Instrucción sobre el H ogar y la Familia El fortalecimiento de las relaciones matrimoniales 7 "Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón" (1 Corintios 11:11). La relación matrimonial debe nutrirse constantemente. Introducción Nosotros creem os que el m atrim onio es sagrado; es la creación de una unión divina ordenada por Dios y ligada por convenios (véase D. y C. 49:15). Dado que el m atrim onio es tan im portante, debe protegerse y nutrirse y vale la pena fortalecerlo y m ejorarlo. Los m atrim onios arm oniosos fortalecen a las personas. “Es en [el m atrimonio] donde todas las aspiraciones del alma hum ana y todo sentir físico, emocional y espiritual se pueden ver cristalizados" (Boyd K. Packer, “El valor del m atrim onio", Liahona, agosto de 1981, pág. 20). El evangelio proporciona pautas para fortalecer los matrimonios Cierto hom bre tenía graves problem as en su m atrim onio y en su vida fam iliar, casi al punto de dar fin a su unión. Con el tiem po, se dio cuenta de que sus problem as eran "espirituales y de su propia hechura. Tam bién com prendió que el que estaba en m ejor posición para hacer algo al respecto era é l ." Llegó a com prender "lo que el Señor ha dicho a través de las Escrituras y los profetas, pero que la m ayoría de nosotros no com prendem os plenam ente: La clave para tener paz y relaciones armoniosas se encuentra en nuestra aplicación personal de los principios básicos del evangelio. En otras palabras, para poder tener paz y arm onía en nuestras relaciones, prim eram ente debem os tener paz y armonía dentro de nosotros m ism os, y esta paz la recibim os cuando estam os haciendo lo que sabem os que es correcto al prestar oídos al 'silbo apacible y delicado' del Espíritu" (véase C. 185 El fortalecim iento de las relaciones matrimoniales Richard Chidester, "U n cambio en el co ra z ó n .." , Liahona, oct. de 1984, pág. 12). Debem os pedir con palabras y hechos la presencia del Espíritu en nuestro m atrim onio, y, para ello, debem os orar ju n tos, ayunar ju ntos y estudiar ju n tos las Escrituras. M uchas veces, el hacerlo requiere un esfuerzo extra por motivo de que nuestra vida se complica con las responsabilidades del trabajo, del hogar y de la Iglesia. El Señor nos ha dado los principios del evangelio que se aplican a todo aspecto de la relación m atrim onial. C onsiderem os la forma en que el sacrificio, la obediencia y la consagración contribuiría al fortalecim iento de los cónyuges y del m atrim onio. Pensem os en lo que contribuirían a éste los principios básicos de la com pasión y del servicio. A m enudo pensam os que otras personas deben aprender esos principios, pero son m ás valiosos si los ponem os en práctica con las personas que están más cerca de nosotros. Otros dos principios del evangelio sum am ente im portantes que se aplican al m atrim onio son el arrepentim iento y el perdón. El élder Hugh W. Pinnock dijo: "M u y a m enudo, cuando com etem os errores, aun cuando haya sido inocentem ente, el daño ya está hecho y se hace im prescindible una disculpa. A dem ás, junto con el 'Perdón am e', los cónyuges tienen que aprender a decir: 'Te perdono'. Jesús enseñó que, si deseam os ser perdonados por nuestro Padre C elestial, debem os aprender a perdonar a aquellos que nos ofenden (véase M arcos 11:25, 26). Algunos de los m ejores m atrim onios que conozco están com puestos de personas que saben perdonar" ("El m atrim onio: ¿Un éxito o un fracaso?", Liahona, abr. de 1982, pág. 19). Es tan fácil guardar resentim ientos y aferram os al recuerdo de ofensas pasadas. Pero el Señor, que, cuando abandonam os nuestros pecados, nos perdona y no los recuerda m ás, nos da el modelo que debem os seguir (véase D. y C. 58:42-43). LEER: Colosenses 3:12-13. ¿Qué significa soportarse unos a otros? ¿Qué aplicación podem os darle a ese pasaje en nuestro m atrim onio? 186 Instrucción sobre el Hogar y la Familia Lección 7 Muchas veces, al casam os, debemos experimentar un cambio de corazón y de comportamiento En el m atrim onio y en otras relaciones personales, a m enudo quisiéramos que la otra persona cambiara algún aspecto de su modo de ser que no nos agrada. A veces nos cuesta años y mucho sufrim iento aprender por fin que no podem os cambiar a ninguna persona; pero sí podem os exam inarnos a nosotros mismos y cambiar lo que sea necesario en nuestra propia actitud y com portam iento. Podem os ser un ejem plo y ejercer una buena influencia, y orar para pedir inspiración y ayuda. Claro está que la otra persona tam bién debe pedir la ayuda del Señor y cambiar. El élder Robert E. W ells nos aconsejó buscar la ayuda del Señor para cambiar nuestro propio com portam iento y nuestro propio corazón. “Si pedim os al Señor que nos ablande el corazón unos para con los otros y si nos arrepentim os al m ismo tiempo de nuestras debilidades, El efectuará un cambio en nuestro corazón. El nos apartará de nuestras actitudes egoístas, m ezquinas y m undanas, y nos llenará del am or puro de Cristo" (“O vercom ing Those Differences of O p inion '', Ensign, ene. de 1987, pág. 62). LEER: Alma 5:14, 2 6 -3 7 . ¿Qué nos enseña Alma acerca de la necesidad de tener un cambio de corazón? ¿Qué actitudes o actos señaló que dañan las relaciones? ¿Qué suplicó a la gente que hiciera? Las relaciones físicas pueden fortalecer las relaciones emocionales y espirituales Los profetas de los últimos días han enseñado con frecuencia que el egoísm o es la causa de m uchos conflictos m atrim oniales, por lo que los cónyuges deben esforzarse constantem ente por eliminarlo de sus relaciones. Un aspecto sum am ente im portante en este sentido es la intim idad física. Una vez casada una pareja, la expresión sexual es ordenada por Dios; es una fuerza potente que fortalece el am or, la unidad y el com pañerism o. Pero los m atrim onios deben usar esa fuerza en formas rectas y desinteresadas. Un consejero m atrim onial miembro de la Iglesia explicó: “Es interesante notar que en las Escrituras no aparecen las palabras sexo ni sexualidad; en su lugar, se utiliza la palabra conocer para referirse a la relación íntima entre el hom bre y la m ujer. El 'conocerse' o 187 El fortalecim iento de las relaciones matrimoniales 'fam iliarizarse' constituye un aspecto satisfactorio del amor co n y u g al... "E n los años de experiencia que llevo como consejero m atrim onial, he descubierto que hay algunos m atrim onios que piensan que la expresión sexual debe restringirse a una sola dim ensión: la de la reproducción. No obstante, el presidente Kimball enseñó: 'N o tenem os conocim iento de que el Señor haya dado instrucciones de que la debida relación sexual entre marido y m ujer deba limitarse totalm ente a la procreación' ("El plan del Señor para el hom bre y la m u jer", Liahona, abr. de 1976, pág. 3). Si bien la procreación es un aspecto integral y bello de la intimidad conyugal, el utilizar esa intimidad únicam ente para ese propósito es negar su inm enso potencial como expresión de am or, lealtad y unidad. "P or otro lado, hay parejas que consideran que la única razón por la que existe la sexualidad es para lograr satisfacción física. Esas personas se obsesionan tanto por saciar sus apetitos que olvidan com pletam ente la verdadera em oción del am or. Hay otros que em plean la sexualidad como arma o instrum ento de extorsión. Esto no solam ente constituye un abuso del privilegio que Dios nos ha dado, sino que también m uestra gran egoísm o por parte de uno o ambos com pañeros y convierte las relaciones sexuales en algo destructivo, más bien que en un elem ento de unión en el m atrim onio" (Brent A. Barlow, " 'Y los dos serán una sola carne' " , Liahona, ju n . de 1987, págs. 29, 30). De hecho, hay ocasiones en que, por las necesidades em ocionales y físicas de uno de los cónyuges, se hace necesario que el otro sea más afectuoso. La pornografía y la perversión sexual no caben dentro de las relaciones ordenadas por Dios. Al igual que en todos los dem ás aspectos del m atrim onio, hay ciertas virtudes que deben observarse tocante a las relaciones sexuales: "H ay quienes han dicho que cualquier cosa es perm isible detrás de las puertas de la habitación de un m atrim onio. Eso no es verdad y el Señor no lo aceptaría" (Spencer W . Kimball, The Teachings o f Spencer W. K im ball, ed. por Edward L. Kim ball, Salt Lake City: Bookcraft, 1982, pág. 312). 188 Instrucción sobre el H ogar y la Familia Lección 7 El despojarse del egoísmo es la clave de un matrimonio feliz "El m atrim onio e s ... una relación de responsabilidad y oportunidad. En él, ambos socios tienen la oportunidad de dar. Considero que son muy pocas las esposas que se dan cuenta del poder que tienen para conservar a sus esposos a su lado física, emocional y aun espiritualmente. Por otro lado, me parece que muy pocas son las m ujeres que perciben el grado de frustración y frialdad que sienten sus m aridos cuando ellas se m uestran indiferentes a sus necesidades e intereses. Creo firm em ente que un Padre Celestial sabio y am oroso le ha dado a la m ujer la capacidad de lograr unidad con su marido (véase G énesis 2:24). La clave de todo es la caridad, esa ausencia de egoísm o." (" 'Y los dos serán una sola carne' " , pág. 34; cursiva agregada.) El esposo también debe despojarse del egoísm o. "U n esposo necesita pasar tiempo con su esposa; am bos necesitan estar juntos para intercam biar ideas, crecer, aprender y experim entar gozo como pareja. A ninguna esposa le entusiasm a que su esposo se pase todo el tiempo en el trabajo, en reuniones de la Iglesia, en pasatiem pos que la excluyan, enfrente de la televisión o escondido detrás de un periódico. El esposo que siempre busca ocupar su tiempo en actividades que excluyen a su esposa le transm ite un m ensaje de que ella no es im portante. Pero ella debería ser la persona m ás im portante de su vida" (" 'Y los dos serán una sola carne' " , pág. 32). Conform e aprendan los cónyuges a despojarse del egoísm o, experim entarán mayor gozo y progreso personal. "C onviene recordar a m enudo a nuestros primeros padres m ortales. Cuando nuestro Padre Celestial les dio instrucciones, les m andó prestar atención a la gran diversidad de poderes y em ociones que poseían. Debían subyugar la tierra, crear y enseñar a su posteridad, llegar a ser una sola carne físicam ente, unirse el uno al otro social y em ocionalm ente y aprender a cumplir con los propósitos de Dios. Ellos, al igual que nosotros, tuvieron cuerpos, partes y pasiones a la im agen del Creador. Eso significa que nosotros, como hijos de Dios, conform e nos desarrollem os virtuosam ente dentro del m atrim onio, descubrirem os el gozo más profundo de todas sus creaciones, entre ellas, nuestras propias emociones, cuerpos y capacidad espiritual. " (Una guía para los padres [PBIC0507SP], pág. 54; cursiva agregada.) 189 El fortalecim iento de las relaciones matrimoniales El élder Boyd K. Packer declaró: "E l m atrim onio está lleno de toda clase de pruebas; después de todo, éstas son las que forjan la virtud y la fortaleza interior. La tem planza del carácter que se adquiere en el m atrim onio y en la vida familiar es uno de los factores que llevará a los seres hum anos a alcanzar un día la exaltación" ("El valor del m atrim onio", Liahona, ago. de 1981, pág. 20). El presidente Ezra Taft Benson ha dicho: "E l progreso espiritual ocurre cuando los com pañeros juntos resuelven los problem as y no cuando huyen de ellos. La forma en que hoy día se destaca el individualismo trae como resultado el egoísm o y la separación. La norm a del Señor todavía es que marido y m ujer, dos individuos separados, se conviertan en 'una sola carne' (véase Génesis 2:24). "El secreto de un m atrim onio feliz es servir a Dios y servirse m utuam ente. La meta de un m atrim onio es lograr la unidad y la integridad, así como el desarrollo individual. A unque parezca lo contrario, cuanto más se sirvan el uno al otro, tanto mayor será el progreso espiritual y em ocional de cada uno de los cónyuges" ("Principios fundam entales en las relaciones familiares perdurables", Liahona, ene. de 1983, pág. 114). Material de consulta adicional para usar en el hogar Jam es E. Faust, "E l más elevado lugar de h o n o r", Liahona, jul. de 1988, págs. 3 7-40. Renon Klossner H ulet, "Ju n tos en todo, m enos en el evangelio", Liahona, mar. de 1989, págs. 32-35. Yoshihiko Kikuchi, "C om o a una hija de D io s", Liahona, jul. de 1988, págs. 76 -7 7. Sugerencias para la maestra 1. Analice cómo pueden satisfacerse dentro del m atrim onio todas nuestras necesidades físicas, em ocionales y espirituales. ¿Qué relación guardan entre sí esas tres necesidades? ¿Por qué la falta de satisfacción en un aspecto afecta los demás aspectos? 2. ¿Qué principios específicos del evangelio se describen en la lección como necesarios para que el m atrim onio se asiente sobre una base sólida? ¿Se aplican a todos los aspectos del 190 Instrucción sobre el Hogar y la Familia Lección 7 m atrim onio? Pida a las herm anas que m encionen ejem plos de las bendiciones que hayan recibido en su propio m atrim onio al seguir esos principios u otros. ¿Cómo pueden los m atrim onios que están ocupados en los asuntos de la Iglesia hallar el tiempo necesario para dedicarse el uno al otro? ¿Por qué son el perdón y el arrepentim iento la base del progreso y la unidad? 3. ¿Por qué es en ocasiones indispensable cambiar nosotros m ismos para poder efectuar un cambio en nuestro m atrim onio? ¿Qué puede hacer uno de los cónyuges para ayudar al otro a sentir el deseo de m ejorar o cambiar? ¿Por qué fortalecerán el m atrim onio la oración, el ayuno y el estudio de las Escrituras de am bos cónyuges juntos? 4. Analicen la destrucción que puede producir el egoísm o en un matrim onio al im pedir que los cónyuges progresen física, em ocional y espiritualm ente. ¿Por qué es el m atrim onio una relación hum ana de responsabilidad y oportunidad? ¿Por qué nos prepara el m atrim onio para nuestro potencial eterno? 191