i ^ i MADRID AGOSTO 1957 N.° 16-57 H ^i^^. Cantidad de simiente en el cultivo del trigo Javier Salazar y Vigil de Quiñones Ingeniero Agrónomo. Del Centro de Cerealicultura de Madrid (I.N.I.A.) MINISTERIO DE AGRICULTURA DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITO Y CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION Ya en la antigiiedad, los agrónomos se preocup,aron del problema de la cantidad de simiente en el cultivo del trigo. Nuestro ilustre Alonso de Herrera, en su tratado "Agricultura General" (año 1513), resume y discute, en el clásico castellano de su tiempo, las ideas que sobre ello tuvieron los ,autores que le precedieron. Y así nos dice: "... es necesario saber qué medida de simiente conviene a cada suerte de tierra; y, en el número y cuantidad de la medida, ni estos doctores son concordes, ni aun, como parece por Columela, no se puede dar cierta medida. Y por eso dan todos un aviso cc^nforme a razón; y es, según el Crescentino, propoa•cionar la medida de la simiente a la virtud y cualidad de la tierra. En el terruño flaco algo rala, y en el mediano más espesa, y en el muy gru.eso y sustancioso muclia simiente, y no ech;ar a ningún género de tierra más carga de la que buenamente ]levar pudiere". "E1 candeal no se quiere sembrar tan espeso como el trechel, porque echa más hijos; y por eso han de considerar la virtud y fuerza del campo, y según que sufriere tal sea la medida. Y para esto conviene que conozc,a qué tales son las tierras que tiene, allende de otras necesidades que adelante verá." "^ltem, dice Plinio que, cuando la sementera es tempras^a deben ech,ar la simiente más espesa, y`cuando tardía más rala; mas Columela y el Crescentino sienten lo contrario... Yo, pues veo que ninguno da razón con que confirme y favorezca su intención, llegarme he a los más, creyendo ser mejor lo que ellos dicen. Acuérdome, con todo eso, que Teofrasto da una buena r,azón con que ayuda a éstos, y dice así: que en la sementera temprana han de echar la simiente no tan espesa, porque entonces echa mayor raíz y muchos pimpollos; y en la tardía mucha simiente, porque apenas concibe, y mucha de ella se pierde." Com.^ verá el lector ^le esta Hoja, las razones que da Alonso de Herrera y las opiniones que recoge, están acordes con los conocimientos actuales. -J. ^lel C. CANTIDAD DE SIMIENTE EN EL CULTIVO DEL TRIGO L'^n^^ ^l^ l^s I^r^^bleil^as a^i-ícul^^^ u^rís ii^tere:ante^ ^ cjtte clebe ^>re^^cul^ar a t^^clo a^ricult^^r cuicl<ulusu, es el cle la detern^inaci^ín de la cantidacl ^le simiente ^^ue debe ein^^lcar e^1 cl cultiv<^ clcl tri^;c^. Es f^lcil in^a^inarsc cl ^ran ntímc°r^^ dc tuuela^las ^le tri^^^ ^^tte, eii ttna naci^^n cerealist<i c^^n^^^ la 11LleSt1'Fl, Sf° ])1CP(iC11 ^l C^1L1Sd (le 1<Lti 11L11llC'1'( ^ti^lti ti1C17]Ui'<lti l'll ^^ue se en^l^lca ^^ran^^ en clemasía }^, por ^^tra harte. las <<ue. n^^ se recc^^en jxn- la^ sementeras hechas am cantida^l insuficiente ^^ s^^bra<la cle ^en^illa. I?^ in^^^usible fijar e^actamente la canti<lad cle simieilte ^lu^, ^^ara cada tierra }^ ^-ariedad de trigo, se debe sembrar : l^l, cirruilstancias de la siembra sun ^nu_^- ^-ariables ^^ las anti^-u^ls ^^ariedacles de tribo, tradici<males ^lc cacla l^^calidad, ran sienclc^ sustittúdas por otras nuevas dc características mtiy^ clistintas a a^^ttéllas. Yara d^lrnos un^i iclca sc^bre la ^li^-ersi^lttd e^ister^te en las clensiclacles ^le ^ieu^hra basta eitar c1ue, en nttestro ^^aís, las cantidacles n^ás c^mvenientes eil^^^leadas en seca»^^ ^scilan entrc (^ ^^ ?^x^ kil^^s ^u^r hect^irea ^ ei1 re^a^liu suele seml^rarse, a^^r^^^in^adan^ente, la ^nitad más ^^ara la mi;n^a ^^ariedacl ^- z^^na. Par^^ cl culti^-^^ de l^s tri^^^s llaiuad^^^ "clel l^aí^", c^ue sun l^s tra^lici^^males cle cada c^ ^.marca, se clehe sen^br-ar, com^^ hrimcra ^^ricntaci^ín, la cantidad que allí ten^an Ix^r cc^stunlbre, Intes n^^ debc•^n^^s ol^^idar c^tte la es^^criencia cle muchísin^^^s añ^^^ ha ^^u^lid^^ cleter^ninar la eantidacl ^^^^tin^a. ('ttandc^ ^c trat^ cle ^^ariedacles nue^-as c^^n^•iene ^lue cl a^ricultor se inf^ril^e ei^ las Entidades oficiales dedicadas a sti estudio v ens^y^, n^^ ^^^lrunente de cuáles son lzs ^nás r^mvenientes eu ^u casn, sin^^, también, cle la canticla^l ^^ue sc debe sembrar de cacla una. L^na ^^ez c^ue la c^secha está es^^i^ancl^^, un indicio cle c^ue la sic^n^bra se hiz<^ c^,n la cantidacl acleeuacla ^le sin^iente -aIws lo dará el número de espigas contenidas en un metru cuadrado de sembrado : en tierras pobres y clima árido nos contentaremos ccn unas 30o a 40o espigas, pero en las f értiles y f rescas debemos aspirar a una densidad de 500 ó más. Las causas que influyen en la determinación de la cantidad de simiente pueden proceder de las condiciones de la variedad de trigc, de las del terreno, del método de siembra y su profundidad, del estado de preparación de la tierra _^^, finalmente, de la éhoca de siembra. Condiciones de la varied,ad. VOLUMEN ^" P1aU. El volumen y peso de las semillas, aun suhoniendo que. se seleccionen las maycres de la cosecha, varía mucho con las distintas castas de trigo y con la añada. Estas dos cualidades están en relación muy estrecha, como ^^uecíe verse en los ejemplos que citamos a continuaci^n : DIMEI^SIO\ES i`nM13HF. DEI, TH1GU -- - I,on^ilud DEL GHATn ( r\ ^lnchura J/ir,yilio ......................... .Seruatorc ,C<rhelli ............ 7'z 8 3'^ 3 -- MM.) PESO MEDIO -- --Grucso de 1.000 granos (en grs.) 3 3 59'z 5g Tcrmi;t.illo ..................... S 3'6 3'5 55'z /^ietti ............................. ^ írdito ........................... 97an.itol,r ..:........_......... Mer^ta,r(^ ....................... 6 6'3 6'S 7'4 3'6 3'z 3'4 3'i 3'2 2'8 40 3'3 2'6 3i 36 3^ Involcoble Nrnualrro ror... 4 3'z 3'z 30 Observemos, com(^ ejeinplo, que el ^^es^^ meclio de ttn grano de la variedad "Vir^ilic" es casi doble del de la varieda<I "Navarro ior"; eonu^ a^ubas variedacles s^m cle btten ahijainiento, tendrían^os (lue sembrar, l^ara una inisn^a superficic, aproximadamente d^^ble ^>eso de simiente de la l^ri^nera que de la segunda. En ^eneral, es evidente (^ue. en i;-ualdacl de las (^tras condiciones de la siemhra, la cantidad de simiente a emplear está en relación clirecta con el taniaño de 1^^^ ^ran^^s, ^^uest(^ C cíue, cn una misma medicla, caben más granos peqtteños qtte grandes. FACULTAD ^^ YqDER GI?RMINATIV'OS. La facultad germinati^•a se mide por el tanto por ciento cíe granos qne germinan al colocarlos en condiciones apropiadas de humedad y temperatura. Por otra parte, si la gern^inaci^n es rápida y los embriones vigorosos, el pocler g^er- l^i^, i.-Granos de trigo en distintas fases de su g^erminación normal. nlinativo es grande. Estas cualidades son cle g-ran impcrtancia para el cálcul^^ de la cantidad de grano qtte debemos sembrar; pueden ser afectadas pcr la edad, moclo como se hayan conservado los gran^^s, sus entermedades ^ también p^,r los tratamientos anticrihtog^lmicos. Del 9c^ por Ioo, ¢uando la set»illa es del ai7u, puede pasar al 5 lx^r zoo a los citlco o seis años. Por ell^^, lcs n^a^ores fracasos en las sie^i^bras se ^leben al descon^^ciniient^^ de la facultad geri^iinativa dc la simiente. ^ Si sulu^iiemo^ ^lue de una ^^ariedad ^e sien^bran, en a»idici^mes norn^ales, ioo lcilos hor hect^rea y, por cualquier l^ig^. z.--"Crigo ":Vlara", de gran produccióu y mediano ahijamiento, muy cultivado en ]as tierras fértiles de :lndalucía y regadíos de Castill^i la ?^t^e^^a. circunstaucia, la facultad germinativa fuese del 8o por ioo, deberemos sembrar : ioo , - u roo = 1?^ kilos por hectárea. ^o Si ^1 tanto por cieiitc^ de gern^iliación es muy bajo resulta antiecoliótnico el empleo de tal semilla, aunque forzando la canticlad seinbrada p^^dainos ^^btener una cosecha normal. Fig. 3.-1'rigo "Quaderna". Apropiado para suelos frescos ^• regadíos. \4u^• productivo y con muy escaso ahijamiento. (I)e SÁNCxF.z-^^Ioxer.) .^ H I JAM I1?NTU. Esta cttalidad ^^aría nnich^^ con las distintas castas de tri^•o, lliodo de cultivarlas, clilna del añ^^, etc. (1). C^m^ e^ lcí^ic^^, clc a^^uellas ^-ariecla^les de ^ran ahija(t) Al lector que le interese ampliar sus conocimieutos sobre esta cuestióu puede consultar la Ho^n Dn•tr^.cnnox.^ núrn. 22-go-E[, titulada F_d ah^ij^lrna;e^rtito d^^l tri.pn, del Tngeniero Agrónomo R. TÉr.LF.z. -g- miento y, sobre toclo, cuando la forma de cultivo va a favorecerlo, debe emplearse menos cantidad de simiente que para Fig. 4.-Trigo "Candeal de Arévalo", de gran ahijamiento, cultivado en Castílla la Vieja. (De GnnEn.j las que ahijen poco. En el siguiente cuadro citamos el grado de ahijamiento de algunas variedades de cultivo comíu^ en nuestro país : -9A H l JAMiN:NTO AHIJAMILNTO :'^ Ií I JAMILNTO LSCASO. NORNIAL. GRANDE. Andalucía 344• Funo. Jerea 36. Ixdesma. Mentana. Mara . Quaderna Senatore Capelli. Ariana 8. Aradi. Labezorro. Aragón o3 . Canti. Canaleja. Fartó. Candeal. Catalán de Monte. Floreal. Florence Aurore . Híbrido D. Ideal . I mpeto. Indoxa. L.ebrija. Pané z49. Traquejos. Involcable tot. ^ -i . L-4. Navarro i2z. Rieti. San Rafael. Saria. Condiciones del terreno. H i?MEDAD. En las tierras con escasas reservas de humedad debe echarse poca simiente, pues, si se siembra espeso, cada planta dispondrá de tan poca agua que puede llegar a ser insuficiente para su desarrollo normal. En cambie, empleancío poco grano, al disponer las raíces de más espacio para su desarrollo, tomarán el agua c^ue la planta necesita de un volumen de tierra mayor. En este caso, no conviene tampoco quedarse corto en la cantidad de simiente; si la siembra es muy clara, al llegar la época calurosa, estará el suelo desguarnecido de plantas y, por lo tanto, falto de sombra ; aunlcntará considerablemente la evaporación del suelo, percíiéndose un agua que tan necesaria es a la planta en aquella época. Otro inccnveniente de las siembras excesivamente claras, en cualquier clase de tierras, es que las lluvias dc primavera pueden producir un gran desarrcllo de las malas hierbas. En tierras húmedas puede aumentarse la cantidad de simiente puesto que, cada planta, con menor volumen de tierra, tendrá a su disposición la cantidad de agua que necesitc. - 10 - ^' I_RT1 I,1 ll.^D. Uno de los temas in^ts discutidos de nuestra a^ricultura es si se debe sembrar niás espeso, o no, cuanto nie_j^^r sea la tierra. Hay quien opina ^ue no se deben torzar las sienlbras en tet-ren^>s tértiles, sino iu^ts hien eccnonlizar semilla. Los ^ que Fig. ^.-Matas de trigo con ahijamiento uniforme (izquierda) y con hijos tardíos (derecha). así piensan se tunclan en c^ue las plantas estarán en buenas condiciones de ahijar y para esto necesitan mayor espaciamiento. Contra esta cpinión se oponen dos objeciones importantes : I.a) No conviene favorecer un ahijamiento excesivo. Las espigas prccedentes de los hijos tardíos so^n rayuíticas y su desarrollo se hace a costa de las espig-as de los padres, que son las más graudes y deciden el peso de la cosecha ; la ina^lw-aci^íil de la c^^secha es irreg-ular y los hijuel^^s s^m más sensiblcs a las enferlnedades v accidentes que los hadres. ^.a) ].a5 n^oclernas ^-ariedades seleccionadas, que cada añ^> ><^n n^^is a^nocidas }^ cttlti^-ada^, tienen, ^-enel-alulent^, l^ur^: desal-r^^llada la tacult^d de al^ijal- .•, ^i ^lal^ ^ran^les I^ít;. 6.-Planta de tri^o en dos fases de su ahijamiento: R, rizonia o tallo subterráneo; N, nudo de ahijamiento. ^)CO(^L1CC1011eS, 2S j)OI- el ^;I-3I7 I1LlIl7eY0 (le gI'd210S C^e Ca(^^l CShl^a ^' ilO Ont'(^Lle CaC^1 I71ai1 teI1^1 II7L1C17^5. Estos dos argumentos son suficientes para amvencerno^ de que, en general, cttanto más fértil sea el terren^^ Inás es^^esa deberá ser la siembra p^r razc>nes anál^^^;-as a las que expusimcs al tratar de la humedad. - ^2 - InBuencia del método de siembra. Una de las causas que más influencia tiene en la determinación de la cantidad de semilla que debe emplearse en la siembra, es el modo como ésta se realice. :^ eol.r^o. Yuede hacerse sobre terreno alo^nado, o en llano. la^ ambos casos se desaproveba mucha simiente, pues la pr^^fundidad a que queda enterrada es mtry desigual; tmos ^ran^^s quedan enterrados mtry hondos y, si nacen, lo hacen en n^alas concíieiones ; otros quedan muy superficiales y aunque pueden nacer bien, enraízan maL Así, es corriente e^uplear hasta zoo kilos de simiente en casos que ^ cen i So kilos o meno^ serían suficientes. ^ 1^ ('HOKRI LLO. Comparando este métado con el antericr no cabe duda c^ue se consigue una economía de semilla, puesto que ésta queda enterrada a proftmdidad casi constante ; no obstante, la distribución de los granos a lo largo del surco, aun c^mtandc con la "buena mano" del sembrador, no podrá ser nunca tmiforme y esto es causa de cierto desperdicio de simiente, ya que, para que la siembra sea perfecta, el espaciamiento entre los ^ranos debe ser, prácticamente, el mismo. C.O:V SI?MY,R:ADURA. Este método ofrece, además de otras; la ventaja de una tiran economía de simiente, que oscila entre el 3o y el So p^r ioo de la empleada en la siembra a voleo, o a chorrillo. El modo más corriente de sembrar a máquina es "a junto", con el cual la distancia entre líneas es tan pequeña (tmos Zo cm. ^^ menos) que el ahijamiento cubre las calles y no es posible dar labcres en primavera. Por ello, una variante muy interesante de la siembra con máquina es la de las líneas pareadas y la de las líneas triples o cuádruples. A medida que aurnenta ei - ^3- níunero de líneas que se siembran juntas debe aumentarse la anchura de ías calles y disminuirse la cantidad de semilla empleada. Esto es debido a que se aumenta la anchura cíe las calles cuanto más seco es el clima para poder dar binas con el fin cíe conservar la humedad del terreno y extirí^ar ías n^alas hierbas. A GOLPI?. Es un métc^do muy í^oco usado en España. Sus vc tita jas ecc^tlómicas son muy discutibles (dependen del precio de la ^ I^iR. ;.-^icmhra, realizada cou máquina y eu líneas ^simples, que al terminar el invierno muestra un buen ahijamieuto. sen^illa v del de la mano de cbra), pero lo que es inciuclable es el ^ran ah^rra de si.miente que con él se consi^tte. Nuestr^^ ilttstre A^rónonio CnscóN citaba ^jtte "en los canip^^^ <le 5aldaña, en tierras de riego, siembran el trigo, se^í>n diceu e^l el País, c7 trcr-r^uc, o sea a^-^^lpes, a ocho c^ diez centímetros cle distancia, echando en cada golpe dos o tres ^^ranos, y la ^^r^^dt>cción alcanza la respetabíe cifra de 3.360 l:ilo^-ramos ^^or hect^Irea". Conocenlos el caso de un a^ricult^^r de la pr<^^-incia de (^iudad Real ^^ue, em^^leand^^ ^}o kilor;-ramos de simiente p<^r hectárea obtuvo, en ^ualas tierras de secano, ^^rc^dticci^nes de ^ 1.?0o a i.4oo kil^^^ramos p^^r hectárea, 1^^ c^tie representaba ttna prodttcción superior eii el Io al I^ ^^^r ioo a la Inedia de la zona. :^FCnKRO 1)1? ^1\ffE\TI? SI•:Gl'\ I^:I. ^IOI^C) I)I? SEIIRR^R. En resume^n, el ahorro conse^tiido con l^c^^s clistintos m^^tod^^s de sien^bl-a, comharados c^^n la siembra a^^oleo, es c•l^ si^tii^nte: MI^:TODO DE tilíiM75RA Ahorro de simieufe Po^ tOn A máquina en líneas simples ................................. Idem en líneas dobles o triples .................. ............ ^i golpe ................................................................ 30 ^o a 50 70 Influencia de la profundidad de siembra. La hr<^fuudiclad más conveniente a due debe ^luedar entrrrada la si.miente, l^ara la bttelia ilascencia dcl trigo, es cle tI-e, a cinco centímetros. I^stos límites pueden ainhliarse, se^ítn las circunst^ncias. entre dos ^^ ech^ centímetros. L^^s ^ranos enterrados a profunclidad mayor eorr^n el peli^-rc^ ^le que al gern^inar no lle^uen a as^mar, se alo^^2Urizar^, dicen en Castilla ; los ^jtte ciuedan muy someros hueden nacer bien, per^^ clarán plantas, con raíces tan endebles, ctue dificilmcnte ]le^arán a buen t ^ rmino. .1 veces, el labrador, ^^bli^-ad^^ ^x,r las circunstancias, nc^ tiene más remcclio due sembrar enterrand^^ a l^rufundiclad ma^^^^r quc la c^^rriente; en prc^^isi^ín de las jxaibles marras ^• ui^ ^^e^^r ahiiamient^ deberá a>rimentar la cantidad de si1111C11i^. Influencia del estado de preparación de la tierra. Para due el trigo nazca en la^ mej^^res c^>»diri^me^ ^^^ necesari^^ que el terreno esté asentado ^^ la cai^a ^u^^erficial bien clesineuuzada. f?st^ rc<<ttiere ^hte las lal^ures pre^^aratorias se ha^an a;n hastantc antclaci^ín ti^ cn nf^nier^^ suficiente. ^i n^^ ha si^l^^ Ix^siblc rcalizar bicn cstas lab^^res habrá ^^tte r^ ^ntar r^m esta circttn^t^inri^i c1c:Í a^^^ ^rahle :^^n tal cas^^ se I^ ig. ^_.-I?fectu produci^l^^ ^^or ]a profundiclad de sierobra eu el desarrollo de una planta de trifi^^i. (I)istancia entre líneas h^rizontales, z cro.) ^lclx aun^entar la cantid^ul ^le siiui^^i^te, v este aumento de^^en^lerá ^lel estacl^^ cle l^rc^^^araci^^n clcl tcrren^. Inftuencia de la época de siembra. La élx^ca n^ás c^^m^-enientc hara sembr^lr cl tri^^^ ^^aría n^uch<^ cle unas rc^iones a utras. I:n I^shaña es inuy frecuei^te tcner quc retrasar ésta por falta de tempero. ^i las circttnstancias ^^;blig-an al labrad^^r a retrasar la siembra de ot^ñ^^, c<mviene aumentar la cai^ticlacl de sin^iente, l>ues cl enraizamient^ será me^u>r c^ue en las sien^bras temhranas ^^ 1^ i^iism^ octtrrirá con el ahijamiento. ^^(^ll ^F1S V"^1r1C(l^1CleS l^^llll<l(1^15 ^^(1C' ])1-1171^1V"G-£1^^ ( tr1^OS tr^- ^ue:in^^s ^^ de cicl^^ c^rt^^), sc debe e^u^^lear m,í^ simiente si l^l sicmbra se hace en esta estaci^ín ^hie si se rc<iliza en ^^t^^ñ^^. ^-a ^^tic, cn a^lucl ra^^^, n^^ ha^- ^Iuc• r^.ntar a^n ttn ahijamient^^ ahtinclante. Una n^,rma ahr^^^^imada : atimentar e^l un ^o h^^r tc^o la cantidad a s^mbrar. - 16 - Resumen. En resumen, las circunstancias que aconsejan forzar la canticlad de simiente, son : Res^ccto n l^r se»ri.lla: Semilla de gran volumen o peso. Semilla de escasa facultacl germinativa. ^%ariedades de hoco ahi iamiento. Respecto al te^rret^o: Terreno tresco y fértil. Terreno mal preparado. Terrenos de reradío. Rc.c^ccto al tno^^o y ^j^oca ^d^ ,cict^rhrn: Siembra a ^^^ ^leo. Sietnbra tardía. Siembra profunda. 6RÁFIGAB UO!^INA, MA[1RID