Contaminación visual

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[ SEGURIDAD VIAL ]
Contaminación Visual
La gran cantidad de letreros y marquesinas que existen hoy en la vía
públicapueden ser sumamente atractivos. Pero, ¿sabe usted de qué
manera afecta esto a la conducción segura? En esta nota encontrará
un análisis al respecto.
4]
Contaminación visual es el cambio
o desequilibrio en el paisaje, ya sea natural
o artificial, que afecta las condiciones de vida
y las funciones vitales de los seres vivientes.
¿Cuántas veces le pasó ir circulando por una avenida y
al buscar un cartel indicador de una intersección lo
primero que pudo ver fueron carteles publicitarios? La
contaminación visual no goza por estos días de la misma reputación que tiene, para la ecología, la contaminación del aire a través de los gases, pero es tan grave
como esta última.
vimiento, luz y tamaño capturan la atención de peatones y automovilistas por igual, aumentando el riesgo
de accidentes. Curvas y cruces de rutas ocultos e incluso árboles colocados en un paisaje mal planificado
también cuentan. Por la noche, los carteles luminosos
hacen de las suyas haciendo difícil de distinguir a las
luces de los semáforos y las señales reflectivas.
La República Argentina presenta hoy un alto índice de
accidentes de tránsito y, si bien el estado de los caminos
no deja de tener incumbencia en el tema, el factor humano es, en definitiva, el principal responsable de los
accidentes.
La conducción segura tiene tres principios fundamentales que son el reconocimiento del riesgo, el conocimiento de la maniobra adecuada y la acción en el
momento indicado. Cuanto más rápidamente el conductor reconozca el riesgo, por ejemplo un cruce peligroso o una señal de “PARE”, más rápido se generará la reacción sobre los comandos del vehículo. Durante la conducción, las personas reciben una gran
cantidad de información y los ojos son los encargados
de acercarle casi el noventa por ciento de esos datos.
Si el conductor pudiera dejar de lado las distracciones
mientras conduce, las cifras de accidentes serían mucho menores. Según estudios realizados en CESVI, las
distracciones son la primera causa de accidentes graves ocurridos en nuestro país. En este sentido, la superpoblación de carteles publicitarios que hay en determinados puntos de la vía pública se traduce en un
alto grado de distracción para los conductores; en primer lugar, por el efecto de dispersión en la atención
que provocan y, en segundo lugar, porque muchas veces interfieren con las señales de tránsito.
El sentido de la vista es el que tiene mayor incidencia
en la percepción del entorno. Al producirse una especie de "estrés visual" por un cambio o desequilibrio en
el paisaje, las reacciones psicofísicas del hombre se ven
alteradas.
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CARTELES CALLEJEROS
El contenido visual de este tipo de mensaje publicitario resulta extremadamente atractivo y, por ende, produce un alto índice de distracción. Diseño, color, mo-
[ Todo vale para llamar la atención, incluso los avisos iluminados en las
cabinas de teléfonos. ]
Contaminación visual
[ Las paradas de colectivos tipo refugio han perdido su carácter,
transformándose en luminosas pantallas publicitarias. ]
Un problema mundial
El problema no sólo es de la Argentina. El publicista mexicano, Raúl
Sampayo, agobiado por el peso del uso indiscriminado de algunos
medios en su país, piensa que una estrategia adecuada y una crea-
Queda claro que cuanta mayor cantidad de información haya en la vía pública, mayor será el grado de dificultad que los conductores tendrán para discernir
qué tipo de información es necesaria para conducir
de manera segura. Prueba de esto es circular por la
avenida Corrientes, por ejemplo, una postal de marquesinas iluminadas, letreros y publicidades que compiten directamente en tamaño y ubicación con las señales de tránsito, dejándolas reducidas muchas veces
a la mínima expresión.
tividad atinada no requieren de tácticas "montoneras" que atropellan a los consumidores. Plantea una reducción de la cantidad de
anuncios, éstos serían entonces más onerosos, en sitios más adecuados al ser los anunciantes más selectivos en sus medios, y los consumidores polarizarían su atención más eficazmente con un menor
aturdimiento mental.
El arquitecto y docente especializado en urbanística, Thomas
Sprechmann, estima que la publicidad debe desarrollarse en base a
reglas de juego racionales y urbanísticamente viables, como el caso
de Japón. Si bien ese país tiene un desarrollo urbanístico explosivo
y difícil de controlar, también posee sofisticadas reglas de juego pa-
La Ley de Tránsito N°24.449 y el Decreto 779/95 que
la reglamenta tienen en su artículo 26 un apartado especial para la publicidad en la vía pública: “Salvo las
señales de tránsito y obras de la estructura vial, todos
los demás carteles, luces, obras y leyendas, sin excepciones, sólo podrán tener la siguiente ubicación respecto de la vía pública: en la zona urbana, pueden es-
ra la publicidad en la calle.
[ Los carteles con mujeres semidesnudas son una constante. ]
[ En algunos casos, la publicidad llega a prohibirse al comprobar
su incidencia en accidentes de tránsito. ]
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[ Publicidad en carteles indicadores de calles. La Ley de Tránsito los prohíbe, pero seguramente
alguna excepción los habilita. ]
Por Instituto FLENI
Lic. Liliana Sabe - Jefe de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva y del Lenguaje.
MN: 3832 MP: 2324
Lic. Sol Nesta - Neuropsicóloga. MN: 36585/MP: 93585
Lic. Florencia Draksler - Neuropsicóloga MP: 571
Cerebro, atención y estímulos
Una de las habilidades cognitivas más relevantes para el manejo
de vehículos es la atención. Es por ello que los múltiples estímulos
visuales y auditivos que los automovilistas enfrentan en la vía pública pueden interferir en su habilidad para la conducción.
La atención es un mecanismo central cuya función primordial es
controlar y orientar la actividad consciente del organismo de
acuerdo con un objetivo determinado. Su regulación puede ser endógena (voluntaria, generada por el propio individuo) o exógena
(dependiente de los estímulos externos que la atraen automáticamente hacia una localización). Al conducir, la persona asigna voluntariamente sus recursos atencionales hacia la ruta o camino
(atención endógena) logrando así una óptima preparación para
responder a cualquier situación de riesgo que en cualquier momento pudiese generarse.
tar sobre la acera y calzada. En este último caso, sólo
por arriba de las señales del tránsito, obras viales y de
iluminación. (...) En ningún caso se podrán utilizar
como soporte los árboles, ni los elementos ya existentes de señalización, alumbrado, transmisión de energía y demás obras de arte de la vía.”
Cabe preguntarse, entonces, ¿por qué los carteles de señalización de calles y avenidas tienen sponsors de distintas marcas? O ¿por qué motivo gran parte de los carteles
publicitarios en la vía pública se encuentra por debajo de
la línea de los semáforos (límite teórico para su ubicación)? Por otra parte, la ley prohíbe la publicidad sobre
la acera “en los bordes de calzada, en zona de detención
del autotransporte público de pasajeros”, con lo cual
El cerebro está preparado para responder a estímulos novedosos como si fuera una respuesta de defensa, captando nuestra atención a
un nivel de máximo alerta. Si los estímulos externos al camino son excitantes o con cambios repetidos imprimiendo una sensación de movimiento, resulta más difícil el proceso de “desenganche” que debe
realizar el cerebro para volver al estímulo de base que sería la conducción del vehículo.
La superpoblación de carteles publicitarios en la vía pública, que muchas veces interfieren con las señales de tránsito, orientan la atención
exógena del conductor hacia ellos, con lo cual ésta se reparte entre lo
más relevante y lo más irrelevante para la seguridad, disminuyendo automáticamente el alerta ante cualquier peligro inminente y por ende la
capacidad de reacción, ya que la atención gobierna tanto los procesos
de adquisición de información a través de los sistemas sensoriales, como los de búsqueda de información en la memoria o de selección de
respuestas motoras.
De esto se deduce que la sobreabundacia de publicidades en la
vía pública genera potenciales focos de distracción que desvían
8]
la atención del conductor en forma constante. Especialmente,
cuando se les agregan elementos para hacerlas cada vez más llamativas, con lo cual el riesgo es aún mayor.
[ ¡No se lo iban a perder! También hay lugar para publicidad en carteles
de recorridos de colectivos. ]
¿Cómo afecta a nuestra salud la contaminación visual?
Estrés - Dolor de cabeza - Distracciones peligrosas Accidentes de tránsito - Problemas ecológicos.
Por Ing. Gustavo Brambatti
Jefe de Seguridad Vial de CESVI ARGENTINA
Distracciones al volante
queda claramente en evidencia la ubicación perjudicial
que tienen los carteles publicitarios colocados en los descansos de paradas de colectivos.
Las señales de tránsito constituyen un código de referencia conocido (o por lo menos que debería serlo) por todos los conductores. Por lo tanto, su reconocimiento es inmediato y la decodificación de su significado es prácticamente intuitiva. Por esto, el có-
Existe una gran cantidad de publicidad en la vía pública que no presenta ningún tipo de anormalidad de tipo legal, pero que debería replantearse desde el punto de vista del sentido común. Un vehículo que transita a 100 km/h recorre 28 metros por segundo, es decir, que una distracción al mirar un cartel publicitario
podría derivar en un accidente fatal. La ley dice que la
ubicación de la publicidad “en zonas rurales, autopistas o semiautopistas debe estar fuera de la zona de seguridad, excepto los anuncios de trabajos en ella y la
colocación del emblema del ente realizador del señalamiento”. En primer lugar, cabría preguntarse qué se
entiende por zona de seguridad, pero también sería
un buen ejercicio de sensatez preguntarse si los carteles publicitarios con mujeres semidesnudas en avenidas y autopistas no constituyen un factor importante
en la desviación de la atención.
Leandro Gutiérrez
[email protected]
digo no puede modificarse, ni en su contenido ni en sus colores.
Por el contrario, las publicidades son lo opuesto. Y constituyen
elementos que distraen la conducción. Muchas veces, como es el
caso de las publicidades con textos en movimientos u objetos dinámicos que obligan al conductor a seguir su movilidad o a seguir una historia, capta absolutamente su atención y el riesgo es
muy alto, ya que los segundos se transforman en metros que recorre el vehículo con el conductor a ciegas.
En otros casos la distracción sólo es parcial y el conductor percibe el entorno con su visión periférica, perdiendo sólo una parte
de su atención hacia la ruta, el chequeo de espejos o la visualización del tablero de instrumentos. Si en ese instante se generase
alguna situación de riesgo, el conductor haría poco o nada para
tratar de evitarlo, ya que no contaría con el espacio de tiempo
suficiente para poder procesar la información que le permita resolver esta situación. Y, en las ciudades, donde el tránsito circula
con menos espacios, el peligro se potencia.
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