Rodolfo Acosta R. Todas las obras, la obra (2006) para cualquier tipo y número de instrumentos con repertorio preexistente (compuesta por encargo del Teatro de Cristóbal Colón para el lanzamiento de la temporada 2006 del Ciclo Colón Electrónico) “Todas las obras, la obra” se construye con citas de material musical preexistente en cualquier género o estilo, y de cualquier período. Con estos materiales, el director elaborará un tejido de densidades, contraposiciones y procesos dinámicos cambiantes para así generar un discurso musical. Este discurso, sin embargo, estará planteándose desde la interrelación de elementos más o menos conocidos por los intérpretes y el público. Por ello, parte importante de la dramaturgia de la pieza se definirá por el contacto e interpretación que cada auditor pueda tener de los repertorios siendo citados y por ende, cada experiencia estética puede ser altamente individual. Cada intérprete escogerá con antelación cinco citas del repertorio de su instrumento, sean las fuentes originales piezas solistas o partes de obras para grupos mayores, y bien sean partes protagónicas o acompañantes. Para controlar las densidades resultantes, el director indicará con los dedos de la mano izquierda el número de la cita a ser tocada e indicará entradas y salidas, sean éstas individuales o colectivas. La dinámica, individual o colectiva, será controlada por el director con la mano derecha, independientemente de las indicaciones dinámicas originales de las citas. Alturas y duraciones (incluyendo tempi) se mantendrán siempre como aparecen en el original. Se plantean tres versiones de la obra: 1) Citas de un mismo compositor. 2) Citas de un mismo país, región, estilo o período. 3) Citas de cualquier repertorio. “Todas las obras, la obra” parte de la idea de que todo artista creativo construye, sin necesariamente tener consciencia de ello, una metaobra en evolución a lo largo de su vida productiva. Similarmente, los miembros de una colectividad de sitio (ciudad, país, etc.) o tiempo (contemporáneos) aportan a la construcción de un legado estético colectivo. Finalmente, en el sentido más amplio, todos aportamos al testimonio máximo de la humanidad en su paso efímero por este mundo. Por su título, esta obra rinde homenaje a “Todos los fuegos, el fuego” de Julio Cortázar en los 40 años de su maravillosa creación.