Consultas particulares a la SUNAT

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Consultas particulares a la SUNAT
Por: Khaled Luyo, Director de Tax & Legal, KPMG en Perú
Enero 2015
El interés concitado por la reducción del impuesto a la renta (IR) a partir del 1.1.2015 ha
soslayado suficiente atención a otra medida de enorme potencial para mejorar el clima
de negocios desde el frente tributario, como es el sistema de consultas particulares,
introducido también por la ley 30296, Ley que Promueve la Reactivación Económica.
La Consulta Particular es el mecanismo formal por el cual el contribuyente recurre
voluntariamente a la SUNAT para obtener una opinión respecto de las consecuencias
tributarias de una o una serie de transacciones futuras. A diferencia de la consulta
institucional existente en nuestro país, a partir de este novísimo sistema la SUNAT se
pronunciará con efectos vinculantes respecto de operaciones concretas y
contribuyentes con nombre propio.
Las consultas particulares o “tax rulings”, como se conocen en el mundo, equilibran la
balanza en favor del contribuyente que, estando obligado legalmente a interpretar la ley
y liquidar sus impuestos, queda expuesto a una interpretación discrepante del ente
recaudador. Un buen sistema de consultas particulares transforma el clásico
antagonismo entre contribuyente y Estado en una eficiente relación de coordinación que
culmina con un derrotero inequívoco para el cumplimiento tributario.
La complejidad de las normas tributarias, las fiscalizaciones constantes y normas
antielusivas con alto riesgo de aplicación arbitraria (Norma XVI del CT), contribuyen a
un contexto de incertidumbre en el que la consulta particular se impone como
contrapeso para el inversionista diligente que requiere garantías de que, por ejemplo, el
beneficio de una reducción nominal del IR no se desvanecerá en eternas controversias
con el Fisco. Si se piensa además en el potencial para disminuir sensiblemente la carga
procesal y costos tributarios, coincidiremos en que ésta es una eficaz herramienta de
política fiscal para atraer inversiones.
El éxito de la medida dependerá de varios factores. La ley precisa que el caudal de
información proporcionado a la SUNAT dentro del proceso de consulta podrá ser
utilizado con fines de fiscalización. De no ser regulada debidamente, esta facultad podría
ser un desincentivo insuperable como lo demuestran otras experiencias recientes (solo
dos contribuyentes han iniciado acuerdos anticipados de precios de transferencia en
dos años del sistema).
Sin duda, la consulta particular es un paso adelante hacia un sistema tributario moderno.
Esperamos que el Reglamento que se publique antes de julio de 2015 -fecha de entrada
en vigencia del sistema- resguarde los derechos de los contribuyentes que acudan en
consulta a la SUNAT, de otro modo el objetivo de seguridad jurídica y reactivación
económica de esta medida no será alcanzable.
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