La condena de hacer entrega de los certificados previstos por el art

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LA CONDENA DE HACER ENTREGA DE LOS CERTIFICADOS
PREVISTOS POR EL ART. 80 L.C.T. Y SUS ALCANCES
Cualquiera sea la causa por la que se extinga el vínculo laboral,
el empleador está obligado a entregar al trabajador un certificado
de trabajo que contenga: las indicaciones sobre el tiempo de
prestación de servicios, naturaleza de éstos, y la constancia de
sueldos percibidos y de los aportes y contribuciones efectuados
con destino a los organismos de seguridad social. Además, si el
trabajador
lo
requiere,
se
le
deben
otorgar
constancias
documentadas de haber ingresado los fondos de seguridad social y
sindicales a su cargo.
Si el empleador no cumple con su obligación dentro de los treinta
días corridos de extinguido el vínculo 1 y el trabajador lo intima
fehacientemente, por un plazo de dos días hábiles, a fin que de
cumplimiento a la misma, se encuentra habilitado,
además de a
exigir judicialmente la entrega de dichos certificados, a percibir
una indemnización tarifada equivalente a tres veces la mejor
remuneración mensual, normal y habitual percibida durante el
último año trabajado 2 .
Los conflictos sobre la cuestión suelen presentarse ante supuestos
de empleo no registrado o de registración defectuosa pues, en el
primer caso, el empleador que desconoce formalmente la existencia
de un vínculo laboral, obviamente no otorga el certificado y, en
el segundo, sólo lo otorga con los alcances de lo registrado. Por
ello, la condena a hacer entrega de los mismos implica, en
general, para el empleador, la obligación de entregar constancias
que no se corresponden con sus registros contables, dado que éstos
no reflejan los verdaderos datos del vínculo laboral –determinados
1
El art. 80 LCT sólo menciona como requisito para percibir la
indemnización la intimación fehaciente por un plazo de dos días hábiles;
pero el decreto 146/01, que reglamenta el art. 80 LCT, establece que el
trabajador está habilitado para remitir dicho requerimiento después de
transcurridos treinta días corridos de extinguido el vínculo.
2
La reforma introducida en el art. 80 LCT, a través de la ley 25345 vino
a introducir una nueva indemnización tarifada en el ámbito del derecho
del trabajo y a poner término a una jurisprudencia pacífica que
desestimaba los reclamos de indemnizaciones por falta de entrega de los
certificados a menos que se invocara y acreditara un daño concreto (CNAT,
Sala II, “Díaz, Silvia c/ Centro de Estudios Brasileños”, 30/8/99; Sala
X, “Banega, Julio c/ Leval SA”, 26/10/2001; Sala V, “Meza, Antonio c/
Basilio Parisi SA”, 10/7/98, JA-1999-IV-232; Sala I, “Rivas Navia, Rufo
c/ Norberto Macuron SA”, 13/7/99; entre otras).
La tarifa legal, en este caso, y al igual que la mayoría de las previstas
en la legislación laboral, opera como una cuantificación predeterminada y
limitada del daño causado por el ilícito contractual que supone la
omisión de entrega de las constancias documentadas o del otorgamiento del
certificado de trabajo, y cancela así toda posibilidad de reclamar un
resarcimiento adicional por tal incumplimiento (Mario E. Ackerman, “La
indemnización por incumplimiento de las obligaciones del art. 80 de la
ley de contrato de trabajo (t.o)”, DT-2001-A-541).
2
por la sentencia-, lo que explica lo habitual que resulta que los
empleadores, no obstante la condena dictada, se resistan a cumpir
con la misma.
El fallo de la Sala II de la C.N.A.T. que aquí se publica, divide
la obligación prevista por el art. 80 L.C.T., en lo que a la
entrega de certificados se refiere, y establece que, en tales
supuestos, ante la reticencia del empleador,
el juzgador puede
suplirlo únicamente con relación a la certificación del tiempo y
naturaleza de
los servicios -en los términos de los arts 626 y
630 del Código Civil-, pero no respecto de las constancias de
aportes y contribuciones efectuados, que considera materialmente
imposible de otorgar por persona distinta al empleador y que, por
lo tanto, justifican la imposición de astreintes 3 .
Pero si el empleador no ha efectuado aportes y contribuciones con
destino a los organismos de seguridad social, o los ha efectuado
en forma insuficiente – ya sea con base en una remuneración
inferior a la real o durante un lapso menor al que duró el vínculo
-, lo cierto es que tampoco él podrá otorgar dicha certificación y mucho menos la constancia documentada de los mismos - hasta que
efectúe los aportes, ya que el art. 80 LCT se refiere a los
“…aportes y contribuciones efectuados…”.
En su momento, sostuvimos que quien no efectuó ningún aporte no
tendría, en principio, que entregar constancia alguna de ello,
pero no se encuentra eximido de entregar el certificado donde
consten las indicaciones sobre el tiempo de prestación de
servicios, naturaleza de éstos y constancia de los sueldos
percibidos por el trabajador 4 . Por su parte, Ackerman entiende que
debe considerarse que el empleador dio cumplimiento a su deber de
entregar el certificado de trabajo, aunque en el mismo conste, por
ejemplo, que no abonaron salarios o no se efectuaron aportes y
contribuciones a la seguridad social 5 . En ambos supuestos, el
trabajador podría efectuar las denuncias pertinentes ante los
organismos previsionales, sin perjuicio de las que impone la
legislación al tribunal laboral 6 .
Sin embargo, los pronunciamientos judiciales sobre la cuestión no
parecen seguir tal lineamiento, ya que se ha resuelto al respecto
que “el aporte de una certificación defectuosa o incompleta no
3
También sobre la procedencia de imponer
astreintes la
jurisprudencia es pacífica, además de preverlo expresamente el
art. 80 LCT, a partir de la reforma introducida por la ley 25345
(CNAT, Sala X, "VERA, Maximiliano C/ SERVICIOS TÉCNICOS A CLIENTES
S.A.”, 28/2/2000; Sala I, "RIVAS NAVIA RUFO c/ NORBERTO N.
MACHURON S.A.” 13/7/99; Sala V,"ELIZONDO, Ricardo C/ ARCUCCHI,
Oscar y otro”, 30/6/97; entre otras)
4
“Empleo no registrado”, JA-2001-III-1320.
5
ob. cit. nota 2.
6
art. 15 LCT (texto conforme art. 44 ley 25345).
3
puede ser considerado adecuado cumplimiento de la orden judicial
de entregarla, máxime si esta última tenía por objeto la
observancia de una obligación impuesta por la ley, acerca de cuyos
alcances el empleador no podía alegar ignorancia” 7 .
Tal situación, en virtud de la cual el juzgado no puede suplir al
empleador y éste no puede emitir una certificación sobre aportes y
contribuciones no efectuadas, llevaría a concluir que la condena
a entregar
los certificados de aportes y contribuciones implica
también la condena a abonar dichos aportes y contribuciones si aún
no se lo ha hecho, único modo en el que el empleador se
encontraría facultado a emitir la certificación y así evitar que
las astreintes corran indefinidamente.
Sin embargo, se ha resuelto que “La certificación del art. 80 LCT
debe llevarse a cabo con los elementos que la respalden o con lo
que surge de la sentencia, y no debe confundirse la obligación
formal de la certificación con el cumplimiento adecuado de las
normas de seguridad social. No puede transformarse la incidencia
para la obtención de la certificación en cuestión en un proceso
destinado al acatamiento del régimen de la seguridad social, ya
que el mismo tramita por vías autónomas predeterminadas y con la
legitimación activa del ente recaudador” 8 ; lo que permitiría
concluir que si lo que se persigue con la condena a hacer entrega
de los certificados es únicamente la extensión de los mismos –y no
el pago de los aportes y contribuciones que se deben certificar éstos pueden expedirse con los datos que surgen de la sentencia,
por lo que no habría impedimento para que sean otorgador por el
juzgador, ante la reticencia del empleador.
Mariano H. Mark
7
CNAT, Sala VII, “Molina, Oscar José c/ Pryor e Hijos SRL”, 1/2/88.
8
CNAT, Sala III, “Corigliano, Natalio c/ Pedro Corigliano s/ sucesión y
otros”, 22/10/97.
En igual sentido se ha resuelto que el daño que sufrió el actor al no
obtener el certificado correspondiente a su real prestación de servicios,
así como el potencial respecto a su jubilación futura, no se repara con
una indemnización sino con la condena a la demandada a efectuar los
aportes y a entregar el certificado de servicios, pero el trabajador no
puede reemplazar al organismo recaudador (CNAT, Sala V, “Meza, Antonio c/
Basilio Parisi SA”, 10/7/98, JA-1999-IV-232).
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