ERUPCIONES CUTANEAS CAUSADA~ POR LA

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.septiembre 1948
f1NALES DE MEDICINA l' CIRUGIA
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veai ente es que en 'muchos casos es mal, tolerada, da lugar a la formación de
,grunulomas por cuerpos extraños; y ocasionalm:ente a la infección. En cambio,
los ,casos en que utilizamos nylon mostraron una baja incidencia de sepsis, y
,cuando ésta se presentó no fué preciso reinterv~nir, sino que apareció tejido de
granulación sobre las heridas seguido de curación de la~ mismas. Esta propie,d-ad del nylon', de ,evitar la sepsis ,proviene con toda seguridad de su estructura
moftofilamentosa, resistente ,y no irritante. La, seda, puede albergar 'microorganismos 'en los intersticios de sus nbras, y éstas, p'or otra parte, pueden ser ata,cadas y en parte digeridas por los productos de la inflama,ción, S por tanto falla,
la sutura. Por, otra parte, el nylon es de empleo muy cómodo y se, desliza fácil'men'te a través de los tejidos, a, diferencia de lo que ocurre con la seda. '
La sútura mediante hilos de plata ofrece indudablemente excelentes resultados y es muy útil en la hernia directa (COLE). pero en deteniünados casos se
hall pr,esehtado recidivas por persislif puntos débiles en el ángulo ,medial del
músculo recto; debidc. a que no es tan manejable como los hilos de sutura ~orrien­
tt:rrÍente utilizados. E~ algunos casos provoca una secreción serosa en la herida,
que no hemos observado en los operados ,empleando nylon. Las fibras de plata
p{Js¿en la ventaja, análoga al nylon, de ser monofilamentosas, y por tanto facilitan poco la infécción.
Los injertos de fascia hah dado buenos resultados a diversos autores¡ (WILLIAMSON, CORRY). Otros cirujanos han observado frecuentes' recidiyas (BURDICK,
'GUAY, WAKELEV). Además, tiene el inconveniente de que' exige una operación
lJl'cviaen el muslo para obtener el fragmento de fascia; lo que en' ocasiones
hu dado origen' a hernias musculares. La frecuencia de la infección es variable,
pero cuando sucede, casi es in'evitáble, qu,e se destruya el injería. Finalmente
existen otros incon,renientes d'e orden técnico, como la mayor! difi,cultad de la
iatervenció'n y asimismo el largo tiempo, que requier,e,' con superior porcentaje
d~complica.ciones postoperatorias locales y generales. En la serie de casos.operad,os utilizando nylon tal como fué senaladoen las líneas anteriores, no se
lúesentó ningún acc~dente.
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Si' al nylon pueden formularse algunas objeciones en cuanto el' tratami'ento
de la hernia no comp)i.cada, su empleo en las hernias 'estrangulad'as merece
una especial consideracion. Frente a los altos riesgos de infección presentes en
estas últimas, pocos cirujanos han realizado con impunidad una sutura con
lino, seda o hilos d,e plata. ,El injerto de fascia, como se comprende, tampoco
f'S en general utilizable., Nosotros hemos utiliza'do' hi sutura con 'nylon en 18 caS0S, cinco de los ,cual'es exigieron resección intestinal, y la sepsis ocurrió sólo
en un caso. Posteriormente 18 hernias inguinales estra'nguladas fueron intervenidásempleando sutura con nylon sin ningún caso de sepsis, alcanz~ndbse en
todos un excelente resultado técnico. ,
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Hemos encontrado al nylon mucho más fáciÍ de manejar que otro~ maf-erifl!es de sutura aconsejados, como el hilo de túntalo y el alambre de acero
inoxidable.
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DERMA,TOLoaíA
",
ERUPCIONES CUTANEAS
CAUSADA~
'
POR LA
.
ESTREPTO~ICINA
("k)
, Dres. K,ARl STEINER y GEOR,GE W.FISHBURN
--A
Del Cuerpo Médico
d~1
Ejército de los EE. UU.
-pesar de que" la:' tOxTchJ:nd de ia- estreptomicina- ha sidu discutida-co'n' del!!." ~ ""Hes, las erupciones cutáneas derivadas de -la administración de.' esta substancia se han descrito únicamente en dos publicaciones. En una de J,~Ilas, por
-,-('),-<Arch.
- Derm. y Syph .• Oct. 47.{
,~
ANALES DE MEDICINA Y CIRUGÍA
Vo~.
XXIV - N.o 39
HEIMAN Y sus colaboradores. se hace nota"!- que pueden observarse intensas derma-'
litis después ,cel empleo dei antibi6tíco: Por otra parte, en el informe sobre
la estreptomicina divulgado por el «National Research Council» se' citan 49 ocürrendas ,de toxicidad cutái1ea en' 1';000, casos experimentados. Según ,nuestr,a
experiencia! obtenida en 33 pacientes de tubercuiosis pulmonar tratados, en el
verano de 19'46, se descubrieron 6 casos de erupción. Cuatro de ellos manteIlnian ,la, dosis de 0.3 gm. q\da cuatro horas; '1 la de 0.5 gm. 'en los mismos interva~os, y otro de 0:3 gin. cada cuatro, horas, además,de 0.5 gm. por nebuli,zución.
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De 3 de los pacientes se dedujo historia familiar de alergia. En 5 de, ellos
la erupéión apareció los días séptimo, octavo o noveno después de haber iniciado el tratamiento, El carácter de las erupciones fué el siguiente: roseo~ar,
máculopap'ular, ,morbiliforme, escarlatiniforme, de tipo semejante 41 eritema
multiforme y de tipo urticáricQ. Casi sielllpre se generalizó, aunque se presentó
con más .intensidad en la parte' superiór del tronco yen las' extremidades superiores. Tuvo al,gunas veces carácter pruriginoso, pero no con tanta intensidad
como el correspondiente, la administración de penicilina. No" se registraron
erupciones hemorrágicas. La duraCión varió entre dos y siete días. Estas erupciones, a'parenteinente, no se modificaron- con él tratamiento propuesto, el cual
consistió en la administración intravenosa de gluconato cálcico o en la de
clorhidrato de henadril, N. N. R. (Clorhidrato de difenilhidramina), y adrena.lina. En todos los casos se analizó la presencia de eosinófilos en proporCiones
, superiores al 22 por 100. Tres pacientes sufderon aumento de la temperatura,
uno de ellos superior a 39 C., pero con remisión ,en elplazó de dos días.
En 2 'de los 6 casos el tratamiento con estreptomicina se continuó, no obs. tante'la aparición del exantema., En 108 restantes se re emprendió después de
un día, treinta y seis horas, dos días y una semana respectivamente;, En 1 de
,estos casos, la dosis primera desl?ués de la supresión fué de ,0.15 gm., la cual
se mantuvo durante dos días. En otro caso se comenzó con la décima parte de
la dosis anterior, para ser aumentada progresivamente hasta volver a lacantid'ad
terapéutica. En otros C3S0S la dosis se repitió como antes de la erupción: Todos
los enfermos llegaron a los cuatro meses de tratamiento con la dosis total que
se hahía planeado. En ningún caso repitieron los síntomas cutáneos de toxiciilad, ni se preseritaron otFas manifestaciones tóxicas o alérgicas.
La interpretación de este fenómeno, que llegó a la frecuencia del 18 por
100, pare'ce inclinar, a su naturaleza alérgica, espeCialmeI!te por el aumento constante del número de eosinófilos. De todos modos', la aparición de estas manifestilciones no representa' contraindic'ación alguna para la continuación del' tr:1tamH~hto.
"
a
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GERIATRÍA
ALCUNOS ASPECTOS DE LA EDAD SENIL
Dr. J. H, SHELDON
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, Director de la Sección de Medicina del R. H~spital de Wolwehampton
. ,
"
(Gran Bretaña) ,
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Las irivestigaciones v,erificadas sobre 477 personas ;en extrema ancianidad,.
han mostrado una serie de datos interesantes. En primer lugar se destaca qu'e
muchas de ellas viven' en' condiciones demasiado duras, y se hallan afectas:· de
trastor¡{os la mayoría: ,de' los cuaies no han. sido todavía 'sufi'cientemente es tudisdos. Por otra parte, resulta eviaente que en muchos casos -los· familiares
(') , .The Lancet~ Abril 24-1948
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