ISSN 1515-1786 Rev. Asoc. Arg. Ortop. y Traumatol. Vol. 65, № 2, págs. 107-112 Fractura lateral inestable de cadera: Resolución con técnica de Dimon y fijación con clavo-placa compresivo dinámico F. LOPREITE Hospital Británico, Buenos Aires. RESUMEN: Se presenta una serie de 24 fracturas laterales inestables de cadera operadas por el autor con reducción según técnica de Dimon y fijación con clavo-placa compresivo dinámico. Desde mayo de 1997 hasta enero de 1999 se trataron 24 pacientes (21 mujeres y 3 varones), con una edad promedio de 84 años (rango, 71-94 años). No se registraron complicaciones intraoperatorias. Dos pacientes fallecieron en el posoperatorio inmediato por patologías preexistentes. Los objetivos de este tratamiento son: 1) obtener estabilidad intrínseca en una fractura inestable y 2) la movilización precoz de los pacientes, sin pérdida de reducción, disminuyendo los tiempos de asistencia de enfermería y las complicaciones propias de las fracturas de cadera en pacientes ancianos. La estabilización de una fractura lateral inestable con técnica de Dimon, y su fijación con un clavo-placa compresivo dinámico, que supera a la osteosíntesis utilizada en la técnica original, constituye una buena alternativa para solucionar este tipo de patología. PALABRAS CLAVE: Fractura lateral inestable de cadera. Técnica de Dimon. Clavo-placa compresivo dinámico. UNSTABLE LATERAL HIP FRACTURES: MANAGEMENT WITH DIMON'S TECHNIQUE AND DYNAMIC HIP SCREW ABSTRACT: The author's personal experience in a series of 24 unstable lateral fractures of the hip which were treated by Dimon's technique and fixed with a dynamic hip screw is presented. The cases were treated between May 1997 and January 1999. There were 21 females and 3 males, and an average of 84 years old (range, 71-94 years). No intraoperative complications Recibido el 24-6-I999. Aceptado luego de la evaluación el 29-2-2000. Correspondencia: Dr. F. A. LOPREITE Palestina 668, Piso 7°, Dpto. 22 (1182) Capital Federal Argentina Tel.:4863-3312 occurred. There were two post-operative deaths due to aggravation of pre-existent pathology. The aims of this line of treatment are basically: 1) to obtain stability in an intrinsically unstable fracture, 2) early patient mobilization without risk of loss of reduction and therefore diminishing nursing requirements and the well known complications of hip fractures in the elderly. Fixing an unstable fracture with Dimon's technique and a compressive dynamic hip screw, which is better than the osteosynthesis used with the original technique, is a valid option to solve this kind of fractures. KEY WORDS: Unstable lateral hip fracture. Dimon's technique. Dynamic hip screw. El aumento de la expectativa de vida ha determinado un incremento de las fracturas del cuello de fémur en ancianos. La osteoporosis, los trastornos neurológicos y la debilidad muscular aumentan su incidencia. Muchos pacientes presentan un estado general bueno y requieren una solución que les permita reintegrarse a sus actividades habituales. Las fracturas laterales de la cadera pueden ser estables o inestables. Las primeras suelen ser resueltas con buenos resultados por diferentes métodos de reducción anatómica y osteosíntesis. Las inestables, llamadas así por la conminución de la pared posterointerna o la presencia de un fragmento grande y separado del trocánter menor, aún acarrea dificultades en cuanto a su resolución. Es por ello que se debe insistir en el concepto de estabilidad: o bien la fractura es estable o, si no lo es, hay que transformarla en estable, ya que no hay elemento de osteosíntesis que resista indefinidamente las fuerzas que actúan sobre un foco de fractura no consolidado. En el año 1967, Dimon y Hugston6 describieron la técnica de medialización, valguización e impactación para proporcionar estabilidad a la fractura, y realizaron la fijación con clavo-placa de Jewett. Son objetivos de este trabajo presentar la resolución de la fractura lateral inestable de cadera (FLIC) con dicha técnica, modificada con el reemplazo del clavo-placa de Jewett por un clavo-placa compresivo dinámico (DHS) de 135° que supera dicha osteosíntesis. La utilización del DHS, que permite comprimir la fractura a través del tornillo cefálico, intenta disminuir las complicaciones inherentes al clavo-placa de Jewett (protrusión, extrusión, pérdida de fijación). Materiales y métodos Desde mayo de 1997 hasta enero de 1999 se realizó la reducción según técnica de Dimon y fijación con DHS en 24 pacientes que presentaron FLIC. De éstos, 21 fueron de sexo femenino y 3, de masculino. La edad promedio fue de 84 años (rango, 71-94 años) y el seguimiento promedio de 13 meses (rango, 6-24 meses). Se utilizó la clasificación de Evans (1949),7 modificada por Jensen y Michalsen (1975)10(Fig. 1), en donde las fracturas se dividen en estables (tipos 1 y 2) e inestables (tipos 3, 4 y 5). Tomando este último grupo, 5 correspondieron al tipo 3 (fracturas completas con tercer fragmento posterolateral), 10 al tipo 4 (fracturas completas con tercer fragmento posteromedial) y 9 al tipo 5 (fracturas completas a cuatro fragmentos). Según describiera Dimon,6 se coloca un clavo de Steimann en la porción superior del cuello y la cabeza femoral, lo que permite tener control manual sobre dichas estructuras y encastrar la espícula del calcar en la diáfisis femoral. Se coloca el alambre guía del tornillo compresivo, rozando el borde inferior del cuello femoral y lo más paralelo posible al mismo, para lograr un buen ángulo de valgo al realizar la reducción. Es conveniente que dicho alambre se localice posteriormente o, de preferencia, en el centro de la cabeza femoral (Fig. 2B)." La realización de una muesca en U o V en el borde superior de la cara lateral del fragmento diafisario permite, tanto la entrada del clavo, como el asiento del ángulo en superficie firme. Habitualmente, se utilizan tornillos cefálicos de 55 a 65 mm, y es conveniente que entre el tornillo y el cañón de la placa quede un espacio suficiente que permita la compresión del sistema al colocar el tornillo compresivo (Fig. 2C). La placa más utilizada fue la de cuatro orificios. Al colocar y aplicar la placa a la cara lateral del fémur, se debe mantener el miembro en rotación neutra o levemente interna para evitar la rotación externa. Este control es importante, porque en esta fractura se pierden los reparos habituales que nos orientan en las fracturas estables. Una vez colocados los tornillos corticales de la placa, se comprime el sistema con el tornillo compresivo (Figs. 2D y E). Se dejan siempre dos drenajes profundos que se retiran a las 48 h, se indica profilaxis antibiótica con cefalexina 1 g EV cada 6 h, durante 48 h, y anticoagulación con heparina de bajo peso molecular. Técnica quirúrgica (Fig. 2) El paciente es colocado en decúbito dorsal en mesa radiolúcida y el miembro a operar libre, no sujeto a mesa de tracción, como habitualmente se tratan estas fracturas. Se realiza un abordaje lateral de la cadera exponiendo la cara externa del fémur, desde la cresta del vasto externo, hasta 10 cm distalmente. Se debe palpar intraoperatoriamente la pared posteromedial para determinar fehacientemente la inestabilidad de la fractura." Se realiza la osteotomía del trocánter mayor a la altura del trocánter menor, o 2 cm distalmente a la cresta del vasto externo, colocando el osteótomo perpendicular a la diáfisis femoral, lo que posibilita el acceso al fragmento medial y la visualización de su superficie cruenta para la correcta inserción del alambre guía (Fig. 2A). En los casos de fracturas de tipo 3 y 5, en las que se encuentra fracturada la pared posterolateral, se osteotomiza la porción anterolateral accediéndose, de esta manera, al fragmento medial. Figura 1. Clasificación de Evans modificada. Rehabilitación El paciente se sienta al borde de la cama a las 24 h, y a las 48 a 72 h, comienza la bipedestación y la marcha según tolerancia, asistida por andador o bastones canadienses por 6 a 8 semanas. Los controles radiográficos posoperatorios se hicieron a los 30, 60, 90 días y 6 meses. Resultados Fallecieron 2 de los 24 pacientes operados con esta técnica. Uno por úlcera duodenal perforada a los 6 días del posoperatorio, cuando el paciente marchaba con andador. El otro caso por insuficiencia cardíaca congestiva, dos días antes del egreso hospitalario. En los 22 pacientes restantes, a los dos meses del posoperatorio se podían observar signos de consolidación radiológica, sin desplazamiento del trocánter mayor ni pérdida de la reducción, con consolidación definitiva, en todos los casos, entre el cuarto y quinto mes. Llama la atención la consolidación del trocánter mayor, ya que no se realiza ninguna osteosíntesis del mismo y evidentemente no es necesaria (Figs. 3A, ByC). No se registraron accidentes intraoperatorios ni infecciones posoperatorias. El tiempo de internación mínimo fue de 5 días y el máximo, de 21, con un promedio de 8. Cuatro pacientes no deambulaban por sus propios medios antes de la cirugía por presentar problemas neurológicos (Parkinson avanzado, demencia senil). Los pacientes restantes presentaron marcha con claudicación por insuficiencia del glúteo medio hasta el cuarto mes, que corrigió progresivamente hacia el sexto mes, Figura 2. Técnica quirúrgica. A) Osteotomía del trocánter mayor. B) Colocación del clavo de Steimann, reducción de la fractura, inserción del alambre guía y del tornillo cefálico. C) Montaje de la placa al tornillo cefálico. D y E) Frente y perfil de la cadera finalizada la cirugía. recuperando la marcha que tenían antes de la fractura. El dolor no fue importante ni alteró los tiempos de rehabilitación. Un caso presentó acortamiento del miembro de 1 cm y 3, de 0,5 cm, sin consecuencias clínicas y solamente en 1 caso se detectó un aumento de longitud de 0,5 cm. En 3 casos se observó rotación externa del miembro, de 5 a 10 grados, y en otros 3, rotación interna de 5 a 10 grados por exceso de corrección. Hubo impactación de la fractura a través del deslizamiento del tornillo compresivo en la placa en 11 casos, de grado importante sólo en 1, con 12 mm de impactación y sin consecuencias clínicas. Complicaciones Dos pacientes fallecieron, según se describió al principio. Un paciente presentó un hematoma superficial que fue drenado y que evolucionó favorablemente. En un caso, por error de técnica, se colocó un tornillo anterior en la cabeza femoral y en las radiografías posoperatorias se detectó la protrusión de las espiras, refi- Figura 3. A) Fractura lateral de cadera tipo IV de la clasificación de Evans modificada. B) Posoperatorio inmediato, obsérvese la osteotomía del trocánter mayor. C) Seis meses del posoperatorio, fractura consolidada, obsérvese la remodelación del trocánter mayor y su consolidación sin haber realizado osteosíntesis. riendo el paciente un leve dolor inguinal al pararse. Se propuso el retiro de la osteosíntesis una vez consolidada la fractura, lo que no fue aceptado por la paciente, ya que el dolor era tolerable. Discusión En general, las fracturas intertrocantéricas ocurren en pacientes con problemas médicos preexistentes, por lo cual al objetivo de obtener una osteosíntesis que conduzca a su consolidación, debe agregarse la posibilidad de movilización temprana para evitar complicaciones secundarias.17 El tratamiento de las fracturas laterales inestables de cadera mediante reducción anatómica y fijación con diferentes sistemas de osteosíntesis, no está exento de complicaciones. Al producirse una fractura intertrocantérica con alta energía de impacto, se desplaza un gran fragmento de la pared posteromedial del fémur, incluido el trocánter menor. Este arbotante posterointerno es responsable de la estabilidad de la región intertrocantérica y su conminución genera una fractura inestable. La inestabilidad se puede suponer por radiografías y se determina fehacientemente con la palpación intraope-ratoria de la pared posteromedial.13 Para recuperar la estabilidad una vez perdido el gran refuerzo posterointerno, debe haber impactación o debe repararse quirúrgicamente el refuerzo interno. Intentar reconstruir dicha estructura suele ser muy difícil en hueso osteoporótico. Al analizar diferentes técnicas de osteosíntesis observamos que: En un estudio aleatorizado realizado en la Universidad de Columbia en el que se comparó la eficacia entre el clavo Gamma (GN) y el DHS, no se detectaron diferencias significativas en cuanto al sangrado intraoperatorio (existe mayor exposición a los rayos X con el primero), en consecuencia, el DHS sigue siendo el método de elección para la resolución de las fracturas intertrocantéricas.'5 Autores europeos, como Landolt y cols.,9,12 tampoco encontraron diferencias significativas de sangrado intraoperatorio entre ambos sistemas. Sin embargo, tuvieron entre el 1% y el 8% de fracturas femorales intra y poso-peratorias con el GN. Un grupo de la Universidad de Oslo' analizó 117 pacientes operados con GN, de los cuales 10 (8,5%) debieron reoperarse por fracturas femorales. En el Reino Unido, Butt y cols.,4 haciendo un estudio comparativo entre DHS y GN, informan resultados clínicos y radiológicos similares con ambos sistemas, pero con una alta incidencia de complicaciones para este último, en particular, fracturas del fémur debajo del implante en 8 casos de 47, lo que representa el 17% de los pacientes; por lo tanto, no lo recomiendan para la resolución de las fracturas intertrocantéricas en general. En una revisión realizada en Holanda,21 se describieron 4 casos de falla del GN por fatiga del material, en fracturas inestables de cadera tratadas con reducción anatómica, debido al estrés dinámico producido con la deambulación, por someter el implante a la carga corporal. Diferentes autores coinciden en que los clavos de Ender ofrecen las ventajas de un corto tiempo quirúrgico y bajo sangrado, con incisión mínima.14,16,19,22 En un trabajo comparativo entre este implante y el DHS en 148 pacientes, Muller, Kempf y cols.14 encontraron que con el primero aparecía deformidad en varo en el 9%, rotación externa en el 14%, déficit funcional de la cadera en el 25% y de rodilla en el 9% de los casos, mientras que con el DHS obtenían resultados funcionales. Rao y cols.16 observaron un alto índice de complicaciones con los clavos de Ender, que incluían fracturas del fémur distal, rotación externa y dolor de rodilla. Sernbo y cols.18 publicaron un trabajo con 100 FLIC, tratando 50 con DHS y 50 con clavos de Ender, teniendo con este último un 11% de migraciones proximales y un 50% de migraciones distales, con necesidad de reoperación en el 20% de los casos. El 8% de las tratadas con DHS necesitaron una nueva intervención. En las fracturas inestables de cadera con clavos de Ender, Whitelaw y cols.22 describen un 20% de complicaciones intraoperatorias y un 32% de complicaciones posoperatorias (dolor de rodilla y pérdida de reducción), con reducción aceptable de la fractura sólo en el 64% de los casos, respecto del 98% de reducciones aceptables en pacientes tratados con DHS. Con el DHS más el intento de reducción anatómica en FLIC se ha descrito el telescopado del cuello femoral con lateralización del trocánter mayor e importante acortamiento del miembro.2,3,5,8 Autores alemanes3 describen que en FLIC a 4 fragmentos, la reducción y fijación con DHS solamente provoca una significativa impactación con lateralización del trocánter mayor y marcado acortamiento, recomendando el uso de una placa adicionada al DHS para fijar el trocánter mayor y evitar esta complicación. David y cols.5 describen estas complicaciones para FLIC resueltas solamente con DHS y proponen soluciones similares. Geissler y cols.8 describen que el deslizamiento del tornillo cefálico en fracturas inestables, en las que se realizó reducción anatómica y DHS, aparece dislocación lateral de los fragmentos. La estabilidad puede ser satisfactoria con el agregado de una placa proximal y lateral en T. La técnica de Dimon y Hugston6 fue descrita para dar estabilidad intrínseca a una fractura inestable de cadera, mediante la medialización, valguización e impactación de los fragmentos, lo que evita el colapso y con el agregado de fijación con un clavo-placa de Jewett. Este sistema de osteosíntesis no está exento de complicaciones, ya que además de no permitir dar compresión a la fractura, el mismo Dimon describe protrusiones del clavo por la cabeza y el cuello femorales, y rotura de implantes en el sitio de unión de la placa con el clavo.23 Realizar dicha técnica con un dispositivo como el DHS, que supera a la osteosíntesis original en comportamiento mecánico, disminuye la posibilidad de protrusión del tornillo por el cuello y la cabeza femorales, y permite dar fijación y compresión al encastre entre el pico del cuello femoral y la porción proximal de la diáfisis. Kyle y Gustilo 11,20 demostraron que la posición ideal para fijar el clavo de la cabeza femoral seria en el punto de unión entre las trabéculas de tensión secundarias y las de compresión, en donde se encuentra el patrón más denso de hueso trabecular. La punta del alambre guía debería localizarse en la región central o posterior de la cabeza femoral; la localización en el centro de la cabeza ha presentado la tasa de fracasos más baja en las FLIC. La reducción mediante técnica de Dimon permite pasar la carga de peso de la cabeza femoral a través del cuello hacia la diáfisis, con lo que no se sobrecarga el implante y se evita la consiguiente falla por fatiga. Hay que tener en cuenta que la valguización del cuello femoral permite la medialización del fémur; esto impide un acortamiento importante del miembro y mantiene la tensión del músculo glúteo medio, sin causar insuficiencia muscular ni lateralización del trocánter mayor. Conclusiones 1. El fragmento posteromedial es la llave de la estabilidad; cuanto más grande y conminuto es, más inestable será la fractura. 2. La técnica de Dimon en fracturas laterales inestables de cadera con medialización, valguización e impactación de los fragmentos, permitió el soporte precoz de carga sin desplazamiento ni pérdida de reducción. 3. El tornillo-placa deslizante proporcionó una mejor fijación y compresión de la fractura y evitó la protrusión del clavo a través de la cabeza y el cuello femorales, complicación observada con el clavo-placa de Jewett. Referencias bibliográficas 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. Aune, AK; Ekeland, A; Odegaard, B; Grogaard, B, y Albo, A: Gamma nail vs. compression screw for trochanteric femoral fractures: 15 reoperations in a prospective, randomized study of 378 patients. Acta Orthop Scand, 65(2): 127-130, 1994. Babst, R; Martinet, O; Renner, N; Rosso, R; Bodoky, A; Heberer, M, y Regazzoni, P: The DHS buttress plate in the management of unstable proximal femoral fractures. Schweiz Med Wochenschr, 123(13): 566-568, 1993. 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