INTENSIFICACiÓN DE LA LUMINOSIDAD DE LA

INTENSIFICACiÓN DE LA LUMINOSIDAD DE LA PANTALLA
RADIOSCÓPICA
s un hecho conocido que las limitaciones de la fluoroscopia provienen de
las condiciones desfavorables en que se coloca a la retina humana cuando
la visión ,se realiza con intensidades luminosas muy bajas. En cambio,
si obtenemos una fotografía de la pantalla radioscópica (abreugrafía), nos llama
la atención la riqueza de detalles registrados, lo cual prueba que la deficiencia
no radica en los aparatos, sino en el órgano receptor, la retina.
Por el momento, la única solución para mejorar la calidad de la imagen
radioscópica consiste en elevar los factores de trabajo de la ampolla radiógena
(voltaje o miliamperaje), procedimientO' que encuentra serias limitaciones por
la capacidad exigua de los tubos " la posibilidad de causar trastornos irreparabIs al enfermo y al médico. De cualquier manera, los resultados, son siempre
modestos y el aumento de luminosidad rara vez alcanza al doble.
El desarrollo de la electrónica y en especial de la televisión, ha permitido
ensayar dispositivos que, aplicados a la pantalla fluoroscópica, aumentan de
manera ilimitada la luminosidad de la imagen. Varios son los principios en
que se basan estos aparatos; los más di~undidos aceleran en un campo eléctrico
electrones desprendidos pOT una pantalla intermediaria colocada en el sitio que
corresponde actualmente a la pantalla fluoroscópica. La imagen electrónica es
«convertida» luego en una pantalla radioscópica común. La aceleraóón que sufren los electrones ,determina la multiplicación de la luminosidad de la imagen.
Este diseño corresponde a LANGMUIR) KALLMAN) KUHN) COLTMAN) etc.; recientemente MOON ha construído un dispositivo basado en los mismos principios que
un aparato de televisión.
A pesar de que la idea de emplear estos dispositivos data de más de diez
años, en los últimos tiempos este tema ha merecido una especial atención por
numerosos investigadores y los resulta:dos han sido tan brillantes que cabe esperar su utilización en la práctica médica dentro de un plazo relativamente
breve. Empero, hasta ahora, todas estas instalaciones están aún en un períO'do
experimental y no existe ningún aparato que pueda tener aplicación inmediata.
El empleo de un intensificador constituirá el adelanto más revolucionario
registrado en la historia de la radiolO'gía. Baste imaginar una pantalla mil veces
más luminosa, con una nitidez de detalle semejante a la de una radiografía,
para comprender la importancia de este descubrimiento.
Corresponde enumerar sus posibles consecu'encias. Ante todo, la importancia de la radioscopia desplazará a la radiografía como método de elección, siendo fundamental la competencia del radiólogO' a cargo de la radioscopia. El radiólogo adquirirá una jerarquía superior dentro de la práctica médica.
La adaptación a la obscuridad se reducirá a un mínimum.
La cinerradiO'grafía será un procedimiento de todos los días y no un método
de excepción. Probablemente la ~otografía de la imagen (abreugrafía) tenderá a
desplazar a la radiografía directa oomo documento, e indudab[emente experimentará grandes progresos.
El estudio del movimiento, especialmente el de la mecánica de las articulaciones y reducción de fractura~ se verá facilitado y no significará un peligro por
E
Diciembre 1950
ANALES DE MEDIf;INA· Y CIRUGIA
la dosis de rayos, absorbida. En general, se podrá disminuir la cantidad de rayos,
lo cual disminuirá el peligro inherente a tod.a radioscopia.
Los estudios de STURM y MORGAN permiten entrever ciertas limitaciones
dentro de tan brillantes perspectivas. En efecto, la imagen radioscópica pierde
contraste por las fluctuaciones del haz de rayos. Este fenómeno es común a todos
los efectos radiológicos, pero es solamente en la radioscopia donde, debido a la
poca intensidad del haz en cuestión, el flujo de corpúsculos (fotones) es suficientemente irregular como para repercutir alterando los efectos de contraste
que determinan la imagen.
Este defecto, inherente al acto radioscópico, presenta una valla que no puede
ser superada aunque luego el intensificadm eleve la luminosidad de manera
ilimitada. Con todo, está demostrado que se puede elevar entre 30 a 50 veces
la luminosidad antes de llegar a este límite. Esta multiplicación es suficiente en
la radioscopia de tórax pero en el abdOlII1en las condiciones no son tan favorables .
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TASADA Y BELTRAN. S. A•. Apartado 133 . SANSEBASTlÁN