comunicado de prensa

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EMBARGO: No deberá transmitirse en boletines informativos, publicarse
en la Web ni darse a conocer por ningún otro medio hasta las 13:00 hora
de Washington EDT (UTC-4) del 13 de septiembre de 2010.
COMUNICADO DE PRENSA
Comunicado de prensa No. 2011/083/LAC
Contacto:
Gabriela Aguilar (202) 473-6768
[email protected]
América Latina: “Dependencia” de las materias primas podría ser
beneficiosa, según informe del Banco Mundial
Rápido aumento del comercio con emergentes de Asia
MIAMI, 13 de septiembre de 2010 – Tradicionalmente considerada como una “maldición” para el
desarrollo de una nación, la abundancia de materias primas en América Latina y el Caribe (ALC) podría –
por el contrario – representar una llave a la prosperidad, de acuerdo a un nuevo informe publicado hoy
por el Banco Mundial.
La creciente demanda de minerales y materias primas agrícolas por parte de los mercados asiáticos, China
en particular, ha contribuido al crecimiento económico a medida que la región deja atrás la crisis global,
indica el informe anual Recursos naturales en América Latina y el Caribe: ¿más allá del ciclo de
auge y caída?
De acuerdo con el estudio, en América Latina ha habido un cambio sustancial al pasar de la exportación
de materias primas a países ricos al comercio con economías emergentes. La participación de los Estados
Unidos como destino de las exportaciones disminuyó de 44% en 1990 a 37% en 2008, mientras que la de
China creció más de diez veces en el mismo período: de 0,8 por ciento a 10 por ciento de las
exportaciones totales de materias primas. China es el mercado más importante para las exportaciones
brasileñas de materias primas, al representar casi una quinta parte del total de éstas en 2008.
De administrarse adecuadamente –indica el informe– las abundantes ganancias provenientes de esta
recuperación impulsada por las materias primas pueden ayudar a que ALC aproveche esta oportunidad de
crecimiento, proporcionándoles mayor espacio fiscal a los gobiernos y sirviendo directamente como una
plataforma de crecimiento.
“La velocidad de la recuperación latinoamericana y su fortaleza ante la crisis económica global puede
atribuirse, en parte, al crecimiento de las exportaciones de materias primas regionales con destino a las
economías asiáticas”, dijo el economista en jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial,
Augusto de la Torre. “Asumiendo que la demanda asiática de exportaciones como soja argentina,
mineral de hierro brasileño, cobre chileno, pescado y minerales peruanos y otras materias primas
latinoamericanas se mantenga, la región estará en una posición inmejorable para poder beneficiarse de
sus recursos naturales”, agregó de la Torre.
Los altos precios de las materias primas pueden maximizar aún más la contribución al desarrollo regional
siempre y cuando las ganancias se administren de manera prudente y con un horizonte de largo plazo y la
región evite los riesgos asociados con la abundancia de materias primas, indica el informe.
“A largo plazo, el desafío es administrar bien esta bonanza y destinar esas ganancias a la inversión en
capital humano, a construir una infraestructura mejor y a fomentar la innovación, algo fundamental para
el crecimiento sostenido”, recalcó de la Torre.
América Latina se está recuperando de la crisis global, en parte gracias a la fortaleza de una expansión
impulsada por las materias primas que se espera sobrepase la marca de 5% en 2010, de acuerdo a cálculos
del Banco Mundial. Más del 97% del Producto Interno Bruto (PIB) regional se produce en países que son
exportadores netos de materias primas, mientras que el 93% de su población reside en países que se han
beneficiado de los altos precios de las mismas.
El repunte de los precios de las materias primas tras los bajos niveles alcanzados a principios de 2009 es
una buena noticia para las arcas fiscales de los países productores de las mismas en la región. Los
exportadores latinoamericanos dependen mucho más de los ingresos fiscales generados por la exportación
de materias primas que los países desarrollados, ya que a pesar de que la participación en el PIB de los
ingresos fiscales son similares en ambos (alrededor de 6% versus 5% de los países ricos), el 24% de los
ingresos fiscales en los países latinoamericanos deriva de las materias primas comparado con un 9% en
los países desarrollados.
De los siete países que representan aproximadamente 85% del PIB regional, seis tienen una alta
participación de las materias primas en los ingresos fiscales, variando entre un 10 % y un 49% entre
2004-08. Estos países son Argentina (materias primas agrícolas de exportación), Chile (cobre), Colombia
(petróleo), México (hidrocarburos), Perú (minería) y Venezuela (hidrocarburos). La participación de los
recursos naturales dentro de los ingresos totales aumentó en las últimas décadas en todos los países de
ALC exportadores de materias primas, con excepción de México.
Pese a que la participación de los recursos naturales en las exportaciones totales ha disminuido con el
tiempo en la región, el declive ha sido mucho menor que en otras economías emergentes. En 2008, las
exportaciones de materias primas de las siete economías más grandes de ALC alcanzaron un máximo de
casi US$ 400 mil millones. Esto representa un poco más de la mitad de todas las exportaciones (52 %).
En el Cono Sur (Argentina, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil), la participación de las exportaciones
relacionadas a la agricultura es en promedio más del 50 por ciento de las exportaciones totales.
El informe explora las implicaciones de los recursos naturales en el crecimiento y desarrollo a largo
plazo, y si existe una „maldición de los recursos naturales‟ que mantenga pobres a los países ricos en
materias primas, como algunos economistas han asegurado.
También explora cómo los patrones recurrentes de auge y caída de los precios de las materias primas han
generado incertidumbre en los exportadores e importadores netos de ALC.
“Si la región es capaz de mantenerse alejada de los ciclos de auge y caída comunes en el pasado, los
recursos naturales pueden llegar a ser una bendición”, sostiene el informe anual escrito por los
economistas del Banco Mundial Emily Sinnott, John Nash y de la Torre.
No existe mucha evidencia – indica el informe – que respalde la idea de que los precios de las materias
primas en general tiendan a caer en relación a las manufacturas, que representen un área de menor
crecimiento de la productividad, o que tengan menos potencial para generar un impacto positivo sobre la
economía. Por el contrario, las elevadas utilidades obtenidas en la producción de materias primas pueden
ser utilizadas ventajosamente en periodos de crisis económica, señala el documento.
“Un signo claro de que los riesgos relacionados con la abundancia de materias primas están siendo
evitados se materializaría si los países exportadores lograsen ahorrar una parte sustancial de las
ganancias extraordinarias obtenidas con su venta”, explicó de la Torre.
Si bien la mayoría de las economías más grandes se beneficiaron ampliamente del auge de las materias
primas ocurrido entre 2001 y 2008, países más pequeños de América Central y el Caribe fueron afectados.
Utilizando un índice neto de precios para el comercio de materias primas, el informe encontró que los más
perjudicados fueron El Salvador y Guatemala, mientras que los mayores beneficiarios fueron Bolivia y
Venezuela. Las siete economías más grandes en promedio ganaron un 22 por ciento, beneficiándose por
el incremento de los precios registrado desde principios del 2002 hasta mediados de 2008.
Durante este último auge de las materias primas – el más extenso desde que se tienen registros –, los
ingresos cada vez más elevados provenientes de los recursos naturales han alimentado expansiones
fiscales, y en algunos casos el gasto ha crecido más que los ingresos (a excepción de Bolivia y Chile).
Una estabilización bien diseñada de las ganancias derivadas de los recursos naturales o la creación de
fondos de ahorro a largo plazo – explica el informe – podrían ayudar a la región a manejar la inestabilidad
de sus ingresos y a preservar la riqueza. De los cinco países que comenzaron el auge de 2002 con fondos
de estabilización o arreglos fiscales similares, sólo Chile y Trinidad y Tobago lo finalizaron con ahorros
sustanciales que les permitieron financiar estímulos fiscales en tiempos de crisis.
Pero de acuerdo con el informe, la experiencia reciente de Chile y Trinidad y Tobago indica que ahorrar
esas ganancias inesperadas, para usarlas luego durante el período de caída, puede derivar en beneficios
económicos y quizá hasta políticos.
Es clave asegurar la transparencia de las actividades del fondo y que no tenga autorización para gastar, y
si la tiene, entonces cualquier gasto extra presupuestario debería estar sujeto a consideración
parlamentaria, indica el informe.
Los potenciales impactos ambientales derivados de la explotación de los recursos naturales pueden ser
mitigados, y en algunos casos evitados, mediante la implementación de un sólido proceso de
planeamiento y diseño de proyectos, incluyendo una evaluación ambiental, concluye el informe.
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Si desea obtener más información sobre el estudio visite: www.bancomundial.org/alc
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