UCR CAPACITA EVALUADORES PARA CERTIFICADOS

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http://www.semanario.ucr.ac.cr/index.php/mainmenu-delau/384-ucr-capacita-evaluadorespara-certificados-de-sostenibilidad-turistica.html
Del 12 al 18 de agosto de 2009. Edición 1817. Año XIII.
Martes
Ago
18
Portada De la U UCR capacita evaluadores para certificados de
sostenibilidad turística
UCR CAPACITA EVALUADORES PARA
CERTIFICADOS DE SOSTENIBILIDAD
TURISTICA
Escrito por JAVIER CÓRDOBA MORALES ([email protected])
CON EL FIN DE IMPULS AR UN
DESARROLLO TURÍSTICO
MÁS SOSTENIBLE E
INTEGRAL EN EL PAÍS, LA
UNIVERSIDAD DE COSTA
RICA (UCR) SE UNIÓ AL
INSTITUTO COSTARRICENSE
DE TURISMO (ICT) PARA DAR
UN NUEVO IMPULSO AL
PROGRAMA DE
CERTIFICADOS DE
SOSTENIBILIDAD TURÍSTICA.
La norma fue creada hace diez años
con el Decreto Ejecutivo N°27235MEIC-MINAE, el cual contiene los
criterios para otorgar el Certificado a
las empresas que adapten su
modelo de gestión a un estilo
sostenible.
Hasta el momento, la
implementación de los certificados
fue obra de un pequeño grupo de
cinco profesionales del ICT
responsables de la evaluación de
las empresas turísticas, por lo que
la UCR ofreció apoyo para mejorar
la capacidad de respuesta e
implementación de este programa.
De esta forma, el Observatorio del
Desarrollo de la UCR inició este año
el proyecto de “Formación del
Certificado bajo la norma del CST”
para capacitar a profesionales del
área turística y convertirlos en
evaluadores de la norma CST
(Certificados de Sostenibilidad
Turística).
Leonardo Chacón, coordinador de
este programa, aseguró que existen
99 empresas de hospedaje y cerca
de 17 tour-operadores que ya
cuentan con el CST, por lo que es
necesario contar con más
evaluadores para satisfacer la
creciente demanda de aplicación de
esta norma.
NO ES SOLO VERDE
Chacón explicó que la norma va
mucho más allá de buscar una
gestión empresarial amigable con el
ambiente, pues se incluyen criterios
de impacto social y económico para
las zonas en las que trabajan las
empresas.
Uno de los aspectos que se evalúa
con el CST, es la cantidad de
personal de la región donde opera
la empresa que se ha contratado,
por lo que se da una puntuación a la
vinculación y el impacto en la
comunidad que tiene el hotel o
servicio turístico.
“Reconoce también si se vincula a
otras empresas pequeñas de la
zona, como las de artesanía, grupos
de baile; toda esta dinámica se pasó
también a tour-operadores con el
objeto de incidir en las
comunidades”, comentó Chacón.
Agregó que también hay una
calificación positiva para aquellos
que privilegien en sus compras
ciertas formas de producción
amigables con el ambiente, como es
la agricultura orgánica.
Una de las características de esta
norma es que busca comprometer a
la persona usuaria de los servicios
turísticos con un estilo de gestión
sostenible, en el cual se le invita a
“colaborar” al atender algunas
pequeñas medidas.
“Cuando uno va de turista busca el
ocio, entonces debe existir la
creatividad suficiente de hacerle ver
al turista que junto con el
esparcimiento, también puede
aplicar medidas como apagar la luz
cuando sale, con el fin de evitar el
desperdicio energético; también
brindarle información sobre el
manejo de los desechos en la
comunidad cercana”, acotó Chacón.
Para el universitario, la aplicación
de esta norma implica un cambio
cultural, no solo de la gerencia de
una empresa turística, sino también
de todo su personal, e inclusive, del
cliente que busca un producto de
características sostenibles.
MÁS CERTIFICADOS
El programa del Observatorio del
Desarrollo para extender la
aplicación de esta norma, pretende
capacitar a un grupo de evaluadores
privados, fuera de los que tiene
disponibles el ICT, con el fin de
agilizar la gestión y aplicación de la
norma, como se hace en otros
campos.
Estos evaluadores deben tener
como mínimo un bachillerato
universitario en áreas como
biología, antropología, sociología,
ingeniería, administración y demás
carreras afines a la actividad
turística; quienes deben llevar el
curso de capacitación que elaboró
la UCR.
“La UCR lo que ha hecho es, en una
fase inicial, presentar el material
didáctico del programa. Se agrupó
un conjunto de profesionales
quienes desarrollarán este material,
siempre en coordinación con el ICT,
para hacer una lectura a la par de la
gente que ya está capacitada en
este tema”, manifestó Chacón.
En su criterio es fundamental
asegurar la formación de
consultores externos realmente
comprometidos, que si bien tienen
el derecho a cobrar por los servicios
que brinden, no comprometan la
credibilidad del programa con
actitudes indebidas, o sea, las que
son sancionadas por la ley.
El programa de formación está
diseñado en tres ámbitos de
formación: teórico práctica,
área técnica y una práctica de
campo final.
El curso teórico consta de nueve
módulos en los que se tocan temas
como sociedad y cultura, consumo
de energía, gestión ambiental y
otros elementos transversales de la
norma.
En la parte técnica se brinda la
formación relativa a la aplicación de
la norma de los CST, mientras que
en la práctica se hace una
simulación de un proceso de
certificación en una empresa
turística.
De acuerdo con Chacón, no es
posible formar a un “súper
evaluador”, ya que la norma es muy
amplia, por lo que se requiere de un
trabajo integrado de varios tipos de
profesionales que estén capacitados
para llevar a cabo la revisión.
Un primer grupo de 30 personas
seleccionadas por las cámaras e
instituciones vinculadas al sector
turismo acaban de culminar este
mes el primer curso de
capacitación, por lo que se espera
que para los próximos meses ya se
pueda ofrecer la formación a otras
personas interesadas.
El trabajo de los evaluadores al
realizar una certificación es revisado
por una Comisión de Acreditación,
la cual tiene la última palabra para
otorgar o no un CST.
Esta comisión está conformada por
el ICT, la UCR, el Instituto Nacional
de Biodiversidad, el Instituto
Centroamericano de Administración
de Empresas, la Unión Internacional
para la Conservación de la
Naturaleza, la Cámara Nacional de
Turismo, la Universidad de Costa
Rica, el Consejo de la Tierra y el
Ministerio del Ambiente y Energía.
Chacón considera clave extender la
aplicación del CST en la industria
turística costarricense, pues el país
debe ser coherente con la imagen
que vende al mundo de ser un
destino verde y sostenible.
“El turismo crea una presión sobre
los recursos del país, con una
población flotante de dos millones
de personas por año; por lo que no
se puede pensar que es una
industria sin impacto, como se
conocía hace un tiempo, “la
industria sin chimenea”, comentó.
El especialista recordó que los
impactos de una empresa turística
no sostenible, pueden ser muy
graves para su entorno, ya que un
mal manejo de desechos o una
presión indebida sobre recursos
como el agua, pueden deteriorar la
calidad de vida de las personas,
como sucede en Guanacaste.
BUSQUE HOTELES
SOSTENIBLES
Parte del esfuerzo por extender las
buenas prácticas en la industria
turística debe venir de las personas
consumidoras que premien y
privilegien a las empresas que
busquen beneficiar al ambiente y al
entorno.
Para esto, usted puede consultar si
el hotel que piensa visitar cuenta
con el Certificado de Sostenibilidad
Turística (CST), en el sitio
www.turismo-sostenible.co.cr,
donde se pueden encontrar la lista
de hoteles y tour operadores
certificados.
En el sitio se detalla en cuál de los
cinco niveles de sostenibilidad se
encuentra el hotel, así como la nota
que obtuvo en cada uno de los
ámbitos que se evalúan al otorgar el
CST, de los cuales no se hace un
promedio ponderado, sino que se
toma la nota más baja para dar
mayor rigurosidad a la norma.
Las evaluaciones en cuanto al
entorno físico-biológico, cliente
externo, planta de servicio y entorno
socioeconómico vienen detalladas
con las respuestas que dio el hotel
a las preguntas de la norma.
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