Décimo aniversario del 11 de Septiembre: Fomentar el optimismo y la capacidad de recuperación (10th Anniversary of September 11: Fostering Optimism and Resilience) El décimo aniversario del 11 de Septiembre de 2001 presenta una oportunidad única para fomentar el optimismo y la capacidad natural de recuperación de los niños, y para ayudarlos a que se vean como una fuerza positiva en el mundo, incluso en momentos de adversidad. El 11 de Septiembre significó el comienzo de un momento difícil para el país en cuanto a la guerra, los problemas económicos y los desastres naturales. Sin embargo, el pueblo estadounidense ha demostrado ser sumamente fuerte. Las personas y las comunidades se adaptan, luchan y se esfuerzan para ayudarse entre sí. Estas son lecciones importantes para nuestros hijos. La adversidad es algo natural en la vida. Sin embargo, todos podemos aprender a hacer frente a situaciones difíciles si entendemos e incorporamos los elementos básicos de la capacidad de recuperación y el optimismo. Los adultos pueden ayudar a inculcar estas cualidades en los niños, fomentar su crecimiento y transmitir las destrezas necesarias para ser más fuertes en el futuro. A continuación, encontrará maneras simples de promover la capacidad de recuperación en los niños y de ayudarlos a protegerse de los efectos negativos a largo plazo que las experiencias difíciles pueden tener. 1. ¡Pensemos en positivo! Es sumamente importante ser un ejemplo de actitudes y emociones positivas. El optimismo es un componente necesario de la capacidad de recuperación, y el pensamiento positivo se puede aprender. Los niños necesitan escuchar a los adultos hablar de sus ideas de manera positiva y verlos perseverar para alcanzar sus metas. El tener un enfoque de “puedo hacerlo” para resolver problemas les enseña a los niños una sensación de poder y promesa. 2. ¡Mostremos amor y gratitud! Las emociones como el amor y la gratitud aumentan la capacidad de recuperación. Siempre deberíamos elogiar más que criticar. Aquellos niños y adolescentes que reciben cuidado, amor y apoyo aprenden a expresar emociones positivas a los demás. Los adultos con los que los jóvenes se relacionan en la casa y en la escuela contribuyen en gran medida a que se sientan valorados por parte de los demás. El apoyo y las emociones positivas protegen a los niños de la depresión y otras reacciones negativas ante la adversidad. 3. ¡Expresémonos! Las personas con capacidad de recuperación expresan todas sus emociones de manera apropiada, incluso las negativas. Los adultos que ayudan a los niños a ser más conscientes de sus emociones, a catalogarlas correctamente y a tratar con situaciones desconcertantes les transmiten destrezas útiles para la vida. Tenga en cuenta que los niños, especialmente los más jóvenes, siguen los ejemplos de los adultos en cuanto a la manera de reaccionar ante situaciones y desafíos. Su actitud y sus reacciones modelarán las actitudes y las reacciones de los niños que cuide. 4. ¡Fomentemos la competencia! Una forma excelente de proteger a los niños y adolescentes de las adversidades es asegurarse de que tengan un buen rendimiento académico. Los niños que son exitosos en el entorno académico y que desarrollan talentos individuales como en el deporte, la 1 pintura, la creatividad, el uso de instrumentos musicales o en juegos tienen muchas más posibilidades de sentirse competentes y capaces de hacer frente al estrés de forma positiva. 5. Mantengamos relaciones sociales. También es importante estar vinculado socialmente. Tener amigos y relaciones con amigos y seres queridos puede aumentar la capacidad de recuperación. Formar parte de experiencias grupales y sistemas de creencias positivos, como clubes fuera del horario escolar, comunidades religiosas y organizaciones voluntarias puede contribuir además a experimentar una sensación de conexión. 6. ¡Concentrémonos en nuestras fortalezas! Ayude a los niños a concentrase en sus propias competencias en su vida diaria y en otras situaciones difíciles. Ayúdeles a identificar aquellas acciones que pusieron en práctica en el pasado y que les ayudaron cuando se sentían asustados o molestos. Dé ejemplos de cosas positivas que los estadounidenses están haciendo para ayudar a los demás. También recuérdeles que el pueblo estadounidense ha sabido sobrellevar muchas crisis a lo largo de la historia y siempre ha salido a flote y con más fuerza. 7. ¡Participemos! Colaborar con la comunidad y el país nos ayuda a sentir que tenemos más control y crea una sensación de conexión y capacidad de recuperación. Los niños y los jóvenes pueden ayudar a las familias de la comunidad que tienen padres en el servicio militar y que pueden necesitar una niñera, una persona que haga mandados o un jardinero, así como también escribir cartas o enviar paquetes con regalos a las tropas, dar clases a estudiantes que necesiten ayuda adicional u ofrecerse para ayudar en comunidades afectadas por desastres naturales. 8. ¡Pongámonos en forma! La buena salud física prepara el cuerpo y la mente para tener una mayor capacidad de resistencia. Los hábitos de comida saludables, el ejercicio habitual y dormir bien protege a los niños del estrés producto de las situaciones difíciles. El ejercicio habitual también reduce ciertas emociones negativas como la ansiedad, el enojo y la depresión. 9. ¡No veamos tanta televisión! Pasar mucho tiempo viendo televisión, jugando con video juegos o navegando en Internet no nos ayuda ni física ni mentalmente. Estas actividades pasivas quitan tiempo que podría usarse para que los niños participen en actividades que creen competencias para la vida diaria, conexiones sociales y capacidad de recuperación. Además, durante el período del aniversario, los niños pueden estar expuestos a imágenes perturbadoras. No podemos proteger a nuestros hijos de todas las situaciones dolorosas e inesperadas que se presentan en la vida. El mejor legado que un adulto comprometido puede transmitir a un niño es una sensación de competencia y las destrezas para hacer frente a circunstancias adversas. La capacidad de recuperación se puede crear comprendiendo estos principios básicos. Cuanto más practiquemos estos enfoques, más capaces serán nuestros hijos de sobrellevar cualquier situación que les depare la vida. Adaptado de “Resiliency: Strategies for Parents and Educators” (Capacidad de recuperación: estrategias para padres y profesores) (S5-79), por Virginia Smith Harvey. En A. S. Canter, L. Z. Paige, M. D. Roth, I. Romero y S. A. Carroll (Eds.), Helping Children at Home and School II: Handouts for Families and Educators (Ayuda para niños en el hogar y en la escuela II: manuales para familias y profesores), 2004, Bethesda, MD: National Association of School Psychologists (Asociación Estadounidense de Psicólogos Escolares). Se adaptó con autorización. © 2011, National Association of School Psychologists, 4340 East West Highway, Suite 402, Bethesda, MD 20814, (301) 657-0270, fax (301) 657-0275, TTY (301) 657-4155. www.nasponline.org 2