Descargar - Hijas de Jesús

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BODAS DE ORO DE 15 HIJAS DE JESÚS
31 de mayo de 2016
1. Barrio Matey, María Francisca
2. Castañeda Llorente, Dolores (Argentina)
3. Esteban Martínez, Josefina
4. García García, María Gloria
5. García Garcimartín, María Isabel
6. González Baruque, Aurora
7. Herranz Herranz, Felisa
8. Linde Cirujano, María del Pilar
9. López-Palacios Zornoza, María del Pilar
10. Martín Pérez, María de los Ángeles (Bolivia)
11. Rodríguez Amores, Josefa
12. Romero Navas, María Guadalupe
13. Sastre Yusta, María del Carmen
14. Satrústegui Goñi, Esperanza
Mª Francisca Barrio Matey (Madrid)
Estos cincuenta años de vida religiosa han sido para mí unos
años de luces y sombras, pero éstas me han ayudado para
afianzarme más en la fe, la esperanza y el amor a Jesucristo y
agarrarme más fuertemente a El que me eligió sin yo
merecerlo.
Hoy doy gracias a Dios, a la Congregación y a tantas personas
que me han ayudado, como formadoras, comunidades por
donde he pasado para vivir con disponibilidad el carisma de
Cándida María de Jesús, con el que me siento muy identificada y feliz, trasmitiendo el
mensaje de la educación cristiana.
Pido a María como “Estrella de nuestros caminos” que me guíe y conduzca mi vida
siempre a su lado y al de su Hijo. Esto lo pido también para las hermanas más jóvenes,
que se agarren fuertemente a Jesucristo como único amigo y amor de sus vidas.
Gracias a todas y por todos.
¡Muchas gracias!
Dolores Castañeda (Villa Ocampo-Argentina)
50 Años de fidelidad de Dios bajo el “visible amparo de María
Inmaculada”
Así me gusta iniciar esta compartida con motivo de mis bodas
de Oro, de mi consagración como Hija de Jesús. Hablar de la
fidelidad de Dios en este tiempo significa hacer memoria, pasar
por el corazón algunas experiencias fundantes que fueron
marcando mi vida.
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En primer lugar un recuerdo agradecido a mi familia, una familia numerosa, sencilla y
cristiana donde aprendí a querer, a conocer a Dios y a preocuparme por las
necesidades de los que me rodeaban.
El don gratuito de la vocación. Sentir como texto clave y siempre actual, a pesar de mis
debilidades el “Llamó a los que quiso para estar con El y enviarles.... “ ¡Cómo no ser
significativo para mi ser de Hija de Jesús, la disponibilidad de ir y de permanecer en
cualquier parte del mundo.!
La presencia de María estrella de nuestros caminos, es para mi parte esencial de mi
seguimiento de Jesús. La experiencia del Hágase, desde la Anunciación a la Cruz,
viviendo en algunos momentos de mi vida situaciones límites, la presencia de María,
me ayudó a encontrar un espacio abierto a la esperanza. El “Hagan lo que Jesús les
diga" es aliento, impulso y desafío en mi ser como Hija de Jesús.
El llamada personal a estar compartir la vida y la fe con los más pobres es para mí
fuente de vida en mi consagración. Jesús ha venido para que todos tengamos vida y
vida en abundancia.
Desde este llamado a ser verdadera Hija de Jesús se fue haciendo cada día más
significativo el sentido de pertenencia a esta Congregación de Hijas de Jesús de la que
me siento plenamente parte y que la amó, así como es.
Para las jóvenes en formación, postulantes, novicias, junioras y para todas las que
bebemos del Carisma de Santa Cándida les diría que Dios tiene para cada una un
camino en este ser Hija de Jesús y que lo importante es escuchar a Dios y a la realidad.
Hoy la Palabra de Dios nuevamente me presta un texto que nos puede ayudar a todas
Me gusta este texto del Profeta Miqueas. “Ya se te ha dicho lo que es bueno, lo que el
Señor pide de ti: que practiques la justicia, que ames la fidelidad y la bondad y que
camines humildemente con tu Dios” (Mi 6, 8).
Al celebrar estos 50 años de mi Consagración como Hija de Jesús quiero agradecer al
Dios de la vida tantos beneficios derramados, desde su gran misericordia en mí y en
otras personas, en las que como instrumento de Dios me cruce en el camino. Quiero
unirme en acción de gracias a las Hnas que en el día de hoy también celebran sus
bodas de Oro.
Isabel García Garcimartín (Segovia)
La comunidad me está permitiendo unos días tranquilos de
reflexión, y gracias al silencio me ha venido a la cabeza cómo
expresaros, queridas compañeras, Hijas de Jesús de la entera
Congregación, algo de mi vida. No sé si da para ofrecer mensajes,
como dice el guión de las responsables de la web.
La forma es a través de la imagen de la subida al monte, no me
atrevo a llamar escalada. Lo decimos a cada momento: la vida es
una ascensión.
Allá por los años ochenta, en un campamento de verano de Navafría, en aquellos días
tan llenos de luz y risas de niños… organizamos una subida al puerto del mismo
nombre, que la mayoría de las personas pueden realizar, no sin algún esfuerzo, la
verdad. Por entonces experimentaba personalmente los beneficios de una buena
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técnica respiratoria. No me acuerdo quién era la jefa o jefe de la expedición pero me
propuso hace algo para llegar a la cima con facilidad. Así que, con el permiso de aquel
o aquella, fui marcando el ritmo a grito pelado: inspirar, espirar, hasta el final…
Milagrosamente, los niños se metieron en el asunto y lo conseguimos: llegamos sin
sentir cansancio y pasamos un día verdaderamente feliz, lleno de movimiento. La
primera beneficiada fui yo.
Ahora, en tiempo de Pentecostés… podía seguir tomando textos de libros sobre el
Espíritu, hálito de vida, principio de nuestra santidad…O de la importancia de ser
metódicas, sobre todo en cosas tan importantes como la oración. Confieso que llevar
un método en cualquier campo me cuesta mucho, a pesar de estar convencida de su
eficacia…
Pero sigo con lo de la subida. A mí la vida se ha hecho con frecuencia cuenta arriba. Me
ha pesado mi propio yo y mi maduración, las exigencias del seguimiento de Cristo en la
propia Congregación, la vida de los colegios, la de comunidad… Sin embargo, y esto es
lo fundamental que quiero expresaros, es que alguien misteriosamente ha ido tirado
de mí y ahora me veo, como sorprendida, si no en la cumbre del Everest, en la de
algunos montecitos del Guadarrama que se divisan desde nuestra casa desde donde
descubro un panorama hermoso en su conjunto.
Dios se ha valido de muchos medios, recibidos inmerecidamente, para que yo pueda
decir que he subido algunos metros por la empinada subida de la vida…
Así pues, esta comunicación me da ocasión de agradeceros a tantas de vosotras,
también a las que nos han precedido en la marcha a la casa del Padre, este tirón hacia
arriba, por aquella mano echada en el momento oportuno que me ha ayudado a dar
un paso más.
Pero en definitiva a toda la Congregación. Cada persona que Dios ha puesto al paso de
mi vida me ha dejado su específico y sagrado testimonio de vida que yo guardo como
un tesoro y un don suyo…
¿Qué dirán, éstas de cincuenta años de profesas, a las más jóvenes?
A mí me parece inmejorable el contenido de CFI 136.
Todas las que pertenecen a esta Congregación están llamadas a ser verdaderas Hijas
de Jesús. [Son cantidad las citas marginales y es una asunto para interiorizar de por
vida].
Fieles a esta vocación recibida es la Iglesia, y según la gracia con que las ayudará el
Espíritu Santo, han de tener ante los ojos a Dios como Padre. Se pondrán en sus manos
con total confianza, sabiendo que Él vela por sus hijos y les ama; estarán siempre
dispuestas para hacer en todo su voluntad, encontrando en ella la alegría, y para
trabajar a mayor gloria divina en bien de los prójimos.
Y con esta misma gracia, procurarán amar con toda su persona a Jesús, Dios hecho
hombre por amor nuestro, buscando en todo parecerse a Él como un hijo se parece a
su padre; y seguir sus huellas hasta la cruz, seguras de que, muriendo con Él, también
con Él habrán de resucitar.
Poco más: Que confíen en Dios que es el que llama y a quien le interesa nuestra
aventura; en las propias capacidades, que conviene desarrollar; y en las formadoras y
en las orientaciones congregacionales que no estarán lejos de las de la Iglesia.
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Comentario: Desde Segovia os tenemos presentes a todas cada día, pero será de
manera extraordinaria el 31, cuando hagamos la celebración congregacional del
nacimiento y bautismo de la M. Cándida y la de Bodas.
Aurora González Baruque (Segovia)
EL PASO DE 50 AÑOS DE VIDA CONSAGRADA
Recibí un correo con la comunicación de que escribiese algo de
los 50 años de mi vida religiosa. Me sobrecogí un poco. Mucho
tiempo ha pasado de aquel 21 de noviembre de 1963, mi
ingreso en la congregación.
Cuando tomé conciencia de ello me retiré unos días para
reflexionar, pensar… cómo han sido las huellas de Dios en mi
vida. He vivido durante estos días como tres momentos muy
claros.
El primero, escuchar, hacer silencio en mi interior, quitar las brozas, desempolvar la
vida y dejar que Dios hable, escudriñar los rescoldos, sentir las ascuas encendidas para
que la luz, el calor se hiciese nítido y trasparente. Escuchar a Dios.
Un segundo momento, hice un árbol en donde estaba simbolizando: En la raíz Dios - mi
familia; en el tronco Dios – la congregación y en las ramas los distintos lugares por
donde he pasado, donde he dejado retazos de mi vida. Es como si Dios te hubiese
entregado un bloque de mármol. Te da la suficiente libertad, talento y espíritu para
que tú puedas hacer con ese bloque alguna cosa y si es posible algo bonito.
Reflexionando la estatua que va a nacer de tu vida que a golpes de gubia no la creas tú,
es Dios que te ha dado ese talante, ese espíritu y va siguiendo paso a paso tu caminar.
A través de ese paso por la vida he observado unas actitudes e inclinaciones
constantes: La educación en sus múltiples facetas, el estar junto a los más necesitados:
cárceles, niños, mujeres, inmigrantes, familias desestructuradas etc… El sentido
profundo de parroquia. ¡Cuánta vida!, y sobre todo el amor entrañable a la
congregación a mi familia, y a muchas, muchas amistades que me quieren y las quiero.
Un tercer momento, donde estuve, dando gracias al Dios de la vida, por estos 50 años
de consagración, por haberme posibilitado y dado el saber descubrir ese murmullo,
esos guiños diarios de Dios y saber valorar desde la sencillez y la cercanía su reflejo en
cada persona, en cada suceso, en cada acontecimiento. Como decía nuestra Hermana
Rosario Arocena “Cada persona es única e irrepetible y como tal hay que tratarla”.
Una de las preguntas que nos hacía María Luisa, era ¿Qué dirías hoy a las jóvenes?
Muy sencillo. No puede haber compromiso sin Fe y sin don de sí. Creer y dar. ¿No es
ésta la auténtica manera de amar a todos?.
Yo antes no era más que un pequeño proyecto de mujer. Ahora me siento que soy una
criatura entre millones y millones. Es una metamorfosis sagrada que está al alcance de
todo el mundo con una condición: amar y sentirse amada de verdad y para SIEMPRE.
Gracias, Padre Dios por haberme llamado, por haberme dado la gracia de sentarme en
tu mesa a celebrar, a vivir el banquete de tu amor. Gracias a todas las hermanas,
gracias a nuestra M. Fundadora por habernos dejado como legado este Espíritu para
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llegar a ser una Congregación de unión, de amor, de verdadero y fructífero apostolado,
llevando siempre como estrella de nuestros caminos a María Inmaculada.
Felisa Herranz (Madrid)
Dios siempre está presente en la vida, convirtiendo
todo lo que acontece en tiempo de gracia, en historia
de salvación. El da sentido a todo y cuando una
descubre cómo ha ido actuando a través de las
personas, de las situaciones, brota el agradecimiento
por lo vivido.
Diría a las hermanas jóvenes que no merece la pena
preocuparse por cosa pequeñas y sin importancia y
sobre todo estamos llamadas a poner nuestra confianza
en EL.
Nuestra respuesta a veces es limitada o poco generosa, pero si nos ponemos en sus
manos con tal entrega EL suple todo y nos da la gracia para seguirle cada día.
Mª Pilar Linde (Málaga)
Cincuenta años son un periodo de tiempo muy largo, dan para
mucho: He vivido días radiantes y días grises, me ha
dinamizado el entusiasmo y me ha paralizado la atonía, he
gozado con la amistad y sufrido con el olvido, he recibido
aplausos y silencios, he disfrutado con la compañía y he
conocido el sabor de la soledad… Nada extraordinario, esto es
lo que suele ocurrir en la vida de la mayoría de las personas,
dentro y fuera de la Vida religiosa. Y, sin embargo, algo
extraordinario: el sustrato sobre el que he caminado, la certeza de que Dios sostiene
siempre.
A las jóvenes... Que no dejen de escuchar cada día lo que el Señor, con distintos
lenguajes, pone en su corazón. La vida es cuestión de corazón. (Las no- jóvenes
deberíamos haberlo aprendido ya)
Lo que siento... Repito el canto que estrenamos en la misa de mi profesión perpetua:
“Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré su fidelidad por todas las
edades.” Mi homenaje agradecido a Cándida Mª de Jesús, mujer santa que abrió el
camino por el que el Señor me llamó a seguirle, y a la Congregación que me acogió y
me acompaña.
María Pilar López -Palacios (Madrid)
El día 31 de Mayo es un día de ACCIÓN DE GRACIAS Y DE
FELICITACIONES .
FELICIDADES M. CÁNDIDA POR TU 171 CUMPLEAÑOS BAJO LA
PROTECCIÓN DE LA VIRGEN DEL AMOR HERMOSO
El día de mis BODAS DE ORO, quiero recordar con mucho cariño a
todas las Hijas de Jesús que durante mi niñez y adolescencia
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fueron haciendo posible que el Señor me invitara a seguirle con el CARISMA DE
CÁNDIDA M. DE JESUS. Y mi familia.
GRACIAS por los años de "educadora", me he podido dedicar, con la ayuda de "Jesús y
María a formar a niños y jóvenes para que fueran madurando su personalidad y en su
proceso de fe, para que pudieran trabajar en la construcción de un mundo mejor con
mi misión como docente y en formación religiosa (pastoral).
En Galicia, Castilla y Madrid. Lo he vivido con verdadera vocación y entusiasmo, con
mis muchas limitaciones.
GRACIAS A LAS HH DEL GOBIERNO GENERAL, PROVINCIAL Y LOCAL, por su buen hacer
y en esta época de mi vida por permitirme dedicarme en exclusiva a cuidar de mi
madre (centenaria), asumiendo que ahora ésta es mi misión.
GRACIAS a todas las hermanas con las que he convivido que me han ayudado a crecer,
algunas ya nos esperan con el Señor. También recuerdo a mis compañeros laicos con
los que he convivido muchos años.
Me invitan a decir algo a mis hermanas jóvenes:
Mi mensaje es que merece la pena ir gastando la vida siempre que sea por llevar el
mensaje de Jesús y bajo la protección de María, con el Carisma de la M . CÁNDIDA, que
es actual en este mundo tan conflictivo que nos toca vivir, ayudando a todos aquellos
que más nos necesitan. "Que seáis muy felices"...
Me uno a todas las hermanas que en este año hacen las BODAS DE ORO.
Un fuerte abrazo
María Ángeles Martín (Bolivia)
“PERMANEZCAN EN EL AMOR”
Hacer memoria del AMOR, que es la definición que, de Dios,
nos da S. Juan, es pasar por el corazón y agradecer de nuevo
y desde mi fragilidad humana, los innumerables detalles del
Amor de Dios para conmigo, quien me soñó como lo dice el
salmista, desde el vientre de mi madre… quien me amó
primero. Siendo incondicional compañero de tantos caminos,
hasta el día de hoy.
Y ese amor se me ha comunicado y se me sigue comunicando
a través de mi familia, de quien recibí los valores cristianos… A través de la vocación de
Hija de Jesús que ha sido un don para mí, que descubro con mayor profundidad a
medida que pasan los años. Regalo gratuito, incondicional, siempre nuevo, cada vez
con mayores exigencias porque Dios, por pura gratuidad suya me da a conocer algo
más la profundidad de su Amor.
A través de la Congregación que, por medio de la disponibilidad, me ha permitido salir
de mi tierra natal para entrar en contacto con otros pueblos, donde también vive el
AMOR. Primero en Colombia, en donde emití mis votos perpetuos y fui muy feliz,
ahora; desde hace casi 40 años en Bolivia, otro lugar distinto y que también me ha
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enseñado mucho del Amor. A descubrir y sentirlo vivo en mi hermana, mi hermano,
sobre todo en el más frágil y débil, en el que pasa necesidad, del tipo que sea…
Aunque, en tantos momentos, solo pueda llevar una palabra de aliento y de consuelo
en nombre del AMOR, del Padre de Jesús, que nos hermana con todos.
Y ahora que estamos finalizando este tiempo pascual, he de expresar que es necesario
pedir, todos los días, ser llenadas por el Amor de Dios, que en su Hijo Jesús nos mostró
que la Vida pasa siempre por el misterio de la cruz y de la muerte. Que no hay
verdadera alegría sin la purificación del sufrimiento. Por eso, siento que para vivir la
locura del Evangelio que vivió Jesús y que se nos propone también a nosotras como
Hijas de Jesús, hemos de dejarnos transformar continuamente por ese Amor
misterioso que nos habita y que, usa los caminos más impensables e incomprensibles
para que conozcamos alguito de la profundidad y anchura de su Amor.
En definitiva, lo único que nos tiene que importar es el ser testigos del Evangelio, como
hijas y como hermanas, en cualquier lugar y circunstancia que Dios permita para cada
una. Y no porque este camino sea fácil, sino porque asumir las penas y sufrimientos
con, por Jesús y a su modo, vale la pena, como tantas veces lo confiesa Pablo y como
nos lo han mostrado hermanas que nos han precedido. Que juntas prosigamos la
carrera hasta cuando Él nos llame a su encuentro pleno.
¿Qué mensaje puedes dejar en tus Bodas de Oro?
En mi vida el encuentro con el Dios de Jesús ha sido una experiencia en el día a día a
través del reconocimiento de mi condición de limitada y pecadora, de pobre y
necesitaba, esto ha sido la clave de encontrarle concretamente en los últimos y
pequeños, ahí se me ha ido presentando y haciendo urgente mi entrega a Él.
¿Qué dirías a las Hermanas más jóvenes?
Creo que sólo la entrega del corazón a Jesús y los hermanos llena y plenifica la vida,
todo lo demás se relativiza, pues creo que se convierte en distracción y no ayuda a
tener bien puesto el fundamento de nuestro seguimiento a Jesús.
Guadalupe Romero (Málaga)
Compartir algo de la experiencia vivida durante 50 años de vida
religiosa me compromete, pues aunque son vivencias que están a
flor de piel, siempre exigen un esfuerzo de adentrarse en lo más
hondo de mi ser, y reconocer, una vez más, pero con gusto, la
historia vivida con Aquel que me llamó.
Lo que Él ha ido realizando en mí ha sido una historia de amor y eso
emociona cuando la recuerdas.
Siempre me he sentido Hija de Jesús, desde que hice la primera comunión con el
hábito que me hicieron a propósito, hasta en la larga trayectoria de mi vida, siempre
emocionante y aventurera. Los lugares por los que he pasado: Nueva Orleans,
República Dominicana, Serranía de Ronda, cuevas de Guadix y ahora Málaga. Las
personas con las que me he encontrado: cubanos en el exilio, niños de las escuelas
públicas donde he ejercido, campesinos en la sierra, gitanos en Guadix, y los “sin
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techo” en mi hoy, son verdaderos motivos de acción de gracias. Lo es hasta mi larga y
repetida experiencia con el cáncer.
Hoy siento, que nada de lo vivido es comparable con la certeza de haberlo compartido
todo con el Señor. ¡Cuántas veces, en todo mi caminar, he sentido su presencia, su
invitación a seguirle, la gracia de saber que había suelo firme bajo mis pies!
Por eso vuelvo a decir aquí me tienes con más fuerza que nunca, porque aunque me
parezca mentira y me haga reír, vuelvo a sentir el fuego y la ilusión de los primeros
años. Más todavía.
A las jóvenes sólo les puedo ofrecer el testimonio de que el embarcarme en esta
historia de seducción, es lo mejor que me ha podido pasar en mi vida. Ellas, que están
en los inicios, irán viendo y descubriendo como de verdad merece la pena.
Mª del Carmen Sastre Yusta (Madrid)
Entré muy joven y sin mucho conocimiento de las Hijas de Jesús,
así que toda mi persona se ha ido configurando en la
Congregación. En el juniorado tuve la suerte de tener que
estudiar y trabajar bastante con los textos de la M. Cándida y esa
experiencia me ha ayudado mucho.
Después, mi vida ha transcurrido siempre en el ambiente de la
escuela y este pasado lo recuerdo con mucho cariño.
En este momento solo puedo dar gracias al Señor que me ha
guiado y esperado cada día. Doy gracias también a todas las personas que han
recorrido el camino conmigo y me han enseñado, acompañado, ayudado y querido.
Recordar todo esto me sostiene y me abre a la esperanza.
Esperanza Satrústegui (San Sebastián)
He sido feliz en mi vida religiosa, con las comunidades, con los niños etc. y
ahora solo puedo pedir al Señor por las vocaciones sacerdotales, religiosas
y cristianas.
Fui tarde al noviciado por circunstancias familiares. Me llevaba ocho o diez
años de diferencia con las novicias y junioras y no he tenido ningún problema de
convivencia, gracias a Dios, que todo lo puede.
A las hermanas más jóvenes les diría que su entrega a Dios sea total. Que animen a la
juventud a ser buenos cristianos y que confíen plenamente en Dios.
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