JOHAN JOACHIM WINCKELMANN, UN PERFIL El

Anuncio
JOHAN JOACHIM WINCKELMANN, UN PERFIL
El interés por la obra arqueológica, estética y crítica sobre las
artes antiguas, de Johan Joachim Winckeham, ha sido grande y
espectacular en su tiempo y constante sin interrupción desde entonces hasta nuestros días. Winckelmann es una expresión típica
de la apertura de la Ilustración hacia los tesoros de la Antigüedad,
distinta y distante por su naturaleza de la apertura característica,
humanista por excelencia, del Renacimiento. Por otra parte, con
Winckelmann comienza aquella propensión específica de la cultura alemana por una Weberleben der Antiken, característica en espíritus excelsos como Lessing, Holderlin, Goethe, Schiller, Hegel
y el mismo Mam (estos úitimos enamorados ambos del arte clásico, cuya lejanía hace que hablen ni más ni menos que de la muerte
del arte), y poco después Nietzsche y toda la fecunda serie de
grandes espíritus gennanos llegando a Wolfflin y los grandes historiadores alemanes del arte del siglo XX.
Winckelmann es contemporáneo de Vico, teórico de la «sabiduría poética) y conocedor profundo de los valores artísticos de la
Antigüedad, y de Lessing, cuyo cklebre Laoconte conserva hasta
hoy, en un terreno distinto pero de un valor similar al de Winckelrnam, toda su frescura y actualidad. Y es contemporáneo del
famoso Giovanni Battista Piranesi que a su manera sirve también
él en el proceso de gestación de una disciplina del espíritu y una
propensión artística que se llama arqueología. Así, mientras
Winckelmann estudiaba el arte antiguo, de una manera diferente
que los escritores de arte célebres en el Renacimiento (Vasari,
León Bautista Alberti), aspectos diversos de aquel Arte, Piranesi,
artista grande cuyo influjo será grande y profundo en los románticos, nos ofrece, como ha dicho Marguerite Yourcenar, una visión
onírica de los monumentos antiguos. Sobre todo de los de Roma.
La de Winckelmann fue una arqueología histórica, crítica y valorativa. La de Piranesi una arqueología viva y alucinante al mismo
78
JORGE USCATESCU
tiempo, que crea una unidad indestructible entre las ruinas del
monumento artístico, la naturaleza que le invade y el hombre el
cual, en un marco monumental y natural, consume su tragedia humana sin fin. Tanto Winckelmann como Piranesi son espíritus característicos de una mentalidad barroca. En cambio Lessing, al igual
que el poeta Holderlin algo después, quiere identificarse con el mundo clásico, a cuyo renacimiento espiritual quiere contribuir, como lo
hace con su Laoconte. Roma, Venecia, Verona, Paestum, Herculano, Pompeya, es.taran presentes en la atención, aunque con intencionalidad distinta, tanto en los disefios y escritos de Piranesi, como en
los estudios originales de Johan Joachim Winckelmann.
Una generación después de la trágica muerte, en Trieste, de Winckelmann, el gran Goethe, grande enborado de los valores de la Antigüedad y de los lugares donde estos valores brillaban todavía, escribe un interesante trabajo sobre su célebre contemporáneo y compatriota. El escrito de Goethe lleva por titulo escuetamente WitlkeImann y es del 1805. Recuerda Goethe en su escrito que existen
hombres que dejan tras si una herencia fecunda para todas las generaciones. Su obra se toma así una realidad inefable. En este sentido
considera Goethe el interés de sus contemporáneos por la figura, el
carácter y las producciones de Winckelmann. Considerado como
hombre excepcionalmente dotado, por su sensibilidad, su cultura, su
amor por los valores espirituales y artísticos de un mundo antiguo
que él descubre primero en su estancia en Dresde y su contacto con
Mengs y después en Roma y en toda Italia y en sus monumentos de
la Antigüedad. «La naturaleza había colocado en él)), escribe
Goethe, <doque hace y adorna al hombre)). Toda su vida estuvo
consagrada a estudiar al hombre y el arte. Infancia agitada, estudios
insuficientes, incoherentes, difusos y desiguales. Pero en si mismo
pulsaban los gérmenes de una facilidad deseable y posible. Fue constante su interés en averiguar con sus propios ojos las situaciones del
mundo. En forma confusa, pero enérgica. El acercamiento a Winckelmann o f k x al Goethe motivos de reflexión sobre lo antiguo. Winckelmann fue un modelo de hombre moderno que descubre la verdad del
mundo antiguo, que descubre «das glucklichelos der Alten, besonders
der Gnechen in ihrer besten Zeib). Solamente una naturaleza sana y
fuerte como la de Winckelmann podía iiegar a reflexionar con vigor y
con autenticidad sobre la verdad de lo Antiguo. Para realizar su obra,
Winckelmann debió llegar a ser una combinación de varias actitudes y
JOHAN JOACHIM WINKELMANN, UN PERFIL
79
debió sentir la naturaleza, en cuanto individualidad excepcional,
como un todo bello, digno, armonioso y verdadero.
Winckeimann se halla en posesión de una naturaleza clásica, en
la vida y en los estudios, en la inteligencia de los objetos. Fue un
hombre abierto a la sensibilidad pagana y sus peculiaridades. Solamente así logra conseguir una descripción de lo Antiguo. En sus
escritos y en sus actos irradia un sentir pagano, lejano de cualquier mentalidad cristiana, a f m a Goethe, él mismo identificado
con este modo de ver y valorizar las cosas. Para él y según él, para
Winckelmann mismo, los antiguos fueron hombres verdaderamente integrales con una profunda necesidad de amistad y belleza. Unidad ontológica ve Goethe, y en Winckeimann encuentra el
ejemplo más fiel de esta visión, entre «Heidnisches», «Freundschafb y ~Schonheitn.Abierto hacia esta unidad, el hombre se eleva en la naturaleza para poder penetrarse de perfecciones y de Wtudes, sublimándolas en su obra artística. «<De
esta belleza era capaz Winckelmann por su propia naturaleza, por cuanto esta belleza le había llegado de los antiguos desde los cuales recibió la
percepción de los objetos de arte plástico y de donde también nosotros los aprendemos para después distinguirlos y apreciarlos en
las creaciones de la naturaleza viva». Amistad y belleza se concentran así en los objetos. Goethe reflexiona luego sobre la integración romana de Winckelmann. Se trata de un proceso de adaptación angustioso. Angustioso sobre todo por las situaciones psicológicas que va creando. Winckelmann no admira la religión católica. Posee una naturaleza proclive a percibir los tesoros y valores
del arte antiguo. Está animado, para apreciar los tesoros antiguos,
de la alegría del goce. Ya en el período de Dresde había publicado
su obra defmitoria, actualizando el concepto griego de la Mimesis:
«La imitación de las obras griegas en pintura y escultura>.Para
Winckelmann, según Goethe, «Roma es el lugar donde se concentra toda la Antigüedad». Pero no solamente Goethe se dirige a
Winckelmann con respeto. Schiiler mismo en la Educacióa estetica (1793-95) reconoce que para su concepto de la «Gestalb>se inspira en las ideas de Kant sobre lo bello y el concepto del arte, al mismo tiempo que Haparece visiblemente influenciado por Winckelmann al que tuvo entre sus contemporáneos (entre los cuales
Goethe mismo) y después un prestigio, del cual dificilmente se
puede uno dar cuenta, si no se piensa en un crédito suyo como
«conocedor especial» (Raggianti). La debende Gestab de la esté-
80
JORGE USCATESCU
tica de Schiller encamina la actividad del arte hacia una misión
formadora y educadora. Se trata de una combinación ontológica
entre vida sensual, arte y belleza.
A pesar de que se trate de personalidades tan distintas como
formación y sensibilidad, también Lessing se encuentra al lado de la
concepción de lo antiguo que posee Winckelmann. En su Laownte o
De los h i t e s de la poesía (1766), Lessing a f m a que la pintura es
una poesía muda y la poesía una pintura hablante. Vuelve el lema
horaciano ut pictua p&&. Lessing se reclama de Simónides de
Ceos (el Voltaire de Grecia). Por eso Lessing vuelve al paralelismo
adoptado por Winckelmann, entre el Laoconte vaticano y los versos
de Virgiiio en la Eneida. El arte no hace sino completar la poesía. La
definición de Lessing es del 1766 y sigue al Winckelmann de los Pensamientos sobn la imitacidn de las obras griegas que es del 1755 y
constituye en muchos aspectos una antítesis, estableciendo la heterogeneidad del arte visual y de la poesía verbal ordenadas por la sensibilidad del espacio y del tiempo. La doctrina tradicional pictura ut
p&is y las doctrinas recíprocas muestran en la crítica lessinguiana
su artiíicial arbitrariedad, como se ve en la casi caricatura hecha de
Caylus y sus elementales mezcladores de poesías en pinturas. Estos
antecedentes son simplemente ignorados por los que han vuelto a
plantear la iconología o ciencia de las imágenes que continúa la vetusta literatura sobre el arte fundada en el supuesto que el arte sea visualización de la poesía o del discurso o que el signo sea materialización visiva, semántica o simbólica de la palabra, la cual con el discurso verbal será el principio general de las artes. Este residuo histórico que ha llegado a ser académico, ha continuado a pesar de toda
la autonomía del arte, desde Herder hasta Fiedler y a mi mismo, incluyendo hasta las estéticas del naturalismo y de la psicología (Carlo
Raggianti, La critica deffafonna, pp. 1 4 15).
Volviendo ahora al nexo de Winckelmann con Roma, Goethe
viene a decir que, como no se puede comparar a Homero con ningún poeta, así tampoco puede compararse Roma con ninguna
otra ciudad. Antes del encuentro con Roma, hay otro acontecimiento en la vida de Winckelrnann. Su encuentro con Mengs. Fue
Mengs el que puso a Winckelmann en contacto con el arte antiguo, con las obras antiguas a saber con las obras bellas, las cosas
más excelentes. Mengs lo determina a apreciar la belleza de las
formas y el modo de tratarlas. Fue decisivo el influjo de Mengs y
su obra Pensamientos sobre la belleza y el gusto en fa pintura.
JOHAN JOACHIM WINKELMANN,UN PERFIL
81
Fue en el período de Dresde y en compaflía de Mengs cuando
Winckeimann entra en contacto con la idea platónica de la belleza
como reminiscencia de la perfección divina (Fedro).De la perfección de la materia surge la idea que de ella nos formamos. Mengs
brinda estudios interesantes sobre el claroscuro en Rafael, Correggio y Ticiano, sobre el estilo de lo sublime, lo natural, lo vicioso,
sobre el color, la invención y la composición.
Entre las Cartas fam'hares de Winckelmann encontramos reflexiones sobre Mengs y su influjo e igualmente el Elogio que
Heyne hace del propio Winckelmann, exaltando su obra histórica
y crítica. Heynes es Consejero en la Corte del Elector de Brunschwig y profesor de elocuencia y poesía en Gotinga. Considera
que todas las dotes y conocimientos necesarios para comprender
el mundo antiguo, Winckelmann las poseía en un grado superior a
cualquier estudioso de la Antigüedad: literatura griega y romana,
lenguas, crítica gramatical. «El señor Winckelmann enciende en
medio de Roma la llama del sano estudio de las obras de los antiguos. Formado en el espíritu de los antiguos, ejercitado en una
buena crítica combinada con los conocimientos gramaticales de
las lenguas de la sabiduría, acostumbrado a beber en las fuentes
mismas y a realizar una lectura comparada de los autores griegos,
familiarizado con los poetas y las fábulas, le fue fácil llegar a la
certeza tanto en las explicaciones como en las conjeturas mismas.
Hizo caer gran número de p ~ c i p i o sarbitrarios de los antiguos
prejuicios. Su mérito más grande fue el de haber indicado la verdadera fuerza del estudio de la Antigüedad, que es el conocimiento del Arten.
Este era el prestigio de Winckelmann entre sus contemporáneos. No solamente en Dresde y en el Vaticano, sino también en
Viena donde goza de la simpatía y la protección de la emperatriz
María Teresa y del canciller Kaunitz. Un ensayo sobre El estdo en
la escultura de la época de Fiáias y la obra Sobre el gusto en los
artistasghgos, marcan el influjo de Mengs sobre la idea del arte
antiguo que posee Winckelmann. Recoge el concepto de individualidad artística y las reflexiones de Quintiliano sobre la semejanza entre los artistas plásticos griegos y los oradores romanos.
Arte plástico y Elocuencia, completan la relación entre Poesía y
Pintura. Winckelmann centra su atención en los pintores griegos.
Más adelante nos referiremos a un período aún más significativo
y anterior a Polignoto, AgIaifon, Zeuxis y Parias. Winckelmann ha-
82
JORGE USCATESCU
bla en aquella ocasión de las leyes de la luz y la sombra, de las 1íneas en la dinámica del dibujo. Trata de Policteto y de la perfección absoluta en Fidias, Lisias y Praxiteles. Volviendo a la personalidad de Winckelmann, Goethe ve en sus obras, en sus cartas
familiares y en otras manifestaciones, la identificación con el destino de una vida de plenitud. Lo coloca en compaílía de Kant, como figura que abre la edad moderna. Goethe le considera un
Hombre feliz a pesar de su trágica muerte. Había alcanzado la
gloria y la felicidad en su propia Patria y fuera de ella. Había gozado de testimonios de gran amistad y estima pública. Había llegado a la cima de la existencia humana. Había vivido como Hombre y como Hombre había dejado este mundo. Había encarnado
el mito goetheano de Fausto. Se conserva joven en el mundo como nuevo Aquiles. Goethe evoca el estudio de Winckelmann sobre la Barberini, Nozze Aldobrandhe, Edipo, Cuadros del Monte
Palatino, Villa Aibani, Museo de Erculano, pinturas de los Cinabrio~.Conoce la obra de Vitrubio, Petronio, Aris#óteles, sabe estudiar los colores y la manera de pintar de los griegos. Su trabajo
se extiende a las pinturas sobre estatuas, los mosaicos, pinturas
murales. Esencial es para Winckelmann la línea elíptica, que a la
manera de Hogarth, anticipador inglés de algunas ideas suyas,
describe lo bello, también cuando no lo aisla de su contexto. Se
trata de la presencia de los conceptos de la estética ilustracionista
inglesa de la ((serpentinelinen o (iwawing line», de la gracia ondulante de la Belleza. Leonardo había fijado los principios de la Pintura como Ciencia. En cambio Lessing, Winckelmann y los ilustracionistas y también Hegel luego, en su estudio sobre el arte clásico, serán partidarios de una estética de la belleza ideal. El concepto platónico de la insignificancia del arte, es, por otro lado,
presente en Winckelmann. Su academicismo y sus teorías del carácter metafísico hedonístico del arte, lo acerca a las teorías y las
clasificaciones con que Lessing abre toda una época que se prolongaría hasta la psicología y la sociología del arte de nuestros
días (WolMin-Francastel). Pero en el centro de la idea de Winckelmann sobre el arte, queda el concepto de Belleza que nutrirá la
Estética de Hegel y toda una categoría de estética idealista.
Winckelmann ha abierto anchos caminos de la concepción del
arte antiguo. Pero con él estamos todavía lejos -y su importante
libro sobre Wistona de la Artes del Diseiio en los antiguos es la
prueba- de un conocimiento verdaderamente fundado crítica-
JOHAN JOACHIM WINKELMANN, UN P E R ~ L
83
mente sobre los orígenes mismos de la pintura griega, en muchos
aspectos prodigiosa, de Winckelmann, con algunas consideraciones sobre los descubrimientos del maravilloso período primitivo
de las mismas artes del diseflo en los antiguos. En un reciente trabajo sobre Euphronios o La p k e r a @ecciión (Revista Artegurá,
Madrid 1991), hemos tenido la ocasión de completar la referencia a
Winckelrnann, con aquellas reflexiones nuestras. En efecto, cualquier nueva peregrinación artística puede brindar hoy encuentros y
combinaciones excepcionales para el espíritu. Atravesar las Tullerías
en una tarde otoñal dorada para un encuentro renovado y acaso
más feliz con los impresionistas que el Museo d'Orsay ha logrado
disponer de una manera que se puede definir perfecta. Volver sobre
nuestros pasos en el mismo parque parisiense y penetrar en el Louvre esta vez en busca del encuentro prodigioso con la pintura de
Euphronios, artista ateniense del siglo VI a.c. auténtico acontecimiento artístico de la vida de la capital francesa, que la prensa y la
crítica de mejor cualidad acogían con un entusiasmo poco frecuente.
Veintiséis siglos separan a los impresionistas de este lejano precursor de la pintura de todos los siglos. El visitante con la pupila todavía cargada de colores, del diseflo, el paisaje y los retratos impresionistas, llegando ante el singular tesoro de ánf'oras, copas, vasos y
cálices y cratera con pinturas de Euphronios realizadas un siglo antes de Fidias, entra con toda naturalidad en un paisaje familiar. Encuentra a un artista completo que nada tiene que ver con los primitivos, ni siquiera con los prodigiosos artistas griegos de las Islas, los
primeros que llaman la atención del visitante en el Museo Arqueológico de Atenas. Euphronios es un artista de hoy, que encarna aún la
perfección primigenia de la pintura. No se trata de una curiosidad sino simplemente de un prodigio. Hace muchos años, los investigadores, los críticos y los coleccionistas han manifestado interés creciente
por este asista. Hace aiios, el Cabdero tracio del museo de Munich
y el arte del pintor de las figuras en rojo, han tenido grandes admiradores y entusiastas. Hasta fmes del siglo XVIII poco se había sabido
de este artista, cuya obra había circulado ampliamente en el universo
helénico y había penetrado en Etruria, casi solamente con la secreta
intención de descontar a los entusiastas del arte etmco durante generaciones. Entre Hornero y Sofocles, Euphronios, el pintor ilustre
de los mitos, los banquetes de la plenitud de la vida y del vivir cotidiano que luego celebraría Hesíodo, marca toda una civilización solamente con su fuma al pie de sus pinturas: ~Euphroniosha disefiado
84
JORGE USCATESCU
esto». Mitos y leyendas inscritos en el poema de Homero están
allí. Ailí está la perfección misma, la cratera en cáliz con el tema
de la muerte de Sarpedón, dibujado hacia el 515. Llevado el cuerpo muerto de Sarpedón, según los versos homéricos, por los «%emelos que son el Sueflo y la Muerte» al gordo y vasto país de Licia. Con Euphronios la civilización ateniense emerge de las leyendas y los mitos y accede a una figuración insuperable. Más que un
pionero entre los pioneros, Euphronios es un artista grande sin fallo, igual a tantos grandes que llenan los siglos de arte. Es, cronológicamente, la perfección primera, pero es al mismo tiempo esto:
la perfección. A diferencia de los predecesores, él dibuja sus figuras en rojo sobre fondo negro. Introduce el pincel en la pintura, en
sustitución del diseflo inciso. Así alcanza la precisión y la sutileza,
absolutas. Nace una nueva estética de la pintura, hermana de la gran
plástica del siglo siguiente griego. Los volúmenes de los cuerpos humanos son tratados con una precisión muy grande. Personajes miiltiples,
de la mitología y de la vida corriente, son temas corrientes de su arte caractenzado por su complejidad y su gracia.
El artista quiso ser y fue un personaje célebre de la vida de Atenas de su tiempo. Por su obra y su prestigio superó el mundo griego. De ahí el hecho curioso que la obra de Euphronios en su mayor parte, conservada hasta hoy, proceda de la necrópoli de Etruria.
El destino de la cultura presenta así sus curiosos avatares, si no
por otra cosa, por confundir a los artífices de la teoría sobre comienzos o fines de la Historia. Desde hace muchos aflos, estudiosos de Nueva Ybrk, Oxford, París, Munich o Atenas, han mostrado la importancia de Euphronios que supera a todos los artistas
pintores de su tiempo, especialmente pintores de vasos y es reconocido por la sociedad de su tiempo, el de Pisistrato, como representante de una sociedad ya penetrada de cultura griega. La reciente Exposición en las salas del Louvre, con más de sesenta piezas de valor, se sitúa adecuadamente bajo el signo del discurso
amoroso y del banquete cotidiano. Fue el canto eterno del Banquete griego, según el canto de los tiempos primordiales: «Bebe
conmigo, juega conmigo, lleva una corona conmigo. Conmigo
cuando hago el loco debes ser loco y sabio cuando yo sea sabio*.
Johan Joachim Winckelmann se hubiera sentido feliz en compaflía de Euphronios, pintor de la perfección primigenia.
Descargar