Historia de los guerreros de Terracota Uno de los conjuntos escultóricos más completos, complejos y de mayores dimensiones de la Antigüedad es el formado por los denominados Guerreros de Terracota (pinyin en chino mandarín, que significa figuras de soldados y caballos), un total de más de 7.000 figuras de guerreros, carros y caballos de barro cocido hechos a tamaño real. Fueron enterradas en el siglo III, en torno al año 210 a.C., cerca de la tumba de Qin (o Ts’in) Shi Huang, primer emperador de la dinastía Qin y artífice de la unión de los distintos reinos chinos en un único imperio, que a partir de entonces estaría defendido por la Gran Muralla, colosal obra defensiva que inició el propio monarca pero que nunca vió acabada, puesto que falleció a los quince años de iniciado su reinado. La fosa, descubierta de forma casual en 1974 y abierta al público por primera vez en 1979, aún contiene numerosas figuras sin desenterrar. En la actualidad, se ubica en el interior del mausoleo del emperador Qin Shi Huang. El descubrimiento de la tumba constituyó uno de los hallazgos arqueológicos más relevantes de todos los tiempos, tanto por la cantidad como por la calidad de las figuras, que se han conservado prácticamente intactas hasta la actualidad. Los guerreros, originariamente decorados con vivos colores, se alinéan en fosos paralelos y en perfecta formación, acompañados de sus carros y caballos, también de terracota. Asombroso y colosal conjunto escultórico, también impresiona por el hecho de que cada una de las figuras es diferente al resto, con sus propios rasgos faciales y ropajes e incluso espadas, arcos, flechas y armaduras personalizadas. Las figuras fueron enterradas junto al emperador porque se creía que a la muerte de éste, las tropas seguirían luchando bajo su mando, en el más allá. Descargar historia de los guerreros de Terracota en PDF