392 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES • Siendo la aceptilatio semejante al pago, no debe tener por objeto más que la cosa debida. Pero lo mismo que el acreedor puede consentir en recibir un pago parcial; se acabó por admitir que podía hacer aceptilatio por una parte de la deuda si el objeto es divisible. • Si la aceptilación equivale a un pago, no es, en suma, más que un pago imaginario, menos ventajoso que un pago real para el acreedor, que no recibe nada; más ventajoso para el deudor que se libra sin pagar. La aceptilación no puede ser hecha más que al deudor, y solo por el que tiene la calidad de acreedor. Ni uno ni otro puede ser reemplazado por un mandatario. Sin embargo, a veces era necesario acudir a un tercero; por ejemplo, cuando el deudor está loco, o cuando es un pupilo infans y el acreedor quiere hacerle aceptilatro. En tal caso se usaba de la novación por cambio del deudor: el tutor o el curador se hacía deudor en lugar del incapaz y podía recibir aceptilación. Efecto y utilidad de la aceptilación. La aceptilación extingue la deuda de pleno derecho con todos sus accesorios. Produce respecto a los fiadores, y en las relaciones de los acreedores con los deudores correales, el mismo efecto que el pago. Más decisiva que el recibo, que no prueba más que el hecho del pago, la aceptilación libera al deudor aunque no haya pagado nada. d) La confusión. Esta figura jurídica se funda en una dualidad de sujetos, es decir, la existencia del sujeto activo y pasivo. Cuando esta dualidad de sujetos desaparece, la obligación no puede subsistir ya que llegan a reunirse en una misma persona, las calidades de deudor y acreedor. La confusión extingue la obligación de pleno derecho, como si hubiera habido pago. Pero presenta el carácter particular de ser más bien una imposibilidad de ejecución, queda más bien paralizada que extinguida, pues, si las calidades de deudor y acreedor que estaban reunidas, se separan de nuevo, la obligación recobra toda su fuerza. Esto es lo que ocurre cuando habiendo heredado el deudor del acreedor, es declarado el testamento inoficioso y se le quita la sucesión. De este carácter de la confusión se desprenden las consecuencias siguientes, en caso de fianza y de correalidad: