Otras veces los tallos subterráneos" se presentan en forma de largos cordones, muy cundidores, que llegan a infestar el terreno en que viven y son muy difíciles de extirpar de las fincas, huertas y cultivos en general. Entre los no enterrados están los llamados estolones, que son brotes que nacen del tallo central y que se extienden por la tierra, todo alrededor de la planta madre, buscando nuevo terreno en que prosperar. Buenos ejemplares de estolones los tenemos en el Byrsocavpus coccineus, que es una bonita connarácea arbustiva con frutos rojos y semillas amarillas. Otro ejemplo es Dichrostachys glomerata, leguminosa arbustiva, espinosa, de folíolos verdeoscuros. Este último prospera en las costas despejadas y es difícil de extirpar por su gran vivacidad. Más ejemplos los constituyen el plátano y la banana, el sisal y la pina americana, la palmera brava, el bambú del país, etc. Los rizomas son tallos subterráneos horizontales. Llevan una yema en su extremo apical. En general, son cortos y carnosos, pudiendo mencionarse aquí el gengibre, diversas especies de Sansevieria, especies de Ancomanes y otras aráceas, mas numerosos heléchos terrícolas. El pasto elefante y numerosas gramíneas y ciperáceas ostentan asimismo rizomas. Los bulbos no son otra cosa que una yema acrecida y con abundantes materiales de reserva, de posición subterránea. Si se practica una sección longitudinal en un bulbo, se advierte un corto tallo central, que funciona a manera de eje y que queda envuelto por una serie de escamas u hojas envolventes ensanchadas, en las cuales se localizan las sustancias almacenadas. En el polo inferior va un disco, del que nacen numerosas raíces fasciculadas. Ejemplos de bulbos los tenemos en las preciosas amarilidáceas, Haemanthus y en el Crinum natans, que adorna con sus grandes flores blancas y bienolientes los arroyos y los ríos de la Guinea continental española. La yema brota en la estación de las lluvias y produce una nueva planta con flores, que se forman a expensas del alimento almacenado en el bulbo. Cuando llega la estación seca se desarrolla un nuevo bulbo lateral a expensas de una yema axilar de una de las hojas escamosas, y el alimento de reserva que continúa formándose es almacenado en el nuevo bulbo, de manera que éste llega a alcanzar el volumen del bulbo que se formó en la estación anterior. Los tubérculos son tallos subterráneos, con partes hinchadas donde se almacena el alimento. Se diferencia del rizoma en que no es un tallo continuo, sino que produce nuevas partes hinchadas cada año, las cuales desaparecen cuando el alimento almacenado en ellas ha sido consumido. La Dioscorea esculenta, el Coleus rotundifolius, diversas especies de Cyperus, etc., son ejemplos de tales tallos. Las yemas u ojos que salpican sus superficies sirven para multiplicar estas plantas. Con objeto de no hacer excesivamente largas estas notas, no entro en la estructura de los tallos. Sí diré dos palabras acerca de las yemas en las plantas intertropicales. Se hallan en todos los tallos, y, según su posición, pueden ser yemas terminales las que tienen tal posición y yemas axilares si se localizan en las axilas de las hojas. Aún se conocen otras yemas, que normalmente no se desarrollan, y únicamente cuando el tallo ha sido cortado o roto entran en actividad y producen nuevos brotes. A causa de su naturaleza inactiva se llaman-yemas durmientes y son difíciles de distinguir.