la base y fondo de sí mismo" (TELFA, 47); "El hombre natural es locutor de lo macroscópico o macroscopizado de sí y del universo -lo es por insertado en él. El hombre según su dosis creciente de anti-extra-supernatural- es altavoz triplemente acorde de sí y del universo -por estar enchufado en lo nuclear del universo y de sí mismo. El hombre es locutor del universo y de sí mismo. El hombre es altavoz del universo y de sí mismo" (TELFA, 66-67)71. Por todo ello, GB considera que frente al lenguaje artificial formular "El lenguaje natural resultará degradado a "comodín" - a comodidad del animal racional, por animal, por anatómica-fisiológicamente condicionado o regulado" (TELFA, 46), de ahí que a fin de evitar la existencia de "cinco mil millones de híbridos humanos, de esquizofrénicos mentales-linguales-prácticos" (TELFA, 50), es decir, de hombres con praxis sobrenatural mas con lenguaje natural, nuestro autor prefiera la progresiva eliminación del lenguaje natural en aras de una pedagogía a la altura de la técnica y la ciencia actuales, pues dice: "Matemáticos, físico-matemáticos, físico-matemáticos instrumentifactores son "altavoces" de lo nuclear del universo, y de lo nuclear de ellos mismos, por ser partes reales del universo. Ellos dicen en fórmulas lo que el universo nuclear está siendo según fórmulas, las mismas: las están siendo ellos y él. Y ellos dicen en fórmulas lo que los sentidos artificiales -instrumentos: artefactos "instruidos", inventados por ellos para enchufar directamente en lo nuclear- están siendo por contacto, acción y reacción. Ellos -los matemáticos, los físicomatemáticos...- son "altavoces" de pensamiento, palabra y obra. En acorde bien sonante y sonante las tres. Y ellos acordes con unidad de persona. Y no son ya híbridos de "mudez" de palabra y de "tontez" de pensamiento, y de "listeza" de obra: de práctica diaria. Las fórmulas son las mismas: inscritas, intrinsecadas en lo nuclear: 1) en los instrumentos enchufados en él, 2) en la mente de matemáticos, físico-matemáticos... 3) y en las manos artificiales o naturales artificialmente reeducadas que las escriban, impriman en papel, cinta magnetofónica... Eliminación progresiva del lenguaje doblemente híbrido, en favor del lenguaje "acorde" triplemente. Reeducación del hombre "natural". Meta de una pedagogía "actual"" (TELFA, 49-50). El lenguaje formular es vivido por GB como lengua o "palabra divina" con poder real, transustanciador, sobre lo real, siendo los científicos que se sirven de ellas "oráculos de dios", el cual no "habla", sino que "dice", siendo los artefactos, en lo que tienen de concreción de fórmulas, medio expresivo simbólico de la divinidad pues en ellos el fondo físico-matemático-lógico de lo real se revela mejor que en lo natural, de modo que no podrá extrañar el hecho de que GB emplee la expresión "lenguaje artefactorial" para referirse a ellos.72 También considera GB que, de existir otros transfinitadores en el universo, sería muy probable que éstos emplearan, como el transfinito humano de la Tierra, el lenguaje matemático dado su carácter universal, de ahí que sea posible pensar en el matemático como el lenguaje más adecuado para establecer contacto y comunicación con ellos73. - Para finalizar el presente epígrafe, abordemos la quinta fase histórica, o fase sociológica. Insiste GB en que los inventos "no han caído del Cielo, regalo de dioses o de Dios alguno, y menos aún como premio de lotería cósmica. (...) son invento humano; su realización y funcionamiento son empresa humana; y las pruebas y repruebas a que hay que someterlos, (...) indican el margen de aventura, de éxito o fracaso de tal empresa. No precisamente de empresa económica" (DMT, 67), sino social: "sociedad de inventores, ingenieros, operarios y usuarios" (DMT, 71), que es nueva forma, artificial, de relación humana acorde con un supersujeto que no es ya el individuo natural y sus formas de arrejuntamiento: "es una reunión de hombres unificados por una empresa común, no por vínculos de genealogía: raza, familia, parentesco" (DMT, 71). Dicha empresa incluye los elementos típicos que presenta la estructura de lo artificial en GB: "Empresa coimplica proyecto, designio, decisión y resultado: todo ello nuevo, original, espontáneo. Imposible de proceder, de nacer de lo natural" (DMT, 71)74. Pues bien, tal imposibilidad es, justamente, la "Idea" de dicha empresa: "la sociedad constituida por inventores, ingenieros, operarios y usuarios (...), está guiada por una "Idea": mostrar que a la técnica le es posible, y realizable, lo que es imposible para la naturaleza" (DMT, 77); "Lo que es imposible a la naturaleza es posible al arte, y hecho en lo artificial. Hacer posible, y real, lo imposible a la naturaleza caracteriza al Arte. Tal es la Empresa del arte. Y constituye el ideal de los empresarios: del hombre en cuanto empresario, no en cuanto animal racional, con naturaleza y esencia" (DMT, 72)75. La mostración de lo anterior es, para GB, obra de Sociedad o, lo que es lo mismo, de "inventos", ya que de "hallazgos" no surge Sociedad "pues no hay empresa común entre labradores, pescadores, caseros... Coinciden nada más en que todos sirven al Hombre" (DMT, 80). De su unión, a lo sumo, surge "colectividad"76, mas no Sociedad, pero "Por contraste: inventores, ingenieros, operarios y usuarios de avión -parecidamente se diría de auto, teléfono, radar, carretera, supermercado, cinema, restaurante, iglesia, parlamento...constituyen sociedad, por la parte sujetiva, y, por la objetiva, avión, auto, radar... supermercado, parlamento. La unión de todos ello: de lo sujetivo y lo objetivo, de hombres e inventos, posee carácter de empresa" (DMT, 81); "entre inventores, ingenieros, operarios y usuarios de puertas automáticas se establece una sociedad, en contraste con el arrejuntamiento o simple colectividad que surge entre creyentes en fórmulas mágicas para abrir y cerrar puertas u otras necesidades y conveniencias de la vida material; y que, teniendo que vivir en nuestro mundo actual servirse de puertas automáticas -como caso ejemplar de mecanismo autorregulador y a disposición de todo hombre (...) ha de reformar su mentalidad, maneras y modales para tratar tales inventos y creaciones del hombre como les es debido a su nueva condición. Transformar colectividad en Sociedad" (DMT, 107). En definitiva: hombre en camino "hacia socialismo"77. La empresa social no es algo que siempre haya formado parte de ciencia y técnica: "Desde el Renacimiento cada ciencia -y partes de ella, si las tuviera- se integra de dos conjuntos de componentes: 1) un conjunto de conceptos; 2) un conjunto de instrumentos, con la doble función; 2.1) la de proporcionar a los conceptos (al conjunto conceptual) contenido real (datos) a la altura de los conceptos; y 2.2) proporcionarles comprobación de su realidad, de su enrealización. (...). Actualmente -y es una de las características más resaltantes de nuestra época- la ciencia (algo en estado y con pretensiones de científico) se integra de un conjunto más: 3) el social. (...) estado social, (...) praxis social" (PPPMM, 4950). Por ello, dirá: "Lo históricamente importante y decisivo se reconcentra en que lo inicialmente individual se transforma en social. (...). Lo que Marx dijo respecto, explícitamente, de ciencia, amplíeselo respecto de técnica, filosofía o teología, economía, sociología... que pretendan ser "actuales" (TELFA, 50)78. Por otra parte, la "Idea" propia de Empresa es neutral: "El proyecto o montaje, el designio, la decisión y el resultado de avión, el de volar, no es ni teológico ni antiteológico; es simplemente, meramente, a-teológico: teológicamente neutral. Y tal neutralidad depone a Cielo (religiosa región) a laico; lo desamortiza. (...). Avión bien montado, es, además, neutralmente moral. Ni bueno ni malo. Pero tales neutralidades, teológica y moral, pueden ser violadas, y utilizar avión para bien o para mal, para beneficios o maleficios humanos, para glorificar a dios o dioses (...) o para insultarlo o insultarlos de inexistentes o impotentes. Decidirse a subir en avión no es ni acto religioso o moral, ni irreligioso o inmoral. Avión neutraliza todo ello. Tal neutralización es una de las características de nuestros tiempos. Y no es meramente verbal o jurídica, sino técnica. No hace falta añadir que avión es políticamente neutral. Así que la religiosidad o irreligiosidad, moralidad o inmoralidad, política o antipolítica de los inventores, ingenieros, operarios, usuarios (...) no pasan a ser constitutivos, propiedades adquiridas, partes intrínsecas del avión. Se quedan, a lo más, impresas en su fuselaje o alas" (DMT, 83-85). Por último, la consideración bacquiana de la técnica y de lo artefactual como bien público queda de manifiesto cuando, preguntándose por el "motivo" o "para qué"79 de la técnica, de los esfuerzos científico-técnicos del hombre, dice GB: "Respuesta: para dominio efectivo, público -verdadero, según verdad definida por "patencia"- de la realidad", y advierte: "Mas para dominarla -domesticarla, domiciliarla- ha sido preciso destruir la unidad natural, inmediata y cotidiana de agua, luz... vividas así, en unidad, en global, por ojos, lengua, pies... Reducir la materia natural a masa; y la forma natural, a fórmula matemática; e inscribir tal fórmula en la masa, resultando un "instrumento"" (TELFLM, 69)80. Con lo dicho ahora sobre la fase sociológica de la Empresa del hombre actual, será posible abordar posteriormente con mayor detenimiento y provecho la relación entre técnica, sociedad y economía en esta última etapa del pensamiento bacquiano; aspecto importante para nuestro autor por la función totificadora o "re-unificadora" que posee dentro de su proyecto-empresa filosóficos de transustanciar (o al menos contribuir a ello) al hombre "natural" en hombre "actual": en hombre transfinitador científico-técnico del universo y de sí mismo. 10.6. Tipos de técnica. Conviene comenzar advirtiendo la oposición básica o general que GB establece entre dos tipos o fases (estados) de la técnica. Fase primera, o "técnica artesanal-artística": la "técnica artesanal" se caracteriza por su función imitativa de lo natural, al que toma como fin-final definitivo o límite infranqueable (naturalismo integral), el designio le es accidental y está sometida a la praxis (experiencia, recetas, pericia...), no concibiendo la posibilidad de intrinsecar componente teórico-científico alguno (lógica, matemática...) en sus creaciones. Si a la técnica artesanal le acompaña el elemento "belleza", entonces surge la "técnicas artística": "técnicas artísticas resaltantes frente a las artesanales" (FM, 283). Fase segunda (estado actual) de la técnica: "técnica tecnológica y tecnocrática", fase creativa, regida por "Plan de Ciencia" intrinsecado en los artefactos.81 Y en otro lugar: "La técnica "actual" se distingue, más y mejor, de la artesanía antigua y moderna (1) por el invento y uso de enseres mentales que separan lo escalar y lo vectorial; (2) los enrealizan en enseres físicos apropiados; y (3) los unen por coajuste montaje, desmontaje, sustitución de fuerzas, reparación..." (PPPGN, II, 608). A la oposición radical precedente se llega históricamente a través de la distinción entre técnica artesanal y moderna, estando la diferencia en el componente teórico-científico presente en la técnica moderna, del que carece la técnica artesanal conexa con la praxis fabricativa: "Se desfunde circunferencia de rueda señalando la definición de circunferencia: "curva plana, cerrada, cuyos puntos equidistan de uno interior". Y de madera se daría otra definición. Y, definidas aparte circunferencia y madera, ya no se confundirán ellas en una apariencia. Y podrá surgir aparte ciencia geométrica y artesanal o carpinteril. Se confunde o están con-fundidos en hilo tirante recta e hilo tirante. Y confundidos en una apariencia total típica. Mas la definición de recta: "línea que descansa uniformemente en sus puntos" y la definición que de hilo tirante daría un artesano, separan recta de hilo y será factible construir o hacer entrar recta en geometría científica, e hilo en artesanía" (TI, 83-84). En este sentido dirá: "Que los bisturies actuales -sean o no tan finos cual cuchilla de diamante- corten mejor que el prehistórico cuchillo de sílice, proviene de su fabricación por técnica, bien distinta de la artesanal arcaica de golpe y roce: la de nuestros remotos antepasados a los que casi casi no reconocemos cual progenitores nuestros" (INTRAFI 57). La técnica moderna deja paso a la técnica "actual" o, propiamente, "tecnología", dotada, en virtud de su peculiar formalismo o "Plan" científico82, de un grado de poder transfinitador inexistente en las otras dos: "Aun sin morirse, sin haber de derribar ni de haber derribado umbrales, niveles, diferencias específicas, conceptos... el viviente ha inventado exitosamente aparatos de comunicaciones subterráneas, subcorporales -sub, respecto del propio cuerpo macro- para serse, vivirse ya en lo nuclear; aparatos ellos mismos operantes dentro y según las leyes de lo nuclear, no restringidas por lo macro. La técnica actual -y sus aparatos típicos- son la mostración de la conexión entre transfinitud ya atomística, ya durante la vida natural, premortal" (VMI, 163). Correlativamente, a cada tipo de técnica corresponde un tipo de hombre: a) "Artesano", "Artista": "llamamos "artesanos" a los hombres diestros, hábiles, expertos, duchos en cualquier orden por haber inventado maneras de aprovechar una fuerza natural (...); y designaremos por la frase "artesano-artista" al artesano que en sus obras ponga algún componente de belleza: algo que no sirve propiamente para el fin y uso de lo inventado" (PPPGN, I, 339); b) "Artífice": "El artesano se sirve de tanteos, trucos, trazas, mañas, artimañas, expedientes, ensayos; el artífice se sirve de experimentos, procedimientos, procesos, métodos. Aunque preceda históricamente, casi siempre artesano a artífice, tanteos... a experiencia..., la evolución dialéctica eleva algunos artesanos a artífices y artistas; y eleva tanteos, algunos, a experimentos. El orden histórico de engendramiento puede tender y tiende a orden esencial. El ordo originis a ordo essentialis" (FM, 184). Artefactos que posee: recetas y aparatos. "Artífice" es categoría englobante de: b.1.) "Ingeniero" (técnica moderna): ""ingeniero" es un nuevo tipo, un nuevo estado, del hombre inventado por él y para cosas hechas, de intento -aunque sin Plan cósmico- para él: para que hagan acto (original) de presencia ante El: El Ingeniero" (PPPGN, I, 340). Artefactos que posee: recetas, aparatos y enseres fenopáticos; b.2.) "Tecnita" (tecnología): hombre que posee: libretos, manuales, planos, diagramas... científico-técnicos, instrumentos, enseres faino-érgicos y, propísimamente, enseres cibernéticos de todo tipo. Frente al ingeniero, el tecnita resulta "hombre adventurero" pues se propone, por plan, serse íntegra, inmediata y únicamente en la base nuclear del universo.83 Todo lo anterior viene a decirnos que, en definitiva: "en el Ingeniero se conserva, más o menos -tendiendo a menos- el Artesano; y en el Tecnita perviven, tendiendo también aceleradamente a desaparecer, el Ingeniero y el Artesano" (PPPGN, I, 340-341). En cada fase, los artefactos son reunificados (montados) de manera más potente y compleja que en la anterior, según la secuencia: "Taller-Máquina-Fábrica- Tecnocosmos"84. Considera GB un cuarto tipo de técnica: "técnica nuclear directa y transfinita" (VMI, 156). Se trata de una técnica isomorfa con la vida en estado postmortem y, por ello, tan enigmática por su carácter novedoso como ella. Sobre este tipo de técnica se verá en relación al tema de la inmortalidad. Baste por el momento advertir de su presencia en el pensamiento de GB y de la posibilidad de ser denominada isomórficamente técnica positiva pues, como se verá, es a la que apunta ya en esta vida el hombre anhelante de transustanciación total en hombre "positivo" o "Persona". En TELFA, nuestro autor distingue explícitamente tres tipos de técnica atendiendo a los siguientes criterios: a) T1: la "preternatural", "macroscópica" o "técnica fenomenológica simple", es decir, simplemente descubridora; b) T2: la "técnica fenomenológica activa" o "anti-natural", pues aprovecha "la colindancia entre lo macro y lo micro de lo natural", y permite "convertir una clase de energía natural en otra natural (...). Convertir un estado natural en otro natural: (...) conversiones que la naturaleza no hace o al menos no lo hace a disposición de la libertad del hombre" de modo que no es preciso para ello inventar nuevos instrumentos respecto de los típicos de la técnica macroscópica. Esta técnica engloba a la anterior aunque la supera; c) T3: "Técnica super-natural": aquélla cuyos artefactos, "enchufados directamente con la base del universo (...) Hacen aparecer, desencubren, la base del universo y la aprovechan para finalidades supernaturales". Tal técnica es supernatural porque resulta "límite -por ahora- superior en extensión y eficiencia (universalidad y necesidad reales) a las técnicas anti y preter naturales", aunque las incluye.85 Pues bien, advierte GB: "Todo lo anterior es premisa para poder afirmar: los límites impuestos al entendimiento: mente categorializada e instrumentada (esquemas), son desplazables -extendibles eficazmente- según T1, T2, T3. El dominio del entendimiento aumenta en universalidad y eficiencia" (TELFA, 124). d) "T4" es la forma en que GB designa un tipo de técnica isomorfa con "emprendederas transnaturales o plusultranaturales" (o.c. 136). La clave de la cuestión radica en notar la diferencia que establece entre "instrumentos peculiares de la Razón -a diferencia de los propios del entendimiento y aun de los de funciones de sensibilidad" (TELFA, 132). En este sentido advierte: "T1, T2, T3 son triple enrealización de categoría" (o.c. 130). La T4 se integra de los "instrumentos peculiares de la Razón", es decir, aquellos que son "efecto de la mente puesta a serse Razón", de modo que deshace la confusión vectorvehículo y logra "enrealizar a cada uno en instrumento propio", es decir, que "separen, sin romper, vector (dirección) de vehículo (realidad)" o, si se prefiere, hagan real el "coajuste entre vector-vehículo, entre director y dirigido" (vg. volante y motor en automóvil). Por lo dicho, pertenecen a Técnica plusultranatural todos los artefactos de dirección automática, transistorizados, amplificadores y de feedback; artefactos propios de un hombre puesto a serse motor racional del universo: "hombre en cuanto Racional" o "Gobernador", y a cuyo servicio entran los artefactos de los otros tipos de técnica; artefactos y técnica capaces de "enrealizar" lo que GB denomina "Idea" a la altura de ciencia y técnica actuales, esto es: "vector cósmico" que dirige las realidades (su vehículo) "hacia universo, dándole estado de totalidad", y lo hace "progresivamente, no de golpe, sino dia-lécticamente".86 En total, técnicas de conocimiento, rectoras y de explosión. Tres tipos de técnica que hacen referencia a otros tantos niveles integrantes de la empresa del hombre actual de transustanciarse junto con el universo; niveles que debe atender y articular convenientemente si quiere tener éxito: conocer-transformar-dirigir/organizar, y todo ello como condiciones necesarias, aunque no suficientes, para el advenimiento de una nueva forma de serse y vivirse la fuerza transfinitadora del cosmos que, en su concreción vital terrestre superior actual, es el ser humano o transfinito transfinitante, según GB. 10.7. Técnica e historia. Entiende GB que el término "técnica", como cualquier otro, no tiene un significado único a lo largo del tiempo. De forma genérica afirma: "el sentido de las palabras (...) está sometido y varía según las dimensiones del tiempo: según pasado, presente y futuro. Está sometido a historia" (PPPMM, 15)87. Pero si "técnica" es término con "historia", en GB es, además, su origen. En efecto: en función de los tipos de tiempo88, GB distingue dos tipos generales de historia: "La historia cronológica está temporalizada según pasado-presente-futuro. La historia dialéctica está temporalizada según obsoleto-presencial-porvenir" (PPPMM, 57), y sentencia: "La historia cronológica ha de ser transformada en historia dialéctica" (ibid.).89 Ambos aspectos de la historia, sin embargo, lejos de resultar antagónicos son complementarios, pues la inversa (caída, reabsorción por lo natural, de historia dialéctica) también resulta cierta, mas con el agravante de serlo de modo necesario; necesidad que, en cambio, no se contempla en el caso anterior al estar abierto al empuje de la voluntad ("ha de ser transformada") y al azar (sorpresa: éxito-fracaso). Por ello, dice GB: "La vida histórica, o la historia viviente, está integrada, o se va integrando, rellenando de inventos cuyos caracteres son novedad, originalidad, irrupción- que una vez surgidos, estrenados, irrumpidos pasen a "obsoletos", usados, desmodados, antiguos o antiguallas, formando, no obstante, estela con sus novedades, originalidades, espontaneidades. (...). El inventor está, de suyo, patente, abierto al porvenir. (...). En rigor de terminología: La historia se hace desde el porvenir; o inventor e inventos hacen historia. La historia hecha queda localizada, enmusealizada en pasado, en presente sin futuro, sin porvenir" (TELFD, 97-98)90. Más audazmente: "Historia es, por tanto, disposición cronológica de la aparición y avatares de fósiles y momias de todos los órdenes" (SQM, 380). El término "Historia" está implicando el de "progreso", siendo interpretados ambos por GB "a la altura de ciencia y técnica actuales". De este modo, y "en tono de sugerencia e incitación a pensar", dice: "Entendamos por "progreso": contextura montada con "motor de explosión" (M) y volante cibernético (V); cual un auto, avión, barco... moderno" (TELFD, 99). Y más precisamente: "Motor de explosión regulada (Mr) y con retroajuste, retroseipsirreajustante (feedback) y mandos automáticos (Va): con simples gestos de Ciberneta o Gobernador" (ibid., 99), y luego: "El progreso parte, lo inician, "inventores" (con sus inventos de tipo Mr y Va; (...)" (TELFD, 100). Por lo dicho, es claro que, una vez más, el "motor"91 funge como paradigma de lo auténtica, transfinitadora y actualmente artefactual, y así lo afirma de modo explícito GB: "Lo propiamente artificial se realiza y condensa en motor de explosión" (FM, 404). Como secuela, también lo será del progreso histórico, tal como ha quedado caracterizado, aunque ahora resaltando simultáneamente tanto su operación interna: aspecto explosivo (escalar), como la posibilidad que ofrece de dirigibilidad (aspecto vectorializable); síntesis que GB condensa y delata en la expresión "artefacto total" o verdaderamente "eficiente" (VMI, 136). En efecto: la técnica sabe, o consiste, en aprovechar los "atentados frustrados" contra lo natural: ""Freno de agua"- de un líquido cualquiera- es un atentado planificado de comprimirla. Y no siempre se la ha puesto a tal prueba. Y cuando se la ha puesto ha salido incólume de ella. Y bien que la técnica aprovecha, ha inventado aprovechar, el fracaso de tal atentado" (VMI, 53-54). Pues bien, un motor, del tipo que sea, está regido por "la ley, o correlación, de Transfinitadores-y-refrenadores" (SVV, 83). En este sentido, dirá GB: "En un vulgar auto -y en otros aparatos- se ha introducido el portentoso y comodísimo invento de separar dirección y fuerza incorporándolas, enrealizándolas en dos artefactos: volante y motor. Volante: vehículo y órgano de la dirección -a servicio inmediato de mano; ésta a servicio más inmediato de vista y voluntad. Motor: instrumento o vehículo de fuerza, capaz de arrastrar toneladas de peso a velocidades inasequibles, casi inimaginables para pies, alas, de hombres y de águilas. (...). Volante y motor, dirección y fuerza, separados por invento; no por naturaleza o nacimiento; incorporados cada uno en aparato (vehículo) propio; y reajustados, a pesar de tal distinción, -estructural o artificial- en una realidad, aparato, artefacto total -eficiente- a servicio de hombre (...)" (VMI, 135-136). Tal separación se ha hecho sin escisión, lo que permite al hombre adoptar la función de "gobernador" o "motor racional" de lo físico92. Ahora bien, para que "motor" ascienda a paradigma de lo auténticamente artificial, tal como lo presenta GB, su funcionamiento debe ser transfinito, es decir: la dirección que se imprima a su fuerza escalar debe apuntar a Infinitud, tal como se ha dicho más arriba, y ya se vio en otro capítulo: "Lo artificial está más allá, trans, de todo lo natural -pasado, presente, futuro. (...) Lo artificial está más allá, trans, de todo lo natural. Lo transciende. Es un trans-finito. (...). "Lo artificial es trans-finito respecto de lo natural"" (VMI, 136-137). Por todo ello dirá: "El que, por ahora, sólo en un rincón del universo, en la tierra, y dentro de ella en aparatos sueltos y pequeños, se haya llegado a distinguir dirección de vehículo, volante y motor, coajustados y seipsirregulados, vuelve irremediablemente falsa la proposición universal evidente a ojos fisiológicos y a mente asomada a ellos- "todo lo natural tiene esencia constituida por cuatro causas: eficiente, final, formal y material, irreformables en número y funcionamiento de potencia". O dicho de otra manera: lo artificial no podría reformar lo natural. Hacer de causa eficiente, motor y fuerza bruta; de causa final, simple meta; de causa material, material en bruto; de causa formal, molde. Todo lo cual, no obstante, lo hace y es invento de la técnica y factura de la técnica. Preguntémonos con pregunta más determinada ya )no será posible y factible el que toda realidad- dios, dioses, dios enhumanado, hombre endiosado, héroe... hombre- se ponga a disyungir dentro de sí o ponga a disyungir a sí en dirección y vehículo, volante y motor, la su voluntad, apetito, mente, sentimientos, acciones externas...; des-hacer, pues, des-confundir sus causas naturales; des-montar su esencia; hacer cambiar el estado de sus ideas -conceptos, recordatorios, apariciones sensibles, contactos con realidades? Ante lo artificial, real y eficiente de nueva manera, el onus probandi corresponde a lo natural: a la esencia y esencialidades" (QD, 103-104). Por otra parte, es evidente que detrás del criterio bacquiano de progreso se encuentra la diferencia entre "distinguirse" y "hacerse distinto"; distinción causada por la técnica93 y a la que nuestro autor quiere contribuir con su filosofar (carácter práctico del mismo), como queda patente cuando confiesa que con él "intentar pretenciosamente algo así cual un segundo Renacimiento, seguido el primero con el nacimiento de la Ciencia y Técnica actuales, colaborando en que el segundo fuera inauguración de Ciencia y Técnica a la altura de "porvenir": el de algunos siglos, al menos, posteriores al veinte" (PMNA, 17). Tres Renacimientos, por tanto: el pasado, el presente y el aún por-venir, a manos de ciencia y técnica novedosas, incluso desde la perspectiva actual. La idea de progreso histórico propuesta por GB presenta otro aspecto relevante que tiñe esta etapa de su pensamiento: el de aceleración o crecimiento exponencial del ritmo inventor y, por tanto, de la misma historia por ellos fundada y sostenida (historia en estado histórico o sobrenatural). Tal tema lo encuentra GB ejemplarmente tratado y expuesto por McHale y Ramsauer94, de cuyos estudios y gráficos afirma: "Ellos indican claramente los tipos de desdefinición y las fases de desfinitación, en relación al tiempo histórico" (TI, 67). Desde esta perspectiva dirá: "Lo que hasta aquí se ha dicho acerca de aceleración de instrumentos y enseres físicos, químicos, comunicativos, puede aplicarse a instrumentos y enseres lógicos, geométricos, aritméticos, lingüísticos (...) y a instrumentos y enseres, aparatos y trebejos de los órdenes religioso, estético, social, económico, moral, político, partiendo de la fase o estado suyo natural: religión natural, política natural..." (TI, 74). Esta aceleración de la historia es considerada en sí misma por GB como síntoma de la artificialidad de la propia historia en estado "histórico", frente a la inercia de las cosas en estado natural y de la historia misma en estado "prehistórico", y por ello dirá: "lo natural en todos los órdenes -físico, astronómico, político, moral, religioso, económico, estético...inercial: tiende a seguir la línea de menor resistencia y cambio: la recta -la ortodoxa, la ortodoxia, lo dogmático- y a no cambiar la velocidad con que procede: uniformidad del proceso; repetición de lo mismo, año tras año, siglo tras siglo, milenio tras milenio... (...). Lo natural es incapaz de inventar algo diferente y más potente, y sobre todo, nuevo, original; su inventiva se reduce al hallazgo y perfeccionamiento de utensilios, trebejos y aparatos. Aceleración, intervención de fuerza y sus manifestaciones en instrumentos y sus manifestaciones en instrumentos y enseres son antinaturales" (TI, 75). Ahora bien, la concepción bacquiana de progreso implica, además del concepto de aceleración (fuerza escalar), el de transfinitud actuando como fuerza vectorial orientadora de esa aceleración. Por ella, la historia poseerá racionalidad retrospectiva, pero no prospectiva, quedando abierta a Infinitud como porvenir, no como meta segura o futuro: aproximación creciente al límite Infinito, mas sin éxito asegurado. Desde esta perspectiva, la historia, en cuanto actual, viene caracterizada, según GB, por la tranfinitud: "Transfinitud como tonalidad actual del universo y del hombre", reza el título del capítulo tercero de INTRAFI. En relación con lo anterior, los diferentes tipos de artefactos mostrarían la siguiente dirección (transfinitud como fuerza vectorial) de la historia: "la dosis de utensilios, trebejos, aparatos, instrumentos y enseres en cada época, varía -y la define. La actual, la nuestra -la que el hombre se propone y pone a que sea "nuestra"- se caracteriza por el proyecto, decisión y éxito creciente espectacularmente de transformar el mundo natural en mundo de "enseres", reduciendo cada vez a menor -y en el límite a cero o a un mínimo- la dosis de utensilios, trebejos... instrumentos" (INTRAFI, 129). Más aún: que "La transfinitud del hombre se manifiesta, y comienza, con la invención de instrumentos y enseres. Ellos caracterizan por mayoría el mundo actual en que vive el hombre" (TI, 41). El tipo de vectorialidad propio de la transfinitud histórica es puesto de manifiesto por GB mediante la distinción entre "estela"95 o "huella" y "secuela". Así, dirá: "La transfinitud es un vector de este tipo. Sin camino preexistente; sin meta prefijada. El camino se hace al andar; lo hacen los inventos (...). Ellos son la huellas que constituyen, van constituyendo o construyendo el Camino, camino que se hace al andar, y se hace de huellas (...). Estela es el camino inverso, posterior, retrospectivo de barco, de avión, que avanzan, aunque no vayan a ninguna parte; y, si van a alguna, no tiene asegurado, infalible, el llegar a término. Estela es camino inverso, sin directo. Surge con necesidad retrospectiva; sin necesidad prospectiva. (...). Azar como secuela de Necesidad" (INTRAFI 154-156); "un invento posterior anula los inventos anteriores; los depone al nivel de obsoletos, piezas de museo, antiguallas, desmodados. Y presto, sea el plazo un año, una estación de él, cien años, un millón... decaen a "chatarra", reabsorbidos por lo natural. Nivel al que jamás descienden las consecuencias de principios, los teoremas de axiomas; lo demostrado por principios o axiomas" (INTRAFI, 159). Pero si todo invento hace "estela", cuando lo es de tipo "natural" genera también "secuela", lo cual significa clausurar el porvenir en futuro previsible y, por tanto, imposibilitar la existencia de la historia dialéctica, transfinita y transfinitante, a la altura del hombre actual. En este sentido, dirá GB: "Utensilios naturales, geometría natural [g1(m), g1(p)]; aritmética natural [a1(p), a1(m)]; lógica natural L1(N); Etica natural (M0, M1); Técnica (Tn); Política natural (P0); ontología natural (...) son casos de caminos, rutas, carreteras mentales y reales con punto de partida, estaciones intermedias y fines determinados. No dejan solamente estelas; dejan secuelas que son consecuencias de principios, de fines preexistentes, prefijados. No producen turbulencia, azar, sino claridad, determinismo, estabilidad" (INTRAFI, 157). En cambio, cuando se trata de geometrías, éticas, políticas, ontologías, técnicas... de tipo aparato, instrumento o enser, entonces, dice GB, "son estelas. (...) no dejan o producen consecuencias, conclusión, sino estelas..." (INTRAFI, 157-158). En definitiva: "La mente humana -dejemos de lado la cuestión de si hay otras mentes, y la de sí, en caso de haberlas, se parecen o no a la nuestra: a la surgente de, o sólo, en filogenia de animal vertebrado, mamífero, primate...- parte de lo natural, cual punto de partida de hecho -primero, mas no primario- de lo natural, sea utensilios, geometría, aritmética... ontología" (INTRAFI, 158-159), pero el camino que va desde lo natural a invento "no preexiste cual carretera; se hace al andar, al inventar. (...). Los pasos de utensilios a aparatos; de éstos, a instrumentos...; (...) son huellas, improntas, que deja y hace "inventiva"; son, pues, saltos, trans. Improntas, huellas difuminadas, disipadas, por la invenciones posteriores, por la trans-finitud que es trans-definición, trans-finitación que des-define y des-finita lo anterior. Es, pues, transfinitud tipo originalísimo de invento; originalísimo por secuela e invenciones. La infinidad es un vector cuyo vehículo o portador inicial es lo natural; y los vehículos siguientes son inventos, cada vez, cada paso, o salto, más remotos de lo natural; y cada paso, o salto, a costa de lo natural inmediato: de lo natural nacido" (INTRAFI, 159-160). Es claro, por tanto, que la historia fundada por inventos: la "historia artifactual" o "historia ontológica", frente a la "historia natural"96, cumple con la definición de "aventura". Por otra parte, si bien los inventos hacen "estela", no es cosa que deba suceder necesariamente ni de forma inmediata; cabe la posibilidad de que nunca la tengan. Hacer historia, o tener estela, es, en sí mismo, una novedad, nada garantizado para un invento: "Hay, y en mayoría de casos, atisbos, sospechas, trucos, artimañas que no conducen a nada. No tienen estela. No poseen racionalidad retrospectiva" (TI, 85); "dada ya galera, )es posible demostrar que se inventará otro tipo de navegación marítima, cuándo, dónde, por quién, según que plan...?" (SQM, 57)97. Desde esta perspectiva, el progreso histórico se medirá por el grado cuantitativo-cualitativo del salto y, por tanto, por el de la estela dejada, de modo que puede ir hacia delante (progreso) o hacia atrás (peligro de caída) dependiendo del predominio de la inventiva o de la repetición: "El paso del eje horizontal positivo (afirmación) al negativo o negador no se opera sin más; lo hacen la inventiva, las ocurrencias, los trucos que son casos de "creatividad" discontinuos prospectivamente, mas retrospectivamente conexos. Hacen "estelas" = hacen "historia". La Historia no es sino esa serie de saltos cualitativoscuantitativos, mentales-físicos, cada uno de los cuales presupone y engloba en unidad superior transcendente los anteriores, expuesta ella a ulteriores transcendencias que, a su turno, presuponía y englobaba lo anterior -)hacia un Término final? Salto de natural (0) a truco (c'); salto mayor de truco (c') a ocurrencia (c''); salto mayor aún de ocurrencia (c'') a invento (c''')... O inversamente: descenso, por salto-caída de natural (0) a receta (r'); de ésta, a figural (r''); de éste a cálculo (r''')..." (TELFLM, 22-23). Todo lo anterior es secuela de la conexión que, como Marx, GB establece entre la industria y la esencia humana98; relación esencial por la que la historia resulta fenomenología del hombre supernatural, quedando de esta forma articuladas de manera irrompible historia, antropología, técnica, trabajo y conocimiento. Merece la pena citar íntegramente el comentario de GB al texto marxiano, a pesar de su extensión, en virtud del poder clarificador de su propia postura, así como de algunas claves ya tratadas en este estudio: "El Verbo, la segunda persona de la Trinidad, se hizo carne: se hizo hombre. Caso de fenomenología teológica, bien conocido por Hegel y por Marx. Explotado largamente por el primero; preterido por el segundo. El Espíritu absoluto se hizo sensible: se espacializó, se temporalizó; se hizo un yo. Ambos: Verbo y Espíritu habitaron entre nosotros, comenzando el primero por hacerse niño, y el segundo por hacerse sensible. Mas el hombre -en cuanto psicosomático, en cuanto compuesto de cuerpo y alma- comenzó por hacerse industrioso. O la industria-la que conoció y vio prosperar Marx en Alemania, Francia y sobre todo Inglaterra -era hombre encarnado; hombre hecho productor sensible de realidades inventadas por él, para él, por ser y haber sido producidas para encarnaciones suyas. Los instrumentos industriales y los productos industriales son la fenomenología real, original, del Hombre. Fenomenología que el hombre ha inventado para sí. Con la ventaja en favor de Marx. En la fenomenología de Hegel la encarnación del Espíritu absoluto se verifica en espacio, tiempo, individualidad sensibles, dadas, naturales. En Marx la fenomenología se inicia con los inventos industriales del Hombre trabajador. En lugar de la fenomenología del Espíritu en lo natural (Hegel), fenomenología del hombre en eso supernatural que es la industria (Marx). La fenomenología del Espíritu no es comprobable (...). En Marx -joven aún, recien bautizado y confirmado hegeliano-, la fenomenología del hombre, la aparición primera del hombre, no es la sensible, la natural, según la especie o definición de "animal racional"; sino la aparición, fenómeno, del industrioso, del inventor, creador de una supernaturaleza. "Es insuperablemente diverso ser distinto y hacerse distinto de. Lo primero es natural; lo segundo, supernatural. Lo primero es dado por la naturaleza; lo segundo, por lo artificial, por los inventos. Lo primero se halla siéndolo el hombre; lo segundo lo inventa él para sí. Lo segundo es doble potencia de distinción; lo primero, primera potencia. El hombre, en su estado primero, inmediato, -en fenomenología natural- se halla siendo distinto del animal, v. gr., del mono, por tener religión, o conciencia; y éste por no tenerlas. Empero esta distinción específica, natural, no tiene para Marx importancia, aún sigue siendo real, natural, específica. Lo decisivamente importante es la distinción del animal que el hombre haya inventado para sí. El que él se haga a sí mismo distinto del animal. Lo cual, dice Marx, se verifica cuando el hombre produce sus medios de vida: inventa medios para vivirse. "Secuela: La fenomenología del hombre comienza propiamente por la fenomenología de la industria y del industrioso. "De madera no saldrá, no nacerá, galera (...) De natural, artificial. En lo artificial, lo natural queda rebajado a simple material en bruto, aunque esté perfectamente especificado con especificación natural. Lo artificial es la negación real, positiva y original de natural: de especie, de género, de esencia. Así que su ontología es superior a la ontología natural. Y por esto mismo Marx no otorgó importancia alguna a Darwin, cuyo evolucionismo queda confinado al orden natural: a cambios, cuando más, de variedad a variedad, de especie a especie... naturales. Por igual razón: la naturaleza no tiene dialéctica, aun cuando pueda darse evolución con mutaciones por evolución continua y por selección" (PPPMM, 20-24). Pero todo ello, que GB considera fundamental comprender, es tomado por él como mero "punto de partida", pues ya se vio cómo el propio autor pretende contribuir con su filosofar al progreso de la historia dialéctica, lo cual conlleva implícitamente la superación de todo sistema filosófico y, por tanto, los de Hegel y Marx99. Por otra parte, si la transfinitud humana opera en todos los órdenes en que nota la existencia de límites: "la transfinitud, en todas sus formas (...) des-define graduadamente, a paso de inventos; especies nuevas de seres, y gradualmente, a pasos de tiempo histórico; des-finitan graduadamente por desplazamiento de límites según ley o función y gradualmente, según fases de historia" (TI, 67) cabe preguntarse entonces, por ello mismo, como hace GB, si "La transfinitud misma )será causa, seipsicausa, de un encierro colmo de los colmos, de segunda potencia?" (TI, 61). Evidentemente, de la respuesta a semejante cuestión dependerán múltiples consecuencias para el tema de la historia, tal como es concebida por GB. En cualquier caso, desde la perspectiva histórica "actual" expuesta, la transfinitud presenta para GB cinco características básicas o "categoriales": 1- "Aceleración. Fuerza": frente a la inercia de lo natural y sus creaciones, la inventiva humana, y el número de inventos antinaturales de todo orden en que se plasma, crece aceleradamente de modo exponencial a partir de su fase o estado natural100; 2- "Racionalidad retrospectiva": en la inventiva humana sólo hay racionalidad a posteriori nunca a priori, pues todo invento es novedad; 3- "transustanciadora": se trata de una racionalidad "creadora de estelas", no de "secuelas", es decir, "reabsorbente" o "dialéctica", "trans-formadora" y "trans-materiadora", pues los inventos posteriores repercuten en la forma y material de los anteriores; 4"Discontinuadora": aunque el crecimiento de inventiva, inventores e inventos sea exponencial, es, sin embargo, discontinuo, lo cual demuestra para GB que se trata de reventones y rebeliones de libertad contra los límites sentidos como tales en cualquier orden; 5- "Radioantropológico": si hay aceleración es porque hay una fuerza, mas en el terreno de la invención generadora de estelas no puede ser del mismo tipo que en el dominio físico (fuerza atómica). Pues bien, tomando como ejemplo las emisiones radiactivas de ciertos cuerpos, GB propone de forma real, no metafórica, que la fuerza equivalente en el hombre es su capacidad de invención, de modo que al sentirse encerrado chisporrotea en forma de trucos, artimañas, novedades... de manera imprevisible. A esto denomina "Radioantropología", que es la fuerza equivalente en el hombre a la atómica en el universo físico, pues tal fuerza le impele, aceleradamente además, hacia transfinitud; es su "radiactividad mental", la cual además de haberse trocado en ciencia "se ha transmutado en técnica". Tal es la interpretación del hombre a la altura de ciencia y técnica actuales en función de la cual GB definirá la "transfinitud" y, en consecuencia, la "historia" como movimiento acelerado, racional retrospectivamente, transustanciador, discontinuo y radiontológico.101 Por otra parte, en función del grado de potencia transfinitadora de los inventos, GB establece distintos niveles de artificialidad que implican de lleno a la historia en tanto que constituida por aquéllos: "Por muchos que sean dentro del orden artificial mismo los inventos progresivos entre barca de remo y galera (trirreme, cuatrirreme...), nunca, jamás, se llegará a barco de vapor. Este modelo es transfinito respecto del precedente, que no es ni premisa ni condición previa necesaria. Y sean cuantos hayan sido-sean-serán los modelos progresivos de barcos de vapor, nunca jamás surgirá dentro del plan de barco, el barco de propulsión atómica; ni dentro de éstos, progresivamente ordenados, el barco dirigido por piloto automático: barco cibernéticamente dirigido, por autovolante de motor -atómico, de gasolina, carbón, electricidad. Es decir: dentro de los transfinitos mismos los hay de segunda potencia. Nada de Infinitos que aneguen, disuelvan, des-definan, des-determinen los anteriores, y menos aún los artefactos transfinitos, respecto de lo natural -físico, matemático, biótico" (VMI, 138)102. Todo lo dicho hasta aquí sobre el progreso plantea la cuestión del finalismo de la historia y del universo. En este sentido, GB dirá: a) que se observa cómo la Vida, que es surtidor de novedades, lo es por antonomasia bajo forma de vida mental (humana) y en especial a partir del Renacimiento, pasando la vida natural a ser super-natural o, lo que es lo mismo, paso de naturaleza a técnica; b) que tal fase tiende al Infinito mediante transfinitud (explosión-refrenador).103 Para comprender el sentido de la trayectoria (retrospectiva) de la historia es preciso distinguir, como hace GB, entre fin-final-finalidad. "Finalidad" es el "fin" que se propone el agente; "final", el término al que llega la acción, su acabamiento, con independencia de que se hubiese alcanzado o no la finalidad. La finalidad, por su parte, implica valoración (moral, estética, económica, social...). En la técnica hay "fines" (v.g., aumentar el poder explosivo de una realidad para ver qué da de sí), mas su conexión con la "finalidad" de matar será algo distinto. Por otra parte, la actividad técnica señalada puede llegar a un "final": a un límite.104 Pues bien, dice GB: "El fin de los procesos y procedimientos (inventados) exponenciales (...) es transustanciar y transfinitar lo natural (finito, sustancial) aceleradamente según una ley o función matemática que, realizada físicamente en aparatos inventados, no los reviente desenfrenadamente, sino los haga actuar frenadamente, Haya o no haya hombres, aquí en la Tierra o en otra parte del universo. Ver lo que dan tales procesos. En actitud desinteresada. Cual, sin apostar nada, ver cómo se desarrolla una partida de juego" (DMT, 205)105. Ahora bien, "la finalidad introduce finales y recorta fines" (DMT, 205), de modo que "la coincidencia entre máximo (componente cuantitativo) -y- óptimo (componente cualitativo) no es necesaria" (DMT, 207). Así, vg., "el avión técnicamente máximo no es sin más humanamente óptimo -óptimo, social, económica, estéticamente. Técnicamente máximo en velocidad, en altura (atmósfera, estratosfera...); humanamente bueno y óptimo en atmósfera, ya no en estratosfera...; bueno técnicamente para 30 pasajeros; malo para 300... El carácter de "óptimo" lo determina en sus grados -bueno, mejor, mucho mejor- la finalidad que el hombre, el nuevo hombre, se proponga. El fin de avión lo determinan la ciencia y la técnica. Y el final de avión -la cantidad de sus fracasos- lo determinan las leyes físico-matemáticas del universo -del inmediato: la atmósfera o estratosfera" (DMT, 207). Es claro, por tanto, desde esta perspectiva, que si bien el fin de la trayectoria histórica con crecimiento exponencial resulta conocido: transfinitar, no lo es su finalidad, que dependerá de la capacidad del hombre para inventar valores con los que refrenar la fuerza transfinitadora, y del tipo de valores inventados. En cuanto a su final, estará en función de la capacidad de la vida para remontar la entropía, así como de los procesos físicos que se verifican en el universo y que afectan a todo los seres, vivientes o no, naturales o artificiales, que hay en él106. Por todo ello, GB dirá: "Puesto que la vida humana -por tipo especial de Vida- es manantial de novedades, estreno de originalidades, improvisación de espontaneidades, puede ella dar origen y probabilidad especial a catástrofes y apocalipsis diferentes de los que son realmente posibles, o sea probables, según las estadísticas probabilísticas que están ya rigiendo intrínseca, inscritamente, en el universo -las estadísticas probabilísticas de Maxwell-Gibbs-Boltzmann, Fermi-Dirac, Bose-Einstein. Tales catástrofes y apocalipsis producidas por la intervención de la vida humana con inventos en todos los órdenes: físico, biótico, psicofísico, técnico, matemático, religioso, moral, político, social, estético... pueden resultar buenos o malos, mejores o peores, y aun máximos y óptimos. O simple y meramente insignificantes, cuando provienen de hombres enredadores, revoltosos, rebeldes; y no de revolucionarios" (DMT, 211). En cualquier caso, GB constata un sentimiento "actual" de encierro peculiar al hombre: la angustia de sentirse confinado en el planeta Tierra, como consecuencia de su anhelo de universalidad. Según nuestro autor, la historia de la técnica y de los inventos, retrospectivamente analizada, muestra la tendencia de la humanidad a salir hacia el Universo, tanto hacia lo micro como hacia lo macro, y a esto denomina "universalización del hombre" como sentido de la historia, de la técnica y de la vida humana en estado actual o de transfinitud transfinitante científico-técnica.107 Dentro del horizonte histórico abierto por tal tendencia a universalización deben contextualizarse las consideraciones de GB acerca del cambio de cuerpo natural del hombre por otro artificial o "planificado" y, consecuentemente, la aparición de nuevos "intracuerpo" y "extracuerpo"108. En definitiva: lo artificial y la técnica, intrinsecan en el estado natural de lo real negaciones originales produciendo en él transustanciaciones (transformación + transmateriación) reales-de-verdad, que lo realzan (transmutan o transfiguran) al humanizarlo o historizarlo en una especie de proceso alquímico o eucarístico "actuales" que afecta al ser del universo en todas sus dimensiones.109 10.8. Técnica y conocimiento. Como ya sabemos, para GB la técnica científica o "actual" funge como horizonte de sentido desde el que reinterpretar la realidad teórica y práctica en su totalidad. Tal significa la expresión "a la altura de ciencia y técnica actuales", que tan profusamente emplea durante esta época. Desde esta perspectiva, GB redimensiona los términos "definir" y "describir": ""Describir" una realidad, a diferencia de "definirla", consiste, dice Hegel, en que la descripción deja la cosa tal cual era antes de describirla. Describir es operación mental valga el adjetivo- inofensiva" (VMI, 13). En cambio, "Para "definir" Agua con H2O ha sido necesario emplear electrólisis: descomponerla en oxígeno e hidrógeno: operación "ofensiva"" (ibid.). "Describir" consiste en saber que es algo: "Lo que una cosa es es lo que está siendo; lo que tiene de hecho: lo que de ella se ha hecho, sedimentado, cuajado" (VMI, 6), y es función de hombre en estado natural o cotidiano: "Si al hombre corriente, y a todos en estado cotidiano no se nos pregunta qué es vino, azúcar... sabemos lo que es -lo que está siendo- vino, azúcar; y lo sabemos por lengua, olfato, tacto, vista... Organos naturales" (VMI, 7). Así, ""Describir" agua se hace con esas palabras enconceptuadas de líquido, inoloro, insípido, inasible, incoloro, disolvente... palabras que la dejan tal cual; y así se presenta a órganos naturalmente inofensivos cual ojos, manos, lengua, pies... Y así se ha presentado hace, tal vez, un millón de años a la humanidad. (...). Ojos, manos, lengua... describen el agua a la mente asomada a ojos, amorrada en lengua, encajada en mano...; así se "objetiva", se hace presente, agua a mente asomada a ojos...; y la mente, así asomada, amorrada, hará decir a la lengua lo que la mente se siente ser al estar siendo, palpando, viendo, caminando..." (ibid.). "Definir" una cosa es, en cambio, "conocerla tal cual es, conocer su "qué es"" (TELFE, 11); "conocer qué es, esencia, definición. (...). Lo de "qué es" indica de qué está hecha, cómo y en qué se deshace o descompone, cómo se la compone o recompone o pone a ser otra (se la transforma), con qué se verifican tales mutaciones o mudanzas" (VMI, 6)110. Según GB, el hombre comenzó a definir las cosas desde la admanualidad o cotidianidad: "del "qué es " se comenzó, naturalmente, a hablar según el "para qué" de "para quién". (...) se comenzó, naturalmente, a hablar -según la cuenta-y-razón (logos) de "para": de utilidad, servicio, uso, humanos" (TELFA, 23). De tal "Narcisismo inconsciente, inocente, cándido e infantil", propio de hombre nacido y siéndose aún natural, nos sacan los científicos y los filósofos: "Sólo los científicos y, en principio y por plan, los filósofos -y todos los hombres en cuanto o por la dosis que tienen de científicos y filósofos- comienzan por sospechar que hay un transfondo del para: algo profundo, misterioso, arcano, secreto, tremebundo y oculto; siguen bastantes por distinguir entre en sí y para otro (para ellos); sustancias y apariencias; y terminan unos pocos por definir qué es tal en sí, aunque no tuviera un "para"; no hubiera "quién" para el que tal en sí se hace para él, o para otro: un "para" a costa del "en sí" (TELFA, 24). Actualmente, definir ha pasado a ser acción sobrenatural de hombre supernatural servido de instrumentos: "Al químico moderno (...) si le preguntan qué es el agua, sabrá responder: "H2O"; y declarar con qué instrumentos y métodos, según fórmulas físico-matemáticas sabe que Agua es "H2O", cómo se la hace, deshace, transforma..." (VMI, 6-7). Recuérdese que tal era el sentido epistemológico de "instrumentario". Definir es descubrir lo real de un modo más profundo: "H2O declara que el fondo de agua, lo que ella tiene que tener para ser Agua, es "H2O", garantizado por la leyes físico-matemáticas del Universo. Tal es su esencia" (VMI, 99). Definir "a la altura de la ciencia y técnica actuales" (VMI, 113) equivale, pues, a desencubrir: "Sólo y por primera vez, el pensamiento matemático con aparatos tan finos y precisos como el cálculo infinitesimal, de probabilidades, matricial, es capaz de desencubrir las leyes cuantitativas y cualitativas encubiertas por el pensamiento macroscópico, global, confuso de la mente natural y de la matemática natural -Euclides, Arquímedes... Y aun por la clásica, Newton, Laplace, Hamilton" (VMI, 112-113). Tal modo de definir resulta paradójico pues, en rigor, consiste en "des-definir lo definido, desfinitar lo finito; maltratar o destrozar lo natural a golpes de "técnica": de instrumentos inventados" (INTRAFI, 20), frente al tradicional que, para GB, es "trampa racional" de la que el hombre sólo a partir del Renacimiento comenzó a salir abriéndose a un mundo incognoscible e inconcebible por sentidos y mente naturales111, mas "real de verdad"; "realidad de verdad"112. De este mundo real de verdad, o "qué es", dice que "no se parece en nada a lo que está siendo para nosotros: para nuestros sentidos fisiológicos y para la mente asomada, amorrada, intrinsecada en ellos" (QD, 28). En efecto, con la actitud renacentista el hombre aprende una lección fundamental: "Al Renacimiento se lo ha caracterizado de mil maneras tal vez, algunas menos de mil. Pero una de ellas, y que viene a propósito, sea la de que en él -y eso es él- se dejó de creer en lo que no se ve, computado como mérito para ver en otro mundo lo que en éste no se ve; y se acabó eso de creer contra lo que se ve. Mas se creyó en lo que se ve en aparatos, en sentidos artificiales cual telescopio, termómetro, péndulo...; y se creyó -contra lo que ven los sentidos que está escrito en colores, pesos, calor, presión...- que lo real está escrito en caracteres matemáticos, que es lo que los sentidos naturales no ven, e insiste la mente en creer en que ni ella ni ellos lo pueden ver. El Renacimiento -Galileo, Torricelli, Huygens...afirma que lo que aparece ya en este mundo legible en aparatos inventados y matemáticamente graduados, aunque no lo vean los ojos naturales y la mente insista en que ella no lo ve; es lo que de realidad, científica, experimentalmente, comprobado y matematizado, tiene el universo. Este universo, "el mismo y común a todos, dioses y hombres" -diría Heráclito" (TELFM, 15-16). En consecuencia, "los sentidos del viviente macroscópicamente aún (...) han dejado de ser, por inventos de la vida, de la mente misma, criterios de valor científico real en física, astronomía, química..." (VMI, 126). De otro modo: "a partir del Renacimiento la mente ha cambiado, hase transmutado, de especie y aun de género. De órgano a prisma" (TELFA, 95). Esto significa que, mientras que los sentidos naturales presentan lo real a modo de "globales": confundida y confusamente, los sensorios artificiales están "instruidos" para des-confundir: para presentar o responder a una sola cuestión: presión, temperatura...113 Lo anterior indica que la mente ha mutado de especie, transformándose en transcendental, pues la que reunifica lo múltiple en nueva realidad "es, hácelo, la mente reformada en matemática y servida de "sensorios nuevos y eficientes" (instrumentos)" (TELFA, 92). Una mente que está ella misma ya des-confundida: "una mente que se ha, ella misma, por sí misma -por "Spontaneität" (Kant)- refundido y desconfundido de sus fusiones y confusiones naturales; y, pura: desfundida y desconfundida de lo natural, actúa de "transcendental" -estado tan nuevo como, y mejor y más eficiente, que el de aluminio, acero inoxidable y gasolina de alto octanaje... Es el estado nuevo mental que hace realmente posible la ciencia física matemática y la técnica coajustada a ella; y el mundo de aparatos de que nos servimos y sin los que la vida actual sería imposible" (TELFA, 106)114. En definitiva: "Yo transcendental, condición real que hace posible la ciencia y técnica actuales" (QD, 303). Pero lección aprendida, tal como presenta GB las cosas, es sólo el comienzo, pues interpretar "actualmente" la definición como "desencubrimiento" implica no sólo que los sentidos naturales o macroscópicos no son de fiar sino, además, que los artefactos denominados por GB "macroscópicos" (VMI, 76) o, propiamente, "aparatos", tampoco son fuente de conocimiento real-de-verdad, pasando a serlo los "instrumentos": "de lo microscópico (...) nos enteramos mediante instrumentos que no son miembros ni órganos de cada uno" (PMNA, 53-54). En rigor, los artefactos que sirven a la mente en estado transcendental o "entendimiento" (TELFA, 118), no realizan transformación "real de verdad" alguna en la cosa, ya que sólo la "fuerzan", y no a toda, sino a una parte de ella, a manifestarse como "objeto", para lo cual deberá, como primera condición, renunciar a los sentido naturales115. En tal sentido dirá GB: "El creador para serlo realmente y notar que ha creado algo real tiene que dejar, renunciar a la pretensión de trocar lo creado en creaturas: en algo totalmente para él, sin nada para sí, en sí. (...) Pues bien: la mente en estado de "entendimiento" servida de sentidos entendientes -barómetro, péndulo... radar, teléfono... coordenadas...- no puede y no intenta transmutar en "objeto" todo lo de las cosas, tal cual son dadas en la experiencia natural, inmediata. La experiencia real -categorizante e instrumentante- se impone límites para ser y poder ser real. (...) Toda creación categorializada instrumentalmente ha de ser finitada, definida, limitada para ser real. La ocurrencia y plan "objetivador" tienen que ser finitos para ser reales. (...). Pues bien, la Razón (Vernunft), o la mente en estado de Razón, tiende a desdefinir y deslimitar los límites o definiciones impuestas a la objetivación por el entendimiento (Verstand), que es detenida (stand) en los límites, tomándolos por insuperables -y por "definidos" definitivamente, la finitud impuesta por las categorías órganos del entendimiento- tiende la Razón a superarla por Ideas -órganos de la Razón. Y la Razón tiende a superar el plural de ideas en una sola Idea: la de Totalidad absoluta. (...). Las limitaciones que a la mente categorializada (entendimiento) imponen los sentidos que ella ha inventado, a saber: los instrumentos científicos (esquemas reales), dependen, en cuanto a su alcance y eficiencia (universalidad y necesidad), del estado de la técnica" (TELFA, 119-122). Según lo anterior, puede afirmarse que "Los instrumentos de Galileo, Torricelli, Stahl... Tales... son del tipo de descubridores, o sea: desconfundentes de propiedades de lo natural fundidas y confundidas en un bloque típico, dado así: en "bloque". Su alcance y eficiencia están definidos y delimitados: a) por su construcción o montaje; b) por el plan que es sólo descubrir: desconfundir un todo natural dado; y c) por su resultado: descubrir desconfundiendo una propiedad: hacer resaltar sólo calor, altura, ángulos internos, presión... Denominémoslos "instrumentos fenomenológicos simples"" (TELFA, 122-123); "Los aparatos que están a servicio de las matemáticas del Renacimiento son simplemente fenoménicos: hacen aparecer matematizadas las apariencias naturales (aire, presión, altura, caída...naturales)" (FM, 535); "Según instrumento, Galileo divide, sin romper, la gravedad terrestre con el plano inclinado según grados numerables; y Torricelli divide la unitaria presión atmosférica, vivida como unidad, según grados fijados por él en instrumento: barómetro... En ambos casos la división es real, sin llegar ni poder llegar a rompimiento" (FM, 152)116. Si tal sucede desde el Renacimiento, con mayor razón aún podrá decir GB que "la mente del hombre actual no basa sus juicios en lo que los ojos ven y continúan viendo con constancia filogenéticamente digna de mejor causa científica, sino juzgan según lo que ven, miran, apuntan e imprimen esos ojos inventados que son los instrumentos. Estos definen; dan definiciones de lo que las cosas realmente son: definen lo que es finito y su grado de finitud. Y, por necesaria correlación, a lo indefinido, a lo vagamente infinito, lo redefinen en definidamente infinito. En lo in-de-finido o vago global, en lo "a bulto", se mueven, viven y son las cosas finitas; mas no definidamente finitas" (INTRAFI, 36). En cualquier caso, es claro que GB sostiene la interpretación isomórfica entre tipos de vida mental y de inventos o artefactos, de ahí que a vida superior en estado supernatural o transfinito (mente formal-operacionalista de estructura científico-matemática), correspondan "sentidos artificiales" o "sobrenaturales" con los que transfinitar los límites cognocitivos del hombre natural al deshacer los "globales" típicos en los que quedaba encerrado su conocimiento natural117. Así, dirá: "La mente servida de instrumentos inventados por ella -que son realmente sentidos sobrenaturales: microscopio, telescopio, rayos X, contador Geiger, cámara Millikan espectroscopio... (...) ha deshecho tales globales; y los del género viviente -lo común globalmente a plantas, animales, hombres, dioses encarnados- es ahora "estructura celular"; y dentro de ésta, nucleótidos, ácidos nucleicos, RNA, DNA... genes y sus leyes, no sólo físicas sino estadísticas... C, H, O, Fe, N... (...). Ahora, la mente, servida de instrumentos inventados por ella, con función de sentidos científicos, ha descubierto que cuerpo -séalo de hombre, bestia... planta, estrella, universo- se descompone y se compone de átomos; y éstos, de nucleones...: todo ello regido por leyes matemáticas intrinsecadas" (VMI, 33-34); "Tal percepción la obtiene una mente que se sirva de instrumentos inventados por ella: instrumentos físicos (de ciencia física) y mentales (de ciencia matemática) que desbordan -o desdefinen y desfinitan- los límites impuestos a los sentidos y a la mente asomada a ellos por el estado global macroscópico de lo que está siendo" (VMI, 49). En definitiva: "dominios microscópicos desencubiertos por sentidos científicotécnicos que son los instrumentos de la ciencia y técnica actuales" (VMI, 125); "Los sentidos y la mente asomada a ellos, presa de ellos, está rodeada de in-de-finidos, de vaguedades, de globales: de "bosque" que no deja ver los árboles. Sólo la mente en estado y actos de transfinita y pensando mediante instrumentos inventados no está rodeada de vaguedades, de in-de-finidos" (INTRAFI, 100). Por lo dicho, es evidente que cuando GB habla de "sentidos artificiales" no lo hace en sentido metafórico, y así lo afirma expresamente: "El hombre es transfinito, ya en el orden sensible. Y sus sentidos son ya los instrumentos" (TI, 28). Tal es la interpretación de sentidos y mente acorde a los tiempos actuales: "Vivir, interpretar los sentidos naturales, y sus datos, desde el enfoque de la ciencia y técnica postrenacentista, es estar a la altura de hombre transfinito" (TI, 28); "El hombre actual -el desde el Renacimiento- ha descubierto la encerrona natural de los ojos (...) y de las orejas (...). Pero tal descubrimiento no se ha quedado en su fase negativa, sino que la mente, por sí y ante sí, ha inventado nuevos sentidos: instrumentos y enseres con que evadirse de tal encerrona sin destruir lo natural. (...). Luego secuela inmediata: la mente-alma, vida, conciencia, espíritu -elija el lector la palabra y conceptos que más le agrade o le moleste menos- ha desbordado ya su cuerpo. Lo ha desbordado y ella está viviendo ya en cuerpo nuevo a la altura y nivel científico-técnico" (TI, 46)118. Puede afirmarse, por tanto, y así lo hace GB, que los sentido tecno-científicos o "ultra, supra y trans-sentidos que son los instrumentos y la ciencia físico-matemática postrenacentista" (FM, 473), en contraste con los naturales, poseen alcance extrasensorial, y que los datos que aportan son fundamentales para una mente transfinitadora no natural: "Los datos aportados por los sentidos científicos, por los instrumentos de alcance extrasensorial -barómetro, telescopio, televisores, balanzas, termómetro, radiografías, radar, radiotelescopios, ciclotrón...- son material en bruto para una mente transcendental: desdefinidora y des-finitadora" (INTRAFI, 95); "La mente actual vive, se vive, en sentidos nuevos que ella misma se ha proporcionado. Y que le aportan datos sobre la estructura del universo; sobre cosmología y cosmogonía. Es decir: científicos: trans-espaciales y transtemporales, respecto de los datos restringidos espacial y temporalmente, y sin valor científico, que le proporcionan sus sentidos naturales" (VMI, 47). En definitiva, y es lo fundamental: "el hecho es que el hombre inventó para sí sentidos nuevos -ocultando, anulando, anonadando los naturales, sin aniquilarlos-; e inventó su mente entendederas nuevas ocultando, anulando y anonadando sin aniquilar, las naturales. Inventó instrumentos físicos -sentidos artificiales; e inventó instrumentos mentales -entendederas artificiales. Y por ello pudo: 1) evadirse de la natural anatomía y fisiología de sus sentidos y potencias; 2) insertar su mente directa e inmediatamente en lo básico del universo; 3) descubrir entonces lo qué es y cómo lo es; 4) desencubrirse lo básico cubierto por lo macroscópico; dominar lo básico descubierto con "manos" inventadas, no superlativamente finas, sino de otro orden; 5) y hablar -decir- de todo ello mediante lenguaje nuevo, no anatómico y fisiológico condicionado y delimitado por umbrales, y por anatomía y fisiología: dentales, labiales... vocales y consonantes (bucal todo ello), sino nueva: negativamente tal, por no componerse de dentales...; así que sin "palabras" y sin sintaxis gramatical de ellas. Positivamente nueva, según sintaxis relacional o estructural" (TELFA, 45-46)119. En referencia a la fiabilidad de los sentidos científicos, o de cualquier artefacto científico, su garantía reside para GB en la estructuración matemática de su montaje y las propiedades que ello le confiere: "lo matemático intrinsecado, enrealizado, es la garantía de nuestra confianza (...) en todos los instrumentos actuales", ya que "Las leyes matemáticas no están solamente en la mente, y solamente escritas en lo real (...). Están siendo componentes de lo real. Lo matemático -algunas fórmulas reales inmediatamente, todas las demás posiblemente, probablemente reales o enrealizables- está siendo idénticamente en mente, en papel y en realidad física. "Idénticamente", no mismamente (...) pues lo matemático no cambia por estar siendo en tales realidades. Su identidad no está puesta a prueba, cual lo está la del hombre por los cambios humanos de niño a joven... a viejo" (VMI, 31-32). Que tales leyes están "inscritas", y no sólo "escritas" significa que están "intrinsecadas", de modo que no sólo están "presentes" sino que son "eficientes", pues dicha intrinsecación de lo matemático no es otra cosa que "enchufarlos" a la base material del universo, lo que genera en nosotros sentimientos "artificiales" de confianza y seguridad en su funcionamiento120. Como secuela de lo anterior, la realidad conocida por los sentidos naturales queda relegada a la categoría de "defecto" a subsanar por los instrumentos inventados por "mente transnatural"121 o "mente científico-técnica" (TI, 30), fungiendo el hombre "actual" como "altavoz" o "médium"122 de la realidad básica del universo, con la que se encuentra esencialmente conectado: "Y el aprender matemáticas modernas y usar aparatos físicos es ya, de por sí, testimonio real de que el individuo está haciendo de altavoz, o de "médium", de tal base suya y del universo" (VMI, 51)123. Este tipo humano vivencia lo real de forma diversa y más verdadera o real que el natural, que vive conscientemente las cosas mas de forma global, macroscópicamente: el hombre con mente actual sabe "qué son", de modo que además de vivirlas conscientemente las es, por lo que el matemático y el físico son "actualmente" mejores ontólogos que el filósofo124. Lo novedoso de la experiencia producida por los sentidos científicos, frente a los naturales, es puesto de manifiesto por GB mediante la distinción de dos significados del término "sensible": "El término sensible pretende indicar dos significados: sensible (lo dado a los sentidos filogenéticos) y lo sensorial (lo dado a los sentidos artificiales, que son los instrumentos que los corrigen y amplían)" (SQM, 201).125 Los instrumentos ontológicos altavocean la mismidad126, y son propios de un tipo de conciencia diversa de la natural: la científica: "conciencia mental científica (matemáticofísica), servida de instrumentos adecuados para percibir tales entidades (ónto) y para decirlas (lógos) en lengua adecuada, infinitesimalmente fina y matemáticamente exacta" (VMI, 39). Pero la vida misma no se da por enterada de todo ello: "Nuestro serse o ser consciente es ónticamente ingrato (...). Y lo es óntológicamente, pues el hablar (o) de la necesidad de tales causas no trae por secuela el que, en adelante, el serse se dé por enterado, y nos recuerde constantemente la constante necesidad -demostrada, creída- de tales causas. (...) ni aun después de teorías atómicas, de fotografías y radiografías, de psicología y teologías, hechas por la mente del viviente; y ni aun después de reconocer por ciencia y experimentos que son causas necesarias, la vida se da por enterada; y en adelante haga sobrantes ciencia y experimentos, pues ya es ella, se es, teóloga, matemática, fisióloga anatómica, física nuclear" (VMI , 25)127. Paradójicamente, sin embargo, disfrutamos de la técnica gracias a eso de lo que la vida no se da por enterada, es decir, "por lo que las cosas (...) son o tengan de inmutable e incorruptible, de sometido a leyes geométricas y aritméticas. No es otro el convencimiento y la práctica del físico atómico actual. Y de los éxitos de tal convencimiento y práctica vivimos, (desagradecidos, tantos y tantos! )por ignorancia invencible?; vivimos tantos y tantos al usar la electricidad para ver, y no fiarnos del Sol o de teas; y al confiarnos al auto, en lugar de piernas o a caballos; y calcular con computadoras (de bolsillo, ya) en vez de calcular con cabeza y dedos; y hacer geometría con números (geometría analítica), en lugar de hacerla con figuras..." (INTRAFI, 42-43)128. Para GB, tanto la libertad que posee naturalmente el hombre, como la conquistada por su técnica, en especial por la actual, tienen su fundamento, aunque prefiera ignorarlo, en la base física del universo y las leyes que lo rigen, las cuales han sido conocidas mediante ciertos instrumentos, luego según GB la técnica científica ha hecho posible actualmente conocer, y hasta medir, las auténticas condiciones de posibilidad de la libertad humana. Así, en clave de "realismo integral e integérrimo" y "a la altura de ciencia y técnica actuales", afirma: "la base necesaria e inmediata de espontaneidad (vital) es la existencia física de realidades reguladas estadística-probabilísticamente. O sea: espontaneidad, originalidad y novedad vitales son realmente posibles y se hacen real acto de presencia, porque la base física del universo -y del cuerpo y alma de viviente- son protones, electrones, fotones, moléculas regidas según estadística de Boltzmann... Fermi... Bose. Tales realidades, comprobadas por sentidos científicos (instrumentos), son la condición necesaria inmediata, mas no suficiente de vida -y de libertad. Y las realidades regidas por leyes de campo, acampadas y de conservación son causa, razón y condiciones necesarias remotas; mas insuficientes para vivir en lo que vida tiene de espontáneo, original, novedoso" (PMNA, 124). Por lo dicho hasta aquí, se entiende fácilmente que para GB renunciar a la técnica actual equivalga a renunciar al conocimiento (verdad) y a la transfinitud (libertad), en favor de la esclavitud en la prisión de lo natural (mental y/o corporal). Por esta razón, nuestro autor considera que en la actualidad sólo se puede ser esclavo de tal clase "por decisión voluntaria, por renuncia a libertad: a transfinitud, al modo que actualmente nadie es esclavo de sus ojos -de lo que ellos ven de natural y dentro de las naturales distancias y luz- sino por renuncia a televisor y luz eléctrica" (INTRAFI, 108). Por otra parte, y para finalizar este apartado, reparemos en tres afirmaciones que hace GB, las cuales ayudan a comprender cómo interpreta la función del conocimiento dentro del entramado de la transfinitud, a la vez que su relación con la técnica: "Primera: El hombre es, en realidad, barril de pólvora, material explosivo, óntica y ontológicamente explosivo, que "explota" él mismo y puede ser "explotado" él mismo por sí mismo. Segunda: La fuerza que produce tal "explosión" y que puede regularla -"explotarla"- no es de estilo fuerza mecánica, newtoniana o einsteiniana. Es de estilo estadístico- exponencial, semejante al sugerido por Born. Tercera: El proceso de ir reuniendo y reunificando toda clase de conocimientos: míticos, religiosos, teológicos, filosóficos, científicos, morales, políticos, sociales, económicos, estéticos... y el proceso de ir aplicándolos a todos los órdenes mediante aparatos (enseres seminaturales) e instrumentos (enseres artificiales): físicos, mentales, institucionales, propaganda, comercialización, fabricación en serie... es ahora no solamente proceso acumulativo proseguido ya tal vez a lo largo de un millón de años, sino empresa (plan, designio, decisión y resultado: éxito o fracaso) de la humanidad íntegra. Tales empresa y acumulación se verifican según una cierta fórmula estadística, de crecimiento exponencial. Tal fórmula es ley real de verdad. Las tres afirmaciones indican tres componentes de la función de "espoleta transfinitante" del hombre -respecto de sí mismo y del universo" (TELFA, 220-221)129. 10.9. Técnica, sociedad y economía. Dice GB: "Sociedad humanizada es reunificación de hombres: 1) que transforman cosas naturales en bienes -o sea: en realidades para las apetencias, deseos, anhelos del hombre-; 2) transforman los bienes en realidades cuya (natural) cantidad se eleva a precio; sus calidades, a valores de uso; sus disponibilidades, a valores de cambio; la disponibilidad misma, a dinero (disponibilidad amonedada); 3) todo ello cual propiedad de hombres sometidos y unificados por la correlación "Señor-siervos" que los divide en dos clases: la de inventores y la de usuarios, complementarias en un círculo cerrado, estructurado y dinámico, siendo el dinero peculio de los inventores; y siendo propiedad de ellos y de los usuarios los bienes con sus precios, valores de uso y valores de cambio; 4) todo ello -1), 2), 3)- sometido, unificado y restringido por la correlación "Superior-inferiores" que a todos inventores y usuarios por igual- los incluye en un círculo cerrado, estructurado y estático, el Rango, dividiéndolos en dos clases: Superiores, con derecho a honores por el cargo y con derecho a bienes con sus precios, valores de uso y de cambio; mas no, al Dinero. Inferiores, con derecho a honra por sus cargos, y con derecho a bienes con sus precios, valores de uso y de cambio; mas no, al Dinero. Y para superiores e inferiores, igualdad en dignidad -o en indignidad. Desigualdad entre honores y honra" (TELFD, 95-96). Se trata de una definición "actual" de "Sociedad"; del "tercer estado de sociedad"; "estado social planificado o unificado", es decir, artificial, ya que "existe y es eficiente por coajuste programático, por seipsicoajuste (feed-back)"130. En tal propuesta GB integra un modelo o estructura económico-social en la que se intenta compatibilizar el terreno público de lo económico (trocar por) con el individual de la inventiva y el poder creador del hombre, regido por la ley ontológica de la creación, de forma que los hombre puedan cubrir sus necesidades mediante inventos producidos e intercambiados sin explotación: humanamente131. A esto denomina GB "democracia económica" (TELFD, 97); una democracia que es "estado de Derecho, estado social, para todos" (o.c. 36), y no sólo política. Según GB, esta era la "empresa" de cambio social en que se afanó Marx con El Capital, y a la que él quiere contribuir pues, a su juicio, tal empresa quedó inacabada y abierta a novedades, como sucede con todo auténtico invento132. Pero lo interesante desde el punto de vista de nuestro estudio radica en que tal propuesta reivindica sin concesiones el valor de lo artificial como constitutivo esencial de Sociedad al emplearlo como criterio de organización social, a la vez que lo social, como se vio con anterioridad, es dimensión artificializadora ella misma. Para GB, una sociedad auténticamente democrática no puede fundamentarse únicamente sobre lo económico, sino que debe respetar, integrar y potenciar el poder transfinitante y creador de la acción artificializadora (trocar en) cuando ésta resulta trabajo productor al quedar contextualizada en los procesos económicos de producción e intercambio (trocar por) y, correlativamente, respetar al hombre creador como merece, de ahí que tal democracia haya de poseer un carácter heuretocrático: "Empero frente a tal democracia resalta la posición privilegiada de los "inventores". Empalabrar tal privilegio en la palabra "aristocracia" sería punto de justicia lingüística, si tal palabra no estuviera ya, tal vez irreversiblemente, distribuida y otorgada políticamente. La de "plutocracia" fuera parecidamente inadecuada, y aun tal vez ofensiva. La de "tecnocracia" está ya progresiva, peligrosamente dopada de política. La de "heuretocracia" -ß, àµ, à: inventar, invento -fuera neologismo -no por tardío, menos conveniente" (TELFD, 97).133 Por su talante heuretocrático, la democracia económica bacquiana se estructura en dos clases sociales: inventores y usuarios. Y debe advertirse que tales clases sociales son una "división", no una "escisión", del hombre, siendo el criterio divisor el grado de novedad y progreso aportados a Sociedad por cada individuo humano: su tanto de "personalidad" o poder humanizador del universo. Según esto, cada individuo y clase posee mayor o menor "rango social". Del "rango", dice GB que es "el gran artificio social; o el gran artefacto social. (...) es un artefacto productor de servicios. No, productor de bienes" (TELFD, 5455). Sin rango, según GB, no habría modo de montar el invento denominado "sociedad", pero la ordenación por rangos no es ni primera ni primariamente económica o dineraria ("honorarios"), como en cambio sucede en el capitalismo, que contempla el dinero como el estado ideal de la realidad, y hacia el que tiende desaforadamente transformando toda cualidad en cantidad cuantificable económicamente, sometiendo para ello a lo artificial, inventos, técnica... a la condición de producir mercancías premiando con dinero al creador (más al inventor, y menos al usuario)134. En la economía social de corte heuretocrático, por contra, el valor del hombre creador queda de manifiesto mediante "honores", a los que, derivadamente, seguirán los "honorarios". Así, mientras al inventor corresponde mayor rango, pues es el verdadero humanizador del universo; el usuario lo es derivadamente, mereciendo en consecuencia menores consideraciones, pero siempre de forma que en nada afecten ni afrenten a su cualidad o "dignidad" de "humano": ""Dar más valía" es dar preeminencia y predominio. A lo de "más", llamándolo "honorarios". Y al "yo", al individuo en acto de "yo" -no en actos de un cualquiera- atribuyéndole "dignidad". A la dignidad se deben y pertenecen honorarios y honores" (TELFE, 53-54)135. Con lo dicho, se hace evidente también que la "economía social" heuretocrática es modelo económico-social136 acorde con el criterio de progreso histórico bacquiano expuesto con anterioridad, de ahí que abogue explícitamente por él como modelo de progreso en el trato humano137, y que lo denomine "democracia antropológica" (TELFE, 79). Así, dirá: "el inventor está, de suyo, patente, abierto al porvenir. (...). Al contrario respecto de usuarios. (...). La historia se hace desde el porvenir; o inventor e inventos hacen historia" (TELFD, 98); "El progreso parte, lo inician, los "inventores" (con sus inventos de tipo Mr y Va); lo ensocializa la contextura Señor-siervo, que por lo que tiene de "siervos" (...) pueden y tienen que servirse de inventos de tipo Mr y Va y de los (precedentes u obsoletos) -mr y va" (TELFD, 100)138. El objetivo de GB consiste, pues, en transformar la relación señor-siervo capitalista por otra nueva de tipo "economía social" acorde con la calidad de inventor o creador de transfinito humano, frente al modo capitalista y "caudalista"139. Brevemente: "El centramiento de la economía política en la producción, tema del marxismo, no es más que una manifestación localizada del centramiento en el hombre en sí en cuanto creador. Centrarla en el consumo: deseos, satisfacción, oferta para demanda, utilidad, mercado, democracia del mercado... es el equivalente, y una manifestación, de antropología de hombre creatura; y, por contera, al hacerlo en una época de productos e inventos es empeñarse en reducirlo a creatura; en potenciar su esclavitud ontológica natural, redoblándola con una sobrenatural" (PPPMM, 63-64). Las implicaciones ónto-antropológicas de todo lo anterior con la técnica quedan de manifiesto, de forma paradigmática, cuando GB dice: "Definamos Util (un útil, un utensilio) por "realidad las tres dimensiones de la cual sea uso, trueque, valía". (A definir a continuación). Una realidad es un útil, es un utensilio, en la medida en que sirva para uso, sirva para trueque, sirva para delatar la dosis de creador (inventor, trabajador) del hombre. La relación básica y constante -la damos por conocidaque entra en la definición es la de servir para: a sirve para b. Triple o tridimensional servicio, en dosis (cuantitativas) diferentes en principio según los utensilios. "Utensilio, Util, es lo que sirve, sobre todo para uso. Defínase mercancía por "realidad cuyas tres dimensiones sean plusvalía, cambio, a-uso (despilfarro)" (...). Mercancía es lo que, sobre todo, sirve para cambio (...). Defínase fin por "realidad cuyos tres componentes sean humanismo (supervalía), capitalismo, consumismo". "Expliquemos los términos o argumentos de las tres relaciones triargumentales. "Uso, abuso (despilfarro), consumismo" (...). Uso designa el empleo restringido de los bienes restringido por naturaleza, costumbres, moral, religión, política... Abuso designa su empleo despilfarrador: consumismo, la tendencia desenfrenada, irrestricta del empleo de los bienes. Gastar por gastar. "Valía, plusvalía (Meherwert), supervalía", son tres valores que, a la vez, aunque en dosis diferentes, crecientes también hacia el infinito, (+ 4) designan la cualidad del hombre como inventor de útiles y mercancías -de bienes y servicios se diría de ellos con otra frase corriente- inventor de usos nuevos y de abusos nuevos de los aparatos, de procedimientos y métodos de producción. En una palabra: inventor de industria. Valía designa la dosis de inventor de bienes (de útiles). Plusvalía, la dosis de inventor de mercancías; y Supervalía, su dosis de inventor de productos, que son realidades hechas de nuevos materiales, de nuevas formas de ellos, de nuevas funciones y métodos. "Designemos por individualista al hombre (singular: egoísta o colectivo) que se deje llevar, o se proponga, cual tendencia y límite (fin y final) de ellas el consumismo, reduciendo a menor dosis el componente de la tendencia hacia capitalismo y hacia humanismo. Comerciante designará al hombre (singular o colectivo) que exagere el componente de capitalismo, a costa de sus otras dos dimensiones, propias del valor de cambio. Por hombre creador se entenderá aquí el hombre (singular, colectivo) que se deje llevar por la tendencia o se proponga tender (fin y final) hacia el máximo de humanismo. Ascender de homo laborans a homo faber, a homo creator. Pase de servirse de los utensilios (útiles) hechos por el hombre trabajador a hacerlos rendir más y más (Mehrwert) (plus-valía) y a inventar nuevos (superiores, super-valía). Tal es el plan del hombre creador-productor, industrial, industrioso, en sentido amplio y abierto de estos términos. "Bien (un bien, algo bueno) es realmente vector. Su base real, su escalar, su vehículo son utensilios y mercancías; su componente vectorial es la dirección hacia humanismo y/o capitalismo y/o comunismo. Fin social. De Hombre social. (...) Bien es función de nueve variables. Función relacional compleja, tan compleja que no ha sido estudiada por lógica alguna, aun la actual" (PPPMM, 38-42). En definitiva: la libertad es, según GB, el don más preciado del hombre, su "radiactividad entitativa", y puede encontrarse en estado natural o sobrenatural (inventiva), perfeccionándose esta última por el invento de proyecto, decisión, designio y éxito140. Por tanto, al ser encarnación y potenciación viviente de la libertad, el inventor es superior como creador, no como ser humano, al simple usuario: "los inventores, experimentadores, tanteadores de lo nuevo, espontáneo, original y transcendente. Son los "revolucionarios" en todo: material-inmaterial, terreno-celestial... Ellos delimitan los poderes del Estado: espiritual o material, religioso o laico... mantienen patente el ámbito de la libertad" (SVV, 75)141. Por lo dicho, los inventores merecen el "rango" de "superior-Señor", y los demás (usuarios) el de "inferior-siervo"142, mas siempre dentro de "democracia", la cual GB define así: "estado interrelacional en que los señores -o el Señor- se proponen y ponen a ser señor; sin renegar de, aceptando más bien, el ser siervos de sus siervos; y, a la una o en uno, los siervos -o el siervo- se proponen y ponen a ser siervos; mas no renuncian a, asumen más bien, lo de ser señores de su señor" (TELFD, 20-21). Y añade: "Semejante contexto de relaciones da un universo: un círculo, cerrado, estructurado y explosible" (TELFD, 21). En cualquier caso, en GB siempre la libertad y dignidad humanas funcionan como criterios sobre los que elevar una sociedad143, y no el trabajo alienado ni el consumismo esclavizante, aunque "motor" funcione como paradigma de eficiencia-eficacia según el cual "montar" el artefacto "Sociedad" como realidad transfinitante "a la altura de ciencia y técnica actuales". Desde esta perspectiva hay que entender la interpretación bacquiana de las relaciones siervo-señor/inferior-superior/rango-dignidad/valor-precio, sobre las que articula su proyecto social: "Gasolina y uranio son ya, por invento, -aleccionador para filósofos, psicólogos, sociólogos, economistas...- explosivos domesticados, bien encasillados en "motores" de explosión. Pólvora y TNT son aún destrozones. )Será posible un coajuste entre Señor y siervo, tal que sociedad -civil, religiosa; económica, literaria...actúe según modelo "motor de explosión" -discreto caso ejemplar el vulgar auto; o caso ejemplar, y envidiable, el de reactor atómico?" (TELFD, 29-30).144 Esforzándose en responder a esta cuestión, GB da un paso más allá de sí mismo y en PPPGN145 desplaza el término "Sociedad" en favor de "Asociación". Para comprender y valorar lo que esto significa en relación a la técnica, será preciso hacer referencia a los cuatro tipos de "comunidad" o "Nos" que establece en dicha obra, a saber: "Ayuntamiento", "Colectividad", "Sociedad" y "Asociación". - Ayuntamiento: Corresponde a la comunidad formada por hombres en estado de "animalmente racional" o "individuo", en cuyas relaciones mútuas predomina el componente de cosa física y fisiológica, es decir, su "cuerpo" (PPPGN, II, 587). Son relaciones basadas en el "reconocimiento" (Nos) filogenético, siendo la básica la de machohembra, sobre la que se elevan la familiar y de parentesco. La relación principal es, pues, el "afecto" (o.c. 656), de ahí que las denomine "relaciones humanas" (o.c. 585). Correlativamente, las cosas son ya "enseres" que le sirven, aunque como prolongación de sus órganos naturales. La economía pivota sobre la satisfacción de las necesidades naturales básicas. El trabajo o "conjunto de acciones artificializadas unificadas por un fin y con un final inventado" (o.c. 595), se encuentra en esta fase dividido en "faenas", siendo el trabajador "artesano", y el efecto del trabajo, "bienes": "valor enmaterializado o materia valorada" (o.c. 595). El comportamiento entre hombres o con las cosas está regido por el patrón "hábito-costumbre", mas tendiendo continuamente a decaer en "rutina" y, con las cosas, incluso a "receta". El tono sentimental característico es el de "comodonería", y si bien por técnica y enseres se satisfacen las necesidades, éstas crecen al ritmo y proporción de los inventos: "El mundo se va haciendo -se lo va haciendo por inventos- cada vez más cómodo; a cada uno se le van evitando cada vez más molestias (del universo) y lo exige urgente y apresuradamente" (o.c. 580).146 - Colectividad: comunidad de hombres en estado de "particular" o "racionalmente animal". Fase en que los hombres se tratan habiendo des-objetivado y des-cosificado sus cuerpos y almas naturales: "hombres des-corporalizados". Nuevo tipo de relación ocultante de las naturales (funciones filogenéticas y sus derivadas) propias del "individuo", de ahí que GB las denomine "relaciones humanitarias". El fundamento axiomático de dichas relaciones es el "honor" (o.c. 656). Según GB, surgen los "universales concretos" o "nuestros". Tal es la "Ley", que es siempre "Ley nuestra": "Ley es un universal "nuestro" del que cada uno se hace a sí mismo "parte" por cumplidor de lo "nuestro" -y es universal "nuestro" que hace que cada uno sea parte suya universal: ejecutar de lo "nuestro"" (o.c. 600). Resulta imposible, por tanto, que un individuo haga suya la "Ley" convirtiéndola en "mi ley", lo cual sería contradicción manifiesta. Además, la "Ley" implica esencialmente violencia en el sentido de "forzadura que se hace a una fuerza natural" (o.c. 600), resultando así incómoda para quien se encuentra en fase de "individuo". La división del trabajo en colectividad se realiza en "tareas", siendo el trabajador "artesano" y los efectos de las tareas "servicios": "realidad transeúntemente valorada o valor transeúntemente realizado" (o.c. 595). En definitiva: "El igualitarismo de todos los particulares ante la ley y la aritmética ordinal entre los oficios, cargos o funciones repartidos según Ley están matizados, él y ellos, por los valores de "honor-honra"" (o.c. 598). Por todo ello, el sentimiento peculiar de este tipo de comunidad es el de "seguridad" (o.c. 658), aunque a costa de resultar cada particular unode-tantos ante el universalismo de la Ley.147 - Sociedad: definida como "comunidad de singulares" (o.c. 605), surge conexamente de dos modos: "por modo de Ejemplo; Ejemplaridad, cual valor y norma" y "Una partitura", cual "contexto de direcciones indicativas" para músicos y Director (o.c. 606-607). Por tanto, "Sociedad es -o surge- de un conjunto de direcciones de hombres que actúan según un contexto de direcciones indicativas; cada uno es ejemplar para los otros por cumplir una norma" (o.c. 607). El modelo rector de esas "direcciones indicativas" es el "cibernético vectorial" (o.c. 627). Por todo ello, GB denomina a tales relaciones "humanísticas" (o.c. 607). En "Sociedad" todo lo artificial es "nuestro" por ley o "constitución ontológica" (o.c. 617) de todo invento, pues Sociedad "surge y es comunidad de inventores cuyos inventos se les objetivan y alienan al individuo y particular quien, cual condición necesaria -no suficiente- tiene que ser el inventor" (o.c. 616). Esto afecta, también a los inventos mentales o pensamientos: ""Actualmente" la cantidad y grado de "enracionalización" de pensamientos -matemáticos, lógicos, físicos...- en enseres físicos es tanta y tal que el estado de "nuestro", contra pretensiones de yo, tu... es el predominante" (o.c. 617). En Sociedad, en principio, no hace falta ley de ningún tipo (moral, civil, religiosa...), pero actualmente la base de Sociedad están siendo Ayuntamiento y Colectividad; y la del singular, individuo y particular. La división del trabajo se hace según "Plan" (proyecto-designio-decisiónresultado). El resultado es la transformación de universo en mundo artificial; un mundo en el que el singular "transfigura" su cuerpo y "recrea" su alma filogenéticos en sus nuevos inventos. El valor rector en el trato humano o "reconocimiento", en cualquier ámbito, es el "respeto" (o.c. 656) o "relación uni-plurívoca entre Gobernante y gobernados". El trato en "Sociedad" debe procurar separar lo vectorial de lo escalar en cada hombre, mediante inventos; confinar lo vegetativo natural de él a lo escalar, desconectándolo de lo sensitivo natural y reducir lo vectorial a signos, gestos, indicaciones, sugerencias, ejemplaridad...; por fin, que la Ley sea sustituida por inventos de convencimiento, exhortación..., sin que la violencia se reserve como recurso final. El sentimiento predominante en Sociedad es "Paz" (o.c. 658).148 - Asociación: Tal tipo especial de comunidad tiene como fundamento antropológico a la "persona", es decir, lo que de único tiene todo hombre o, de otro modo: "El hombre es necesariamente divino; mas es dios a actos, ratos sueltos; es libremente (libertalmente) dios; y se libra de ser necesariamente dios" (o.c. 640), de ahí que el tipo de trato humano peculiar del que surge el "Nos" de tipo "Asociación" sea el de re-conocernos como "con-creadores" o "con-dioses" (o.c. 643), basado en la relación de "reverencia", la cual "conecta dignatarios con personas, mediante regulaciones" (o.c. 656). Ser persona implica ser y asumir la condición de transfinitador (creador) en cualquier orden, incluso de lo conseguido tecno-artificialmente para alma y cuerpo humanos en "Sociedad": "Para elevarse a "persona" es preciso des-definir y des-finitar aun tal anatomía y fisiología "transfiguradas", "gloriosas". Primero: introduciendo en ellas enseres seipsirreguladores que liberen el alma -ya recogida- de la remanente exteriorización interna de ser causa vectorial. Se recoja, pues, de ser piloto interior, transfiriendo tal función a los órganos gloriosos ya- por reformados mediante enseres seipsirreguladores adecuados. Lo cual implicará cambios de figura: transfiguración de segunda potencia y cambios de función (energética)" (o.c. 650). "Tal es -dice GB- la Empresa, original, invento, osadía de Persona" (o.c. 651), y Empresa "Unica": "La Empresa" de desfinitarlo "expansivamente" todo. Sobre como suceda y resulte tal Empresa nada puede decirse por ahora, pues es porvenir. "Empresa" es, además, el criterio de división del trabajo en "Asociación", siendo TECNICO: "quien (...) haya aprendido (inventado para sí) el uso de enseres [del tipo "programa" y "cibernéticos"]; pero sin coajustar tal uso a la Empresa o por ignorancia o por decisión en contra" (o.c. 655); TECNO-LOGO: "quien asuma conscientemente en sus inventos (físicos, físico-mentales, mentales) el intento (proyecto) de des-definir y desfinitar expansivamente todo" (ibid.); TECNO-CRATA: "quien acometa osadamente con los enseres el atentado (decisión) de des-definir y des-finitar" (ibid.); TECN-ARCA: "quien sea a la vez, en unidad de Persona, Tecnólogo y Tecnócrata -en un dominio o en varios; y siempre que en uno o varios actúe la potencia transfinitante expansivamente de La Empresa" (o.c. 655-656). El sentimiento y actitud propio del hombre viviendo en Asociación es "osadía".149 10.10. Técnica e inmortalidad. Distingue GB tres estados o "edades de la vida humana", siendo la muerte el paso a uno nuevo: el "postmortal"150. La Vida, definida por su condición de "surtidor de novedades, estreno de originalidades, irrupción de espontaneidades" (TELFD, 97), innova una vez más, de ahí que GB afirme: "Morir es, pues, la gran ocasión, la gran oportunidad" (VMI, 124). En definitiva: "La llamada muerte (...), reinterpretada como "reversión" al estado nuclear, es decir: por punto de partida hacia serse inmortal con inmortalidad real, positiva, original" (VMI, 159). Muerte, pues, como condición "para estrenar una nueva edad de vida" (VMI, 64); "edad "novísima" o "nuclear"" (VMI, 16), que hace pasar a obsoleta, a estela, la vejez. Nueva fase, pues, para que la vida estrene inventos y haga historia. La concepción bacquiana de la vida, de la muerte y de la inmortalidad, es consecuencia de su teoría de la transfinitud, desde la cual aquéllas adquieren "un sentido actualmente aceptable y vivible por quienes se notan y están siendo transfinitos en todos los órdenes" (TI, 42). A su vez, la transfinitud queda caracterizada por su tendencia hacia vida eterna o inmortalidad, de ahí que sentencie: "Inmortalidad cual finalidad de transfinitud" (TI, 42). En este orden de cosas que hemos presentado, la técnica queda implicada fundamentalmente en la filosofía de GB, tal como se va a mostrar. Según GB, la muerte es reversión o recogimiento en el estrato nuclear del universo: "La muerte a lo macroscópico (...) no es muerte a lo microscópico, a lo físicomatemáticamente inscrito, intrínseco, eficiente de nuestra realidad, y de toda realidad de verdad de las realidades del universo. (...); el hombre nuclear vive de la muerte del viejo. Nuclear es la edad del hombre en su estado de inmediación directa, eficiente, con la base nuclear físico-matemática del universo; y, de él, por ser parte suya, desde el nacimiento. Morir al cuerpo, morir el alma a cuerpo, es recogerse a vivir en la base del universo. En su núcleo" (TI, 51-52)151. Ahora bien, según GB, hay distintas vías de acceso al estrato nuclear no siendo la única la muerte natural: "Tal vivencia -inmediata, exclusiva- en lo básico, en lo atómico -partículas, fotones y campos de ellos- se alcanza en tres fases: (1) por muerte natural a lo natural macroscópico, (2) durante la vida morible, la mente ha inventado ya aparatos para vivirse mentalmente en lo básico, microcópico suyo y del Universo. Muerte mental transnatural a lo macroscópico, suyo y del Universo. Muerte mental. Las teorías, dogmas, fundamentadas en y alimentadas de lo macroscópico dejan de ser intelectual, volicional, sentimentalmente vivibles: creíbles, persuasorias, evidentes. Intelectual, volicional, sentimentalmente, técnicamente, la mente se está siendo y viviendo ya en lo microcópico. "De pensamiento y de palabra" se suele vivir aún en lo macro. "De obra" se vive en teléfono, televisor, radar, satélites artificiales, microcopios, caluladoras...: todo ello electrónico, micro. Se está prácticamente viviendo ya en el mismo cuerpo (estado de él) que el superviviente a la muerte natural. (3) Se trata, pues, de que "pensamiento y palabra" se coajusten con "obra", con "praxis", ya en esta vida. Están ya coajustados en teoría -relatividad, cuántica...-, lo están en aparatos; los estamos usando" (VMI, 144-145)152. Y afirma: "Que la vida -la humana por de pronto- es de suyo y ya inmortal se demuestra de manera concreta, y actual, por teoría (relativista, cuántica); por aparatos, por praxis y trato con ellos mejor que conceptos vagos y dogmas, más vagos aún, de "vida, muerte, inmortalidad" prerrenacentistas. Vaguedad que resalta frente a la concreción teórica y experimental actual de tratar tales temas" (VMI, 145); "Ensayo -y no es metáfora lo que se va a decir- del estado de la vida, alma, espíritu... de vivirse en inmediación, directamente, únicamente en su base cósmica, real de verdad, es ya durante la vida natural estar viviendo en instrumentos y enseres. La vida científico-técnica es ya vida real de verdad" (TI, 52). Lo afirmado por GB tiene como transfondo de comprensión el hecho de que para nuestro autor la vida, la muerte y la inmortalidad deben ser abordados "a la altura de la ciencia y técnica actuales" (VMI 113), lo cual significa advertir, con "advertencia, a resonar constantemente" que "el viviente está, necesariamente, integrado de átomos, y según sus leyes físico-matemáticas. Vive los átomos y sus leyes como suyos; los hace realmente vivientes -con diversos tipos de vida, más o menos diversos y profundos según grados: de ella" (VMI, 113). Esta afirmación en tono de "realismo integral e integérrimo" es el fundamento que permite a GB considerar la muerte natural como tránsito a un nuevo estado de la vida153, pero puesto que tal interpretación sólo puede ser confirmada experimentalmente en la actualidad gracias a la existencia de artefactos adecuados154, la técnica, lo artificial-artefactual, aparecen en su filosofía como elemento clave para hablar con sentido científico de la muerte y de la inmortalidad; algo vedado hasta ahora para el hombre con mente y sentidos naturales, que sólo lo hacía mediante mitos y religión. Por otra parte, como se ha dicho, si la transfinitud humana muestra para GB que morir es condición de inmortalidad, hacerlo naturalmente no es la única forma, pues transfinitar sería otro modo, tan válido y real como el morir natural, de ser inmortales: "la transfinitud tal cual ha surgido -en diversos órdenes- ya durante esta vida natural, a costa de ella, en resalte frente a ella, nos sugiere -en forma concreta, no simplemente desiderativa o imaginaria- que la vida o la muerte naturales y que la evolución natural darwiniana o lamarckiana, continua o mutacional, dure cuanto dure y prolónguese cuanto dé la natural vida media son trans-cendibles: nos abren a un nuevo dominio, a un campo de posibilidades, abierto, también: el de lo trans-finito. La inmortalidad es real, positiva y originalmente, por modo de transfinitud. La transfinitud experimentada ya en esta vida, la mortal, y experimentada por haberla inventado y estar viviéndola el hombre a costa de lo naturalmente suyo y de lo natural de lo natural, es la garantía real, la prueba real, de que vida es inmortal ya. O dicho en forma inversa: que la muerte natural, por escandalosa que sea, es simple ocasión, no condición necesaria, de vivirse transfinitamente; y dentro del campo de lo transfinito ascender a potencias superiores de transfinitud, de inmortalidad" (VMI, 139). La técnica actual, por su poder transfinitador superior, es lugar privilegiado para conseguir la inmortalidad por transfinitación, y así dirá GB: "Supongamos que existe, y que tiene que existir, tal punto de discontinuidad entre vida (mortal, moridera) y vida (inmortal). Tal punto es corrible. Enfermedades -digamos maneras naturales de morir- que hasta hace pocos años eran mortales; y por tanto familia, Iglesia, Estado, médicos..."daban por muerto por ellas a un hombre"- son ahora curables, o al menos prolongable la vida. Es decir: el presunto punto necesario -la muerte al matar morideramente- es desplazable temporal y vivencialmente, por técnica. (...). Además: la vida media de los hombres va haciéndose mayor que la anterior duración media" (VMI, 59); "La técnica actual -y sus aparatos típicos- son la mostración de la conexión entre transfinitud y atomística, ya durante la vida natural, premortal. La muerte no es ya condición necesaria, y única posible, para el advenimiento de vida inmortal: de lo inmortal soterrado, refrenado, "represado" por lo macro. La muerte es una manera. Pudieran inventarse procedimientos para ampliar los límites de la vida media, tanto que el punto de la muerte (...) resultara improbabilísima dentro de ellos. (...). El éxito de la técnica actual es la mostración original y nueva -jamás imaginada, inconcebible en tiempos anteriores- de que el plazo entre nacimiento y muerte macroscópicas (T´0 - T1) es simplemente, de facto. Su finitud impresionante a sentidos y mente -tanta que llegó a ser proposición tenida por verdadera y evidente "todo hombre es mortal"- dependía de la fase de impotencia de la ciencia y técnica: ineficacia de los medicamentos, ignorancia de la química, inaccesibilidad de lo nuclear" (VMI, 163-164). En definitiva: los artefactos actuales son la prueba "actual", según GB, de la inmortalidad humana: "El soma es in-mortal, in-espacial, in-temporal. No por demostraciones teóricas -o dones religiosos de dioses más potentes que nuestros médicos, medicinas o brujerías- sino por esas mostraciones que el alma ha inventado en instrumentos y enseres que, justamente, declaran visible, tangiblemente, lo que de soma tenemos cada uno. Lo que le pase a nuestro cuerpo, al de cada uno, le está siendo indiferente al soma de cada uno. (...). Mas la transfinitud concreta y comprobable del soma tiene órganos propios: los instrumentos y enseres; y ellos demuestran de original y nueva manera que el soma y el alma que en él está viviendo y siéndose real de verdad -esté o no en cuerpo, durante un tramo temporal o en un segmento espacial- está ya siendo universal por masa, por distancia y por temporalidad" (TI, 55)155; "La existencia: invención y éxito de tales aparatos (...) es demostración real de que yo soy ya inmortal, por estar cumpliéndose ya en mí las condiciones necesarias para serlo. Y que no lleguen a suficientes es, precisamente, tal deficiencia la condición para que pueda vivirme" (VMI, 155). Por otra parte, puesto que GB considera que es posible hablar con sentido de la muerte y de la inmortalidad, dado que su ontología de "realismo integral e integérrimo" evitaría la existencia de proposiciones sin referentes reales, la cuestión de la vida postmortem adquiere en su filosofía planteamientos más avanzados e inquietantes. En este sentido, dirá: ")resultará, le resultará al aún no muerto, inmortalidad apetecible, con apetito despertado por el estado actual de ciencia y técnica, y filosofía pretendiente y tendiente a la altura de ciencia y técnica" (VMI, 172). Además, si la vida en su estado actual o "de solamente segunda potencia de transfinitud" ha podido inventar y hacer artefactos "enchufados" a la base del cosmos con los que ya está dando muestras fehacientes de inmortalidad156, cabe plantearse qué no será capaz de inventar y hacer en estado nuclear: "la estancia de yo en inmediación exclusiva en y de la base nuclear -que es la misma entonces y ya- será lugar propicio, y más probable, de surgimiento de "novísimos" aparatos, originalísimos, internos y externos. O surgimiento de novísimas maneras de vivirse (yo) en los aparatos actuales -televisor, teléfono, radar... contadores, aceleradores... Porque en éstos se vive el yo reduciéndose y revirtiendo, en última instancia, a ojos, oídos, tacto, imaginación, voluntad, pensamientos "naturales". (...) Técnica nuclear directa y transfinita. Invenciones e inventos de Vida transfinita. )Cuántos, cuáles serán? Imprevisible, impredicable, imprecalculable, por suerte. Sorpresas, admiraciones, desconciertos nuevos... superiores en originalidad y novedad respecto de las sorpresas, admiraciones y desconciertos experimentados ya por la vida natural ante televisor, teléfono, radio, auto, avión, radar, telescopios, calculadoras, CERN, geometría analítica, cálculo infinitesimal, geometrías no euclídeas, teoría relativista y cuántica, física matemática, arte griego, música electrónica..." (VMI, 155-156)157. 10.11. Técnica y Dios Modulando una sentencia de Goethe, dice GB: "Quien tiene ciencia o arte o técnica, ya tiene religión, fundada sobre el qué es dios o la "esencia" divina. Quien no tiene ni ciencia ni arte ni técnica, tenga religión, fundada sobre "quién es Dios", sobre Dios como persona" (QD, 73). Tomando como punto de partida la diferencia entre "qué es" o "esencia" a la "altura de ciencia y técnica actuales", y "que es" o lo que las cosas "están siendo" para sentidos y mente naturales (apariencias), dice nuestro autor: "Pues bien, "qué es Dios" pudiera ser, en realidad de verdad, tan distinto, diverso y divergente de lo que dios está siendo respecto del hombre -de sus sentidos y mente en estado natural, fisiológico- como diversa es agua, de H2O; vino, de CH3CH2OH..., etc. Qué es Dios en sí mismo: "es un ser tal que puede ser lo que le dé su gana, divina, de ser". Lo que está siendo Dios para nosotros los hombres naturales, fisiológicos, es Padre y/o Maestro y/o Salvador y/o Condenador y/o Bienaventurador y/o Juez y/o Señor de los Ejércitos y/o hombre endiosado y/o dios enhumanado y/o Legislador según fuerza y/o Selector de un pueblo y/o fundador de una Iglesia y/o aspirador del olor de suavidad de holocaustos de ganados y aves" (QD, 28-29). Tal es el punto de partida de una teología "actual" o "novísima teología mística"; teología "a la altura y nivel de ciencia y técnica actuales"158. Desde la perspectiva anterior, GB afirma que Dios es "el omniseipsitransustanciador. (...). Proteo maravilla de las maravillas ontológicas" (QD, 23). Tal es la "esencia", el "qué es" o "estado natural de Dios", cual base disponible para toda transformación y manifestación posterior159, por lo que nuestro autor sostendrá que Dios se encuentra originalmente siendo "lo divino", cuyas características coinciden con las del fondo creador del universo físico o base masivo-energética de lo real160, de ahí que afirme: "Este mundo -elementos- es dios hecho mundo; es la esencia divina hecha esencia del mundo" (QD, 406). En definitiva, y con David de Dinant, GB afirma que "Dios es la materia prima" (QD, 410), y por ello, entre otras cosas, ciertos hombres pueden ser "médium" de lo divino: "Recordemos una vez más que lo divino del universo -el "cuerpo" real de verdad (de dios)- hace de base continua, permanente y eficiente de todo lo divino; que por ello irrumpen necesidad, universalidad, infinidad eficientes y distendientes, en pujos, en y dentro de cada ente. Son cada uno según su capacidad médium de lo divino, pues por ellos irrumpen universalidad, infinidad dinámicas. Lo divino irrumpe por los divinos, por los endiosados en actos, ratos, obras" (QD, 416). Por lo dicho, es evidente que para GB el nombre "Dios" ha cambiado de significado en la actualidad como consecuencia del avance científico-técnico: "Apenas se inventen lenguajes cuyas palabras y conceptos no estén sometidos a la fisiología y anatomía humanas naturales, y las manos naturales asciendan a manos de artesanos, artífices y técnicos, y produzcan instrumentos de ver, oír, manipular, calcular..., desaparece o no puede ya aparecer ese "dios fantasma" hablante, vidente, en lengua natural y con ojos naturales" (QD, 515). Desde la perspectiva tecnocientífica o "actual", el "qué es" constitutivo del universo físico actúa como fondo-pantalla necesario, aunque no suficiente, para el surgimiento de un "quien" único, original, nuevo, irrepetible y resaltante sobre lo común161. Según esto, Dios se manifiesta como "Quien" en algunos hombres: los genios creadores en cualquier dominio: músicos, matemáticos, físicos, técnicos..., que hacen de "médiums", o "instrumentos endiosados", en los que "lo divino" se revela a los hombres tal cual es o se haya hecho, por su medio o no162. Pero no satisfecho aún, GB inquiere sobre la posibilidad de que Dios enhumanado pueda transfinitarse nuevamente, quedando potenciado por superación tras ponerse su ser a prueba con peligro real163. En este sentido, dirá: "Y lo que nos importa -cual algo así de con egoísmo transcendental- es determinar si somos cada uno de los hombres "persona" y, de serlo, qué nos sucedería a cada uno en el caso o acaecimiento -bienaventurado, malaventurado- de que Dios (persona) nos asumiera en unidad de persona con él" (QD, 375). La respuesta pasará indefectiblemente por notar lo peculiar de los tipos vitales humanos, y así lo dice expresamente GB164, de modo que en función de tal tipología resultará factible abordar la cuestión con algún sentido. Desde esta perspectiva dirá: "el hombre-dios o dios-hombre en que hombre esté siendo o poniéndose a ser -a estar sido- "singular", habrá de mostrar por obras especiales -diferentes de las del hombre particular e individuo naturales- que es realmente hombre; y correlativa y complementariamente, Dios habrá de dejar que tal hombre singular ponga especiales obras -inventos- para que conste que es hombre y que Dios se encarnó, se enrealizó en hombre "singular" -cual si dijéramos se encarnó en Arquímedes, Leonardo da Vinci, Edison, Hertz, Marconi... en cuanto singulares, inventores, ingenieros. Problema teológico y teándrico distinto de encarnación de Dios en Moisés, Josué, David, Salomón, Daniel, Apolonio, Jesús, Pedro, Pablo, Tomás de Aquino -todos ellos hombres en estado de particular o individuo. Así que la supositalidad, o inseísmo, del hombre que se está siendo singular tendiendo a Gobernador del universo- es de otro orden y grado del de encarnado, de inseipsisistente; estilo superior y nuevo respecto de hombre que se esté siendo particular o individuo. No tiene, pues, nada de sorprendente -sea dicho incidentalmente- el que a partir del siglo I no se hable -y no tan sólo se lo sospeche- de encarnaciones de Dios -de haber habido o poder haber hombre-dios o dios-hombre. Tal ausencia resulta explicable (1) por impotencia de un Dios que se halle él mismo en estado natural -así que en estado de particular o de individuo-; (2) o por resistencia del tipo nuevo y superior frente a Dios, por parte del hombre en estado de singular: de tendientes y en parte inventores con éxito del plan y recursos de Gobernador del universo que enchufa y saca sus fuerzas de la base misma de la realidad" (QD, 388-389). Con lo dicho, no puede en modo alguno sorprender que GB, como se dijo en un capítulo anterior y ahora conviene recordar, interprete la técnica actual como tarea divina y divinizadora propia de un nuevo creador; como novísimo tipo de epifanía: "la sustancia básica del universo es divina -con es de ser, y con es propio, no prestado, ni participado ni metafórico. (...): la teoría atómica actual es la teología real de verdad del universo. (...) Que es, por otra parte, lo que tenía que ser y suceder, apenas hombres inteligentes y videntes con mente y sentidos "super-naturales" se enfrentaran o enfocaran la base "atómica" o "divina" de la realidad, y dijeran en lenguaje adaptado a su altura: el lógico y matemático actual, lo que veían y pensaban. La empresa "divina", definidora de la técnica, en cuanto actual, es realizable por la progresiva epifanía o revelación de la constitución "divina" de las realidades básicas" (ET, 68). En definitiva: "La ciencia le sorbe los sesos a la teología; la técnica le drena el poder a Júpiter, dios, o a sus antecesores. Tal es el pasado de grandes Nombres -el de uno de ellos: Teología" (PPPGN, I, 10). 10.12. Técnica: peligros y problemas. Si GB interpreta la técnica y los inventos técnicos como una forma de transfinitud privilegiada, no por eso la considera óptima, debiendo ser transfinitada ella misma, de ahí que si bien a menudo realiza afirmaciones, como la siguiente, en favor de lo artificial técnico: "El hombre ha inventado, está inventando, las maneras y procedimientos de hacerse infinito por el único medio determinado y eficaz que es trans-finitarse: superar por leyes de paso graduables y graduados (función) su natural finitud y definición. (...) ha inventado y usado eficazmente instrumentos para tales trans-gresiones: algo así cual sentidos nuevos, trans-sentidos, trans-llaves, no ganzúas, para salir y entrar de la trampa" (INTRAFI, 91-92), también en esta etapa final de su pensamiento lanza llamadas de advertencia ante el peligro de quedar encerrados en la trampa científico-tecnológica o artificialista: "El hombre actual -hagámoslo datar de 15000- se va desencerrando por inventos suyos él mismo a sí mismo por sí mismo; (...) El creador de tantas ingeniosidades, genialidades, trampas y trucos técnicos y científicos en que ha caído lo natural (...) )no correrá él mismo el peligro, nueva y nunca visto y sido, de caer en la propia trampa: de quedar atrapado en sus inventos?" (INTRAFI, 17). Tal sería, según GB, la paradoja suprema: "Pero el colmo de los colmos es quedar y sentirse encerrado por truco, trampa, ratonera, caja fuerte que uno inventó para encerrar algo o a alguien y, al probarlos, por descuido o tanteo resultó encerrado el mismo inventor" (TI, 15). La razón de lo dicho radica en la misma esencia de la transfinitud, que por su misma definición exige que lo artificial, lo técnico, sea transfinitado evitándose así que funcione como prisión definitiva de la "aventura" que es la transfinitud humana164: "Continúe resonando en nuestros oídos mentales la frase: "transfinitud des-define y desfinita toda clase de finitudes, mal habidas científica, técnica, filosóficamente" (TI, 17). Desde esta perspectiva, se comprende la preocupación de GB ante el nuevo tipo de peligros que pueden acechar a la transfinitud humana como consecuencia de no saber emplear correctamente el poder de la ciencia y técnica actuales: "Las encerronas de creador, de Inventor, de Artífice, y los peligros de seipsiencierro han de ser -tal puede preverse, temerse o barruntarse- diferentes de los y de las del hombre "natural". Hasta en esto el hombre actual se distinguiría del troglodita. Y en trogloditas sociales, políticos, filosóficos, científicos, religiosos, morales... entran los hombres anteriores a 1500: al Renacimiento. Y algunos, muchos, muchísimos quedan aún entre los contemporáneos" (INTRAFI, 17). Son varias las maneras denunciadas por GB de quedar el hombre atrapado en lo artificial técnico. a- Puesto que la historia supernatural surge de inventos y tiene como fondo común con toda otra realidad los elementos constitutivos y las leyes rectoras del universo físico, resultará también ella misma síntesis de azar y necesidad y, por tanto, dominio de tipo dialéctico entre la tendencia natural (caída) hacia determinismo (imposición de la entropía) y el azar o creatividad. El probabilismo de las leyes no asegura "un" estado final, definitivo, del universo165, lo que juega en favor de la Historia Dialéctica (historia en estado histórico o artificial) como dominio de posibilidades de la vida o apertura a por-venir, a novedad, mediante inventos o creaciones artificiales. Ahora bien, al hombre le es posible renunciar voluntariamente a su libertad, a su capacidad inventora y, en consecuencia, a la Historia, al no querer asumir el poder transfinitador que le brinda la técnica actual, de modo que actualmente no se puede ser esclavo, según GB, "sino por decisión voluntaria, por renuncia a la libertad: a transfinitud, al modo que actualmente nadie es esclavo de sus ojos -de lo que ellos ven de natural y dentro de las naturales distancias y luz- sino es por renuncia a televisor y luz eléctrica" (INTRAFI, 108). b- Otra posibilidad consiste en que, sin renunciar a ciencia y técnica, éstas decaigan sin embargo en esa especie de olvido que es la cotidianidad, atentando así contra la transfinitud: "Pero la necesidad de previos -causas, ambientes, leyes-, por su actuación continua, produce una decadencia o caída hacia diariez, rutina, copia, que son maneras como el componente de necesidad se manifiesta e impone. Lo sorprendente, pasada la sorpresa, deja de serlo, y pasa a cosa de diario. Nadie se sorprende ya de ver volar aviones por el cielo, aunque la primera vez fue sorpresa sorprendente" (SQM, 233); "cada invento tiende a quedar anclado en el presente, a dárselo por definitivo, por perfecto; y montar sobre él -para así afirmarlo- industria, economía, vida cotidiana, religiosa, estética. La carroza de fuego de un profeta, la alfombra mágica... el avión de propulsión según hélice..., cada uno de dichos tipos tiende a establecerse y se lo establece -por religión, creencia en magia, estado de técnica matemática-física- como perfecto, definitivo. Caso de "intereses creados"" (SQM, 57). Con todo, dice GB: "Quedan refutados en tal pretensión por la aparición imprevista, imprecalculable, impreprovidenciable, del invento posterior que rebaja y descalifica los anteriores a obsoletos, a piezas de museo -mental, sentimental, técnico, religioso..." (SQM, 57). c- Mecanización de la vida: la "fábrica" y el "mercado". Dice GB: "Nuestros molinos de viento lo son las fábricas de toda clase de productos: religiosos, políticos, sociales, económicos. No muelen solamente trigo; también lo muelen, y hacen grandes negocios por eso del "pan nuestro de cada día". Muelen ideas, conceptos y pensamientos, que en su estado natural son variopintos e inconexos, y los truecan en dogmas, consigna, tesis, sistemas. Gigantes son realmente (...) las Iglesias, Naciones, Partidos, Empresas... actuales. (...). Gigantes por su desaforada megalomanía y monopolismo" (SQM, 340-341). Por "actuales", entiende GB esas realidades en cuanto servidas de ciencia y técnica actuales, es decir, sumamente eficientes y eficaces y, por tanto, convertidas en peligrosas: "Megalomanía: manía por los grandes números" (SQM, 341) y "monopolio: una sola (monos) Cabeza individual, o colectiva en forma de un Presidium, un Concilio, una Asamblea de accionistas..." (o.c. 342), en cualquier ámbito166. En definitiva: "En lugar de molinos de viento, Gigantes movidos ahora por electricidad: por propaganda de hojas volantes, de diarios, de televisiones y de toda clase de instrumentos de información, transmitido todo, no por ondas de aire, sino electromagnéticas. Estas son el viento que sopla cuando y como lo decide el Gigante cabezudo" (SQM, 342). Es claro, por tanto, que para GB la megalomanía (cualquierismo) y el monopolio (dictadura) no sólo arruinan el poder transfinitador de la técnica, sino que la prostituyen cuando ponen su eficacia y eficiencia al servicio de intereses contrarios a los del ser humano en tanto que transfinito transfinitante; y será "Quijote" quien pretenda enfrentarse a estos "gigantes" actuales que son las "empresas" degeneradas en industrias desaforadas o "fábricas": "Quijote actual es un individuo que se proponga, cual don Quijote de la Mancha, "quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra"; que así juzga a las Empresas gigantescas, megalomaníacas y monopolísticas de religión, política, sociedad, economía, filosofía, teología. A la primera lanzada que contra una cualquiera de ellas arremeta, y dé en un aspa, el viento -electricidad y propaganda- soplará "[...] con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. [...]"" (SQM, 342); "En definitiva, El fracaso de esta primera aventura nuestra, como la de don Quijote de la Mancha, proviene de enfrentarnos con mercaderes. Con la economía de mercado, él; con la economía de producción-mercado-consumo, nosotros" (SQM, 338). Lo que en el fondo está denunciando nuestro autor con todo ello es el hecho, cada vez más evidente e incontestable, de que los criterios económicos, en particular los de tipo capitalistas, se han adueñado de todos los aspectos de la vida humana sometiéndola a sus leyes propias: reduccionismo economicista de la pluridimensionalidad humana. Tal es la idea básica contenida y denunciada en el término "caudalismo" empleado por GB, es decir, la caída de "mundo artificial" a "mundo artificioso" o "mercado" surtido por "fábrica", de modo que lo que de creador hay en el hombre resulta devaluado y diluido en la esfera de la producción y consumo desaforados167. Lo anterior no significa que GB pretenda hacer desaparecer las actividades industrial y comercial, sino evitar su desarrollo en el seno de una economía en estado natural donde un individuo con ganas finitas siente como inagotable (infinito) un bien natural, dedicándose a comerciar en estado natural, es decir: guiado por la pretensión de "mihifacer" todo y a todos. La importancia que GB concede a la economía y al comercio queda patente cuando afirma que "servir para comerciar" es invento o descubrimiento de importancia superior a otros de tipo material, cual flecha o barco, y que al inventar "mercancía" el hombre inventó para sí ser comerciante, lo cual le distancia del animal. El peligro sobreviene cuando se desata la infinidad y la actividad decae en el campo numérico tomando cual meta de la misma la transformación de toda cualidad (valor de uso) en valor de cambio (cantidad).168 Por otra parte, si la ley de los grandes números y el determinismo inyectan en los artefactos mecanicismo, y ello los hace seguros y eficaces en su funcionamiento, no sucede los mismo con la vida: "Improvisar necesariamente no es improvisar; es no haber improvisado. Tal, una máquina. No hace nada de imprevisto, de improviso. (...) un ser que sea en sí, y en todo lo suyo, "necesariamente" -o en que necesidad sea el tono o modo de él y de todo lo suyo: sea la necesidad la nota esencial- no cabe espontaneidad; le falta tal componente de vida. No es viviente. Es supermáquina. La Supermáquina. Una máquina es admirable y es sorpresa para su inventor, solamente al acudirle y al ver que marcha. Que son novedades. Le es novedad. Chispazo del primer momento. Después para él recae en cosa de todos los días, encomendable a producción en serie, en offset, en copias automáticas. (...) La nota o tono de originalidad impide que la vida recaiga al dominio de la máquina. A mecánica. (...) vida hecha máquina" (QD, 482-483).169 Por tanto, tampoco serán buenos para el advenimiento de un nuevo tipo de hombre pues, "En cuanto al porvenir del Humanismo: el del hombre positivo -el del ser social- el margen de aventura no puede ser eliminado por ninguna clase de "Sociedad de seguros"" (PPPMM, 66). Lo anterior resulta especialmente aplicable en nuestra época histórica tecnocientífica, lo que no deja se resultar paradójico: "Al revés, tal margen de aventura crece constantemente ahora. "Ser o no ser" -aventura de la bomba atómica, inventada por el hombre mismo actual. Jugar su ser y el del universo a "ser o no ser" (ibid.). Tal hombre actual ha sustituido, conscientemente o no, su definición de animal racional por la neoplatónica renacentista de "artefacto osadísimo" (M. Ficino), como lo demuestra su atrevimiento en y por ciencia y técnica actuales. Esto resulta tanto más inquietante al considerar que también el hombre se ha tenido, al menos desde Protágoras, por medida de todo. Desde esta perspectiva, dice GB: "Si la medida, la mesura, se des-mesura, )qué será de todas las cosas? Si el sismógrafo salta destrozado, )no delatará tal destrozo el de él mismo y el destrozo de todo?", mas a renglón seguido advierte: "No saquemos las consecuencias de una hipótesis: de un si. Aunque los hechos de nuestro tiempo parecen confirmar la tesis: la medida está desmesurada; el sismógrafo político, moral, religioso, social, técnico está saltando en trozos" (ibid.). d- No olvida GB los peligros que sobrevienen como consecuencia de la actividad inventora e industrial, pero llama la atención la expresión que acuña para designarlos: "desaprovechables inventados", y que, en rigor, encierra toda una concepción del problema medio-ambiental a tono con su forma de entender la técnica, lo artificial y el progreso tecnológico: "Que se produzcan desperdicios, chatarra, basura... -clases de desaprovechables (según la finalidad)- no es natural. Son desaprovechables inventados; son el reverso valoral del anverso que es auto, radar, teléfono, antibiótico, avión, plancha eléctrica, dínamo, bombilla... En contraste con los inaprovechables naturales -fruta pasada, carne podrida, excrementos, cenizas, aguas estancadas...- y con los inaprovechados naturales: rayos, cascadas, vientos... petróleo, bauxita... aprovechados inventivamente por inventos especiales que no han procedido de la naturaleza, a pesar de estar evolucionando desde tal vez cuatro mil millones de años. Las leyes naturales no proceden según funciones exponenciales; proceden o evolucionan según ley inercial" (DMT, 205). Pues bien, la producción de los "desaprovechables inventados: secuelas y reverso de los aprovechables inventados (...) se rige también según ley matemática exponencial. (...). Hay muertes, enfermedades... naturales; mas se han inventado -son eficiencias, efectos- nuevos casos y tipos de muerte, de enfermedades, peligros supernaturales. Hospitales, cárceles, manicomios... actuales incluyen las dos clases de desaprovechables social, económicamente... humanamente. Digamos, con respeto verbal: hay hombres en tales establecimientos que son des-perfectos; a la vez y en el mismo establecimiento hay hombres que son, están, sencillamente inhabilitados. "Desperfectos", "inhabilitados" son, en cuanto hombres, igualmente perfectos. La dignidad del hombre se mantiene incólume, a pesar de que su valor económico, su servicio social, sus actividades políticas, religiosas, estéticas... hayan disminuido o, finalmente, se hayan anulado. Lo cual exige tratamiento y trato distintos" (o.c. 206). La posición de GB sobre los peligros de la técnica y lo artificial-artefactual o, como vimos que decía cuando tratamos de su concepción del progreso histórico, las "catástrofes y apocalipsis producidos por la intervención de la vida humana con inventos en todos los órdenes", es, digámoslo una vez más, y como allí se indicó, la de considerarlos exógenos a dicho dominio, de ahí que si bien recomienda una estrategia de cautela, ésta no se exija en el trato y actitud admanual con el ser sino en aspectos colaterales al mismo, aunque fundamentales, y siempre en tono sentimental de filosofar "español", como es claro por su carácter: - Respetuoso con otros sentidos vitales: "Antonio Machado, poeta y filósofo, introdujo un descuento en la sentencia de Protágoras. "El hombre es la medida de todas las cosas; menos de los hombres y de los pueblos". El hombre, a partir sobre todo del Renacimiento, ha introducido e impuesto la medida: ese gran sistema métrico que es la matemática; introducido e impuesto en todo: en cielos y tierra, en cuerpos y en luz, en masa y energía, en figuras y en números, en instrumentos colosales y mensurados y aun infinitesimalmente calibrados, cual acelerador de 300 GEV del CERN con sus ocho kilómetros de circunferencia; y ha impuesto el hombre su medida en instrumentos manuales como vulgar regla de cálculo que cabe cómodamente en el bolsillo. Meditemos, consideremos y ponderemos -todo verbo afín a éstos es poco -antes de introducir e imponer ese gran sistema métrico que es la matemática actual en el hombre y en los pueblos" (PPPMM, 67-68). - Vital y transustanciador; ya que GB no se resigna y propone emplear la razón vital contra la megalomanía y el mecanicismo: "No, renó, recontranó son palabras que forman reguero explosivo, aprovechable para decir "no" a tantas afirmaciones (síes) corrientes; para decir "renó" a afirmaciones pretenciosas (de resíes): consignas, teorías, dogmas; y poder disparar cual bala verbal la de "recontranó" a sistemas y credos, mandamientos de mandamases políticos, religiosos, científicos y técnicos. Disparar "recontranó", contra "requetesíes"" (TELFLM, 14). En definitiva: transustanciación de lo real por dialéctica o inventos170; y transustanciación, además, social, pues, siguiendo a Marx, GB considera que cualquier realidad tratada socialmente altera no sólo su forma sino también su contenido171. - Teológico; pues el impulso transustanciador tiene como meta de su dinamismo ser Dios, aunque tal intención debe acompañarse de una actitud de cordura que funcionando como "refrenador" evite caer en la "vanidad". En este sentido, GB dirá: "No poner límites a la imaginación, entendiendo por esta palabra "inventiva". La originalidad, la inventiva, es uno de los recursos humanos inagotables (...). Los límites a la "inventiva" los señalan, por una parte, los transfinitadores y, por otra, sus refrenadores. (...). No abdiquemos de ser dioses, aunque no estemos ya en Paraíso alguno. Y asumamos las consecuencias: buenas, malas, peligrosas. Exito o fracaso. (...) suprema empresa: el Hombre como parte pasiva y activa de la constitución y evolución del Universo. )Actitud digna de "semidioses"?" (SVV, 9)172. La ambigüedad o, mejor, equilibrio típico del posicionamiento bacquiano entre la esperanza y el temor, queda patente cuando dice: ")Cuánto de lo natural -hombre inclusive, y mayormente él- va quedando hoy en día en estado natural -frente a la invasión en superficie y profundidad de la técnica, y frente a la prepotencia creciente desmesurada de técnicos, tecnólogos y tecnócratas? )A qué no se atreven técnicos: tecnólogos y tecnócratas? )A qué -en física, matemáticas, política, sociología, genética, economía, religión, arte...?" (SVV, 99). La liberación artificial de la energía encerrada en el átomo y las posibilidades abiertas por la ingeniería genética son dos de los aspectos considerados por GB paradigmáticos en cuanto al poder de la técnica actual y la obligación que ello conlleva para el hombre actual de reflexionar acerca de su poder sobre su ser y el del Universo y, por ello, sobre sus nuevas, artificiales, responsabilidades y deberes ontológicos y morales173. La importancia y urgencia de lo dicho queda patente al advertir que el plan vital definidor de "persona" es, paradójicamente, el de des-definir y des-finitarlo todo: "Plan desdefinidor propio de persona -definidor y facedor de ella- contra definiciones y finitudes definidas por potestades e individuos religiosos, morales, sociales; y aun a pesar de la delimitación de recursos -matemáticos, físicos e instrumentales- del singular" (QD, 392). Ante este replanteamiento a la luz de la tecno-ciencia actual de conceptos, temas, creencias, dogmas... tradicionales, tenidos por definitivos y, por tanto, intocables e inamovibles: sagrados, la técnica es vivida con sentido de sacrilegio o, si se prefiere, como milagrosa, mas nunca, y esto sería lo peligroso, como "enigma"174. De tales sacrilegios "actuales"175, o "Caso de máxima novedad, de máxima espontaneidad, de máxima originalidad, de máxima transcendentalidad", no pueden esperarse, según GB "más castigos que los fracasos, que, por ser instructivos, serán superados por los caracteres de la Vida que son novedad, espontaneidad, originalidad y transcendentalidad, Imperdibles; siempre renacientes. Y renacientes son los vivenciales de "atrevimiento", "audacia", "osadía" humanas" (SVV, 37). Nada, pues, de temer condenas divinas cual las de Adán o Prometeo176. Y no hay nada que temer porque lo único rector y a respetar son las leyes físico-matemáticas del universo, hecho que GB califica de "coyuntura privilegiada": "privilegiada coyuntura de que las leyes, las mismas para el microcosmos y el macrocosmos: átomos, células... hombres, sean las que determinen la estructura básica de todo: lo material-espiritual, religioso-laico, ético-estético..., que es la estructura de MAYORIA + dos minorías: una de "extra"; otra de "infra"" (SVV, 82). Por lo dicho, GB afirmará que ser hombre "a la altura de ciencia y técnica actuales" es ser "pagano", pues "paganismo" es el tono sentimental y la actitud vital del hombre en cuanto "actual"; tono a la altura de ciencia y técnica físico-matemáticas actuales, transustanciadoras, nacido con el Renacimiento177. La técnica, según esto, resulta "osadía superlativa" o "quíntuple atentado contra lo natural"; y el técnico, "quíntuplemente sacrílego" o "matrílego" y "a-teo"178. Lo afirmado por GB no es sino otra forma de decir, como se vio oportunamente, que la condición inventora del hombre, su ser esencial de inventor o "radiactivo", es decir, transfinito transfinitante, es su peculiar condena vital como "endemoniado". El hombre, excepto por renuncia expresa, no tiene más remedio que ser transfinitud transfinitante, inventor: "Transfinitud es atentado consumado; pues los inventos -geométricos, aritméticos, morales, políticos, técnicos, ontológicos...- hacen acto de presencia con su novedad, espontaneidad, originalidad. Son creaciones, y creaturas, de hombre transfinito" (INTRAFI, 166). Ser Inventor es, por tanto, ser pagano y paganizador179. Ahora bien, si, según GB, el ser humano, por ser transfinito, debe ser "pagano", ello no significa que haya de adueñarse de él, y de todo lo demás por su medio, la locura o frenesí tendencial de la técnica. Sin embargo, GB considera que los valores morales tradicionales son insuficientes para evitarlo, pues si bien su función es ser "zapata", su poder como inventos refrenadores sólo alcanza para reconducir excesos y defectos propios de un tipo de hombre que siendo "racionalmente animal" se puso a controlar lo que aún tenía de "animalmente racional". Mas desde el Renacimiento el hombre es "altavoz", y desde nuestro siglo "espoleta" del universo y de sí. Por esta razón, el hombre actual precisa valores con poder refrenador y orientador a la altura de sus nuevos, isomorfos y, por tanto, más peligrosos defectos y excesos; frenos que sean, en su dominio, el equivalente a los frenos de "potencia" que controlan la energía de los poderosos motores actuales, evitando que los artefactos que de ellos se sirven se autodestruyan. Pero fuera de esta sugerencia, el autor confiesa no tener respuesta satisfactoria, lo cual es aún más inquietante si se considera que para GB la mesura entendida al modo clásico tampoco es refrenador suficiente de la "bomba atómica entitativa" que está siendo ya el hombre actual.180 Y no lo es porque: "Lo artificial no coincide con lo natural -sea divino... sagrado- ni en especie ni en género próximo ni aun en remoto, sino en el remotísimo de "ser algo, real". En lo natural rigen las gradaciones de positivo, comparativo, superlativo que es, a la vez y a la una, "máximo y óptimo". Bueno-mejor-óptimo; sabio-más sabio-sapientísimo; potente-más potente-omnipotente; durable-perdurableeterno; locado-colocado-inmenso; propiedad-atributo-esencia... Mas en lo artificial, avión no es superlativo ni comparativo de ave; ni submarino es pez en superlativo; ni máquina de escribir es superlativo de mano escribiente; ni piano es superlativo de lira, cítara, así sean las de Apolo... Lo artificial no es ni positivo ni comparativo ni superlativo de natural, por muy perfecto que sea éste en su orden. Lo natural tiene por constitución un límite superior, supremo ya; un máximo que es, a la vez, a la una, óptimo. Esencia es lo máximo y lo óptimo que un ente puede tener. Lo máximo es ser (Dv), lo óptimo en estar siendo (°v) lo que es de la mejor manera. Lo natural está definido, definitivamente definido. Lo artificial no tiene, dentro de su orden, un máximo y óptimo insuperables, un límite superior. La galera depone a obsoleta (sin aniquilarla) a la barca; y, a la vez, la galera más perfecta no hace imposible el barco de vela; ni el mejor barco de vela hace imposible el de vapor; y éste no hace imposible el de propulsión atómica... Lo artificial no tiene límite superior; está abierto a lo infinito, a lo tras-finito. Lo esencial es in-transcendible. Lo artificial es transcendente. Lo esencial no es inventable. Se halla siendo tal o cual: hallazgo. Lo artificial es invento: novedad, espontaneidad, originalidad. Lo natural está siendo lo que es; "está siendo lo que desde siempre ha sido" tal es la fórmula aristotélica. Lo artificial no es continuación de lo natural: es atentado contra y a costa de lo natural. Atentado consumado lo es cada instrumento" (FM, 710-711). Si, pues, "Todo lo artificial, físico o no, depone, descalifica y descompone lo natural; mas produce un coajuste nuevo, original; no recompuesto, "rehecho"" (QD, 258), entonces es claro que los valores morales clásicos, por naturales refrenadores de naturales situaciones y problemas, no estarán a la altura de los generados por la tecno-ciencia actual, de ahí que GB diga: ")Tomaremos los hombres -actuales, sobre todo y urgentemente necesitados de ello- el ejemplo y modales de "Gran Señor", haciendo nueva moral, regida por y en tonalidad de las virtudes sobrenaturales de magnanimidad, magnificencia y munificencia?" (QD, 255). Cómo sea tal nueva moral es algo, ya se ha dicho, sobre lo que GB confiesa su ignorancia. Y no puede ser de otra forma, pues se trata de "novedad" por-venir; de ética o moral "actual" por inventar. No obstante, GB considera que deberá sustentarse sobre sugerencias, indicaciones... como corresponde al tipo vital "persona" viviendo en "Asociación", y aun al "singular" en "Sociedad", tal como se dijo anteriormente, y nunca en imposiciones dogmáticas: "En Etica transfinita entran solamente actos ejemplares, edificante, admirables, sublimes, heroicos... chispazos, centelleos, relámpagos de libertad, valentía, inteligencia, constancia, delicadeza, continencia, justicia, bondad; y varones (vir, virtus, areté, árren), cual Solón, Arístides...; por actos, no por hábitos, o rutina. Nada de ello es de-finible, finito. Se lo podría llamar "sublime", supernatural, heroico. (...). Bien y Mal absolutos (Optimo, Pésimo), caen fuera de Etica. Lo de "absoluto", rigurosamente tomado, no sólo des-define y des-finita, sino a todo a lo que se aplica tal denominación, y se lo somete a su intención significativa, lo des-dibuja y envaguece" (INTRAFI, 119-120). A lo dicho debe añadirse que en una concepción "actual" (probabilista) de la realidad, como lo es la de GB, resulta difícil regular éticamente la invención y empleo de artefactos y técnicas y, por tanto, delimitar y establecer responsabilidad moral alguna de los inventores y usuarios pues, según GB, todo invento, por lo que de ocurrencia o novedad tiene, resulta imprevisible en sus consecuencias o efectos (buenos o malos): "Cada tipo de invento (...) tiene ámbito propio de azar: de resultados óptimos-buenos-mediocres-malospésimos. A veces, saldrán, resaltarán los buenos; otras, los malos; más frecuentemente, los mediocres (en mayoría); alguna vez, los óptimos; otra, los pésimos" (o.c. 435). En definitiva: "En rigor de terminología y conceptuación, un invento de cualquier orden (físico o mental) no tiene ni puede tener secuelas; y sí, solamente "estelas"" (PPPGN, II, 433). Por esta razón, que el usuario o el inventor empleen un invento con intención de producir "un sólo" efecto (bueno o malo) es desconocimiento por su parte de la "calidad ontológica" de todo invento, de ahí que "Al inventor y usuario no le son imputables -en favor o en contra, indulgencia- ni el resultado bueno ni el malo ni el mediocre, cual si fuera él, y la actuación del "enser", causa necesaria-y-suficiente. Le es imputable por la ignorancia, actualmente, afectada, de las leyes estadístico-probabilísticas que rigen el universo -no solamente en su Base-Fondo, sino, por secuela más o menos remota, en economía, biología y sociología" (o.c. 434). Todo ello resulta especialmente preocupante cuando se trata de técnica e inventos "actuales", pues dice GB: "los inventos "actuales" se caracterizan porque el margen de azar: de neutralidad respecto de bueno y/o mediocre y/o malo es tan amplio y potente que afecta a la humanidad entera y a la Tierra entera -por de pronto" (o.c. 435). Así, por ejemplo, "Bomba atómica trae inevitablemente, constitutivamente, en su "estela" efectos buenosmediocres-malos, óptimos-mediocres-pésimos para todo: hombre y Tierra. La distribución de la probabilidad -el número de veces- dentro del ámbito: óptimo-bueno-mediocre-malopésimo tiene que sernos dada a posteriori, ya que a priori, respecto de la originalidad y novedad de un invento en cuanto tal, no pueden señalarse ni hay causas (razones) necesarias-y-suficientes que produzcan "secuelas"" (o.c. 435). Ante este difícil panorama, GB nota la necesidad de concretar el tono de sugerencia que debe presidir la nueva moral "a la altura de ciencia y técnica actuales", y así, en PPPGN, esboza una ética-moral mínima de carácter transfinito ("transética", "transmoral") integrada por cuatro grupos de "axiomas metaéticos o transmorales", algunos de los cuales implican de lleno a la técnica y lo artificial, como no puede por menos que suceder dado su carácter "actual". Así: "Todo hombre -que sea íntegramente singular o que lo esté siendo en algún grado o dosis- tiene el deber de tratarse y de tratar respetuosamente a cualquier otro singular, con el respeto debido a su condición de cogobernador de un universo reformado cibernéticamente para él" (o.c. II, 690); "El hombre en estado de singular, y los singulares en comunidad y Sociedad deben ponerse e imponer transformar todo lo natural en enseres de funcionamiento automático-cibernético" (o.c., II, 691); "Quien se esté siendo singular, por estar siéndolo en "Sociedad", tiene el deber: ha de imponerse-yproponerse el que la conciencia natural del hombre (...) ascienda, darle la oportunidad de que ascienda a conciencia de "singular": a la de cogobernador de un universo natural transformado por él y para él en universo de funcionamiento automático-cibernético" (o.c., II, 692).181 10.13. Conclusiones. A lo largo de este último capítulo, hemos rastreado y sistematizado la presencia, el significado y las implicaciones de la técnica y de lo artefactual en las obras de GB publicadas a partir de 1980. Como resultado, podemos afirmar que durante este período de tiempo, que constituye la última etapa de su pensamiento, nuestro autor no introduce cambios sustanciales en su concepción de la técnica y de lo artificial, en su conexión con la historia, en la estructura de lo artificial, etc., respecto de la etapa anterior, aunque sí avanza sobre ellos abriéndolos (transfinitándolos) en dirección a la tecno-ciencia, es decir, haciendo de ciencia y técnica actuales horizonte vital e intelectual de comprensión de cualquier tema o problema; algo para lo cual el propio autor acuña una expresión formular: "a la altura de ciencia y técnica actuales". Algunas consecuencia de ello son vg. la división del trabajo según "Empresa", el énfasis en el carácter heuretocrático de la "economía social", el transfinito humano como tecnita y tecnarca, la importancia que cobra la idea de aceleración (McHale-Ramsauer) en su concepción del progreso histórico, el esbozo de una "ética transfinita", el formalismo creciente (empleo de gráficos, fórmulas...) que impregna el filosofar baquiano... Desde la perspectiva de nuestro estudio, llama la atención el peso específico que durante la postrer andadura intelectual y vital de GB adquieren las cuestiones escatológicas: muerte, inmortalidad, Dios..., pues si bien son temas y problemas a los que GB ha hecho referencia en sus escritos en las diferentes etapas de su pensamiento, no recibieron nunca un tratamiento tan insistente y ámplio, ni con tal hondura intelectual e implicación vital. Así, al interés que ya de por sí despiertan en el ser humano tales cuestiones de ultimidad, se une el añadido por GB con su enfoque tecno-científico, de modo que ante el lector surge un panorama cuando menos inquietante, tanto desde la consideración existencial como para la intelectual. La sorpresa y la controversia están garantizadas por el planteamiento novedoso de estos problemas clásicos de la filosofía y la teología. Por otra parte, si bien la presencia de Marx y de lo social en el pensamiento de GB durante esta etapa sigue siendo importante (concepción de la historia y su progreso, la sociedad, la economía, la ciencia-técnica en tanto que empresa social y bien público...), el hecho de que el honor de "filósofo actual" recaiga ahora sobre Whitehead182 pone de manifiesto el peso que la ontología y la metafísica tratadas en clave de tecnociencia cobran en esta época. Hay que llamar también la atención sobre la figura del transfinito humano, caracterizado explícitamente ya en esta etapa como "médium" o "catalizador" de lo divino del Universo, y a cuya transformación en Dios colabora activamente sirviéndose de unas peculiares herramientas: la ciencia y técnica actuales unidas sintéticamente. La tecnociencia, pues, posee para GB poder y función teogénica y sacramental. La concepción bacquiana del hombre como tema y tarea de Infinito culmina en esta etapa en la figura del hombre como "mediador", "catalizador" o "sal terrae"; funciones tenidas tradicionalmente por sagradas y que GB reinterpreta en clave de "paganismo" tecno-científico. En relación con ello, GB advierte sobre las transformaciones mentales y físicas que los instrumentos actuales ("enchufados" al sustrato nuclear del universo) producen en el ser humano al permitirle transfinitar sus límites sensoriales y mentales naturales. En este sentido, el progreso tecno-científico cruza los límites de la evolución natural y dispara al hombre hacia formas de ser y existir super-naturales (artificiales)183. También cobra fuerza la idea de que el hombre no sea el único transfinitador del universo. Por otra parte, a pesar de su optimismo pro-tecnológico, GB no desatiende en esta etapa la cuestión relativa a los peligros y problemas relacionados con la técnica y la artificialización del universo y del hombre aunque, eso sí, desde posiciones que no atenten contra la Vida y salvaguarden el poder transfinitante del ser humano. Por todo ello, podemos finalizar afirmando que la figura filosófica de GB es cuando menos, inquietante o "atómica", pues lo que en el fondo plantea es: ")No estaremos los filósofos de la era, época, o lo que sea, atómica en la obligación o paso honroso de preparar el terreno con una metafísica del ser que está, del estar siendo el ente en diversos y en los más diversos estados para transustanciaciones, transentificaciones que dejen los más radicales cambios sustanciales en el plano bien vulgar del agua que de sólida pasa a líquida con unos grados de calor?" (TELFLM, 144-145). Lo anterior nos pone sobre la pista del anhelo filosófico-vital de GB: ser pedagogo actual o, mejor, portador de una "buena nueva", es decir, ser él mismo evangelista filosófico, "catalizador" y "sal terrae", del advenimiento de un nuevo tipo de hombre diverso del natural filogenético, como consecuencia de la tecno-ciencia184. En definitiva: ser filósofo "actual": "a la altura de la ciencia y técnica actuales", y serlo, además, con la "esperanza" de ser el primero: "Querríamos tal vez que terminara [la concepción moderna del Universo] viviendo aún nosotros, para ver el comienzo de nueva era; por ejemplo, de la era atómica, no sin la secreta intención de que no solamente comenzara con nosotros materialmente, sino que fuésemos el primer Adán, el primer hombre de semejante concepción; que fuera yo, por ejemplo, el filósofo y el primer filósofo de la era atómica", mas "No depende de nuestra voluntad ni terminar ni comenzar una época" (AFC, 30). Notas 1 Para la elaboración del presente capítulo nos hemos servido de los escritos de GB publicados desde 1980, excluyendo los reeditados durante dicho período de tiempo, tales como CTHFA, AFC, ACC, IFAM, ET, NGFC y Humanismo teórico, práctico y positivo. 2 En GB la ciencia y técnica actuales funcionan desde el comienzo de su andadura intelectual como marco de comprensión de lo real o "atmósfera" interpretativa peculiar de los tiempos actuales, tal como ha mostrado nuestro estudio. En este sentido, "ciencia" y "técnica" son "nombres" que definen una época histórica, como en su momento lo fueron "mitología", "teogonía", "teología" o "filosofía" (cf. PPPGN, I, 11). Sin embargo, durante la época de su pensamiento que ahora nos ocupa, tal aspecto es puesto explícitamente de manifiesto por el autor con una frecuencia inusual, sirviéndose para ello de la expresión citada (Cf. vg. SVV, 9, 47; TELFD, 55; SQM, 25, 224; TELFLM, 129, 134, 135; FM, 627...). Este hecho es indicativo de la transformación que la ciencia y técnica experimentan en la filosofía de GB a medida que ésta madura. El propio GB es explícito sobre el papel de "atmósfera" o sentido que lo científico-técnico juega en su pensamiento (cf. prólogo de GB al libro de Izuzquiza, El proyecto filosófico de Juan David García Bacca). GB considera, además, que tal interpretación es de lo mejor que le ha sucedido al universo y, con probabilidad, en grado superlativo (cf PPPGN, I, 13). Por otra parte, ciencia y técnica actuales sirven también como paradigma para otros dominios por su carácter de "empresa" (cf. FM, 653-654). 3 En el epígrafe titulado "Adventuro de ontología u ontología adventura", GB explicita las premisas que, formuladas en lenguaje de ciencia y técnica actuales, considera como fundamento para un tratamiento "actual" de la antropología y de la cosmología (cf. PPPGN, II, 121 ss). 4 Cf. vg. TI, 30, 45, 83-84. La radiactividad ontológica humana, según GB, es tanto corporal como anímica o mental (cf. VMI, 87; QD, 411-412), correspondiendo la mayor dosis de radiactividad humana a la vida mental, que comienza en estado natural y pasa progresivamente a estado artificial (cf. INTRAFI, 158-161). Dentro de esta interpretación antropológica, la conciencia es concebida como "instrumento de radio-ontología o contador geiger ontológico" (cf. VMI, 86). Pues bien, si en física la fuerza impelente actual es la atómica, la fuerza que impele a transfinitud es, según GB, la radioantropología: radiactividad mental que se ha transformado no sólo en ciencia sino también en técnica transustanciadora de la que vivimos los hombres actuales; a su vez, "que la transfinitud sea fuerza le proviene -dice GB- del componente radiontológico" (cf. TI, 84-87). La "antropología radiactiva" o "radioantropología" posee "tres categoriales propios" (FM, 599), que son: "Creatividad" (primer categorial); "Infinito-Transfinito-Finito" o "categorial de Infinidad" (segundo categorial); "Totalidad" (tercer categorial). A su tratamiento dedica GB la sección segunda del capítulo X de FM (pp. 567-697). La radioantropología es la "radio-onto-logía" centrada en el hombre como médium o lugar de irrupción de lo divino del universo, resultando por ello el hombre un ser "endiosado" (Cf. QD, 411). 5 Cf. vg. FM, 482, 705-708. 6 Cf. TELFM, 102-104. 7 Durante la etapa que nos ocupa, además de en VMI, GB reflexiona sobre la Vida con especial meticulosidad en PPPGN, I, 326-331. 8 Resulta especialmente interesante y clarificadora la relación por comparación que entre natural-artificial establece GB en FM, 710-711. 9 Para una exposición práctica de la conexión entre sentimientos y técnica cf. FM, 558 y ss. Hay sentimientos en estado natural y artificial (cf. QD, 258-262). Sobre las características de todo sentimiento cf. FM, 391 ss; QD, 239. Para mayores detalles cf. capítulo VII de FM, que GB dedica íntegramente a estas cuestiones, así como PPPGN, II, 187 ss. 10 Cf. PMNA, 130-131. "Creatividad" es denominada por GB "categorial primero" (Cf. FM, 567-600). Según GB, Necesidad y Azar es un problema que en técnica, como en política y otros ámbitos, se plantea secundariamente mientras que de forma primaria lo hace en otros siete niveles (cf. PMNA, 15). Sobre los conceptos cosmológico y cosmogónico de "Creación" cf. QD, 567 ss. En cualquier caso, para GB, vivir consciente, pensamental y sentimentalmente la realidad como surtidor de novedades, como regida por el cálculo de probabilidades, es vivir la realidad, el universo, a la altura de la ciencia y técnica actuales (cf. PPPGN, II, 277). 11 Cf. epígrafe "Técnica y Dios". 12 Para más detalles sobre la diferencia entre "tener" y "poseer" cf. FM, 463-464. Por otra parte, des-fundir es acción propia de artefactos inventados desde el siglo XIX; los anteriores, hasta el Renacimiento, des-confundían (cf. QD, 187-192). 13 Cf. FM, 692-695. 14 Cf. FM, 532-538, 548. 15 Aunque con matices respecto de etapas anteriores y algún cambio nominal, estos tipos vitales coinciden en intención básicamente con los ya analizados en otros capítulos, por lo que no insistiremos al respecto. Para mayor detalle sobre esta tipología en la etapa que ahora nos ocupa cf. QD, 376-397, 413-421; PPPGN, II, 560-659. También resulta ilustrativa la caracterización del hombre en función de la evolución de su poder transfinitador que trae en TELFA, 262 ss. En rigor, tal evolución forma parte de una más amplia a la que GB denomina "procesión cósmica" (o.c. 270). 16 Sobre el significado general de los términos "natural", "preternatural" y "supernatural", cf. PPPGN, II, 396-407. 17 Sobre el concepto de "Mundo", dice ahora "universo rehecho, reformado, según Plan de un Tecnarca: de tecnólogo-y-tecnócrata, causante de la novedad óntica y valoral impuesta por El eficazmente a la realidad básica del universo, impuesta por El para otros hombres que estarán siendo ya, con conciencia explícita o implícita, nueva y real, en "Mundo"" (PPPGN, II, 70). Para mayores detalles cf. o.c. II, 564-580. 18 Por todo ello, y más que se verá, GB no puede estar de acuerdo con la valoración que Heidegger hace de la técnica, tal como se estudió detenidamente en otro capítulo. Para GB, frente a Heidegger, la técnica es el medio para hacer realidad los sueños humanos: "La Técnica invierte en real lo soñado; convierte en real de verdad lo imaginado; transforma al dormido en despierto; al inconsciente en consciente" (cf. TELFA, 255-257); "Los temas de locura (...) están sustituidos, sublimados, por ideas fijas (...). Lo que fuera mera ficción en Las mil y una noches (...), transformarlo -por una mutación, salto de género a género- en idea científico-técnica realizable, rectora y directora de teorías científicas y de montaje de instrumentos" (DMT, 29). 19 "En física, en matemáticas, en dominios de necesidad, no hay ni se pueden hacer trampas. Lo que sí hay -y patentemente manifiestos y escandalosamente eficientes- trucos. Gran truco -por no emplear el superlativo- es un avión. Es truco de miles y miles de pequeños trucos coajustados entre sí y reajustados cibernéticamente (por feedback). Truco por el que algo artificial, miles y miles de veces más pesado que el aire, no sólo no cae estrepitosamente en tierra, cual pareciera exigirlo y calcularlo la ley de gravitación terrestre (...) sino marcha, por el aire y cielo, más veloz que el más veloz de los pájaros, y más desembarazadamente que ellos, sin, para volar, tener que ser ave, cargar con su fisiología, anatomía y estructura celular. Cómodamente sentados, entretenidos, el Gran Truco, sin trampas vuela; y volamos en casa volante, casi ya "ciudad volante". La ley de gravitación universal queda anulada; no, aniquilada. (...). Haber descubierto, y aprovechado el descubrimiento, que el ser, o algunos seres por de pronto, son anulables; y anulables mediante trucos -algunos, Grandes Trucos- define la época de la humanidad que se inicia, estrepitosa, y escandalosamente con el Renacimiento -con Galileo, Torricelli. Y en matemáticas, con Viète, Cardano" (PMNA, 47-48). 20 Cf. PPPGN, II, 169; 175-183. 21 Afirma GB: "Lo que una cosa tiene de real lo tiene por su masa, expresable en gramos (peso) o en ergios (energía) y comprobable en instrumentos" (TELFLM, 98), de modo que todo lo que exista, material o mental (dioses, hombres...), tiene como base común el mismo universo o "material masivo-energético" (QD, 534). Comprobarlo sólo depende, según GB, del invento de instrumental suficientemente sensible. Así, vg., J. Jeans cuantifica en 24 cienmilésimas de vatio el quantum de energía de la voz humana conversacional (cf. FM, 558). A esto denomina "realismo integral e integérrimo" o "materialismo pluscuamdialéctico" (Cf vg. TELFD 15-17; TELFA, 188-190; 236-242; TELFLM, 89-90; FM, 104-105; FM, 557-558; PPPGN, I, 30-33). Puesto que lo "real" definido a la "altura de ciencia y técnica actuales" es la base material del universo físico y sus leyes (cf. TELFLM, 87 y 129-130), GB considera que por su carácter dialéctico merecería llamarse "multiverso" (TELFLM, 112). Es claro, por ello, que sólo una mente sobrenatural servida de instrumentos de medición, actuales o futuros, actuando como "sentidos artificiales", y no la mente ni los sentidos naturales, actuará como juez que decida sobre la realidad o no, y su grado, de algo. Todo ello hace que GB proponga cambiar la palabra "materialismo" por la más actual de "realismo", a fin de evitar connotaciones y prejuicios históricos unidos a aquél (cf. PPPMM, 28-29). 22 Cf. PMNA, 130. En este sentido, GB dirá: "Plázcanos o no, el dominio atómico es la base real y eficiente de todos y de todo lo incluido, de todos los internados, en universo: "es el mismo para hombres y dioses..." (Heráclito). Plazca y complázcanse los "materialistas"; desagrade a los "espiritualistas" -teólogos o filósofos, poetas o estetas. Lo atómico es campo-y-dominio; es lo primero, pues en él y de él se componen todos: micromoléculas, microcélulas, macromoléculas... DRN... los hombres por nacimiento: los dioses, por el mero hecho de encarnarse o entrometerse, liarse, con hombres...; lo segundo, porque las leyes físico-matemáticas son leyes dominantes en todos: dioses y hombres..." (TELFD, 85-86). A la vez, forman parte de las leyes físicas las constantes, como la de Planck o la de la velocidad de la luz, a las que GB denomina "dato" (VMI, 30), y así dirá: "tales datos -perfectamente descriptibles en calidad y en cantidad- entran en las fórmulas matemáticas y, al ser éstas leyes del universo real, hacen de premisas de secuelas, cual causas de efectos, hasta que el Lector vea con luz artificial y vea lo escrito o impreso aquí" (VMI, 30). Y advierte: "Hagamos, de buena o mala gana, de tal necesidad virtud. (...). En este Ejercicio se ha hecho y terminará haciéndose, de buena gana -)de buena gracia?reconocimiento de que lo atómico y sus leyes son campo-y-dominio, enrealizante y eficiente de todo lo natural. Mas de lo artificial, es lo atómico condición sólo necesaria; pero no suficiente" (TELFD, 85-86). Como secuela de todo ello podrá afirmar: "Ha bastado con inventar la luz eléctrica para que amanezca antes; para no depender del dios Sol, y anular la separación entre día y noche. Las leyes que rigen tales inventos son las mismas, están siendo la mismas, que rigen nuestras vidas. Son las leyes acerca del qué es" (TELFD, 12). 23 Cf. PPPGN, II, 171. 24 Sobre este punto no insistiremos más en este capítulo, pues resulta suficiente lo dicho al respecto en el segundo. Para la etapa que nos ocupa el lector puede consultar vg. TELFD 13, 32-33; FM; QD, 212; PPPGN... 25 Cf. TELFA, 105. GB sigue definiendo lo natural sirviéndose de Aristóteles para contraponerlo a lo artificial (Cf . vg. INTRAFI, 66; QD, 258). Recuérdese también lo indicado en nota anterior sobre la comparación natural-artificial. 26 "Experimento" es para GB acción generadora de "experiencia", la cual a su vez, admite un sentido popular, ya tratado en capítulo anterior: "Por experiencia se entiende aquí no la experiencia sacada de experimentos, cual la que se estaba iniciando en Italia- Galileo, Torricelli...- o en Alemania -Guericke...- sino la experiencia cotidiana, popular, de "nuestros antiguos sabios" -cual si dijera, respecto de los griegos, "los Siete Sabios". Experiencia de escarmentados por la realidad; que "de los escarmentados nacen los avisados"; no la experiencia de experimentos -que lleva a la ciencia renacentista y posterior" (SQM, 64). 27 Cf. TELFLM, 83-86; 122. 28 Cf. TI, 36-37. 29 "Podría acabarse la provisión de agua en la tierra: lo que está siendo para nosotros -plantas, animales, microorganismos, puentes de agua en ciertas hélices...-, mas la fórmula "H -O- H" y las que la rodean legal e instrumentalmente, permitirían, o harían factible, fabricar agua, mientras hubiera oxígeno e hidrógeno, chispas eléctricas. Agua con partida de nacimiento científico, independiente del natural. (...) Podría acabarse el azúcar: lo que está siendo para nosotros. Mas la fórmula "C6H12O6" indica la forma de reproducirla artificialmente" (VMI, 68-69); "(Quién lo dijera! -pero de tal dicho al hecho de afirmar que se dan ondas electromagnéticas, que se las puede producir, que se las produjo y produce y que el lector se sirve de ellas en el televisor, telégrafo, télex... hay pocos pasos; unos matemáticos; otros, técnicos; algunos, comerciales y comercializados. De la definición aristotélica de luz, de su pretendida definición "esencial", nada real se sigue; y con ella, de guía, nada se puede producir: no se puede hacer luz" (INTRAFI, 138). 30 Cf. SVV, 43-44 y TELFLM, 87. 31 Cf. TELFLM, 91. En realidad, GB no aboga por la desaparición de la filosofía sino por su transfinitación mediante una estrecha colaboración entre científicos (especialmente físicos y matemáticos) y filósofos. Que esto es así lo demuestran sin más estas palabras del autor: "que la filosofía -profesión y vocación del Autor: tal vez su tema vital durante más de medio siglo, irremediable como tema e irremediable en cuanto a edaddeje de ser coto, dominio de propiedad privada de filósofos, y pase a ser dominio común de literatos, músicos, poetas, matemáticos, físicos y técnicos, quienes puedan ayudar a los filósofos de profesión y vocación a solventar -o cuando menos a plantear de manera nueva, a la altura de los tiempos- problemas, cuestiones, teorías filosóficas, sacándolas -cueste lo que costare de honra, de propiedad privada, de fama histórica- de la fase mágica: ideas, fórmulas, gestos mágicos, a la fase de palestra, campo de experimentación, mundo de aventura -malaventura o buenaventura. E inversamente: que la filosofía (de los temas de la obra) se aventure -valiente, decididamente, humildemente- a ser enseñada, refutada, reformada -o confirmada, (oh dichosa ventura!- por música, literatura, física, matemática, técnica" (DMT, 12). En función de dicha colaboración, GB considerará planteamiento "actual" de cualquier tema y problema aquel que se realice "desde el estado filosófico científico actual" (QD, 268). Tal colaboración no parece, sin embargo, cosa fácil ni exenta de riesgos a juzgar por lo sucedido a Sócrates y a tenor de las actitudes de los sabios actuales: "Por haber pasado Sócrates su vida poniendo a prueba de palabra -de "diálogo"- a políticos, poetas, sofistas, artesanos... murió a manos de la Justicia que dio la razón a políticos, poetas, sofistas y artesanos, resentidos de que Sócrates, hablando, dialogando con ellos, les demostrara que nada, en realidad de verdad, sabían de cuanto pretenciosamente decían y oficialmente profesaban saber y hacer. (...) )Que, tal vez, no es ya "necesario filosofar, ni necesario ponerse a prueba a sí mismo y a los demás"?, -a políticos, poetas, artesanos, sofistas... técnicos, tecnócratas, científicos y filósofos. )Que los "actuales" políticos, poetas, sabios, artesanos... técnicos, tecnócratas, filósofos... saben, en realidad de verdad, lo que públicamente dicen, y oficialmente profesan saber, hacer y ser? En tan bien aventurado caso y bienhadada coyuntura, Sócrates y Platón fueran, al dialogar con ellos, cual en los Diálogos, unos inoportunos, impertinentes e insolentes examinadores" (POC, I, 8-9). El caso, evidentemente, no parece ser ese; situación tanto más grave si se tiene en cuenta que en los tiempos actuales el filósofo no sólo está mal visto por ejercitar su función: demostrar la ignorancia de los demás, sino que se le exige no ser ni tan siquiera sabio en eso tan peculiarmente suyo que consiste en ser consciente de su propia ignorancia (cf. o.c. 10). Según GB, todos los intelectuales y científicos, y no sólo los filósofos deben perder "la vergüenza de filosofar", "de declarar las sugerencias, vislumbres, atisbos... filosóficos que en sus dominios les surgen" (PPPGN, I, 35). 32 Para diferentes tipos de transfinitación o "salida" de la finitud natural cf. vg. TI, 20-42. También, INTRAFI; TELFA; PPPGN I-II. 33 Cf. QD, 534; PPPGN, II, 407-414. 34 Cf. también PPPGN, II, 286-304. Sobre la transformación en lo artificial de materia en material y de forma en estructura ya se vio en un capítulo anterior. En esta nueva etapa GB profundiza distinguiendo: forma-estructura (fórmula)-superestructura; materiamaterial-soma/instrumentos (cf. FM, 209-212, 319-324). 35 Cf. QD, 391-393. 36 Así, por ejemplo, dice GB: "los inventos -creaciones, ocurrencias, atisbos, genialidades, ingeniosidades, trucos, mañas, artimañas; los utensilios, aparatos, instrumentos, enseres de toda clase: mentales, técnicos, políticos, lógicos, jurídicos, ontológicos, literarios, aritméticos" (INTRAFI, 154); "ese invento (...) que es la recolección, (...) siembra, rotación de cosechas, abonos" (TELFE, 47); "Del hombre en cuanto radiactivamente viviente, surgen inventos, ocurrencias, atisbos, gracias, chistes, trucos, mañas, evasivas, ingeniosidades...; no precisamente electrones, fotones... Y son inventos no solamente los predominantemente materiales: remo, cuchara, barca, trirreme, lanza... avión, radar, televisor..., sino los predominantemente mentales: cual lenguajes, literaturas, obras de arte, coordenadas, trucos de integración, chistes, gracias, donaires, ocurrencias en el trato social... atisbos científicos..." (VMI, 23). Cf. también VMI 39; INTRAFI 22; TELFD 51-52, 88. Adviértase, una vez más, que el término "mental" en GB debe interpretarse desde el "realismo integral e integérrimo", de modo que si lo mental es real debe poder ser medido, al menos en principio, en ergios o gramos. Por otra parte, en su conexión a sentidos, recuerda a la inteligencia sentiente zubiriana, como cuando dice: "Todo ello con ojos, oídos, lengua, no de gato, rucio, sino humanos, mentales: de mente embebida, intrinsecada en ojos, oídos (...). Mental no indica, pues, algo puramente imaginativo, intelectual" (SQM, 202). A los inventos que entran en la categoría de trucos, mañas, artimañas, ardides, estratagemas... denomina "tecnicalidades"; los hay de otras categorías: "sentimentalidades", "conversacionalidades"... (cf. FM, 556-558). Ver también QD, 385-386. 37 Cf. TELFLM, 22. También FM, 599. En TELFD también establece grados de superioridad entre inventos, aunque tomando como criterio el carácter mental y social de los mismos (cf. pp. 51-52). 38 Cf. TELFE, 49-50. También DMT, 78-79. Esta formulación no debe llevar a equívoco. A tal efecto, recuérdese lo dicho en otro capítulo sobre las condiciones que debe cumplir una realidad "hecha para servir para" de modo que resulte artificial de segundo grado en sentido estricto. 39 Cf. FM, 552-553. 40 Dice GB: "hay descubrimientos (inventos, hallazgos) de magnitud diferente. Los hay grandiosos, por primordiales, cual rueda, palanca, plomada, polea, resortes... brújula... conductores, condensadores, retroajustes (feedback)... Los hay grandiosos por complejos de estructura y sencillos de resultado -cual motores, avión, televisor, teléfono, telescopio, radar, calculadoras digitales, microscopios electrónicos... (...). Un gran invento resulta grandioso por beneficiarse de inventos previos haciendo de ellos "partes" del total" (TELFE, 52). Para tipos de inventos y hallazgos cf. vg. TELFD 51-54. También diferencia GB entre "hallazgo" y "hallazguillo"; "invento" e "inventillo"; "inventor" e "inventorcillo" (Cf. TELFE, 53-65). 41 Como se vio en su momento, de la finura del montaje o coajuste de "piezas" depende la eficacia del artefacto. Pues bien, "coajuste" en GB es término que remite al de Heráclito "armonía": "Heráclito -en conocido fragmento; mejor, íntegra sentencia- se refiere a la "multitensa armonía, cual la de la lira y del arco". (...). El coajuste -que eso significa "armonía", žµ: coajuste de piezas en carro, žµ, de piezas en mesa-" (PMNA, 128). Y en otro lugar: "lo que surge y procede de técnica, de artefacto, se integra por modo de coajuste (žµ), de armonía, cual la de la lira, como la del arco" (FM, 706). La transmutación de lo natural o "compuesto" de "partes" en "armonizado" de "piezas" o artefacto es una de las consecuencias del matricidio de lo natural por la técnica: "Lo compuesto se integra de partes, dando un todo (Óov), mientras que un armonizado se hace de piezas, dando por resultado un artefacto" (FM, 47). 42 En rigor, el término "instrumentario", tal como lo emplea GB, hace referencia a los "sirvientes" de tipo aparato, instrumento o instructo y enseres, frente al de "utillería": útiles, utensilios y trebejos (cf. FM, 105, 110). Nos permitimos, sin embargo, la licencia de utilizarlo para denominar con él al conjunto, que bien podría ser también llamado artificiario. Por otra parte, el término "instrumentario" en GB también aparece tintado de implicaciones epistemológicas muy significativas de su modo de entender la conexión teoría-praxis, que no deben ser pasadas por alto: ""Instrumentario" indica que todo problema tiene que llevar adjunta la indicación de qué enseres ha de servirse el "actual" filósofo-tecnarca para acometer la aventura que le enfrente al problema, preparado a la eventualidad de que el resultado sea "+, -, 0"; y preparado a que el resultado sea un simple dato. Por tanto, no responda con un "por qué" tal o cual"; y a esto lo califica de "empresa ontológica" (PPPGN, II, 316) 43 En TI se refiere a ellas como "cinco tipos de "sirvientes"", y dice: "Tres de ellos naturales, testimonios de la finitud del hombre. Guiados por definición y finitud. Y dos propios de transfinitud" (TI, 37). La caracterización que hace en esta obra de tales términos (cf. pp. 36-41) es literalmente la misma que hace en INTRAFI, y aunque ambas obras se publicaron en 1984, de INTRAFI consta que fue escrita en 1981 (cf. p. 65). Sobre esta clasificación, advierte GB que no es histórica, que hace violencia del significado habitual de los términos empleados, y que no implica imposibilidad de pasar de un tipo a otro de instrumento o que no puedan darse varios tipos simultáneamente en uno solo (cf. FM, 105106). En TELFD menciona el término "apero" (p. 87) junto con los de instrumento, aparato y enseres. También puede encontrarse la distinción entre instrumentos, aparatos y enseres en la traducción de las obras completas de Platón, de 1980, en el tomo I, pp. 70-71 y en el II, p. 377 (nota). 44 En ocasiones, GB no hace distinción entre útil y utensilio:"Tanto inventos cuanto hallazgos convienen en lo de ser "útiles", utensilios: servir para el hombre" ( ); "Para mayor comodidad del lenguaje llamemos a todos ellos -útiles... enseres- "sirvientes". Sirven al hombre. Le son útiles" (FM, 106). En otras, sin embargo, sí lo hace, lo cual conlleva el desplazamiento en el significado de las categorías de lo artificial, tal como se verá. 45 Recurre GB a la definición aristotélica de arte: "Ya Arissóteles definió "arte" por imitación de la naturaleza cuando está ya perfecta; cuando ésta no lo está, el arte inventa, "es", la manera de que llegue a su propia perfección. Si la cueva no está segura, cómoda... el arte inventa -o es la invención- de cabaña, choza... Si no hay fuego naturalmente producido, el arte inventa maneras de hacerlo por frotamiento, golpe de sílice-hierro-yesca, estopa...; si no puede cazar a mano, el arte inventa, es, arco, flecha...; si no puede comer, beber, guardar segura, cómodamente alimentos... inventa cacharros, fogón..." (INTRAFI, 125). 46 Entran en la categoría de aparatos "Arco-flechas-lanza, honda, remos, balsa, barca, palanca, cuña, torno, pala, pico, azada... todo ello -y muchos más que el lector, completándolo, añadirá-", pues "elevan la potencia de brazos, pies, manos; hacen que se extienda el alcance o radio de acción, naturalmente finito de ellos, en espacio, tiempo, fuerza... (...). Con el tiempo se añadirán galeras, carros, catapultas, lupas, anteojos, telescopios, barómetros, termómetros... y surgirán conjuntos de aparatos de labranza, pesca, construcción, taller. Son "aparatos" regla, compás, balanza, ábaco..." (INTRAFI, 126). 47 Sobre la concepción bacquiana de los sentidos científicos como "circuito externo", atendiendo a la sugerencia del biólogo R. Ruyer, cf. INTRAFI, 92. Los artefactos electrónicos merecen especial consideración para GB, pues entiende que por ellos el hombre se universaliza mejor que con otros como vg. el avión, haciéndolo además de forma no sólo concreta sino también técnica. Sobre esta cuestión cf. vg., TI, 67-74; DMT, 169170. GB emplea el término "integración" para la posibilidad de implantar en los sensorios humanos filogenéticos artefactos miniaturizados que transfiniten o "expandan" sus límites naturales (cf. DMT, 194). Esta "miniaturización progresiva, previa fase a prótesis intraorgánica" es una forma de morir el hombre a su cuerpo natural para vivir en nueva vida con nuevos espectáculos y dimensiones de lo real, y no se sabrán los límites de esta apertura de la "supermente reabsorbida en cuerpo básico" hasta poner a prueba sus posibilidades (cf. TELFA, 196-199). Se trata, en cualquier caso, de que mediante enseres físicos y mentales, en forma de prótesis intraorgánica o no, el hombre consiga que la base del universo se presente ante él de modo que cada cosa manifieste tanto su "qué es" como su "que es"; que las cosas naturales hagan acto nuevo (sobrenatural) de presencia y eficiencia ante y para un nuevo (sobrenatural) tipo de hombre: el "Tecnarca", sujeto de nuevos "sensibles e inteligibles"; "sentibles y pensables", como ya le sucede, por ejemplo, con la presentación de su cuerpo natural convertido en "cuerpo fenoérgico" mediante radiografía ("fenoérgico": hecho (ergo) aparecer (feno) por energías radiatorias o corpusculares (ergon)) (cf. PPPGN, II, 203-208; 243; 285, 323). 48 A pesar de lo afirmado, dentro de la categoría de "aparato" GB distingue, al menos, entre "actuales": televisor, teléfono, radar..., contadores, aceleradores..., y "fenomenológicos": termómetro, barómetro, balanza, cuña, rueda... (cf. VMI, 155). Considera que de estos últimos, que son "lugares apropiados para simples apariciones", debieran tomar modelo los fenomenólogos (cf. TELFLM, 83). Estos artefactos "fuerzan" a lo real a aparecer bajo ciertas condiciones impuestas por el sujeto (cf. TELFA, 114). En cualquier caso, "El instrumentario de tipo fenomenológico delata solamente lo que de apariencial ofrece, macroscópicamente presenta, el mundo profundo; lo que éste da a conocer a los sentidos vivientes y/o a los instrumentos sensibles a variables fenomenológicas (macroscópica y globalmente aparecientes en ellos)" (FM, 200). Matizando más, GB dirá que desde el Renacimiento hay artefactos que des-confunden lo real provocando una "purificación fenomenológica" o "fenomenología pura" ("devocional"), pero que a partir del siglo XIX los hay que des-funden, lo cual es una "purificación óntica" o "fenomenología energética" o "sacrificial", siendo ambos tipos de inventos los que hacen al hombre "actual" por serse y vivirse en ellos (cf. QD, 187-191). Sobre el significado y función peculiar del invento "pantalla", en cualquier orden, consiste en desconectar en un ente su verdad (patencia) de su realidad (entidad) en favor de la patencia de otra cosa (cf. FM, 306-307). La primera y gran pantalla auténtica, no metafórica, es para GB la base o fondo físico del universo (cf. FM, 460-461), de ahí que en su momento habláramos de "mundo" como gran simbólica cósmica. En cualquier caso, la intención de GB al emplear el término "aparato" parece clara: reservar dicho término para los inventos que, comparados con los "instrumentos", poseen un poder transfinitador inmediatamente inferior (pasividad) por su mayor implicación con lo natural (usos, estructura...). 49 Cf. tipos de aparatos así definidos en PPPGN, I, 17-19. 50 Toma GB la intención significativa del término de Jordan: "El afamado físico cuántico P. Jordan introdujo el término de (aparatos) "instruidos", que aquí, aprovechando el parentesco castellano verbal, se han denominado "instrumentos"" (INTRAFI, 127); "el primer calificativo pertenece a Jordan, el segundo al autor" (TELFE, 49). Cf. también, PPPGN I, 287, obra donde GB apela a Born para lo mismo (o.c. I, 19). 51 Respecto al tipo de artefactos que entran en tal categoría, dice GB: "Son, pues, "instrumentos" camión, auto, grúa, nevera, telescopios, teléfono, avión, tanque, barco de vela, de vapor, de propulsión eléctrica. Toda clase de máquinas, motores" (INTRAFI, 127). En PMNA, GB trata de lo que denomina "instrumentos poemático-musicales" y distingue tres tipos: "Instrumentos de Azar: dados, pluma", "Instrumentos de Voz: humana, demoníaca (celestial)" e "Instrumentos de Necesidad: Números, circunstancias" (Cf. o. c. 82-90). Pero también dice: "Ojos son órganos, instrumentos, astronómicos naturales. Y lo serán mientras una genética audaz y avanzada no modifique su constitución" (FM, 408). 52 El cuidado de GB por distinguir entre aparatos e instrumentos puede apreciarse incluso en sus traducciones de los clásicos. Así, en nota a la traducción de la obra platónica El Político, dice: ""instrumento de algo", Ñvov v. La palabra Ñvov no encierra tan sólo, como la nuestra de "instrumento", el componente de "aparato", sino el de aparato "activo" (Ñvov, §ov) o productor y está vinculado con potencia (vµ) como se dice a continuación en el texto, y no con "aparatos" o "enseres" que sólo "conservan" lo producido, -cual vasos. Igual sucede con la palabra "artesano"; no resuena al componente activo, µ-oÛ productor, de oÛ" (POC, II, 377). 53 En cuanto a los tipos concretos de artefactos pertenecientes a esta categoría: "Temperatura, presión, corriente, velocidad, radicación altura...- seipsirreajustados por termostatos, regulador centrífugo, piloto automático...- son artefactos a servicio directo inmediato del hombre en cuanto causa final. (...) artefactos que se reajustan ellos a sí mismos según el programa inscrito -escrito, impreso en cintas, tarjetas...- por el hombre y para el hombre, elevado a sí mismo a Gobernador" (INTRAFI, 128-129). Hay enseres materiales y mentales (cf. FM, 110). 54 El epíteto "cibernéticos" conviene a "enseres" por sus implicaciones novedosas para el problema de la causalidad, en contraste con los otros tipos de artificiales: "No hace falta recalcar en que utensilios, trebejos, aparatos e instrumentos han sido inventados por el hombre cual causa eficiente, y para el hombre cual causa final última. Pero tales medios eficientes (motores) y tales medios dirigibles exigen del hombre -así que aun de su inventor- gobernación constante: información y, según ella, reajuste de su eficiencia y de su dirigibilidad. Su causa eficiente final y última está aún dependiente -en favor de ella misma, sin duda- de sus propias creaturas. El hombre ha inventado "enseres", o sea: artefactos que se reajustan a sí mismos, empleando parte -la menor posible, cada vez menor- de sus eficiencias como dirigibilidades a los deseos, proyectos, programas, planes del hombre. Traduzcamos "feedback" por "seipsirreajuste"" (INTRAFI, 128). Cf. tipos de instrumentos "seipsirreguladores" en TELFA, 243-244, donde da una "formulación metafísica" de los mismos (cf. o.c. 244-245). Por lo dicho, los "enseres" hacen del Hombre "Ciberneta" o "Gobernador": "Restituyamos para ello a "gobernador" (gubernator) su parentesco verbal inmediato con "cybernétes" (griego)" (...). "Gobernador" es, pues, hombre en estado -dado a sí mismo, inventado por él, creado, surgido en él- de trans-finito. Trans, más allá, supercausa eficiente y final naturales. Por una presión de un botón, tecla..., por un simple gesto, hace que se haga luz (eléctrica), eche a andar un motor, se abra una puerta, se oriente un vehículo... El "Gobernador" -el Ciberneta- manda con un "fiat", con un "hágase", sobre un mundo real montado por él y para él; ajustado, reajustado y seipirreajustado para Gobernador. Algo superior y nuevo frente a "Creador" natural de naturaleza -aun de la suya inicial, filogenética" (INTRAFI, 128-129). Cf. también DMT, 75-76; FM, 106-111, 692695. "Ciberneta" es condición humana de tipo "técnico" (cf. TELFA, 249). En FM, GB considera los enseres como artefactos "de transmisión" (cf. FM, 458), lo cual nos lleva a la distinción entre "suavienseres" o "enseres-programa", términos con los que GB traduce "software", frente a "durienseres" o "hardware", que incluye "enseres-pragma", "enseres fenómeno" y "enseres cibernéticos" (cf. QD, 253; PPPGN, I, 287). 55 Reserva GB el término "fin" ("fines") para los naturales, y el de "meta" para los inventados o artificiales. Sobre este particular, así como para tipos de "metas", cf. vg. FM, 108. 56 En INTRAFI, además de los aparatos, instrumentos y enseres, entran en la categoría de "artefactos" también los trebejos (cf. o.c. 126-127). En cualquier caso, lo importante para GB es mostrar el creciente poder transfinitador de los artefactos y, por ello, de la historia en ellos fundada (cf. casos concretos en DMT, 172-175). Sobre tipos de "artefactos" físicos y mentales cf. FM, 109-110; QD, 204. Es de tener en cuenta también la siguiente apreciación histórica sobre "artefactos": "El tipo de artefactos -aparatos, instructos, enseres- se inaugura históricamente con aparatos que incluyen intrínsecos y eficientes los números enteros. Son la inventiva e industria humanas las que han intrinsecado los números enteros en material previamente natural -mas reformado, en cuanto a materia y forma, artificialmente" (FM, 126). La relación entre el nivel masivoenergético del universo, lo matemático y lo artefactual aparece expuesta gráficamente con gran claridad, mediante un esquema que GB denomina "PARTITURA de partituras", en FM, 127. 57 Justifica GB tal uso del término "enseres", diciendo: "Empleamos aquí la conexión verbal entre "en-seres" y "ser". "Ser" es el máximo universal" (FM, 106). 58 En PPPGN, afirma que con los aparatos el hombre resulta ciberneta y motor, y con los instrumentos sólo ciberneta (cf. o.c. I, 19). En esta obra, el término "enseres" incluye órganos, instrumentos y aparatos (cf. o.c. I, 17-19), distinguiendo, en rigor, entre "enseres-programa" ("enseres receta" y "enseres regla"); "enseres-pragma" ("instrumentos" y "aparatos"); "enseres fenómeno" ("enseres fenopáticos" o "faino-páticos": dejan aparecer en ellos algo, y "enseres faino-érgicos" o "fenoérgicos": hacen aparecer algo anulándose ellos); "enseres cibernéticos" (cf. o.c. 286-291). 59 Hay un tipo especial de conexión de ciertos artefactos con el fondo del universo que GB denomina "estar enchufado". Los artefactos pueden estar "enchufados" de dos modos: a la base probabilística del universo físico, o a la determinista, presentando una mayor dosis de conexión de su ser con uno u otro dominio. En la actualidad, según GB, predominan los artefactos conectados, en mayor o menor grado, al componente estadísticoprobabilístico del universo, pero sólo los científicos y técnicos saben aprovechar esta circunstancia, no así los usuarios cotidianos de esos inventos que acaban poniéndolos a servicio de sentidos naturales (cf. todo ello en FM, 470-471). Por otra parte, "Los instrumentos físicos sacan ya su realidad y su eficiencia de los elementos básicos del universo: bariones, mesones, leptones, protones, electrones, fotones, campos...; y sus formas resultan de coajuste de piezas, coajuste de piezas "inventadas". )No nos sorprende la disparidad de formas entre un televisor y una flor, entre televisor y ojos? Los instrumentos mentales (...) echan cada vez, cada fase histórica, más y más profundas raíces en la base del universo, a través de instrumentos físicos científicamente planeados y realizados. Nuevos sentidos" (QD, 204). Por estar "enchufada" al fondo del universo y permitir que éste aparezca a sentidos naturales de formas diversas mediante artefactos adecuados, GB afirma que la técnica actual "hace y no hace saltos" de tipo "multinivelar", y en ello consiste en cuanto tipo peculiar de técnica. Sobre esta cuestión fundamenta GB la afirmación según la cual el cuerpo natural no le es necesario a la mente humana, sino el que en cada momento se vaya dando por ciencia y técnica o "cuerpo planificado", en el cual la vida se viva en nuevas dimensiones de lo real a las que accederá incluso por miniaturización e implante de artefactos a modo de prótesis en él (cf. TELFA, 145-148, 214, 197-199). 60 Cf. también TELFA, 48; PMNA, 50-56, donde GB expone la función filosófica peculiar y aleccionadora de instrumentos "actuales" como el sismógrafo y el contador Geiger-Müller-Marsden. 61 Cf. FM, 466-467; QD, 212. 62 Cf. vg. FM, 706, QD, 233-234; PPPGN, II, 553. 63 Cf. PPPGN, I, 40. 64 Cf. DMT, 51. 65 Cf. DMT, 17. 66 Cf. DMT, 66; FM, 98, 535-536; QD, 534-535. Son "fórmulas", es decir, estructura relacionales, y no números, las que están intrinsecadas en lo real, y por eso funcionan con los instrumentos, fungiendo ambos de prismas actuales (cf. TELFA, 101104). Sobre el significado de "prisma" cf. o.c. 77 ss. 67 Cf. DMT, 96-98. 68 Cf. DMT, 103 69 Cf. DMT, 122-123. 70 Cf. TELFA, 25-30. Si bien la lengua natural, según GB, está, desde los griegos, por su tipo vital, a servicio principalmente de ojos, nuestro autor se plantea la posibilidad de ponerla a servicio de oídos, manos o corazón, con sus espectros correspondientes (cf. TELFA, 30-33). Así, las manos de la lengua son los instrumentos musicales (cf. TELFA, 35-40). 71 Cf. también PPPGN, II, 218. Distingue GB cuatro tipos de lenguajes: natural, natural artificializado, técnico-estático y técnico cinético y dinámico, con los cuales el hombre "habla de" la realidad de forma diversa (cf. FM 350-357). Adviérte además GB que en el dominio del lenguaje, como en todos los demás, "Lo artificial no hace la competencia a lo natural. Lo depone, transforma y transustancia" (PPPGN, I, 36). 72 Cf. lo dicho en QD, 87-88, 233-234, 503, 510-511. 73 Sobre esta cuestión cf. TELFA, 51-66; FM, 534. 74 Para mayores detalles sobre cada componente de empresa cf. DMT, 74-77. 75 La empresa de la técnica, según GB, consiste en "hacer posible, y real, lo imposible a la naturaleza", de ahí que la denomine "Metafísica de las metafísicas" (cf. DMT, 72-73). Sobre la empresa del hombre actual en general, GB considera que es tanto pública como privada, y en tono de sugerencia dice: "Que la mayoría de los hombres se comporte de pensamiento, palabra y obra como racionalmente animales, racionalmente religiosos, políticos, sociales, morales, técnicos, científicos... es la empresa -el ideal, norma y programa- definidora de Renacimiento e Ilustración. Fue empresa pública -Res publicaacometida y progresivamente cumplida. Mas no es res media, pues solamente tenía que vencer la natural proclividad y frecuente caída en el estado (Ar) de animalmente racional, animalmente religioso, moral, estético, social... de la mayoría de los hombres: gobernantes, súbditos; y contrarrestar la frecuentísima, por naturalísima, caída en el estado de hombre primitivo (Ap). "Medio" no tiene sentido ni conceptual ni real ni verbal sino respecto de dos extremos. Res nostra -nuestra empresa- es res media. (...). Los dos extremos tiran de nosotros. Hacia primitivismo (Ap), animalidad (Ar) e inoperante racionalidad (Ra); y hacia racionalización efectiva (Pr) y transfinitación de sí y del universo (Esp). (...). Norma de Pedagogía para nuestra época -1700-2000-, que coincidan Res publica-Res nostra-Res media. Si salimos de esa franja media "tendremos que explicar" lo pasado, presente y porvenir desde -20.000.000.000 hasta +20.000.000.000 de años; o bien desde -6.000 hasta +6.000. En lo primero está empeñada, urgida y ocupada la Cosmogonía y la Cosmología actuales. En lo segundo, lo está la Historia. De las tres somos parte pasiva y activa cada uno de nosotros" (TELFA, 271-273). Para una exposición detallada de cosmogonía, cosmología y escatología "actuales" cf. PPPGN, II, 439-540. 76 Cf. DMT, 80. 77 Cf. DMT, 124-126. 78 Merece la pena, para mostrar la deuda de GB con Marx, traer in extenso el texto donde lo cita y lo remeda: ""La ciencia, que es tarea universal, puede realizarla un individuo suelto; y son siempre los individuos sueltos quienes la hacen. Empero tal realización no será real y verdaderamente universal sino cuando deje de ser asunto de individuos, y lo sea de sociedad. Al serlo de la sociedad, cambia la ciencia no sólo de forma sino de contenido". La ciencia físico-matemática técnica e instrumental nuclear (actual) la han realizado, y pueden aún realizarla, individuos sueltos: Rutherford... Fermi...; y son siempre individuos sueltos quienes la hacen, o laboratorios sueltos de empresas sueltas... Empero tal realización no será real y verdaderamente universal sino cuando deje de ser asunto de sueltos, de individuos que sean ya triplemente acordes de "pensamiento-palabra y obra" de lo nuclear; y lo sean ya de una sociedad cuyos miembros sean, por mayoría predominante y triplemente, acordes de lo nuclear del universo y de ellos mismos. Al estar siéndose así, el hibridismo mayoritario humano (contemporáneo, no coetáneo con los triplemente acordes) cambiarán tales forma y contenido de todo: ciencia, técnica, filosofía, teología, economía, sociología, arte... Los "de pensamiento-palabra" naturales, mas "de obra" nuclear, se cambiarán en los de "pensamiento-palabra-obra" nucleares, es decir: en universal. "Altavoces", todos en Sociedad, de la base fondo del universo" (TELFA, 50-51). Sobre la "universalización del hombre", pueden consultarse algunos ejemplos de lo dicho en PPPMM, 50. 79 Cf. TELFLM, 68-69. Motivos (para qué, causa final o componente volicional) y razones (por qué o componente racional). Los motivos, en cuanto causas finales deben estar guiados por Ideas, es decir, por fines-guía a modo de etapas, nunca de meta definitiva (cf. SQM, 46 ss, 69). 80 Sobre los tipos de verdad-falsedad cf. PPPGN, I, 291-297. 81 Cf. todo ello en PPPGN, I, 332-336. Esta oposición básica entre técnica artesanal-artística y técnica tecnológica es el resultado de un proceso histórico del que GB, como ya se ha mostrado largamente en este estudio, da cuenta a lo largo de su trayectoria filosófica. Sobre este particular, cabe señalar que en la etapa que ahora nos ocupa el autor navarro parece encontrar en la exposición cuantitativa y gráfica que hace McHale de dicho proceso-progreso la confirmación de sus propias posiciones, llegando a ensayar una aproximación entre las categorías de ambas concepciones (cf. PPPGN, I, 337-342). 82 Sobre la conexión entre la técnica y diferentes ciencias: matemáticas, lógica, física, biología, y su transformación en tecnología, cf. PPPGN, I, 354-585. 83 Para mayor detalle sobre la correlación entre tipos de artefactos y de hombre, cf. PPPGN, I, 340. Los artefactos propios de cada tipo humano deben entenderse desde la definición que de ellos hace en la citada obra (cf. pp. 286-291). En cuanto al "tecnita" como "hombre adventurero", cf. PPPGN, II, 219-220. Lo denomina así por su condición de hombre con advenimiento probable o "adventuro", es decir: con "futuro aventurado, osea con resultado positivo (éxito), negativo (fracaso) o nulo" (PPPGN, II, 316). 84 Cf. PPPGN, I, 341-342. 85 Cf. lo dicho en TELFA, 122-124. Advierte que dicha tipología "encaja, recortada, dentro del marco de "ejercicio"", pero que "Pudiera completársela señalando los tipos de matemática empleados, inscritos, en tales instrumentos o técnicas" (o.c. 124). Lo dicho por GB es secuela del proceso de formalización de la vida mental que observa así como del correspondiente aumento en el grado de operacionalidad de cada tipo de técnica (cf. cap. 3 del presente trabajo). Un lugar en que GB es explícito en lo tocante a la relación formalismo-operacionalismo (técnica) en la etapa que ahora nos ocupa es QD, p. 528, mediante el ejemplo de la recta-regla-regla de cálculo. 86 Para mayores precisiones sobre esta cuestión cf. TELFA, 124-136. A la "Totalidad", denomina GB "tercer categorial" (cf. FM, 658-697). 87 PPPMM, es la obra en que GB trata de forma específica el caso del término "marxismo" (cf o.c. p. 15-16). Para otros ejemplos, cf. o.c. 14-15. Por su parte, PPPGN no es sino la mostración en profundidad de la idea de que la historia enseña "el cambio del significado de los nombres" (PPPMM, 13). En cuanto al término "historicismo", GB lo usa como equivalente a "discontinuidad histórica", siendo éste el problema a evitar cuando se estudia el cambio de lo real (cf. PPPMM, 16). 88 Cf. PPPMM, 55-56. 89 Sobre los tipos de tiempo, cf. especialmente PPPGN, I, 301-326. 90 Esto sucede tanto con los inventos materiales como con los mentales: "aparecida "barca" pasa a obsoleta -o a constituirse la estela de barca -la balsa; irrumpida galera, pasan a obsoletas, a estela de ella, barcas, balsas, almadías...; estrenado buque de hélice, pasan a su estela... Aparecido /2, los números enteros naturales pasan a "racionales"; irrumpido /-1, pasan a su estela los racionales, algebraicos... por ser simplemente "reales"... tal sería la "historia" de la ciencia de Número" (TELFD, 97-98). Para mayores finuras terminológicas y teóricas sobre la decadencia de los inventos en obsoletos cf. FM, 559 ss. También cabe señalar la clasificación que de los inventos hace GB, en función del tiempo, en "simultáneos" o "contemporáneos" y "coetáneos", a la vez que afirma que en lo "obsoleto" el hombre actual se vive como "turista" (cf. FM, 318-319, 585). 91 Dice GB: "por una ocurrencia, el Hombre técnico fabrica centrales de energía atómica y reactores capaces de mover submarinos, trasatlánticos, hasta cohetes... y producir nuevos cuerpos de radiactividad ensillada, o dominada, en favor de la salud. Casos de transfinitadores, por la potencia motora de las explosiones atómicas; casos de, simultáneos o coordinados, refrenadores que dominan, ensillan, la potencia motora de los transfinitadores para que no revienten y contaminen con sus radiaciones el mundo humano, reformación del natural. (...). Lo que hacen las paredes de cemento respecto de las radiaciones y reacciones atómicas, lo que hacen las paredes metálicas respecto de la fuerza explosiva de la gasolina en motor -en cualquier automóvil, avión...-, eso mismo, en su orden y a su manera, hacen los refrenadores en el hombre. (...). Pero en un automóvil, camión, avión... los frenos, y más los de potencia, son una pieza secundaria, a usar sólo en caso de necesidad; son las explosiones del motor las que producen movimientos, progresivos, hacia la meta o finalidades del Hombre" (SVV, 51-54). Cf. también VMI, 135; FM, 401-404. 92 Cf. QD, 92-93, 101-102. 93 Distinción que GB toma de Marx, y sobre la que ya se ha comentado suficientemente en este estudio. Para ver dicha idea durante esta última etapa cf. INTRAFI, 28 ss. 94 Es frecuente durante esta etapa la recurrencia de GB a McHale y Ramsauer, especialmente a sus cuadros-gráficos, para mostrar el crecimiento acelerado del número de inventos y el desarrollo técnico de la humanidad en los últimos siglos, así como los distintos estadios de la técnica (cf. vg. INTRAFI; PMNA; TELFA; TI; DMT; TELFE; FM; PPPGN). Una de las peculiaridades que presentan la obras correspondientes a la etapa final del pensamiento bacquiano es el aumento del empleo de expresiones formulares de tipo lógico-matemático para traducir proposiciones del lenguaje natural, así como el uso de gráficos y tablas, los cuales, dice, poseen un valor "cuantitativo-cualitativo, incitante también y sugerente" (DMT, 11). Cabe señalar, por su audacia y novedad, el análisis que hace nuestro autor del Quijote cervantino por este método en SQM, obra donde GB desea "presentar el Quijote a la altura de la ciencia y técnica actuales" (o.c. 25). Esta peculiaridad se explica, a nuestro juicio, por un intento del autor de actualizar el filosofar mediante su formalización matemática y, por ello, aumentar su operacionalidad. En este sentido debe interpretarse lo que afirma cuando dice: "los gráficos son un lenguaje actual que habla a los ojos sin pasar por las orejas y sin someterse a la sintaxis o gramática de lenguas naturales, mire el Lector el gráfico adjunto, sin hablarlo con sustantivos, adjetivos, adverbios, verbos..., sin hacer caso a Wittgenstein o a filósofos analíticos, que de lenguaje gráfico no se preocupan -)o lo ignoran por ignorarlo?" (TELFLM, 14). Y en otro lugar, en referencia a los "lenguajes especiales: algebraico, geométrico, esquemático, figural...", dice: "Todos ellos presuponen o exigen tratarse con los objetos (números, figuras... coordenadas, fórmulas...)" (FM, 15). Cf. también PPPGN, I, 35-37. En definitiva, exigencia de "actualización" científico-técnica, de formalismo y operacionalidad, también para la filosofía y el filosofar. 95 El término "estela" en GB, además del matiz histórico aquí resaltado, posee también conexo otro social: "Retrospectivamente todos esos inventos, originalidades, hacen estela; pasan a ser haber, herencia, recursos de la humanidad. Adoptan racionalidad retrospectiva, frente a racionalidad prospectiva y retrospectiva de la física, o de las creencias y verdades" (PPPMM, 59). 96 Tales son las fórmulas que emplea GB en FM (cf. pp. 37-41) para referirse a lo que en la etapa anterior denominaba historia en estado "histórico" e historia en estado "prehistórico", respectivamente. También emplea la expresión de "historia ontológica" para designar el cambio (reabsorción) que se produce en una realidad artificial de su cuerpo a soma y de alma a estructura, mediante otros inventos (cf. FM, 311-312). 97 Véanse ejemplos de lo dicho en TI, 85-86; SQM, 57. 98 La relación aparece clara al citar GB los Manuscritos económico-filosóficos, de Marx (cf PPPMM, 19-20). 99 Esto resulta claro cuando dice: "Todo punto de partida está, por definición, condenado a ser pasado; a quedar atrás, superado por el desarrollo, por el resultado final sobre todo (...). Todo inicio tiene que pasar a prehistoria, a paleografía y paleontología. No se aniquila; entra en museo, si se admite la comparación. Así que tanto el inicio de la fenomenología de Hegel como la de Marx pertenecen al pasado. (...). Lo natural está presente; mas no hace acto de presencia. (...). Sólo los inventos (...) hacen acto de presencia. (...). )Cuáles son, pues, los inventos que hacen acto de presencia, que irrumpen y rompen lo natural -punto de punto primero; y que, punto segundo, transcienden, impelen más allá de la rotura inicial entre natural y artificial y, punto tercero, van más allá aún que la bifurcación entre fenomenología natural (Hegel) y fenomenología laboral (Marx)?" (PPPMM, 24-25). 100 Afirma GB: "estamos inmersos en, empapados de, impregnados por un campo de fuerza universal, lo que constituye "la coyuntura más crítica en la historia íntegra de los asuntos humanos". )Cuál es, pues, la Fuerza de la que son manifestaciones parciales, aunque componentes de ella, la fuerza gravitatoria, universal; la electromagnética, universal; la nucleónica, universal más íntima que ninguna, pues su campo está en el núcleo mismo de todos los elementos del universo, de todos y de cada uno?" (DMT, 199). La respuesta a esta cuestión la ensaya GB en el epígrafe "Fin", de la citada obra. Por otra parte, el crecimiento exponencial de lo artificial, frente a lo natural, es indetenible, según GB (y en esto sigue a Born), en virtud de su ley matemática rectora y de que toda detención requiere de frenos adecuados. Este proceso, a su vez, está posibilitado por el hecho (actualmente descubierto) de que la base del universo es "explosiva" (creadora), y de que el hombre es manantial de invenciones ("radioantropología") que activa y acelera el proceso explosivo físico o creador del universo (hombre como condensador de probabilidades). Según GB, esto sucede especialmente con el hombre occidental quien, frente al contemplativo oriental, prefiere vivir en el riesgo de la aventura, la cual desde el Renacimiento toma forma científico-técnica (cf DMT, 175-199, 206). A todo ello se refiere GB en TELFA (cf. pp. 245-251) con la expresión "hombre como material explotado". 101 Cf. todo lo dicho en TI, 72-87. Veáse también PPPGN, I, 343-354, donde trata el tema bajo el epígrafe titulado: "Categorías temporales filosóficas hechas "nuestras" por técnica"; y son: Instante, Ahora, Momento; Simultáneamente; Actual y Uniformidadaceleración. 102 En VMI, GB distingue tres potencias de transfinitud: "primera" o estática, cual la de los números cantorianos; "segunda" o dinámica, cual la de la vida en su estado actual y, por lo tanto, también la del tipo de inventos creados por ella para desencerrarse; la "tercera", alcanzable al morir al cuerpo macroscópico y propia también de los inventos y artefactos que la vida cree en tal estado, y de cuyo carácter ya nos hacen un adelanto algunos artefactos actuales creados durante la presente (cf. todo ello en VMI, 153-156). 103 Cf. DMT, 201-203. 104 Cf. DMT, 204-205. 105 Considera GB que "antes de que la Tierra se vuelva inhabitable; probablemente mucho antes hayan inventado los hombres procedimientos para irse a vivir a otro planeta o estrella" (SVV, 84). 106 Cf. DMT, 207-211. 107 Cf. todo ello en TI, 69-73. Encuentra GB al menos seis tipos de "angustia", causadas por otras tantas clases de límites, a las que corresponden otros tantos tipos de inventos como forma de desencierro: psicofísica (ahogamiento en filogenia y umbrales sensoriales); psicológica (angustia por el encierro en geometría y aritmética naturales); física (notarse encerrado por los utensilios, trebejos y aparatos); lógica (proveniente de la lengua materna sentida como límite); ontológica (la sentida por la propia finitud en trance de desdefinición ante un indefinido); metafísica (sentir la propia finitud acosada por un infinito dinámico) (cf. todo ello en TI, 62-67). Respecto de la angustia provocada por el encierro en trebejos, utensilios y aparatos, dice GB: "En caso de haber encajado ellos tan perfecta, natural, sentible y sentidamente cual los órganos naturales, no le acudiera al hombre inventar instrumentos y enseres que son la negación positiva, original, eficiente de utensilios, trebejos, aparatos y de sentidos naturales" (TI, 63). Sobre la mayor capacidad universalizadora, transfinitadora y liberadora de los inventos y técnica basados en el electromagnetismo, respecto de otros y, por tanto, de su superior poder generador de historia, cf. DMT, 168-175. En los artefactos electrónicos la vida se vive más íntimamente y en proximidad al estrato básico del universo (cf. VMI, 155). 108 Sobre esta cuestión cf. principalmente TELFA, 148 ss; DMT, 168 ss; FM, 466468; PPPGN, II, 193-198, 316 ss. 109 Cf. tales términos e ideas en TELFLM, 53, 27-28, 71, 74, 94; SQM, 70, 264. El fondo alquímico del filosofar bacquiano queda especialmente al descubierto en la estructura del método dialéctico que defiende (cf. TELFD, 7-8). En cualquier caso, lo importante para GB es que el hombre ponga todo lo natural en "estado transnatural", y a esto llama "grandeza" (cf. FM, 169). 110 Respecto del significado de "esencia", dice GB: "Empleemos la palabra enconceptuada "esencia" para designar el conjunto o tejido de condiciones necesarias para que algo sea lo que es. Lo demás que en él se hallare serán accidentes, cual, v.gr. 60 kg de peso, 1,65 m de altura, respecto del "animal racional" que es esencia del hombre, según la conceptuación clásica. Mas aquí se contrapone "esencia" cual conjunto de condiciones necesarias al conjunto de suficientes, es decir; condiciones de libertad frente a necesidad" (VMI, 51). En este sentido, las leyes físico-matemáticas del universo actúan como esencia de lo real: "las leyes matemático-lógicas del universo imponen un determinismo absoluto "estructural"; pero, ellas mismas, dejan campo libre extensionalmente" (PMNA, 119). Junto con ellas se encuentran formando la "esencia" de lo real los elementos básicos del universo físico: protones... (cf. PMNA, 113-132; QD, 27 ss). 111 Cf. INTRAFI, 19-21. Desde esta perspectiva, dice GB que ""Renacimiento" se caracteriza por a) ampliación de los sentidos naturales, por des-definirlos (...); b) por el creciente número de hombres inventores: por ampliación de la mente natural, por desdefinir sus naturales conceptos, teorías naturales sobre ellos (...) c) por la ampliación del número y eficacia de aparatos, a servicio del hombre: de sus sentidos naturales y de su mente natural (...). Triple, conexa, transfinitud" (DMT, 198). 112 Cf. FM, 101. 113 Cf. TELFA, 92-103. Presentar lo real físico: radiaciones, longitudes de onda... bajo forma de "globales" típicos (colores, sonidos, sensaciones...) es invento, creación, de la vida (cf. vg. FM, 243). A esta forma de percepción denomina GB "macroscópica": "la vida natural sensible vive, y se vive, global, simplificadamente la base de su realidad. (...). Empleemos para designar estos caracteres de la percepción sensible la palabra "macro". La vida sensible con sus sentidos naturales y con los artificiales (utensilios, trebejos, aparatos; prolongación de ella) se vive macroscópicamente en mundo macroscópicamente presente. Y el mundo real de verdad está reducido por ella a globales, simplificados típicos que delatan la originalidad de la vida" (TI, 47-48) 114 En base a lo dicho, afirma GB: "Entre hombre vidente... y físico servido de microscopios, telescopios, espectrómetro, contadores Geiger, cámara de Millikan... hay diferencia transcendente. Cual entre natural e invento, natural y artificial" (FM, 673). 115 Cf. TELFA, 114 y 117-120. 116 Frente a ellos se encuentran los "instrumentos transformadores" o "fenoérgicos", y los "enseres explodientes, exploradores y aprovechadores del núcleo masivo-energético del universo" (cf. FM, 535). 117 Cf. vg. VMI, 32-33, 76; PMNA, 53-54. 118 Para mayor concreción y ejemplos sobre formas de salir la mente y sentidos naturales de la encerrona fisiológica mediante artefactos cf. vg. TI, 25; VMI, 142-143; INTRAFI 75-94; FM, 168. 119 La teoría de los umbrales fisiológicos de Fechner-Weber, de la que se sirve frecuentemente GB, puede encontrarse expuesta con especial complección y claridad en TELFA, 82 ss. 120 Cf. vg. TI, 51-52; TELFLM, 83-86, 122-123; TELFA, 86-87, 142, 204-205. La "inscripción" de las leyes físico-matemáticas en la base física del universo, su intrinsecación y eficiencia, es lo que hace "perennemente posible" y "continuamente disponible" el surgimiento de realidades y acontecimientos en él. Como consecuencia del realismo integral e integérrimo, tales sucesos, incluido el mundo artificial, no pueden escapar a dichas leyes, siendo tal sujeción forzosa lo que los hace reales y eficaces (cf. FM, 200; TELFA, 205-206, 188-193). 121 Cf. VMI, 50; 142-144. Frente a la sensorial, la realidad física, que GB define como bloque de masa-energía en movimiento, es para nuestro autor la verdadera realidad o, como se dirá, lo divino del universo: "el concreto supremo; eficiente su contenido (físicomatemático) sobre su extensión (físico-matemática)" (cf. TELFA, 86-87; 188-189). 122 GB decide servirse del término "médium", más provocador y ajustado a sus intenciones que el de "altavoz", para designar la función del "hombre a la altura y a tono con la ciencia y técnica actuales", a pesar (o quizá por ello) de ser consciente de su escaso prestigio (cf. FM, 17). Los médiums de que habla GB dan "informes", no "mensajes" (cf. 471-472). Físicos, matemáticos, poetas, músicos... son médiums entre lo profundo del universo y el viviente humano "actual" (cf FM, 17, 234-235). Sobre la relación entre técnica y hombre desde esta perspectiva resulta elocuente GB cuando dice: "todo médium instrumental o humano- es lugar adecuado para que se ostente y muestre su potencia la base del universo según ecuaciones parciales, al modo que un termómetro es médium para que en él se delate eficazmente -subida o bajada de la columna de mercurio- el grado de temperatura del universo. Tanto termómetro, barómetro, balanza, cámara Millikan, interferómetro de Michelson... vienen a la realidad por la inventiva del hombre, y no es posible surjan por evolución natural (...). Aquí la manifestación de una característica del universo depende de un previo: de la inventiva del hombre. Esta no puja o empuja a lo real del universo -componentes masivo-energéticos y sus leyes matemáticas intrínsecas y eficientes- sino, al revés, es el universo el que puja en tales inventos y los empuja; y lo manifestado en ellos es efecto real de tales pujos y empujes" (FM, 137). En definitiva, dos tipos de "médiums": los médiums instrumentales o humanales" (FM, 200). Todo médium (humano o instrumental) está "enchufado" al universo, aunque actúa como aislante que interfiere con el fondo real, y así lo veríamos de existir un "supermicroscopio" o "superradiografía" adecuados. A esto denomina nuestro autor "integralidad" (cf. FM, 324325). En definitiva: "Entendamos, pues, por médium una realidad, un ente, que además de ser- por condición necesaria, previa y concomitante- término medio, intermediario e intérprete, sea, característicamente, órgano de realce (Auf-hebung) de lo transmitido por término medio, intermediario e intérprete. Lo transmitido, lo intermediado, lo interpretado hace -sea dicho con ayuda de algo actual: de pantalla de cinema- de lugar apropiado de aparición de algo original, indeducible, in-precalculable, in-previsible, in-preaudible por la pantalla: inmoble ésta, lisa, invisible, inaudible durante su funcionamiento y para su funcionamiento" (FM, 460). Sobre las condiciones a cumplir por una realidad para ser "médium", cf. FM, 457 y ss. En cualquier caso, lo que algo es (su "esencia") y lo que está siendo para nosotros, por muy diversos que sean, se complementan, y conocer, según GB, no es otra cosa que la acción de un "Quién" depuesto a médium del "qué es" o, por la inversa, un "qué es" irrumpiendo por un "Quién" (cf. QD, 344-345). El hombre actual (híbrido de singular y persona) es médium no de un dios transcendente al universo, sino de lo divino de éste, de su poder (cf. QD, 513). 123 Para mayor detalle cf. v.g. VMI, 50-51, 73-75. Sobre si primero es el trato implícito o explícito, GB habla de "doble proceso" que, al apostre, tiene el mismo resultado. Con ello parece aliviar, o quizá superar por "sobreseimiento", la tensión generada desde bien temprano en su teoría por esta distinción. 124 Cf. vg. VMI, 35-37, 74, 118-119; FM, 473-477. De los técnicos, como vimos en otro lugar, decía GB que son "ontólogos practicantes", frente a los demás que son "ontólogos especulativos". En consonancia con lo anterior, de la técnica actual afirma que resulta "ontología real de verdad" (ET, 104), siendo su empresa "divina" por consistir en la "progresiva epifanía o revelación de la constitución "divina" de las realidades básicas" (o.c. 68). Pues bien, que el físico y el técnico son "ontólogos practicantes" significa, atendiendo a la distinción que GB trae en FM, que además de "tratar de" lo real (ontología), se "tratan con" ello (óntica), no cayendo en mera palabrería (cf. FM, 15). De otro modo: físicos y técnicos "actuales" "definen" lo real. En FM afirma que, además de los físicos y los técnicos actuales, también los músicos actuales son médiums de lo profundo del universo (cf. FM, 254, 265 y, extensamente, cap. VIII). GB considera ahora a Whitehead el "único físico matemático-lógico, filosofante a la altura de ciencia y técnica actuales" (TELFA, 88). 125 Sobre la implicación de ciencia y técnica postrenacentistas en el descubrimiento de la existencia de alucinaciones, y la complicación del tema por la existencia actualmente de sentidos artificiales, y no sólo naturales, cf. SQM, 214-221. 126 "Los tipos de cronómetros son instrumentos ontológicos que han hecho (óntos) y declaran (lógos) en números encintados la eternidad misma de lo real, o la necesidad en cuanto misma. (...). Todas las fórmulas en que la variable t se presente en potencia par (...), además de ser leyes reales del universo, declaran y son "altavoces" en que las diferencias o cambios de tiempo y según pasado y futuro (+t, -t) no tienen realidad ni efectos físicos. Y los instrumentos físicos que se rigen de hecho (ónto) por tal independencia frente a pasado y futuro, y que la dicen (lógos) en medidas (v.g.r. de segundos, milésimas, millonésimas de seg., horas, días, años, siglos) muestran la mismidad de la ley frente a tales cambios. Es decir: muestran que su eternidad es misma; que tiene sentido real, comprobable por el funcionamiento de sentidos adecuados, la frase: "duración absoluta": la misma duración" (VMI, 38-39). Otros ejemplos de instrumentos ontológicos, según GB, son los dados (cf. VMI, 82; FM, 309), el altavoz, el contador Geiger, la calculadora, y todo en lenguaje sobrenatural (matemático) (cf. TELFM 101-102). En relación con lo anterior, es interesante notar que GB considera la muerte macroscópica como un acontecimiento de ontofenomenología; como el ingreso en un estado prístino del conocimiento y de las potencias cognoscitivas: "La muerte a todo lo aparencial, a lo vegetativo y sensitivo, es justamente apertura a lo esencial puro, limpio, paradisíaco. Y verlo a una luz que es luz pura, desdefinidora y desdefinitante (...). Modulando la sentencia de Leibniz diríamos a propósito: "la muerte es un acontecimiento de fenomenología pura, de ontofenomenología, que le adviene a un alma que, entonces justamente, está viendo y sabiendo que está siendo y haciendo ontofenomenología pura". Por la muerte así entendida, )y sida?, el hombre queda en estado de inocencia superior al tradicional Paraíso, colocado en Mesopotamia. (...). La inocencia óntica y ontológica se adquiere por la muerte al cuerpo. Y goza de ella el soma y el alma ensomatizada" (VMI, 96-97). Ahora bien, dado lo novedoso de esta experiencia, dice GB: "Cuál sea el matiz original de tal "transvisión", "visión beatífica", es punto incomprensible, inimaginable, invivible por alma metida aún en cuerpo macroscópico -en ojos, oídos... filogenéticos" (VMI, 129). En cualquier caso, GB considera que tal visión lo será de la infinidad (cf. TELFM, 37), y que en ningún caso tal visión de vida eterna será a modo de "pasmo" sin fin, fundamentando tal afirmación en las leyes que rigen el universo y lo que los artefactos actuales inventados por "plusultramente humana con manos de "técnica"" y "enchufados" al fondo físico del universo muestran con y por su funcionamiento exitoso (cf. TELFA, 207-218). 127 Sobre esta cuestión cf. también v.g. VMI, 25-26, 32-33. 128 Como se vio en otro capítulo, los hombres actuales nos encontramos habitando ya en lo artificial, para bien o para mal, necesariamente y sin posibilidad de evitarlo. Por ello dirá GB: "En una ciudad actual no se puede ir ni en carreta de bueyes ni a caballo ni en diligencia ni en carroza real; se tiene que ir -y se debe ir según las leyes de tránsito urbanoen automóvil o motocicleta, para casi todos los menesteres de la vida privada y pública. Ir a pie se guarda para pasear y en lugares destinados, por excepción, para ello. A resguardo del tráfico urbano, de sus negocios y oficios, de los que, con todo, vivimos y somos ciudadanos. Sea dicho sin más valor que el sugerente: en la ciudad científico-técnica en la que todos vivimos a gusto o a disgusto y de cuyos enseres nos servimos hábil y fructuosamente o inhábil e infructuosamente" (FM, 653). 129 Para el desarrollo argumentado de las tres afirmaciones, cf. TELFA, 221ss. 130 Cf. QD, 203-204. En PPPGN, como se verá, GB pone cuatro estados al distinguir entre "Sociedad" y "Asociación". 131 En tono hegeliano, dice GB que el trabajo del siervo está alienado, pues si bien por él reforma la materia, sin embargo el producto lo goza el señor, resultando la causalidad escindida en dos sujetos: el señor o causa final y el siervo o causa eficiente; escisión violenta tanto ontológica como socialmente (cf. PPPMM, 17-18). Sobre la ley ontológica de creación en esta etapa, cf. vg. SQM, 377; FM, 465, 521; QD, 212. La "economía social" propuesta por GB respeta dicha ley, pues permite que los inventos, entre los que se encuentran los instrumentos de producción, sean de "Humanidad", de modo que dicho modelo económico resulta más humano, por benévolo, que el capitalista (cf. TELFE, 8589). 132 Cf. PPPMM, 30-31, 68-69. 133 Argumentar y vertebrar su propuesta económico-social de corte heuretocrático es el objetivo de TELFD. 134 Una vez más habría que echar mano aquí de la distinción que hace GB entre valor y precio del trabajo (cf. vg. SVV, 24; TELFD, 65-91). Respecto del dinero, dice GB: "dinero no es cosa alguna determinada y definible por sí, cual diamante, agua, sol... es un estado de los bienes. Es el estado "líquido" de ellos. (...). Dinero, o sea: bien en estado de líquido ideal hace de "límite" de esos pasos graduales de riqueza, mercancía, moneda. Y si al lector le place, podríase decir: Dinero es bien en estado gaseoso. Bien evaporable y evaporado. Y no fuera íntegramente metáfora; sino frecuentemente experimentada padecida o gozada- contingencia" (TELFE, 62-63). Y así, "Llegaría un bien al estado de líquido ideal -de gas ideal- cuando su base de realidad fuera mínima o casi cero. Su valor de uso fuera nulo. El de cambio, máximo" (TELFE, 64). 135 Cf. argumentación en TELFD, 86-91. La fuerza es criterio divisor del trabajo propio de hombres naturales próximos a la animalidad, en cambio la invención de distinguirse los hombres en profesiones, funciones... (división social del trabajo) "es un invento: algo nuevo y original del hombre en cuanto superior al animal: superior a sí mismo en cuanto animal (racional) o animalmente racional", y de tales distinciones nace, según GB, la "dignidad" o invento de hacer cada cual su quehacer sin meterse en el del otro (cf. TELFD, 48-51). Mantiene GB en esta etapa las categorías históricas de tarea, faena y hazaña (cf. SQM, 250, 259; también PPPGN, II, 560-659). Los usuarios son considerados por GB como inventores de segunda categoría pues participan de la cualidad de creadores al inventar el uso del artefacto, pero no son los verdaderos adelantados del poder transfinitador, de ahí que diga: "Cada vez, casi cada año, crece la mayoría de hombres que de "obra" enchufan su vida cotidiana directamente en el estrato nuclear, al usar teléfono, televisor, corriente eléctrica, motores eléctricos...; mas "de pensamiento y palabra" viven insertados en lo natural precientífico y pretécnico" (TELFA, 48-49). 136 Para mayores detalles sobre su estructura y objetivos, cf. TELFE, 75-83. Puede verse resumidamente en o.c. 84-85 y 105. Encuentra GB tres "modelos" económicos, unidos retrospectivamente por "estela", pero en virtud de la estructura de la historia ni el comunismo ni el humanismo positivo garantizan la imposibilidad de reversión al capitalismo (cf. TELFE, 94, 98, 101; PPPMM, 64). El comunismo es comparado por GB a la telegrafía sin hilos, en electromagnetismo, y a la bomba y reactor atómico, en técnica atomística (cf. PPPMM, 52), mientras que del humanismo positivo poco o nada puede adelantar en virtud de su carácter novedoso, imprevisible (cf. o.c., 55 ss). 137 Cf. TELFE, 106. 138 Con los signos Mr y Va, GB designa los inventos con motor de explosión regulada y cibernéticos, respectivamente; con -mr y -va, artefactos con explosiones irregulables y de pilotos trabajadores (cf. TELFD, 99). 139 Cf. TELFE, 48-57; 54-65. 140 Cf. PPPMM, 61-63. 141 Para nuestro autor, la inventiva en cualquier campo, incluido el de la técnica, es una calidad regida por leyes probabilísticas (cf. vg. SVV, 44-46; 75). 142 El "Ingeniero" ocupa para GB rango superior, pues a la rutina de la "profesión" une la "vocación" inventora: ""Profesión: Conjunto de medios para dar al contenido de la vocación realidad en el mundo externo. Medios con actuación y eficacia casi mecánica. (...) vocación (...) no cae en rutina" (SQM, 358-359). Tal unión de profesión y vocación es una de las característica de la "persona", tal como la define en SQM (cf. pp. 370 ss), por lo que, en rigor, el rango supremo corresponde, como se verá, al "Tecnarca". 143 Criterios que GB advierte en Don Quijote (cf. SQM, 344). 144 Sobre el motor de explosión como caso ejemplar de transfinitación y transfinito cf. PPPGN, II, 162 ss. 145 PPPGN, junto con QD, constituye lo que a nuestro juicio podría considerarse el testamento filosófico de GB. 146 Cf. detalladamente todo lo dicho en PPPGN, II, 560-580. 147 Cf. todo lo dicho en PPPGN, II, 580-601. 148 Cf. todo lo dicho en PPPGN, II, 605-632, y PPPGN, 532-659. 149 Los tres estados son: "prenatal", "nacida" y "postmortal" (cf. VMI, 157-161). En PPPGN, el tema es abordado bajo la fórmula "nacimiento" y "perecimiento" (cf. o.c. II, 352 ss). 150 De forma genérica, dice GB: "Un sujeto nuclear (N) sería aquel que fuera capaz de hacer surgir propiedades de lo profundo de las cosas, a pesar y en contra de sus propiedades "parenciales", vϵv; y de lo nouménico (voÛµvov) hacer surgir algo más y nuevo de lo que de eidos, eídolos, sombra, imagen se halla descubierto ya en las cosas naturales" (FM, 532). 151 Tal síntesis teórico-práctica está posibilitada por la física matemática, de la que dice nuestro autor: "La física-matemática -a partir del Renacimiento, deslumbrantemente en Newton- ha cumplido el plan aristotélico de "filosofía" primaria -sin proponérselo, mas haciéndolo. De pensamiento, palabra y obra. De pensamiento y palabra "matemática" y de obra "instrumental"" (TELFLM, 81). No es de extrañar, pues, la estima que la profesa. 152 Cf. vg. VMI, 113 ss. 153 "El atomismo de Demócrito es pensado; definido pensamentalmente; no matemáticamente; y los sentidos, lo que ellos descubren, encubren realmente lo atómico. Sólo, y por primera vez, los instrumentos (sentidos científicos, o sentidos a la altura de la ciencia) -cual lo están la cámara de Millikan, contador Geiger, espectrómetro de masas de Aston... bomba y reactor atómicos- son capaces de desencubrir lo que encubren los sentidos: desencubrir lo microscópico encubierto por lo macroscópico. Sólo, y por primera vez, el pensamiento matemático con aparatos tan finos y precisos como el cálculo infinitesimal, de probabilidades, matricial, es capaz de desencubrir las leyes cuantitativas y cualitativas encubiertas por el pensamiento macroscópico, global, confuso de la mente natural y de la matemática natural -Euclides, Arquímedes... Y aun por la clásica, Newton, Laplace, Hamilton..." (VMI, 112-113); "No es menester fingir tal microscopio transelectrónico para percibir el cuerpo de un individuo en su campo; de un individuo en universal concreto. Tal percepción la obtiene una mente que se sirva de instrumentos inventados por ella: instrumentos físicos (de ciencia física) y mentales (de ciencia matemática)" (VMI, 49). Por este hecho, el cuerpo humano es "cuerpo cósmico" sin individualidad real, quedando afectado por todo el universo y afectando él causalmente, a la vez, a éste (cf. vg. VMI, 43 ss). 154 Por ciencia y técnica actuales el hombre se vive ya en cuerpo actual diverso del natural, como sucede con su voz en magnetófono (cf. TI, 46-47). No deben identificarse "soma" y "cuerpo glorioso", pues al viviente en cuerpo glorioso le falta "inocencia" (cf. TI, 98-99). Por otra parte, aunque el estado natural del hombre sea el de impenetrabilidad, el universo es realmente el cuerpo de cada hombre pero de modo que aunque se produce una universalización de lo singular no hay confusión entre unos y otros, pues si bien se produce una compenetración por interferencia de las ondas, del mismo modo que hay aparatos (vg. el televisor) que las seleccionan actuando como filtros, cada ser humano es un filtro del universo. Por la conexión cósmico-campal de todas las entidades todo influye en todo (cf. TELFD, 78-80; INTRAFI, 83-86). 155 Cf. TELFA, 207-218. 156 La música es para GB un lenguaje artificial, tanto como lo es el algebraico (cf. TI, 35). Sobre la música "electrónica" o "nuclear" (cf. FM, 327, 330) como música propia de soma cf. TI, 99-100. Se pregunta GB si estos cambios de cuerpo del sonido son fases hacia idealismo (cf. TI 95-96). 157 Cf. QD, 28-29; 179. Justamente, el objetivo de GB en QD es examinar las creencias en Dios y plantear la cuestión desde la perspectiva tecnocientífica actual (cf. QD, 538). En definitiva: teología en "castellano" y para "castellanos" (cf. o.c. 10). 158 Cf. QD, 265-266. 159 En la tercera parte de QD, GB intenta demostrar que el universo actual posee los atributos tradicionalmente tenidos por exclusivos de Dios (cf. esp. pp. 77-171). En rigor, GB distingue entre "lo divino" o "El Total" (de los cinco atributos: necesario, universal, infinito, simple y único) y "la esencia" o "Lo Total" (cf. o.c. 400-401), y afirma: "Lo divino del universo proviene -en sus caracteres, modos o tono, de necesidad, universalidad, infinidad- de la presencia eficiente de leyes algebraicas -no escritas, sino inscritas, intrínsecas, eficientes" (o.c. 516). 160 Cf. QD, 32-33. Ser "yo" implica, según GB, ser "ateo", mas no es suficiente para ser "quien" serlo por modo de "individuo"; se precisa al menos serlo en grado de "persona". Sin embargo, ni siquiera Dios puede serse en acto continuado "persona", sino "a ratos", y eso requiere que el hombre-dios muera (cf. QD, 315, 330, 340, 493-494). 161 Cf. QD, 226-228, 245-248, 256, 263, 302-303, 344... Es evidente que GB toma "en serio", "en real", la encarnación de Dios en Hombre; la Buena Nueva (Evangelio) (cf. QD, 207, 327), por lo que analiza las condiciones de posibilidad de tal acontecimiento (cf. esp. QD, 361-397). 162 Cf. QD, 367-368. 163 Cf. QD, 375-376. 164 "Aventura" equivale a transfinitud, y es aplicable a todo dominio, pues dice GB: "Aburrimiento, hastío, fastidio... de la vida cotidiana política, religiosa, social, económica, teológica, filosófica, técnica... Tal es el lugar o punto de partida, de inicio, de in-itur, del itinerario de aventureros" (SQM, 51); "Aventura no es calidad de innata ni adquirida ni adquirible por una realidad. Le es una calidad supernatural -mejor: extranatural- que no se naturaliza. (...). Aventura es creación original, nueva espontánea de alguien que esté siéndose supernatural; mas sobre una base necesaria y constante de naturaleza" (o.c. 55). 165 Cf. PMNA, 15, 46, 61 ss. 166 Cf. SQM, 341-342. 167 Cf. TELFE, 53-65 y PPPMM, 63-64. 168 Cf. lo dicho en TELFE, 20-21, 26-28, 44-46. 169 Sobre la estructura de máquina y mecanicismo en esta etapa, cf. FM, 741, 762763. 170 ""No, renó, recontranó", "sí, resí, requetesí" pertenecen a la "lógica de la razón vital". Mi maestro don José Ortega y Gasset lo aceptaría; pero, dado su sereno y señorial talante, emplearía nada más "no" y "sí", dejando lo de "renó-resí, recontranó-recontrasí" para Unamuno, quien sabría aplicarlos a qué y a quiénes, oportuna o inoportunamente" (TELFLM, 15). Así, por ejemplo: "La relatividad generalizada transustancia la mecánica de Newton. Es el requetesí de ella" (o.c. 28). 171 Cf. PPPMM, 68-69. 172 Nótese en lo dicho el talante "español" o "castellano" del filosofar bacquiano; condición que el autor vuelve a reivindicar explícitamente en esta etapa final de su andadura filosófico-vital, del mismo modo y con la misma fuerza con que lo hiciera en la década de los cuarenta. Así dirá: "Hombre endiosado. Español castizo" (SQM, 26). Cf. también o.c. 7, 14, 448; TELFA, 18; DMT, 13, 47, 129; PPPGN, I, 35; QD, 10. 173 "Durante miles de miles de años -tal vez nueve mil millones- el uranio estuvo desintegrándose, desaprovechadamente, ineficazmente, en sus minas. Ahora, para bien o para mal, se lo aprovecha para bombas atómicas -bien eficientes por desgracia-; y para reactores, eficientes también, por gracia o por suerte" (TELFLM, 14); "el empleo programado de la desintegración lleva fecha -de éxito científico-técnico, pero de maldición ()inevitable?) moral y humana- la de mitad de nuestro siglo" (TELFA, 144); "Nos hallamos actualmente -y por virtud de los inventos de tales personas- ante el problema de des-definir y des-finitar la vida -todos los tipos de ella- mediante los recursos, físicos y técnicos, de ingeniería genética" (QD, 392); "Quede como alusión: por la ingeniería genética actual y sus experimentos futuros la Tierra tiene aún miles de miles de años disponibles para la humanidad y para los ingenieros. Se conocen ya procedimientos para concepciones sin coito, sin matrimonio, preteriendo, por insignificantes, las distinciones entre virginidad, celibato, y, por vacuas, sus alabanzas. Así que, por obra de la ingeniería genética, se consigue que los individuos de la especie humana resultantes nazcan con inocencia original. (...). El bautismo es ya superfluo. Y, por tanto, son realmente, lógicamente, superfluas todas las Iglesias: católica, protestante, ortodoxa, oriental..." (SVV, 18-19). 174 "La transcendencia suprema a que el hombre puede aspirar fuera la de ascender a los Cielos: lugar propio y exclusivo de dioses, Dios, ángeles... Ya la Torre de Babel fue un caso de tal atrevimiento. Y bien se sabe la reacción de Elohím. Ascender un hombre a los Cielos -aunque no fuera sino como anhelo, tentación, a fortiori como atentado- sería sacrilegio. Pues bien: el hombre actual lo ha cometido, y de maneras, a veces, desaforadas y desvergonzadas -casi provocativas- con aviones, cohetes, sondas cósmicas... Voyagers, que viajarán por los Cielos durante miles de años: 60.000, según el plan del Voyager de Carl Sagan. (...) Sacrilegios progresivos, audaces, espontáneos, originales del Hombre actual" (SVV, 36-37); "pasearse por él [cielo] deja de ser privilegio de dioses, de dios-hombre: milagro. Ahora, en 1981, es una vulgaridad: (...) y si ascenderse al Cielo es mostrar ser Dios, fuéramos ya dioses todos nosotros desde este siglo. Lo fuéramos por invento y conquista nuestra: de unos finitos, metidos a transfinitos con éxito" (INTRAFI, 65). Por lo dicho, GB considera que "Regalo sin instrumentos, sin regalo de técnica, es enigma. O incitación a inventar. Quien llegue a inventar técnica vuelve sobrante lo de regalo. Y sólo tiene que agradecer, cuando más, la sugerencia, incitación o excitación de aperitivo, de ganas, urgencias de inventar" (QD, 253). Según esto, no caben agradecimientos a Dios pues lo que el hombre tiene lo adquiere por mérito y esfuerzo propios; por técnica e inventiva. 175 "Si nos atenemos, reverente o resignadamente, a la norma "lo que Dios unió, el hombre que no lo separe", "Lo que la Naturaleza presenta unido, el hombre no lo separe", deshacer el agua en oxígeno e hidrógeno -lo líquido en dos gases- es deshacer su unión natural o teogenética. (...). A dividirla se llamó "análisis químico", "electrólisis". Y es ya operación vulgar de vulgar laboratorio. Desobediencia o a Dios o a Naturaleza. Atentado de tipo sacrilegio o matricidio. Atentado consumado. Y la fórmula H2O es real blasfemia. Y no insulto verbal. Son blasfemias ejemplares y reales las fórmulas aducidas. Son sacrilegios o matricidios ejemplares y reales los cometidos por los instrumentos físico-químicos en laboratorios. Y son sacrilegios y matricidios repetidos morbosamente por los usuarios de tales instrumentos, comercialmente repartidos y cotidianamente usados" (TELFLM, 69-70). 176 En esta etapa, como en anteriores, GB recurre a la figura rebelde de Prometeo como "maestro de técnicas" (cf. FM, 705; QD, 253-254), que contrasta con la sumisa de Jesucristo (cf. SVV, 67-73). Apela ahora, también, a la tradición egipcia de "Teut" (Thot) (cf. SQM, 374; FM, 692). 177 Cf. SVV, 47, 82-87. 178 Cf. FM, 705-707. Distingue GB "tres clases de actitudes respecto de Dios": teísta, antitea y neutralmente atea (cf. QD, 517-518). 179 No fue Dios, sino algunos hombres, los que no perdonaron a Galileo, Giordano Bruno y otros sus osadías y atrevimientos transfinitantes (cf. vg. TI, 21-22; INTRAFI, 65), y es que, dice GB, "concedamos que es el hombre quien ha inventado eso de pecado, de malicia teológica" (INTRAFI, 32) 180Cf. todo lo dicho en SVV, 102-105. 181 Para mayores detalles, así como para otros axiomas de esta "transética" y "transmoral", cf. PPPGN, II, 673-700. En relación con lo anterior, GB analiza las "negatividades" típicas de cada tipo vital, y así, son propias del "Individuo" en "Ayuntamiento": animalidades, brutalidades y barbaridades, pues las relaciones humanas se fundamentan sobre un componente grande de fuerza; de "Particular" en "Colectividad": faltas, delitos, crímenes, pues rige la ley; de "Singular" en "Sociedad": errores, despistes, des-atinos, des-aciertos, pues lo suyo es dirigir (ciberneta) y, por tanto, toda negatividad peculiar a su estado procederá siempre de "marrar una "meta"" (o.c., II, 722); de "Persona" en "Asociación", dado que lo suyo es transfinitar todo expansivamente en un perenne intento de ser dios, serán fracasos, chapucerías, mamarrachadas, mamotretos y esperpentos. (Cf. o.c. 701-755). Cf. también "Balance de éxitos y fracasos (de responsabilidades metaéticas o transmorales)" (o.c., II, 755-796). 182 Cf. PPPGN, I, 35. 183 La postura de GB sobre el progreso ilimitado del ser humano mediante la tecnociencia podría encajar en lo que se ha dado en llamar "extropía" (cf. Muy Interesante, n1 187 (1996), p. 106). 184 "Vos, Maese Bondi, habéis descubierto en el intérprete -el propio GBpropensión, vocación, peligro, de ser pedagogo. Y creo que lo ha demostrado él mismo en sus intervenciones anteriores. Pero en esta última creo que ha descubierto su propensión, vocación y peligro de ser evangelista: difusor de una buena (eu) nueva (anguelía): de un nuevo mensaje para la Humanidad. Deseémosle buena suerte. Que de resultar buena, saldremos ganando todos" (DMT, 88). La intención de tal evangelización: "Para que (...) NADIE viaje, ni esté pensando, ni alumbrándose corporalmente según técnica pero mentalmente según magia. ASI SE CELEBRARÁ DECOROSAMENTE EL AÑO "DOS MIL"" (contraportada de DMT), pues "si un loco en ideas, fórmulas y gestos despierta, incita, inspira a cuerdos -cuerdos por asentados en la realidad y tanteando sus poderes ocultos, es decir solemnemente: cuerdos por ontó-logos-, tales sensatos o cuerdos hacen millones de usuarios: de señores reales del universo. De Cibernetas. (...) "Cada loco, con su tema"; cada cuerdo, con sus instrumentos. )Conseguirá el autor- J.D.G.B.-, loco por trato con tres locos, que por tres retablos científico-técnicos el número de los lectores y videntes ascienda a millones, a millones de ontólogos: de ocupados, preocupados, por la realidad: por un Humanismo integral e integérrimo?" (DMT, 33). "Lo históricamente importante y decisivo se reconcentra en que lo inicialmente individual se transforme en social. Los pocos, en "catalizadores", dicho en lenguaje, o metáfora actual. O, en "sal de la tierra", con frase clásica evangélica" (TELFA, 50). CONCLUSIONES GENERALES. En referencia a la última parte de cierta obra suya, dice GB: "sea el último recuerdo que de ella nos llevemos autor y lectores"1. Lo mismo cabe decir de este apartado conclusivo del presente estudio. Ya en la "Introducción General" advertíamos al lector sobre nuestro propósito de convertir este estudio en algo transitorio: obra a superar una vez acabada su lectura (obra abierta, sin futuro mas con porvenir). La verdad, como afirma Hegel, está al final: en el Todo; mas una verdad que sirva de fundamento para otra dialécticamente superior. Por ello, y a fin de mantener la coherencia con lo expresado en dicha introducción, este apartado final se divide en dos secciones: A) un breve resumen-recordatorio de las principales conclusiones obtenidas en cada capítulo; B) una colección de propuestas que, fundamentadas en los resultados del estudio, interpretan la filosofía de la técnica de GB en consonancia con el tono sentimental que empapa su obra2. Desde estas coordenadas puede afrontarse con provecho la lectura de los escritos de nuestro autor y captar lo que, en rigor y en el fondo, GB pretende con su filosofar: ser una llamada de atención sobre el advenimiento de una nueva fase en la historia de la humanidad; fase en que la técnica resulta decisiva por diversas razones y motivos; una etapa desconcertante (atómica) en que el Hombre va resultando "persona" y la realidad íntegra (física y mental), material para sus inventos. Desde la perspectiva bacquiana, tomar conciencia de esta circunstancia permite enfrentar con actitud más adecuada tanto las posibilidades que se abren ante la tecnociencia actual como los peligros que encierra. Este aspecto es fundamental para el problema de la toma de decisiones sobre ciencia, tecnología y sociedad, las cuales se hacen ya ineludibles ante las situaciones generadas por los avances científico-técnicos. El talante precursor de la filosofía de la técnica de GB, cuyas dimensiones antropológicas y cósmicas resultan ahora evidentes, permite comprender mejor su carácter innovador en cuanto síntesis de tradiciones diferentes y hasta opuestas de la filosofía de la técnica, tal como se dijo en el primer capítulo; síntesis que, por integrar aspectos tan diversos, puede reivindicar para sí con derecho la condición de filosofía (trato explícito, reflexivo) de la técnica a la altura de las actuales circunstancias históricas, a la vez que servir de base para nuevos avances (aspecto práctico de su filosofía de la técnica, o trato implícito)3. A) Conclusiones-recordatorio. Tras realizar una breve, pero suficiente para nuestro propósito, exposición del panorama de la filosofía de la técnica en el presente siglo, afirmamos que el pensamiento o reflexión de GB sobre la técnica presentaba tales características que constituía una filosofía de la técnica, quedando así justificado el título de la tesis que presentamos, a la vez que se ponían las base para concluir que la filosofía de la técnica de GB es una aportación original a dicho panorama. Esta originalidad se concreta, tal y como propusimos, en su carácter de síntesis peculiar del espíritu definidor y distintivo de todas y cada una de las tradiciones de la filosofía de la tecnología: ingenieril, de las humanidades y de la Teoría Crítica de la sociedad, de cuyas figuras más representativas, además, expusimos las ideas básicas. El resto del estudio ha pretendido demostrar la verdad de esta tesis, a la vez que ofrecer sistematizado el amplio espectro de temas y cuestiones involucrados en la reflexión de GB sobre la técnica; una reflexión difícil y poco sistemática, apenas conocida en nuestro país y, en cualquier caso, sólo fragmentariamente como consecuencia de las circunstancias expuestas en su momento. Esta falta de sistematización y desconocimiento resulta carencia tanto más lamentable por cuanto que, como argumentamos, la filosofía bacquiana de la técnica es quizá el primer paso (en cualquier caso aportación inestimable) para dar cumplimiento a lo que, según Carl Mitcham, es la tarea pendiente de la filosofía de la tecnología en su estado actual. En consecuencia el trabajo que ahora presentamos constituye una contribución original tanto a la historia de la filosofía en lengua castellana, como a los estudios sobre filosofía de la técnica. Para lograr nuestro objetivo comenzamos demostrando cómo la filosofía de la técnica de GB se sostiene sobre una metafísica general del ser de tipo polimorfía óntica. Dicha metafísica se fundamenta en los descubrimientos realizados por la ciencia física, en particular la cuántica, acerca de la naturaleza del substrato materio-energético que es, según GB, la base de toda la realidad. Pues bien, GB sostiene, tomando como fundamento la citada metafísica, que el dominio artificial es el único en que rige, en sentido riguroso de la expresión, el principio de causalidad. El hombre, en virtud de su diferencia específica (racionalidad) y ontológica (existencia auténtica) frente a los demás animales, aparece ante GB como la única fuente de racionalidad del universo, con capacidad, además, para imponerla o transferirla mediante una acción artificializadora de carácter técnico. Mostramos, en una primera aproximación, cómo en virtud de su peculiar estructura la acción artificializadora técnica, por su implicación simultánea de los dominios transcendental (vida intelectual o humana superior) y físico, era la más adecuada, según GB, para producir transformaciones reales en el ser real desde patrones humanos. Al ser esto así, la técnica quedaba definida como eficacia (acción eficaz) a servicio del hombre (guiada por el valor de utilidad, entendiendo éste en sentido antropocéntrico), frente a la artística que, al no reconectar causalmente la obra de arte y subordinar el valor utilidad al de belleza, funda un dominio artificial con menor grado de realidad que el generado por la acción técnica. El tipo de transformación que sobre lo natural produce la acción técnica permite concebir en el hombre, tal como lo entiende GB, la esperanza de transustanciar el universo en creatura suya, es decir, en un ser hecho por él y, como secuela, a su servicio; correlativamente, transustanciar al hombre en Creador que sea a la vez Dueño y Señor de su Obra. Y todo ello en pugna con la tendencia descendente (entropía) de un universo que aparece, a la luz de la física actual, con una constitución de paradójicos contrastes, es decir, dialéctica, pero que, por ello mismo, permite al hombre servirse de él para imponerse a él por dialéctica artificial ascendente potenciadora de la natural, también ascendente, de la Vida. En ello la técnica muestra su condición de aliada de la Vida. Por otra parte, el tipo de verdad dominante en una época histórica depende, según GB, del tipo de sentimientos peculiares que le surjan a la vida humana en su contacto con lo real. Esto, a su vez, está en función de la consistencia con que se note existiendo la intimidad vital. Distingue GB varias formas de trato con lo real en función del tipo de verdad y descubre en ello un proceso de intimación o compactación creciente del yo inversamente proporcional al que sufren las cosas, que pierden consistencia. Dicho proceso viene posibilitado por el creciente formalismo en la actividad de la vida intelectual y lo que GB denomina reducción óntica y categorial. Cada tipo de verdad vital es origen de un tipo de técnica ("trato implícito" o práctico con lo real) y de ciencia ("trato explícito" o teórico), siendo la propia del momento histórico actual la verdad entendida como eficacia o verdad como "invento". Tal tipo de verdad es consecuencia del grado de constructivismo y operacionalidad conseguidos por la vida intelectual en virtud de los dos procesos citados. Lo peculiar de la técnica actual, la propia del tipo vital "persona", es que en su estructura quedan unidas sintética, inseparablemente, la transcendentalidad humana, que en su grado superior de manifestación es el formalismo científico (cuyo grado supremo, a su vez, es el matemático), y el poder real (causal) del universo físico. Por este hecho, la técnica occidental actual encuentra su origen histórico en la romana, y su continuación en la renacentista y moderna pero, por ello mismo, resulta diversa de cualquier tipo de técnica anterior. Como secuela de lo dicho, GB considera que la técnica griega y medieval no forman parte de la tradición que culmina en la técnica actual. En cualquier caso, con independencia del tipo de técnica de que se trate, ésta es siempre para GB manifestación de la vida humana y, por tanto, de la Vida. La técnica es concebida por nuestro autor como medio u órgano-instrumento creado por la Vida para servirse de él en su lucha contra la entropía. Recuérdese la sentencia bacquiana que, a modo de frontispicio, abre y resume explícitamente la idea fundamental de su pensamiento sobre la técnica, la cual el presente estudio ha querido explicitar: "la Vida, de quien Inteligencia procede y de quien la técnica deriva". Con independencia del tipo de técnica histórica de que se trate, es decir, del tipo de verdad que tenga en su base, el análisis que en su etapa heideggeriana realiza GB de la estructura de "mundo admanual" muestra que éste encuentra su condición de posibilidad en la estructura transcendental de "Mundo" que el filósofo alemán pone de relieve. Pero, contra éste, GB considera que la actitud o interpretación instrumental del universo no es algo privativo de la época histórica actual, aunque sí dominante, sino que forma parte consustancial de la condición humana, y de tal modo que dicho trato instrumental no será considerado forma ínfima (caída y recaída) de estar siendo el yo su transcendencia sino, contrariamente, la única que la elevará sobre el universo real, eficaz y eficientemente. Por esta razón, frente a Heidegger, que pretende tal superación por sobreseimiento o transcendencia en el Ser entendido como Posibilidad-Pensamiento, es decir, por transcendentalidad, GB propone potenciar la acción técnica o interpretación instrumental del universo y, en consecuencia, la expansión cualitativa y cuantitativa del mundo resultante: el artificial técnico, y todo ello en aras de una transcendencia por transustanciación práctica del universo en Mundo Artificial y, correlativamente, del ser humano en Dios. Según GB, la actitud instrumental es, además de constitutiva del ser humano, la única que a la altura de su condición de transfinito transfinitante debe potenciar si desea albergar alguna esperanza de cumplimiento para su anhelo básico de ser Infinito. Desde esta perspectiva, la técnica actual sería un momento privilegiado en el reencuentro (concienciación) del hombre con su propia "esencia" y por tanto, en la medida en que ella misma resulte potenciada artificialmente, una momento de realización (liberación) por sometimiento del universo. El análisis bacquiano de la estructura de "Mundo" se complementa durante los años sesenta y setenta desde un enfoque marxista al enfatizar el aspecto práctico, es decir, al insistir en la necesidad de su realización práctica o encarnación creciente en artefactos. Esto implica tomar conciencia de que la citada estructura y, en consecuencia, los artefactos en que se materializa, resultan tanto más eficaces en su dominio del universo cuanto mayor sea su carácter tecnemático, es decir, cuanto mayor grado de planificación o artificialización (segundo grado) posea su estructura. GB realiza un esfuerzo teórico por mostrar cómo la estructura transcendental "Mundo", si es dotada de potencia dialéctica artificial, puede generar "Mundo Artificial" o "Tecnocosmos". El desajuste significacional que descubrimos en algunos términos fundamentales de la teoría bacquiana sobre la estructura de lo artificial (enseres, artefacto, aparato...), encuentra su explicación en la radicalización que, con el paso de los años, sufre el pensamiento de GB en su exigencia de condiciones para que una creación humana merezca ser llamada artificial o artefacto y, por tanto, a la acción de la que surge "técnica". Todo ello condensa, y es, el término "tecnema", el cual resulta elevado por GB en esta etapa de su pensamiento a la categoría de modelo paradigmático de lo artificial-artefactual. Distingue GB entre "historia transcendental" e "historia real", y muestra cómo la técnica es el origen de la historia real, siendo el "hecho fundamental" para su fundación la concienciación por parte del hombre de la inesencialidad de lo real, así como de su condición de creador. El factum de la técnica consiste, justamente, en que su existencia es la mostración de dicha inesencialidad, de manera que la técnica resulta clave del proceso humanizador de universo y hombre, es decir, de la "historia real". Pero GB considera que, si bien la técnica es clave, ello no debe entenderse en el sentido de que sea posible definir completamente al hombre en términos de "homo faber". No niega GB que el hombre posea tal condición, pero ésta debe quedar integrada con aquello que, según él, constituye lo propiamente humano: ser el transfinito transfinitante. Pensar otra cosa sería caer en reduccionismos peligrosos y, en cualquier caso, ignorar lo que de ser en realidad-de-verdad tiene o es la técnica. Desde la perspectiva bacquiana, la técnica no consiste simplemente en la fabricación y uso de artefactos con el fin de cubrir las necesidades humanas naturales o artificiales, es decir, en el modo típicamente humano de solucionar problemas y satisfacer necesidades sino, además y sobre todo, en ser la acción que convenientemente potenciada transustanciará al hombre en Dios y el universo en creatura suya. Por tanto, si el hombre es "faber", lo será secundaria o derivadamente por serlo primero y ante todo "inventor". Recuérdese, además, que GB distingue entre "homo laborans", "homo faber" y "homo creator". Por el carácter de auténticos "efectos" de las creaciones artefactuales humanas, éstas resultan realidades simbólicas lo cual es aprovechado por GB para elaborar también, además de una historia de la técnica, una historia de los artefactos en consonancia con el principio de isomorfía entre tipos de vida y de técnica. En cualquier caso, la "técnica" queda caracterizada por GB, de forma mínima o básica, con independencia de su estado histórico, como "hallazgo básico", es decir: resulta técnica cualquier acción instrumental (A sirve para B) de la que se adquiera conciencia explícita de su servir para (poner en estado conciencial el carácter admanual de una realidad). Tal técnica mínima es la definidora del "primer hombre" frente a los animales, de los que naturalmente ya se diferencia. A partir de este origen, la técnica misma devendrá histórica llegando a entrar en la categoría de "invento", especialmente en su forma actual de tecnociencia o, en lenguaje bacquiano, "tecnica supernatural" o "técnica de explosivos". Se ha mostrado, también, la concepción bacquiana de la filosofía como fuerza vectorial hacia el infinito necesitada de una magnitud escalar en la que encarnar. A partir de ello, han sido puestos de manifiesto los presupuestos filosófico-antropológicos de la filosofía bacquiana de la técnica que completan los advertidos en el capítulo 2, resultando que si el hombre es específicamente distinto de los animales por su racionalidad, y ontológicamente por ser "existencia", también lo es onto-metafísicamente por su condición de transfinito transfinitante. Por lo mismo, la técnica revela su papel de mediador entre el universo y Dios o, lo que es lo mismo, como ayuda intrínseca de la vida humana en cuanto transfinitud transfinitante con "tema y tarea de infinito". Con ello, la técnica queda enraizada en la dimensión onto-metafísica de la vida humana, siendo ésta la causa profunda del papel desempeñado por aquélla en el proceso de humanización, tal como lo concibe GB. Pero este privilegio humano es también drama o, mejor, tragedia íntima pues por su causa queda el hombre convertido en "endemoniado" o anfibio ontológico. En efecto, según GB, el hombre media entre la base real del universo físico de la que procede, llena de poder creador pero carente de transcendentalidad (racionalidad, imaginación, conciencia, entendimiento...), y Dios entendido como esfera o dominio donde la trancendentalidad humana se proyecta u objetiva bajo la categoría de perfección suprema (argumento pseudo-anselmiano) pero cuya realidad es sólo de tipo aparencial y, en consecuencia, sin poder real (causal) sobre lo real. El hombre es el transfinito transfinitante, es decir, capaz de tomar conciencia de lo que es ser límite, y por ello mismo la acción técnica le es consustancial estructuralmente pues, en cuanto transfinitud consciente de serlo, al hombre todo le sirve para ensayar su condición onto-metafísica en un intento de aproximación creciente al Infinito, luego en virtud de la definición de técnica, ésta resulta ser el medio adecuado y propísimo del hombre para dar alguna posibilidad de cumplimiento a su in-tención vital constitutiva y definidora: ser Infinito. Se comprende ahora, desde otra perspectiva, la razón por la cual la técnica es valorada por GB como aliada de la tendencia ascendente del Universo: la Vida, así como el papel de mediador del hombre entre lo finito y lo Infinito (endemoniado, maroma). El hombre, que es creatura del poder creador superior (la creatividad de la Vida) debe hacer que lo divino del universo, su poder creador en bruto y anónimo (poder inferior o radiactividad), adquiera rostro de Persona: se materialice o encarne, es decir, se apersone en un tipo de hombre adecuado, de modo que en él Dios se haga real quedando los poderes creadores superior e inferior sintetizados dialécticamente en poder supremo. Todo ello conforma y confirma el carácter místico-eucarístico de la técnica en la filosofía de GB. Sin este talante místico, la técnica en GB no pasaría de representar un esfuerzo que, en el mejor de los casos, es decir, guiada por una ética popular o de bienes (práctica) fuese redimensionada socialmente pero dejase al hombre en estado natural aún. La ética popular no sobrenaturaliza al hombre, aunque venza al formalismo kantiano universalista y destructor del poder creador de la vida, el cual sólo consigue parcialmente su objetivo de elevar la transcendencia humana sobre la animalidad al hacerlo de un modo que amenaza su poder transfinitador tal como lo demuestra, según GB, el tipo de técnica que resulta isomorfo con ella: la "técnica societaria", es decir, anti-vital, arrasadora o uniformadora de la variedad de pueblos humanos en que se expresa el poder creador de la vida (variedad-novedad). Pero tal victoria ético-popular, sin embargo, no resulta suficiente para quien se descubre con vocación de ser Dios en Persona, es decir, hombre sobrenatural, y descubre, a la vez, que su anhelo no es pecado de soberbia sino condenación por su condición vital de transfinitud transfinitante o "demonio erótico". Por todo ello, la técnica, tal como la concibe GB, hunde su raíz en la transfinitud humana, quedando así antropológicamente centrada desde un fundamento óntico-vital, mostrando que su verdadera función o eficacia consiste en ayudar a la transfinitud humana en su meta hacia Dios. La influencia de Marx en la filosofía bacquiana de la técnica queda de manifiesto cuando, tomando como base la ley ontológica del acto creador, GB critica el capitalismo en tanto que sistema socio-económico fundamentado sobre una antropología naturalista e idealista justificadora de la cuantificación que sufre la cualidad del acto de creación y del creador, es decir, de la alienación que soporta el hombre en su condición de creador y de la enajenación de sus creaciones, aunque sea a cambio de dinero. Según GB, el comunismo, entendido como antropología, y sólo derivadamente como sistema socio-económico, respeta la dignidad y el significado profundo del acto de creación (trabajo) y del creador (trabajador) al entender al hombre como sujeto colectico real-viviente que toma posesión (mihiface) de lo real artificialmente. Según GB, si capitalismo y comunismo coinciden en su proyecto de hacer del hombre Dios, lo que explicaría tanto el ateísmo teórico de ambos (humanismo teórico) así como su valoración positiva de la técnica en tanto que medio para conseguir hacer del hombre Dios (humanismo práctico), divergen, sin embargo, en el designio. En el capitalismo, "hombre" es un universal abstracto (especie humana como humanidad) siendo real únicamente el individuo. El capitalista no encuentra razón por la que, imitando a Dios, no pueda despojar a los demás hombres de su calidad y derechos de creadores, de los medios de creación y de sus creaciones (productos). Por la acción de "mihifacer" el capitalista pretende hacer todo (hombres y cosas) suyo, es decir, de uno solo, pero GB nota que se trata de una acción natural propia de un hombre en estado aún natural, aunque su técnica sea supernatural. Por todo ello el capitalismo no pasa de ser humanismo práctico "híbrido", es decir, fallido: su éxito económico es su fracaso antropológico. El comunismo, en cambio, concibe la especie humana como todo real viviente u Hombre. La cuestión consiste, entonces, en lograr que ese Todo humano no quede escindido en clases (creador-siervos) por una acción natural. Cuando eso se consiga la especie humana será Sociedad o Supersujeto, es decir, Todo humano sujeto de artificiales acciones que, mediante el trabajo (acción creadora) técnica y socialmente organizado, funcione con la eficacia de la máquina sin por ello mermar un ápice el poder creador de la vida humana en particular y el de la Vida en general. Sociedad, por tanto, como "artefacto viviente" o viviente artefactual. En Sociedad, la eficacia queda al servicio de la transfinitud humana de todos y cada uno de los seres humanos que la integran, de modo que no sean ya piezas sino órganos, cada uno con su función específica pero colaborando todos en la misma dirección: hacerse Dios en Persona (humanismo práctico con apertura a humanismo positivo). Por tanto, la eficacia de la técnica actual, en tanto que instrumento de transustanciación, sólo rendirá al máximo dentro de un sistema antropológico, económico y social que posibilite la existencia de un hombre artificial (causa de sí, creatura o efecto de sí mismo) sujeto de artificiales acciones (artefacto viviente) resultando, en consecuencia, sujeto más eficaz que en su estado natural para conseguir realizar la tendencia esencial de la transfinitud transfinitante definidora del hombre, es decir, ser Dios en Persona o Infinito. Desde esta perspectiva, se entiende que el capitalismo, en la medida en que mantenga una concepción antropológica idealista y un sistema socio-económico acorde con un sujeto natural en su forma de adueñarse y usar los artefactos y técnica sobrenaturales, sea considerado por GB pecado transteológico. El capitalismo es un híbrido naturalsobrenatural: lo segundo, por el tipo de técnica de que se sirve (supernatural); lo primero, por su forma de adueñarse y usar de tal técnica y sus productos. El comunismo, en cambio, por su concepción del hombre como creador social dueño y señor de sus creaturas, será para GB el contexto antropológico y socio-económico adecuado, por su artificialidad, al proyecto, plan o empresa, de ser Dios, y de ahí su bondad transteológica o antropológica, y no pura ni principalmente económica o política. Por otra parte, según GB, la técnica, de por sí, no tiene límites, por lo que es inútil ponérselos. Si hay algún límite infranqueable en el universo (vg. la velocidad de la luz), éste no ha de ser freno para la transfinitud humana, sino oportunidad para su lucimiento al brindarle ocasión de encontrar el modo de burlarlo, mostrando así su superioridad no sólo específica y ontológica sino también metafísica. Esta consideración bacquiana de la técnica como carente de límites es coherente con su concepción del hombre como transfinito transfinitante, y dada la conexión estructural entre técnica y transfinitud humana, lógicamente los peligros que acechan a la transfinitud humana serán los mismos que amenacen a la técnica. La técnica, como se dijo, es la acción propia, consustancial y a la altura del hombre como transfinito en cualquier época histórica, aunque la técnica actual lo sea en grado superior. Ningún peligro, según GB, proviene de la técnica, como ninguno conlleva la transfinitud humana de por sí, excepto para las realidades que son "cosa". Todos los peligros que señala GB tienen como origen la eficacia de la ley de los grandes números y el frenesí racionalista, por lo que son exógenos a la técnica. En rigor, no es la técnica la que amenaza a lo natural, sino el naturalismo el que pone en peligro a la técnica; y no es la técnica la que pone en peligro la vida pues, como se ha demostrado, para GB es su mejor aliado, sino ciertas actitudes vitales, a caballo entre la vanidad y el olvido del ser, y el determinismo natural los que hacen peligrar la técnica y la vida al acabar con su poder creador por mecanización cegando toda esperanza en lo inesperado, poniendo así en peligro la transfinitud humana. Tal sucede cuando el "mundo artificial" adquiere estructura de "mundo artificioso" o de "máquina" con aspecto de "fábrica" Por todo ello, la propuesta baquiana de solución pasa por evitar la naturalización y mecanización de la técnica y sus procesos, a la vez que concienciar (educar) a la sociedad de su papel creador y, por tanto, de la gravedad de sus responsabilidades. Con lo anterior, GB pretende embridar (montar provechosamente, es decir, en motor) el poder del universo físico (radiactividad), el de la transfinitud del hombre actual (explosivo viviente) y el de su técnica isomorfa (técnica de explosivos) de manera que, sin comprometerlos irreversiblemente en su ser básico, queden orientados en dirección al límite Infinito con forma de Dios. Para ello, se trataría de renunciar a ciertas actitudes que pervierten el valor de la técnica al volver su poder contra la vida, en lugar de hacerlo contra la naturaleza. Ninguna propuesta de solución en alguna de las direcciones indicadas supondrá en GB el rechazo de la técnica ni su limitación, que sería tanto como renunciar a la propia transfinitud humana. En este sentido, hasta las propuestas más radicales de GB (años cincuenta) deben ser entendidas como una estrategia que evite poner en peligro el proyecto definidor del hombre: ser Dios4. En este empeño, la técnica es instrumento esencial de la Vida, por lo que el proyecto filosófico de GB no podrá renunciar a ella en la medida en que se sostenga la definición del ser humano como transfinitud transfinitante; aspecto éste por el que la vida humana siente todo como límite o "cuerpo" (incluida su propia transfinitud) comenzando por el cuerpo biológico notado actualmente como "encerrona", y de la cual, como de las demás, intenta evadirse, por superación transustanciadora, mediante una técnica supernatural, atómica y actual, que no entiende, como él, de límites. B) Conclusiones-propuesta. 1- La reflexión bacquiana sobre la técnica carece de temas tabú. Cualquier tema, como lo demuestran sus obras, es susceptible de ser puesto en relación con la técnica. Nuestra sistematización del pensamiento de GB sobre la técnica demuestra que el amplio abánico de temas involucrado posee una coherencia indiscutible que responde a un proyecto, más o menos explícito en función de la etapa de su pensamiento, pero siempre presente y actuante. Desde esta perspectiva, y teniendo presente lo expuesto en el capítulo 1 de este estudio, es claro que en la obra y pensamiento de GB existe una reflexión que puede denominarse con pleno derecho "filosofía de la técnica"5. La filosofía bacquiana de la técnica parece concebida a modo de sinfonía inacabada por inacabable, pues siempre resulta posible añadirle algún nuevo movimiento o instrumento así como re-tocar lo ya compuesto a la luz de nuevas inspiraciones, de manera que cada interpretación lo será a título de novedad o riguroso estreno de la misma, que no idéntica, sinfonía. GB, con su vida y obra, demuestra que la filosofía de la técnica no debe excluir tema alguno, siendo apropiado reflexionar combinando armoniosa, pero audazmente, intelecto y sentimiento; ciencia y esperanza, es decir, hechos, datos y planes (proyectos, designios...). Este aspecto muestra claramente, como ha quedado patente con nuestro estudio, el talante integrador de tradiciones de la filosofía de la tecnología (mejor, de la técnica) que implícitamente presenta el pensamiento bacquiano sobre la técnica. Desde esta perspectiva puede comprenderse el viaje de nuestro autor por diferentes sistemas-etapa filosóficos a lo largo de su intensa vida intelectual, de cada uno de los cuales guarda simiente valiosa que cultivará y hará fructificar con nuevas categorías filosóficas en el siguiente. Por tanto, y sea esta la primera conclusión-propuesta: la reflexión de GB sobre la técnica no sólo constituye una "filosofía de la técnica" sino que, además, lo es de un tipo que sabe armonizar razones y motivos (sentimientos). Su filosofía de la técnica es, por ello, una filosofía integradora, o sintética, de la técnica. 2- Nuestra sistematización del pensamiento de GB sobre la técnica ha procurado combinar diacronía y sincronía. El resultado de este esfuerzo histórico-sistemático es el presente estudio. Con él creemos haber demostrado, entre otras cosas, que el pensamiento de GB no sólo contiene una "filosofía de la técnica", sino que la maduración de su filosofar constituye en realidad una transformación progresiva de la técnica en centro de analogía de los demás temas con los que se relaciona, y hacia el que van dirigidos sus desarrollos, de manera que puede afirmarse que su pensamiento se transustancia íntegramente en una filosofía de la técnica. En efecto, en el pensamiento y obra de GB la técnica pasa paulatinamente, de ser un tema entre otros, a convertirse no sólo en "el" tema de su filosofar sino también, y sobre todo, en categoría desde la que reinterpretar los demás temas peculiares de su filosofar. En este sentido, con el paso de los años la técnica en el pensamiento de GB se transforma progresivamente en vértice de un cono en cuyo desarrollo o periferia abarca todas las demás cuestiones, y en el que todas ellas convergen. El pensamiento de GB sobre la técnica es o contiene, cuando menos: a) Una fenomenología del hecho artificial-técnico, pues establece la estructura de la acción técnica, así como la de los artefactos y la del dominio por ellos fundado (mundo artificial); b) Un análisis transcendental de la técnica, es decir, de las condiciones de posibilidad del hecho artificial-técnico, a saber: el carácter dialéctico del universo materioenergético; la Vida como poder creador de auténticas novedades; la inesencialidad de lo real (material o mental); la doble transcendencia del hombre en tanto que viviente peculiar frente al universo físico: transcendencia transcendental y transfinitante; la posibilidad de separar vida de naturaleza y transferir, de manera creciente además, la vida a cuerpos artificiales de modo que no sólo no muera sino que en ellos realice con mayor eficacia sus funciones que en los naturales; c) Un análisis transcendente de la técnica: de las implicaciones y consecuencias metafísicas que sobre lo real, humano (antropología) o no, tiene el hecho técnico; d) Un análisis histórico-filosófico del hecho técnico que descubre en la técnica un poder por el que la libertad y el poder creador constitutivos de la vida humana se imponen crecientemente al componente de necesidad o determinismo del universo físico; e) Todo ello redimensionado prácticamente por la propuesta de potenciar a) mediante la intervención activa en b) de manera que se consiga conectar c) con d) culminando todo ello en la transustanciación del Hombre en Dios creador y, correlativamente, del Universo en creatura o efecto suyo de tipo Tecnocosmos. Por lo dicho, es posible afirmar que: el pensamiento filosófico de GB pasa, de contener una filosofía de la técnica, a convertirse él mismo en una filosofía de la técnica. Brevemente: la filosofía de GB se transforma íntegramente (transustancia) en una filosofía de la técnica. Luego la filosofía de GB constituye una filosofía íntegra de la técnica.6 3- Según GB, el auténtico filosofar se distingue por su poder dialéctico, es decir, por su capacidad para impulsar aquello que toca en dirección al Absoluto. GB concibe el auténtico filosofar y su resultado, la filosofía, como fuerza vectorial orientada hacia lo Absoluto. En este sentido, es claro que un pensar sobre la técnica sólo podrá calificarse de filosofía de la técnica si impulsa su objeto específico, en este caso la técnica, en tal dirección. Pues bien, el pensamiento de GB sobre la técnica, como se ha demostrado en este estudio, tiene su culminación en lo Absoluto en estado de "Dios en Persona", por lo que no sólo resulta "filosofía de la técnica" al uso sino además, y sobre todo, una filosofía rigurosa de la técnica. Sea, pues, la siguiente, otra conclusión-propuesta: la filosofía de la técnica de GB es una filosofía rigurosa, o dialéctica, de la técnica. 4- La marcha ascensional del hombre hacia Dios es concebida por GB como un viaje hacia un ideal; como la realización posible, no segura, de una utopía. La idea de Dios funge como causa final transcendente orientadora de los procesos transfinitadores que la Vida despliega y potencia de manera especial en su estado humano: hombre como transfinito transfinitante en dirección a un Infinito caracterizado fenoménica o transcendentalmente como "Dios". Dios no es para GB un mero concepto abstracto gravitante hacia material empírico alguno del que proceda, sino concepto elevado a funciones categoriales (re-flejo, imagen especular o aparencial con funcionamiento transcendental). Nada real empíricamente, pero tampoco irrealidad plena. Dios es para GB idea con función vectorial o cibernética. En cuanto concepto, el de Dios tiene como contenido, según GB, las perfecciones que el hombre anhela pero aún no posee (prefiguración, aparencial). El sentimiento anhelante de Infinito procedente de la estructura transfinita humana es, para GB, la base real de la que la idea "Dios" absorbe la fuerza que precisa para su elevación a categoría o paradigma de sentido. Para GB, Dios actúa como modelo de la acción transfinitante humana; el único a la altura, en cuanto causa final y formal, del tipo de dinamismo que la define: el transfinitador dialéctico o transustanciador. Por esta razón, "Dios" no gravita hacia nada empírico, sino que tira de ello y lo eleva hacia sí (poder dialéctico o antigravitatorio de lo ideal en estado transcendental). Pues bien, si existe alguna posibilidad de que el hombre realice ese ideal, sólo la acción técnica, en virtud de su estructura peculiar, será, según GB, el medio adecuado para conseguirlo. En rigor, es la existencia humana el lugar en que los dominios vital y físico se juntan y repelen antonomásticamente; el paradigma de la lucha entre las tendencias ascendente y descendente del universo. La técnica, en cuanto realidad que es efecto (creación) del hombre (a imagen y semejanza suya) posee esta doble naturaleza resultando, de entre las acciones humanas, aquella en que convergen ambas tendencias de forma tan peculiar que resulta acción con poder para luchar eficaz, realmente, contra la entropía sirviéndose de ésta para remontarla creando novedades. Luego la técnica es acción humana que colabora con el poder creador de la Vida, de ahí que GB la conciba como ayuda o arma de salvación (sindéresis) de la Vida y de la transfinitud humana. Pues bien, si el poder remontador de la técnica queda orientado y a servicio de la Vida en la realización del ideal Dios y, correlativamente, hacerse Dios conlleva la creación de un mundo nuevo, entonces es claro que estamos ante una concepción de la técnica como fenómeno netamente vital ("la Vida, de quien Inteligencia procede y la técnica deriva") de dimensiones antropo, cosmo y teogónicas7. En virtud de lo dicho, formulemos ya otra propuesta: si la técnica es concebida por GB como instrumento a servicio de la Vida, la filosofía de la técnica, en cuanto trato explícito o teórico con la técnica, también lo será (función vital de las ideas). Por tanto: la filosofía de la técnica de GB es un órgano con el que se dota la Vida en su estado superior y del que se retira (formalización) para servirse de él como máquina con que ayudar a salir de apuros a la transfinitud. Así, pues: la filosofía de la técnica de GB es órgano esclerotizado de la vida mental o superior y, por ello, susceptible de intrumentalización por ella misma convirtiéndola así en máquina a su servicio, es decir, con la que ayudarse a salir de las dificultades que le sobrevienen en su lucha contra su contrario esencial: el universo físico. O bien, GB concibe implícitamente la filosofía o reflexión dialéctica sobre la técnica como artefacto de tipo biomáquina a servicio del poder creador de la Vida; una biomáquina inventada para hacer frente a las dificultades que afectan a la Vida como consecuencia del poder alcanzado por la técnica actual, y de los sentimientos y actitudes humanos que surgen hacia ella. Filosofía de la técnica, pues, y no sólo la técnica, como sindéresis o arma bioartefactual de salvación de la Vida. 5- La dimensión práctico-vital de la filosofía dialéctica bacquiana de la técnica se complementa con otra de carácter práctico-social (marxista), que adopta como clave donadora de sentido el trabajo. En esto, GB está a tono con las tendencias modernas de pensamiento que no ven en el trabajo condenación alguna, sino instrumento de salvación del hombre por cuyo medio éste se apropia o participa de la acción divina a fin de hacerse un nuevo ser para sí y para el mundo. Esta dimensión es observable en la triple tarea que, como se verá seguidamente, nuestro autor demandaría más o menos implícitamente de una filosofía de la técnica. En efecto, la reflexión filosófica de GB sobre de la técnica, en cuanto trabajo intelectual o espiritual productor de teoría, debería funcionar como artefacto-herramienta de la vida superior a servicio de la transfinitud vital. Con tal aspecto instrumental del filosofar, GB pretendería superar el defecto idealista o transcendentalista que, según él, arrastra el pensamiento occidental impidiéndole crear una filosofía a la altura de la técnica actual, es decir, capaz de advertir no sólo sus condiciones de posibilidad y su potencial sino también, y de forma temerosamente urgente, capaz de actuar como fuerza vectorial que oriente y corrija el rumbo de la transfinitud hacia su verdadera meta. Para ser eficiente-eficaz, la filosofía, como toda fuerza vectorial, deberá encarnarse en una magnitud escalar adecuada, que en este caso resulta ser cierto tipo de artefactos (instituciones, valores, democracia, formas de trabajo dignas...) cuya función es mantener el rumbo del dinamismo de la transfinitud transfinitante, o corregirlo automáticamente si los diferentes peligros que acechan su viaje hacia el límite Dios lo desvían, evitando así su fracaso. Profundicemos ahora en las tres tareas aludidas de la filosofía de la técnica como labor práctica a la altura de los tiempos (actual): a) Labor descubridora: descubrir la condición creadora del hombre; correlativamente, la inesencialidad de lo real y, por secuela, su grado de transformabilidad. Descubrírselo, además, advirtiendo que es la acción técnica, a causa de su hibridismo constitutivo (acción regida por causalidad física y guiada por modelos transcendentales) la única adecuada, en última instancia, para afrontar eficazmente la transformación de lo real: técnica como único instrumento capaz de suturar la escisión que sufre el universo en dos dominios (transcendental y empírico) ante la presencia del hombre, y hacerlo con ganancia para el tipo de transcendencia que lo constituye y define: la transfinitud transfinitante. Sencillamente: filosofía de la técnica como instrumento de humanización del universo, puesto que su tarea descubridora prepara y contribuye a la toma de conciencia por parte del hombre de sus posibilidades como transfinito transfinitante y, en consecuencia, del papel de la técnica como única acción instrumental a la altura de semejante sujeto. Esta labor descubridora incluye necesariamente denunciar los diferentes peligros que amenazan el viaje-empresa hacia el límite Infinito-Dios. b) Tarea cibernética: que los resultados de la filosofía de la técnica funjan como fuerza vectorial o rectora de las fuerzas reales que hacen "historia real". Esto es: que los resultados de la filosofía de la técnica sirvan para orientar y asistir al hombre en los problemas, debates y decisiones políticas, económicas, éticas..., que sobre ciencia, tecnología y sociedad, y como consecuencia del estado actual de ciencia y técnica, se le plantean urgente e ineludiblemente, permitiendo así a la filosofía participar de forma práctica (real-vectorial) en la producción de historia real. Poder orientador de las ideas: ideas como fuerza vectorial o ideas-guía (y de ser posible, ideas-fuerza8), tanto más necesarias en la actualidad por cuanto que, según GB, el hombre "actual" se juega su ser y el de todo lo demás de forma insólita en la historia como consecuencia del grado de eficacia y omnipresencia alcanzado ya por la tecnociencia. La ganancia de la apuesta: transustanciarse el hombre a sí mismo en Dios (humanizarse positivamente) y al universo en Tecnocosmos; de perder, la aniquilación de su ser y el de todo lo real. Así, pues, urge descubrir tanto las posibilidades como los peligros a fin de crear condiciones humanas en todo los dominios (vida material y espiritual, trabajo, economía...), que potencien y orienten adecuadamente, en lugar de comprometer, la marcha ascensional del transfinito humano. c) Labor pedagógico-democrática o político-concienciadora: que los descubrimientos de la filosofía de la técnica sean el material con el que llenar la conciencia social e individual de las nuevas generaciones y de los que aún permanecen ignorantes en los tiempos actuales. Ello contribuiría, desde la perspectiva de GB, a que los miembros de la sociedad dejaran de sentirse alienados en un mundo tecnológico repleto de artefactos ante los cuales se siente amenazados sin ser capaces de valorar lo que de creatura suyas y a su servicio tienen. Por todo lo dicho, el pensar bacquiano sobre la técnica es una filosofía rigurosa y práctica de la técnica: un factor generador de "historia real", resultando así meta-física o filosofía de transformación pues, no se olvide que, como se vio oportunamente, "el hecho fundamental" para la existencia de "historia real" es, según GB, la concienciación por parte del hombre de la inesencialidad de lo real, a la vez que la de su condición de creador. Además, como se dijo en su momento, GB considera que la técnica, actualmente, sólo puede ser entendida como meta-física, y ésta como técnica. Luego la filosofía de la técnica de GB, en cuanto actual, es: a) una filosofía de la metafísica o meta-metafísica9; b) una técnica ella misma y, por tanto, una metafísica, a la que denominaremos tecno-metafísica o tecno-filosofía. En cuanto tecnofilosofía, la filosofía de la técnica bacquiana es: b.1) acción estratégica (logos práctico: descubrir, concienciar y orientar) o tecno-logía metafísica; b.2) artefacto espiritual co-productor de efectos metafísicos: en este caso de historia real o metafísica. Por tanto, como se dijo, la filosofía bacquiana de la técnica constituye una biomáquina creada por la vida superior (carácter artefactual), con que la Vida se dota para mantener firme el rumbo (aspecto estratégico o tecno-lógico de carácter cibernético o vectorial) de su transfinitud hacia el Infinito (aspecto metafísico-dialéctico). 6- A decir de Hegel, la verdad sólo está al final. Es ésta una afirmación común a todo pensar dialéctico, con independencia del matiz que presente. Lo abstracto es lo separado del todo, mientras que en conexión con la totalidad resulta concreto (concrescente, creciente), recibiendo de ella su sentido. Por tanto, si la verdad de la parte reside en el todo, pero hasta llegar al final no es posible saber la verdad, será imposible a prori estar seguro de la verdad de la parte. Por eso, como buen dialéctico, GB afirmará que sólo retrospectivamente es posible hallar el sentido, la verdad del proceso dialéctico. La filosofía, desde esta perspectiva idealista, resulta ave que levanta el vuelo al caer la noche. Pero advierte GB que, desde categorías marxistas y pragmatistas, la verdad se descubre a sí misma actualmente como eficacia transustanciadora. Esto implica, correlativamente, descubrir lo real (humano o no) bajo la categoría de "material". Sin embargo, tal forma de desvelar lo real (verdad) es, como cualquier otra, y a pesar de su mayor capacidad transformadora del ser o eficacia, una interpretación o sentido emergido de sentimientos. Ahora bien, puede ensayarse poner dicha eficacia al servicio de la enmaterialización o realización de la idea "Dios". Para ello, el hombre deberá, con deber de necesidad impuesta por ley de creación ontológica, transustanciar toda la realidad en estado natural (la suya y la del universo físico) en riguroso "efecto": en "producto" o "tecnema", convirtiéndose él en Dueño y Señor de sí mismo y de todo lo demás como secuela de su condición de Creador. Ahora bien, si la verdad está al final, esto resulta especialmente cierto en el caso de que el hombre se proponga ser Dios, pues es posibilidad, según GB, que no admite pruebas racionales, ni a favor ni en contra (cuestión abierta), sino que por su condición de decisión metafísica únicamente admite solución experimental. Sólo poniendo a prueba tal decisión podrá saberse su verdad (éxito) o falsedad (fracaso). Desde esta perspectiva, la filosofía de la técnica de GB posee racionalidad retrospectiva, nunca prospectiva (oracular, profética), de ahí que funcione como hermenéutica a posteriori. Tal hermenéutica extrae su clave interpretativa de los datos y teorías de la ciencia (especialmente de la física) en tanto que actividad intelectual ocupada en el significado, y de la filosofía como actividad intelectual que lo está en el sentido. Al someter lo empírico a la acción transcendental de ciencia y filosofía, tal compuesto exuda conceptos que posteriormente deben destilarse en categorías que actúen como propuestas de sentido. En la hermenéutica bacquiana ciencia y poética, determinismo y esperanza, se dan cita dialéctica: lo físico aparece bajo la categoría de disponibilidad y transformabilidad; la transcendentalidad, bajo la de historia del espíritu como vida intelectual (creciente formalismo); por último, la vida consigue unir en el hombre los poderes de los dominios causal-físico y transcendental-mental en virtud de la conexión que se descubre entre formalismo, constructivismo y operacionalidad. Además, el hombre se descubre como transfinito transfinitante que, por su esencia, tiende irremediablemente al limite Infinito. Nada tiene de extraño, por tanto, que una vez creada la idea "Dios" decida encauzar todas sus energías y poderes doblemente transcendentes hacia la enmaterialización de tal idea, y que lo intente mediante la acción técnica en virtud de las especiales circunstancias que concurren en ésta, tal como tuvimos oportunidad de mostrar en el capítulo 2 de nuestro estudio. Por ello, la filosofía de la técnica de GB resulta ser una hermenéutica del sentido de la vida humana y del universo, en la cual tecnociencia y mística quedan unidas sintéticamente en una visión alquímica de la realidad: un sentido o interpretación de lo real con efectos causales, tal que permite al hombre actuar eficazmente en la "transmutación" del universo y de sí10. La hermenéutica concebida al modo bacquiano tendría como ventaja, frente a otras de carácter puramente transcendental, su eficacia para la transformación de lo real (carácter meta-físico tecno-lógico), resultando por ello operacionalmente verdadera mientras la razón vital (sentimientos, deseos, anhelos...) y la razón teórica (datos, teorías científicas...) no entren en flagrante contradicción, de ahí el interés de nuestro autor por compatibilizar ciencia y esperanza. Mas de su verdad definitiva, de la verdad total del proceso dialéctico así interpretado, sólo habrá constancia al final, es decir: cuando deje de ser interpretación vital o sentido surgido de sentimientos por haberse convertido en hecho artificial, esto es: en realidad objetiva de carácter artefactual exitoso por transustanciación del sentido en significado. Se entiende, por tanto, que GB afirme de su propuesta que sólo es verificable o falsable por experimentación, por lo que su realidad, caso de tener éxito, precederá a su posibilidad, es decir, será auténtica creación o posición y, puesto que de algo que sea auténtica novedad nada puede saberse con certeza a priori, el primer sorprendido de lo que resulte será el propio hombre. Sólo si el hombre espera lo inesperado y contribuye en la medida de sus posibilidades a ese ansiado final podrá (con poder de posibilidadprobabilidad) sorprenderse a sí mismo en un estado del que únicamente puede decirse, en virtud de la fuerza de la dialéctica, que será estado inescindido, o re-ligado con su esencia; estado superior al primitivo u original. Por otra parte, el pensamiento de GB sobre la técnica, en lo que de historia de la técnica tiene, no es un mero quehacer descriptivo, sino que pone en conexión los fenómenos o manifestaciones superficiales (tipos de técnica y artefactos) con la corriente profunda desde la que se explican (tipos de vida mental, actitudes y sentimientos), de modo que puede afirmarse que la filosofía de la técnica de GB es una filosofía de la historia de la técnica antropológicamente centrada, porque aunque es la Vida el sujeto último de acciones y pasiones (corriente profunda), sólo bajo forma humana se fenomeniza recibiendo su potenciación superior y adquiriendo autoconciencia. Universo-Vida y Dios como alfa y omega de un viaje de salvación que tiene como mediador al Hombre. Desde esta clave hay que entender la constante secularización de categorías teológicas que hace GB, tal como se ha ido advirtiendo a lo largo del estudio. Por tanto: la filosofía de la técnica de GB es una filosofía de la historia de la técnica de tipo hermenéutico-soteriológica. Y como se trata por su medio de contribuir al éxito de la empresa de ser Dios, a la vez que explicar-comprender el camino recorrido hasta llegar a esa re-conciliación o re-ligación del Hombre con Dios, tal filosofía de la técnica resulta ser una tecno-religión o, si se prefiere, tecno-mística. Puede afirmarse, también, que si GB concibe la técnica como teogonía "actual" o momento de sobreparto divino causado artificialmente (sobrenaturalización de Dios), lo cual es evidente a estas alturas de nuestro estudio y, como afirma nuestro autor, sólo de lo artificial puede el hombre dar razón completa, nunca de lo natural, entonces la filosofía de la técnica de GB tendría carácter de teodicea o, cuando menos, de preludio de una teodicea "real-de-verdad" a surgir una vez que el hombre se encuentre siendo Dios y el universo Creación suya (Tecnocosmos). La filosofía de la técnica de GB, pues, se nos descubre ahora, también, como una filosofía de la historia entendida como hermenéutica tecno-mística y hasta teodicea actual por haber sido la técnica, previamente, teogonía o teogénesis artificial. 7- El pensamiento de GB sobre la técnica debe quedar abierto a porvenir: su exposición no puede, por imposibilidad lógico-dialéctica, culminar en unas cuantas conclusiones con pretensiones de dogma. Todo lo dicho hasta aquí, desde la primera página, es ya pensamiento desvitalizado: vida intelectual cosificada y, por tanto, instrumentalizable. Y así pretendemos que sea nuestro estudio: huella fosilizada en letra de lo que una vez fue pensamiento viviente y, por ello, instrumento de incitación y orientación para que el del lector se anime a transitar por nuevos caminos en su reflexión sobre la técnica. Con ello, el instrumento queda a servicio de la vida intelectual, en lugar de oponerse a ella cosificándola en dogma y condenándola a tener sólo futuro. En este sentido, es posible afirmar que el pensamiento de GB sobre la técnica, por su dinámica interna, aleja de sí todo futuro y anhela vehementemente porvenir. Desde esta perspectiva, la cuestión de la verdad en nuestro estudio, al igual que sucede en el filosofar de nuestro autor, pasa a segundo plano. Las afirmaciones y negaciones contenidas en él, tanto si son resultado de un exactísimo rigor lógico y, por ello, racionalmente demostrables, como si son de origen sentimental y, por tanto, sólo emotivamente verificables o falsables, todas ellas poseen la misma función dinamogénica: mover a pensar y, posteriormente, a actuar (teoría-praxis). Por todo ello, nos sentiríamos satisfechos si con el presente estudio hubiésemos contribuido a considerar el pensamiento de GB sobre la técnica, con independencia del acuerdo o desacuerdo que suscite, como fuente viva de problemas, sorpresas, sugerencias, enfoques, relaciones, alternativas, provocaciones..., con los que fecundar el panorama filosófico nacional e internacional del filosofar sobre la técnica. Así, pues, la filosofía de la técnica de GB, por estar a la altura de los tiempos (ser actual), resulta manantial de cuestiones y problemas actuales y desconcertantes, pudiendo ser calificada por ello de filosofía atómica. 8- Sin duda, la mejor manera de notar lo que de fermentario de ideas o apertura a posibilidades hay en la filosofía de la técnica de GB es confrontarla con otras ideas y categorías a fin de superarla evitando así su muerte por repetición. Nuestra exposición histórico-sistemática del pensamiento de GB sobre la técnica hasta la época marxista pretende ser una aportación inicial seria, de carácter básico, que contribuya, entre otras cosas, a posibilitar la citada labor crítica y a que ésta se lleve a cabo de forma rigurosa. La filosofía de la técnica de GB ha de ser objeto de una labor crítica. Con esta intención traemos las siguientes cuestiones11. Advierte bien GB que fábrica y mercado no sólo se han convertido actualmente en el principal centro productor de bienes y de acceso a ellos respectivamente sino, sobre todo, en el plan rector con que, de forma predominante, se ha dotado desde el Renacimiento esa empresa-aventura que es el transfinito humano puesto a ser Dios. Se trata de un plan rector cuya racionalidad estructural se ha erigido en paradigma organizativo de todas las demás actividades humanas (política, sociedad...) en un intento por unir a la transformación de todo en dinero la eficacia en conseguirlo. Si bien GB admite que la creación de un auténtico tecnocosmos no es posible bajo condiciones artesanales de producción sino de división del trabajo del tipo especialización industrial, denuncia en cambio al capitalismo por cuanto que siendo ya un modo de producción de tipo industrial lo es de forma que perdividiendo el trabajo descuartiza al trabajador en favor del producto, sirviéndose para ello de la tecnociencia (tecnología). Añádase a lo anterior que ni la eficacia de los procesos productivos tecnológicos (racionalización de la producción) ni sus productos son puestos al servicio de la humanidad sino de capitalista y del capital, es decir, del dinero y de su poseedor. Al considerar el beneficio social desde esta única perspectiva, la humanidad queda descubierta a los ojos del capitalista como un recurso más a explotar eficazmente para que el sistema económico funcione, ampliando así su dominio de lo "mihifacto". Este trato cosificante o deshumanizante también afecta al capitalista, pues aunque por la acción mihifactiva haga suyas las creaciones sobrenaturales del hombre en cambio, por lo que de natural tiene tal acción apropiativa, permanece en estado de hombre natural. Por este hecho, la disponibilidad de la humanidad (Hombre) para ser Dios en virtud de su potencia de transfinitud suprema, al quedar apropiada por el capitalista y reducida a mera capacidad para generar dinero, condena al genero humano al estado de mero material económico en sus manos, es decir, a ser masa o rebaño a la que se compraanula su condición creadora a cambio de dinero (forma legitimada de alienación antropológica antes que económica) con el que acceder al disfrute de todo un mundo de artefactos que, hechos por y para el mercado con afán de mercancía antes que como valores de uso, oculta la auténtica dimensión transcendente de la técnica y del dominio por ella fundado12. El "mundo artificial" queda rebajado así a "mundo artificioso" y los artefactos, por sofisticados que sean, descienden a la categoría de cacharrería para comerciar, quedando la especie humana escindida en dos tipos de hombre (clases): los poseedores y los desposeídos, mas en ambos casos alienados en su condición de sujetos creadores plenamente sobrenaturales. Para evitar que eso suceda, GB propone como única solución el trabajo técnica y socialmente organizado pues, como se vio oportunamente, según nuestro autor para el advenimiento de Sociedad basta trabajar en condiciones humanas, es decir, respetuosas con la condición creadora y transfinitante del hombre creador-trabajador13. Pero la exclusiva confianza en la acción instrumental, aun siendo ésta de tipo transustanciador, y aconteciendo en un contexto antropológico y socio-económico respetuoso con la dignidad del hombre creador, nos parece excesiva e injustificada. Si la concepción bacquiana de la acción instrumental en tanto que acción transustanciadora de toda la especie humana parece evitar el pecado transteológico de ponerla a servicio de una clase dominante con las consecuencias antropológicas que ello conlleva, consideramos sin embargo que la filosofía de la técnica de GB no contempla suficientemente la acción comunicativa o dimensión dialógica como mecanismo de control democrático sobre una técnica potencialmente negativa para el proceso transfinitador14. Tal dimensión no aparece nítidamente en la filosofía bacquiana de la técnica, por lo que no se plantea explícitamente en ella la participación del individuo (social o no) en el debate sobre ciencia, tecnología y sociedad en tanto que usuario de tecno-ciencia y sujeto paciente de sus efectos a todos los niveles. Este hecho queda especialmente de manifiesto en su forma de concebir el nuevo tipo de conciencia social que demanda el mundo artificial actual, así como el tipo de pedagogía acorde al caso. En efecto, dicha conciencia social parece cumplir en su filosofía una función meramente adaptativa carente de cualquier dimensión crítica para con la técnica y lo artificial, produciendo la impresión de que el encauzamiento social de la técnica actuase como mecanismo corrector automático suficiente ante cualquier problema relacionado con la creación, uso y expansión de la técnica. Al hilo de lo anterior, sorprende igualmente que en el proyecto pedagógico bacquiano la enseñanza de las matemáticas ocupe un lugar de privilegio en el advenimiento de dicha conciencia, mientras que la historia, la única disciplina humanística y, por tanto, con función básicamente crítica, vea reducida dicha tarea a mantener la guardia ante el naturalismo en cualquiera de sus manifestaciones (antropológica, económica, religiosa, laboral...), debiendo consistir su principal labor, en cuanto disciplina, en mostrar al hombre su condición histórica de técnico o inventor, la de lo real-natural como material para sus inventos y el carácter simbólico de sus artefactos, en los que debe aprender a verse reflejado como lo que es: creador. Este hecho, sin embargo, resulta tanto más paradójico si se considera la importancia que nuestro autor concede al advenimiento de una nueva moral capaz de regular correctamente los procesos tecnológicos actuales, así como la llamada a la responsabilidad social y política y su defensa de la democracia, todo ello con fundamento en la libertad de pensamiento. La propuesta bacquiana de colaboración usuario-creador, o emprendedorcolaborador, se encuadrada dentro de su apelación al diálogo como parte de la condición ontológica del hombre como ser colectivo (hablarnos, oirnos, vernos...) y siempre dentro del contexto de la acción instrumental: diálogo práctico o hacer-nos frente al mero decirnos (idealismo). Tal propuesta, sin embargo, nos parece excesivamente rígida, poco desarrollada y menos vertebrada, por lo que no puede aspirar a erigirse en solución viable al tema que nos ocupa, aunque bien pudiera serlo como referencia para la apertura de su pensamiento a la dimensión dialógica a condición de profundizar en ella desde nuevas categorías, evitando así en lo posible la sospecha de tecnocracia o tecno-despotismo ilustrado que pudiera planear sobre su filosofía de la técnica (aspecto ingenieril radical de la misma)15. Ante preguntas como: quién decide qué se investiga y qué no; qué inventos sacar al mercado y qué patentes se archivan; con qué intenciones se hace todo ello y qué efectos tiene tal actuación sobre la sociedad, nada parece aportar explícitamente la filosofía de la técnica de GB, que carece de propuestas concretas en lo que respecta a la necesidad de elaborar códigos morales y legales, deontologías y derechos humanos de tercera generación, es decir, demandados por las novísimas situaciones generadas para la dignidad humana por la tecnociencia, y de las que los medios de comunicación sociales se hacen eco a diario en virtud de la rapidez con que se producen las noticias en este terreno; nada sobre si esas regulaciones deben quedar en manos del sector privado, de instancias políticas estatales, parlamentarias o sociales de algún tipo. Esta carencia se mitiga en parte si se considera la importante función que GB otorga a su reflexión sobre la técnica como llamada de atención sobre la complejidad y profundidad del fenómeno técnico y sobre la condición creadora y transfinitante del hombre, pues considera que con ello contribuye a su concienciación (talante ilustrado) y, por su medio, decisivamente a la construcción de la "historia real", es decir, de manera básica o estructural, ayudando a reorientar eficazmente la lucha por la dignidad del hombre creador o técnico. Desde esta perspectiva hay que valorar la ética concreta o de bienes (popular) propuesta por GB en cierto momento de su andadura filosófico-vital, posteriormente repensada bajo categorías de pragmatismo marxista. Pero esta postura no consiste tanto en propuestas concretas como en un marco general para la acción (praxis), aunque sin caer en formalismos (o al menos eso pretende nuestro autor). Si por una parte GB considera que la tecnociencia actual, dada la magnitud de su proyecto y designio (tanto en general: transustanciación del hombre en Dios y del universo en Tecnocosmos; como en particular: viajes espaciales, transmutaciones atómicas, ingeniería genética...), posee carácter de empresa planificada que sólo es posible sacar adelante colectivamente, tal idea en cambio no aparece suficientemente vertebrada y desarrollada en su pensamiento, a pesar de sus esfuerzos por definir Sociedad. Esto se debe, a nuestro juicio, a la carencia de una auténtica dimensión dialogal o interpersonal en su proyecto filosófico, lo cual resulta punto de gravedad a tenor de la magnitud de las pretensiones y, por tanto, de los posibles riesgos, de semejante empresa. Con todo, esta carencia encontraría cierta razón de ser si se considera que ante la situación de la tecnociencia actual GB parece considerar más urgente dar forma a la llamada de atención o labor concienciadora sobre ciertos aspectos metafísicos y antropológicos involucrados en y por aquélla antes que detenerse en consideraciones de otra índole. En relación con la cuestión precedente, surge esta otra: si bien GB se muestra respetuoso con los sentidos que otros pueblos y culturas dan a lo real, criticando en consecuencia toda idea y técnica societarias, uniformistas y arrasadoras de las diferencias culturales, por su nocividad para la Vida en tanto que destructoras de la variedad y novedad con que ésta expresa su poder creador bajo forma humana, debiera mostrar, por lo mismo, igual respeto por los tipos de vida mental y técnicas isomorfas con esa variedad de culturas y pueblos humanos. Tal cosa, sin embargo, no parece suceder en realidad o, cuando menos, no aparece suficientemente encajada con el hecho de que para nuestro autor sólo la técnica tecnemática o sobrenatural merezca ser investigada, difundida y aplicada, de manera que llegue el momento en que nadie se sienta extraño y extrañado en Tecnocosmos. La postura bacquiana tiene aspecto cientifista, toda vez que nuestro autor parece considerar el modelo tecno-científico actual como la forma superior de expresión universal de las potencialidades humanas y, por tanto, también universalmente deseable y extensible como paradigma de la acción humana transformadora. Es ésta una consideración en la que parecen coincidir tanto el capitalismo o neoliberalismo como el marxismo, que ven en la tecnociencia actual la plasmación de un proceso evolutivo de carácter universal que actúa, además, como variable independiente. El problema aparece, y es lo que ya no admite GB, cuando tecnociencia y economía se aunan de tal modo que la sabiduría del experto y la legitimación del gobernante son juzgadas exclusivamente por su capacidad para potenciar, o al menos sostener, el crecimiento económico dentro de ciertos parámetros considerados aceptables. Esto sería la consecuencia de considerar que dicho crecimiento económico es lo único capaz de producir beneficio social, que lo produce de forma automática y que dicho beneficio social sólo existe cuando puede cuantificarse de algún modo en dinero. Con esta idea como trasfondo no debe resultar fácil considerar en serio que el beneficio resida en la transustanciación del hombre en Dios, excepto para vender artefactos, como lo demuestran ciertos esloganes publicitarios que han proliferado en los últimos años. Para quien defienda el reduccionismo ilimitado de la calidad a la cantidad y el sometimiento de la ciencia y técnica a la economía, cualquier cuestionamiento de la validez del modelo tecnocientífico actual como fuente de progreso humano será indeseable y pernicioso. Así, en la medida en que el científico (cientifismo) y el político (economicismo) rechacen tal cuestionamiento calificándolo de intromisión inaceptable por parte de dominios ajenos al debate especializado en tecnociencia y economía, tales como el religioso, el antropológico, el ético..., estarán ambos evidenciando su oposición a una filosofía de la técnica de corte humanista o crítico para con la tecnología y, por tanto, su adscripción a otra de talante ingenieril donde ciencia y economía quedan co-implicadas no sólo por razones de intereses dinerarios comunes (tecnociencia desarrolla economíaeconomía impulsa investigación tecnocientífica) sino, fundamentalmente, por compartir una base operativa común de la que surge su eficacia: la cuantificación o formalización matemática de toda cualidad, resultando derivado el que dicho cuantificacionismo tome forma suprema en la reducción potenciada de carácter economicista o dinerario. Pues bien, en virtud del carácter sintético o integrador que, como hemos demostrado, posee la filosofía de la técnica de GB (básicamente: ingenieril y de las humanidades), la tensión que la constituye se resuelve en una filosofía de la técnica de corte crítico social en el que la crítica al capitalismo forma parte de otra más amplia contra cualquier forma de naturalismo e idealismo, pero mantiene la idea de que la tecnociencia es el único camino para el progreso humano. Por esta razón, bastaría con cambiar las condiciones antropológicas y económico-sociales del trabajo para que éste pudiera dar de sí todo su poder en cuanto actividad creadora. Tal es la postura de GB. En ella se pone de manifiesto algo apuntado con anterioridad: la consideración de la tecnociencia como variable independiente respecto de cualquier otro proceso, incluido el económico, tanto en el comunismo como en el capitalismo o neoliberalismo, y de ahí la posibilidad que advierte GB de su instrumentalización o uso herramental en cuanto proyecto común a ambos sistemas (hacer del hombre Dios) pero divergente en el designio, el cual depende de una decisión metafísica de origen sentimental y, derivadamente, racional. Es este un tema en el que la filosofía de la técnica de GB pone de manifiesto con nitidez su vertiente ingenieril (aspecto cuantificacional) de eficacia y de racionalidad y la humanista (decisiones metafísicas a partir de motivos o sentimientos, en especial los de divinización o contacto con lo sagrado). Pues bien, teniendo en cuenta lo anterior, la pregunta es: )cómo evitar que la estructura de la técnica supernatural o transustanciadora no sea también arrasadora de la diversidad cultural humana en aras de la transformación universal del Hombre en Dios y del universo en tecnocosmos? )Es suficientemente respetuosa la idea bacquiana de construir un Supersujeto artificial humano (Sociedad) dotado de técnica supernatural con la decisión de algún grupo humano de reconquistar su identidad escindida mediante la potenciación de técnicas menos beligerantes y más amorosas con lo natural, en lugar de afanarse en la separación de vida y naturaleza mediante artefactos y actitudes violentas, belicosas, contra lo natural? De otro modo: )es suficiente reconducir socialmente (comunismo) lo que GB denomina "colosalismo" de la técnica moderna para evitar el efecto "megamáquina" denunciado por Mumford y, en consecuencia, la deshumanización del hombre y la destrucción de su variedad cultural por una técnica que con designio capitalista o neoliberal parece perseguir conscientemente o no? )Es método único o, por el contrario, cabe alguna otra alternativa al comunismo como acción liberadora de la tentación o "pecado transteológico" que es el capitalismo? Más aún: )no será el comunismo propuesto por GB como solución más de lo mismo bajo aspecto diferente? A nuestro juicio, la postura de GB, así como su contradicción interna apuntada, son el resultado necesario de tener que optar obligatoriamente ante el dilema que se le plantea sin remedio en su pensamiento como consecuencia de un par de ideas básicas que forman parte de su sistema filosófico desde el principio, tal como descubrimos en su momento: por un lado el universo presiona al hombre desde múltiples frentes; por otro, la técnica, surgida como defensa eficaz contra esa presión, avanza imparable como consecuencia de su conexión esencial con transfinitud humana. Ante la situación generada por esta perspectiva, tan inútil será oponerse a la técnica (conservacionismo o ecologismo radical) como intentar ignorarla (Heidegger, misticismos tradicionales, orientalismo...), pues en ambos casos el hombre haría dejación de su peculiar esencia en favor de la tendencia descendente del universo. No menos imposible resultaría intentar armonizar técnica y naturaleza16, alternativa insostenible para GB por cuanto que la naturaleza tiende a infiltrarse en la técnica bajo formas sutiles (ley de los grandes números, repetición...) logrando imponerse a la corriente ascendente del universo en su forma suprema: la transcendencia humana, acabando en última instancia con la Vida. Tampoco sería viable dejar la técnica en manos exclusivamente de la racionalidad científica, pues la tendencia racionalista atacada por su peculiar frenesí acaba favoreciendo, tal como se vio, al determinismo del universo físico en contra del poder creador de la Vida. Por tanto, no queda sino hacer de la necesidad virtud y afrontando el hecho de lo implacable de la técnica, al par que su imprescindibilidad como escudo-arma de la Vida con que evitar la agresión del universo, utilizar su poder desespecificador, y por tanto deshominizador, para hacer que el hombre deje de ser hombre, mas hombre natural y, a la vez, usar su poder creador, y por tanto humanizador, para crear un nuevo tipo de ser a partir del hombre natural, es decir, para sobrenaturalizar o re-crear al hombre sobrenaturalmente (artificializarlo). No quedaría más remedio, por tanto, que acabar con lo natural para salvar a la Vida, rompiendo su cordón umbilical con el universo e insertándola (cambio de cuerpo) en un dominio artificial-artefactual o mundo técnico de tipo Tecnocosmos. Desde esta perspectiva, que es la de GB, cualquier otra alternativa a este posicionamiento significaría, de un modo u otro, la muerte del hombre y de la Vida a manos del universo. En consecuencia, el respeto por las diferentes culturas y técnicas no pasará de ser un gesto magnífico de democracia pero, en rigor, puramente estético, es decir, ineficaz como instrumento de salvación de la Vida y, por tanto, falso por avocar a la transfinitud humana, por acción u omisión, irremediablemente a la muerte. En este sentido, podría afirmarse que tal alternativa entraría en la categoría bacquiana de "pecado transteológico". Así, pues, la mundialización del proceso tecnológico occidental con exclusión de cualquier otra forma tecnológica, a pesar de la reconducción social de su designio, resulta consustancial a la filosofía de la técnica de GB y ello no por afán imperialista del autor, sino por necesidad o imperativo ontológico que ha de transmutarse en virtud. Advertimos cierto fatalismo en el planteamiento bacquiano al otorgar a la categoría de porvenir, tan cara por otra parte a su sistema filosófico, las siguiente posibilidades: vencer por tecnociencia antinatural socialmente reorientada; sucumbir ante el avance de lo natural (en esta posibilidad se encontraría el híbrido tecnociencia-capitalismo); sucumbir de forma irreversible por fracaso o sorpresa negativa en el proceso de tecnificación a pesar de estar bien encauzado su designio. Dos contra uno a favor de la tendencia descendente del universo. Lo dicho nos permite comprender mejor la insistencia de GB en los aspectos metafísico y antropológico de la técnica antes que en otros, así como en la necesidad de construir un tecnocosmos o mundo artificial donde la vida humana, para morar a la altura de su dignidad específica, ontológica y metafísica, deba hacer que todo rastro del ser en estado natural desaparezca. Tal planteamiento fuerza implícita y necesariamente a GB, en contra de su voluntad expresa de respeto a la diversidad vital de culturas, a hacer de la tecnociencia el modelo universal, único (exclusivista) y actual de interpretación o donación de sentido vital a lo real, y ello como consecuencia de su mayor eficacia para imponerse a lo natural en favor de la Vida. El tono vital de las obras que constituyen la última etapa del pensamiento bacquiano (1980-1992), caracterizada por su arrebatada defensa de la tecnociencia, es la consecuencia lógica de lo que se acaba de decir17. Pues bien, si esto es así, entonces )hasta qué punto admite esta postura bacquiana un debate abierto a todos los agentes sociales (y esto incluye tanto a individuos como sociedades y culturas) implicados en la producción y uso de una técnica cuya presencia y consecuencias en todos los órdenes se extienden creciente y aceleradamente por todo el planeta? )restringe la crítica social a poner en solfa el modelo capitalista en cuanto contexto inadecuado para la acción creadora técnica sin admitirla, en cambio, cuando se trata de cuestionar los problemas derivados exclusivamente de la aplicación del modelo tecnocientífico? O, caso de admitirla, )la labor crítica habría de quedar en manos de los especialistas, técnicos e ingenieros? )Contempla la existencia de tecnologías alternativas respetuosas con el medio ambiente como una fase del proceso de transustanciación, o ve en ellas la claudicación de la transfinitud humana ante los límites de lo natural en lugar de un reto para su poder? En definitiva, )hasta qué punto es compatible la concepción bacquiana de la técnica con un ethos ecológico18? Cuestiones abiertas todas ellas, y algunas más que se dirán, que son otros tantos retos lanzados a y por la filosofía de la técnica de GB; retos que claman por desembocar en una filosofía crítica de carácter integral u holísta (crítica económica, cultural, social, epistemológica, psicológica, ética...) de la técnica. En relación con lo anterior, hay que notar que la filosofía de la técnica de GB, si bien respetuosa con la vida, carece sin embargo de cualquier sensibilidad para los problemas medio ambientales generados por el progreso tecnológico, si por respeto al medio ambiente se entiende respeto a lo natural o conservacionismo. Podría parecer que nuestro autor ignorase algo por otra parte evidente: que capitalismo y comunismo coinciden en su capacidad para deteriorar el medio ambiente en grados y formas alarmantes (colapso ecológico) por las consecuencias que en diversos órdenes ello comporta, incluso desde la perspectiva antropológica transfinitadora19. No creemos, sin embargo, que esta ausencia deba atribuirse a la ignorancia por parte del autor de datos y sucesos en relación al tema, sino a una cuestión interna a su sistema: la separación radical entre vida y naturaleza, de modo que GB acierta muy bien a ver que capitalismo y comunismo coinciden en el proyecto transustanciador, debiendo alterar profundamente para ello el estado natural de cualquier realidad, por lo que, en este sentido, ambos sirven a la transfinitud aunque el comunismo lo haga mejor por su designio, opuesto al del capitalismo, ya que siendo respetuoso con la vida permite, sin embargo, reducir la dosis de naturalismo. Pero, una vez más, )es suficiente orientar (designio) la sobrenaturalidad y el colosalismo de la técnica actual desde un sistema antropológico y socioeconómico comunista para evitar los problemas indicados? )Cómo los evita, si es que puede hacerlo, una técnica propia del Hombre que lo sea ya de forma práctica y tienda a serlo aún positivamente? Nada dice GB a este respecto en sus escritos, limitándose a constatar y potenciar la posibilidad, y es factum de la técnica, de que la vida no necesita cuerpos naturales para realizar sus funciones, pudiendo ejecutarlas de manera incluso más eficaz en cuerpos artificiales20. Consideramos que es el carácter dialéctico del pensamiento bacquiano lo que permite a nuestro autor proponer como solución, en coherencia y respeto con su proyecto transustanciador de universo y hombre, una síntesis de dos posturas aparentemente irreconciliables: una, de corte ingenieril: la de huida hacia delante confiando en que la técnica será capaz de resolver con más técnica los problemas que ella misma genera; la otra, de marcado talante humanista: precaución como actitud, aunque no tanto frente a la técnica en sí como ante ésta por amplificadora de males exógenos. He aquí una nueva fuente de problemas y posibilidades suscitados por la paradójica filosofía bacquiana de la técnica, que explicitamente advierte de la insuficiencia de las meras soluciones técnicas para los problemas generados por la técnica actual21. Otro aspecto interesante consistiría en confrontar la filosofía de la técnica bacquiana con una sociología del conocimiento y actividad científicos a fin de corregir lo que parece una concepción ingenua de GB acerca de la actividad científica y de las actitudes de los científicos, a los que llega a calificar como santos del siglo XX; concepción que contrasta, sin embargo, con sus profundísimos conocimientos epistemológicos y su gran preocupación por la dimensión social de ciencia y técnica, la cual desemboca en una crítica feroz al capitalismo. Demasiada ingenuidad, a nuestro juicio, para un sistema con tantas pretensiones como el bacquiano. Otra cuestión: si bien en la etapa marxista GB destaca el papel que el naciente capitalismo juega desde el Renacimiento en el impulso científico y técnico, y su incremento a raíz de la Revolución Industrial, la perspectiva onto-antropológica desde la que nuestro autor realiza sus análisis relega a un segundo plano la dimensión político-económica, de manera que desde el marxismo ortodoxo su filosofía de la técnica podría ser vista con recelo y llegar a ser tachada de idealista, en especial si se considera el énfasis que pone en todas las etapas de su pensamiento sobre la conexión causal entre el proceso creciente de formalización de la vida mental y el progreso científico-técnico (aumento de la eficacia). A nuestro juicio, este hecho se debe al interés de GB por el aspecto transustanciador de la filosofía de Marx y las posibilidades que en ella ve nuestro autor desde su condición de filósofo sentimentalmente llamado a una transcendencia mística de carácter actual o tecnocientífico o, en término por él empleado en cierto momento puntual de su trayectoria intelectual, sentido español, aunque actualizado (principalmente, con el pragmatismo, el existencialismo, el vitalismo, la ciencia (en especial la física cuántica) y el marxismo) de su filosofar. Desde esta clave se entiende, como se vio en su momento, que GB se distancie, incluso explícitamente, de los enfoques marxistas que de la filosofía de Marx suelen hacerse por considerarlos afectados de reduccionismo economicista empobrecedor del semillero de posibilidades que en punto a la dimensión creadora del hombre constituye la filosofía del autor de Tréveris. Desde esta perspectiva, se explica la relectura crítica del filósofo alemán que realiza nuestro autor lejos de enfoques de corte protestante o luteranos más o menos larvados; GB entronca, en cambio, con la tradición católica, tal como ha quedado demostrado en numerosas ocasiones a lo largo de nuestro estudio. Así, la reducción de la condición creadora del hombre (cualidad) a la de productor de mercancías-dinero (cantidad) encuentra su origen, según GB, en el deslumbramiento (envanecimiento) que sufre la razón a raíz de la constatación galileana de que lo natural (cualidad) está escrito en caracteres matemáticos (cantidad) y de la eficacia que se sigue de este descubrimiento para la acción instrumental. Este hecho, por el frenesí de las tendencias, desemboca en una crisis de sentido para la cultura occidental al quedar separado lo que en la Ilustración iba unido, al menos en intenciones: razón teórica (ciencia), razón instrumental (eficacia) y razón práctica o sustantiva (la vida humana como bien común a cuyo servicio quedaban la razón teórica e instrumental). El racionalismo, o frenesí de la razón, considera como cúspide de la vida humana al individuo natural (yo), el cual se embriaga con el poder que revela la cuantificación de lo real, viviente o no. GB, consciente del peligro que supone para la vida que el poder técnico, en especial el que posee el hombre actualmente en virtud de la ciencia-racionalidad que le sirve de base, pueda albergar proyectos transustanciadores sin un designio a la altura de los mismos (designios naturalistas para proyectos que son ya sobrenaturales), propone uno en que se unan sintéticamente el tirón o atracción que lo sagrado posee para la esencia humana (sobrenaturalidad) con el factum de la técnica actual, es decir, con la mostración de que lo real no tiene esencia y la eficacia del formalismo matemático para dominarlo. Nada, pues, de cifrar el éxito de la tecnociencia en el beneficio y progreso económicos, sino en la sobrenaturalización del hombre y del universo (aspecto tecno-místico). En relación con lo anterior, otra cuestión a debate es también, sin duda, la problemática caracterización positiva que GB hace del concepto-categoría "Dios" en tanto que Designio del proyecto transustanciador humano. )Qué sucedería si alguien considerase como paradigma de perfección o anhelo máximo humano una idea-categoría que fuese el antivalor de "Dios" elevándolo en consecuencia a causa final y formal del dinamismo transfinitador? Por otra parte, su concepción de una mística actual frente a la tradicional, así como su crítica a la teología al uso no podrán por menos que suscitar la controversia en determinados sectores que encontrarán, sin duda, material más que suficiente en la obra bacquiana para ensayar su capacidad crítica. Otro problema suscitado por su filosofía de la técnica es el concerniente a su concepción de la historia de la técnica. GB observa, a la luz de su hermenéutica, una ruptura epistemológico-vital entre el mundo griego y medieval por una parte (epistemología esencialista o naturalista), y el romano, renacentista, moderno y actual por otra (proceso de formalización creciente), en virtud de la cual considerará que la técnica de nuestros tiempos (la supernatural) no puede ser puesta en relación genética con la griega (de la que la medieval sería ápice, es decir, tope histórico, fin y final, de las posibilidades inherentes a la técnica griega empapada de naturalismo) sino, remotamente, con la romana, poseedora de un temple vital diverso (gens romana). El mundo medieval, sin embargo, habría aportado algo que la filosofía occidental no supo aprovechar debido a su borrachera racionalista: la posibilidad de vida sobrenatural, incluso para Dios mismo, así como el sacramento de la transustanciación eucarística. La tecnociencia actual, si bien no reconoce más límite que el Infinito el cual, como se vio, no resulta en rigor limitación, está sin embargo enferma de racionalismo. Así, pues, dos líneas evolutivas encuentra GB en la técnica o vida prácticoinstrumental surgidas de sendas líneas en la vida intelectual; una sólo con futuro y sin porvenir a causa de su naturalismo constitutivo (greco-medieval); la otra, sin futuro y plena de porvenir a causa de la combinación de formalismo y creatividad que la caracteriza. Esta última, sin embargo, de no remediarse, está abocada a morir prematuramente antes de dar de sí todo su potencial a causa de su afección racionalista. Lo que GB pretende es potenciar las posibilidades de la tecnociencia actual desde la aportación católico-escolástica-medieval convenientemente actualizada (secularizada) a la luz de la física y biología actuales, de manera que se abra una tercera vía en que mística y tecnociencia se unan sintéticamente; vía que surge como reconducción de la segunda22. Pues bien, ¿hasta qué punto es sostenible la ordenación o sistematización que hace GB de la evolución de la historia de la técnica con los conocimientos actuales que desde otras perspectivas existen en este campo? Por último, es la vía propuesta por nuestro autor, en definitiva: su filosofía de la técnica, el producto de una locura o exceso de imaginación resultado de alguna manía personal y de tal calibre que, tiñendo todo su quehacer filosófico, hace de él algo impropio de la consideración rigurosa del mundo académico, o resulta por contra vislumbre preclaro, precursor, de lo que será (o ya está siendo) la dinámica de la tecnociencia y, por tanto, cuestión a considerar seriamente por dicho ámbito oficial debiendo para ello, si fuese preciso, introducir cambios en su estructura y propósitos a fin de ponerse a la altura de las actuales circunstancias? En definitiva, temas, todos ellos y más que puedan encontrarse, con los que la filosofía de la técnica de GB debe confrontarse; cuestiones abiertas que retan a una filosofía que desea presentarse ante nosotros con las notas distintivas de actual y atómica (desconcertante). 9- A modo de síntesis conclusiva de este trabajo podría afirmarse lo siguiente: Si GB concibe la técnica actual exclusivamente en términos de metafísica y viceversa, y si, como afirmamos, su pensar sobre la técnica constituye una filosofía rigurosa (dialéctica), íntegra e integradora de la técnica, entonces su filosofía de la técnica será una reflexión rigurosa, íntegra e íntegradora sobre metafísica. Tal filosofía de la técnica viene caracterizada: a) Por su condición metafísico-artefactual o instrumental-transustanciadora de carácter biocibernético; b) Por su condición hermenéutico-salvífica o tecno-mística desde la que adquiere sentido definido y definitivo la dimensión biocibernética; c) Por su carácter heurístico o investigador-explicativo de lo que su autor considera proceso histórico de antropo-teogénesis (o antropo-teogonía) artificial y, por tanto, de tecno-antropología y tecno-teodicea, es decir: de tecnofilosofía de la historia. Todo ello hace del pensamiento bacquiano sobre la técnica una filosofía de la técnica cuya peculiaridad radica en ser síntesis original de distintos elementos pertenecientes a las diferentes, y hasta opuestas, tradiciones de la filosofía de la tecnología. Por ello, la filosofía bacquiana de la técnica: a) Es aspirante de pleno derecho al título de "precursora"; b) Puede ser propuesta como filosofía actual de la técnica, pero siempre de forma dialéctica, nunca dogmática, esto es: b.1.) tética o positivamente, como aporte original de ideas y dimensiones; b.2.) antitética o negativamente, como conjunto de problemas suscitados por ciertas ausencias, debilidades y tensiones internas de su sistema los cuales, lejos de invalidarlo, invitan a su superación. Por todo lo expuesto, es posible afirmar que la reflexión de García Bacca sobre la técnica constituye una síntesis de las tradiciones occidentales de la filosofía de la técnica pues: 11- Coincide con la tradición humanista de la filosofía de la técnica en su carácter de hermenéutica del sentido de la técnica desde una perspectiva transtecnológica, la cual considera imprescindible como vía de acceso a dimensiones fundamentales constitutivas del carácter enigmático de la pregunta por el hombre. También en la búsqueda de vínculos entre la técnica, lo humano y lo extrahumano; entre la técnica y el arte, la literatura, la religión, la ética o la política a fin de resaltar la importancia de lo no tecnológico. Se distancia de ella, en cambio, por considerar que la relación del sentido común con el conocimiento tecnológico no es base suficiente para comprender el sentido de la técnica, precisándose uno de tipo científico e ingenieril, y que ocuparse en los complejos y diversos detalles de la técnica y sus procesos no oscurece su conexión con temas y problemas humanos sino que, al contrario, permite el redimensionamiento de éstos desde una perspectiva actual. 12- Coincide con la tradición ingenieril en considerar la estructura de lo tecnoartificial como paradigma vertebrador de la estructura de otras acciones humanas con el que dotarlas de poder transformador causal sobre lo real mental o físico. Coincide también en su tendencia a traducir los diferentes lenguajes en que se expresan las distintas disciplinas humanistas a otro de carácter formal y artefactualista más próximo al ingenieril y, por último, en defender y promover el incremento y extensión de la conciencia tecnológica. Discrepa con ella, sin embargo, al considerar que el sentido de la técnica es un problema correctamente planteado, no resultando perturbadoras ni incongruentes las cuestiones formuladas por los humanistas sino que, por el contrario, éstas recogen aspectos fundamentales de la existencia humana que evidencian la dimensión transcendente de la técnica. 13- La reflexión bacquiana sobre la técnica comparte con la tradición de la Teoría Crítica de corte marxista su preocupación por el contexto socioeconómico en que acontece la acción técnica, acometiendo su crítica con el propósito de evitar que el progreso histórico, basado en ella, se resienta. Se distancia de ella en la medida en que su pensamiento escapa intencionadamente de adscripción a escuela alguna y reivindica una lectura crítica, renovada y heterodoxa, del pensamiento de Marx. En definitiva, la reflexión de García Bacca sobre la técnica incluye análisis relativos a la estructura de lo artificial técnico; diferencias entre lo técnico y lo artístico; distinciones conceptuales entre tipos de artefactos, instrumentos y máquinas; historia de la técnica; reflexiones sobre la invención, el diseño y la producción; cuestiones epistemológicas; consideraciones ontológicas de los entes naturales frente a los artificiales; aspectos éticos, políticos, antropológicos, teológicos, hermenéuticos, etc., así como una reflexión sobre los peligros y límites de la técnica. Tal labor tiene lugar, además, en una atmósfera crítica, incluso provocadora, esencial en el filosofar bacquiano; filosofar interesado, antes que en soluciones, en su apertura a dimensiones actuales y, por ello, novedosas y desconcertantes. Por todo lo anterior, concluimos que la reflexión bacquiana sobre la técnica posee un neto carácter filosófico, a la vez que contiene todos los elementos necesarios para su consideración como síntesis original de las tres tradiciones de la filosofía de la técnica, razón por la cual dicha reflexión constituye una contribución relevante a la tarea pendiente de la filosofía de la técnica. Así, pues, podemos afirmar que la filosofía de la técnica de Juan David García Bacca merece el calificativo de "precursora" y su autor, quizá, el de "primer filósofo de la era atómica". Notas 1 IFAM, 119. 2 Temple que, sin merma del rigor racional, científico, con que nuestro autor desarrolla los temas que trata, los abre a dimensiones poéticas, metafóricas o parabólicas (Cf ILF, 17). En definitiva, de lógica de la identidad a lógica dialéctica, a creación o porvenir. Tono de incitación a pensar que llega, en ocasiones, a provocación calculada o insulto (Cf vg., prólogo a ET) para mentes atrapadas en el juego de la lógica formal donde la negación en potencia par deja las cosas tal cual, es decir, sin historia. 3 Preferimos emplear el término "precursor" antes que el de "fundador", según se apuntó ya en la Introducción General, atendiendo a una observación que GB hacía respecto del pensamiento de Marx, y tal como se vio durante el estudio, al advertir que éste no condenó a la humanidad a ser comunista, tal como pretenden algunos de sus intérpretes y seguidores. Observación, por otra parte, de la que C. Beorlegui se hace eco y que da pie a nuestro distingo: "García Bacca es plenamente consciente de que con Marx no está dicha la última palabra, (...). Marx era bien consciente de sus limitaciones históricas. Los que parecen no tenerlo en cuenta son muchos de sus seguidores que lo convierten de precursor (única cosa a la que aspiraba Marx) en fundador, haciendo del mismo un dogma y no un método dialéctico de investigación y praxis" (BEORLEGUI, C.: "El pensamiento de Juan David García Bacca, un filósofo navarro desconocido". Príncipe de Viana, Año VI, n1 6 (1986), p. 237). Lo mismo puede aplicarse al filosofar de nuestro autor. 4 Por este aspecto estratégico, el radicalismo pro-tecnológico de GB es, por lo que se ha dicho en el capítulo dedicado a peligros y límites de la técnica, perfectamente compatible con lo que afirma Winner cuando dice: "Estoy convencido de que cualquier filosofía que se precie de ese nombre alguna vez debe preguntar: )Cómo podemos limitar la tecnología moderna de manera que se equipare con nuestro sentido de quiénes somos y qué clase de mundo nos gustaría construir?" (WINNER, L.: La ballena y el reactor. Barcelona 1987, Gedisa, p. 13). 5 "La filosofía de la tecnología como disciplina es el resultado de una progresiva toma de conciencia sobre la dimensión central de la tecnología como nueva realidad ontológica, como base del mundo en el que vivimos, y como estructura de dicho mundo: nos encontramos ya sumergidos en una realidad tecnológica" (TEZANOS TORTAJADA, J. F.; LOPEZ PELAEZ, A. (eds.): Ciencia, tecnología y sociedad. Madrid 1997, Sistema, p. 278). Según esto, la filosofía de GB no sólo sería "de la tecnología", sino, como se argumentó en su momento, "de la técnica", pues su reflexión no sólo se ocupa de la nueva situación ontológica (recuérdese la tesis de Ramón Fernández-Lomana apuntada al comienzo de nuestro estudio: técnica científica como horizonte para una nueva visión del ser) a la que aboca la tecnología actual, sino del papel de la técnica en la historia (génesis y progreso) del hombre y mundo, frente a los animales y el universo. 6 La verdad de lo afirmado se hace especialmente patente en los escritos pertenecientes a la última etapa de su pensamiento (1980-1992). 7 Decimos "gónicas" y no "génicas", porque tal nacimiento no se hace sin esfuerzo titánico o lucha (agonía), en que algo debe perderse (morir) para renacer en nuevo y más poderoso, exaltado o sublimado, estado (categoría hegeliana de rejuvenecimiento, clave de la tradición hermética y esotérico-salvífica occidental). 8 Este aspecto explicaría el hecho de que en algunas obras de GB, en especial entre las pertenecientes a su última etapa (1980-1992) aparezcan los intentos de su autor por dar formulación matemática a conceptos e ideas filosóficos, aumentando así su formalismo y, por tanto, su operacionalidad o eficacia para el dominio de lo real-natural. 9 Preferimos este término al de "meta-técnica", a fin de no interferir con el sentido que éste vocablo posee en Mayz Vallenilla; sentido cargado de inquietantes posibilidades tras las que no es difícil adivinar su deuda para con GB (Mayz Vallenilla, E.: Fundamentos de la meta-técnica. Barcelona 1993, Gedisa.) 10 La expresión "transmutación total" empleada por GB equivale a la de "transubstanciación" (Cf NGFC, 410-411) y es, a nuestro juicio, la fórmula que mejor evidencia y condensa el carácter alquímico del pensamiento de nuestro autor, al que se a hecho alusión en diferentes momentos del presente estudio. Recuérdese, además, la afirmación de GB, según la cual, "Toda la realidad se está transustanciando a manos y por virtud del hombre, el gran agente catalizador y autocatalizador del universo" (PPPMM, 123). 11 Nuestro intento se suma a los que en este mismo sentido tanto C. Beorlegui como I. Izuzquiza realizan al final de sus obras: García Bacca. La audacia de un pensar, y El proyecto filosófico de Juan David García Bacca, respectivamente. 12 Siguiendo a J. L. Aranguren, J. Conill dice que el peor mal de la crisis moral actual "consiste en la desmoralización producida a cambio del bienestar material, logrado por la cultura tecnológica"; "la civilización tecnológica ha favorecido la desmoralización al sofocar el sentido moral bajo los impulsos por el consumo, el éxito y la imagen" (CONILL, J.: "El enigma del animal fantástico. Bases para una antropología y ética de la técnica". Revista de Filosofía (México) n1 67 (1990) pp. 120-121). Una cultura o civilización tecnológica cuya característica, según Ortega, es la de ser una "sociedad de consumo y del bienestar, donde se educa para la producción y el consumo" (o.c. 120). 13 Tras esta postura bacquiana parecen atisbarse las sombras de varios filósofos: que la técnica sea la primera fuerza productiva en las sociedades desarrolladas y que aunque regida por leyes propias que amenazan con dominar al hombre es posible controlarla poniéndola al servicio de la humanización y emancipación social evitando así su destrucción inevitable cuando la técnica desarrolla su actividad bajo condiciones capitalistas (Marx); que la sociedad comunista no es sino una sociedad tecnocrática avanzada que advendrá necesariamente como consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas bajo el sistema capitalista, y de ahí el empeño típico del comunismo en considerar el desarrollo industrial y tecnológico como preludio del socialismo, de modo que hipostatizando la metodología de las ciencias naturales llega a equipararse al socialismo con la planificación tecnológica de la sociedad (Engels); que una nueva etapa histórica no puede comenzar antes de haber madurado completamente la anterior (Hegel). Para más detalles sobre este punto y su crítica desde la Teoría Crítica de la Sociedad, Cf ESTRADA, J. A.: "Crítica a la sociedad tecnocrática". Estudios Filosóficos (Valladolid) n1 101 (1987) pp. 115-119; 124-140. 14 Esta ausencia de una auténtica dimensión dialógica en la filosofía de GB ha sido puesta de manifiesto por C. Beorlegui, aunque desde una perspectiva comunicativa interpersonal que incluye el trato con Dios (Cf BEORLEGUI, C.: "El panteísmo antropológico de J. D. García Bacca". Religión y cultura, XXXIX (1993) 551-552 y 554555). 15 En Tres ejercicios literario-filosóficos de dialéctica, obra publicada en 1983, pero prologada en Quito, en Marzo de 1980, es posible encontrar un intento de vertebración, desde categorías dialécticas y en orden a su proyecto transustanciador de la especie humana natural en supersujeto bioartificial o Sociedad, de los conceptos sociológicos de rol, posición y estatus y, por tanto, de las relaciones sociales. Con este escrito se refuerza nuestra impresión de que el orden social en el sistema bacquiano se establece preferentemente mediante criterios tecnocráticos de racionalización de la producción, aunque entendiendo por "producción" la capacidad creadora o inventora acompañada del funcionamiento o éxito de los inventos (criterio cualitativo), frente a una concepción meramente cuantitativa o fabril. Esto es acorde con la idea marxista, y comunista en general, de un orden estricto que toma como base la labor de cada individuo dentro del todo social atendiendo a sus capacidades. También sería compatible con el modelo artefactual de subordinación de piezas al total que es la máquina, y con el organicista de subordinación de las partes u órganos al todo que es el viviente. Si esto es así, resulta evidente que la dimensión dialógica puede quedar eliminada de entrada por el punto de partida que el individuo ocupe en el diálogo como consecuencia de su función cotidiana en la sociedad (su especialización), cuando tal aspecto funciona como criterio de verdad con el que juzgar lo que el individuo dice con independencia de otras consideraciones. En este caso, se corre el riesgo de caer en una fórmula moderna, tecnocrática, de argumento de autoridad al invalidar cualquier intervención de cualquier interlocutor no especialista por el mero hecho de no serlo. Con ello, las condiciones ideales de diálogo, ya de por sí difíciles de establecer, resultan radicalmente afectadas verticalizando el debate social y haciendo imposible la participación real y, en consecuencia, el entendimiento y consenso perseguidos con la participación de todas las partes. En tal caso, no sólo se habría extrapolado el modelo profesional (entre especialistas) de debate al ámbito de la vida social (ámbito no especializado, por principio, pero no por ello menos afectado por las decisiones de los especialistas), sino que incluso se habrían establecido para éste condiciones que ni siquiera se exigen plenamente en aquél, dando toda la impresión de que la intención última perseguida con tal proceder es hurtar el debate a la sociedad para dejar las decisiones en manos de los técnicos y, por tanto, a merced de los intereses que ellos representen, que pueden coincidir o no con los sociales, cayendo así en lo que álguien ha denominado "síndrome Nemo", es decir: resultando tal coincidencia algo fortuíto, no racional, y ello como consecuencia de la tendencia del tecnócrata a separar tajantemente en la acción tecnológica entre fines y medios pensando que es posible lograr una imagen racional del desarrollo técnico sin atender a problemas relativos a los fines, que no son sino un impedimento para la eficacia deseada (Cf LIZ, M.; VAZQUEZ, M.: "El síndrome Nemo y otros problemas de la Filosofía de la Tecnología". Arbor (Madrid) n1 533 (1990) pp. 31- 47). La tendencia ingenieril de esta postura queda clara en algo que denuncia Horkheimer en su crítica a la razón instrumental y que GB también detecta aunque para integrarla como parte de su sistema en un intento de superación dialéctica: el antihumanismo o cosificación del hombre que provoca tal racionalidad en virtud de su predilección por las máquinas y las matemáticas, considerando que es posible discutir sobre los medios sin tener que preguntarse sobre los fines, de modo que es la sociedad la que ha de someterse a los requerimientos de la ciencia y de la técnica y no a la inversa, lo cual produce un efecto legitimador de las ideologías conservadoras en virtud del positivismo dominante tras dicha postura, pues como todo lo inverificable carece de sentido la dimensión ético-utópica debe desaparecer en favor del pragmatismo característico del tecnócrata, que glorifica la actividad, la planificación y la eficacia (Cf ESTRADA, J. A., o. c. pp. 110-113). 16 Esta es la actitud que, adoptada mayoritariamente en la actualidad por diferentes discursos (político, comercial, pedagógico, científico, religioso...), resulta fácil de transmitir y entender a la sociedad, pero lo es en tanto que reacción sentimental provocada ante catástrofes puntuales generadas por los procesos tecnológicos modernos, más que como propuesta sincera de actuación. Así lo demuestra el hecho de que su eficacia sea puesta en entredicho por todas las partes cuando se hace alusión a la posibilidad de que tal aceptación implique rebaja o renuncia en el grado de comodidad y en la generación de beneficios económicos. 17 En esta etapa final del pensamiento bacquiano sobre la técnica, la dimensión dialogal parece definitivamente arrinconada en favor de la eficacia de los procesos tecnocientíficos socialmente organizados. En este sentido, podría rastrearse en su postura algo de lo que F. Duque dice cuando afirma que "La institución (...) de sociedades tecnocientíficas dentro del propio aparato estatal (ya sea un estado de clases o de castas) diluye toda posibilidad de encuentros de hombres con otros hombres en el ambiente en el que, y desde el que, podrían realizar su vida cotidiana, apacigua los deseos en nombre de la parsoniana affective neutrality e impide el acaecer propicio (Er-eignis) del diálogo. Encuentros, deseos, diálogo son, de nuevo, restos (Abfälle) de la naturaleza, ahora considerada como interior" (DUQUE, F.: Filosofía de la técnica de la naturaleza. Madrid 1986, Tecnos, p. 13). El diálogo que, como se vio oportunamente, era considerado por GB invento del naciente tipo vital encarnado por Sócrates, y que valora como pilar fundamental en la construcción de Sociedad, parece quedar relegado a una dimensión racionalista autolegitimadora del discurso científico-técnico, suprimiendo del mismo el aspecto sentimental presente en todo encuentro profundamente humano. Así, pues, más que ausencia de dimensión dialogal, lo que hay en GB es un énfasis, cada vez más pronunciado, en el aspecto comunicativo meramente racional, y así, con F. Duque podríamos afirmar que se "exige ahora del individuo que aplaste (zerquetscht) sus pulsiones internas, su "animalidad primitiva": su pasado natural, en suma, en nombre de la sociedad civil" (id. sup.). Por lo dicho, Duque adopta una posición crítica: "estamos hartos de grandes palabras, de tantas vacías mayúsculas derrochadas, en el Este como en el Oeste. Pues también en occidente se nos augura un futuro del hombre como realización (Verwirklichung: acción efectiva, y eficiente) de la libertad. Y también aquí encontramos dominación y opresión (Herrschaft)" (o.c. 12-13). 18 Tomamos la expresión de Fernando Velasco. Se trata de un planteamiento que pretende sintetizar el respeto por la naturaleza con el progreso científico-técnico de modo que tomando al hombre como ápice axiológico éste debe comportarse responsablemente con su entorno medio-ambiental natural y humano, físico y psíquico (carácter holístico), a fin de no perecer él mismo. Para ello propone una praxis dialógica regida por valores y actitudes tales como la tolerancia, coraje cívico, solidaridad, autocrítica, participación, racionalidad, pacifismo, preparación, realismo, coherencia, de modo que se evite caer tanto en ecologismos radicales de corte apocalíptico predicadores de la vuelta al pasado como en tecnocratismos racionalistas antihumanistas aficionados a huir del doloroso presente hacia futuros fascinantes donde todo será solucionado por la técnica. Sobre esto Cf VELASCO, F.: "Aproximación al ethos ecológico". Diálogo Filosófico n1 9 (1987) pp. 308-323. En esta línea puede consultarse con provecho obras como: La responsabilidad del hombre ante la naturaleza (Ecología y tradiciones en Occidente), de John Passmore; Filosofía de la técnica de la naturaleza (Félix Duque); Luchar por la esperanza (Petra Kelly); Lo pequeño es hermoso (Schumacher); Tecnología alternativa (David Dickson); La ballena y el reactor (Langdon Winner); Los nuevos redentores (José Sanmartin); El principio de responsabilidad (Hans Jonas); o artículos como "El enigma del animal fantástico. Bases para una antropología y ética de la técnica", de Jesús Conill Sancho; "De la razón ecologista y los derechos de los pueblos", de Nicolas M. Sosa. Para la referencia bibliográfica completa de éstas y otras obras sobre la misma problemática, fácilmente identificables por sus títulos, véase la bibliografía consultada durante la elaboración del presente estudio, que traemos al final del mismo. 19 Consideramos adecuada la observación de F. Duque, cuando dice: "Si atendemos al producto elaborado como dotado de un valor nuevo (mercancía), olvidando el trabajo humano en él incardinado, caemos en el fetichismo de la mercancía. Pero, y esto parecen no haberlo visto ni Hegel ni Marx, si olvidamos que tanto el trabajo humano como la supuesta cáscara material que lo envuelve (producto) son posibilitados por el proceso de invención (división natural), que expresa, no la libertad o el arbitrio del Hombre, sino la necesidad natural de restañar un desequilibrio, caemos entonces en el fetichismo del Espíritu o del Hombre Nuevo. Y la naturaleza, es decir, el delicado juego de interacción entre pulsiones naturales (satisfacción individual y reproducción), recursos y riquezas (distribución de los productos) se desequilibra, y conduce a la extinción, a la vez, del medio físico y del grupo social (colapso ecológico)" (DUQUE, F.: Filosofía de la técnica de la naturaleza. Madrid 1986, Tecnos, p. 47). 20 Paradójicamente, hay quien ha tachado esta postura de idealista: "Lo que el pensamiento occidental parece haber olvidado (incluido el marxismo, a pesar de tantas protestas de "materialismo") es que sociedad y naturaleza se sostienen a la vez, y que el advenimiento de una sociedad más justa (si acaso lo fuera una sociedad sin clases, p. e. ), no puede hacerse a costa de la naturaleza, como si esta fuera algo externo al hombre y sin valor de suyo. Es profundamente idealista (en el peor sentido de la expresión) considerar las cosas, o como meros productos de la acción del hombre (y cuyo único valor consistiría en esa encapsulación), o como reserva material disponible para el trabajo futuro" (DUQUE, F. o.c. 47-48). En este sentido, Duque cita expresamente a Heidegger y GB, a los que cataloga dentro de aquellos que, por separar radicalmente naturaleza y hombre, caminan "en derechura al elogio de la técnica, e. d. al elogio de la lucha del Hombre contra la naturaleza"; al "Triunfo absoluto de una técnica tan voluntariosa como antinatural", lo cual no es sino "una continuación anacrónica de la creencia en el Progreso", que califica de "ingenuidad" (Cf o.c. 22-23). 21 Como se vio en su momento, GB considera que los problemas actuales generados por el abuso de ciencia y técnica no se solucionan con más técnica. En este sentido propone una solución moral en la línea de la que J. Ellul aconsejará con posterioridad, como se demostró en el capítulo 1. Desde múltiples tradiciones se llama la atención sobre el hecho de que los problemas generados por el corazón del hombre (E. Fromm) no se solucionan simplemente con técnica: "No se trata de una cuestión puramente política o tecnológica. Es más bien de esencia espiritual, en el sentido de que deberíamos ser más sensibles a nuestra común condición humana" (TENZIN GYATSO (XIV Dalai Lama): "La Paz Mundial", Integral (Barcelona) n1 83 (1986), p. 4). 22 A este respecto véase vg. "Física moderna y misticismo", de K. Woorward y G. Lubenow, en Ecofilosofías; El Tao de la física, de Fritjof Capra; Cuestiones cuánticas (escritos místicos de los físicos más famosos del mundo), recopilación de K. Wilber. Para referencias completas consultar la bibliografía que traemos al final del presente estudio. BIBLIOGRAFIA En este apartado se recogen todas las obras consultadas para la elaboración del presente estudio, agrupadas en tres bloques: A) escritos de García Bacca; B) escritos sobre García Bacca; C) otras obras. El bloque A) se ordena cronológicamente atendiendo al año de publicación de las obras, apareciendo dentro de cada año en primer lugar las obras-libro, luego las obras-artículo, en tercer lugar las traducciones, introducciones y comentarios a obras de otros autores y, por último, las recensiones. Los bloques B) y C) están ordenados alfabéticamente. Por lo demás, se han tomado como referencia las normas establecidas por la Universidad de Deusto. A) Bibliografía de García Bacca. 1930-1939 1- "La filosofía, ciencia de los panoramas intelectuales". Ilustración del Clero (Madrid) 24 (1930) 342-347, 371-376; 25 (1931) 11-12, 19-22. 2- "Caracteres distintivos de la concepción tomista del universo". Ilustración del Clero (Madrid) 25 (1931) 99-102; 147-150; 170-172; 198-204; 213-217; 245-251. 3- "Orlas filosóficas para algunos temas teológicos. Orla primera: la creación". Ilustración del Clero (Madrid) 25 (1931) 368-376. 4- "Las nociones de causa, efecto y causalidad en las ciencias físicas y modernas". Analecta Sacra Tarraconensia (Barcelona) 7 (1931) 287-338. 5- "El tratamiento axiomático, aritmético y relacional del cálculo de probabilidades. Relaciones con el determinismo". Criterion (Barcelona) 8 (1932) 245-258. 6- "Tres orlas filosóficas al misterio de la Santísima Trinidad". Ilustración del Clero (Madrid) 26 (1932) 117-120; 132-135; 184-187. 7- Ensayo sobre las consecuencia físico-matemáticas de la teoría tomista de la materia y forma. Barcelona 1933, Biblioteca Balmes. 8- "Las ideas de paz y cooperación internacional en la Escolástica (Desde el punto de vista de la Filosofía de la Historia.)". Ilustración del Clero (Madrid) 29 (1935) 497-502, 539549; 30 (1936) 9-11. 9- Introducción al filosofar (Incitaciones y sugerencias). 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