PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO Nulidad de licencias urbanísticas Requisitos de esencialidad exigidos para que una licencia urbanística pueda ser declarada nula de pleno derecho. Dictamen de la Comisión Jurídica Asesora de Cataluña núm. 77/11, de 31 de marzo de 2011. Antecedente normativo Cita: -Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen jurídico y procedimiento administrativo común. 1. Planteamiento La Comisión Jurídica Asesora analiza la procedencia de la revisión de oficio de una licencia de obras concedida por un Ayuntamiento, en particular la aplicación, al supuesto planteado, del artículo 62, apartado 1, letra f) de la Ley de Régimen jurídico y procedimiento administrativo común. Las Corporaciones locales pueden revisar sus propios actos y acuerdos “en los términos y con el alcance que, para la Administración del Estado, se establece en la legislación del Estado reguladora del procedimiento administrativo común”. La Ley de Régimen jurídico y procedimiento administrativo común (Ley 30/1992, de 26 de noviembre) en su artículo 102 (según redacción de la Ley 4/1999, de 13 de enero) faculta a las Administraciones Públicas a declarar de oficio, en cualquier momento, por iniciativa propia o a solicitud de interesado y previo dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de las Comunidades autónomas, la nulidad de los actos administrativos que hayan puesto fin a la vía administrativa o hayan sido recurridos en plazo, en los supuestos previstos en el artículo 62, apartado 1 de la misma Ley. El artículo 62, apartado 1, por su parte, relaciona los actos administrativos que son nulos de pleno derecho. La letra f) del referido apartado y artículo recoge como supuesto de nulidad la de “los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición”. La Comisión Jurídica Asesora en este Dictamen, se centra en el análisis de este supuesto que, en su opinión, como ha puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones, presenta dificultades interpretativas. La cuestión tiene su origen en una licencia de obras concedida para la rehabilitación integral de un edificio de viviendas. El Ayuntamiento otorgó en su día, la licencia en base al proyecto presentado; se ha de señalar que en el procedimiento de concesión de la licencia se advirtieron deficiencias en el proyecto relativas a la ventilación de las viviendas interiores que fueron subsanadas. Con posterioridad, el interesado denunció que la licencia otorgada no se ajustaba a la legalidad y edificabilidad proyectada porque las viviendas no reunían los mínimos de habitabilidad exigidos según el Decreto 259/2003, de 21 de octubre y aportó un informe de la Dirección General de Calidad de la Edificación y Rehabilitación de la vivienda en el que se detallaban los puntos que se incumplían, referidos a la falta de perímetro de la fachada y la dimensión del patio respecto la ventilación. Practicada visita de inspección se observó que el edificio no se correspondía con el descrito en el proyecto autorizado, en concreto en cuanto a la altura libre de la última planta, al perímetro de fachada y al patio en cuanto a ventilación. El Ayuntamiento requirió al interesado que presentara la documentación correspondiente para legalizar la situación; en caso de incumplimiento, se iniciaría un procedimiento de revisión de la licencia concedida. La contestación del interesado, lejos de intentar una adecuación de la realidad física a la jurídica, fue solicitar la suspensión de la licencia y que se determinaran las responsabilidades para que cada uno de los agentes intervinientes asumiera la suya y se determinara la habitabilidad real de la finca. A la vista de la respuesta, el Ayuntamiento inició el procedimiento de revisión de oficio al considerar que la licencia concedida no cumplía la normativa urbanística, respecto la altura libre de la vivienda de la última planta, el perímetro de fachada de la parte interior y la ventilación de determinadas viviendas. Este incumplimiento obedeció a la presentación de un proyecto que no se ajustaba a la realidad del edificio existente. 2. Consideraciones de la Comisión La Comisión ciñe su dictamen a la declaración de nulidad de la licencia dado que, aunque se podrían establecer las indemnizaciones que procedieran al interesado, de acuerdo con lo previsto en el artículo 102, apartado 4 de la LRJPAC, ni la propuesta las menciona ni el interesado ha planteado una reclamación patrimonial. Por otro lado, el fundamento de la revisión está en el incumplimiento de la normativa urbanística, derivado de los desajustes entre la realidad de la finca sobre la que se pretendía actuar y el proyecto presentado para la obtención de la licencia. En este sentido y, en aplicación de lo dispuesto en el artículo 35.d) del Real Decreto legislativo 2/2008, de 20 de junio, que aprobó el Texto refundido de la Ley de suelo, se ha de recordar que no resulta indemnizable la anulación de licencias cuando existiera dolo, culpa o negligencia grave imputable al perjudicado. La Comisión analiza si las vulneraciones de la legalidad urbanística contenidas en la licencia revisten las características necesarias para entender que se ha producido un vicio de nulidad de la licencia, en concreto el vicio previsto en el artículo 62, apartado 1, letra f) LRJPAC. Para ello, repasa los criterios que ha sentado la doctrina de la propia Comisión al respecto. Hemos de recordar que este artículo y apartado exige para que se pueda declarar la nulidad de pleno derecho que se trate de actos expresos o presuntos, contrarios al ordenamiento jurídico, “por los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición.” En el fundamento jurídico IV del Dictamen se parte de la premisa de la excepcionalidad de la medida prevista en el artículo 102 de la LRJPAC, destinada a evitar la producción de efectos jurídicos de los actos administrativos viciados de nulidad radical; y, precisamente por operar sobre actos firmes, afirma que debe aplicarse de forma estricta y rigurosa en cuanto al cumplimiento de las exigencias formales y materiales legalmente establecidas. En el ámbito urbanístico las dificultades se acentúan, pues la aplicación de esta medida sobre actos urbanísticos irregulares podría convertir en general lo que se prevé como excepcional, lo que sería contradictorio con los criterios del propio ordenamiento urbanístico. A criterio de la Comisión (Dictamen 375/01, reiterado en los dictámenes 330/02, 377/02, 162/05, 148/06 y 184/06), cuando una licencia urbanística ampara de forma irregular un aprovechamiento urbanístico mayor del que establece el planeamiento, da lugar a una adquisición de derechos y, en este sentido “si la letra f) generara siempre, con un cierto automatismo, la sanción prevista, la nulidad de pleno derecho se convertiría en el supuesto general y casi único de los actos urbanísticos irregulares. Este resultado sería paradójico, respecto de la estructura global del régimen de nulidades, en la totalidad del ordenamiento jurídico y, al mismo tiempo, contradictorio con los criterios del mismo ordenamiento urbanístico.” De ahí que, “en general, los supuestos de infracción de las condiciones de uso y de edificación son reconducibles al régimen de la nulidad relativa o anulabilidad (Dictamen 330/02).” A pesar de ello, se pueden establecer criterios que permitan apreciar la concurrencia de la causa de nulidad absoluta prevista en el artículo 62.1, letra f) LRJPAC. A juicio de la Comisión (Dictamen 375/01), “el concepto de requisitos esenciales para adquirir derechos que señala la mencionada letra f) puede permitir apreciar la existencia de nulidad radical en supuestos de colisión cualitativa respecto de la ordenación, como sucedería, por ejemplo, en el supuesto de licencias que ampararan actuaciones incompatibles con el régimen jurídico del suelo”. Esta colisión o discrepancia (Dictamen 330/02) debe ser sustancial, es decir ha de tratarse de infracciones urbanísticas que “[...] que presenten unas características adicionales de gravedad o importancia o afecten intereses generales especialmente protegidos”. La Comisión recoge los criterios vertidos en anteriores dictámenes relativos a la nota de esencialidad necesaria para declarar la procedencia de la declaración de nulidad de una licencia urbanística, son: “especial gravedad, afectación incisiva de bienes o valores jurídicos protegidos, incidencia perturbadora en el dominio público, superación sustancial de los usos permitidos y afectación de determinaciones estructurales de la ordenación”. 3. Conclusiones de la Comisión En el supuesto planteado, el proyecto presentado comporta la concesión de una licencia urbanística con infracción de las condiciones de habitabilidad y de densidad al aumentar el número de viviendas autorizables, y la creación de viviendas que contravienen las condiciones que la legislación reguladora del derecho a la vivienda considera imprescindibles “para unos espacios especialmente significativos para el desarrollo personal de aquellos que los ocupan”. En consecuencia, y en aplicación de los criterios expuestos al supuesto planteado, la Comisión considera que las infracciones de la legalidad urbanística en relación con la ordenación de las viviendas “presentan las características exigidas por la letra f) del artículo 62.1 y, por lo tanto, procede declarar la nulidad de pleno derecho de la licencia de obras otorgada”.