Concurso internacional para el monumento

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Concurso internacional para el monumento conmemorativo a las
víctimas de Smolensk
Camino de procesión hacia el sacrum
Hace dos años se estrelló un avión del gobierno polaco cerca del aeropuerto militar ruso
junto a Smolensk. Perecieron 96 personas, entre ellas el presidente de Polonia Lech
Kaczynski con su mujer y numerosos miembros del Gobierno. Un monumento en el lugar
del accidente deberá conmemorar a las víctimas de la caída.
El Ministerio de Cultura Polaco impulsó un concurso internacional, que fue llevado a cabo in
situ por Mariusz Knorowski, director artístico del Centro Polaco para la Escultura Oronsko
en marzo 2012.
Hartmut Stielow, el vicepresidente de sculpture network, y Stefanje Weinmayr del Museo de
Esculturas en el Hofberg, Landshut, fueron llamados a formar parte del jurado inernacional
como miembros alemanes.
A éste pertenecen por parte polaca el profesor Adam Myjak (escultor, Academia de
Varsovia) como presidente, el profesor Grzegorz Kowalski (historiador de arte), el profesor
Marek Budzynski (arquitecto) y Ewa Komorowska (cantante de ópera, viuda del ministro de
defensa Stanislaw Komorowski).
La Federación Rusa estaba representada por el profesor Jurij Pawlowicz Wolczek (Instituto
de Arquitectura, Moscú) y Walerij Josifowicz Pierfiljew (Ministerio de Cultura de la
Federación Rusa, historiador de arte).
En el accidente el avión con las personas dentro quedó completamente destruido. Así el
lugar de caída se convirtió en un monumental sepulcro imaginaria, respecto al cual el jurado
rápidamente se puso de acuerdo de que este emplazamiento debería quedar intacto como
llamado “sacrum”.
Hartmut Stielow y Stefanje Weinmayr, sin carga política en los hechos, jugaron el papel de
jurados neutrales. Fue extraño juzgar como jurado alemán en tierras rusas y por iniciativa
polaca sobre un monumento conmemorativo sin estar involucrado en cuestiones de culpa y
responsabilidad histórica.
La duración de las sesiones, de cinco días, fue inusualmente larga, lo cual seguramente
también debía resaltar la gran importancia de este proyecto para el público polaco.
Para el concurso habían sido admitidos 98 bocetos. El área del monumento conmemorativo
había sido limitado a 400 metros cuadrados, a eso se añade un espacio circundante tipo
parque en el paisaje llano lleno de abedules.
Entre los trabajos entregados habia muchas propuestas esculturales muy clásicas, entre
ellas también bocetos monumentales de tradición tardío – socialista. Casi todos los trabajos
portaban una carga fuertemente simbólica. Nosotros como jurados alemanes aprendimos,
que los símbolos cristianos y nacionales pertenecen de forma totalmente natural al
vocabulario iconográfico en Polonia. En Alemania uno se arredraría ante ello, rompería
estos símbolos en su significado y presentación, o los evitaría del todo.
Vencedor fue un boceto formalmente muy discreto y riguroso de Andrzej Solyga, Dariusz
Smiechowski y Dariusz Komorek. Un muro de 120 metros de longitud de granito sueco casi
negro delimita el sacrum, es decir el lugar de la caída. Este campo no debe ser pisado por
respeto a las víctimas.
Una amplio camino peatonal bordea este muro, incisiones irregulares en este muro
permiten la vista al imaginario camposanto. Al final del muro el visitante pisa este área
sobre una especie de plataforma, pero sin tocarlo. En este lugar están grabados en el muro
los nombres de las 96 víctimas. Detrás hay un abedul con una parte del avión incrustada,
que no pudo ser retirada. En ángulo recto un segundo eje conduce igualmente hacia este
centro. Al lado del camino se encuentra un bloque errático y una cruz de madera, un primer
monumento conmemorativo provisional de las personas, que se integra en el boceto.
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