La GUERRa EN EL aIRE Y La avIaCIóN ExTRaNjERa*

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La guerra
en el aire y
la Aviación
extranjera*
Antecedentes
Tras la invención del aeroplano
por los hermanos Wright en el año
1903, la utilización de tan maravillosa máquina en acciones de guerra no sólo era previsible sino inevitable. Ya había ocurrido con los
globos, al crear el ejército francés
un parque aerostático y utilizar por
primera vez, en el año 1794, el globo1 en la batalla de Fleurus para la
observación de movimientos de tropas y corrección de tiro de la artillería.
F a
En la década 1903-1913, el aeroplano sufrió mejoras suficientes para
que pudiera ser utilizado con fines
bélicos y así, en el conflicto ItaloTurco fueron lo italianos los primeros en emplear el aeroplano como
aparato de guerra2. A finales de octubre de 1911 los capitanes Piazza
y Moizo habían realizado varios vuelos de reconocimiento para que, el
1 de noviembre, el teniente Gavotti3
desde un avión de construcción alemana, el Etrich, arrojara sobre posiciones turcas en Libia las primeras
cuatro bombas de picrato de potasio. Los oficiales citados estaban
bajo el mando de Giulio Dohuet.
El empleo del aeroplano en misiones de observación y de bombardeo
por parte del ejército italiano llegó
a adquirir tanta importancia que
muy poco después, años 1912 y 13,
los búlgaros lo utilizaron contra los
turcos en Andrinópolis y ya, imparablemente, los turcos adquirieron
también los aeroplanos para ser utilizados en misiones de guerra4.
Por aquellas fechas, el ejército español contaba ya con una sección
de Aerostación (globos) adscrita al arma de Ingenieros Militares
con base en Guadalajara y, desde
el año 1911, un nuevo Servicio de
Aviación con residencia en Cuatro
Vientos5. La revista Memorial de
Ingenieros, de publicación mensual,
estuvo muy pendiente de los adelantos relacionados con los aeroplanos, por lo que los profesionales
estuvieron siempre bien informados
de los progresos del aeroplano en
las cuestiones bélicas.
Cuando en octubre del año 1913
el Gobierno español decidió enviar
su flota de aeroplanos militares al
Norte de África6 para ser utilizados
en operaciones de guerra, los profesionales de aquella 1ª Escuadrilla
Expedicionaria sabían que iban emplear los aviones en acciones ofensivas y conocían perfectamente la
utilización que de los aeroplanos
habían hecho los italianos, búlgaros y turcos.
El primer lanzamiento de bombas,
a mano y sin visor de puntería,
realizado por un avión militar español, tuvo lugar sobre el poblado
de Ben Karrik el día 17 de diciembre de 1913 desde un avión Lohner
pilotado por los capitanes Eduardo
Barrón y Ramos de Sotomayor y
Carlos Cifuentes Rodríguez. Se lanzaron «proyectiles de caída para
arrojar desde aeroplanos» de 10 kilos, fabricados en Alemania por la
casa Carbonit.
Quizás con excesiva vehemencia, se
ha llegado a escribir que España fue
la primera nación que lanzó bombas desde un avión, debiéndose corregir esta desmesurada afirmación
para dejarla en sus justos términos,
ya que España sólo empleó el avión
en acciones ofensivas después de
los italianos, los búlgaros y los turcos. Se podría aceptar, eso sí, que
fue la primera en utilizar bombas
especialmente diseñadas para ser
lanzadas desde aeroplanos, bombas
fusiformes específicas de aviación y
que, poco después, empleó el lanzabombas y el visor de puntería.
La Aviación extranjera o
aliada
La aviación militar experimentó un notable progreso durante el
Javier Criado
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Primero bombardeos. Aviones Lohner y bombas Carbonit. En la foto los capitanes barrón y Cifuentes. (Foto IHCA)
El primer conflicto en el que intervino España contando con la colaboración de una aviación aliada, fue el desembarco aeronaval
de Alhucemas en el año 1925. En
la planificación de esta operación,
el Mando tuvo en cuenta el único
precedente conocido respecto al
empleo de aviación en apoyo (en
este caso mínimo) a la infantería
de marina durante el desembarco
de tropas aliadas en la península de
Gallipolis, hoy Gelibolu (Turquía).
Tras la conferencia hispano-francesa del mes de julio de 1925 las altas
partes acordaron que Francia aportaría, en la ofensiva que España tenía previsto realizar en el territorio
marroquí, un número a determinar
de barcos de guerra y una escuadrilla de aviones del tipo Farman
Goliath, que intervinieron en labores de reconocimiento y fotografía de las posiciones enemigas. No
sería hasta la guerra civil de 1939,
cuando la aviación militar española
actuó aliada con aviaciones extranjeras.
Aviaciones extranjeras funcionaron
como aviaciones aliadas en los distintos bandos contendientes. Los
sublevados recibieron material militar italiano, no sólo aeronáutico, llegando de Italia los primeros aviones
Savoia el mes de julio de 1936. El
grueso de los aviones aportados por
Italia a lo largo de la guerra fueron
los bombarderos Savoia-81 y 79 y
los cazas Fiat CR-32, aunque hubo
otros modelos de menor importancia militar que llegaron en menor
cuantía.
Por supuesto que los aviones italianos vinieron acompañados por
un importante número de pilotos
y personal auxiliar que formaron
lo que se conoció como Aviación
Legionaria, nombre muy apropiado
dado que estaban legalmente adscritos a La Legión y porque incluso
en sus emblemas figuraban las armas del citado cuerpo.
Por su parte, los alemanes inicialmente aportaron los bombarderos
Junkers-52 y Heinkel-111 y los cazas
Heinkel-51 y, en una segunda etapa,
los efectivos de la Legión Cóndor
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desarrollo de la 1ª Guerra Mundial
en la que operaron, como aviaciones aliadas, las distintas formaciones en liza. España, que se mantuvo neutral, de alguna forma se
benefició de las mejoras técnicas
del material de aviación militar así
como en lo que al empleo del arma
se refiere ya que, a partir del año
1921, dispuso de la doctrina que
Dohuet había dado a conocer en
su famoso trabajo El dominio del
aire7.
La guerra en el aire y la Aviación extranjera
Junkers-52 en acción con la barquilla desplegada. (Foto IHCA)
con bombarderos Junkers-52,
Heinkel-111 y Dornier-17, el cazabombardero Junker-87 «Stuka», el
hidro He-59 «Zapatones» y el caza
Messerschmitt-109, otros aviones
de menor importancia militar que
equiparon pequeñas unidades y material de artillería, sobre todo antiaérea.
suministrar el material bélico. En
cuanto a los aviones, envió aviones Polikarpov I-15 «Chato», el I-16
«Mosca o Rata» y el RZ «Natacha»
F a
Los alemanes utilizaron los emblemas y distintivos españoles y, al
igual que los italianos, el material
de vuelo alemán vino con las dotaciones de personal volante necesario así como un segundo escalón
de mantenimiento y personal auxiliar, aunque paulatinamente fueron
adiestrando en el manejo de sus
aviones a personal español.
Por su parte, la Republica, debido
a la actitud de de no intervención
declarada por Inglaterra y Francia,
adquirió como pudo algunos aviones por medios de sociedades interpuestas, recurriendo finalmente a
Rusia que, en ese momento, aceptó
Polikarvo I-16 «Mosca» y también «Rata».
más los bombarderos Tupolev SB-2
«Katiuska». Los tripulantes rusos
evitaron cualquier signo que les
identificara, de tal modo que no
Javier Criado
ostentaron en sus uniformes y monos de vuelo distintivos de empleo
ni emblemas.
Cuando finalizó la guerra, el
Gobierno organizó una gran parada
aérea en homenaje a las tres aviaciones aliadas. Celebrada en Barajas
el día 12 de mayo de 1939, contó
con la asistencia de sus Jefes y del
Jefe del nuevo estado, se impusieron condecoraciones y el general
Alfredo Kindelán leyó un discurso
que tituló Despedida a la Aviaciones
Aliadas. En el pequeño desfile de las
tropas ante la tribuna presidencial,
llamó poderosamente la atención
la formación alemana que desfiló
al paso de la oca.
Comentario final
Para cerrar esta breve charla, retomo la frase que da título a este
curso «La Guerra Civil. El difícil
ejercicio de reconstruirla.» para manifestar que, en lo que se refiere a
las aviaciones enfrentadas
y por supuesto las aviaciones extranjeras aliadas en
ambos bandos, su intervención en la Guerra Civil
está razonablemente reconstruida si bien, como
todos sabemos, en materia histórica no se puede
descartar que afloren nuevos documentos en temas
concretos.
Aunque sin duda existe un
buen número de obras publicadas en relación con la
guerra en el aire y la aviación extranjera en España,
disponemos del monumental trabajo de investigación
realizado y dado conocer
en la obra del general Jesús
Salas Larrazábal, Guerra
Aérea 1936-39, 4 volúmenes, donde se puede consultar prácticamente todo
lo relativo a la Guerra Civil
desde el aire, incluyendo cuadros
con el personal participante, material utilizado, bajas en ambos bandos y otros asuntos capitales sobre
la contienda.
Bibliografía
Mario E. del Monte, La Guerra Italo-Turca 1911-12,
Maucci Hermanos Editores, Buenos Aires, 1912; Alfredo
Kindelán, Despedida a la Aviaciones Aliadas, Heraldo de
Aragón, Zaragoza, 1939; José Gomá Orduña, Historia de
la Aeronáutica española, vol.I, Prensa Española, Madrid,
1946; John W. R. Taylor and Kenneth Munson, History
of Aviation, Crown Publishers, Inc., N. York, 1972; Cesar
Falessi/Maurizio Pagliano, Storia fotografica dell’aviazione
Debo decir, finalmente, que el
Servicio Histórico y Cultural del
Ejército del Aire, institución que
me honro en dirigir, inició en el año
1983 la difícil tarea de reconstruir
la participación de las aviaciones
militares enfrentadas en la Guerra
Civil a través de trabajos serios y
bien documentados, publicados
en las revistas de Aeronáutica y
Astronáutica y Aeroplano, con aciertos y errores como toda obra humana, pero siempre con el mayor
rigor, espíritu de concordia y respeto a los contendientes. Además
el Ejército del Aire mantiene abierto
su Archivo Histórico, sin más requisito que el interés que pueda sentir
el investigador.
italiana, Newton Compton editori, Roma,1984; Jesús
Salas Larrazábal, Guerra Aérea 1936/39,Volúmenes 1,2
y 3 Instituto de Historia y Cultura Aeronáuticas (IHCA)
y vol. 4 Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire
(SHYCEA), Madrid, 1999-2003.
Notas
1. John W. R. Taylor and Kenneth Munson, History of
Aviation, Crown Publishers, Inc., N. York, 1972.
2. Mario E. del Monte, La Guerra Italo-Turca 1911-12,
Maucci Hermanos Editores, Buenos Aires, 1912; el
contenido de este libro es prácticamente un diario de
operaciones del ejército italiano en Libia.
3. La prensa de la época publicó esta noticia con notable
coincidencia, excepto la catalana Aviación (nº 5, de
15-11-12) que adjudicó tan notable hazaña al también
piloto italiano teniente de navío Rossi.
4. En la prensa gráfica de la época se encuentra abundante información sobre estas actividades.
5. Cuatro Vientos fue el primer aeródromo habilitado en
España.
6. La 1ª Escuadrilla Expedicionaria se asentó en una gran
llanura próxima a la ciudad de Tetuán campo que, con
el tiempo, se convertiría el próspero aeródromo de
Sania Ramel.
7. General Giulio Dohuet, El dominio del aire, Instituto de
Historia y Cultura Aeronáuticas (IHCA), Madrid, 1987.
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